Orientación laboral

Orientación laboral
Universidad de Granada

El incremento de empresas participantes en la Feria Internacional del Empleo de la UGR aumenta las expectativas de contratación.

La presencia de 36 compañías de diferentes sectores (siete más que en la edición anterior), supone un récord de participación empresarial en la feria y augura la posibilidad de concretar más de mil nuevos contratos.

La organización prevé que el elevado número de compañías en busca de candidatos para cubrir necesidades de empleo a corto plazo arrastre a más de veinte mil visitantes a la feria.

La sexta edición de la Feria Internacional del Empleo Universitario, organizada por la Universidad de Granada junto con la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía y la Red Europea de Servicios de Empleo (EURES), se celebrará entre el 16 y el 18 de marzo en el Pabellón de la Feria de Muestras de Santa Juliana (Armilla) con la presencia de 36 empresas de distintos sectores de actividad que realizarán labores de reclutamiento y selección de personal para la cobertura de diferentes puestos de trabajo. Esta elevada presencia empresarial constituye un récord en la historia de la feria y supone un notable incremento con respecto a la edición anterior, ya que son siete empresas más las que se darán cita este año en el recinto ferial de Armilla.

El encuentro contará con la participación de empresas de los más diversos sectores, destacando por su volumen de representación algunos como el de la distribución, la construcción, la óptica, la consultoría, la informática o las finanzas.

La elevada presencia de empresas en busca de candidatos, unida a las facilidades de transporte proporcionadas por la organización tanto para los universitarios que se desplacen desde la ciudad como para quienes lo hagan desde cualquier otra provincia andaluza, hacen prever que se superen las veinte mil visitas y que se puedan llegar a concretar más de mil nuevos contratos de trabajo.

Los visitantes se encontrarán en la feria con 58 puestos informativos en los que estarán presentes, además de las 36 empresas citadas, diferentes organismos públicos, así como los servicios de empleo de la Red Eures de ocho países europeos: España, Italia, Alemania, Estonia, Finlandia, Irlanda, Bélgica y Reino Unido.

Orientación laboral
Además de los servicios de intermediación laboral, la feria ofrecerá también, a través de algunos de sus puestos informativos y de distintas charlas y conferencias, orientación e información de interés para los recién titulados y los demandantes de empleo en general, acerca de salidas profesionales, prácticas formativas en empresas, requisitos y ayudas para la puesta en marcha de iniciativas empresariales, oportunidades laborales en Europa, etc.

Orientada principalmente al colectivo universitario, y en especial a los recién titulados y a quienes se encuentran a punto de finalizar sus estudios, la Feria Internacional del Empleo Universitario tiene como objetivo fomentar la oferta de empleo universitario mediante el acercamiento de las entidades contratantes al propio ámbito universitario, y se presenta como una gran oportunidad para que los estudiantes preparen sus currículos y puedan establecer su primer contacto con el mundo laboral, ya que se trata de un encuentro en el que se ofertan puestos de trabajo reales y se generan numerosas contrataciones.

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Los Reyes de Suecia visitan La Alhambra

EDICIÓN IMPRESA – Gente
Los Reyes de Suecia visitan La Alhambra

EFE Silvia y Carlos Gustavo de Suecia (derecha), ayer en el Patio de los Leones

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Los Reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia, visitaron ayer la Alhambra acompañados de un grupo de amigos con los

que han viajado hasta Granada con motivo del 30 aniversario de su boda. En su recorrido por el conjunto monumental nazarí, los Reyes, que esta semana esquiaron en Sierra Nevada, recibieron las explicaciones de la directora del Patronato de la Alhambra, María del Mar Villafranca, y del profesor del Departamento de Estudios Semíticos de Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada Emilio de Santiago.

En su visita, visitaron la planta superior de la sala Dos Hermanas, que en su día fueron las estancias de la madre de Boabdil; la Torre de las Damas, y la Torre de las Infantas, según explicó a Efe Villafranca.
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Cien años con Ayala

Cien años con Ayala
Su centenaria vida está llena de recuerdos y olvidos. Ayala vive, disfruta, trabaja y pasea por Madrid, la ciudad donde reside desde su regreso de un largo exilio. Su obra y su historia son una lección de libertad. Ayala asiste a su siglo de vida evocando a sus amigos, los que permanecen y los que se fueron. Una exposición y un documental, ‘La ilusión perseguida’, recogen los primeros cien años de un perseguidor de ilusiones.
JAVIER RIOYO / LUIS GARCÍA MONTERO
EL PAIS SEMANAL – 12-03-2006
Francisco Ayala, un niño en Granada, un centenario que recuerda su infancia. Un recuerdo entre la ilusión y la decepción. El padre acaba de volver de un viaje de negocios de Nueva York, lanza al vuelo un pájaro mecánico, un juguete: “Esa fue la primera privación de mi vida. Tengo el recuerdo vivo en la memoria, estaba sentado en la habitación, fascinado con aquel vuelo mecánico del pájaro, que vuela, cruza la habitación y se para. Algo mágico y cercano. Creí que era para mí, un regalo, pero no. Después de admirar aquel vuelo, después de visto aquel pájaro mágico, desapareció para siempre de mi vista. Pero no de mi memoria. En mi memoria todavía sigue volando. Incluso ahora que voy a cumplir cien años”.

Sus jardines de las delicias no son los jardines del Bosco. Son jardines reales de una ciudad con muchos jardines, la Granada de principios de siglo. Familiares jardines que siguen bien presentes en sus recuerdos.

El carmen de los Ayala es ahora un convento. Un tranquilo lugar que mantiene la misma estructura que conoció el niño. Los jardines, el estanque, las habitaciones, el dormitorio de los padres –que conserva un artesonado que ya en su infancia era visitado por los pocos turistas que paseaban por la Granada de aquellos principios de siglo–, el palomar, los balcones desde donde miraba cómo alguna de las muchachas se bañaban sin quitarse la ropa. Infantiles visiones, primeras imágenes de un erotismo inocente, una felicidad de miradas escondidas que todavía hoy están presentes.

Sonidos de canciones populares, aquellos “cuatro muleros” que le cantaban las chicas del servicio. Mucho después aquellas canciones las armonizó su paisano Federico García Lorca. “Me las hizo escuchar como si fueran una invención suya, como si las estuviera creando. No sé si le gustó que yo dijera: ‘Son las canciones que escuché a las criadas de mi casa”.

Granada en la infancia del escritor, una ciudad llena de músicas, de coplas y flamenco, de sonidos de una calle por donde pasaban carros, mulos, gallinas o pavos. “Recuerdo aquellas navidades con los paveros, desfilando con sus pavos por las calles. Los vendían a un duro, fuera el que fuera… Usted elige el pavo que quiera y paga un duro. Así la gente pasó a llamar un pavo al duro. Antes se decía esto cuesta tres pavos, es decir tres duros, hoy casi nadie recuerda que detrás de ese nombre estaban los pavos que habían paseado vendiéndose por la ciudad”.

El padre vigila la educación del niño. Muy pronto comienza sus lecturas. Paquito se esforzaba, no entendía nada de aquellas noticias de la guerra, de la Primera Guerra Mundial. “Sabía leer, pero no entendía, como es natural, aquellas noticias guerreras, con los alemanes avanzando por los pueblos de Francia, con aquellos nombres de pueblos cuya pronunciación haría a la manera de un niño esforzado”. El padre, que subía a la casa del Albaicín en caballo, discutía de aquella guerra con los suyos. Mantenía sus opiniones partidarias a los alemanes, justo lo contrario que las opiniones de la familia de su madre, más liberal, más cercana a los aliados. Tradicionalistas contra liberales, reaccionarios contra progresistas, dos Españas que se oponían, que discutían y se enfrentaban. Opuestos pero civilizados. Plácidos días, con la madre pintando en el jardín, y el padre, un abogado, un hombre que nunca supo prosperar en los negocios, entretenido con sus habilidades manuales, construyendo minúsculas jaulas con nácar. El niño crecía con sus juegos, sus lecturas, sus animales y sus pájaros. También con sus pájaros en la cabeza.

