La mala docencia y la convivencia son las principales quejas a la Defensora.
El profesorado se lamenta más de problemas con compañeros y los alumnos de la enseñanza Fenoll presenta el viernes al claustro el informe con 90 expedientes y 157 consultas recibidas.
Una alumna denuncia trato humillante por parte de un profesor durante el transcurso de una clase. Un alumno denuncia la peligrosidad de una escalera ubicada en un campus de la Universidad, tanto por sus características como por su mala iluminación. Un grupo de estudiantes se quejan de la falta de capacitación docente de una profesora. Un estudiante denuncia a su profesor por no haberse presentado el día del examen. Estas son sólo algunas de la retahíla de quejas presentadas por los alumnos a la Defensora Universitaria de la Universidad de Granada (UGR) y recogidas en la memoria anual que el próximo viernes, día 13, será sometida a votación en el claustro. Los alumnos son los que más se quejan y la naturaleza de su malestar está enfocado mayoritariamente a cuatro parcelas: docencia (40%), servicios e infraestructuras (19%), organización docente (11%) y convivencia universitaria (9%). No están muy contentos.
El personal de administración y servicios es el menos quejica, por lo menos a la hora de presentar expedientes y recursos ante la Defensora Universitaria. Sólo aglutinan en la memoria que se votará el viernes, día 13, y que hace referencia al año 2006, el 3% de las quejas. En cambio, los alumnos han presentado 62 quejas (69%). El personal docente e investigador (PDI) ha pedido el asesoramiento y ayuda de la Defensora en 25 ocasiones (28%). En este último caso, llama la atención que la mayoría de las veces haya sido por cuestiones relacionadas con la convivencia universitaria así como personal.
En la relación de quejas presentadas por el cuerpo docente se recogen enunciados tan sorprendentes como que varios profesores denunciaron un supuesto acoso laboral dentro de su departamento; una becaria adscrita a un proyecto de investigación denuncia al director de éste de un presunto acoso y, en particular, por haber cursado un escrito de renuncia sin su consentimiento; o que una profesora se muestra disconforme con una orden del director donde se le conmina a dejar libres determinadas dependencias, dicho conflicto lo sitúa en un contexto más general relacionado con un supuesto acoso contra su persona. No son los únicos. También han expresado su malestar a la Defensora Universitaria por cuestiones relacionadas con servicios e infraestructuras, docencia, organización docente o procedimientos administrativos.
En el caso del PAS sólo se registraron en este departamento de la Universidad granadina, dirigido por la profesora Purificación Fenoll, tres quejas; una relacionada con condiciones laborales, otra con servicios e infraestructuras, y otra por problemas de convivencia universitaria. En total el despacho de la Defensora, que este año presenta su segunda memoria de gestión, ha recibido 90 quejas y 157 consultas electrónicas. Sólo el 21% de las quejas presentadas han sido sin razón y el 65% con razón, el 14% restante fue compartida.
Ciencias, la más quejica
Los órganos de gobierno y los servicios de los centros han sido los destinos contra los que se han presentado más denuncias (31) seguidos de los profesores (19), departamentos (15), servicios de la UGR (12), órganos generales de gobierno de la Universidad (10) y otros (3). La facultad en la que hay más quejosos es en Ciencias, el 13,14% de expedientes procedían de este centro. Le siguen de cerca Ciencias Económicas y Empresariales, Filosofía y Letras, Derecho y Arquitectura Técnica. Los alumnos y el resto de personal de Ciencias Sociales son los que presentaron más quejas en 2006 y también fueron los destinatarios de más expresiones de malestar.
En la memoria de actividades, la Defensora Universitaria recuerda que ejerce una función «conciliadora, ofreciéndose como mediadora y garante de los derechos y libertades de todos los miembros de la comunidad…». En su exposición, que detallará en la reunión del máximo órgano representativo de la Universidad el próximo viernes, da las gracias por la colaboración de los miembros de la institución universitaria, y también un tirón de orejas a los que no han colaborado. «Lamento, sin embargo, que en algún caso, mis peticiones de colaboración no se hayan visto atendidas con la celeridad exigida, (…) Comprendo que a veces pueda resultar molesto dar explicaciones, pero debe saberse que las peticiones de la Defensora no son jamás un mero capricho, sino un presupuesto imprescindible para el ejercicio de su función…».
El informe concluye, tras algunos pronunciamientos de la Defensora, con el presupuesto de 2006 que arrojó un saldo de 3.077 euros y unos gastos que no superó los 3.500 euros.
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