Un estudio de UGR analiza los jardines de al-Andalus a través de poesía árabe

Un estudio de UGR analiza los jardines de al-Andalus a través de poesía árabe

Una investigación de la Universidad de Granada sobre las fuentes y los jardines en al-Andalus se sirve de la poesía descriptiva árabe para suplir la ausencia de documentos escritos o los escasos restos arqueológicos de una sociedad preferentemente nómada, ha informado la institución en una nota.

El estudio, realizado por la profesora Celia del Moral y titulado «Jardines y fuentes en al-Andalus a través de la poesía», analiza las «continuas y frecuentes» descripciones de la naturaleza, los animales o las personas que aparecen en la poesía preislámica.
A partir de la poesía, la autora de la investigación revisa la poesía andalusí para recoger una muestra representativa del género descriptivo y paisajístico y así intenta aportar datos sobre el conocimiento general de los jardines y las plantas de al-Andalus.
«Si consideramos la poesía como una fuente, más o menos subjetiva, para el conocimiento de la sociedad andalusí, un análisis exhaustivo de los textos poéticos nos permitirá estudiar, confirmar o completar los conocimientos sobre el jardín andalusí que ya tenemos a través de otras fuentes más especializadas», ha afirmado la profesora.
Así, se pueden conocer más datos sobre las clases de flores, plantas o frutos que más llamaban la atención de los poetas «que, en definitiva, eran los portavoces de una clase social culta y elevada que creaba estos jardines para su disfrute», ha explicado Del Moral.
«Con todas las precauciones necesarias, las fuentes literarias pueden servir de información complementaria para el estudio del paisaje y la jardinería andalusíes», ha dicho.
La autora del trabajo de investigación ha llamado la atención sobre cómo la poesía árabe en general se ocupa «de las cosas pequeñas y cotidianas».
En este sentido, ha señalado que hay poemas «con curiosas descripciones de frutos y hortalizas a los que se adorna y ennoblece a través de la observación de su belleza» y algunos de ellos son «antológicos por su plasticidad y originalidad», por lo que son recogidos «en multitud de antologías posteriores».


Un estudio de UGR analiza los jardines de al-Andalus a través de la poesía árabe

Un estudio de UGR analiza los jardines de al-Andalus a través de la poesía árabe

Una investigación de la Universidad de Granada sobre las fuentes y los jardines en al-Andalus se sirve de la poesía descriptiva árabe para suplir la ausencia de fuentes escritas o los escasos restos arqueológicos de una sociedad preferentemente nómada, ha informado la institución en una nota.

El estudio, realizado por la profesora Celia del Moral y titulado «Jardines y fuentes en al-Andalus a través de la poesía», analiza las «continuas y frecuentes» descripciones de la naturaleza, los animales o las personas que aparecen en la poesía preislámica.
A partir de la poesía, la autora de la investigación revisa la poesía andalusí para recoger una muestra representativa del género descriptivo y paisajístico y así intenta aportar datos sobre el conocimiento general de los jardines y las plantas de al-Andalus.

«Si consideramos la poesía como una fuente, más o menos subjetiva, para el conocimiento de la sociedad andalusí, un análisis exhaustivo de los textos poéticos nos permitirá estudiar, confirmar o completar los conocimientos sobre el jardín andalusí que ya tenemos a través de otras fuentes más especializadas», ha afirmado la profesora.

Así, se pueden conocer más datos sobre las clases de flores, plantas o frutos que más llamaban la atención de los poetas «que, en definitiva, eran los portavoces de una clase social culta y elevada que creaba estos jardines para su disfrute», ha explicado Del Moral.

«Con todas las precauciones necesarias, las fuentes literarias pueden servir de información complementaria para el estudio del paisaje y la jardinería andalusíes», ha dicho.

La autora del trabajo de investigación ha llamado la atención sobre cómo la poesía árabe en general se ocupa «de las cosas pequeñas y cotidianas».

En este sentido, ha señalado que hay poemas «con curiosas descripciones de frutos y hortalizas a los que se adorna y ennoblece a través de la observación de su belleza» y algunos de ellos son «antológicos por su plasticidad y originalidad», por lo que son recogidos «en multitud de antologías posteriores».


Cuidado con aceite de las papas de bolsa, podría tener sustancias perjudiciales para el corazón

Cuidado con aceite de las papas de bolsa, podría tener sustancias perjudiciales para el corazón

Aperitivos, bollos o precocinados pueden contener grasas \’ocultas\’ y perjudiciales. Los especialistas reclaman una ley del etiquetado más clara para el consumidor. «Patatas (papas), sal y grasa vegetal». Esto es cuanto figura en la etiqueta de muchas de las bolsas de aperitivos que pueblan los supermercados. Tras un primer vistazo, y al constatar la ausencia de conservantes, colorantes y estabilizantes, muchos consumidores apostarían por asegurar que se trata de un producto saludable. Sin embargo, la realidad es que el snack podría albergar grandes cantidades de sustancias perjudiciales para el corazón.

«La gente lee grasa vegetal en una etiqueta y se relaja, tiende a asociarla con un perfil saludable, cuando no siempre es así», alertan los expertos, quienes recuerdan que el aceite de oliva poco tiene que ver con los artificiales ácidos grasos \’trans\’ o los aceites de coco y palma, pese a que todos ellos tienen un origen vegetal.

Mientras el primero protege las arterias por su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados, los segundos son grandes aliados del colesterol, fundamentalmente cuando se consumen en exceso. La falta de claridad, que no sólo afecta a los datos que aportan los aperitivos, sino también a muchos otros productos de bollería industrial, precocinados y alimentos de comida rápida, exige un cambio en la legislación sobre la información nutricional que le llega al consumidor, tal como están reclamando estos días diferentes especialistas de todos los ámbitos.

«Al leer una etiqueta en la que sólo se dice grasa vegetal, sin más detalles, siempre hay que sospechar», alerta Pedro Mata, director de la Unidad de Lípidos de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, quien subraya que «el que usa aceites saludables siempre lo destaca» como un activo importante de su producto.

«Tendemos a pensar que un paquete de patatas (papas) es menos perjudicial que un bollo y que pueden consumirse muy a menudo, pero si pudiéramos comprobar el tipo de aceite en el que están fritas es posible que, en muchos casos, cambiáramos de opinión», añade.