De paraísos y destierros

Un tiempo feliz. El adolescente se entretiene cuidando un pequeño mono que su tío Pepe, el boticario, le había traído de Guinea. “Al tío Pepe le gustaba gastar el dinero, regalarlo a montones, hasta que quebró su farmacia de la plaza de Bibarrambla. Trasladó su farmacia a las colonias, a Guinea. De allí me trajo un mono chiquitín. Lo cuidé y quise mucho, como él a mí. Todavía recuerdo que una vez lo encontré triste, sin moverse, caído… ¿Qué le pasa a este mono? Lo cogí en brazos; lo que le pasaba es que una argolla del cinturón le había atravesado la cosita de orinar y entonces estaba que se moría de tristeza. Lo levanté en brazos, le libré de esa tortura y todo el tiempo de la operación se estuvo quieto. Es decir, que el mono tuvo el talento, la sabiduría que no saben tener los seres humanos muchas veces, supo aguantar el dolor sabiendo que era para su bien”. Ese fue el primer macaco de los muchos que se cruzarían en la vida y la obra de Ayala.

Una vida con muchos gozos, con bastantes sombras. Una vida de paraísos y destierros.

“Yo he sido un desterrado desde el principio, la experiencia del exilio es para mí una experiencia fundamental, pero yo ya me había sentido expulsado del paraísos desde chico. Por ejemplo, el jardín que tengo más presente, el que todavía me acompaña en el cuadro de mi madre que conservo conmigo, es el jardín de mi abuelo. Un jardín que nunca conocí, en el que nunca llegué a entrar, al que miraba desde fuera, desde un callejón en los bordes de Granada. Nunca entré en el jardín. Nunca salté la tapia. Pero es el jardín de mis sueños, de mis felices imaginaciones infantiles, pero un jardín del que me sentía expulsado; ese sentimiento de extrañamiento, de expulsión por tanto, lo he sentido desde chico”.

Ayala bachiller. Escapándose con sus amigos por las calles prohibidas del barrio de la Manigua. “No sé por qué se llamaba con ese nombre cubano, supongo que porque estaba lleno de aquellos soldados que regresaban derrotados de los desastres de Cuba. Así llamaron a ese barrio que estaba detrás del Ayuntamiento, de la plaza del Carmen; era el barrio de las prostitutas, el lugar prohibido al que los chicos del instituto, con esa curiosidad adolescente o, digamos, con el espíritu científico de averiguar misterios que nos estaban velados, por allí nos acercábamos a ver lo que pasaba… y pasaban cosas que mejor no contar”.

Conserva una extraordinaria memoria, también para las pequeñas cosas o personas que pasaron alguna vez por su vida. Habla de una monja llamada Filomena, una priora con toda la barba: “Se tenía que afeitar todas las semanas, llegaba el sábado con la cara bien cubierta de barba, más que yo ahora… Era la que capitaneaba a aquel rebaño de monjitas. Un día entró como una fiera a la clase, comenzó a discutir con otra monja, comenzó a darle empujones, la sacó de la clase a golpes. Nosotros estábamos aterrados con el espectáculo, sin saber qué pensar; luego los pensamientos vienen y uno va reconstruyendo el fondo de la situación, claro”. Detiene su narración, así nos deja, como en suspenso, con su expresivo silencio, con su memoria que se escapa hacia el fondo de algún vaso. Allí donde habitan los recuerdos de su vida.

Las armas y las letras

El joven aprendiz de escritor sueña con el próximo traslado a Madrid. Una capital imaginada, vista en los periódicos, deseada por un chico que comenzaba a escribir, que no paraba de leer. Entre sus soledades, acompañado por sus libros, por los entonces solitarios jardines de la Alhambra, podemos imaginar a Ayala sentado en un banco, entretenido con las novelas de Alejandro Dumas. Se recuerda hablando con palabras del Quijote. “Empecé a hablar con ese lenguaje, de pronto, para increpar a los supuestos enemigos, que podrían ser mis primos, mis hermanos; empleaba palabras gruesas, insultos que resultaban extemporáneos, no tenía ni idea del valor de aquellas palabras. Una vez me preguntó mi madre: de dónde has sacado esas palabras… de ese libro. Se sorprendió, no se imaginaba que estaba leyendo el Quijote. Yo tendría unos doce años”.

No se olvida de otro objeto de aquellos años, su primera pistola, la que le hacía imaginarse un personaje de Dumas. Una pequeña pistola que disparaba un balín inofensivo, eso creía el joven, no era lo que pensaba su padre: “Llevaba oculta aquella pistola, me acompañaba hasta para dormir. Yo creo que me delató un primo envidioso. Y una mañana al despertarme busco la pistola bajo mi almohada, no estaba”.

Tardó mucho en llevar pistola. Tuvo una que nunca olvidará. Volvía, porque consideraba su deber regresar a su país, a la España republicana y en guerra. Un barco hasta Lisboa. En la capital portuguesa, el embajador, Claudio Sánchez Albornoz, que ya se sentía preso en aquel destino, le aconsejó que no regresara, que siguiera su viaje. Pudieron tomar un barco alemán que hacía la travesía hasta Cherburgo, con escala en Vigo para desembarcar a varios gallegos repatriados. Ayala llevaba un pasaporte de la República que le podía delatar. Hasta Vigo lo hicieron emboscados en su camarote; no deberían hacerse notar ante los oficiales alemanes, pero alguna vez había que salir del camarote, tenían que comer. Estaban en una esquinada mesa del comedor, se les acercó un médico argentino y les informó que el capitán alemán del barco alardeó durante la comida de que a los españoles que bajaran en Vigo les pediría hacer el saludo fascista. Al que se negara lo mandaría fusilar de inmediato. Ayala no estaba dispuesto a saludar como lo que no era. Ni pensaba gritar viva Franco. No permitiría que se les desembarcara en la ciudad de Vigo, que ya estaba en poder de los sublevados. “Esa pistola, sí, esa sí fue una pistola importante en mi vida. Una pistola de verdad. Durante más de treinta minutos, anclados en el puerto de Vigo, encerrado con mi mujer y mi hija en aquel camarote, mientras desembarcaban a aquellos pobres españoles, a los pobres emigrantes que volvían, entonces sí pensé que tendría que hacer uso de mi pistola. Vivimos unos momentos de angustia. No llegaron a nuestros camarotes, eran de primera clase y creyeron que todos los españoles viajaban como aquellos humildes emigrantes gallegos. No nos hubieran desembarcado, no me hubieran hecho saludar como un fascista, no nos hubieran sacado vivos de allí… Uno nunca sabe cómo hubiera terminado aquello, no sabe cómo actuará en los momentos del peligro. No lo sé, pero creo que hubiera utilizado aquella pistola, y no contra los enemigos…”.

Madrid, la forja de un escritor

La familia ha de trasladarse a Madrid. Las cosas no iban económicamente bien. El padre tenía que buscar trabajo. Algo poco habitual en esa familia en la que muchos se enorgullecían de su condición de señoritos, de personas que vivían de sus rentas y no del trabajo. Francisco tuvo la fortuna de haber sido prácticamente adoptado por su padrino, un hombre rico y generoso. Podía continuar sus estudios, dedicar su tiempo a la que ya era su mayor pasión, la escritura. “Yo he escrito desde siempre; claro, primero serían pavadas, tonterías, pero siempre estuve escribiendo. El sentido de mi vida está en la literatura, esa es la verdad y creo que la literatura es la verdadera realidad. A la vejez última he descubierto que eso de literatura y realidad es una falsa contraposición, la realidad es la literatura. La realidad real, no es real, no existe”.

El Madrid con el que se encontró el quinceañero Ayala en nada se parecía al que había visto en las revistas ilustradas. Pronto cambió de opinión. Pasó de la decepción al descubrimiento de otros mundos. Conoció el popular Madrid galdosiano, fue testigo de la modernización de la ciudad, disfrutó en las tertulias de sus cafés, pasó muchas horas en la Biblioteca Nacional, compró libros en la cuesta de Moyano, empezó a visitar las redacciones, terminó su bachiller, comenzó la carrera de Derecho. Madrid era una ciudad que se abría para ese joven escritor: “Fue Melchor Fernández Almagro, que ya era amigo de la familia en Granada, el que me ayudó en los principios, me llevó por todas partes, me introdujo en la vida literaria y me hizo colaborar en el periódico La Época, que era el órgano del Partido Conservador… También hacía sapos, es decir, artículos para periódicos en los que te pagaban con entradas gratis para algún teatro. Una manera no mala de empezar en lo literario; te publicaban, te ponía en contacto con el mundo de la prensa, de la literatura, del ambiente y te hacían sentir dentro”.

