Expertos de la Universidad de Granada crean la primera escala española para medir la soledad social en mayores

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Expertos de la Universidad de Granada crean la primera escala española para medir la soledad social en mayores

GRANADA, 21 (EUROPA PRESS)
La catedrática en Psicogerontología Social Ramona Rubio y las investigadoras Mercedes Pinel y Laura Rubio han creado y validado la primera escala de medición de la soledad social, desde el Gabinete de Calidad de Vida y Envejecimiento de la Universidad de Granada (UGR), único departamento de este tipo en toda España.

Según ha explicado Andalucía Innova en una nota, este instrumento, denominado «Escala de Soledad Social Este II», permitirá a los expertos analizar la experiencia subjetiva que tiene el sujeto ante los cambios sociales, la era digital y la adaptación a las nuevas tecnologías, entre otros, donde están implicados componentes cognitivos y emocionales.

Según algunos autores, la soledad social hace referencia a un déficit en las relaciones sociales, y produce un sentimiento de marginalidad, aislamiento y aburrimiento, y quienes la padecen desean tener un lugar dentro de un grupo de personas con las que puedan compartir intereses y preocupaciones.

La «Escala de Soledad Social Este II», resultado del proyecto de investigación «La soledad en mayores» realizado por la Universidad de Granada y el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) a lo largo del año 2009, es la continuación de la Escala Este I, creada en 1999 por Rubio y el profesor Manuel Aleixandre para medir cuatro tipos de soledad, la soledad conyugal, la familiar, la existencial y la social.

Esta nueva escala está compuesta por quince ítems (temas) con tres alternativas de respuesta, que son siempre, a veces y nunca; los encuestados deben responder a cuestiones relacionadas con su percepción de apoyo social a partir de preguntas como «¿Tiene usted a alguien con quien puede hablar de sus problemas cotidianos?» o «¿Se siente usted solo?»; con el uso de las nuevas tecnologías, («¿Utiliza usted el móvil, el ordenador o Internet?») y sobre el índice de participación social subjetiva («¿Le resulta fácil hacer amigos?»).

Tal y como afirma Rubio, «lo único constante en este mundo es el cambio y mucho queda aún por analizar sobre la percepción y adaptación del ser humano a esos constantes cambios que le rodean».

ESTUDIO A 780 PERSONAS DE MÁS DE 65 AÑOS
Además, para certificar la validez de este instrumento, se realizó un estudio experimental con 780 mayores de más de 65 años de la provincia de Granada, con quienes se contactó por vía telefónica y, según los resultados, el perfil de las personas mayores que viven en soledad son mujeres de entre 70 y 75 años que residen en zonas rurales y tienen lejos a sus familiares.

«La soledad social afecta más a mujeres que hombres debido al rol que las mujeres de esta generación han desempeñado a lo largo de su vida. Con el paso del tiempo dejan de sentirse elemento protector de sus familias para pasar a ser las protegidas de las mismas. La pérdida de los seres queridos, de la red de apoyo social o la crisis del nido vacío les hace encontrarse en una situación que en ocasiones no les permite adaptarse al cambio social que experimentan», argumentó la responsable del estudio.

La teleasistencia también influye en la soledad social puesto que las personas encuestadas que disponen de este servicio manifestaron sentirse más solas que aquellas que no cuentan con él.

«Es un dato interesante, pues podría ser que el sentimiento de soledad de estas personas les impulsara a utilizar este servicio como una forma de contacto social y de sobrellevar los sentimientos negativos hacia los cambios que le están aconteciendo. De confirmarse esta hipótesis, la teleasistencia sería un recurso notable como fuente de apoyo social en las personas mayores», planteó la catedrática de la UGR.

Con este estudio, sus responsables pretenden además favorecer la adaptación de los mayores a los ritmos sociales y promover así un envejecimiento activo. Además, el proyecto contempla una fase de actuación para combatir la soledad en personas mayores, concretamente mediante el diseño de programas de intervención que puedan paliar estos efectos.

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Expertos de la Universidad de Granada (UGR) crean la primera escala española para medir la soledad social en mayores

Este instrumento, denominado ‘Escala de Soledad Social Este II’, permitirá a los expertos analizar la experiencia subjetiva que tiene el sujeto ante los cambios sociales