La legislación actual no exige que cada fabricante especifique el origen de la grasa que utiliza, lo que, según este especialista, da pie a que los aceites menos saludables se camuflen bajo el genérico vegetal. «Por ejemplo, los aceites de coco y de palma son muy comunes en la cocina industrial, pero pocas veces aparecen detallados en la etiqueta», explica el especialista del centro madrileño. ¿La causa? Su alto contenido en ácidos grasos saturados –los que normalmente contienen las grasas animales, como la mantequilla–, cuyo consumo excesivo se ha asociado en repetidas ocasiones con un mayor riesgo cardiovascular debido, principalmente, a que contribuyen a aumentar los niveles de colesterol en sangre. Su abuso también se ha relacionado en la literatura científica con un mayor riesgo de obesidad, problemas metabólicos y otros trastornos, como el cáncer.

Pese a este perfil tan poco saludable, estos aceites ocultos en las listas de ingredientes no son, sin embargo, los que más preocupan a los especialistas. El verdadero caballo de batalla para nutricionistas y cardiólogos son las grasas \’trans\’.

Estos lípidos están presentes de forma natural –y en pequeñas cantidades– en la carne de los rumiantes y en los productos lácteos, pero, la mayor parte de los que consumimos tienen un origen artificial. Gracias a un proceso denominado hidrogenación y a partir de aceites vegetales, es posible obtener estas grasas, que resultan muy baratas y de fácil manejo para la industria.

Mejoran la apariencia de los alimentos, garantizan su sabor e incluso hacen que perduren más. Sin embargo, estudios científicos han concluido que ingerir cinco gramos diarios de estos lípidos aumenta hasta un 25% el riesgo de infarto. Las trans son especialmente dañinas para el corazón porque, al contrario que las saturadas, no sólo elevan los niveles de LDL –también conocido como \’colesterol malo\’–, sino que también provocan un descenso en el HDL o \’colesterol bueno\’, generando todo un cóctel perjudicial para el organismo.

Muchas de las galletas, aperitivos, bollería industrial, productos precocinados o de comida rápida que existen en el mercado se elaboran a partir de ácidos grasos trans, por lo que, para el consumidor medio, no es difícil ingerir una dosis considerable a la semana.

«El verdadero problema es que la gente no es consciente de la cantidad de este tipo de grasas que consume», apunta Jordi Salas, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, quien asegura que «las estimaciones muestran que, en Occidente, entre el 4% y el 9% de las grasas que la gente toma se consumen en forma de \’trans\'» mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar el 1%.

Guerra a las \’trans\’

Según los especialistas, el total de grasa en la alimentación debe ser inferior al 30% de las calorías consumidas y, de ellas, la mayor parte debe ingerirse en forma de ácidos grasos insaturados, precisamente los que le han otorgado el calificativo de saludable al aceite vegetal. Estas grasas pueden dividirse en dos tipos: poliinsaturadas y monoinsaturadas. Ni las primeras –contenidas abundantemente en el aceite de girasol– ni las últimas –el mejor ejemplo es el aceite de oliva– elevan significativamente los niveles de colesterol en sangre, por lo que se consideran beneficiosas para el organismo. Sin embargo, muchos expertos coinciden en señalar a una de ellas como especialmente saludable.

«Cada día está más claro que el consumo de grasas monoinsaturadas tiene cierto efecto cardioprotector», apuntan José Serrano, del Centro Nutren de la Universidad de Lleida e Ignacio Sánchez, miembro de la Asociación Española de Licenciados y Doctores en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ALCYTA).

Estas diferencias tan significativas en el perfil saludable de las diferentes grasas han llevado a distintos organismos a reclamar en numerosas ocasiones una regulación específica.

Los últimos en hacerlo han sido un nutrido grupo de médicos británicos, quienes han solicitado a las autoridades del país «una prohibición total» de las grasas trans, lo que, según sus palabras, «ayudaría a salvar muchas vidas». La Sociedad Española de Cardiología ya hizo pública la misma reivindicación hace un par de años. «Y todavía seguimos luchando», afirma Leandro Plaza, presidente de la Fundación Española del Corazón.

A través de la red European Heart Network –un organismo que engloba a varias sociedades que promueven la salud cardiovascular– esta Fundación ha elevado al Parlamento Europeo una petición para que se regule la presencia de estos lípidos en los alimentos. «El objetivo es que sea de obligado cumplimiento referir en el etiquetado si el producto contiene ácidos grasos trans y en qué cantidad», comenta Plaza. Sin embargo, hasta el momento, las negociaciones no han dado ningún fruto. «Es un tema sujeto a enormes medidas de presión», lamenta este especialista, quien enseguida remarca que no es el momento de tirar la toalla.

«Las trans aparecieron hace décadas para intentar mejorar el perfil de las grasas de origen animal, pero al final resultaron ser peores que esas grasas saturadas. La industria tendrá, por tanto, que buscar ahora otra alternativa más saludable para el consumidor y cambiar su forma de fabricación», sostiene contundente.

Cambio urgente

La reivindicación de Plaza no tiene por qué ser una expectativa para el futuro. Según los expertos, hace tiempo que es posible conseguir grasas similares a las trans en cuanto a estabilidad y rentabilidad, pero eliminando su carácter perjudicial. «La transesterificación permite lograr lo mismo que la hidrogenación, pero sin que se formen isómeros trans», explica Emilio Martínez-Victoria, director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada.

Este especialista ha constatado en su día a día el hecho de que cada vez son más las empresas interesadas en reformular sus productos para ofrecer mejores perfiles de grasa. «La presión del mundo científico sobre la relación entre grasa y salud y las campañas institucionales han hecho que se produzca un cambio», comenta este especialista.

Coincide con su punto de vista Pedro Mata, para quien «las cosas ya van cambiando». Según sus palabras, hace unos años, la fuente principal de grasas trans provenía de grasas untables como las margarinas, mientras que «hoy, las marcas serias han cambiado la formulación para que no contengan este tipo de lípidos».

No es el único caso. Varias cadenas de comida rápida, antes señaladas por su importante contribución al consumo de grasas trans, también han cambiado su política para, si no eliminar por completo estos ácidos grasos de sus cocinas, sí limitar su presencia en el producto final. Así, según han explicado a SALUD fuentes de la compañía McDonald\’s España, la cadena «tiene desde 2007 un compromiso de utilizar un máximo del 2% de ácidos grasos trans y un 12% de grasa saturada en sus aceites de fritura».

Pero, pese a la buena voluntad de ciertas compañías – la industria alimentaria y las empresas de restauración se comprometieron a disminuir de forma progresiva los niveles de ácidos grasos trans–, la realidad es que sigue sin haber una normativa que obligue a todas las empresas a especificar los ingredientes de sus productos; una iniciativa que coinciden en reivindicar todos los especialistas consultados.

