El rector exige al Gobierno andaluz que evite los recortes en Educación y reclama para la UGR un trato diferenciado en los presupuestos de 2012 · Triguero dice que no hay «asfixia financiera» en las universidades
El Gobierno andaluz no está dispuesto a reconocer retrasos en los pagos a sus universidades ni tampoco quiere hablar de recortes cuando todavía faltan tres meses para que termine el año y ni siquiera ha hecho público el presupuesto de 2012. El máximo representante de las instituciones superiores en la región, Francisco Triguero Ruiz, se comprometió ayer a mantener el apoyo financiero a la Universidad de Granada durante la apertura oficial del curso 2011-2012.
Que a día de hoy las universidades andaluzas, entre ellas la granadina, no hayan recibido aún casi el 50% de la financiación prevista para 2011 es insólito, pero Triguero dice que esos fondos están comprometidos. «Si el 31 de diciembre a la Universidad de Granada se le debe un euro, entonces podrá poner en su contabilidad como deudora a la Junta de Andalucía», dijo el secretario general de Universidades, Investigación y Tecnología, de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía. Y puso como ejemplo: «cuando una empresa hace una obra no cobra al día siguiente y en ningún caso cobra antes».
El rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, no quiso por su parte perder la ocasión de hacer una vieja reivindicación: que «no se mida a todas las instituciones académicas con el mismo baremo». Apenas 24 horas después de haber reconocido a este diario que la Universidad de Granada está perdiendo liquidez por los retrasos de la Junta que, según él, superan los cien millones de euros (más del 45% del presupuesto total de 2011), el rector reconocía «el apoyo que la Junta viene prestando a la institución». Pero también exigía que «se preserve de recortes a la Educación» para que «las universidades dispongan de recursos suficientes para hacer frente a sus obligaciones».
Triguero respondió a Lodeiro que «el esfuerzo y el compromiso del presidente del Gobierno andaluz es que tanto Educación, incluida la Investigación, como Salud y Dependencia no sufran recortes en los presupuestos del próximo año».
Respecto a la previsión de un descenso en la financiación nacional (estimada por la CRUE en un 16%), el máximo responsable de Universidades en la comunidad dijo ayer que «hay que diferenciar la aplicación de las políticas y las prioridades de unas administraciones y otras».
El secretario general de Universidades reconoció que «hay tensiones en la Tesorería andaluza», pero lo justificó como «una cuestión social, no administrativa». Según Triguero, «no hay una asfixia financiera por parte de las universidades andaluzas» y, aunque «se puede hablar de tensiones coyunturales en estos momentos, en ningún caso son estructurales».
La Universidad se enfrenta al nuevo curso en un tiempo de profunda crisis económica, tal y como reconoció el rector, una coyuntura que no invita al optimismo y eso se dejó notar ayer en uno de los actos más emblemáticos de la institución. Para empezar, el tradicional paseíllo de los académicos se vio recepcionado por un grupo de jóvenes que, a voz en grito, lanzó consignas muy dispares pidiendo la dimisión del rector («Lodeiro dimite, los estudiantes no te admiten») o la ruptura total de la Universidad con la Iglesia («La Universidad es un instituto medieval» y «Fuera la iglesia de la Universidad»). Fuentes de la UGR aseguraron que habían sido convocados por el movimiento del 15-M a través de las redes sociales.
Por otra parte, aunque asistieron las principales autoridades públicas de la ciudad, entre ellas el alcalde, José Torres Hurtado, y de la Junta de Andalucía, María José Sánchez, se notaron grandes ausencias en el banquillo de los invitados. Además, ninguno de los discursos pronunciados ayer arrojó luz sobre las estrategias que se van a seguir para afrontar el contexto de crisis en el que también está inmersa la Universidad de Granada ni denotó compromiso alguno con la transparencia que tanto ha hecho gala el equipo de Gobierno de González Lodeiro.
A pesar de lo gris que resultó el contenido de los mensajes este año, la nota de color la pusieron los académicos de la Universidad. Un total de 44 profesores se acercaron al acto de apertura para ser investidos catedráticos con todos los honores. Con más juramentos que promesas, como siempre, hicieron su paseíllo junto a los más veteranos para recibir el birrete de manos del rector.
La lección inaugural corrió este año a cargo de María Castellano Arroyo, catedrática jiennense de Medicina Legal de la Universidad de Granada y la primera mujer que obtuvo una cátedra de Medicina en España.
Castellano Arroyo eligió para su discurso la relación médico-enfermo, una mirada al pasado que supuso un exhaustivo repaso a todos los cambios a los que se ha visto sometida esta figura en los últimos 40 años, desde el médico-paternalista y protector, aderezado con experiencias y reflexiones personales de la catedrática.
El rector ha querido que fuera una mujer la que dictara el discurso inaugural para poner broche al centenario de la incorporación de la mujer a la universidad española. No será la única efeméride que se celebre en la UGR.
Este curso se cumplen los cinco siglos del inicio de la construcción del Hospital Real que, por coincidencia histórica, es también la centuria de la fundación como universidad. El rector anunció ayer que en la primavera de este curso se realizarán una serie de actos y conferencias para conmemorar dicho evento.
Descargar