Cafeina con apuntes

Cafeina con apuntes

Cientos de estudiantes recurren estos días al horario nocturno de las salas de la UGR. La mayoría esperan salvar el cuatrimestre con este agónico e intensivo esfuerzo de última hora.

“A última hora, lo único que te queda es leer mucho, hacer esquemas por un tubo y esperar a que durante el examen tengas suerte y se te aparezca la Virgen”. La filosofía de Francisco Sanz, alumno de la licenciatura de Derecho y ADE, sintetiza a la perfección el ánimo de los cientos de estudiantes universitarios que desde el pasado viernes acuden al servicio nocturno de bibliotecas de la Universidad de Granada (UGR) con la esperanza de recuperar en maratonianas jornadas de estudio el tiempo perdido durante el largo cuatrimestre que en estos días toca a su fin.

“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. La verdad del castizo refrán golpea las conciencias de la mayoría de estos jóvenes veinteañeros. No ocultan que les habría convenido aplicarse tan sencilla fórmula antes. Sin embargo, la voluntad es débil y han perdido horas preciosas durante las semanas precedentes. Ahora, se ven abocados al “mientras hay tiempo, queda esperanza”; y se agarran, como comenta Alejandra Muñoz –20 abriles, también Derecho y ADE–, al “de perdidos al río”, materializado, desde este preciso instante, en forma de intensivas sesiones de pase de apuntes y rotura de codos.

Las agujas del reloj rozan la medianoche de un frío viernes, marcado en el calendario como 16 de enero. Una gélida niebla se apodera de las calles de la ciudad, que languidecen bajo la amarillenta luz de las farolas de la avenida de Madrid. El ambiente hiela el ánimo y debería servir para cortar de raíz la voluntad de salir de casa. El comienzo del fin de semana coincide, sin embargo, con la fecha elegida por la institución académica granadina para abrir las puertas de algunas de sus bibliotecas a intempestivas horas.

Para una gran parte de los futuros titulados –los menos previsores, según reconocen la mayoría–, este momento significa “el ahora o nunca”. El goteo de personas que encaran la biblioteca Biosanitaria es constante. Como almas en pena, ascienden la cuesta de la facultad de Medicina portando carpetas de todas las formas y colores, pequeños plumieres, algún que otro libro –los menos– y bolsas plagadas de excitantes. “Creo que los que venimos aquí somos del tipo de gente que no contamos ya con muchas opciones. Vamos un poco a la desesperada”, asegura, en un alarde de sinceridad la joven Alejandra Muñoz.

“Hombre, tampoco es necesario plantearlo así”, matiza su acompañante y estudiante de Farmacia, Álvaro Rodríguez, quien destaca que, en contra de lo que pueda pensarse, “siguen siendo mayoría los que prefieren repasar durante el día”. Como otros que caminaban por la acera antes que ellos, los bultos de unas latas que sobresalen en la bolsa acompañan el tocho de folios. Señalan que este particular avituallamiento resulta imprescindible para aguantar el trajín: “El Red Bull es fundamental, la clave para mantenerse despierto.

De hecho, hemos bajado a una de esas tiendas orientales de 24 horas para comprar unos cuantos”. “Con este horario se aprovecha mucho mejor el tiempo. Yo vengo de lejos, algo que me obliga a pasar más horas seguidas aquí. Si estoy en el piso, tengo las tentaciones demasiado a mano. Te entran ganas de acostarte, o de ver la televisión, conectarte a internet. La biblioteca me aísla, me ayuda a concentrarme más, a meterme en el ambiente, puesto que todo el mundo hace lo mismo”, resalta Alejandra, una de las habituales por estas dependencias.

La chica no oculta que el de Biosanitaria es el más popular de los centros, “donde más a gusto te encuentras, pues las mesas son bastante cómodas y separan los puestos de enfrente”. Aunque parezca mentira, no son pocos los que piensan que aún es pronto para echar el resto. Buscar un hueco en este complejo, dentro de tan sólo una semana, será poco menos que misión imposible. El ambiente durante el primer día todavía era flojo. Al borde de la medianoche, los bancos libres ganan a los ocupados por goleada, una situación que se convierte en norma tan sólo una hora más tarde, cuando más del 90% de la sala se halla ya completamente vacía.