No se podía estar en el ambiente, en el periodismo o la literatura, si no estabas en alguna tertulia, si no encontrabas tu acomodo en alguno de los cafés que fueron espacios centrales de la vida ciudadana. “Se pasaba de una tertulia a la otra, la mayoría eran abiertas, en aquellos cafés que llenaban el espacio entre la Puerta del Sol a la Puerta de Alcalá. Fundamental para mí fue ser admitido en una de aquellas tertulias, la de la Revista de Occidente, la tertulia de Ortega. Una tertulia con invitación, muy interesante porque Ortega trataba que los contertulios fueran un grupo heterogéneo. Recuerdo como una aparición la llegada de Victoria Ocampo; impresionaba su elegancia, su cultura, su refinamiento, fue una sensación”.

Cuando recuerda a Azaña lo hace con cercanía y decepción: “Azaña fue una antigua amistad, era muy abrupto, muy serio y severo. Cuando llegué a su tertulia, él estaba solo y no paró de hablar como él lo hacía, solemnemente pero lleno de interés en su esencia. Siempre mantuve con él una buena y difícil amistad, él era difícil… Al principio estuvo cerca de Melquiades Álvarez, que era un conservador, aunque un hombre liberal y monárquico. Azaña se presentó a las Cortes por su partido, pero no consiguió el escaño como candidato liberal monárquico… Pasó el tiempo, vino lo que vino, y este hombre, este intelectual, se encuentra de pronto elevado a la jefatura del Gobierno de España”.

Ayala, memoria viva y malicioso humor: “Recuerdo aquella tarde en que subía en un ascensor en compañía de García Morente, yo creo que a alguna conferencia de Ortega, y en el ascensor había un fuerte olor a perfume. Tenemos dama, parece que esta tarde tenemos visita de señora, le digo. No, me contesta Morente, eso es que ya ha llegado Zubiri. Así era, el perfume pertenecía al ex cura, al destacado alumno de Ortega, Xavier Zubiri”.

Una aventura motorizada e institucionista: “Habíamos pasado un día en la sierra, algo muy común entre las gentes de la Institución Libre de Enseñanza; había comprado mi primer coche, me ofrecí a llevar al tan respetado profesor que había estado en el tribunal de mis oposiciones y, más allá de la diferencia de edad, teníamos una buena amistad. Fernando de los Ríos, a pesar de su educación de austeridad, me había llevado a un mesón serrano con muy buen jamón y no mal vino. Nos pusimos morados. Había que regresar a Madrid. Yo, en mi impericia, o quizá por el vino, me puse nervioso y rompí el cambio en plena cuesta abajo. Bajamos sin embrague, a toda pastilla, frenando como pude, intentando que no se quemaran los frenos. Don Fernando, sorprendido, me decía: ‘Ayala, no le parece que vamos un poco deprisa’. No, no, vamos bien, es la cuesta. Yo estaba realmente preocupado. Llegamos, no sé cómo, hasta el final de la gran bajada. Me imagino que él iría sudando. Pero tranquilamente, al llegar me dijo: ‘Muy bien, lo ha hecho muy bien, conduce usted maravillosamente’. Nunca le conté nada. Nunca volvió a subir en mi coche”.

Amor y República

Berlín era el centro del mundo. Allí, con una pensión de estudios, se va Ayala. Tiene 23 años: “Berlín era un foco, como luego lo ha sido Nueva York, era un mundo distinto, en ebullición, muy especial. Al llegar a Berlín, el tren paraba en el centro de la ciudad, al salir me encuentro unos hombres, unos tiarrones vestidos de mujeres, pintarrajeados… Eran unos travestidos, algo insólito entonces para nuestros ojos. Berlín era la libertad, la transigencia, la ruptura y el cambio de tantos modelos, de tantas formas de vida y pensamiento. No notábamos el nazismo, eso estaba debajo, no lo vimos”.

Vuelve a una España en la que se anunciaban cambios, la República más cerca. Y sigue el magisterio de Ortega. “Ciertamente fue un maestro, pero no un maestro infalible para mí. Yo nunca he tenido una devoción cerrada y absoluta por nadie. Yo respeté, sigo respetando sus ideas, su gran personalidad, pero eso no quiere decir que yo suscriba cada una de sus palabras. Ha tenido discípulos de ese tipo, pero a mí no me ha hecho daño, el seguimiento sin fisuras de algunos creo que les ha dañado. Yo le he visto siempre con respeto, desde fuera, nunca he sido un íncubo. Mantengo sus ideas en un armario, en un cajón, son de una época; las ideas, todas, pertenecen a una época”.

Llegó la República, entre sus amigos había euforia. También Ayala la recibió con alegría. Pero atemperaba sus pasiones, le gustaba afirmar su voluntad de independencia. Ante la insistencia de sus amigos, en la explosiva fiesta del 14 de abril que celebraba en la Granja del Henar, se pusieron la insignia tricolor en el pecho, también Ayala. Al terminar el festejo, al separarse de sus amigos, se quitó aquel emblema: “No era cuestión, en aquellos momentos de general euforia, ponerse uno a explicarle a cada cual la resistencia que siempre he tenido a embanderarme, a catalogarme, mi repugnancia a hacer alarde de unas convicciones que, como ellos bien sabían, compartía con todo el mundo. Tan pronto como me vi de nuevo a solas me quité el moñito”.

Sigue siendo así. Libre, independiente, sin banderas. Un español que creyó en la España republicana, criticó sus errores, se escapó de los vencedores, conoció de cerca la muerte, el asesinato cruel e injusto de alguno de los suyos y que tuvo que partir al exilio.

“Yo fui colaborador de la Gaceta Literaria de Jiménez Caballero. Aquella colaboración fue uno de los caminos, uno de los sitios, de las ventanas por donde yo me podía asomar al mundo. Nada tenía que ver con Giménez Caballero, pero tenía una personalidad fascinante, era un extraordinario personaje, muy alocado y muy agudo. Yo me sentía en una casa de fieras, pero, caray, qué fiera más interesante, sobre todo al lado de otras aburridas y rutinarias fieras”.

Compartió con el extravagante fascista el amor por el cine. “Para mí el cine es una de las más importantes expresiones que ha tenido la expresión de la cultura en el pasado siglo. El cine y mi vida han sido inseparables, lo fueron desde el comienzo y lo es hasta ahora. La primera vez que fui al cine la recuerdo, en un cine de la Gran Vía granadina. Al que fui con mi madre. La película era La bestia humana, basada en la novela de Zola. La actriz era la estrella italiana Francesca Bertini, que aparecía en la pantalla en un primer plano y jadeando, ah, ah, ah, y entonces yo le decía a mi madre: ‘Mamá, esa es la bestia humana’, y ella me decía: ‘calla, tonto’. Los recuerdos infantiles son muy vivos, persisten, son misteriosos. Uno se puede olvidar de lo que comió ayer, pero recuerda una comida de hace noventa años”.

Queridos y malqueridos

El cine, los modernos, los extravagantes, las extravagancias. De Gómez de la Serna: “La relación que uno pueda tener con las grandes figuras contemporáneas puede ser muy variada, y en mi caso, con Gómez de la Serna, fue una relación ambivalente. Admiración, aprecio por su genialidad, por su obra y rechazo por su personalidad humana. Así me pasa desde el primer momento, desde el primer encuentro en la tertulia de Pombo. Allí me encontré con una escena que me pareció horrible, por allí estaba un conocido mendigo al que llamaban Pirandello. Un pobre hombre del que se reían; les hacía gracia su rareza, su locura, su condición, no sé… le daban algún dinerillo, una propina, algo para que comiera… Me pareció atroz que Ramón se prestara a eso. Tenía algo de actuación continua, de actuación que no era fingida sino que era una autoexpresión… Era un hombre con miedo. Me molestaba que una vez en Argentina levantara el puño, después levantara el brazo para volver. No le importaba un pito la política, quizá siempre con una tendencia conservadora, pero sobre todo conservador porque tenía miedo, miedo a la vida, a los resfriados, a los atropellos… vivía asustado”.

Azaña, González Ruano, Negrín, Salazar Chapela, Cernuda, Rosa Chacel, María Zambrano; con ellos, con muchos más tuvo Ayala cercana relación: “Recuerdo a María Zambrano de antes de la guerra, en la tertulia de la Revista de Occidente. Ortega siempre encantado por recibir visitas de señoras, y si además eran como entonces era María, los contertulios se concentraban más en sus piernas que en sus palabras”.

