Aquí puedes saber más de lo que comíamos en la edad del Bronce

76374 Una investigación realizada por las universidades de Granada, Santiago de Compostela y Reading (Reino Unido) ha aportado nuevos datos sobre la alimentación del hombre durante la edad del Bronce, y la llegada de nuevos cultivos a la Península Ibérica durante este período.

 

Este trabajo, publicado en la revista Journal of Archaeological Science, ha estudiado los restos óseos humanos de la necrópolis de Cova do Santo, situada en el valle del Sil, en la provincia de Ourense.

Se trata de una cueva donde se hallaron al menos 14 individuos de ambos sexos, incluyendo niños. Dada la inestabilidad de la cavidad, los investigadores solo pudieron permanecer unas pocas horas en su interior, por lo que recogieron los restos que había en la superficie.

El análisis de isótopos estables en el colágeno óseo de los restos hallados revela que los individuos de Cova do Santo tenían una alimentación basada en vegetales con poca presencia de carne o pescado, a pesar de hallarse el yacimiento próximo al río Sil.

«No existen diferencias notables entre los individuos en cuanto a la alimentación, por lo que el acceso a los recursos alimentarios pudo ser similar, independientemente del sexo o edad», explica la investigadora Olalla López Costas, autora principal de este trabajo.

Los investigadores no han hallado en esta necrópolis signos de consumo de mijo o panizo, con lo cual no se puede confirmar la presencia de dichos cultivos en la dieta al menos en el Noroeste de la Península. «Hemos realizado una comparación con otros yacimientos publicados, y creemos que hay indicios suficientes para pensar que los cultivos de verano sí pudieran ser utilizados en el centro de la Península antes de lo que se creía», destaca López Costas.

Cultivos de verano

Estos cultivos, llamados de verano o primavera, cuyo mejores representantes son el mijo y el panizo, «tienen un mayor rendimiento en poco tiempo, lo cual probablemente ayudó a la gente a ser más sedentaria y el exceso de producción pudo influir en la jerarquización de la sociedad».

No obstante, no se sabe con certeza cuándo se introdujeron en la dieta peninsular. Hasta hace poco se consideraba que se produjo en el Bronce Final, pero recientes hallazgos de semillas en yacimientos arqueológicos parecen indicar que pudo suceder antes.

Los enterramientos prehistóricos en cueva son algo relativamente frecuente en el Norte y Oeste de la Península aunque en pocos yacimientos se han realizado trabajos de antropología física como en este estudio. Este yacimiento parece ser el mayor de la prehistoria del Noroeste Peninsular en cuanto al número de enterramientos, y los restos han sido datados entre el 1800 y el 1600 a C.

Descargar


El profesor Manuel Ruiz Morales, hijo adoptivo de Melilla

Por unanimidad, la Asamblea de Melilla dio el pasado viernes su apoyo a la propuesta de la Comisión de Educación y Cultura para nombrar al profesor de la Universidad de Granada, Manuel Ruiz Morales, Hijo Adoptivo de Melilla, por su labor como director de los Cursos Internacionales de Verano ‘Ciudad de Melilla’ que se celebran en la ciudad autónoma desde 1995

La Asamblea de Melilla dio el pasado viernes su apoyo, por unanimidad, a la propuesta de la Comisión de Educación y Cultura para nombrar al granadino Manuel Ruiz Morales, profesor titular y director del Departamento de Cirugía de la Universidad de Granada, Hijo Adoptivo de Melilla, por su labor como director de los Cursos Internacionales de Verano ‘Ciudad de Melilla’ que se vienen celebrando en la ciudad autónoma desde 1995.

Manuel Ruiz Morales se ha implicado desde hace más de dos décadas en todos los ámbitos académicos y culturales de Melilla y se ha comprometido con el desarrollo de la enseñanza universitaria de grado y posgrado en la Ciudad Autónoma. Fue coordinador en el bienio 1993-95 del Programa de Doctorado “Actualización Médico-Quirúrgica”, en colaboración con el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Melilla, programa este por el que la Junta Directiva del citado colegio le concedió la “Medalla al Mérito Colegial”.