Curiosidades. En este desierto se hacen más evidentes objetos que antes pasaban desapercibidos, como pequeños peluches, fotos, revistas de moda, periódicos deportivos, cajas de vitaminas, latas de marcas poco conocidas de refrescos de cola o pequeños recipientes de gominolas, nubes y todo tipo de ‘guarrerías\’ con las que los usuarios amenizan la velada. Según recientes estadísticas de la Universidad de Granada, más de un millar y medio de jóvenes abarrotarán estas instalaciones durante las fechas previas a los exámenes, algo que quizás no ocurra, al menos, hasta dentro de una semana.

La valenciana Belén Font de Andrés se dispone a entrar en compañía de dos amigos a eso de las doce menos cuarto. Le quedan un par de años para terminar Farmacia y cuenta que es la “segunda o la tercera vez que acude a la Biosanitaria”. “Creo que esta iniciativa es buena, pues abre el abanico de opciones y facilita las cosas a la gente. Personalmente, me encanta estudiar en la biblioteca”. “Tengo comprobado que rindo más, me cunde más que en el piso”, explica la futura boticaria, quien, al igual que Alejandra y Álvaro, confirma que los refrescos de cola son el mejor complemento del libro en estas circunstancias: “Tienes que emplear la cafeína. Es imprescindible para aguantar el tirón”.

Cuando se le pregunta por lo recomendable del hábito de estudio nocturno de última hora, tampoco duda la respuesta: “Yo, por lo menos, no lo aconsejo. Dejarlo todo para el final es un mal asunto. Considero que es más conveniente mirar un poco la materia cada día”. Hasta el último instante. Los estudiantes de la institución académica han tenido que salir precipitadamente del periodo de letargo invernal para toparse de lleno con las pruebas que tanto temieron desde principios de otoño. Cada cual acude al refugio de la noche con sus anhelos, esperanzas y miedos, pero todos, sin excepción, coinciden en la frase de Miguel Castillo: “No hay motivación más grande que verte con el agua al cuello a finales de enero”.
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Una serie sísmica causa en una semana 35 microterremotos en la provincia

Una serie sísmica causa en una semana 35 microterremotos en la provincia

Cuatro de ellos han sido percibidos por la población y su magnitud oscila entre 0.8 y 3.1 en la escala de Richter, según informaba el Instituto Andaluz de Geofísica de Desastres Sísmicos de la Universidad de Granada.

Una serie sísmica, que está afectando en los últimos días principalmente a la zona sur de la ciudad de Granada y al sur del área metropolitana, especialmente en las poblaciones de Armilla, Cájar, Gójar, Huétor Vega, Monachil y La Zubia, ha provocado desde el 12 de enero hasta 35 microterremotos.

Esta serie sísmica se caracteriza por la ocurrencia de microterremotos de magnitudes entre 0.8 y 3.1 en la escala Richter, según informó hoy en una nota el Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos de la Universidad de Granada.

Del total de los microterremotos registrados, cuatro de ellos han sido sentidos por la población. El último ocurrió en la madrugada de ayer, a las 02,06 minutos, y tuvo una intensidad máxima de IV en la escala EMS, siendo hasta la fecha el más intenso de la serie. Tuvo su epicentro en Ogíjares, aunque se dejó sentir en todo el cinturón, así como en la misma capital granadina.

Esta actividad sísmica en forma de series es «habitual» en esta región, y hasta la fecha no supone una anomalía en la sismicidad regional, según el Instituto, que señaló que no es posible realizar un pronóstico sobre la evolución de la actividad, «pero no sería descartable que se pudieran sentir algunos terremotos más asociados con esta actividad».
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Las lluvias convierten Mallorca en un laboratorio para predecir el riesgo geológico

Las lluvias convierten Mallorca en un laboratorio para predecir el riesgo geológico

Las intensas lluvias caídas en Mallorca desde octubre que han causado numerosos corrimientos de tierra en la Sierra de Tramuntana han convertido a la isla en un «laboratorio natural» para prevenir movimientos geológicos peligrosos, según explica hoy el Instituto Geológico y Minero de España (IGME).
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Científicos del IGME, en colaboración con la Universidad de Granada, clasificaron hace un año la Sierra en diferentes zonas de peligrosidad y se han encontrado con que las lluvias caídas en los últimos meses han puesto a prueba su modelo.