Durante la guerra trabajó para el Ministerio de Relaciones Exteriores; repartió su tiempo entre Madrid, Valencia y sus contactos en Praga. Habla del cantante Miguel de Molina, al que vio actuar ante la tropa miliciana en algún teatro de Valencia, o recuerda a José Robles, el profesor, traductor y amigo de John Dos Passos –el personaje del libro Enterrar a los muertos, de Ignacio Martínez de Pisón– y uno de los primeros asesinados por el estalinismo. “Robles era un hombre ingenuo, inocente. Culto, conocedor de varios idiomas, republicano que trabajó en Valencia para la embajada soviética. Parece que cometió la ligereza de hablar con demasiada libertad, que contó una cosa que sólo él podía saber, una cosa sin importancia, pero que le costó la vida. Lo mataron. Yo recuerdo a su pobre mujer preguntando por él, moviéndose con un hijo pequeño, acudiendo a todos los lugares donde pensaba que podían saber de su marido. Un asunto horrible, todavía hay quién tiene dudas, para mí está bastante claro”.

El exilio, la vida otra vez

Con emoción habla de la muerte de Machado. Una desaparición que le sigue pareciendo –con el fusilamiento de Lorca– el resumen de las tragedias que los españoles han vivido en la guerra. “Es una fatalidad que el camino al exilio y la muerte de Machado, en compañía de su anciana madre, el final de ese gran poeta, las circunstancias en las que se produce sean las que mejor simbolicen el sufrimiento de todo una nación, de un país”.

Había que salir. Buscar otra vida. Pensar en el futuro, no olvidar, pero vivir sin tener que mirar continuamente hacia atrás. No podía pensar en Europa, ya había crecido el huevo de la serpiente. Buenos Aires sería su destino. “Recién llegados a Buenos Aires, todavía en un hotel, apareció un señor que me quería ver. Era Borges. Yo tenía amistad con su hermana Norah. Nos sentamos en el bar, comenzó a hablar de literatura, siguió hablando de otras cosas, nunca hablamos de la guerra, de la derrota, de lo duro del exilio. Siempre me he entendido bien con Borges, incluso sin hablar demasiado”. Normalizó su vida, se relacionó con los españoles del exilio, pero nunca estuvo en ese lado de las nostalgias del regreso. “Yo quería integrarme en la nueva realidad y no enquistarme como tantos hicieron. No quería ser uno de esos republicanos de café, dando vueltas al pasado, pensando obsesivamente en un regreso que, cuando menos, parecía bastante incierto. Yo no quería pensar en volver a España en mucho tiempo, quizá nunca. Sabía que nunca podría regresar a la España que dejé, que volvería a otra España muy distinta a la que habíamos vivido. Me sorprendían muchos compatriotas que cada día soñaban con volver mañana, regresar a sus mismos puestos. Yo no quería que me pasara lo que a un antiguo amigo, a un conocido escritor, que después de haber hecho su carrera en América, volvió y se sintió desencantado porque aquello que vio ya no era lo que había dejado. ¡Pero qué se pensaba, ni al día siguiente hubiera sido lo mismo que dejamos!

Han pasado años, ciudades, obras, Ayala cumple cien años. Vive, disfruta, bebe, trabaja, come, sonríe, escribe y sigue paseando por el centro de Madrid. Asistirá a su centenario. Una ciudad, un mundo, un país que fue reconociendo, recuperando, redescubriendo o encontrándose por primera vez con la vida y la obra de un hombre, de un escritor, de un pensador que nunca se dejó usurpar su libertad. Los primeros cien años de un perseguidor de ilusiones.

La familia

Francisco Ayala nació en Granada, el 16 de marzo de 1906, hijo del abogado Francisco Ayala Arroyo y de Luz García Duarte. Tuvo seis hermanos: José Luis, Eduardo, Vicente, Rafael, Enrique y Mari Luz. La educación sentimental de Ayala estuvo marcada por las aficiones artísticas de la madre y por el prestigio civil de la figura del abuelo materno, Eduardo García Duarte, médico republicano y rector de la Universidad de Granada. A finales de 1922, a causa de problemas económicos, la familia se trasladó a Madrid. En 1930, mientras disfrutaba en Berlín de una beca de estudios, conoció a la joven chilena Etelvina Silva Vargas, con la que se casó en enero de 1931. El matrimonio tuvo una hija, Nina, nacida en 1934. Después de la proclamación de la Segunda República, el padre de Francisco Ayala fue nombrado administrador del monasterio de las Huelgas, en Burgos. Invitado a dictar conferencias en Chile, el golpe militar de 1936 sorprendió al escritor en América, acompañado de su mujer y su hija. Durante la guerra fueron ejecutados su padre y su hermano Rafael, y encarcelados sus hermanos José Luis y Vicente. La madre había muerto antes de iniciarse la contienda. Una hermana de Etelvina, entrando en la España franquista desde Alemania, consiguió sacar de Burgos a los dos hermanos pequeños, de los que se hizo cargo Ayala. La familia vivió en Valencia, Praga, Marsella y Barcelona. En 1939 salió al exilio, fijando su residencia en Buenos Aires, en donde se relacionó con los círculos literarios argentinos, y se dedicó a la narrativa, a la traducción y al ensayo político y sociológico. Los azares del exilio condujeron después a la familia a Río de Janeiro, San Juan de Puerto Rico y Nueva York. Allí se casó su hija, naciendo en 1966 su nieta Juliet. Profesor de literatura española en diversas universidades norteamericanas, a mitad de los años setenta conoció a la profesora Carolyn Richmond, que se convertiría en 1976 en su compañera y, años más tarde, en su segunda mujer.

La historia

Ayala publicó su primera novela, Tragicomedia de un hombre sin espíritu, en 1925. Entró después en contacto con la joven literatura de vanguardia, colaboró en La Gaceta Literaria y frecuentó la tertulia de la Revista de Occidente. Profesor de Derecho Político desde 1928, en su formación intelectual se unieron la herencia de la Institución Libre de Enseñanza, la tradición liberal y las preocupaciones sociales. Importancia especial cobraron los magisterios de Adolfo Posada, José Ortega y Gasset, Fernando de los Ríos y Luis Jiménez de Asúa. Su experiencia en el Berlín de 1930, coincidiendo con el ascenso del nazismo, se plasmó en sus artículos en la revista Política. Amigo de Azaña, fue militante de Izquierda Republicana. En 1932 accedió al cuerpo de letrados de las Cortes, y en 1935 obtuvo la cátedra de Derecho Político. Aunque le sorprendió la Guerra Civil en América, volvió a España para ponerse al servicio del Gobierno, colaborando en labores diplomáticas y dirigiendo el Comité de Ayuda a la España Republicana. Salió al exilio en febrero de 1939, llegando a Buenos Aires después de pasar por Francia, La Habana y Chile. En Argentina pudo integrarse con facilidad en los ambientes literarios e intelectuales argentinos, gracias a sus antiguas relaciones con Guillermo de Torre, la pintora Norah Borges y su hermano Jorge Luis. En 1947 puso en marcha la revista Realidad, una de las publicaciones más importantes de la época. En sus ensayos sobre la libertad y en su Tratado de sociología estudió la situación del mundo después de la Segunda Guerra Mundial. Ayala apostó por aprovechar el descrédito de los viejos Estados nacionales para extender la razón democrática en un mundo tecnológicamente unificado. Apostó también por el diálogo de los escritores exiliados con la España interior en busca de una nueva democracia. A partir de 1950 fue profesor de ciencias sociales en Puerto Rico y de literatura española en Estados Unidos. Regresó definitivamente a España en 1976.