La catedrática en Psicogerontología Social Ramona Rubio y las investigadoras Mercedes Pinel y Laura Rubio han creado y validado la primera escala de medición de la soledad social, desde el Gabinete de Calidad de Vida y Envejecimiento de la Universidad de Granada (UGR), único departamento de este tipo en toda España.
Según ha explicado Andalucía Innova, este instrumento, denominado ‘Escala de Soledad Social Este II’, permitirá a los expertos analizar la experiencia subjetiva que tiene el sujeto ante los cambios sociales, la era digital y la adaptación a las nuevas tecnologías, entre otros, donde están implicados componentes cognitivos y emocionales.
Según algunos autores, la soledad social hace referencia a un déficit en las relaciones sociales, y produce un sentimiento de marginalidad, aislamiento y aburrimiento, y quienes la padecen desean tener un lugar dentro de un grupo de personas con las que puedan compartir intereses y preocupaciones.
La ‘Escala de Soledad Social Este II’, resultado del proyecto de investigación ‘La soledad en mayores’ realizado por la Universidad de Granada y el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) a lo largo del año 2009, es la continuación de la Escala Este I, creada en 1999 por Rubio y el profesor Manuel Aleixandre para medir cuatro tipos de soledad, la soledad conyugal, la familiar, la existencial y la social.
Esta nueva escala está compuesta por quince ítems (temas) con tres alternativas de respuesta, que son siempre, a veces y nunca; los encuestados deben responder a cuestiones relacionadas con su percepción de apoyo social a partir de preguntas como ‘¿Tiene usted a alguien con quien puede hablar de sus problemas cotidianos?’ o ‘¿Se siente usted solo?’; con el uso de las nuevas tecnologías, (‘¿Utiliza usted el móvil, el ordenador o Internet?’) y sobre el índice de participación social subjetiva (‘¿Le resulta fácil hacer amigos?’).
Tal y como afirma Rubio, «lo único constante en este mundo es el cambio y mucho queda aún por analizar sobre la percepción y adaptación del ser humano a esos constantes cambios que le rodean».
Estudio a 780 personas de más de 65 años
Además, para certificar la validez de este instrumento, se realizó un estudio experimental con 780 mayores de más de 65 años de la provincia de Granada, con quienes se contactó por vía telefónica y, según los resultados, el perfil de las personas mayores que viven en soledad son mujeres de entre 70 y 75 años que residen en zonas rurales y tienen lejos a sus familiares.
«La soledad social afecta más a mujeres que hombres debido al rol que las mujeres de esta generación han desempeñado a lo largo de su vida. Con el paso del tiempo dejan de sentirse elemento protector de sus familias para pasar a ser las protegidas de las mismas. La pérdida de los seres queridos, de la red de apoyo social o la crisis del nido vacío les hace encontrarse en una situación que en ocasiones no les permite adaptarse al cambio social que experimentan», argumentó la responsable del estudio.
La teleasistencia también influye en la soledad social puesto que las personas encuestadas que disponen de este servicio manifestaron sentirse más solas que aquellas que no cuentan con él.
«Es un dato interesante, pues podría ser que el sentimiento de soledad de estas personas les impulsara a utilizar este servicio como una forma de contacto social y de sobrellevar los sentimientos negativos hacia los cambios que le están aconteciendo. De confirmarse esta hipótesis, la teleasistencia sería un recurso notable como fuente de apoyo social en las personas mayores», planteó la catedrática de la UGR.
Con este estudio, sus responsables pretenden además favorecer la adaptación de los mayores a los ritmos sociales y promover así un envejecimiento activo. Además, el proyecto contempla una fase de actuación para combatir la soledad en personas mayores, concretamente mediante el diseño de programas de intervención que puedan paliar estos efectos.

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La Universidad de Granada crea la primera escala de medición de la soledad social

Según sus autores, permitirá cuantificar la percepción de la soledad  de cada individuo y el impacto de los cambios sociales tecnológicos.

– Se llama Escala de Soledad Social Este II y pretende medir la soledad del ser humano en nuestra sociedad, con especial referencia a los ancianos.

En el país donde las crisis económicas se resuelven reduciendo las míseras pensiones de las personas mayores y donde la familia es la primera víctima de las políticas antisociales del Gobierno, la catedrática en Psicogerontología Social Ramona Rubio y las investigadoras Mercedes Pinel y Laura Rubio han creado y validado la primera escala de medición de la soledad social, desde el Gabinete de Calidad de Vida y Envejecimiento de la Universidad de Granada, único departamento de este tipo en toda España.

La Escala de Soledad Social Este II permitirá a los expertos analizar la experiencia subjetiva de la soledad y también la percepción de los cambios sociales, la era digital y la adaptación a las nuevas tecnologías, donde están implicados componentes cognitivos y emocionales.

En España se produce una ruptura familiar cada 4 minutos, el gobierno socialista dedica el 1,2 por ciento del PIB a ayudas a la familia (media UE: 2,1 por ciento del PIB) y cada 15 minutos una adolescente se queda embarazada.

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Expertos de la Universidad de Granada crean la primera escala española para medir la soledad social en mayores

La catedrática en Psicogerontología Social Ramona Rubio y las investigadoras Mercedes Pinel y Laura Rubio han creado y validado la primera escala de medición de la soledad social, desde el Gabinete de Calidad de Vida y Envejecimiento de la Universidad de Granada (UGR), único departamento de este tipo en toda España.

Según ha explicado Andalucía Innova en una nota, este instrumento, denominado ‘Escala de Soledad Social Este II’, permitirá a los expertos analizar la experiencia subjetiva que tiene el sujeto ante los cambios sociales, la era digital y la adaptación a las nuevas tecnologías, entre otros, donde están implicados componentes cognitivos y emocionales.