Fue coordinador en 1994, y es director académico de los Cursos Internacionales de Verano de laUniversidad de Granada en Melilla desde la 4.ª edición celebrada en 1995, en estrecha colaboración y bajo el patrocinio de la Ciudad Autónoma de Melilla a través de la Consejería de Cultura. Desde el pasado año los citados cursos cuentan, además, con el reconocimiento de la Escuela Internacional de Posgrado de laUGR.

Director de cuatro ediciones del curso “Lengua y Cultura Tamazigh” (2009 a 2012), celebradas en colaboración con el Instituto de las Culturas de la Ciudad Autónoma, en el marco del Centro de Formación Continua y Escuela de Posgrado de la Universidad de Granada.


Síganos en Facebook:

image

Síganos en Twitter:

image


Aportan nuevos datos sobre la alimentación del hombre en la edad del Bronce y nuevos cultivos en la Península

76374 Una investigación realizada por las universidades de Granada, Santiago de Compostela y Reading (Reino Unido) ha aportado nuevos datos sobre la alimentación del hombre durante la edad del Bronce, y la llegada de nuevos cultivos a la Península Ibérica durante este período.

 

Este trabajo, publicado en la revista ‘Journal of Archaeological Science’, ha estudiado los restos óseos humanos de la necrópolis de Cova do Santo, situada en el valle del Sil, en la provincia de Ourense. Se trata de una cueva donde se hallaron al menos 14 individuos de ambos sexos, incluyendo niños.

Dada la inestabilidad de la cavidad, los investigadores solo pudieron permanecer unas pocas horas en su interior, por lo que recogieron los restos que había en la superficie.

El análisis de isótopos estables en el colágeno óseo de los restos hallados revela que los individuos de Cova do Santo tenían una alimentación basada en vegetales con poca presencia de carne o pescado, a pesar de hallarse el yacimiento próximo al río Sil.

«No existen diferencias notables entre los individuos en cuanto a la alimentación, por lo que el acceso a los recursos alimentarios pudo ser similar, independientemente del sexo o edad», explica la investigadora Olalla López Costas, autora principal de este trabajo.

Los investigadores no han hallado en esta necrópolis signos de consumo de mijo o panizo, con lo cual no se puede confirmar la presencia de dichos cultivos en la dieta al menos en el Noroeste de la Península, informa la Universidad de Granada en una nota.

«Hemos realizado una comparación con otros yacimientos publicados, y creemos que hay indicios suficientes para pensar que los cultivos de verano sí pudieran ser utilizados en el centro de la Península antes de lo que se creía», destaca López Costas.

CULTIVOS DE VERANO

Estos cultivos, llamados de verano o primavera, cuyo mejores representantes son el mijo y el panizo, «tienen un mayor rendimiento en poco tiempo, lo cual probablemente ayudó a la gente a ser más sedentaria y el exceso de producción pudo influir en la jerarquización de la sociedad».

No obstante, no se sabe con certeza cuándo se introdujeron en la dieta peninsular. Hasta hace poco se consideraba que se produjo en el Bronce Final, pero recientes hallazgos de semillas en yacimientos arqueológicos parecen indicar que pudo suceder antes.

Los enterramientos prehistóricos en cueva son algo relativamente frecuente en el Norte y Oeste de la Península aunque en pocos yacimientos se han realizado trabajos de antropología física como en este estudio.

Este yacimiento parece ser el mayor de la prehistoria del Noroeste Peninsular en cuanto al número de enterramientos, y los restos han sido datados entre el 1800 y el 1600 a.C.

Descargar


Aportan nuevos datos sobre la alimentación del hombre en la edad del Bronce y nuevos cultivos en la Península

76374 Una investigación realizada por las universidades de Granada, Santiago de Compostela y Reading (Reino Unido) ha aportado nuevos datos sobre la alimentación del hombre durante la edad del Bronce, y la llegada de nuevos cultivos a la Península Ibérica durante este período.