El regreso

En 1960, en viaje privado, Francisco Ayala volvió a España. El escritor se integró poco a poco en la vida de su país, pero sin aceptar ningún tipo de relación con el Estado franquista. El carácter intelectual de Ayala, no muy partidario de las nostalgias y preocupado siempre por las situaciones históricas concretas, le ayudó a comprender la nueva realidad española, marcada por un desarrollo económico que hacía inviable la permanencia del régimen. Sus análisis publicados en España, a la fecha (1965, 1977) fueron testimonio de una lucidez extrema. Antes de su regreso definitivo en 1976, el escritor se había convertido ya en una referencia moral para la nueva sociedad española. Ayala representaba la narrativa del exilio, con títulos tan importantes como Los usurpadores (1949), La cabeza del cordero (1949), Historia de macacos (1953), Muertes de perro (1958) y El fondo del vaso (1962). Y recibió el Premio de la Crítica por El jardín de las delicias (1971). Pero, además, ensayos como El problema del liberalismo (1941, 1943) habían hecho de él un ejemplo de la tradición liberal española, una referencia de respeto y civismo que los lectores descubrieron en los libros y en los artículos de prensa, y que sus amigos pudieron confirmar en la austeridad decente y distinguida, casi institucionista, de su casa de la calle del Marqués de Cubas. Ayala, partidario de la modernidad, no dudó nunca en adaptarse a las nuevas técnicas, pasando a lo largo de su vida del plumín a la estilográfica y de la máquina de escribir al ordenador. Pero cuando sale a la calle representa una moral por desgracia en desuso: la moral del ciudadano educado y respetuoso que sabe conversar con un idioma pausado y rico, atiende a los argumentos del otro y defiende sus puntos de vista sin dogmatismos. En la ciudad de hoy, la figura de Ayala representa una conciencia cívica, tan pudorosa como firme, que ha sobrevivido a un siglo de guerras, dictaduras, campos de concentración y bombas atómicas. Feliz cumpleaños.

Luis García Montero coordina la Exposición sobre Ayala, patrocinada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales. Autor, con Javier Rioyo, del documental ‘La ilusión perseguida’.

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Los Reyes de Suecia, en la Alhambra

Los Reyes de Suecia, en la Alhambra

Carlos Gustavo y Silvia de Suecia visitaron ayer la Alhambra acompañados de un grupo de amigos, con los que han viajado hasta Granada con motivo del 30 aniversario de su boda. En su recorrido por el conjunto monumental nazarí, los Reyes de Suecia, que durante esta semana esquiaron en Sierra Nevada, recibieron las explicaciones de la directora del Patronato de la Alhambra, María del Mar Villafranca, y del profesor del Departamento de Estudios Semíticos de Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, Emilio de Santiago. En su visita, el matrimonio, además de hacer el recorrido habitual, visitó la planta superior de la sala Dos Hermanas, que en su día fueron las estancias de la madre de Boabdil; la Torre de las Damas, y la Torre de las Infantas.
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Granada impartirá 29 cursos de máster adaptados a la enseñanza de la UE

el 30% de la oferta de andalucía

Granada impartirá 29 cursos de máster adaptados a la enseñanza de la UE

e. o.
requisitos. Los másters tendrán que tener al menos 10 alumnos.

A. G.
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granada. La Universidad de Granada ofrecerá a partir del curso 2007-08 los primeros másters oficiales adaptados a las nuevas directrices del Espacio Europeo de Educación Superior. La Universidad de Granada será la que ponga en marcha un mayor número de nuevos estudios con un total de 21 posgrados y 29 másters, seguida de Sevilla con 10 posgrados y 18 másters.
Se trata de cursos que tienen su origen directo en programas de doctorado reconocidos con la mención de calidad por el Ministerio de Educación y Ciencia. Los programas se ajustarán a las recomendaciones de la Dirección General de Universidades de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, entre las que se destaca que sus contenidos deben orientarse a la formación para la investigación, que los recursos con que contarán no deben superar los dedicados al programa de doctorado de referencia o que no se impartirán programas con menos de 10 alumnos por título.

La aprobación final de este nuevo catálogo de másters corresponderá, en primera instancia, al Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía que lo elevará al Ministerio de Educación y Ciencia para su ratificación definitiva.

Entre los títulos que se ofertarán en 2007-08 se encuentra un máster en Hidráulica Ambiental, Nutrición Humana, Neurociencias y Dolor, Química, Derecho Constitucional Europeo, Antropología Física y Forense, Ingeniería Tisular, Arqueología y Terroritorio, Culturas árabe y hebrea, Geofísica y Meteorología y Biología Agraria y Acuicultura, entre otros.

La Universidad de Granada contará así con un 30 por ciento de los programas de postgrado impartidos por las universidades andaluzas ya que los 21 programas aprobados se traducirán en 50 títulos: 21 doctorados y 29 máster.

En cuanto al catálogo europeo de títulos de grado, la Universidad espera que esté completo a lo largo de este año, de momento el Consejo de Coordinación Universitaria sólo ha hecho públicas 13 titulaciones.

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Un profesor de Granada revela en un estudio la escasa preparación de los autores del 11-M

Un profesor de Granada revela en un estudio la escasa preparación de los autores del 11-M

EFE
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granada. Los implicados en el atentado del 11-M estaban aparentemente bien integrados y ninguno había pasado por un campo de entrenamiento ni recibido formación en técnicas terroristas, lo que resulta muy inquietante pues demuestra que grupos con escasa preparación pueden perpetrar masacres como la de Madrid.
Así se desprende del análisis de los atentados perpetrados hace dos años en la capital de España realizado por el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Granada Javier Jordán y el abogado criminalista Robert Wesley y que ha sido publicado en Terrorism Monitor, de la Jamestown Foundation, uno de los centros de investigación y divulgación de ideas más prestigiosos de Estados Unidos en temas de terrorismo internacional.

Hemos procurado que el análisis sea académico y técnico, dejando de lado la excesiva politización sufrida por el tema en España, explicó a Efe Jordán, en cuyo estudio describe sistemáticamente las claves de la formación de la red del 11-M y analiza las características más señaladas del grupo que perpetró la masacre.

Explicó que dos años después de la tragedia, la información que ha trascendido permite componer un cuadro relativamente claro de la red yihadista sobre su origen y relación con Al Qaeda en Europa.

Sin embargo, señaló Jordán, sigue habiendo dos grandes incógnitas en la investigación policial sobre los atentados de Madrid, como son quién tuvo la idea y quién fabricó las bombas.

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El FBI falló en la información sobre los atentados

INFORME JUDICIAL
El FBI falló en la información sobre los atentados

EFE. WASHINGTON

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El FBI recurrió a las mayores competencias de la Ley Patriota para exigir información de bancos y compañías sobre el abogado Brandon Mayfield, detenido por error en conexión con los atentados islamistas del 2004 en Madrid. Esa es una de las conclusiones de un informe que acaba de salir a la luz del Departamento de Justicia y que amplía la información de una versión abreviada del estudio que se publicó en enero.

La Ley Patriota, promulgada el 26 de octubre del 2001 tras los atentados del 11 de septiembre de ese año, amplió los poderes policiales contra presuntos terroristas, y los mecanismos legales para espiar a cualquier persona en cualquier lugar público o escudriñar sus documentos privados. El Gobierno de EE UU levantó el viernes el secreto oficial que mantenía sobre el documento, en el que se indica que la Ley Patriota contra el terrorismo «amplificó las consecuencias» de un error cometido por el FBI al compartir la información errónea con numerosas agencias. La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) indicó inicialmente que las huellas dactilares encontradas en Madrid en una de las bolsas que contenía los detonadores que se usaron en los atentados pertenecían a Mayfield.

Por otra parte, los expertos consideran que los implicados en el 11-M estaban aparentemente bien integrados y ninguno había pasado por un campo de entrenamiento, ni recibido formación en técnicas terroristas, lo que resulta «muy inquietante» pues demuestra que grupos con escasa preparación pueden perpetrar masacres como la de Madrid. Así se desprende del análisis de los atentados perpetrados hace dos años en la capital de España realizado por el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Granada (UGR) Javier Jordán y el abogado criminalista Robert Wesley y que ha sido publicado en «Terrorism Monitor», de la Jamestown Foundation, uno de los centros de investigación y divulgación de ideas más prestigiosos de Estados Unidos en temas de terrorismo internacional. El estudio describe sistemáticamente las claves de la formación de la red del 11-M y analiza las características más señaladas del grupo que perpetró la masacre. Jordán explicó que dos años después de la tragedia, la información que ha trascendido sobre la investigación policial permite componer un cuadro «relativamente claro».