«La única manera de acabar con esta confusión tan grande para el consumidor es detallar de forma clara el contenido en cada etiqueta», comenta Salas, que combina la docencia con su labor como investigador en el Centro de Investigación en Red–Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn). Apoya sus palabras Leandro Plaza, quien subraya que «el cliente informado es el que de verdad puede elegir», por lo que reclama etiquetados detallados, claros, legibles y en los que la información figure en una parte destacada del producto.

Las autoridades sanitarias de España admiten la necesidad de mejorar la información disponible para el consumidor. Sin embargo, hay trabas que parecen difíciles de salvar. «La elaboración de un nuevo reglamento de información nutricional para el consumidor es un asunto que ahora mismo se está discutiendo a nivel de la Unión Europea y el tema del origen de las grasas es uno de los más controvertidos», explica Ana Troncoso, directora de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), quien reconoce que «cada vez hay más demanda por parte del ciudadano para conocer el contenido de los productos».

Según aclara, cualquier normativa futura dependerá «de lo que se decida en Europa», pero, aunque, de momento, «no se ha llegado a ningún consenso» la especialista se muestra optimista ante una pronta solución. «La industria ha realizado considerables esfuerzos en los últimos años y las empresas serias no tendrían por qué tener problemas para adaptarse. Se pueden conseguir grasas con propiedades plásticas y de estabilidad que no sean perjudiciales», apunta. «Ambas cosas son compatibles. Conseguirlo es precisamente el reto para el futuro de la industria y las autoridades sanitarias», remarca.

Pedro Mata va más allá. Para él, la clave está en la formación y la información. «La regulación no tiene por qué suponer ni el fin ni la demonización de ningún alimento», subraya. «Si en una etiqueta ves que lleva trans, no tienes por qué desterrarlo, simplemente debes saber que lo peligroso es consumirlo en exceso», comenta. Y lo mismo, aclara, es aplicable a las grasas saturadas. «No son malas per se. Es más, el organismo también necesita tomar este tipo de grasas. El problema, como siempre, está en el abuso», explica este especialista que, como Salas, coincide en recordar que «no hay alimentos malos», sino dietas poco equilibradas.


Comienzan a trasplantar los árboles situados en el trazado del metro por el Campus de Fuentenueva

Comienzan a trasplantar los árboles situados en el trazado del metro por el Campus de Fuentenueva

La Junta de Andalucía ha comenzado a trasplantar el arbolado que se sitúa en el trazado del metro a su paso por el Campus de Fuentenueva de la capital, un total de 64 árboles y arbustos que en su mayoría se plantarán en otras zonas de la Facultad de Ciencias y el Campus Universitario de Cartuja.

Los que sobren se irán al llamado \’Metroparque\’, un recinto de 35.000 metros cuadrados que ya ha acogido más de 700 árboles y arbustos procedentes del trazado del metro ligero granadino, según recordó hoy en una nota la Junta de Andalucía.

Estas actuaciones forman parte de la política de sostenibilidad que se está manteniendo en estas obras y cuyas primeras actuaciones se realizaron en el tramo Albolote-Maracena, donde se transplantaron 330 árboles a la zona del aparcamiento disuasorio de la parada de Juncaril, mientras que 37 palmeras fueron cedidas al Ayuntamiento de Albolote.

Una vez finalizados los trabajos en el tramo, se están llevando a cabo las labores de plantado de más de mil especies entre árboles y arbustos. Una medida que, junto a la instalación de césped artificial y la habilitación de un carril bici, pretende contribuir a crear una zona más agradable para los peatonales.

En esta misma línea se reurbanizarán los Paseíllos Universitarios, según el proyecto elaborado por la Universidad de Granada. Esta actuación incluye el plantado de más de 70 árboles y la ampliación de las actuales zonas verdes.

METODOLOGÍA

El trasplante de los árboles ubicados en el trazado del metro se realiza en tres fases que cuentan con el asesoramiento de un grupo de expertos de la Universidad de Granada.

La primera de ellas consiste en preparar a las plantas para su traslado, de modo que se las poda, se abren zanjas de aproximación y se recortan las raíces para garantizar la adaptación al nuevo entorno.

A continuación, se lleva a cabo la envoltura del cepellón para una mejor protección y cuidado durante su transporte. Una vez se ha realizado la plantación en el nuevo lugar de acogida, es necesario completar la operación con el riego y abonado del árbol, así como la instalación de tutores en torno al tronco para garantizar que se mantiene recto, en una etapa inmediatamente posterior al trasplante.


EL ALCALDE DE GRANADA PRESENTA UN PROGRAMA DE MERCAGRANADA DESTINADO A HACER MÁS SANA LA DIETA DE LOS ESCOLARES

EL ALCALDE DE GRANADA PRESENTA UN PROGRAMA DE MERCAGRANADA DESTINADO A HACER MÁS SANA LA DIETA DE LOS ESCOLARES

El Alcalde de Granada y Presidente de Mercagranada, José Torres Hurtado, ha presidido esta mañana en Mercagranada un acto oficial de presentación del programa Conocemos Mercagranada y los Alimentos, desarrollado por el mercado de abasto de Granada y que cuenta con el apoyo de entidades como Supermercados DANI, el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INYTA) de la Universidad de Granada y diversas concejalías del propio Ayuntamiento.

Al acto de presentación, asistieron además del Alcalde, la concejal de Educación, Salud y Consumo Doña María del Carmen Sánchez Quevedo y el Director Gerente de Mercagranada, Don Adolfo Orti García-Vicente.

José Torres Hurtado ha afirmado que uno de los objetivos de este proyecto es “tratar de concienciar a la población de lo que es el alimento sano y fresco, en este caso dirigiéndonos a los niños de entre 9 y 11 años para que con este programa Conocemos Mercagranada y los Alimentos conozcan perfectamente los alimentos en su estado natural” A ello suma la nueva tendencia social en los hábitos alimenticios, que han variado y no siempre para mejor en nuestra sociedad “por la vida que llevamos y por la forma en que estamos tan ocupados terminamos en esa alimentación prefabricada que hace perder muchas de sus cualidades al alimento en su forma original” para terminar incidiendo en el problema real de fondo “todos estos cambios nos traen cada vez más niños con obesidad, con mala nutrición…Y por eso en Mercagranada queremos fomentar todo aquello que se ha dado en llamar dieta mediterránea que es la más sana ”

La concejal de Educación, Salud y Consumo Doña María del Carmen Sánchez Quevedo ha subrayado por su parte la inclusión de este programa en las actividades que desde el área de Educación, Salud y Consumo del Ayuntamiento de Granada y la Fundación Granada Educa se ofertan a los Centros Educativos de la capital. “El objetivo es educar a los escolares en hábitos de consumo responsables. Como creemos que en la educación tiene que estar involucrada toda la sociedad, el Ayuntamiento de Granada, colabora con distintos organismos e instituciones en la búsqueda de una sociedad mejor preparada” A ello quiso añadir “Mercagranada ha sabido encontrar una fórmula para que a los niños les sea asequible adquirir conocimientos acerca de los alimentos y al mismo tiempo se intenta que se transmita de una forma amena. En este sentido quiero felicitar a Mercagranada por la labor que ha hecho en colaboración con el Ayuntamiento y con otras entidades, fruto de un esmerado trabajo que explica la gran acogida que ha tenido entre escolares y docentes”. No ha querido cerrar su intervención sin agradecer la labor de quienes confían en la labor educativa del Ayuntamiento de Granada y animar a Mercagranada a continuar con su labor.