En diciembre, se registraron en Mallorca los valores de lluvias diarias más intensos desde 1944 y desde el 20 de octubre hasta el pasado 12 de enero no ha parado prácticamente de llover en la isla

«Este inusual episodio de lluvias ha desencadenado numerosos movimientos de ladera, deslizamientos de tierras, desprendimientos rocosos, hundimientos y avalanchas de rocas en la Sierra de Tramuntana», destaca el IGME, unos corrimientos que servirán para mejorar las metodologías y cartografías de «peligrosidad geológica» y para desarrollar planes de prevención.

Un total de tres científicos que trabajan sobre el terreno ya han inventariado trece movimientos relevantes que han afectado a varias carreteras y que aún mantienen incomunicados a algunos habitantes del núcleo costero de Cala Tuent, en el municipio de Escorca.

La directora del IGME en Baleares, Rosa María Mateos, ha explicado a Efe que todavía se siguen produciendo desprendimientos, ya que estos fenómenos no son de respuesta inmediata, y ayer mismo se registró uno en la cala de Banyalbufar.

Por ello, Mateos alerta del riesgo de caminar estos días por la Sierra, especialmente por zonas de alta montaña, y añade que los corrimientos de estos días darán a los expertos trabajo «para meses».

Los movimientos de mayor envergadura que se han producido son las avalanchas de roca, como la de Son Cocó, en el municipio de Alaró, que ha movilizado casi medio millón de metros cúbicos de roca, desplazando a lo largo de medio kilómetro bloques del tamaño de una habitación y de unas 3.000 toneladas de peso.

Estas avalanchas, añade el IGM, son «extremadamente peligrosas ya que se comportan como auténticos ríos de roca», aunque en este caso se han producido en zonas deshabitadas y poco transitadas de la Sierra, tal y como predecía el modelo.

Los geólogos trabajan, desde hace mes y medio, en colaboración con la Dirección General de Emergencias del Govern balear analizando los movimientos que se han generado, controlando las posibles reactivaciones de deslizamientos antiguos y tomando datos.

Los geólogos afirman que este escenario servirá para conocer mejor estos procesos naturales y mejorar el desarrollo de metodologías y cartografías de peligrosidad geológica, de cara a la prevención de episodios como los que están ocurriendo en la isla.

De hecho, los geólogos del Instituto indicaron en un informe de finales de 2007 que, en el caso de superar un umbral de lluvias determinado, podrían desencadenarse movimientos como los generados en Mallorca, y clasificaron justamente la sierra mallorquina en áreas de mayor o menor grado de peligrosidad.

«La naturaleza ha venido a confirmar que el sector central de la Tramuntana presenta un mayor grado de peligrosidad a este tipo de fenómenos naturales», indica el IGME, que añade que, no obstante, el modelo no podría haber previsto los puntos exactos de las roturas.

Las cuantiosas lluvias de diciembre en Mallorca supusieron algo «verdaderamente inesperado para los investigadores del IGME, que no esperaban que la naturaleza llegara tan pronto para ofrecerles datos reales para validar un modelo elaborado tan solo un año antes».
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Científicos de la UGR hallan mecanismos de desarrollo del nácar, útil en la regeneración de huesos

Científicos de la UGR hallan mecanismos de desarrollo del nácar, útil en la regeneración de huesos

Científicos de la Universidad de Granada han logrado descifrar en una investigación los mecanismos de crecimiento del nácar en los gasterópodos, paso previo para reproducir en laboratorio este material con aplicaciones importantes en biomedicina, como la regeneración de huesos humanos.

