El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de contraer una anisakiasis varía dependiendo de la zona de procedencia del pescado según se ha confirmado en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que recomienda congelarlo o cocinarlo siempre antes de consumirlo.

Este trabajo ha detectado una gran variación en la presencia del parásito «Anisakis spp» en los boquerones según la zona de captura, de forma que es mayor en los que han sido pescados en la costa Sureste del Atlántico y Noroeste del Mediterráneo, ha informado hoy en un comunicado la UGR.

Por eso, la investigadora del Departamento de Parasitología de la universidad granadina y principal investigadora de este estudio, Adela Valero, recuerda que la preparación casera de un plato tan mediterráneo como los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar el pescado al menos 24 horas a -20 grados centígrados.

En el estudio, publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado unos ochocientos boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre de 1999 en el mercado de pescado de Granada.

La mitad de ellos procedía del Este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y la otra mitad del Oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, la presencia de los parásitos que provocan la anisakiasis -anisakis spp e hysterothylacium aduncum- fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, la zona atlántica del Estrecho y el Mar de Alborán, en este último caso, debido a la presencia de cetáceos, destaca Valero.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez, ya que según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo del pez aumenta el riesgo de contraer la enfermedad con el consumo de boquerones en vinagre.

Los investigadores de la UGR han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto mayor sea su longitud.
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El riesgo de anisakiasis varía según procedencia del pescado, según estudio

El riesgo de anisakiasis varía según procedencia del pescado, según estudio

El riesgo de contraer una anisakiasis varía dependiendo de la zona de procedencia del pescado según se ha confirmado en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que recomienda congelarlo o cocinarlo siempre antes de consumirlo.

Este trabajo ha detectado una gran variación en la presencia del parásito «Anisakis spp» en los boquerones según la zona de captura, de forma que es mayor en los que han sido pescados en la costa Sureste del Atlántico y Noroeste del Mediterráneo, ha informado hoy en un comunicado la UGR.

Por eso, la investigadora del Departamento de Parasitología de la universidad granadina y principal investigadora de este estudio, Adela Valero, recuerda que la preparación casera de un plato tan mediterráneo como los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar el pescado al menos 24 horas a -20 grados centígrados.

En el estudio, publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado unos ochocientos boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre de 1999 en el mercado de pescado de Granada.

La mitad de ellos procedía del Este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y la otra mitad del Oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, la presencia de los parásitos que provocan la anisakiasis -anisakis spp e hysterothylacium aduncum- fue más frecuente en los boquerones del Noroeste del Mediterráneo, la zona atlántica del Estrecho y el Mar de Alborán, en este último caso, debido a la presencia de cetáceos, destaca Valero.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez, ya que según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo del pez aumenta el riesgo de contraer la enfermedad con el consumo de boquerones en vinagre.

Los investigadores de la UGR han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto mayor sea su longitud.
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El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado

El riesgo de contraer una anisakiasis varía dependiendo de la zona de procedencia del pescado según se ha confirmado en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que recomienda congelarlo o cocinarlo siempre antes de consumirlo.

Este trabajo ha detectado una gran variación en la presencia del parásito «Anisakis spp» en los boquerones según la zona de captura, de forma que es mayor en los que han sido pescados en la costa Sureste del Atlántico y Noroeste del Mediterráneo, ha informado hoy en un comunicado la UGR.

Por eso, la investigadora del Departamento de Parasitología de la universidad granadina y principal investigadora de este estudio, Adela Valero, recuerda que la preparación casera de un plato tan mediterráneo como los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar el pescado al menos 24 horas a -20 grados centígrados.

En el estudio, publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado unos ochocientos boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre de 1999 en el mercado de pescado de Granada.

La mitad de ellos procedía del Este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y la otra mitad del Oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, la presencia de los parásitos que provocan la anisakiasis -anisakis spp e hysterothylacium aduncum- fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, la zona atlántica del Estrecho y el Mar de Alborán, en este último caso, debido a la presencia de cetáceos, destaca Valero.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez, ya que según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo del pez aumenta el riesgo de contraer la enfermedad con el consumo de boquerones en vinagre.

