Las filologías de la Universidad de Granada se fusionan para sobrevivir
Lenguas Modernas y su Literatura. Así se llamará el próximo título de grado que está preparando la Universidad de Granada (UGR) para ofertarlo a partir de octubre de 2010 con el nuevo Espacio Europeo de Educación Superior y que integrará todas las filologías minoritarias.
La escasa demanda que tienen algunas carreras, la mayoría de Humanidades, está obligando a todas las universidades a aprovechar la adaptación europea para reformular su catálogo de titulaciones. Un ejemplo: en Filología Clásica sólo se han matriculado este curso 20 alumnos, en Filología Árabe 25 y en la Eslava 16.
Estos números bordean el límite establecido por el Consejo Andaluz de universidades, que exige un mínimo de 20 alumnos para mantener activa una carrera en la oferta académica. Con este panorama sólo quedaba una opción: agruparlas (con la pérdida consecuente de contenidos) o desaparecer.
«En la UGR hay más de una carrera que tiene menos de 20 alumnos y no habría podido continuar a partir de 2010, como es el caso de las filologías, pero estamos trabajando para agruparlas en un sólo título», explicó la vicerrectora de Enseñanzas de Grado de la UGR, Lola Ferre, que es además la presidenta de la comisión que elabora la reestructuración de las filologías a nivel andaluz.
Esta problemática no es exclusiva de la UGR, las filologías (árabe, clásica, eslava, francesa, hebrea, hispánica, inglesa, italiana, portuguesa y románica) están siendo poco solicitadas en todas las universidades andaluzas.
Para abordar esta fusión, Ferre se ha basado en el libro blanco que elaboraron todas las facultades que ofertan estas titulaciones en la región. En dicho documento se concluyó que «la Universidad está ofreciendo unas filologías muy poco atractivas que están bajando su demanda en el mercado laboral», apunta uno de los profesores que está diseñando la nueva titulación, Enrique Quero.
La reestructuración debía ser general, así que de los 17 títulos que se ofertan actualmente en la región se determinó que sólo debían quedar 6: las lenguas oficiales del Estado (española, vasca, catalana, gallega y bable); las lenguas de Asia y África; las lenguas modernas europeas; las lenguas clásicas; la teoría de la literatura y literatura creativa; y lingüística.
De aquí parte la idea de agrupar todas las lenguas europeas en una sola titulación que se llamará Lenguas Modernas y su Literatura. Según Quero, cada universidad está sometiendo sus carreras a un estudio para saber cuáles pasaban el corte y cuáles no. «En la UGR se ha determinado establecer de forma autónoma la Filología Inglesa, la Filología Árabe y la Filología Francesa -apunta el profesor- el resto se integrarán en el nuevo título».
Esto significa que en Granada desaparecerán la Filología Italiana, la Eslava y la Portuguesa como tales, aunque en la práctica estén integradas en las Lenguas Modernas. En Semítica además se produce una escisión: por un lado Filología Árabe y por otro hebreo, que se integrará también en las Lenguas Modernas.
Quero afirma que el nuevo grado incluye un sistema que distingue entre mayores y menores, tal y como se propuso en su día en el libro blanco; según el cual, habría una serie de lenguas calificadas de «mayor» y otras de «minor».
Para conseguir un título con el Plan Bolonia habrá que sumar 240 créditos ECTS, en los que una lengua mayor aportará 96 créditos y una minor 48; además tendrá un módulo inicial que se llamará Módulo de Formación Básica, con 60 créditos ECTS.
Así, los idiomas que se han quedado sin filología, como italiano, hebreo, ruso y, por primera vez chino, serán consideradas lenguas «mayor». Y como «minor» se estudiaran inglés, francés, árabe, portugués, checo, polaco y las cuatro «mayor», que también pueden ser consideradas entre las «minor». En total habría 4 lenguas «mayor» y 9 «minor». Quero pone un ejemplo: «se podrá cursar por tanto la titulación de Lenguas Modernas de chino como mayor y ruso como minor».
Sin embargo, en el nuevo mapa no sólo se ha tenido en cuenta un criterio de números. Con la nueva estructura se consigue formar a los estudiantes en dos idiomas como mínimo y se encuentra una salida para la gran apuesta de la UGR: el chino.
«Eso de estudiar por una filología monolingüe no era una oferta lo suficientemente atractiva», dice el profesor. «Los alumnos demandaban una combinación más libre donde pudieran elegir los idiomas que más le convenían para su trayectoria laboral», continúa.
Este viernes se reunió la comisión para elaborar una primera versión del grado de Lenguas Modernas, un proceso que tendrá que ser afinado en los próximos meses. «Ahora está todo el mundo mandando títulos a la Aneca para ver si se los convalidan. La situación es un poco caótica», opina Quero.
La vicerrectora Ferre aspira a incluir este nuevo título en la próxima remesa que se remitan a la Aneca, prevista para mayo.
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