Por su parte Adolfo Orti, agradeció la presencia y apoyo decidido del Alcalde y la concejal, el patrocinio de Supermercados DANI “que ha apostado por este proyecto desde el principio” y también a las Asociaciones de Mayoristas de Pescado y de Frutas y Hortalizas de Granada que ceden producto a los escolares para los talleres que cursan durante sus visitas. Es la persona más cercana y que puede aproximar más datos sobre el mismo “con este programa lo que pretendemos es acercar nuestra experiencia y conocimientos en el mundo de los alimentos a los niños, para combatir contra una mala alimentación en esta época de la infancia. En segundo lugar, queremos promocionar el consumo de producto fresco o perecedero y recuperar la relación de confianza de la tienda de cercanía subrayando su calidad. No está de más, impulsar el conocimiento del mercado central de Granada, entre el consumidor del mañana, los niños, tan importante como el actual. Lo que hemos creado es un aula taller dentro de Mercagranada, dotarla para que los niños estén cómodos y se desenvuelvan en el ambiente del mercado con presentaciones divertidas, amenas… donde pueden tocar los alimentos, olerlos, probarlos…”

Posteriormente a la rueda de prensa se desarrolló una visita a la nave de frutas y hortalizas, que en ese momento estaba siendo mostrada a los escolares del Colegio Marista La Inmaculada. Tras esta visita, los alumnos pasaron al aula de los sentidos para asistir al taller de frutas y hortalizas y posteriormente al de pescado. Los docentes que los acompañaban no salían de su asombro y referían “antes de salir algunos niños nos decían que el pescado no les gustaba y aquí se han vuelto locos cogiéndolo, limpiándolo…”


Tener una personalidad ansiosa o estar ansioso en una determinada situación hace que atendamos de modo diferente a lo que sucede

Tener una personalidad ansiosa o estar ansioso en una determinada situación hace que atendamos de modo diferente a lo que sucede

Investigadores de la UGR han analizado los efectos de estos dos importantes tipos de ansiedad sobre la atención, un trabajo que permitirá desarrollar terapias específicas para que los pacientes que sufren problemas como consecuencia de ella puedan controlar su comportamiento – Este artículo será publicado en el próximo número de la prestigiosa revista Psychological Science

Una investigación realizada en la Universidad de Granada ha disociado los efectos de estos dos tipos de ansiedad sobre la manera de atender a lo que sucede a nuestro alrededor. Tener una personalidad ansiosa o estar ansioso en una determinada situación hace que atendamos de modo diferente a lo que sucede.

Este descubrimiento será de enorme utilidad para la intervención terapéutica a la hora de aliviar los trastornos de ansiedad, tan frecuentes en nuestra época. Y es que la ansiedad se ha convertido en uno de los desórdenes con mayor prevalencia en la población y, quizá, ésta es la causa de las connotaciones negativas que asociamos automáticamente a este término.

El trabajo ha sido elaborado por Antonia Pilar Pacheco-Unguetti, Alberto Acosta, Alicia Callejas y Juan Lupiáñez, del departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento de la Universidad de Granada, y será publicado en el próximo número de la prestigiosa revista Psychological Science.

Dos tipos de ansiedad

Existen dos tipos de ansiedad general. La ansiedad-rasgo se corresponde con una característica de personalidad que señala cierta propensión a la inquietud y el desasosiego persistente.La ansiedad-estado es una reacción emocional suscitada puntualmente como respuesta a una situación o contexto estresante y, por tanto, tiene una naturaleza más inmediata y menos duradera.

Sin embargo, durante décadas se ha obviado la diferenciación rasgo/estado o se ha asumido su equivalencia. De hecho, se ha argumentado que ambos tipos de ansiedad se caracterizan por facilitar el procesamiento de información negativa, en comparación con la neutra o positiva.

Los científicos de la UGR han evaluado si estos subtipos de ansiedad afectan de forma diferente a las funciones atencionales. Para ello, administraron una prueba de atención elaborada por ellos mismos a grupos de participantes con altos y bajos niveles de ansiedad rasgo, y a otros grupos de estudiantes a quienes les habían inducido previamente un estado de ansiedad elevado o un estado afectivo positivo.

Los resultados mostraron una doble disociación en cuanto al funcionamiento de las redes atencionales. Los participantes con alta ansiedad rasgo tenían un déficit en el funcionamiento de la red de control cognitivo, encargada de la resolución de conflictos y el control voluntario de la acción. Estas funciones están relacionadas con el córtex prefrontal. En cambio, los participantes con alta ansiedad estado presentaron unos índices superiores de alerta y orientación, redes atencionales más influidas por los procesos de análisis del estímulo.

Estos resultados aportan las primeras evidencias de diferenciación en el modo en que la ansiedad rasgo y estado modulan los procesos atencionales. Además, ponen de manifiesto que esa modulación está presente en circunstancias que no requieren procesamiento de información afectiva. Esta disociación puede ser interesante de cara a desarrollar terapias específicas que permitan a los pacientes con problemas de ansiedad desarrollar una mayor capacidad para controlar su comportamiento. Se trataría de fortalecer en ellos unos mecanismos eficaces para centrarse en las demandas de la situación y prescindir de cualquier elemento distractor.


La UGR acoge el II Encuentro de Unidades de Igualdad en las Universidades Andaluzas

La UGR acoge el II Encuentro de Unidades de Igualdad en las Universidades Andaluzas

La Universidad de Granada acogerá el 12 de febrero el II Encuentro de Unidades de Igualdad en las Universidades Andaluzas, una iniciativa auspiciada por el Instituto Andaluz de la Mujer y dirigida a todo el profesorado, personal de administración y servicios y alumnado.