 

Este trabajo, publicado en la revista ‘Journal of Archaeological Science’, ha estudiado los restos óseos humanos de la necrópolis de Cova do Santo, situada en el valle del Sil, en la provincia de Ourense. Se trata de una cueva donde se hallaron al menos 14 individuos de ambos sexos, incluyendo niños.

Dada la inestabilidad de la cavidad, los investigadores solo pudieron permanecer unas pocas horas en su interior, por lo que recogieron los restos que había en la superficie.

El análisis de isótopos estables en el colágeno óseo de los restos hallados revela que los individuos de Cova do Santo tenían una alimentación basada en vegetales con poca presencia de carne o pescado, a pesar de hallarse el yacimiento próximo al río Sil.

«No existen diferencias notables entre los individuos en cuanto a la alimentación, por lo que el acceso a los recursos alimentarios pudo ser similar, independientemente del sexo o edad», explica la investigadora Olalla López Costas, autora principal de este trabajo»

Los investigadores no han hallado en esta necrópolis signos de consumo de mijo o panizo, con lo cual no se puede confirmar la presencia de dichos cultivos en la dieta al menos en el Noroeste de la Península, informa la Universidad de Granada en una nota.

«Hemos realizado una comparación con otros yacimientos publicados, y creemos que hay indicios suficientes para pensar que los cultivos de verano sí pudieran ser utilizados en el centro de la Península antes de lo que se creía», destaca López Costas.

CULTIVOS DE VERANO

Estos cultivos, llamados de verano o primavera, cuyo mejores representantes son el mijo y el panizo, «tienen un mayor rendimiento en poco tiempo, lo cual probablemente ayudó a la gente a ser más sedentaria y el exceso de producción pudo influir en la jerarquización de la sociedad».

No obstante, no se sabe con certeza cuándo se introdujeron en la dieta peninsular. Hasta hace poco se consideraba que se produjo en el Bronce Final, pero recientes hallazgos de semillas en yacimientos arqueológicos parecen indicar que pudo suceder antes.

Los enterramientos prehistóricos en cueva son algo relativamente frecuente en el Norte y Oeste de la Península aunque en pocos yacimientos se han realizado trabajos de antropología física como en este estudio.

Este yacimiento parece ser el mayor de la prehistoria del Noroeste Peninsular en cuanto al número de enterramientos, y los restos han sido datados entre el 1800 y el 1600 a.C.

Descargar


Una alimentación basada en vegetales en la Edad de Bronce

76374 Una investigación realizada por las universidades de Granada, Santiago de Compostela y Reading (Reino Unido) ha aportado nuevos datos sobre la alimentación del hombre durante la edad del Bronce, y la llegada de nuevos cultivos a la Península Ibérica durante este período. Este trabajo, publicado en la revista Journal of Archaeological Science, ha estudiado los restos óseos humanos de la necrópolis de Cova do Santo, situada en el valle del Sil, en la provincia de Ourense.

 

Se trata de una cueva donde se hallaron al menos 14 individuos de ambos sexos, incluyendo niños. Dada la inestabilidad de la cavidad, los investigadores solo pudieron permanecer unas pocas horas en su interior, por lo que recogieron los restos que había en la superficie.

El análisis de isótopos estables en el colágeno óseo de los restos hallados revela que los individuos de Cova do Santo tenían una alimentación basada en vegetales con poca presencia de carne o pescado, a pesar de hallarse el yacimiento próximo al río Sil.

«No existen diferencias notables entre los individuos en cuanto a la alimentación, por lo que el acceso a los recursos alimentarios pudo ser similar, independientemente del sexo o edad», explica la investigadora Olalla López Costas, autora principal de este trabajo.