Los investigadores de la UGR han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto mayor sea su longitud.
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El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de contraer una anisakiasis varía dependiendo de la zona de procedencia del pescado según se ha confirmado en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que recomienda congelarlo o cocinarlo siempre antes de consumirlo. Este trabajo ha detectado una gran variación en la presencia del parásito «Anisakis spp» en los boquerones según la zona de captura, de forma que es mayor en los que han sido pescados en la costa Sureste del Atlántico y Noroeste del Mediterráneo, ha informado hoy en un comunicado la UGR.

Por eso, la investigadora del Departamento de Parasitología de la universidad granadina y principal investigadora de este estudio, Adela Valero, recuerda que la preparación casera de un plato tan mediterráneo como los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar el pescado al menos 24 horas a -20 grados centígrados.

En el estudio, publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado unos ochocientos boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre de 1999 en el mercado de pescado de Granada.

La mitad de ellos procedía del Este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y la otra mitad del Oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, la presencia de los parásitos que provocan la anisakiasis -anisakis spp e hysterothylacium aduncum- fue más frecuente en los boquerones del Noroeste del Mediterráneo, la zona atlántica del Estrecho y el Mar de Alborán, en este último caso, debido a la presencia de cetáceos, destaca Valero.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez, ya que según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo del pez aumenta el riesgo de contraer la enfermedad con el consumo de boquerones en vinagre.

Los investigadores de la UGR han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto mayor sea su longitud.
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El riesgo de anisakis varía según la procedencia del pescado

El riesgo de anisakis varía según la procedencia del pescado

Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada han confirmado una mayor presencia del parásito Anisakis spp en los boquerones de la costa suroeste peninsular del Atlántico y la noroeste del Mediterráneo, e insisten en congelar o cocinar el pescado antes de consumirlo.

Aunque la Unión Europea y las normas españolas obligan a los restaurantes a congelar el pescado que se consume crudo, «la preparación casera de los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar los boquerones al menos 24 horas a -20 ºC», afirman los científicos de la UGR, que ha detectado larvas de Anisakis spp y de otro parásito similar, Hysterothylacium aduncum, en boquerones del oeste del Mar Mediterráneo y del este del Océano Atlántico.

«El riesgo de contraer una anisakiasis por ingestión de boquerones (Engraulis encrasicolus), puede estar influenciada por la zona geográfica de captura, pues hay una gran variación en la parasitación (prevalencia e intensidad media) de los boquerones de diferentes áreas», explica a la plataforma SINC Adela Valero, autora principal e investigadora del Departamento de Parasitología de la UGR.

En el estudio, que se ha publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado 792 boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre 1999 en el mercado de pescado de Granada. La mitad procedía del este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y los otros 396 del oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, el parásito Hysterothylacium aduncum fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, en concreto el Golfo de León y el Mar de Liguria. En los boquerones capturados en la zona atlántica del Estrecho de Gibraltar (Golfo de Cádiz y el propio Estrecho), anisakis es más frecuente que los que proceden de la zona mediterránea (Mar de Alborán), «según parece por la presencia de cetáceos», apunta Valero.

«Esta relación es especialmente evidente en los boquerones procedentes del Mar de Liguria, donde la presencia de Anisakis y de cetáceos es mayor que en el resto de las zonas estudiadas», subraya Francisco Javier Adroher, otro de los autores e investigador de la UGR. Esto supone un riesgo mayor para los consumidores, si no congelan el pescado.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez. Según los científicos, «la mayor presencia del parásito en el músculo aumenta el riesgo de contraer anisakiasis con el consumo de boquerones en vinagre». Los científicos granadinos han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto más largo sea el pez. «Como los boquerones en vinagre se preparan con los más grandes, también aumenta el riesgo», añade Adroher.

Valero y su equipo señalan que se necesitan más estudios para identificar las áreas marinas con mayor presencia de parásitos, y que pueden afectar la salud humana. De esta forma se determinará si la abundancia del parásito en ciertas zonas varía con el tiempo, «lo que permitiría diseñar y aplicar medidas que limiten la exposición de los humanos a los parásitos».
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La Universidad de Granada prevé 15.000 alumnos en sus bibliotecas nocturnas

La Universidad de Granada prevé 15.000 alumnos en sus bibliotecas nocturnas

La Universidad de Granada (UGR) abrirá a partir del próximo lunes las bibliotecas de hasta cinco centros universitarios durante la madrugada para que sus alumnos puedan preparar los exámenes de la convocatoria de mayo y junio. Las salas de estudio que permanecerán abiertas durante casi toda la jornada –sólo se cerrarán durante dos horas, de seis a ocho de la mañana, para realizar labores de limpieza– son la Biosanitaria –aledaña a la facultad de Medicina–, la de Ciencias, la de Arquitectura Técnica, la de Informática y el aulario del 11 al 15 de Derecho.