Según algunos autores, la soledad social hace referencia a un déficit en las relaciones sociales, y produce un sentimiento de marginalidad, aislamiento y aburrimiento, y quienes la padecen desean tener un lugar dentro de un grupo de personas con las que puedan compartir intereses y preocupaciones.

La ‘Escala de Soledad Social Este II’, resultado del proyecto de investigación ‘La soledad en mayores’ realizado por la Universidad de Granada y el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) a lo largo del año 2009, es la continuación de la Escala Este I, creada en 1999 por Rubio y el profesor Manuel Aleixandre para medir cuatro tipos de soledad, la soledad conyugal, la familiar, la existencial y la social.

Esta nueva escala está compuesta por quince ítems (temas) con tres alternativas de respuesta, que son siempre, a veces y nunca; los encuestados deben responder a cuestiones relacionadas con su percepción de apoyo social a partir de preguntas como ‘¿Tiene usted a alguien con quien puede hablar de sus problemas cotidianos?’ o ‘¿Se siente usted solo?’; con el uso de las nuevas tecnologías, (‘¿Utiliza usted el móvil, el ordenador o Internet?’) y sobre el índice de participación social subjetiva (‘¿Le resulta fácil hacer amigos?’).

Tal y como afirma Rubio, «lo único constante en este mundo es el cambio y mucho queda aún por analizar sobre la percepción y adaptación del ser humano a esos constantes cambios que le rodean».

ESTUDIO A 780 PERSONAS DE MAS DE 65 AÑOS

Además, para certificar la validez de este instrumento, se realizó un estudio experimental con 780 mayores de más de 65 años de la provincia de Granada, con quienes se contactó por vía telefónica y, según los resultados, el perfil de las personas mayores que viven en soledad son mujeres de entre 70 y 75 años que residen en zonas rurales y tienen lejos a sus familiares.

«La soledad social afecta más a mujeres que hombres debido al rol que las mujeres de esta generación han desempeñado a lo largo de su vida. Con el paso del tiempo dejan de sentirse elemento protector de sus familias para pasar a ser las protegidas de las mismas. La pérdida de los seres queridos, de la red de apoyo social o la crisis del nido vacío les hace encontrarse en una situación que en ocasiones no les permite adaptarse al cambio social que experimentan», argumentó la responsable del estudio.

La teleasistencia también influye en la soledad social puesto que las personas encuestadas que disponen de este servicio manifestaron sentirse más solas que aquellas que no cuentan con él.

«Es un dato interesante, pues podría ser que el sentimiento de soledad de estas personas les impulsara a utilizar este servicio como una forma de contacto social y de sobrellevar los sentimientos negativos hacia los cambios que le están aconteciendo. De confirmarse esta hipótesis, la teleasistencia sería un recurso notable como fuente de apoyo social en las personas mayores», planteó la catedrática de la UGR.

Con este estudio, sus responsables pretenden además favorecer la adaptación de los mayores a los ritmos sociales y promover así un envejecimiento activo. Además, el proyecto contempla una fase de actuación para combatir la soledad en personas mayores, concretamente mediante el diseño de programas de intervención que puedan paliar estos efectos.