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Espías en la Universidad

historia

Espías en la Universidad

Secretos. No todos los espías son como James Bond. En la historia hay casos de aburridos intelectuales que trabajaron para servicios secretos en las dos contiendas mundiales, durante la Guerra Fría, en Chile y en Vietnam.

rocío del árbol

Los trastornos de personalidad del espía

ISIDORO GARCÍA
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eL REPORTAJE
La imagen que se tiene de un espía es la de un tipo con una vida trepidante, curtido en las artes de la lucha (y en otras más refinadas), cosmopolita y con grandes dosis de glamour. Un tópico sacado de las películas de James Bond. Pero la vida de un espía de verdad no es tan espectacular. De hecho, en la historia reciente hay casos de aburridos profesores universitarios que, ocasionalmente, han ejercido el oficio de espía. Intelectuales como Marcuse, Adorno y Horkheimer colaboraron con la Office of Strategic Services (OSS, precursora de la CIA) en la desnazificación de Alemania; Samuel Huntington (el padre del famoso choque de civilizaciones) colaboró con los servicios secretos americanos en Vietnam; y un grupo de científicos sociales participó en el proyecto Camelot, un estudio sobre contrainsurgencia en el Chile de finales de los años 60 financiado por el Pentágono.

Los ejemplos son aportados por el profesor de la Universidad de Granada José Antonio González Alcantud en el último número de la revista Historia, Antropología y fuentes orales, dedicado a los espías. En su opinión, la relación entre las ciencias sociales y el espionaje es antigua. Los intelectuales se han puesto siempre, sobre todo en los momentos difíciles, al servicio de su patria, explica. Los servicios de espionaje franceses durante la Segunda Guerra Mundial estaban dirigidos por un antropólogo, Jacques Soustelle, añade.

En esos momentos difíciles, principalmente durante las dos grandes guerras mundiales, los gobiernos apelaban al patriotismo para recabar apoyos entre los intelectuales. Éste es el caso de la denominada Escuela de Frankfurt, un grupo de pensadores marxistas, algunos de origen judío, que se refugió en EEUU huyendo del nazismo. Tras comprobar la OSS su fidelidad a EEUU, nombres tan relevantes como Marcuse o Adorno colaboraron con esta organización en la expansión de chistes y rumores antinazis, contribuyendo en la lucha ideológica librada tras la guerra.

Sin embargo, el consenso y la colaboración en nombre del patriotismo no duró mucho. Con la Guerra Fría y la Caza de Brujas orquestada por el senador McCarthy, estos pensadores marxistas se convierten en sospechosos. Esto le ocurrió no sólo a los comunistas, sino también a progresistas como la antropóloga Margaret Mead.

Sin embargo, esta persecución no tiene nada que ver con la que sufrieron sus colegas en la Unión Soviética, que fue especialmente dura, sostiene González Alcantud. El profesor establece además una diferencia fundamental entre las dos potencias hegemónicas de la Guerra Fría. En EEUU se puede acceder a documentos desclasificados de los servicios secretos, mantiene.

Mientras que determinados pensadores pasan a ser perseguidos tras la Segunda Guerra Mundial, otros se alinean con el poder y colaboran abiertamente con los servicios secretos. Algunos de los más célebres fueron el antropólogo Peter Murdock y el historiador Karl Wittffogel, cuyo caso resulta ejemplar: al igual que Elia Kazan en el cine, Wittffogel, famoso por su teoría marxista sobre el modo de producción asiático, sufrió una conversión desde el comunismo hasta colaborar con el poder. Pero entre todos destaca el caso de Samuel Huntington, conocido por su teoría sobre el choque de civilizaciones. Huntington empezó su carrera como investigador social en los años 60 en Tailandia. Su trabajo consistió en el diseño de un programa de urbanización forzosa en Vietnam para combatir la guerrilla del vietcong, que se formaba en el mundo agrario, comenta Alcantud. Después llegó a reconocer abiertamente su participación en este proyecto y defendió su utilidad.

Esto es posible porque, en opinión del antropólogo, en EEUU hay una comprensión hacia el oficio de espía, algo que no ocurre en los países europeos. Allí el espionaje no está catalogado como una inmoralidad. Incluso se ve como un valor añadido al trabajo. De hecho, numerosas plazas norteamericanas contienen monumentos que rinden homenaje a los espías que sirvieron al país.

En Estados Unidos se da otro fenómeno que revela las buenas relaciones entre las ciencias sociales y el poder: la proliferación de fundaciones y laboratorios de pensamiento donde los intelectuales generan datos que se utilizan en las estrategias democráticas de dominio. Según Alcantud, las ciencias sociales recibieron gran cantidad de dinero como consecuencia de la Guerra Fría. La financiación procedía de los flecos de la carrera espacial y se distribuía a través de las fundaciones. Una de éstas es la Rank Corporation, vinculada al Pentágono. En España, los laboratorios de pensamiento son tan rudimentarios y con tan poca autonomía intelectual que resulta grosero comparalos con el mundo norteamericano, apostilla.

La utilización de las ciencias sociales como instrumento del poder ha generado grandes escándalos. Uno de ellos fue el proyecto Camelot: dirigido por el Departamento de Estado norteamericano y desarrollado en Chile en la época inmediatamente anterior a la llegada al poder de Salvador Allende, consistía en un estudio de prospectiva social que ensayaba técnicas de contrainsurgencia en un país latinoamericano. Cuando el estudio amenazó el cambio político en Chile se levantó un gran escándalo, no sólo en el país andino sino también en EEUU, ya que cuestionó la independencia de la Universidad. Noam Chomsky ha dedicado un libro a este asunto.

El caso del antropólogo francés Napoleón Chagnon es el más reciente. Hizo su trabajo de campo en la selva de Venezuela con los yanomamo, un pueblo indígena del que estudió su agresividad. Décadas más tarde, en los años 90, se descubrió que hubo una epidemia de viruela entre los yanomamo en la época del trabajo de Chagnon, lo que despertó suspicacias. Aunque nunca hubo una acusación formal de que provocara la epidemia, no hizo nada para evitarla y tampoco lo ha desmentido, recuerda Alcantud. Además, se da la circunstancia de que el trabajo fue financiado por la Agencia de la Energía Atómica norteamericana.

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Enamorados de Granada

GRANADA
Enamorados de Granada
Los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia visitaron ayer la Alhambra, donde hicieron multitud de preguntas y se maravillaron con la belleza del monumento
R. I. //FOTOS: EFE / GRANADA

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LOS Reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia, visitaron ayer la Alhambra acompañados de un grupo de amigos con los que han viajado hasta Granada con motivo del 30 aniversario de su boda. En su recorrido por el conjunto monumental nazarí, los reyes, que durante esta semana esquiaron en Sierra Nevada, recibieron las explicaciones de la directora del Patronato de la Alhambra, María del Mar Villafranca, y del profesor del Departamento de Estudios Semíticos de Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada Emilio de Santiago.

En su visita, que se prolongó desde las 9.30 hasta las 13.30 horas, Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, además de hacer el recorrido habitual, visitaron la planta superior de la sala Dos Hermanas, que en su día fueron las estancias de la madre de Boabdil; la Torre de las Damas, y la Torre de las Infantas, según explicó a Efe María del Mar Villafranca.

La directora del Patronato explicó que mientras el rey mostró gran interés en conocer por qué el emperador Carlos V decidió construir en el recinto su palacio y preguntó sobre el sistema hidráulico de la Alhambra, la reina se dejó atraer por los detalles artísticos y poéticos del conjunto nazarí.

Sin embargo, fueron las pinturas de la Casa de los Amigos las que más fascinaron a ambos, que hicieron multitud de preguntas sobre los frescos, que son unas de las «poquísimas» pinturas figurativas del mundo islámico del siglo XIII, apuntó Villafranca.

La directora del Patronato señaló que fue todo un honor recibir a los Reyes de Suecia, ninguno de los cuáles había estado antes en Granada, y subrayó que su visita, de carácter privado, refleja que la Alhambra sigue siendo un lugar de relevancia mundial y representa un gran atractivo para atraer visitantes.

Buenos deportistas

Los Reyes Gustavo y Silvia de Suecia, se encuentran en Sierra Nevada desde el pasado martes. Los Reyes, sus amigos y sus guardaespaldas se alojan en un lujoso hotel de Pradollano. Se comportan como cualquier otro turista. De hecho, ocupan una habitación «normal» del edificio y no las «suites reales». Se han encontrado encantados de estar en Granada.