Los autores de la investigación, en la que también ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Aveiro (Portugal), han descubierto que el nácar crece formando torres de tabletas a modo de pilas de monedas dentro de la familia de los gasterópodos, formada, entre otros, por pleurotomarias, turbos, trochus y abulones.

Esto ocurre a diferencia del desarrollo de esta sustancia en los bivalvos (núculas, mejillones, nacras, ostras perlíferas) donde crece en forma de terrazas de tabletas, según ha informado hoy la Universidad de Granada.

Todos estos moluscos tienen las superficies internas de sus conchas cubiertas con una capa iridiscente de nácar que les confiere una enorme resistencia a la fractura, ha explicado uno de los responsables del trabajo, Antonio Checa, profesor del departamento de Estratigrafía y Paleontología de la UGR.

Tras investigar en detalle el nácar de gasterópodos, los científicos han descubierto que este material crece en ellos en torres porque está limitado por una membrana que lo cubre y lo protege del agua marina cuando el animal se retrae hacia el interior de la concha al verse amenazado.

Esta membrana ha de efectuar diversas tareas para permitir que el nácar crezca por debajo de ella y, por ello, es «una estructura maravillosamente compleja», sostienen los responsables de la iniciativa.

Este análisis ha demostrado cómo la membrana superficial organiza el nácar en torres y cómo las torres de tabletas de mineral están conectadas a través de una columna central, ha asegurado Checa, quien ha señalado que, pese a que los moluscos llevan millones de años fabricando nácar, «el hombre no ha sido aún capaz de reproducirlo artificialmente en laboratorio».

Además de su belleza -de esta sustancia natural están hechas las perlas- los científicos avanzan las numerosas aplicaciones y propiedades biomecánicas del nácar.
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Una investigación pionera sobre el nácar de los moluscos abre las puertas a su posible uso en biomedicina

Una investigación pionera sobre el nácar de los moluscos abre las puertas a su posible uso en biomedicina

Científicos de la Universidad de Granada, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Aveiro (Portugal) han estudiado por primera vez el mecanismo de crecimiento del nácar de los gasterópodos, paso previo para la reproducción artificial de este material en laboratorios que podría permitir su uso en biomedicina

– Pese a que los moluscos llevan millones de años fabricando nácar, el hombre no ha sido aún capaz de reproducirla artificialmente. Entre sus posibles aplicaciones destacaría su uso para la regeneración de huesos humanos

Investigadores de la Universidad de Granada, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Aveiro (Portugal) han descifrado el mecanismo de crecimiento del nácar de los gasterópodos, paso previo indispensable para la reproducción artificial de este material en laboratorios que podría permitir el uso del nácar en biomedicina, con aplicaciones como la regeneración de huesos humanos.

Este novedoso trabajo pionero ha sido publicado recientemente en la prestigiosa revista PNAS, y sus autores son Antonio Checa, profesor del departamento de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada; Julyan Cartwright, investigador del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC-UGR), y Marc-Georg Willinger (Universidade de Aveiro, Portugal).

Muchos moluscos tienen las superficies internas de sus conchas cubiertas con una capa iridiscente de nácar, que les confiere una enorme resistencia a la fractura. Curiosamente, pese a que los moluscos llevan millones de años fabricando esta sustancia, el hombre no ha sido aún capaz de fabricar un material semejante. Aparte de su belleza –es de lo que están hechas las perlas-, los científicos también investigan el nácar por sus posibles aplicaciones biomédicas y sus excelentes propiedades biomecánicas. Si se fuera capaz de reproducir artificialmente este composite natural, tendría múltiples e importantes aplicaciones.

Nácar de gasterópodos

Los autores de este trabajo han analizado en detalle el nácar de gasterópodos (pleurotomarias, turbos, trochus, abulones y otros). Éste crece formando torres de tabletas, a modo de pilas de monedas, a diferencia del de los bivalvos (núculas, mejillones, nacras, ostras perlíferas), que crece en forma de terrazas de tabletas. Y es que el nácar está formado por tabletas del mineral aragonito que están separadas por membranas de polisacárido y proteínas, igual que los ladrillos y el mortero en una pared.