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El termómetro de la soledad

Permite analizar la experiencia subjetiva ante los cambios de la sociedad, la era digital y la adaptación a las nuevas tecnologías
Expertos andaluces crean la primera escala que mide el aislamiento social en mayores
La soledad produce en las personas mayores un sentimiento de marginalidad y aburrimiento
La catedrática en Psicogerontología Social Ramona Rubio y las investigadoras Mercedes Pinel y Laura Rubio han creado y validado la primera escala de medición de la soledad social, desde el Gabinete de Calidad de Vida y Envejecimiento de la Universidad de Granada (UGR), único departamento de este tipo en toda España.
Según explicó Andalucía Innova en una nota, este instrumento, denominado ‘Escala de Soledad Social Este II’, permitirá a los expertos analizar la experiencia subjetiva que tiene el sujeto ante los cambios sociales, la era digital y la adaptación a las nuevas tecnologías, entre otros, donde están implicados componentes cognitivos y emocionales. Según algunos autores, la soledad social hace referencia a un déficit en las relaciones sociales, y produce un sentimiento de marginalidad, aislamiento y aburrimiento, y quienes la padecen desean tener un lugar dentro de un grupo de personas con las que puedan compartir intereses y preocupaciones.
La ‘Escala de Soledad Social Este II’, resultado del proyecto de investigación ‘La soledad en mayores’ realizado por la Universidad de Granada y el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) a lo largo del año 2009, es la continuación de la Escala Este I, creada en 1999 por Rubio y el profesor Manuel Aleixandre para medir cuatro tipos de soledad: la conyugal, la familiar, la existencial y la social.
Por preguntas
Esta nueva escala está compuesta por quince ítems (temas) con tres alternativas de respuesta, que son siempre, a veces y nunca; los encuestados deben responder a cuestiones relacionadas con su percepción de apoyo social a partir de preguntas como ‘¿Tiene usted a alguien con quien puede hablar de sus problemas cotidianos?’ o ‘¿Se siente usted solo?’; con el uso de las nuevas tecnologías, (‘¿Utiliza usted el móvil, el ordenador o Internet?’) y sobre el índice de participación social subjetiva (‘¿Le resulta fácil hacer amigos?’).
Tal y como afirma Rubio, «lo único constante en este mundo es el cambio y mucho queda aún por analizar sobre la percepción y adaptación del ser humano a esos constantes cambios que le rodean».
Además, para certificar la validez de este instrumento, se realizó un estudio experimental con 780 mayores de más de 65 años de la provincia de Granada, con quienes se contactó por vía telefónica y, según los resultados, el perfil de las personas mayores que viven en soledad son mujeres de 70 a 75 años que residen en zonas rurales y tienen lejos a sus familiares.
«La soledad social afecta más a mujeres que hombres debido al rol que las mujeres de esta generación han desempeñado a lo largo de su vida. Con el paso del tiempo dejan de sentirse elemento protector de sus familias para pasar a ser las protegidas de las mismas. La pérdida de los seres queridos, de la red de apoyo social o la crisis del nido vacío les hace encontrarse en una situación que en ocasiones no les permite adaptarse al cambio social que experimentan», argumentó la responsable del estudio.
La teleasistencia también influye en la soledad social puesto que las personas encuestadas que disponen de este servicio manifestaron sentirse más solas que aquellas que no cuentan con él.
Teleasistencia, un recurso
«Es un dato interesante, pues podría ser que el sentimiento de soledad de estas personas les impulsara a utilizar este servicio como una forma de contacto social y de sobrellevar los sentimientos negativos hacia los cambios que le están aconteciendo. De confirmarse esta hipótesis, la teleasistencia sería un recurso notable como fuente de apoyo social en las personas mayores», planteó la catedrática de la Universidad de Granada.
Con este estudio, sus responsables pretenden además favorecer la adaptación de los mayores a los ritmos sociales y promover así un envejecimiento activo. Además, el proyecto contempla una fase de actuación para combatir la soledad en personas mayores, concretamente mediante el diseño de programas de intervención que puedan paliar estos efectos.
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La Ciudad ultima la apertura de un nuevo tramo de galerías que parte de Victoria Grande

La Ciudad Autónoma está trabajando en la recuperación de las galerías subterráneas, una red de unos siete kilómetros de longitud, que se encuentra en perfecto estado de conservación. Lo dijo ayer en Onda Cero el presidente de la Fundación Melilla Ciudad Monumental, José Antonio Vallés, quien anunció que en breve se presentará a los medios de comunicación un nuevo tramo de las galerías, concretamente el del inicio de las galerías.
Se trata de un tramo muy bien conservado y en el que no ha habido que hacer prácticamente nada. La idea de la Fundación Melilla Ciudad Monumental es llevar a cabo la presentación una vez que se haya realizado la limpieza. El responsable de la Fundación aclaró ayer que no se pretende abrir al público todas las galerías sino ciertos tramos de ellas.
Estudios del modernismo
En otro orden de cosas, el presidente de la Fundación recordó que este año también Melilla recibirá la visita a finales de septiembre de un grupo de alumnos de la Universidad Politécnica de Cataluña para estudiar el Modernismo. Se unirán así a los que en primavera visitan la ciudad dentro del convenio con la Universidad de Granada y a los alumnos de la Escuela Diplomática de España, en la cual el mes pasado Melilla y su historia, así como las relaciones con Marruecos, formaron parte de un seminario.
Tal y como pudo comentar el presidente de la Fundación Melilla Monumental, se siguen recabando apoyos para la candidatura de Melilla a ciudad patrimonio de la Humanidad. Todo ello, con la idea clara de que es un «objetivo muy difícil» y de que se trata de una carrera de fondo que está teniendo, por el momento, más obstáculos de los esperados al inicio del proceso.
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Las irregulares sufren seis veces más la violencia de tipo machista

Es uno de los datos que deja el fiscal general de Andalucía en la última jornada del encuentro sobre inmigración ilegal de los cursos de la Universidad Andaluza

El fiscal general de Andalucía, Jesús María García Calderón, aseguró ayer durante el encuentro Inmigración ilegal: cooperación judicial en el ámbito de la comunidad europea de los cursos de verano que la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) imparte en localidad onubense de La Rábida que las posibilidades de ser víctimas de violencia de machista se sextuplican en las mujeres inmigrantes irregulares.

García Calderón, que fue uno de los ponentes destacados de este encuentro dirigido por el presidente de la sección algecireña de la Audiencia Provincial, Manuel Gutiérrez Luna, hizo alusión a estos datos de un estudio de la fiscal coordinadora de violencia de género en Andalucía en colaboración con un grupo de la Universidad de Granada. Destacó que la única forma de combatir esta situación pasa por la integración social de las indocumentadas.