El objetivo de este Encuentro –al que asistirán más de 80 personas- es por un lado, informar y sensibilizar a la comunidad universitaria sobre la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, y por otra, crear un espacio de debate y reflexión donde se contrastarán experiencias en los diferentes sectores de las Universidades Andaluzas.

El cumplimiento de las leyes ha provocado que las universidades andaluzas, y las de todo el territorio español, vayan desarrollando políticas de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Por este motivo, la UGR creó en el año 2008 la Unidad de Igualdad entre Mujeres y Hombres, encargada ahora de coordinar este Encuentro.

El acto inaugural correrá a cargo de Miguel Gómez Oliver, vicerrector de Extensión Universitaria y Cooperaciónal Desarrollo de la UGR; Mª Victoria Román González. directora general de Universidades Andaluzas; Antonio Marín Larrea, secretario general del Instituto Andaluz de la Mujer; Margarita Sánchez Romero, directora del Instituto Universitario de Estudios de la Mujer de la UGR, y Aurora López López, directora de la Unidad de Igualdad entre Mujeres y Hombres de la UGR.


El Gobierno da a Melilla 2,2 millones de euros para infraestructuras deportivas

El Gobierno da a Melilla 2,2 millones de euros para infraestructuras deportivas

El Gobierno de España, a través del Consejo Superior de Deportes, ha comprometido una inversión en Melilla cifrada en 2,2 millones de euros destinada a la construcción y mejora de instalaciones deportivas de doble uso en centros educativos.

Según informó ayer la Delegación del Gobierno, el Ejecutivo central aporta el 60 por ciento de la inversión recogida en el acuerdo y el local el 40 por ciento restante, lo que suma una inversión total de 3,7 millones.
El delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, presidió el martes la comisión de seguimiento del ‘Plan de actuaciones de instalaciones deportivas de doble uso’, en la que el Consejo Superior de Deportes fue informado por la Ciudad Autónoma del desarrollo y cumplimiento del convenio que contempla hasta seis actuaciones.
Por parte del Gobierno central se cubrirán las pistas polideportivas del IES Juan Antonio Fernández y el Rusadir, con una inversión de un millón de euros, tal y como informa Efe.
También está prevista la construcción de una pista polideportiva cubierta en el IES Miguel Fernández valorado en 1,2 millones y de 1.500 metros cuadrados, cuyo proyecto está ya aprobado.
En cuanto a la Administración local, ésta tiene comprometida la cobertura de las pistas deportivas de los colegios Anselmo Pardo y Velázquez y ha finalizado la del CEIP Constitución.
Melilla es el único territorio de España en el que, de forma excepcional, el convenio de colaboración está financiado en un diez por ciento más, el 60 por ciento, por parte del Gobierno central, que corre así con la mayor parte de la inversión.
Además, es el único territorio en el que se ha firmado un segundo convenio de colaboración con el que se persigue dotar de las infraestructuras necesarias y adecuadas para la práctica del deporte por parte del alumnado de los centros educativos de la ciudad, así como, por los vecinos de la zona en la que se encuentran situados estos centros.
Asimismo, el subdirector general de Infraestructuras Deportivas del Consejo Superior de Deportes, Alfonso Luengo, se entrevistó ayer con el delegado del Rector de la Universidad de Granada en Melilla, Sebastián Sánchez, y con el decano de la Facultad de Educación y Humanidades, Juan Granda, con los que trató la posible firma de un convenio de colaboración para la construcción de un pabellón cubierto en terrenos del campus melillense.
Este proyecto estaría valorado en unos 1,2 millones de euros, cuya finalidad se centrará principalmente en la investigación deportiva en aspectos vinculados a la biomecánica.


Investigadores españoles estudian varias hormonas como posibles marcadores del síndrome metabólico

Investigadores españoles estudian varias hormonas como posibles marcadores del síndrome metabólico

Investigadores de la Universidad de Granada lideran un estudio en el que buscan biomarcadores con los que detectar de forma prematura el síndrome metabólico, que se asocia a la obesidad y al riesgo de padecer enfermedades de tipo cardiovascular.

Esta investigación responde al hecho de que aunque el síndrome metabólico se ha relacionado tradicionalmente con personas de edad adulta, ahora hay datos que apuntan que un 30 por ciento de los niños con problemas de peso pueden padecerla.

Por ello, el objetivo de los investigadores de la Universidad de Granada es encontrar un biomarcador con el que sea más rápido y seguro diagnosticar la enfermedad y en esta línea el profesor Ángel Gil considera que la adiponectina, una hormona relacionada con la resistencia insulínica, podría convertirse en un «excelente» marcador de esta patología en niños.

En este sentido, Gil explicó que en los análisis de los investigadores se ha comprobado que los niños obesos tienen menos cantidad de esta hormona y, por tanto, aumentan su resistencia a la insulina. Esto conlleva la aparición de diabetes en estas edades tempranas, lo que se relaciona con el síndrome metabólico.

«La medición de esta hormona como marcador determinante del trastorno en niños sería un avance para la detección y posterior tratamiento de la enfermedad. Y es que el empeoramiento de las patologías asociadas al síndrome metabólico se puede reducir considerablemente con un diagnóstico precoz», señaló.

Este estudio, en el que colaboran la Unidad de Endocrinología Pediátrica del Hospital Reina Sofía de Córdoba, el Servicio de Pediatría del Hospital de Santiago de Compostela y el Hospital Clínico de Zaragoza, ha incluido la participación de más de 900 niños a los que se ha estudiado sus referentes genéticos, su dieta y su hábitos de vida.

Tras comprobar indicadores como la tensión arterial, el índice de masa corporal (IMC), los triglicéridos y el colesterol, los científicos concluyeron que aproximadamente el 30 por ciento de los niños obesos padecían el síndrome. En este sentido, Gil apunta que cuando un menor presenta al menos tres de estas variables alteradas, se puede decir que padece síndrome metabólico.

La adipodectina permitiría por tanto agilizar el diagnóstico, ya que analizando únicamente esta variable se podría determinar si el niño padece o no el síndrome.

EVITAR EL SÍNDROME

Sin embargo, la solución a este problema «no pasa por el laboratorio», según indicaron los investigadores, que recomiendan una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio para evitar que la enfermedad se desarrolle, pese a la existencia de factores genéticos que hacen a unos individuos más propensos que a otros.