Los científicos han investigado en detalle el nácar de gasterópodos, descubriendo que crece en torres porque está limitado por una membrana (membrana superficial) que lo cubre y lo protege del agua marina cuando el animal se retrae hacia el interior de la concha al verse amenazado. La membrana superficial debe realizar diversas tareas para permitir que el nácar crezca por debajo de ella y, por lo mismo, es “una estructura maravillosamente compleja”, afirman los responsables de este trabajo. Este artículo ha demostrado cómo la membrana superficial organiza el nácar en torres y cómo las torres de tabletas de mineral están todas ellas conectadas a través de una columna central.
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En los últimos días se está produciendo una serie sísmica que está afectando principalmente a la zona Sur de la ciudad de Granada

En los últimos días se está produciendo una serie sísmica que está afectando principalmente a la zona Sur de la ciudad de Granada

Informe sobre la serie sísmica de la zona Sur de Granada y el Área Metropolitana
El Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos de la Universidad de Granada informa.

En los últimos días se está produciendo una serie sísmica que está afectando principalmente a la zona Sur de la ciudad de Granada y al Sur del área metropolitana, especialmente las poblaciones de Armilla, Cájar, Gójar, Huetor Vega, Monachil y La Zubia.

Esta serie sísmica se caracteriza por la ocurrencia de microterremotos de magnitudes entre 0.8 y 3.1. Desde el 12 de enero hasta la fecha, el Instituto ha registrado al menos 35 de estos eventos. Del total de los microterremotos registrados, 4 de ellos han sido sentidos por la población. El terremoto ocurrido el pasado día 18 de enero de 2009 a las 02 h 06 minutos hora local tuvo una intensidad máxima de IV en la escala EMS, siendo hasta la fecha el más intenso de la serie.

Esta actividad sísmica en forma de series es habitual en esta región, y hasta la fecha no supone una anomalía en la sismicidad regional. No es posible realizar un pronóstico sobre la posible evolución de la actividad, pero no sería descartable que se pudieran sentir algunos terremotos más asociados con esta actividad.
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Revista a 20 años de Revista en la E. T. S. de Ingenieros de Caminos

Revista a 20 años de Revista en la E. T. S. de Ingenieros de Caminos

Durante el acto, se procederá a la presentación del último número de esta publicación, «La forma en la Ingeniería», en el que intervendrán Carlos Nárdiz Ortiz, decano de la Demarcación de Galicia del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos
Mañana, martes 20 de Enero de 2009 a las 12 h, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la UGR se celebrará el acto de inauguración de la exposición conmemorativa del XX aniversario de la «Revista Ingeniería y Territorio».

Durante el acto, se procederá a la presentación del último número de esta publicación, «La forma en la Ingeniería», en el que intervendrán Carlos Nárdiz Ortiz, decano de la Demarcación de Galicia del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos; Ramiro Aurín Lopera, director de la revista; Pedro Ferrer Moreno, representante de dicho Colegio Profesional en Granada; Virginia Sanjuán Mogín, decana de la Demarcación de Andalucía y Enrique Hernández Gómez-Arboleya, director de la ETS de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de Granada.
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Científicos de la Universidad de Granada hallan en el nácar utilidades para la regeneración de huesos

Científicos de la Universidad de Granada hallan en el nácar utilidades para la regeneración de huesos

A través de una investigación, han descifrado los mecanismos de crecimiento del nácar en gasterópodos, lo cual puede tener importantes aplicaciones en biomedicina, como la regeneración de los huesos.

Científicos de la Universidad de Granada han logrado descifrar en una investigación los mecanismos de crecimiento del nácar en los gasterópodos, paso previo para reproducir en laboratorio este material con aplicaciones importantes en biomedicina, como la regeneración de huesos humanos.

Los autores de la investigación, en la que también ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Aveiro (Portugal), han descubierto que el nácar crece formando torres de tabletas a modo de pilas de monedas dentro de la familia de los gasterópodos, formada, entre otros, por pleurotomarias, turbos, trochus y abulones.

