Loja debuta como sede con 128 alumnos de la comarca
«Hoy es un día histórico para el centro y para la ciudad», exponía ayer el director del instituto Virgen de la Caridad, Salvador Jiménez, al dar la bienvenida a los alumnos antes del comienzo de los exámenes. El centro ha «trabajado duro» para conseguir una reivindicación ya antigua de los padres y alumnos de los distintos centros educativos de Loja, aunque eso sí, las aulas han tenido que sufrir ligeras modificaciones. Según el director, la pretensión del equipo directivo era que los alumnos pudieran realizar los exámenes «lo más cómodamente posible», por lo que se han sustituido algunos pupitres «con muy poco espacio, por otros ya de mayor dimensión».
Las pruebas se desarrollaron en el salón de usos múltiples del centro lojeño, la biblioteca y el gimnasio, que durante estos tres días se ha reservado exclusivamente para los preuniversitarios.
Para la Selectividad, el tribunal ha contado con la presencia de 128 alumnos, que se han repartido entre los centros Virgen de la Caridad -sede de las pruebas- y Moraima de Loja y el instituto Américo Castro de Huetor Tájar. La implicación de estos tres centros ha permitido contar la presencia de alumnos de toda la comarca del Poniente Granadino, habida cuenta que por ejemplo en el instituto de Huetor Tájar estudian alumnos de Villanueva de Mesía, Salar o Moraleda de Zafallona, entre otras localidades.
Satisfechos estaban también los integrantes del tribunal de la prueba. En palabras de su presidenta, Presentación Carrillo, «el centro ha cumplido con creces las expectativas creadas por la Universidad de Granada» y destacó «la implicación de los alumnos y profesores para que los exámenes concluyeran sin incidentes».
Carrillo aprovechó la ocasión para animar al director del centro a que solicite de nuevo los exámenes en el municipio. «Loja ha hecho una importante labor educativa con la concesión de estas pruebas y repercutirá directamente en los resultados de los exámenes, ya que los alumnos estarán más descansados», dijo.
Pero sin duda, entre los más entusiasmados por el desarrollo de las pruebas fueron los propios alumnos. Era el caso por ejemplo de Elisabeth Jiménez y Tamara Benavides, ambas tuvieron que desplazarse el año pasado a Granada para examinarse de Selectividad. «Este año el madrugón ha sido menor» y a la hora del comienzo de los exámenes «influye positivamente».
Para Tamara conocer el entorno y «estar en casa la hora de comer» es clave para estar serenas durante los tres días que dura Selectividad. Elisabeth reconoce que, «cuando me lo dijo mi abuela», no creía que los exámenes se hicieran en Loja, pero al día siguiente «pude constatar por los medios de comunicación locales que era cierto». Este año ambas, estudiantes del instituto Moraima de Loja creen que van a aprobar gracias a la «estabilidad de hacer el examen en mi pueblo».
Futuras alumnas de Trabajo Social y Magisterio Infantil son Mónica e Inma, que salen contentas de las pruebas. «Aunque prefería Platón, este año ha caído Descartes, pero qué se le va ha hacer», dice Mónica con resignación. Las dos estudiantes coinciden en que examinarse en sus aulas de todo el año les da «más seguridad».
Teresa, por su parte, estudia en Loja, pero reside en Iznájar (Córdoba). Si hubiese tenido que trasladarse hasta Granada, se habría tenido que «levantar a las cuatro de la mañana para llegar a tiempo al comienzo de la prueba».
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