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Las críticas del PP empañan el homenaje del 11-M

Las críticas del PP empañan el homenaje del 11-M

Rajoy recuerda la importancia vital de llegar hasta el final en la investigación de la masacre

efe/madrid | foto: fernando alvarado/efe
El segundo aniversario de los peores atentados terroristas de la historia de España agudizó las críticas del PP al Gobierno por la investigación de la masacre, en una jornada en la que miles de ciudadanos asistieron a decenas de homenajes en recuerdo de los 192 fallecidos en los trenes.
El acto central, organizado por el Ayuntamiento de Madrid, se celebró en el Parque del Retiro, donde el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, representantes institucionales y políticos –entre ellos el líder del PP, Mariano Rajoy– y de las víctimas del 11-M acudieron al llamado Bosque del Recuerdo.
El homenaje consistió en una ofrenda floral depositada por dos niños del Colegio de San Ildefonso junto a los 192 cipreses y olivos plantados en memoria a las víctimas de la masacre terrorista perpetrada hoy hace dos años.
Tras un minuto de silencio, el homenaje concluyó con la interpretación de El cant dels ocells (El canto de los pájaros), a cargo de la violonchelista Blanca Coínes.
Entretanto, en los escenarios de los atentados, también se vivían momentos de emoción.
En el segundo aniversario del 11-M, la estación de Atocha no presentaba esta mañana más recuerdos de la masacre que una treintena de velas colocadas espontáneamente en memoria de las víctimas, mientras el ir y venir de viajeros mostraba la normalidad de cualquier otro sábado.
La estación recibió a primera hora de la mañana a una delegación marroquí, compuesta por más de medio centenar de personas, entre parlamentarios, alcaldes y representantes de la sociedad civil de todo el país, que celebraron un acto de homenaje.
También, tal y como ocurrió en las semanas posteriores a los atentados, algunas personas dejaron, ramos de flores, un oso pequeño de peluche o una nota en la que se podía leer “nunca os olvidaremos, siempre estaréis en nuestros corazones”.
A pocos kilómetros de la estación de Atocha, en el barrio de El Pozo, varios cientos de personas también recordaron, en silencio y con 192 claveles rojos y blancos, a las víctimas de la masacre, 68 de ellas asesinadas en la estación de Cercanías de esta zona del distrito de Vallecas.
También, en el barrio de Santa Eugenia, unos 300 vecinos participaron en una concentración silenciosa, a las puertas de la estación de tren de cercanías, con un único mensaje: “Los vecinos no olvidamos, y este barrio sigue lamiéndose las heridas”.
Homenaje que se repitió en Alcalá de Henares, ciudad de la que partieron los trenes, y en Leganés, localidad donde tres semanas después de los atentados fallecía un policía nacional en el asalto al piso en el que se habían refugiado los terroristas.
Al margen de los actos institucionales y de homenaje a las víctimas, el segundo aniversario del 11-M también sirvió para agudizar las diferencias entre el Gobierno y el PP por la investigación de la masacre.
A la salida de un acto de la Asociación de Ayuda a Víctimas del 11-M en el que se congregaron cientos de personas, el líder del PP, Mariano Rajoy, afirmó a los periodistas que el principal mensaje que hay que transmitir a las víctimas es que “toda la gente decente está con ellos” y consideró “muy importante de cara al futuro” saber quiénes fueron los autores de los atentados de Madrid.
Siguiendo con esta idea, la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, advirtió de que “el grito de quién ha sido tiene que ser algo más que un método para derribar gobiernos” y que “la dignidad nacional exige saber quién ha sido” el responsable de aquellos atentados.
El Ejecutivo no ha respondido a estas nuevas críticas aunque sí lo han hecho dirigentes socialistas.
El secretario de Política Municipal y Libertades Públicas del PSOE, Álvaro Cuesta, acusó al PP de “intentar traficar con el terrorismo” y dijo en un acto en Sevilla, que su actitud ante el 11-M “descalifica su capacidad, no sólo para velar por la seguridad de todos, sino, desde el punto de vista ético, para hacer política”.
Por su parte, el imán de la Junta Islámica de España, Hashim Ibrahim, y el rabino de la comunidad judía de Madrid, Moisés Bendahan, abogaron ayer por la concordia frente al choque de civilizaciones hermanas, días antes de la celebración en Sevilla del Congreso Mundial de Imanes y Rabinos, que tendrá como objetivo “recuperar la palabra secuestrada por los terroristas”.

Un escenario para el recuerdo y la esperanza

Los alrededores de la estación de Atocha son el escenario escogido para instalar el monumento homenaje a las víctimas de los atentados del 11-M, con el que un grupo de jóvenes arquitectos pretende crear “un lugar para el recuerdo” y para la esperanza. Uno de los miembros del estudio FAM, Mauro Gil-Fournier, explicó que este monumento se inspira en el intercambiador de la estación, cuando, en los días posteriores a la masacre terrorista tenía todas sus paredes de vidrio cubiertas con papeles repletos de mensajes y con fotografías. “La idea era quedarnos con lo más inmaterial de ese día, que son los sentimientos de las personas, y trasladarlo un poco más lejos, a la rotonda, para que pueda ser visto todo el tiempo y por toda la gente”, señaló. Así, el monumento se compone de dos partes “íntimamente relacionadas”. Desde el exterior se podrá ver una cúpula irregular formada por bloques de vidrio de una altura de 11 metros.

Lo que se dijo

Mariano rajoy | Líder del pp
“Es muy importante, de cara al futuro, conocer a los autores”
El líder del PP, Mariano Rajoy, afirmó ayer que el principal mensaje que hay que transmitir a las víctimas del 11-M es que “toda la gente decente está con ellos” y consideró “muy importante” saber quienes fueron los autores de los atentados de Madrid.

Álvaro Cuesta | Sec. de política municipal del psoe
“El PP debería pedir disculpas por la falta de seguridad en el 11-M”
El secretario de Política Municipal del PSOE, Álvaro Cuesta, dijo que el PP demuestra “muy poca catadura moral” cuando “gasta más energías en la confrontación política”, y opinó que debería “pedir disculpas” por las “carencias en la gestión de la seguridad”.

Gotzone Mora | concejal socialista de Getxo
“Zapatero pisoteó la dignidad de las víctimas en el acto de la AVT”
La concejal socialista de Getxo (Vizcaya) y portavoz de la plataforma Profesores por la Libertad, Gotzone Mora, acusó ayer a Zapatero de “pisotear” la dignidad de las víctimas del terrorismo, durante un acto organizado por la AVT.

Instituciones laicas y religiosas muestran su apoyo a las víctimas

europa press/madrid
Apoyo, solidaridad y unidad. Estas son las palabras que resumen el sentir de la mayoría de instituciones, tanto laicas como religiosas, que en el segundo aniversario de los atentados del 11 de marzo de Madrid han querido recordar a las víctimas de la masacre. Un recuerdo que el arzobispo de Toledo, vicepresidente de la Conferencia Episcopal y recién designado cardenal, monseñor Antonio Cañizares, aprovechó para hacer un llamamiento a la “unidad de todos” porque España “la está necesitando”, ya que lo que debía haber constituido para todos una “unidad inquebrantable” en la defensa de la persona humana, está siendo “origen de división y peligroso enfrentamiento”.
Durante toda la jornada, diversas asociaciones han mostrado su repulsa a los atentados y su sentido recuerdo a las víctimas. A primera hora de la mañana la iniciativa Pacto por la Convivencia, que agrupa da diversas asociaciones ciudadanas, presentó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid la Declaración de Marzo. Se trata de una propuesta conjunta “entre el pensamiento laico y religioso” que, partiendo de una experiencia tan dolorosa como los atentados del 11-M, busca “unir esfuerzos para generar una buena convivencia entre diferentes pensamientos”.
Los promotores de esta iniciativa mostraron su satisfacción porque ya exista “una pluralidad de sensibilidades religiosas y laicas” que acepten estos principios, y confían en que esta declaración pueda ser un punto de partida que “dé cabida en el día de mañana” a procesos donde esa pluralidad se traduzca en una mayor presencia de interlocutores y “en flujos que convengan a la sociedad y generen paz”.
Una paz a la que también reclamó el cardenal Cañizares durante su intervención en la inauguración del I Congreso Diocesano de Hermandades y Cofradías. El vicepresidente de la Conferencia Episcopal tuvo un recuerdo de oración y de amor cristiano para las familias y los afectados, e insistió en la idea de que que el terrorismo es siempre injustificado y “jamás, y por nada, puede tener ni la más mínima justificación”.