El fiscal general de Andalucía resaltó que «la legislación española ha tomado conciencia de la necesidad de dar un estatus propio a la mujer víctima de este tipo de violencia. De esta manera hizo referencia a la reforma judicial de 2009. «Resultaba llamativo que en la Ley Orgánica de 2004, prácticamente, no había referencias a la mujer extranjera». Es por lo que dijo que se se siente satisfecho ante la creación del plan de atención de 2009, «en el que la violencia de género en población extranjera inmigrante empieza a abordar este problema».

Afirmó que se trata de un fenómeno en el que hay pocos datos que permitan conocerlo con profundidad. «Es un elemento decisivo para poder afrontar la situación con autoridad y eficacia». No obstante, insistió en que de las 271 víctimas que fallecieron entre 2003 y 2008 por esta violencia, 97 de ellas eran de procedencia extranjera.

Esta cifra ha continuado ascendiendo desde 2005 y se prevé que siga incrementando, «lo que se suma a las limitaciones y dificultades que la mujer extranjera sigue teniendo a la hora de denunciar». Recordó que de las órdenes de protección solicitadas en España, el 35% son de inmigrantes.

El magistrado Manuel Gutiérrez Luna se mostró satisfecho por haber tocado todos los temas en profundidad durante el desarrollo de este encuentro, que comenzó el lunes y que acabó ayer. También resaltó el gran interés que suscitó entre los alumnos. En Inmigración ilegal: cooperación judicial en el ámbito de la comunidad europea, diferentes expertos en la materia analizaron temas como la situación de los matrimonios de conveniencia para estudiar cuáles son los medios que el estado español está poniendo para intentar impedir que se celebren.

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La probabilidad de ser maltratada se multiplica para las inmigrantes

Las posibilidades de que una mujer inmigrante sea víctima de violencia machista se sextuplican en caso de que ésta se encuentre en situación irregular, apuntó ayer el fiscal general de Andalucía, Jesús María García Calderón.

Con motivo de su participación en el encuentro organizado por la Universidad de Andalucía (UNIA), bajo el nombre de Inmigración ilegal. Cooperación Judicial en el ámbito de la Comunidad Europea, García Calderón se refirió a la estrecha relación de las mujeres inmigrantes irregulares en España con la violencia de género. Por su parte, el fiscal general insistió en la necesidad de poder superar las dificultades a la hora de recabar datos suficientes que permitan afrontar con eficacia los problemas causados por este tipo de violencia.

Pese a las escasez de datos relacionados con este problema en relación con el maltrato, el fiscal aludió a la alta tasa de probabilidad de las inmigrantes ilegales de ser víctimas de la violencia machista. Según las estadísticas del estudio realizado por la fiscal coordinadora de Violencia de Género en Andalucía, en colaboración con un grupo técnico liderado por la Universidad de Granada, la probabilidad de convertirse en víctima es hasta seis veces más alta en mujeres inmigrantes en comparación con las españolas. Según ha indicado García Calderón, este dato pone de manifiesto «la importancia del fenómeno y la necesidad de conocerlo en profundidad para afrontarlo de manera adecuada», punto en el que insistió en la necesidad de modificación de las bases de datos para conocer realmente en qué situación se encuentran estas mujeres.

Otros datos aportados por el fiscal general hacen referencia al hecho de que de las 271 víctimas mortales de violencia machista entre 2003 y 2008, 97 eran extranjeras y las 174 restantes eran mujeres de nacionalidad española. Una cifra que ha continuado ascendiendo desde 2005 y que se prevé que continúe aumentando.

En relación a esos datos, García Calderón también hizo referencia a que el 35 % de las órdenes de protección solicitadas en España corresponden a mujeres en situación irregular.

Además, el fiscal apuntó algunos de los factores que no contribuyen a la denuncia por parte de algunas inmigrantes. Entre estos factores se encuentra el hecho de «ser mujer, inmigrante, en situación irregular o que sufren discriminación por desarraigo en origen y la dificultad de la víctima para acreditar su situación».

Asimismo, García Calderón resaltó la importancia de la integración social como «la única manera de combatir el muro de silencio en torno a las mujeres inmigrantes maltratadas». En este punto, el fiscal general hizo de nuevo referencia al estudio realizado por la fiscal coordinadora de Violencia de Género, para señalar que éste pone de manifiesto que las mujeres de las que se reciben más denuncias son las iberoamericanas, por ser las más integradas socialmente, mientras que, en el extremo opuesto, se encuentran las magrebíes como las que menos denuncias han realizado y aventuró que, entre otras barreras, estas últimas se encuentran con el problema del idioma.

Tras mostrar su satisfacción por la reforma que se hizo a principios de 2009 de la Ley de Extranjería en la que se otorga un status especial a las mujeres inmigrantes víctimas de violencia machista, García Calderón hizo referencia a lo que es considerado desde su punto de vista, «un elemento pernicioso» a la hora de interponer denuncias. Este «elemento pernicioso» es el hecho de que de forma automática y por imperativo legal, se inicie un expediente de expulsión. Respecto a este tema, el fiscal general hizo pública su preocupación abogando para que se le dé algún tipo de solución.