Así, una nutrición adecuada resulta imprescindible para intentar paliar este tipo de problemas. Gil recuerda también que aunque los alimentos funcionales, aquellos que ejercen un determinado efecto positivo gracias a su manipulación química, pueden ser útiles, «no son necesarios estrictamente si el individuo no presenta carencias en su dieta y realiza una alimentación adecuada y unos hábitos de vida saludables».

Un diagnóstico precoz, a través de nuevos biomarcadores, y unos hábitos de vida saludables, parecen un arma eficaz para combatir el síndrome metabólico, que en la actualidad afecta aproximadamente al 40 por ciento de los adultos obesos.


El reto de la nueva legislación nutricional pasa por desenmascarar las grasas ocultas

El reto de la nueva legislación nutricional pasa por desenmascarar las grasas ocultas

«Patatas, sal y grasa vegetal». Esto es cuanto figura en la etiqueta de muchas de las bolsas de aperitivos que pueblan los supermercados. Tras un primer vistazo, y al constatar la ausencia de conservantes, colorantes y estabilizantes, muchos consumidores apostarían por asegurar que se trata de un producto saludable. Sin embargo, la realidad es que el \’snack\’ podría albergar grandes cantidades de sustancias perjudiciales para el corazón. «La gente lee grasa vegetal en una etiqueta y se relaja, tiende a asociarla con un perfil saludable, cuando no siempre es así», alertan los expertos, quienes recuerdan que el aceite de oliva poco tiene que ver con los artificiales ácidos grasos \’trans\’ o los aceites de coco y palma, pese a que todos ellos tienen un origen vegetal. Mientras el primero protege las arterias por su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados, los segundos son grandes aliados del colesterol, fundamentalmente cuando se consumen en exceso. La falta de claridad, que no sólo afecta a los datos que aportan los aperitivos, sino también a muchos otros productos de bollería industrial, precocinados y alimentos de comida rápida, exige un cambio en la legislación sobre la información nutricional que le llega al consumidor, tal como están reclamando, estos días, diferentes especialistas de todos los ámbitos.

«Al leer una etiqueta en la que sólo se dice grasa vegetal, sin más detalles, siempre hay que sospechar», alerta Pedro Mata, director de la Unidad de Lípidos de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, quien subraya que «el que usa aceites saludables siempre lo destaca» como un activo importante de su producto.

«Tendemos a pensar que un paquete de patatas es menos perjudicial que un bollo y que pueden consumirse muy a menudo, pero si pudiéramos comprobar el tipo de aceite en el que están fritas es posible que, en muchos casos, cambiáramos de opinión», añade.

La legislación actual no exige que cada fabricante especifique el origen de la grasa que utiliza, lo que, según este especialista, da pie a que los aceites menos saludables se camuflen bajo el genérico \’vegetal\’. «Por ejemplo, los aceites de coco y de palma son muy comunes en la cocina industrial, pero pocas veces aparecen detallados en la etiqueta», explica el especialista del centro madrileño. ¿La causa? Su alto contenido en ácidos grasos saturados -los que normalmente contienen las grasas animales, como la mantequilla-, cuyo consumo excesivo se ha asociado en repetidas ocasiones con un mayor riesgo cardiovascular debido, principalmente, a que contribuyen a aumentar los niveles de colesterol en sangre. Su abuso también se ha relacionado en la literatura científica con un mayor riesgo de obesidad, problemas metabólicos y otros trastornos, como el cáncer.

Pese a este perfil tan poco saludable, estos aceites \’ocultos\’ en las listas de ingredientes no son, sin embargo, los que más preocupan a los especialistas. El verdadero caballo de batalla para nutricionistas y cardiólogos son las grasas \’trans.\’

Estos lípidos están presentes de forma natural -y en pequeñas cantidades- en la carne de los rumiantes y en los productos lácteos, pero, la mayor parte de los que consumimos tienen un origen \’artificial\’. Gracias a un proceso denominado hidrogenación y a partir de aceites vegetales, es posible obtener estas grasas, que resultan muy baratas y de fácil manejo para la industria.

Mejoran la apariencia de los alimentos, garantizan su sabor e incluso hacen que perduren más. Sin embargo, estudios científicos han concluido que ingerir cinco gramos diarios de estos lípidos aumenta hasta un 25% el riesgo de infarto. Las \’trans\’ son especialmente dañinas para el corazón porque, al contrario que las saturadas, no sólo elevan los niveles de LDL -también conocido como \’colesterol malo\’-, sino que también provocan un descenso en el HDL o \’colesterol bueno\’, generando todo un cóctel perjudicial para el organismo.

Muchas de las galletas, aperitivos, bollería industrial, productos precocinados o de comida rápida que existen en el mercado se elaboran a partir de ácidos grasos \’trans\’, por lo que, para el consumidor medio, no es difícil ingerir una dosis considerable a la semana.

«El verdadero problema es que la gente no es consciente de la cantidad de este tipo de grasas que consume», apunta Jordi Salas, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, quien asegura que «las estimaciones muestran que, en Occidente, entre el 4% y el 9% de las grasas que la gente toma se consumen en forma de \’trans\’» mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar el 1%.

GUERRA ABIERTA

Según los especialistas, el total de grasa en la alimentación debe ser inferior al 30% de las calorías consumidas y, de ellas, la mayor parte debe ingerirse en forma de ácidos grasos insaturados, precisamente los que le han otorgado el calificativo de \’saludable\’ al aceite vegetal. Estas grasas pueden dividirse en dos tipos: poliinsaturadas y monoinsaturadas. Ni las primeras -contenidas abundantemente en el aceite de girasol- ni las últimas -el mejor ejemplo es el aceite de oliva- elevan significativamente los niveles de colesterol en sangre, por lo que se consideran beneficiosas para el organismo. Sin embargo, muchos expertos coinciden en señalar a una de ellas como especialmente saludable. «Cada día está más claro que el consumo de grasas monoinsaturadas tiene cierto efecto cardioprotector», apuntan José Serrano, del Centro Nutren de la Universidad de Lleida e Ignacio Sánchez, miembro de la Asociación Española de Licenciados y Doctores en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ALCYTA).

Estas diferencias tan significativas en el perfil saludable de las diferentes grasas han llevado a distintos organismos a reclamar en numerosas ocasiones una regulación específica.

Los últimos en hacerlo han sido un nutrido grupo de médicos británicos, quienes han solicitado a las autoridades del país «una prohibición total» de las grasas \’trans\’, lo que, según sus palabras, «ayudaría a salvar muchas vidas». La Sociedad Española de Cardiología ya hizo pública la misma reivindicación hace un par de años. «Y todavía seguimos luchando», afirma Leandro Plaza, presidente de la Fundación Española del Corazón.