Fuentes universitarias informaron de que, si se tiene en cuenta el éxito de asistencia de las últimas convocatorias de las ´bibliotecas 24 horas´, unos 15.000 estudiantes al día pueden hacer uso de las bibliotecas universitarias en las jornadas de mayor asistencia, que suelen coincidir con el final del mes de mayo. Los estudiantes, curiosamente, prefieren los horarios nocturnos, es decir, la madrugada, para asistir a las salas de estudio. Entre los argumentos que les llevan a elegir estas horas aparentemente intempestivas para estudiar figuran la mayor tranquilidad, las temperaturas más bajas o, simplemente, la mejor adaptación a este tipo de horarios.

Los recintos permanecerán abiertos de madrugada hasta de 8 de julio, aunque la biblioteca de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías de Informática y Telecomunicación sólo mantendrá este horario extraordinario durante los fines de semana, comenzando el que incluye los días 29, 30 y 31 de mayo y terminando el fin de semana del 3, 4 y 5 de julio.

La medida, que comenzó en los exámenes de septiembre de 2007, se ha mostrado efectiva en cuanto a los resultados académicos obtenidos por los alumnos, según fuentes universitarias.
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La presencia de anisakis en el pescado varía según su procedencia

La presencia de anisakis en el pescado varía según su procedencia

La Unión Europea (UE) y las normas españolas obligan a los restaurantes a congelar el pescado que se consume crudo para evitar la infección por anisakis. Sin embargo, «la preparación casera de los boquerones en vinagre -uno de los platos más representativos de la gastronomía mediterránea- mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar los boquerones al menos 24 horas a -20 grados», afirma un equipo de científicos de la Universidad de Granada (UGR), que ha detectado larvas de este parásito y de otro similar, «Hysterothylacium aduncum», en boquerones, o anchoas, del oeste del Mar Mediterráneo y del este del océano Atlántico.

Estos expertos han llevado a cabo una investigación, recogida por el Servicio de Noticias e Información Científica (SINC), que pone de manifiesto que el riesgo de contraer anisakiasis puede estar influenciado por la zona geográfica de captura, pues «hay una gran variación en la parasitación (prevalencia e intensidad media) de los boquerones de diferentes áreas», explica Adela Valero, autora principal e investigadora del Departamento de Parasitología de la UGR.

En el estudio se analizaron 792 boquerones adquiridos de octubre de 1998 a septiembre 1999 en el mercado de pescado de Granada. La mitad procedía del este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y los otros 396 del oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, el parásito «Hysterothylacium aduncum» fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, concretamente del Golfo de León y Mar de Liguria. En los capturados en la zona atlántica del Estrecho de Gibraltar (Golfo de Cádiz y el propio Estrecho) el anisakis era más frecuente que en los que procedían de la zona mediterránea (Mar de Alborán), «según parece por la presencia de cetáceos», apunta Valero.
Migración al músculo

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez. Según los científicos, «la mayor presencia del parásito en el músculo aumenta el riesgo de contraer anisakiasis con el consumo de boquerones en vinagre». También han demostrado que la presencia de anisakis en los peces aumenta cuanto mayor es su talla. «Como los boquerones en vinagre se preparan con los más grandes, también aumenta el riesgo» si no se congelan, destalla Francisco Javier Adroher, otro de los autores e investigador de la UGR.

Valero y su equipo señalan que se necesitan más estudios para identificar las áreas marinas con mayor presencia de parásitos, y que pueden afectar a la salud humana. De esta forma se determinará si la abundancia de anisakis en ciertas zonas varía con el tiempo, «lo que permitiría diseñar y aplicar medidas que limiten la exposición de los humanos a los parásitos».
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Un simulador informático permite diseñar estrategias militares en base a los movimientos de las hormigas

Un simulador informático permite diseñar estrategias militares en base a los movimientos de las hormigas

Un investigador de la Universidad de Granada ha diseñado un novedoso sistema para la movilidad de las tropas militares dentro de un campo de batalla utilizando para ello un videojuego comercial, y basándose en los mecanismos que emplean las colonias de hormigas para desplazarse. Este trabajo, desarrollado en el departamento de Arquitectura y Tecnología de Computadores de la UGR, ha diseñado varios algoritmos que permiten buscar el camino óptimo (es decir, hallar la ruta que mejor satisfaga determinados criterios) dentro de un entorno particular.