Los investigadores no han hallado en esta necrópolis signos de consumo de mijo o panizo, con lo cual no se puede confirmar la presencia de dichos cultivos en la dieta al menos en el Noroeste de la Península. «Hemos realizado una comparación con otros yacimientos publicados, y creemos que hay indicios suficientes para pensar que los cultivos de verano sí pudieran ser utilizados en el centro de la Península antes de lo que se creía», destaca López Costas.

Cultivos de verano

Estos cultivos, llamados de verano o primavera, cuyo mejores representantes son el mijo y el panizo, «tienen un mayor rendimiento en poco tiempo, lo cual probablemente ayudó a la gente a ser más sedentaria y el exceso de producción pudo influir en la jerarquización de la sociedad».

No obstante, no se sabe con certeza cuándo se introdujeron en la dieta peninsular. Hasta hace poco se consideraba que se produjo en el Bronce Final, pero recientes hallazgos de semillas en yacimientos arqueológicos parecen indicar que pudo suceder antes.

Los enterramientos prehistóricos en cueva son algo relativamente frecuente en el Norte y Oeste de la Península aunque en pocos yacimientos se han realizado trabajos de antropología física como en este estudio. Este yacimiento parece ser el mayor de la prehistoria del Noroeste Peninsular en cuanto al número de enterramientos, y los restos han sido datados entre el 1800 y el 1600 a C.

Descargar


Ideal

Pág. 10: El nuevo ‘ranking’ de las carreras con más trabajo

Déficit en prácticas y asesoramiento para el empleo

Nuevo aplazamiento en la recepción de la Escuela de Arquitectura en el Realejo

Pág. 11: Un lleno en la otra campaña electoral

Pág. 55: Sola en la oscuridad’, cine en Medicina

Homenaje a Rafael Guillén en La Madraza

Pág. 65: Agenda:

– Conferencias:

‘Balada en tres tiempos para saxofón y frases coloquiales’

‘Criterios de Política Criminal en el Proyecto de reforma del Código Penal’

– Teatro:

‘Suit nº 4, Alicia en el país de las maravillas’

– Cine:

‘Sola en la oscuridad’

– Exposiciones:

‘El juguete rabioso’

‘Trasfondos’

‘TREPAT. Vanguardias fotográficas: un caso de estudio’

Descarga por URL: http://sl.ugr.es/07B1

Descargar


Investigación revela nuevos datos sobre la alimentación en la Edad del Bronce

76374 Una investigación de las universidades de Granada, Santiago de Compostela y Reading (Reino Unido) ha aportado nuevos datos sobre la alimentación del hombre durante la edad del Bronce y la llegada de nuevos cultivos a la Península Ibérica durante este período.

 

El trabajo ha estudiado los restos óseos humanos de la necrópolis de Cova do Santo, situada en el valle del Sil, en la provincia de Ourense, ha informado hoy la Universidad de Granada.

Se trata de una cueva donde se hallaron al menos catorce individuos de ambos sexos, incluyendo niños y, dada la inestabilidad de la cavidad, los investigadores solo pudieron permanecer unas pocas horas en su interior, por lo que recogieron los restos que había en la superficie.

El análisis de los denominados «isótopos estables» en el colágeno óseo de los restos hallados revela que los individuos de Cova do Santo tenían una alimentación basada en vegetales con poca presencia de carne o pescado, a pesar de hallarse el yacimiento próximo al río Sil.

«No existen diferencias notables entre los individuos en cuanto a la alimentación, por lo que el acceso a los recursos alimentarios pudo ser similar, independientemente del sexo o edad», ha explicado la investigadora Olalla López Costas, autora principal de este trabajo.

Los investigadores no han hallado en esta necrópolis signos de consumo de mijo o panizo, con lo cual no se puede confirmar la presencia de dichos cultivos en la dieta al menos en el noroeste peninsular.

«Hemos realizado una comparación con otros yacimientos publicados, y creemos que hay indicios suficientes para pensar que los cultivos de verano sí pudieran ser utilizados en el centro de la Península antes de lo que se creía», ha destacado López Costas.