A través de la red European Heart Network -un organismo que engloba a varias sociedades que promueven la salud cardiovascular- esta Fundación ha elevado al Parlamento Europeo una petición para que se regule la presencia de estos lípidos en los alimentos. «El objetivo es que sea de obligado cumplimiento referir en el etiquetado si el producto contiene ácidos grasos \’trans\’ y en qué cantidad», comenta Plaza. Sin embargo, hasta el momento, las negociaciones no han dado ningún fruto. «Es un tema sujeto a enormes medidas de presión», lamenta este especialista, quien enseguida remarca que no es el momento de tirar la toalla.

«Las \’trans\’ aparecieron hace décadas para intentar mejorar el perfil de las grasas de origen animal, pero al final resultaron ser peores que esas grasas saturadas. La industria tendrá, por tanto, que buscar ahora otra alternativa más saludable para el consumidor y cambiar su forma de fabricación», sostiene contundente.

CAMBIO URGENTE

La reivindicación de Plaza no tiene por qué ser una expectativa para el futuro. Según los expertos, hace tiempo que es posible conseguir grasas similares a las \’trans\’ en cuanto a estabilidad y rentabilidad, pero eliminando su carácter perjudicial. «La transesterificación permite lograr lo mismo que la hidrogenación, pero sin que se formen isómeros \’trans\’», explica Emilio Martínez-Victoria, director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada.

Este especialista ha constatado en su día a día el hecho de que cada vez son más las empresas interesadas en reformular sus productos para ofrecer mejores perfiles de grasa. «La presión del mundo científico sobre la relación entre grasa y salud y las campañas institucionales han hecho que se produzca un cambio», comenta este especialista.

Coincide con su punto de vista Pedro Mata, para quien «las cosas ya van cambiando». Según sus palabras, hace unos años, la fuente principal de grasas \’trans\’ provenía de grasas untables como las margarinas, mientras que «hoy, las marcas serias han cambiado la formulación para que no contengan este tipo de lípidos».

No es el único caso. Varias cadenas de comida rápida, antes señaladas por su importante contribución al consumo de grasas \’trans\’, también han cambiado su política para, si no eliminar por completo estos ácidos grasos de sus cocinas, sí limitar su presencia en el producto final. Así, según han explicado a SALUD fuentes de la compañía McDonald\’s España, la cadena «tiene desde 2007 un compromiso de utilizar un máximo del 2% de ácidos grasos trans y un 12% de grasa saturada en sus aceites de fritura».

Pero, pese a la buena voluntad de ciertas compañías – la industria alimentaria y las empresas de restauración se comprometieron a disminuir de forma progresiva los niveles de ácidos grasos \’trans\’-, la realidad es que sigue sin haber una normativa que obligue a todas las empresas a especificar los ingredientes de sus productos; una iniciativa que coinciden en reivindicar todos los especialistas consultados.

«La única manera de acabar con esta confusión tan grande para el consumidor es detallar de forma clara el contenido en cada etiqueta», comenta Salas, que combina la docencia con su labor como investigador en el Centro de Investigación en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn). Apoya sus palabras Leandro Plaza, quien subraya que «el cliente informado es el que de verdad puede elegir», por lo que reclama etiquetados detallados, claros, legibles y en los que la información figure en una parte destacada del producto.

Las autoridades sanitarias admiten la necesidad de mejorar la información disponible para el consumidor. Sin embargo, hay trabas que parecen difíciles de salvar. «La elaboración de un nuevo reglamento de información nutricional para el consumidor es un asunto que ahora mismo se está discutiendo a nivel de la Unión Europea y el tema del origen de las grasas es uno de los más controvertidos», explica Ana Troncoso, directora de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), quien reconoce que «cada vez hay más demanda por parte del ciudadano para conocer el contenido de los productos». Según aclara, cualquier normativa futura dependerá «de lo que se decida en Europa», pero, aunque, de momento, «no se ha llegado a ningún consenso» la especialista se muestra optimista ante una pronta solución. «La industria ha realizado considerables esfuerzos en los últimos años y las empresas serias no tendrían por qué tener problemas para adaptarse. Se pueden conseguir grasas con propiedades plásticas y de estabilidad que no sean perjudiciales», apunta. «Ambas cosas son compatibles. Conseguirlo es precisamente el reto para el futuro de la industria y las autoridades sanitarias», remarca.

Pedro Mata va más allá. Para él, la clave está en la formación y la información. «La regulación no tiene por qué suponer ni el fin ni la demonización de ningún alimento», subraya. «Si en una etiqueta ves que lleva \’trans\’, no tienes por qué desterrarlo, simplemente debes saber que lo peligroso es consumirlo en exceso», comenta. Y lo mismo, aclara, es aplicable a las grasas saturadas. «No son malas \’per se\’. Es más, el organismo también necesita tomar este tipo de grasas. El problema, como siempre, está en el abuso», explica este especialista que, como Salas, coincide en recordar que «no hay alimentos malos», sino dietas poco equilibradas.

Grasas bajo control en Dinamarca o el estado de California

En 2004, Dinamarca se convirtió en el primer país que plantaba cara a los ácidos grasos \’trans\’. El gobierno danés, todo un pionero en aquella época, decidió prohibir la presencia de más de un 2% de estas grasas en cualquier alimento. Así, las patatas fritas, tentempiés, bollos y precocinados fabricados en el país nórdico dejaron de llevar \’trans\’; una iniciativa, que según remarcaron las autoridades en su momento, no hizo tambalearse a la industria alimentaria. En estos años, varios gobiernos se han unido al danés en esta guerra contra los lípidos de origen industrial. El estado de California anunció hace dos años su intención de desterrar las \’trans\’ de su territorio, una normativa que, precisamente, ha entrado en vigor con la llegada de 2010. La ley establece que, desde el pasado 1 de enero, ningún restaurante de la región puede usar estas sustancias en sus cocinas. «Estamos dando el primer paso hacia un futuro más sano», ha declarado Arnold Schwarzenegger, gobernador del estado y uno de los principales impulsores de la medida. Según sus planes, a partir de 2011, tampoco las panaderías o las tiendas minoristas que vendan productos horneados podrán poner a la venta productos elaborados a partir de grasas \’trans\’. En principio, la medida no afectará a los productos de origen industrial, ya que podrían proceder de otras zonas del país sin restricciones. Otras ciudades estadounidenses, como Nueva York, también han decidido vetar el uso de \’trans\’ en las freidoras de los restaurantes locales -el límite para los aproximadamente 24.000 establecimientos de comida que existen se ha establecido en un máximo de 0,5 gramos de grasas hidrogenadas-. La iniciativa ha sido secundada por enclaves como Philadelphia o Seattle. También Canadá decidió controlar las \’trans\’. En 2007, el gobierno anunció su intención de dar a la industria alimentaria un plazo de dos años para que redujeran el contenido de \’trans\’ en sus productos. Para controlar el cumplimiento, decidió analizar los niveles de estas grasas cada seis meses. En la última medición, realizada a finales de 2009, las autoridades sanitarias reconocieron que «en algunos productos seguían existiendo niveles considerados dañinos» de estos lípidos. En vista de estos resultados, la Fundación Canadiense del Corazón ha reclamado al gobierno una regulación definitiva que obligue a las empresas de alimentación a no superar un límite máximo de trans.