En concreto, en esta investigación se ha desarrollado un software que permitiría a las tropas del Ejército definir el mejor camino dentro de un campo de batalla militar, considerando que dicho camino lo recorrerá una compañía y que ésta deberá considerar los criterios de seguridad (llegar al destino con las menos bajas posibles) y rapidez (llegar al destino lo más rápidamente posible). Para ello, los científicos han utilizado el denominado \’algoritmo de optimización basada en colonias de hormigas (OCH)\’, una técnica probabilística utilizada para solucionar problemas de optimización y que está inspirado en el comportamiento que presentan las hormigas para encontrar las trayectorias desde la colonia hasta el alimento.

Este trabajo ha sido realizado por Antonio Miguel Mora García, y dirigido por los profesores Juan Julián Merelo Guervós y Pedro Ángel Castillo Valdivieso, del departamento de Arquitectura y Tecnología de Computadores de la UGR. Los científicos de la UGR han desarrollado un mini-simulador para poder definir escenarios (campos de batalla), situar la unidad y los enemigos, ejecutar los algoritmos y ver los resultados. Además, el software que han diseñado ofrece algunas herramientas para analizar tanto el mapa inicial, como los resultados. Para elaborar este sistema, Mora García partió de campos de batalla presentes en el videojuego Panzer General, definiendo posteriormente las propiedades y restricciones necesarias para hacerlos fieles a la realidad.

En la investigación desarrollada en la Universidad de Granada también han participado miembros del Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de España (MADOC), organismo perteneciente al Ministerio de Defensa, que a largo plazo podría incorporar algunas de las características del nuevo simulador para el diseño de estrategias militares reales.

Los científicos de la UGR apuntan que, al margen de esta aplicación, el simulador podría servir también para resolver otros problemas reales, como el de la búsqueda de la mejor ruta para un agente de ventas o un transportista de cara a visitar a sus clientes optimizando el consumo de combustible o el tiempo, por ejemplo. “Además –explican- con él también se podrían resolver problemas de planificación de distribución de mercancías, intentando servir al mayor número de clientes partiendo de un almacén central, considerando el menor número de vehículos posible”.

Parte de los resultados de esta investigación han sido presentados en diversos congresos tanto nacionales, como internacionales, y publicados en revistas como “International Journal of Intelligent Systems”. El software diseñado para esta investigación es libre, y puede descargarse de forma gratuita a través de Internet.
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La UGR cruzará el Estrecho este verano e impartirá 12 cursos en Ceuta y Melilla

La UGR cruzará el Estrecho este verano e impartirá 12 cursos en Ceuta y Melilla

Durante los meses de julio y agosto las dos ciudades autónomas recibirán la visita de todos aquellos interesados en participar en uno de los doce seminarios que impartirá a la orilla del Mediterráneo la Universidad de Granada. El plazo de matrícula concluirá el próximo 15 de junio y el precio de cada seminario será de 100 euros para público general y de 50 para los residentes en una de las dos ciudades.

Los Cursos de Verano de la Universidad de Granada cruzarán el Estrecho este verano y acercarán hasta las orillas mediterráneas de Ceuta y Melilla una extensa y completa programación estival.

Y es que cada una de estas dos ciudades acogerá un total de seis seminarios de variados contenidos, que serán impartidos por un elenco de ponentes de primer orden, según anunció ayer la consejera de Cultura de Melilla.

Precisamente en esta ciudad se celebrará la 18ª edición de estos cursos que arrancarán el 13 de julio y se extenderán a lo largo de todo el mes hasta el día 30. Las áreas que se tratarán serán la fotografía, la informática, la medicina, la historia y la psicología.

Además, los universitarios que asistan a una de estas sesiones, podrán sumar a sus expedientes créditos de libre configuración y los que ya sean trabajadores, podrán poner al día sus conocimientos profesionales en la materia que les interese.

Uno de los objetivos fundamentales de estos seminarios es, según indicó la consejera de Cultura de Melilla, “facilitar la formación a todos los jóvenes que durante el curso se ven obligados a salir a estudiar fuera” para que de este modo, “puedan seguir formándose en verano sin necesidad de moverse de casa”.