Por último, el magistrado y director del curso, Manuel Gutiérrez Luna, mostró su «satisfacción por haber tocado todos los temas en profundidad» durante el desarrollo del encuentro, así como por «el gran interés que ha suscitado entre los alumnos».

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Vélez Blanco da cobijo a la paloma de la paz

La localidad ha sido declarada hoy ‘Municipio por la paz’ · Acoge un seminario que termina mañana

El municipio de Vélez Blanco acoge esta semana la celebración del VII Seminario de la Cultura de Paz desde Andalucía Desafíos de la paz en el siglo XXI, dirigido por Francisco A. Muñoz, profesor de la Universidad de Granada e investigador principal del Proyecto Cultura de Paz en Andalucía. Experiencias y desafíos, que junto a Dietmar Roth, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Vélez-Blanco, y Beatriz Molina, directora del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada, fueron los encargados de inaugurar este seminario que, entre sus prestigiosos docentes, contó ayer con la presencia de Federico Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura de la Paz, ex director general de la UNESCO y doctor honoris causa de la Universidad de Almería.

Condicionado por la falta de tiempo, ocasionada por el retraso de su vuelo, Mayor Zaragoza dio una conferencia más breve que la prevista inicialmente pero no por ello menos magistral e interesante para todos los allí presentes, en la que explicó lo que para él son los verdaderos desafíos para la paz en el siglo XXI, «los mismos de siempre», pero «en la actualidad se está dando una situación fascinante porque podemos pasar de ser súbditos a ciudadanos, participando y dando nuestra opinión sobre lo que está ocurriendo a nuestro alrededor».

Destacó aspectos como la necesidad de «desterrar el miedo de nuestras vidas, con el fin de poder ser libres y creativos», considerando que el futuro pasa por aspectos tan importantes como el que la mujer tenga más poder a la hora de tomar decisiones trascendentales en la sociedad. También quiso poner de manifiesto el «enorme poder mediático que nos adormece a todos».

Para Mayor Zaragoza las actuales democracias son «frágiles e imperfectas» y ofreció una serie de datos significativos como el gasto diario en armamento (cuatro mil millones de dólares) y de las muertes por hambre que se dan cada día en el mundo (70.000 de las que 35.000 son niños).

La jornada inaugural contó también con el acto de la declaración institucional de Vélez Blanco como municipio por la paz, así como con la donación de cerca de 400 libros por la Universidad de Granada para la Biblioteca Municipal. Durante la tarde de ayer se celebró la segunda de las conferencias programadas, La Cooperación como desafío para la construcción de la Paz a cargo de Alfredo Witschi, ex funcionario de Naciones Unidas y colaborador del Instituto de la Paz y los Conflictos de la UGR, para finalizar la jornada con un seminario, cuyo debate fue coordinado por Carmen Mesa.

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Confianza en que las pruebas de estrés reaviven el crédito

Los expertos creen que ayudarán a abrir la financiación a empresas y familias. Algunas entidades españolas suspenderán el examen

El mero anuncio de que se van a publicar las pruebas de estrés realizadas a una parte importante de las entidades financieras europeas (incluidos todos los bancos y cajas españoles) han servido ya para tranquilizar un poco a los mercados y para que aumenten su confianza en la deuda pública de países como España o Irlanda. Sin embargo, el gran reto a partir de mañana, cuando se darán a conocer las cifras, será recuperar en Europa, y sobre todo España, el crédito a familias y hogares, que hoy está paralizado debido a las dificultades que tiene la banca para acceder a liquidez.

El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, aseguró a Público que el objetivo crucial de estas pruebas es conseguir abrir el crédito minorista. Se muestra optimista, ya que si vuelve la confianza la entidades financieras también volverán a prestarse dinero entre sí y podrán captar liquidez a más largo plazo y se animarán a dar crédito, pero recuerda que en Estados Unidos este último efecto sigue sin ocurrir un año después de publicarse sus pruebas. Allí, se recuperaron los mercados y la economía salió adelante, pero no así el crédito empresarial.

Si las entidades vuelven a confiar entre sí, tendrán más dinero para prestar

El catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y asesor de la Reserva Federal de Chicago, Santiago Carbó, da por hecho que a partir de mañana «se despejarán las dudas» y bancos y cajas podrán captar fondos para hacer frente sin problemas a sus grandes vencimientos de deuda, aunque no cree que a corto plazo vaya a provocar un crecimiento del crédito en España porque todavía es necesario profundizar en el desendeudamiento de empresas y hogares. Sin embargo, sí cree que beneficiará al crédito a medio plazo. «Si lo hacemos bien y demostramos que el sistema financiero está bien capitalizado, se acortarán los plazos para que vuelva el crédito», aseguró. Donde sí podría notarse de forma inmediata el efecto positivo, es en la financiación de grandes empresas muy solventes.