Estos cultivos, llamados de verano o primavera, cuyo mejores representantes son el mijo y el panizo, tienen un mayor rendimiento en poco tiempo, lo cual probablemente ayudó a la gente a ser más sedentaria y el exceso de producción pudo influir en la jerarquización de la sociedad.

No obstante, no se sabe con certeza cuándo se introdujeron en la dieta peninsular y, hasta hace poco, se consideraba que se produjo en el Bronce Final, pero recientes hallazgos de semillas en yacimientos arqueológicos parecen indicar que pudo suceder antes.

Los enterramientos prehistóricos en cueva son algo relativamente frecuente en el norte y oeste de la Península aunque en pocos yacimientos se han realizado trabajos de antropología física como en este estudio.

El yacimiento parece ser el mayor de la prehistoria del Noroeste Peninsular en cuanto al número de enterramientos y los restos han sido datados entre el 1800 y el 1600 antes de Cristo. EFE

Descargar


Aportan nuevos datos sobre la alimentación del hombre en la edad del Bronce y nuevos cultivos en la Península

76374 Una investigación realizada por las universidades de Granada, Santiago de Compostela y Reading (Reino Unido) ha aportado nuevos datos sobre la alimentación del hombre durante la edad del Bronce, y la llegada de nuevos cultivos a la Península Ibérica durante este período.
GRANADA, 4 (EUROPA PRESS)
Este trabajo, publicado en la revista ‘Journal of Archaeological Science’, ha estudiado los restos óseos humanos de la necrópolis de Cova do Santo, situada en el valle del Sil, en la provincia de Ourense. Se trata de una cueva donde se hallaron al menos 14 individuos de ambos sexos, incluyendo niños.
Dada la inestabilidad de la cavidad, los investigadores solo pudieron permanecer unas pocas horas en su interior, por lo que recogieron los restos que había en la superficie.
El análisis de isótopos estables en el colágeno óseo de los restos hallados revela que los individuos de Cova do Santo tenían una alimentación basada en vegetales con poca presencia de carne o pescado, a pesar de hallarse el yacimiento próximo al río Sil.
«No existen diferencias notables entre los individuos en cuanto a la alimentación, por lo que el acceso a los recursos alimentarios pudo ser similar, independientemente del sexo o edad», explica la investigadora Olalla López Costas, autora principal de este trabajo.
Los investigadores no han hallado en esta necrópolis signos de consumo de mijo o panizo, con lo cual no se puede confirmar la presencia de dichos cultivos en la dieta al menos en el Noroeste de la Península, informa la Universidad de Granada en una nota.
«Hemos realizado una comparación con otros yacimientos publicados, y creemos que hay indicios suficientes para pensar que los cultivos de verano sí pudieran ser utilizados en el centro de la Península antes de lo que se creía», destaca López Costas.
CULTIVOS DE VERANO
Estos cultivos, llamados de verano o primavera, cuyo mejores representantes son el mijo y el panizo, «tienen un mayor rendimiento en poco tiempo, lo cual probablemente ayudó a la gente a ser más sedentaria y el exceso de producción pudo influir en la jerarquización de la sociedad».
No obstante, no se sabe con certeza cuándo se introdujeron en la dieta peninsular. Hasta hace poco se consideraba que se produjo en el Bronce Final, pero recientes hallazgos de semillas en yacimientos arqueológicos parecen indicar que pudo suceder antes.
Los enterramientos prehistóricos en cueva son algo relativamente frecuente en el Norte y Oeste de la Península aunque en pocos yacimientos se han realizado trabajos de antropología física como en este estudio.
Este yacimiento parece ser el mayor de la prehistoria del Noroeste Peninsular en cuanto al número de enterramientos, y los restos han sido datados entre el 1800 y el 1600 a.C.
Descargar


Una alimentación basada en vegetales en la Edad de Bronce (Ourense)