De forma paralela, la Universidad de Granada celebrará la 21ª edición de estos cursos en Ceuta y celebrará allí otros seis seminarios, que tendrán lugar entre los días 6 y 10 de julio y 21 y 25 de septiembre.

Desde el 13 hasta el 17 de julio se celebrará el curso: ‘Fotografía, más allá de la imagen’, que será coordinador por el Centro Andaluz de Fotografía de Almería y en el que, durante 30 horas, se tratará el sentido de la imagen y se aportarán las claves fundamentales para entender la fotografía.

Durante el mismo periodo de tiempo, se impartirá el curso ‘Informática y derechos fundamentales’, coordinado por el profesor de la UNED y decano del Colegio de Abogados de Melilla, Blas Jesús Imbroda y el catedrático de Derecho Civil de la UGR, Guillermo Orozco.

Entre los días 20 y 24 de julio se impartirá un seminario sobre ‘manejo ambulatorio del paciente de edad avanzada’, además de un ciclo sobre ‘el régimen fiscal de la Ciudad Autónoma de Melilla’.

El mes de julio se cerrará con los cursos ‘El centenario de la campaña de 1909’ y ‘Poderosa mente y sabiduría del optimista vital ante la adversidad y la crisis’, coordinado por el psicólogo y escritor Bernabé Tierno.

El plazo de matrícula estará abierto hasta el próximo 15 de junio y los interesados deberán abonar 100 euros por curso si viven fuera de cualquiera de las dos ciudades y 50 euros, si son habitantes de alguna de ellas.
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Aún hay anisakis en los boquerones en vinagre que consumimos

Aún hay anisakis en los boquerones en vinagre que consumimos

La normas sanitarias internacionales obligan a los restaurantes a congelar el pescado si éste no se va a cocinar, caso del mencionado plato tradicional español, de los ahumados, de los salados, de los salazones y de los preparados de cocina asiática tipo sushi, tan de moda en los últimos años. Sin embargo, los boquerones en vinagre caseros mantienen el riesgo de anisakiasis, si previamente no se congela el pescado durante 24 horas a por lo menos 20 grados bajo cero, afirman los científicos. Sus análisis han detectado larvas de anisakis y de otro nematodo parasitario, el Hysterothylacium aduncum, en boquerones pescados cerca de las costas españolas mediterráneas y atlánticas.

El riesgo de contraer anisakiasis por comer boquerones depende la zona de captura señala Adela Valero, del Departamento de Parasitología de la UGR, que ha analizado casi 800 muestras de Engraulis encrasicolus, nombre científico del boquerón, procedentes del Golfo de Cádiz y el Estrecho de Gibraltar, y de los mares de Alborán, Catalán, de Liguria y del Golfo de León a partes iguales.

La presencia del Hysterothylacium es más frecuente en pescado del Golfo de León y el Mar de Liguria, mientras que el capturado la parte atlántica del Estrecho de Gibraltar presenta mayor incidencia de anisakis. Esto se explica por la mayor presencia de cetáceos en esas zonas, según los investigadores..
Los anisákidos se valen de cetáceos y focas para hospedarse, es decir, que son sus víctimas naturales. Durante de su ciclo vital pueden infestar a una gran variedad de especies piscícolas de consumo, que utilizan como vector de propagación. Las larvas viven en la cavidad abdominal del pescado, pero pueden desplazarse hasta sus músculos, que son los que habitualmente consumimos. Es entonces cuando se produce la infección.

Los científicos granadinos también sugieren que el parásito prefiere los peces de mayor tamaño. Los boquerones en vinagre se preparan con los mayores ejemplares, lo que aumenta el riesgo.

La enfermedad cursa con dolor abdominal fuerte, vómitos, fiebre y diarrea, síntomas comunes en muchas dolencias que provocan que se confunda con otros procesos y que distorsionan las estadísticas.
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Hacia un inventario de las canteras que han surtido de piedra el Patrimonio Monumental español

Hacia un inventario de las canteras que han surtido de piedra el Patrimonio Monumental español

El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) ha puesto hoy en marcha el proyecto CONSTRUROCK, una iniciativa que establece por primera vez criterios para desarrollar una nueva figura de protección de las canteras históricas que han dado lugar al patrimonio monumental español.