Esto ocurre a diferencia del desarrollo de esta sustancia en los bivalvos (núculas, mejillones, nacras, ostras perlíferas) donde crece en forma de terrazas de tabletas, según ha informado hoy la Universidad de Granada.

Todos estos moluscos tienen las superficies internas de sus conchas cubiertas con una capa iridiscente de nácar que les confiere una enorme resistencia a la fractura, ha explicado uno de los responsables del trabajo, Antonio Checa, profesor del departamento de Estratigrafía y Paleontología de la UGR.

Tras investigar en detalle el nácar de gasterópodos, los científicos han descubierto que este material crece en ellos en torres porque está limitado por una membrana que lo cubre y lo protege del agua marina cuando el animal se retrae hacia el interior de la concha al verse amenazado.

Esta membrana ha de efectuar diversas tareas para permitir que el nácar crezca por debajo de ella y, por ello, es «una estructura maravillosamente compleja», sostienen los responsables de la iniciativa.

Este análisis ha demostrado cómo la membrana superficial organiza el nácar en torres y cómo las torres de tabletas de mineral están conectadas a través de una columna central, ha asegurado Checa, quien ha señalado que, pese a que los moluscos llevan millones de años fabricando nácar, «el hombre no ha sido aún capaz de reproducirlo artificialmente en laboratorio».

Además de su belleza -de esta sustancia natural están hechas las perlas- los científicos avanzan las numerosas aplicaciones y propiedades biomecánicas del nácar.
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Hallan mecanismos de desarrollo del nácar, útil en la regeneración de huesos

Hallan mecanismos de desarrollo del nácar, útil en la regeneración de huesos

Científicos de la Universidad de Granada han logrado desentrañar en una investigación los mecanismos de crecimiento del nácar en los gasterópodos, paso previo para reproducir en laboratorio este material con aplicaciones en biomedicina, como podría ser la regeneración de huesos humanos.

Los autores de la investigación, en la que también ha participado miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Aveiro (Portugal), han descubierto que el nácar crece formando torres de tabletas a modo de pilas de monedas dentro de la familia de los gasterópodos, formada, entre otros, por pleurotomarias, turbos, trochus y abulones.

Esto ocurre a diferencia del desarrollo de esta sustancia en los bivalvos (núculas, mejillones, nacras, ostras perlíferas) donde crece en forma de terrazas de tabletas, según ha informado hoy la Universidad de Granada.

Todos estos moluscos tienen las superficies internas de sus conchas cubiertas con una capa iridiscente de nácar que les confiere una gran resistencia a la fractura, ha explicado uno de los responsables del trabajo, Antonio Checa, profesor del departamento de Estratigrafía y Paleontología de la UGR.

Tras investigar en detalle el nácar de los gasterópodos, los científicos han descubierto que este material crece en ellos en torres porque está limitado por una membrana que lo cubre y lo protege del agua marina cuando el animal se retrae hacia el interior de la concha al verse amenazado.

Esta membrana ha de efectuar diversas tareas para permitir que el nácar crezca por debajo de ella y, por ello, es \’una estructura maravillosamente compleja\’, sostienen los responsables de la iniciativa.

Este análisis ha demostrado cómo la membrana superficial organiza el nácar en torres y cómo las torres de tabletas de mineral están conectadas a través de una columna central, ha asegurado Checa, quien ha señalado que, pese a que los moluscos llevan millones de años fabricando nácar, \’el hombre no ha sido aún capaz de reproducirlo artificialmente en laboratorio\’.

Además de su belleza -de esta sustancia natural están hechas las perlas- los científicos avanzan las numerosas aplicaciones y propiedades biomecánicas del nácar.
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Un hallazgo sobre el nácar abre la vía a la creación de tejido óseo artificial

Un hallazgo sobre el nácar abre la vía a la creación de tejido óseo artificial

Científicos de la Universidad de Granada y del CSIC analizan diversos moluscos, capaces de fabricar nácar de forma natural

Científicos de la Universidad de Granada han logrado desentrañar en una investigación los mecanismos de crecimiento del nácar en diversos moluscos, paso previo para reproducir en laboratorio este material con aplicaciones en biomedicina, como podría ser la regeneración de huesos humanos.

