Suspendidas las clases en Odontología por el mal estado del Colegio Máximo.
La UGR estudia qué peligro real existe en el edificio tras derrumbarse un falso techo.
Los alumnos de la Facultad de Odontología no se sienten seguros en el Colegio Máximo, sede de este centro universitario, sita en el campus de Cartuja. A finales de la semana pasada se desplomó parte de un falso techo en el despacho de un profesor -por suerte éste no se encontraba en ese momento- y también hay problemas en algunas aulas. Esa es una versión y otra es que todo el edificio debe quedar inhabilitado para que no se puedan dar clases. Esta es la conclusión de la arquitecta que se había hecho cargo del proyecto de rehabilitación de la cubierta del Colegio Máximo. Una profesional, que por cierto, ha abandonado este trabajo después de que se creyera que es una medida «excesiva».
El rector de la Universidad de Granada (UGR), David Aguilar, explicó ayer a este periódico que «hoy mismo se están tomando otras opiniones» y agregó que «es una medida que parece un poco excesiva». Añadió que había dado instrucciones para que se haga un exhaustivo seguimiento para cerciorarse de que no hay peligro y «ante la más mínima duda, todas las medidas de restricción».
La cubierta se derrumba
Un nuevo equipo de técnicos estaba ayer en el Colegio Máximo, que también alberga a la Facultad de Biblioteconomía y Documentación, evaluando la situación. Se habían acordonado diferentes zonas y los alumnos se fueron a protestar al Rectorado. Fue a través de ellos que se enteró el rector de lo que estaba pasando. Los estudiantes, un grupo muy numerosos, se concentraron en las puertas del Hospital Real para protestar por la inseguridad y por la pérdida de prácticas que están sufriendo. Están hartos y cansados. Aseguran que han perdido más de la mitad de las prácticas y que no están seguros.
La clínica uno y la dos estaban ayer precintadas al igual que otras dependencias. La clínica uno ya presentó problemas el año pasado y está cerrada desde entonces. El techo cedió. La semana pasada, a finales, fue cuando se llevaron el mayor susto. Parece ser que a raíz de una sobrecarga en un falso techo este cedió y se vino a bajo en el despacho de un profesor. Suerte que éste en ese momento estaba fuera del centro. El rector explicó ayer, que en un principio a falta de estudios más detallados por el nuevo arquitecto, parece ser que ha cedido una viga.
Aguilar conoció lo que pasa en la Facultad de Odontología, ya que parece que en la Facultad de Biblioteconomía y Documentación que está en el mismo edificio no hay problemas de este tipo, ayer por la mañana cuando los alumnos fueron a pedir explicaciones. También se reunieron con el vicerrector de Ordenación Académica. Los alumnos están cabreados, porque no se sienten seguros y porque están perdiendo «muchas» horas de clase. Tras la reunión con los responsables universitarios y la comunicación al resto de sus compañeros, decidieron en las mismas puertas del Rectorado iniciar hoy a las 8.00 de la mañana una huelga.
Desde el Rectorado les comunicaron que se iba a suspender la actividad en el centro durante dos o tres días, no obstante, ellos decidieron ayer iniciar una huelga. Denuncian que han perdido la mitad de las prácticas y que al estar cerrada la clínica uno «la calidad de las prácticas es peor».
En el caso de que no haya peligro, el rector pidió al vicerrector y a los alumnos que busquen fórmulas para recuperar las prácticas perdidas. Todo, lo más rápido posible.
Medio millar de alumnos
La Facultad de Odontología es una de las que cuenta con un menor número de alumnos en la UGR, poco más de 500. Estudian en el Colegio Máximo, edificio catalogado como Bien de Interés Cultural, que se está rehabilitando desde hace un tiempo. Primero fue la capilla, convertida en salón de actos, que está en Biblioteconomía y otros espacios, y ahora la cubierta. Fue convento de la compañía de Jesús en el campus de Cartuja y es uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura del siglo XIX.
Tras varios años de obras en el Colegio Máximo, unas de las cuales ocasionaron la venta a un chatarrero de la antigua rotativa de Patria que produjeron la destitución del anterior arquitecto, los alumnos y el resto del personal no se fían. La UGR promete toda precaución y medidas.
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