– Los exámenes que ponen enfermos a los alumnos
Una correcta aplicación de las técnicas y hábitos de estudio garantiza la superación de la prueba y evita vómitos y llantos
UN buen hábito de estudio y unas buenas técnicas son sinónimo de éxito. Lo negativo es que un altísimo porcentaje de estudiantes no tiene ese hábito y desconoce esas técnicas. Tienen ese problema los alumnos de instituto, los universitarios y también algunos opositores. Hay quienes directamente no estudian y quienes creen que están estudiando, pero en realidad no es así. En los próximos meses -mayo, junio y julio- miles de estudiantes se enfrentarán a duras pruebas y se jugarán el curso. Aún no es tarde para aprender correctamente esas pautas y adquirir una rutina que permita sino tener un éxito total si aprobar el mayor número de asignaturas.
Desde el Gabinete Psicopedagógico de la Universidad de Granada (UGR), que atiende las dudas y enseña a aprender a bachilleres, universitarios y opositores, recuerdan que cuando hay que apuntarse a talleres y organizarse es en septiembre, «pero aún no es tarde». En el citado servicio destacan once estrategias para desarrollar el hábito de estudio: Hacer una lectura completa del material, leer y hacer una lista de preguntas de lo que no se entiende, trabajar con un tutor… -el listado completo en la ficha adjunta-. Al mismo tiempo, evidencian lo importante que es organizar bien el tiempo así como desarrollar una serie de pautas antes, durante y después de las pruebas.
Sagrario López Ortega, psicóloga del Psicopedagógico, explica que la clave está en cómo se trabaje antes del examen. Alerta de que hay pocos alumnos que sepan estudiar. En esta línea, resalta que hay estudiantes que entiende que lo que están haciendo es estudiar, pero «no es así».
Con y sin dolor
No pocos alumnos no sólo se ponen de los nervios con los exámenes sino que también padecen vómitos, diarreas, llantos, tristeza… Derivado en muchas ocasiones de que creen que están estudiando bien y al final no son capaces de presentarse al examen y si lo hacen suspenden.
Sagrario López indica que lo que falla en muchos de estos casos es que se aplica el «estudio que no duele». Para tener éxito hay que aplicar también el que «duele». Traducido esto significa que no sólo sirve con subrayar, hacer esquemas… hay que memorizar y repasar poco a poco y no dejarlo para el último momento.
Los alumnos que sólo preparan la materia para estudiar y no desarrollan un aprendizaje progresivo van a tener después problemas. «El estudio con dolor -memorizar, repasar…- es suficiente con poco tiempo, por ejemplo una hora diaria», anota Sagrario López, que imparte cada curso diferentes talleres de técnicas y hábitos y atiende a decenas de alumnos con problemas en el estudio.
En esta línea, la experta hace hincapié en la importancia de la progresividad y de ir poco a poco avanzando.
«Es como una carrera de fondo en la que uno se prepara físicamente, aquí hay que hacerlo para conseguir fondo a nivel intelectual». Una vez que el alumno sea capaz de seguir unas pautas y desarrollar día a día su trabajo, también debe recordar que debe cuidar el sueño, la alimentación, no abusar de las sustancias excitantes y compaginar el estudio con el ocio.
Las guías con pautas para ser buen estudiante se pueden pedir en el Gabinete Psicopedagógico. Todavía se puede salvar el año.
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