Los autores de la investigación, en la que también ha participado miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Aveiro (Portugal), han descubierto que el nácar crece formando torres de tabletas a modo de pilas de monedas.

Esto ocurre a diferencia del desarrollo de esta sustancia en los bivalvos (núculas, mejillones, nacras, ostras perlíferas) donde crece en forma de terrazas de tabletas, según ha informado la Universidad de Granada.

Todos estos moluscos tienen las superficies internas de sus conchas cubiertas con una capa iridiscente de nácar que les confiere una gran resistencia a la fractura, ha explicado uno de los responsables del trabajo, Antonio Checa, profesor del departamento de Estratigrafía y Paleontología de la UGR.

Tras investigar en detalle el nácar de los gasterópodos, los científicos han descubierto que este material crece en ellos en torres porque está limitado por una membrana que lo cubre y lo protege del agua marina cuando el animal se retrae hacia el interior de la concha al verse amenazado.

Muchas tareas

Esta membrana ha de efectuar diversas tareas para permitir que el nácar crezca por debajo de ella y, por ello, es «una estructura maravillosamente compleja», sostienen los responsables de la iniciativa.

Este análisis ha demostrado cómo la membrana superficial organiza el nácar en torres y cómo las torres de tabletas de mineral están conectadas a través de una columna central, ha asegurado Checa, quien ha señalado que, pese a que los moluscos llevan millones de años fabricando nácar, «el hombre no ha sido aún capaz de reproducirlo artificialmente en laboratorio».

Además de su belleza -de esta sustancia natural están hechas las perlas- los científicos avanzan las numerosas aplicaciones y propiedades biomecánicas del nácar.
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Científicos granadinos hallan nuevas claves para comprender la formación de los huesos

Científicos granadinos hallan nuevas claves para comprender la formación de los huesos

Un equipo de científicos españoles del CSIC y la Universidad de Granada descubren un material cuyas propiedades podrían explicar la formación de los huesos, caparazones o conchas de los seres vivos

Un equipo de científicos españoles ha desvelado nuevas claves para comprender el mecanismo de formación de unas estructuras biominerales «con fabulosas propiedades mecánicas» como son los huesos, los caparazones y las conchas de los seres vivos. Es todavía «un misterio» dilucidar cómo los organismos vivos pueden doblegar la simetría inherente a los materiales cristalinos usados en procesos de biomineralización, aunque ahora se han conseguido interesantes avances para su comprensión, según ha explicado Juan Manuel García Ruiz, primer autor de este trabajo publicado en el último número de la revista Science. Los cristalógrafos García Ruiz y Emilio Melero García, ambos del Laboratorio de Estudios Cristalográficos (CSIC y Universidad de Granada), explican por primera vez el mecanismo de formación de unos materiales cristalinos de laboratorio llamados biomorfos de sílice, cuyas propiedades podrían explicar el misterio de la formación de los caparazones, los huesos, los dientes o las conchas de los seres vivos.

Para desarrollar un enorme número de tejidos y estructuras funcionales, los organismos vivos han utilizado a lo largo de 600 millones de años minerales cristalinos. De esos minerales, según García Ruiz, están hechos «todos nuestros huesos y dientes, y los del resto de los animales, las conchas de los moluscos y las paredes de los corales, las espinas de los erizos de mar y los otolitos de los peces». También, «las piedras del riñón y los exoesqueletos de miles de especies de insectos, coleópteros, algas o plancton marino, y por eso, se les suele denominar estructuras biominerales». Lo sorprendente es que mientras que esos minerales se encuentran en la naturaleza habitualmente en forma de cristales, la vida crea con ellos estructuras con formas que tienen una simetría completamente distinta, como las hélices, las espirales o las formas complejas de los huesos.