Al margen de si serán tan eficientes como para mejorar el crédito, los expertos tienen claro que en poco tiempo estas pruebas servirán para reducir los precios que los estados pagan por emitir su deuda. El diferencial de España con Alemania (que llegó a 2,2 puntos porcentuales) ya ha caído y se seguirá reduciendo hasta situarse entre 1,2 y 1,4 puntos, según los expertos.

En todo caso, los resultados de las pruebas de estrés corren el riesgo de no convencer a todo el mundo y, por tanto, por no acabar con la desconfianza. Varios analistas, especialmente desde el otro lado del Atlántico, han empezado a sembrar dudas sobre su fiabilidad. El diario International Herald Tribune se hacía ayer eco de estas incertidumbres y citando a varios expertos aseguraba que la negativa de las autoridades europeas a explicar cuáles son los parámetros que han tenido en cuenta para hacer estas pruebas «está generando confusión sobre si los bancos que superen el test estarán realmente lo suficientemente sanos como para afrontar otra crisis». Jordi Fabregat, profesor de Finanzas de Esade, cree que si todas las entidades aprobaran «resultaría sospechoso», aunque no cree que vaya a ser así. José Carlos Díez, por su parte, defiende que las pruebas europeas van a ser mucho más duras que las estadounidenses, van a implicar a más entidades y van a ser más transparentes porque se va a someter a estrés a más variables que en su caso. Santiago Carbó no cree tampoco, como se ha dicho en algunos foros, que estos análisis estén manipulados para que todas las entidades salgan bien paradas. «Confío en que hayamos aprendido que demorar el diagnóstico y las respuestas es un error muy importante».

Desde Estados Unidos se plantean dudas sobre la fiabilidad de los test

Los expertos consultados por Público creen que el sistema financiero español saldrá en conjunto muy bien parado de estos ejercicios porque sus tres mayores representantes (Santander, BBVA y La Caixa) están en muy buena situación, aunque todos prevén que algunas entidades, tanto cajas como bancos, necesitarán más capital. El presidente de la CECA, Isidro Fainé, se mostró ayer convencido de que los test saldrán bien. «Todo lo que teníamos que hacer ya lo hemos hecho», dijo. Entre otras, la aprobación de una nueva Ley de Cajas, que ayer convalidó el Congreso. Fainé alabó la normativa porque les permite captar capital. «Si las cajas no estuvieran en los mercados, desaparecerían», aseveró.
Tres escenarios para testar la solvencia

1 Lento Crecimiento

El primero de los tres escenarios en los que se ha basado esta prueba es que la economía se comporte como está previsto, es decir, que se vaya recuperando lentamente. En ese caso, las pruebas pretenden ver en qué situación estará cada entidad a final de 2011. Si para entonces tiene un nivel de Tier 1 (capital de la máxima calidad) del 6%, no necesitará captar más capital.

2 El PIB cae tres puntos sobre lo previsto

El segundo escenario, mucho más crítico que el anterior, consiste en calcular una caída de tres puntos sobre la evolución del PIB prevista por la Comisión Europea para los próximos dos años. Sobre ello, los supervisores han calculado hasta dónde llegaría la tasa de paro, cómo evolucionarían los precios y cuánto implicaría de crecimiento de la morosidad. Cualquier entidad que en ese caso tampoco alcance un capital del 6% también tendrá que recurrir al mercado, aunque en este caso tendrá más tiempo porque el escenario es poco probable.

3 Crisis de la deuda soberana

Las pruebas han tenido muy en cuenta las dificultades que ha atravesado la deuda pública en los últimos meses y ha incluido como una de las hipótesis una crisis de deuda soberana. El examen de resistencia se concentrará en el aumento del diferencial con Alemania, no en la quiebra de un país concreto, según Bloomberg.

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El nivel de soledad que padecen las personas mayores ya se puede medir

Los resultados indican que las mujeres de entre 70 y 75 años que residen en zonas rurales sufren este carencia afectiva

La soledad social hace referencia a un déficit a las relaciones sociales

La catedrática en Psicogerontología Social Ramona Rubio y las investigadoras Mercedes Pinel y Laura Rubio han creado y validado la primera escala de medición de la soledad social, desde el Gabinete de Calidad de Vida y Envejecimiento de la Universidad de Granada (UGR), único departamento de este tipo en toda España.

Este instrumento, denominado Escala de Soledad Social Este II, permitirá a los expertos analizar la experiencia subjetiva que tiene el sujeto ante los cambios sociales, la era digital y la adaptación a las nuevas tecnologías, entre otros, donde están implicados componentes cognitivos y emocionales.

Según algunos autores, la soledad social hace referencia a un déficit en las relaciones sociales que produce un sentimiento de marginalidad, aislamiento y aburrimiento. Quienes la padecen desean tener un lugar dentro de un grupo de personas con las que puedan compartir intereses y preocupaciones.

La Escala de Soledad Social Este II, es resultado del proyecto de investigación La soledad en mayores realizado por la UGR y el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) a lo largo del año 2009.

