«Se echaba a la espalda el dolor del mundo»
«Tomaba sobre sus espaldas todo el dolor del mundo», dijo Sabina de la Cruz, la viuda del poeta social Blas de Otero (Bilbao, 1913-Madrid, 1979) durante la inauguración en Granada de un congreso dedicado al autor bilbaíno. Especialistas de todo el mundo se dan cita en el simposio \’Compromisos y palabras bajo el franquismo. Recordando a Blas de Otero (1979-2009)\’, una cita organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) y el Secretariado de Extensión Universitaria de la UGR.
La intención de este encuentro consiste en analizar las trayectorias de la disidencia intelectual durante la dictadura y la contribución del poeta vasco a la consolidación de una vigorosa escritura de testimonio y denuncia.
En este simposio será presentada la edición de la \’Poesía completa\’ de Blas de Otero, que ha corrido a cargo del especialista Mario Hernández. En la sesión de clausura intervendrán algunos de los amigos del escritor, entre ellos el granadino Rafael Guillén, José Manuel Caballero Bonald y Jorge Semprún.
Sabina de la Cruz inició el ciclo con la conferencia \’Blas de Otero: poesía y libertad\’, una crónica inédita de los años de la llamada a la poesía del autor vasco, de la gestación de su vocación y compromiso. «Era un hombre callado, profundamente callado, que siempre permanecía en lucha por la libertad», dijo Sabina a modo de pincelada sobre su personalidad. La presidenta de la Fundación dedicada a la obra del escritor vizcaíno quiso iniciar su intervención con unas palabras dedicadas a Haití, «con el poema \’América\’, que hemos encontrado entre los muchos libros inesperados de Blas de Otero, como \’Poesía e historia\’, que no eran dos o tres poemas, sino tres grandes partes de un gran libro, de donde hemos elegido este poema».
La viuda del poeta se ciñó a ese Blas de Otero de juventud, al recién salido de «una dictadura que ensombreció a todo un pueblo», a la década comprendida entre 1939 y 1949, «unos años esenciales porque en ellos se decide la fundación de su poesía». Sabina lamentó que «no exista una gran biografía, aunque sí hay presencia de un gran número de textos y estudios». «Blas consiguió preservar su intimidad, su silenciosa personalidad, que decía Vicente Aleixandre, a quien conoció en el Madrid de 1943», apuntó la especialista.
La llamada
El momento en el que decidió tomar los hábitos de la poesía optó por abandonar su trabajo en Bilbao y marcharse a Madrid, a la Facultad de Filosofía y Letras. «Fue un escándalo familiar y social, porque deja su puesto directivo en la fábrica de Bilbao y se hizo poeta, lo que frustró las expectativas familiares, y dejó solas a su madre y a sus hermanas, y esto nunca pudo perdonárselo», relató Sabina. En esta decisión, en ese supuesto abandono se encuentra, al parecer, ese carácter depresivo y oscuro de Blas de Otero, un episodio que «pasa de puntillas en su autobiografía, ese gran sentimiento de culpa».
La presidenta de la Fundación dedicada al poeta reconstruyó estos años cruciales en la vida de Blas de Otero a través de su correspondencia con lo que llamaba «nuestra alianza», el grupo de amigos de Bilbao. En estas epístolas se relata el ingreso del poeta en un psiquiátrico de San Sebastián, tras su regreso de Madrid y al enterarse de que una de sus hermanas se encontraba enferma. Ese sentimiento de culpa, de haber abandonado a su familia le condujo a la quema de todos sus poemas. «Destruyó todo un decenio de su producción poética, la que había escrito desde 1934 a 1944, y creyó que había sido un acto de egoísmo abandonar a su madre y a sus hermanas», indicó Sabina de la Cruz.
Culpabilidad
La viuda del autor de \’Ángel fieramente humano\’ exculpó con una serie de argumentos la decisión de Blas de Otero, su huida hacia la poesía. «La fábrica, a diferencia de lo que Blas creía, siguió enviando dinero a la madre, porque no creían que Blas se hubiera marchado definitivamente», narró la especialista. Además, la enfermedad de la hermana, una tuberculosis, no se debió al abandono sino «a las penurias y estado en el que se encontraba aquella España de posguerra». «Jamás -añadió- hubo una desoladora situación de hambre y miseria en la casa del poeta».
La decisión
El autor de \’Redoble de conciencia\’ jamás regresó a la fábrica y «se dedicó a dar clases particulares de Derecho y a escribir por las noches». «De los dos años que pasó en una especie de pozo quedaron las depresiones, pero también los poemas», señaló Sabina.
«Blas de Otero dejó en aquellos años una vida, unas creencias y unas amistades, pero no pudo abandonar el complejo de culpabilidad», concluyó. «¿Cómo realizarse sin herir a las personas que amamos?», esa fue la gran pregunta que el poeta se hizo a lo largo de su vida.
Tras la conferencia de la viuda del autor bilbaíno tuvo lugar la sesión titulada \’Blas de Otero con la inmensa mayoría\’, con las intervenciones de José Ángel Ascunce, Antonio Chicharro Chamorro, Claude Le Bigot y Antonio Sánchez Trigueros.
Las ponencias de Pablo Jauralde, Evelyne Martín Hernández, Leopoldo Sánchez Torre y Fernando Valls ocuparon la segunda sesión de la mañana bajo el título \’Con los ojos abiertos: últimos compromisos de Blas de Otero\’.
\’Escribiendo en diagonal: disidencia / resistencia bajo el franquismo\’ fue el título de la sesión del encuentro en la que Miguel Ángel garcía, Lucía Montejo, Juan Carlos Rodríguez y Laura Scarano revisaron las manifestaciones culturales más emblemáticas de la resistencia a la dictadura, los vínculos entre poesía, pensamiento y sociedad o la acción de la censura y las actitudes de los escritores frente a ella.
Para cerrar la jornada, los poetas Fernando Beltrán, José Fernández de la Sota, Pablo González de Langarika, Félix Grande, Ángeles Mora, Álvaro Salvador y Manuel Vilas recitaron poemas del homenajeado en \’Palabras reunidas para Blas de Otero\’.
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