CONSTRUROCK coordinará y unificará la labor de diversos equipos de trabajo de centros de investigación, tanto públicos como privados, dando prioridad a la piedra como material. Se trata de crear una red que pueda dar servicio a los arquitectos y a la administración de tal forma que, a la hora de restaurar monumentos no se cuente con rocas parecidas sino con la roca original.

«El primer paso es la elaboración de un catálogo o inventario de los huecos mineros que han surtido de piedra al patrimonio monumental e histórico de España. Todaví­a no existe ninguna figura de protección para las canteras históricas, ya que no entran en el marco del patrimonio minero ni en los lugares de interés geológico» indica José Manuel Baltuille, responsable de esta iniciativa y jefe del Área de Infraestructura Minera del IGME.

«Un inventario no sólo evitarí­a restauraciones con materiales inadecuados sino que, además, impedirí­a que estas canteras fueran arruinadas por vertidos, urbanizaciones, infraestructuras, etc., como ya ha sucedido en algunos lugares» continúa Baltuille.

La identificación y protección de las canteras históricas garantizará la localización del mismo tipo de roca en el mismo entorno cuando la cantera histórica no tenga volumen suficiente para afrontar una restauración determinada y permitirá, además, la recuperación de técnicas de explotación y arranque de piedra para las escuelas.

En la actualidad CONSTRUROCK está formada por ocho organismos: la Escuela de Arquitectura de Madrid, la Universidad de Zaragoza, la Universidad de Granada, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Alicante, la Escuela de Minas de Vigo, el Instituto Tecnológico de Rocas Ornamentales y Materiales de Construcción de Extremadura (INTROMAC) y el IGME. No obstante CONSTRUROCK está abierta a otros centros de investigación y ya han confirmado su adhesión a esta Red la Sociedad de Investigación y Explotación Minera de Castilla y León (SIEMCALSA) y la Universidad de Salamanca
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El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada han confirmado una mayor presencia del parásito Anisakis spp en los boquerones de la costa sureste del Atlántico y noroeste del Mediterráneo, e insisten en congelar o cocinar el pescado antes de consumirlo.

Aunque la Unión Europea y las normas españolas obligan a los restaurantes a congelar el pescado que se consume crudo, la preparación casera de los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar los boquerones al menos 24 horas a -20 ºC, afirman los científicos de la UGR, que ha detectado larvas de Anisakis spp y de otro parásito similar, Hysterothylacium aduncum, en boquerones del oeste del Mar Mediterráneo y del este del Océano Atlántico.

El riesgo de contraer una anisakiasis por ingestión de boquerones (Engraulis encrasicolus), puede estar influenciada por la zona geográfica de captura, pues hay una gran variación en la parasitación (prevalencia e intensidad media) de los boquerones de diferentes áreas, explica a la plataforma SINC Adela Valero, autora principal e investigadora del Departamento de Parasitología de la UGR.

En el estudio, que se ha publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado 792 boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre 1999 en el mercado de pescado de Granada. La mitad procedía del este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y los otros 396 del oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, el parásito Hysterothylacium aduncum fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, en concreto el Golfo de León y el Mar de Liguria. En los boquerones capturados en la zona atlántica del Estrecho de Gibraltar (Golfo de Cádiz y el propio Estrecho), el anisakis es más frecuente que los que proceden de la zona mediterránea (Mar de Alborán), según parece por la presencia de cetáceos, apunta Valero. Esta relación es especialmente evidente en los boquerones procedentes del Mar de Liguria, donde la presencia de Anisakis y de cetáceos es mayor que en el resto de las zonas estudiadas, subraya Francisco Javier Adroher, otro de los autores e investigador de la UGR. Esto supone un riesgo mayor para los consumidores, si no congelan el pescado.

Los músculos del pez, hábitat de las larvas

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez. Según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo aumenta el riesgo de contraer anisakiasis con el consumo de boquerones en vinagre. Los científicos granadinos han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto más largo sea el pez. Como los boquerones en vinagre se preparan con los más grandes, también aumenta el riesgo, añade Adroher.

Valero y su equipo señalan que se necesitan más estudios para identificar las áreas marinas con mayor presencia de parásitos, y que pueden afectar la salud humana. De esta forma se determinará si la abundancia del parásito en ciertas zonas varía con el tiempo, lo que permitiría diseñar y aplicar medidas que limiten la exposición de los humanos a los parásitos.
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