Según los expertos, es un enigma cómo los organismos vivos consiguen crear unas estructuras caracterizadas por una ausencia casi total de caras y aristas, que muestran superficies suaves y curvas. La teoría que barajan los científicos para explicar este proceso, y que se detalla en la revista Science, se basaría en el mecanismo utilizado por los materiales de laboratorio llamados biomorfos de sílice, por el que son capaces de generar formas complejas con curvatura continua compuestas de los mismos materiales. Los científicos parten de la base de que cuando un cristal crece en presencia de impurezas poliméricas, las atrapa y se rompe durante su crecimiento, dando lugar a estructuras dendríticas fractales, en forma de árbol. «Los biomorfos de sílice generan ellos mismo al crecer las impurezas que mantienen vivo su proceso de crecimiento». La segunda parte del trabajo consiste en una demostración experimental en la que se confirma que la enorme variedad de bellas formas complejas que adoptan los biomorfos de sílice surgen de una lámina o disco que se riza en su crecimiento. «Es fascinante cómo un mecanismo tan simple puede ser tan poderoso para convertir una lámina en complejas caracolas»
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Científicos granadinos hallan nuevas claves para comprender la formación de los huesos

Científicos granadinos hallan nuevas claves para comprender la formación de los huesos

Un equipo de científicos españoles del CSIC y la Universidad de Granada descubren un material cuyas propiedades podrían explicar la formación de los huesos, caparazones o conchas de los seres vivos

Un equipo de científicos españoles ha desvelado nuevas claves para comprender el mecanismo de formación de unas estructuras biominerales «con fabulosas propiedades mecánicas» como son los huesos, los caparazones y las conchas de los seres vivos. Es todavía «un misterio» dilucidar cómo los organismos vivos pueden doblegar la simetría inherente a los materiales cristalinos usados en procesos de biomineralización, aunque ahora se han conseguido interesantes avances para su comprensión, según ha explicado Juan Manuel García Ruiz, primer autor de este trabajo publicado en el último número de la revista Science. Los cristalógrafos García Ruiz y Emilio Melero García, ambos del Laboratorio de Estudios Cristalográficos (CSIC y Universidad de Granada), explican por primera vez el mecanismo de formación de unos materiales cristalinos de laboratorio llamados biomorfos de sílice, cuyas propiedades podrían explicar el misterio de la formación de los caparazones, los huesos, los dientes o las conchas de los seres vivos.

Para desarrollar un enorme número de tejidos y estructuras funcionales, los organismos vivos han utilizado a lo largo de 600 millones de años minerales cristalinos. De esos minerales, según García Ruiz, están hechos «todos nuestros huesos y dientes, y los del resto de los animales, las conchas de los moluscos y las paredes de los corales, las espinas de los erizos de mar y los otolitos de los peces». También, «las piedras del riñón y los exoesqueletos de miles de especies de insectos, coleópteros, algas o plancton marino, y por eso, se les suele denominar estructuras biominerales». Lo sorprendente es que mientras que esos minerales se encuentran en la naturaleza habitualmente en forma de cristales, la vida crea con ellos estructuras con formas que tienen una simetría completamente distinta, como las hélices, las espirales o las formas complejas de los huesos.

Según los expertos, es un enigma cómo los organismos vivos consiguen crear unas estructuras caracterizadas por una ausencia casi total de caras y aristas, que muestran superficies suaves y curvas. La teoría que barajan los científicos para explicar este proceso, y que se detalla en la revista Science, se basaría en el mecanismo utilizado por los materiales de laboratorio llamados biomorfos de sílice, por el que son capaces de generar formas complejas con curvatura continua compuestas de los mismos materiales. Los científicos parten de la base de que cuando un cristal crece en presencia de impurezas poliméricas, las atrapa y se rompe durante su crecimiento, dando lugar a estructuras dendríticas fractales, en forma de árbol. «Los biomorfos de sílice generan ellos mismo al crecer las impurezas que mantienen vivo su proceso de crecimiento». La segunda parte del trabajo consiste en una demostración experimental en la que se confirma que la enorme variedad de bellas formas complejas que adoptan los biomorfos de sílice surgen de una lámina o disco que se riza en su crecimiento. «Es fascinante cómo un mecanismo tan simple puede ser tan poderoso para convertir una lámina en complejas caracolas»
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