Cualquier persona podría perpretar una masacre

EFE
Un estudio realizado sobre los autores de la masacre de Madrid ha puesto de manifiesto datos alarmantes como la posibilidad de que la idea de estos fuese de los propios autores.
Los implicados en el 11-M estaban aparentemente bien integrados y ninguno había pasado por un campo de entrenamiento, ni recibido formación en técnicas terroristas, lo que resulta “muy inquietante” pues demuestra que grupos con escasa preparación pueden perpetrar masacres como la de Madrid.
Así se desprende del análisis de los atentados perpetrados hace dos años en la capital de España realizado por el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Granada (UGR) Javier Jordán y el abogado criminalista Robert Wesley y que ha sido publicado en Terrorism Monitor, de la Jamestown Foundation, uno de los centros de investigación y divulgación de ideas más prestigiosos de Estados Unidos en temas de terrorismo internacional.
“Hemos procurado que el análisis sea académico y técnico, dejando de lado la excesiva politización sufrida por el tema en España”, explicó Jordán, en cuyo estudio describe sistemáticamente las claves de la formación de la red del 11-M y analiza las características más señaladas del grupo que perpetró la masacre.
Explicó que dos años después de la tragedia, la información que ha trascendido sobre la investigación policial permite componer un cuadro “relativamente claro” de la red yihadista sobre su origen y relación con Al Qaeda en Europa, el perfil de sus miembros y sus características operativas.
Sin embargo, señaló Jordán, sigue habiendo dos grandes incógnitas en la investigación policial sobre los atentados de Madrid, como son quién tuvo la idea y quién fabricó las bombas.
Apuntó que inicialmente se pensó que el grupo yihadista que perpetró los atentados actuó de acuerdo con la ideología y estrategia de Al Qaeda pero de manera independiente, mientras que en la actualidad se sabe que existía comunicación directa con personas relacionadas con la organización liderada por Osama Bin Laden.
“La duda está en si la orden partió de Al Qaeda o si los yihadistas de Madrid idearon el plan y lo sometieron a la aprobación de Al Qaeda”, añadió Jordán.
En su opinión, la posibilidad de que la orden procediese de un nivel superior dentro de Al Qaeda tiene su lógica porque en octubre de 2003 Bin Laden amenazó explícitamente a España por la presencia de sus tropas en Irak.
En diciembre de ese año, una web yihadista publicó un documento donde, tras analizar la situación política de España y la proximidad de elecciones, recomendaba intensificar los ataques contra las tropas españolas en Irak. Pocos días después, The Jihadi News Agency Global Islamic Media publicó otro escrito donde se insinuaba un posible ataque contra España fuera de Irak.
Apuntó que el perfil de los miembros del grupo que presuntamente cometió los atentados corresponde al de personas aparentemente bien integradas pues, salvo excepciones, su situación económica no era marginal, casi todos tenían permiso de residencia, estaban casados y tenían hijos, hablaban bien el español y trabajaban.
En cuanto a la financiación del grupo, Jordán explicó que en su mayor parte provino de los negocios de drogas del yihadista marroquí Jamal Ahmidan y dijo que la Policía calcula que la preparación de los atentados costó en conjunto entre 41.000 y 55.000 euros.
Respecto a la elección de la fecha, tres días antes a las elecciones generales, “tuvo muy posiblemente como finalidad alterar el resultado político porque los terroristas vivían desde hacía años en España”.
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Unos dos mil jóvenes ensayan en Vigo el macrobotellón del próximo viernes

Unos dos mil jóvenes ensayan en Vigo el macrobotellón del próximo viernes

LA VANGUARDIA – 13/03/2006
MADRID

.(Agencias.) – Si en Sevilla fueron cinco mil, nosotros seremos más. Pásalo. Este mensaje de correo electrónico o de móvil circula como la pólvora en las últimas semanas. Una ciberquedada nacional que cita a todos los jóvenes el próximo viernes 17 en la plaza más mítica de su ciudad como modo de protesta contra la ley Antibotellón. En la noche del sábado, y a modo de ensayo general, en Vigo cerca de dos mil jóvenes acudieron a la cita etílica, sin que se registrasen incidentes destacables.

Las autoridades sanitarias ya han mostrado su preocupación por esta forma de ocio. La ministra de Sanidad, Elena Salgado, incluso ha calificado de atentado contra la salud estas competiciones de alcohol.

Los vecinos de las zonas donde se celebran estos macrobotellones también han protestado por las molestias que ocasionan. A pesar de que en las concentraciones celebradas hasta ahora no se han producido problemas importantes, las calles quedan inundadas de restos de botellas, vasos y bolsas de plástico.

Todo comenzó el 16 de febrero cuando en Sevilla, y con motivo del fin de los exámenes universitarios, más de cinco mil jóvenes se congregaban para beber. Otras ciudades andaluzas siguieron el ejemplo, como Granada o Córdoba.

En la noche del sábado cerca de dos mil jóvenes participaron en un macrobotellón que se celebró en la plaza de la Estrella de Vigo y en el que no hubo incidentes destacables. Protección Civil atendió a tres heridos de carácter leve por peleas.

Esta invitación masiva a beber alcohol en la calle coincide con la publicación de los resultados de un estudio de la Universidad de Granada que revela que el consumo de alcohol en adolescentes altera los niveles de las hormonas sexuales y de crecimiento. El estudio fue elaborado con muestras de sangre tomadas en jóvenes de ambos sexos que fueron atendidos en urgencias con síntomas de intoxicación etílica tras estar de botellón. Según el estudio, en estado de embrieguez, los varones muestran una disminución significativa de los niveles de testosterona, mientras que en las mujeres se produce un aumento significativo. La testosterona tiene un papel crucial en la pubertad, ya que es la responsable de la aparición de los caracteres sexuales del varón.

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Francisco Ayala cumplirá 100 años el próximo jueves

CULTURA
EDICIÓN IMPRESA – Cultura
Francisco Ayala cumplirá 100 años el próximo jueves

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ABC

MADRID/GRANADA.Atento siempre a la realidad que le rodea, el escritor Francisco Ayala, que el próximo jueves cumple cien años, afirma que la situación nacional e internacional le parece «sumamente preocupante», hasta el punto de que siente pena por sus descendientes porque «el mundo que se avecina no es muy digno de ser vivido».

«Quizá me equivoque, quizá sea una preocupación de viejo tonto, pero los datos reales que ofrece la prensa no son muy animadores», asegura Ayala a Efe, El escritor disfruta de buena salud, pero no se hace «ilusiones tontas» y sabe que el final de su vida no puede estar lejos. «Llega el momento en que uno acepta esa situación y está dispuesto; cuando eso sucede ya no se hacen especulaciones sobre el futuro ni planes ni proyectos, sólo cabe desear que la vida termine de un modo razonable». «Simplemente con mantener la dignidad, que no es pequeña tarea a veces, ya basta».

Tanto él como su mujer, la hispanista estadounidense Carolyn Richmond, tenían intención de celebrar el cumpleaños de la forma más discreta posible, pero la importancia de la obra literaria de Ayala y la enorme lucidez que ha demostrado a lo largo de su vida han convertido el centenario en un acontecimiento cultural de primer orden.

El jueves, 16 de marzo, se rendirá homenaje al escritor en una cena presidida por los Reyes en la Biblioteca Nacional, a la que asistirán, entre otros, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y la ministra de Cultura, Carmen Calvo. «Los Reyes han sido muy amables para conmigo, y yo les estoy muy agradecido», asegura Ayala, quien elogia «la espontaneidad» que ha encontrado siempre en ellos y «la sensibilidad tan humana» de la Reina.

No cerrar los ojos al mundo es una de las cosas que ha ayudado a vivir tantos años a este narrador, ensayista, traductor, crítico y profesor. Otra, añade, han sido los genes y también «hacer una vida discretamente normal, sin cometer excesos» que pudieran dañar su salud.

Pero Carolyn Richmond interviene en la conversación para decir que lo que más ha contribuido a la longevidad de Ayala ha sido «la voluntad de vivir: has estado al borde de la muerte y has querido sobrevivir», afirma la hispanista, al referirse a las graves enfermedades que el escritor padeció hace unos años y que superó con gran dificultad.

Conferencia en Granada

Por otra parte, la Universidad de Granada homenajeará a Francisco Ayala en su centenario con un ciclo de conferencias que arranca hoy con la participación de Thomas Mermall, catedrático emérito de la Universidad de Nueva York y especialista mundial en la obra del escritor granadino.

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