El Nuevo Testamento, según Bayona

El Nuevo Testamento, según Bayona

Fernando Bayona (Linares, 1980) presenta la muestra \’Circus Christi\’ en la Corrala de Santiago, donde permanecerá hasta el próximo 5 de marzo. Es escultor de formación, pero se decidió por usar la luz y una serie de escenografías para esculpir imágenes. En sus fotografías, que siempre responden a un discurso, todo está estudiado y medido, hasta el más mínimo e insignificante de los detalles. «Esculpía en mármol, pero al final lo que hago es manejar la luz sobre aquello que quiero plasmar», comenta el artista. El creador usa decorados, modelos y una multitud de objetos en los que recrea su particular estética, en una clase de plató fotográfico donde compone sus obras. «Claro, que después hay toda una labor de postproducción», relata Bayona. «Para esta muestra he necesitado de dos becas, debido a su elevado coste», añade.
\’Circus Christi\’ es un trabajo formado por catorce fotografías, «que se corresponden con las catorce estaciones del Vía Crucis», explica Bayona. Ofrece una réplica fotográfica de los relieves que se colocan en las iglesias y que servían para narrar el Nuevo Testamento. Sin embargo, la historia que Bayona relata en sus imágenes constituye una lectura personal y posmoderna del texto bíblico. «He querido dar más protagonismo a la mujer, destacarla en un primer plano, como figura central, frente a su papel secundario en el Nuevo Testamento», dice el jienense.
La Virgen María, en las \’estaciones\’ del artista, se transforma en una prostituta situada en la carretera de Jaén, a la puerta de la Casería Ntra. Señora de la Piedad. «Conoce a San José, que es un camello, un don nadie», y tiene un hijo al que presenta en el templo, en un prostíbulo. Este joven crece y decide iniciarse en el sexo con María Magdalena, «pero no le gusta y se hace gay».
¿Cómo podría difundir su palabra y doctrina? «Nada mejor que con un grupo de rock, el Circus Christi, que da título a la muestra, por eso comienzo la exposición con el cartel del concierto», explica Fernando Bayona. A la escena del \’recital-sermón\’ le siguen imágenes donde se muestra una santa cena, que tiene como centro una mujer; la pasión y muerte, en un quirófano; la resurrección; y una particular \’piedad\’. El relato culmina con la escena de Santo Tomás en un \’after\’. Y todo ello con la estética y mundo del artista jienense. La muestra, organizada por la UGR, es un anticipo de la que se celebrará a finales de marzo en el Centro Damián Bayón de Santa Fe.


LA UGR DISEÑA UNA BASE DE DATOS NACIONAL CON INFORMACIÓN DE LOS ALIMENTOS MÁS CONSUMIDOS POR LOS ESPAÑOLES

LA UGR DISEÑA UNA BASE DE DATOS NACIONAL CON INFORMACIÓN DE LOS ALIMENTOS MÁS CONSUMIDOS POR LOS ESPAÑOLES

El Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INYTA), centro de la Universidad de Granada, ha diseñado una base de datos en la que los usuarios pueden consultar los nutrientes de los 500 productos más consumidos por los españoles. La plataforma, que unifica las distintas tablas de composición de alimentos que existían hasta ahora en España, forma parte de la Red de Excelencia EuroFIR, que ha establecido los estándares europeos para la elaboración de este tipo de bases de datos y su interconexión.

Los investigadores, que ya han finalizado la primera fase de la web www.bedca.net, explican que además de unificar los criterios de composición, esta nueva herramienta añade la procedencia de cada uno de los datos, lo que aporta un valor de calidad a los mismos. En este sentido, el director del Instituto, Emilio Martínez de la Victoria, señala que dependiendo de la forma de obtención de la información sobre cada uno de los nutrientes que componen el alimento, a éste se le dará un mayor grado de fiabilidad.

A través de www.bedca.net, cualquier usuario puede registrarse y consultar los nutrientes de cada alimento, su contenido calórico o la fuente de obtención de los datos. Los investigadores reunieron las referencias que aparecían en cada una de las tablas anteriores que se usaban en España y con esta información han elaborado la base final, que otorga a cada alimento un código (LANGUAL) que lo identifica de forma inequívoca, con lo que se evita, que cómo ocurría antes, se produzcan confusiones entre varios productos.

Aplicaciones en la industria

Según explican los expertos, están trabajando en que las referencias contenidas en esta base de datos sirvan para complementar la información ofrecida en los códigos de barras de los alimentos. “Se trata de que el usuario, tomando una fotografía del código con su móvil, adquiriera la información de la composición, conectando directamente con nuestra base de datos”, indica el director del Instituto. A esta aplicación se suma la utilidad que puede aportar a dietistas o empresas.

También la industria alimentaria puede utilizar estos datos para el etiquetado nutricional de sus productos y la formulación de otros nuevos que quieran desarrollar. En este sentido, se pretende crear una herramienta para que la información de composición generada por la propia industria pueda incorporarse a este registro para una mejor información al consumidor.

La nueva herramienta de consulta, que hasta ahora cuenta con unos 500 alimentos, seleccionados entre los más consumidos por los ciudadanos españoles, pretende llegar al millar durante el próximo año. No obstante, la base de datos seguirá actualizándose continuamente y añadiendo nuevos productos y sus respectivas composiciones. Desde el INYTA, pretenden incorporar no sólo la composición sino también recetas de platos ya cocinados.

En la elaboración de esta base de datos, la UGR ha colaborado con instituciones como la Universidad de Córdoba, el Instituto de la Grasa (CSIC), la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, el Centre d\’Ensenyament de Nutrició Humana i Dietética de Cataluña (CESNID), la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), el Hospital Puerta de Hierro, la Universidad Autónoma de Madrid, el Instituto del Frío (CSIC), Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Barcelona, o la Universidad de Murcia.