Esta nueva escala está compuesta por quince ítems con tres alternativas de respuesta que son: siempre, a veces y nunca; los encuestados deben responder a cuestiones relacionadas con su percepción de apoyo social a partir de preguntas como «¿Tiene usted a alguien con quien puede hablar de sus problemas cotidianos?» o «¿Se siente usted solo?»; con el uso de las nuevas tecnologías, y sobre el índice de participación social subjetiva.

Rubio afirma que «lo único constante en este mundo es el cambio y mucho queda por analizar sobre la percepción y adaptación del ser humano a esos constantes cambios que le rodean».

Para certificar la validez de este instrumento se realizó un estudio experimental con casi 800 mayores de más de 65 años de la provincia. Según los resultados, el perfil de las personas mayores que viven en soledad son mujeres de entre 70 y 75 años que residen en zonas rurales y tienen lejos a sus familiares.

«La soledad social afecta más a mujeres que hombres debido al rol que las mujeres de esta generación han desempeñado a lo largo de su vida. Dejan de sentirse elemento protector de sus familias para pasar a ser las protegidas. La pérdida de los seres queridos, de la red de apoyo social o la crisis del nido vacío les hace encontrarse en una situación de soledad».

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Expertos de la UGR crean la primera escala española para medir la soledad social en mayores

La catedrática en Psicogerontología Social Ramona Rubio Herrera y las jóvenes investigadoras Mercedes Pinel y Laura Rubio han creado y validado la primera escala de medición de la soledad social, desde el Gabinete de Calidad de Vida y Envejecimiento de la Universidad de Granada (UGR), único departamento de este tipo en toda España.

Denominada Escala de Soledad Social Este II, este instrumento permitirá a los expertos analizar la experiencia subjetiva que tiene el sujeto ante los cambios sociales, la era digital y la adaptación a las nuevas tecnologías, entre otros, donde están implicados componentes cognitivos y emocionales, informa Andalucía Innova.

La soledad social, según algunos autores, hace referencia a un déficit en las relaciones sociales, y produce un sentimiento de marginalidad, aislamiento y aburrimiento. Quienes la padecen desean tener un lugar dentro de un grupo de personas con las que puedan compartir intereses y preocupaciones.

La Escala de Soledad Social Este II, resultado del proyecto de investigación La soledad en mayores realizado por la Universidad de Granada y el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) a lo largo del año 2009, es la continuación de la Escala Este I, creada en 1999 por Rubio y el profesor Manuel Aleixandre para medir cuatro tipos de soledad: soledad conyugal, soledad familiar, soledad existencial y soledad social.

Método de baremación
Esta nueva escala está compuesta por 15 ítems (temas) con tres alternativas de respuesta: siempre, a veces y nunca. Los encuestados deben responder a cuestiones relacionadas con su percepción de apoyo social a partir de preguntas como «¿Tiene usted a alguien con quien puede hablar de sus problemas cotidianos?» o «¿Se siente usted solo?»; con el uso de las nuevas tecnologías, («¿Utiliza usted el móvil, el ordenador o Internet?») y sobre el índice de participación social subjetiva («¿Le resulta fácil hacer amigos?»).

Tal y como afirma Rubio, «lo único constante en este mundo es el cambio y mucho queda aún por analizar sobre la percepción y adaptación del ser humano a esos constantes cambios que le rodean».

Las mujeres, las más afectadas

Para certificar la validez de este instrumento, se realizó un estudio experimental con 780 mayores de más de 65 años de la provincia de Granada, con quienes se contactó por vía telefónica.

Según los resultados de este estudio, publicado en la web del IMSERSO, el perfil de las personas mayores que viven en soledad son mujeres de entre 70 y 75 años que residen en zonas rurales y tienen lejos a sus familiares.

«La soledad social afecta más a mujeres que hombres debido al rol que las mujeres de esta generación han desempeñado a lo largo de su vida. Con el paso del tiempo dejan de sentirse elemento protector de sus familias para pasar a ser las protegidas de las mismas. La pérdida de los seres queridos, de la red de apoyo social, la crisis del nido vacío, etc. les hace encontrarse en una situación que en ocasiones no les permite adaptarse al cambio social que experimentan», argumenta la responsable del estudio.

La teleasistencia también influye en la soledad social. Las personas encuestadas que disponen de este servicio manifiestan sentirse más solas que aquellas que no cuentan con él. «Es un dato interesante, pues podría ser que el sentimiento de soledad de estas personas les impulsara a utilizar este servicio como una forma de contacto social y de sobrellevar los sentimientos negativos hacia los cambios que le están aconteciendo. De confirmarse esta hipótesis, la teleasistencia sería un recurso notable como fuente de apoyo social en las personas mayores», plantea la catedrática de la UGR.

Con este estudio, sus responsables pretenden además favorecer la adaptación de los mayores a los ritmos sociales y promover así un envejecimiento activo. Este proyecto de investigación contempla además una fase de actuación para combatir la soledad en personas mayores, concretamente mediante el diseño de programas de intervención que puedan paliar estos efectos.

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