76374 Una investigación realizada por las universidades de Granada, Santiago de Compostela y Reading (Reino Unido) ha aportado nuevos datos sobre la alimentación del hombre durante la edad del Bronce, y la llegada de nuevos cultivos a la Península Ibérica durante este período. Este trabajo, publicado en la revista Journal of Archaeological Science, ha estudiado los restos óseos humanos de la necrópolis de Cova do Santo, situada en el valle del Sil, en la provincia de Ourense.
Se trata de una cueva donde se hallaron al menos 14 individuos de ambos sexos, incluyendo niños. Dada la inestabilidad de la cavidad, los investigadores solo pudieron permanecer unas pocas horas en su interior, por lo que recogieron los restos que había en la superficie.
El análisis de isótopos estables en el colágeno óseo de los restos hallados revela que los individuos de Cova do Santo tenían una alimentación basada en vegetales con poca presencia de carne o pescado, a pesar de hallarse el yacimiento próximo al río Sil.
«No existen diferencias notables entre los individuos en cuanto a la alimentación, por lo que el acceso a los recursos alimentarios pudo ser similar, independientemente del sexo o edad», explica la investigadora Olalla López Costas, autora principal de este trabajo.
Los investigadores no han hallado en esta necrópolis signos de consumo de mijo o panizo, con lo cual no se puede confirmar la presencia de dichos cultivos en la dieta al menos en el Noroeste de la Península. «Hemos realizado una comparación con otros yacimientos publicados, y creemos que hay indicios suficientes para pensar que los cultivos de verano sí pudieran ser utilizados en el centro de la Península antes de lo que se creía», destaca López Costas.

 

Cultivos de verano

Estos cultivos, llamados de verano o primavera, cuyo mejores representantes son el mijo y el panizo, «tienen un mayor rendimiento en poco tiempo, lo cual probablemente ayudó a la gente a ser más sedentaria y el exceso de producción pudo influir en la jerarquización de la sociedad».
No obstante, no se sabe con certeza cuándo se introdujeron en la dieta peninsular. Hasta hace poco se consideraba que se produjo en el Bronce Final, pero recientes hallazgos de semillas en yacimientos arqueológicos parecen indicar que pudo suceder antes.
Los enterramientos prehistóricos en cueva son algo relativamente frecuente en el Norte y Oeste de la Península aunque en pocos yacimientos se han realizado trabajos de antropología física como en este estudio. Este yacimiento parece ser el mayor de la prehistoria del Noroeste Peninsular en cuanto al número de enterramientos, y los restos han sido datados entre el 1800 y el 1600 a C.

Descargar


Nuevos datos sobre la alimentación en la Edad del Bronce

76374 Una investigación realizada por las universidades de Granada, Santiago de Compostela y Reading (Reino Unido) ha aportado nuevos datos sobre la alimentación del hombre durante la edad del Bronce, y la llegada de nuevos cultivos a la Península Ibérica durante este período. Este trabajo, publicado en la revista Journal of Archaeological Science, ha estudiado los restos óseos humanos de la necrópolis de Cova do Santo, situada en el valle del Sil, en la provincia de Ourense.

 

Se trata de una cueva donde se hallaron al menos 14 individuos de ambos sexos, incluyendo niños. Dada la inestabilidad de la cavidad, los investigadores solo pudieron permanecer unas pocas horas en su interior, por lo que recogieron los restos que había en la superficie.

El análisis de isótopos estables en el colágeno óseo de los restos hallados revela que los individuos de Cova do Santo tenían una alimentación basada en vegetales con poca presencia de carne o pescado, a pesar de hallarse el yacimiento próximo al río Sil. «No existen diferencias notables entre los individuos en cuanto a la alimentación, por lo que el acceso a los recursos alimentarios pudo ser similar, independientemente del sexo o edad», explica la investigadora Olalla López Costas, autora principal de este trabajo.

Descargar


Nuevos datos sobre la alimentación en la Edad del Bronce

76374Una investigación realizada por las universidades de Granada, Santiago de Compostela y Reading (Reino Unido) ha aportado nuevos datos sobre la alimentación del hombre durante la edad del Bronce, y la llegada de nuevos cultivos a la Península Ibérica durante este período. Este trabajo, publicado en la revista Journal of Archaeological Science, ha estudiado los restos óseos humanos de la necrópolis de Cova do Santo, situada en el valle del Sil, en la provincia de Ourense.

 

Se trata de una cueva donde se hallaron al menos 14 individuos de ambos sexos, incluyendo niños. Dada la inestabilidad de la cavidad, los investigadores solo pudieron permanecer unas pocas horas en su interior, por lo que recogieron los restos que había en la superficie.

El análisis de isótopos estables en el colágeno óseo de los restos hallados revela que los individuos de Cova do Santo tenían una alimentación basada en vegetales con poca presencia de carne o pescado, a pesar de hallarse el yacimiento próximo al río Sil. «No existen diferencias notables entre los individuos en cuanto a la alimentación, por lo que el acceso a los recursos alimentarios pudo ser similar, independientemente del sexo o edad», explica la investigadora Olalla López Costas, autora principal de este trabajo.

Descargar


En la edad del Bronce primó la dieta basada en vegetales

76374 Una investigación realizada por las universidades de Granada, Santiago de Compostela y Reading (Reino Unido) ha aportado nuevos datos sobre la alimentación del hombre durante la edad del Bronce, y la llegada de nuevos cultivos a la Península Ibérica durante este período.

 

Este trabajo, publicado en la revista Journal of Archaeological Science, ha estudiado los restos óseos humanos de la necrópolis de Cova do Santo, situada en el valle del Sil, en la provincia de Ourense.

Se trata de una cueva donde se hallaron al menos 14 individuos de ambos sexos, incluyendo niños
Se trata de una cueva donde se hallaron al menos 14 individuos de ambos sexos, incluyendo niños. Dada la inestabilidad de la cavidad, los investigadores solo pudieron permanecer unas pocas horas en su interior, por lo que recogieron los restos que había en la superficie.

El análisis de isótopos estables en el colágeno óseo de los restos hallados revela que los individuos de Cova do Santo tenían una alimentación basada en vegetales con poca presencia de carne o pescado, a pesar de hallarse el yacimiento próximo al río Sil.

«No existen diferencias notables entre los individuos en cuanto a la alimentación, por lo que el acceso a los recursos alimentarios pudo ser similar, independientemente del sexo o edad», explica la investigadora Olalla López Costas, autora principal de este trabajo.

Los investigadores no han hallado en esta necrópolis signos de consumo de mijo o panizo, con lo cual no se puede confirmar la presencia de dichos cultivos en la dieta al menos en el Noroeste de la Península. «Hemos realizado una comparación con otros yacimientos publicados, y creemos que hay indicios suficientes para pensar que los cultivos de verano sí pudieran ser utilizados en el centro de la Península antes de lo que se creía», destaca López Costas.

Cultivos de verano

Estos cultivos, llamados de verano o primavera, cuyo mejores representantes son el mijo y el panizo, «tienen un mayor rendimiento en poco tiempo, lo cual probablemente ayudó a la gente a ser más sedentaria y el exceso de producción pudo influir en la jerarquización de la sociedad».

No obstante, no se sabe con certeza cuándo se introdujeron en la dieta peninsular. Hasta hace poco se consideraba que se produjo en el Bronce Final, pero recientes hallazgos de semillas en yacimientos arqueológicos parecen indicar que pudo suceder antes.

Los enterramientos prehistóricos en cueva son algo relativamente frecuente en el Norte y Oeste de la Península aunque en pocos yacimientos se han realizado trabajos de antropología física como en este estudio. Este yacimiento parece ser el mayor de la prehistoria del Noroeste Peninsular en cuanto al número de enterramientos, y los restos han sido datados entre el 1800 y el 1600 a C.

Descargar