Diseñan en Granada un sistema de radioterapia que disminuye significativamente la irradiación en las zonas sanas

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de la capital han desarrollado un nuevo sistema de radioterapia mucho menos tóxico que el que se emplea en la actualidad, que permite dirigir la radiación sólo a aquellas zonas cuyas células se encuentran afectadas por el cáncer, según ha informado en un comunicado la institución académica.

En concreto, estos científicos han desarrollado un protocolo de tratamiento para demostrar que en los cánceres de cavidad oral y faringe que tras intervención quirúrgica tienen que ser tratados con radioterapia y quimioterapia postoperatoria, por el alto riesgo de reproducción, en ellos es posible disminuir de forma apreciable la intensidad del tratamiento sin por ello poner en peligro su eficacia.

Se trata de un proyecto de investigación que reclutó un total de 80 pacientes diagnosticados de cáncer epidermoide de cavidad oral y faringe, entre los años 2005 y 2008, a los que se les extirpó tanto el tumor como los ganglios sobre los que éste se había extendido a través del cuello, según detalla la UGR en su nota.

Los ganglios afectados se localizaron con exactitud por el cirujano en el momento de la intervención y fueron clasificados en diferentes niveles, permitiendo adaptar la radioterapia con precisión sólo a las áreas con mayor peligro de recidivar, evitando de este modo irradiar zonas del cuello con bajo riesgo de contener células tumorales residuales.

De este modo, consiguieron, por un lado, que la alta toxicidad esperable en forma de úlceras, dolor e imposibilidad para alimentarse disminuyera y, por otro, evitar tener que interrumpir los tratamientos, con la consiguiente pérdida de efectividad.

UN TRATAMIENTO MUY TÓXICO

Según estos expertos granadinos, más del 70 por ciento de los cánceres orales y de faringe que son intervenidos necesitan completar el tratamiento con radioterapia asociada en ocasiones a quimioterapia, por el alto riesgo de recidivar y propagarse a través de los ganglios del cuello.

Estos tratamientos son tremendamente tóxicos, sobre todo por la ulceración de las mucosas que recubren la boca y la faringe y que conlleva que muchos pacientes interrumpan o no puedan finalizar el tratamiento previsto con el consiguiente sufrimiento y disminución significativa de las posibilidades de curación.

Gracias al mapa de riesgo obtenido por la colaboración del cirujano y el patólogo, en cada paciente que participó en el estudio se diseñó un tratamiento personalizado y ajustado al riesgo específico que cada zona operada del cuello presenta. El volumen de tejido que es necesario irradiar se reduce de manera significativa con respecto al tratado de manera rutinaria hasta la fecha.

El ensayo se llevó a cabo en colaboración con los Servicios de Oncología Radioterápica, Física Médica, Cirugía Maxilofacial y Anatomía Patológica del Hospital Virgen de las Nieves y el Departamento de Radiología y Medicina Física de la UGR, y fue dirigido por Miguel Martínez Carrillo, oncólogo radioterápico del Virgen de las Nieves.

TRES AÑOS DE SEGUIMIENTO

Tras tres años de seguimiento, comprobaron que en el 44 por ciento de los pacientes tratados se logró disminuir el volumen irradiado con respecto al que hubiera sido empleado antes de este estudio. En volumen, supone una media por paciente de 118 centímetros cúbicos de tejido no irradiado.

Todo ello, prosigue la nota, repercute en que más del 95 por ciento de los pacientes finalizaron la radioterapia sin interrupciones, y presentaban una toxicidad significativamente menor que la esperada si no se hubiese empleado esta técnica de radioterapia selectiva postoperatoria ganglionar. Además, no se detectó un mayor número de recidivas de las esperadas.

Este trabajo ha sido supervisado por los profesores de la Universidad de Granada Rosario del Moral Ávila y José Mariano Ruiz de Almodóvar Rivera. Los resultados serán publicados en el próximo número de la revista Radiation Oncology.

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Diseñan un sistema de radioterapia que disminuye significativamente la irradiación en las zonas sanas

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de la capital han desarrollado un nuevo sistema de radioterapia mucho menos tóxico que el que se emplea en la actualidad, que permite dirigir la radiación sólo a aquellas zonas cuyas células se encuentran afectadas por el cáncer, según ha informado en un comunicado la institución académica.

En concreto, estos científicos han desarrollado un protocolo de tratamiento para demostrar que en los cánceres de cavidad oral y faringe que tras intervención quirúrgica tienen que ser tratados con radioterapia y quimioterapia postoperatoria, por el alto riesgo de reproducción, en ellos es posible disminuir de forma apreciable la intensidad del tratamiento sin por ello poner en peligro su eficacia.

Se trata de un proyecto de investigación que reclutó un total de 80 pacientes diagnosticados de cáncer epidermoide de cavidad oral y faringe, entre los años 2005 y 2008, a los que se les extirpó tanto el tumor como los ganglios sobre los que éste se había extendido a través del cuello, según detalla la UGR en su nota.

Los ganglios afectados se localizaron con exactitud por el cirujano en el momento de la intervención y fueron clasificados en diferentes niveles, permitiendo adaptar la radioterapia con precisión sólo a las áreas con mayor peligro de recidivar, evitando de este modo irradiar zonas del cuello con bajo riesgo de contener células tumorales residuales.

De este modo, consiguieron, por un lado, que la alta toxicidad esperable en forma de úlceras, dolor e imposibilidad para alimentarse disminuyera y, por otro, evitar tener que interrumpir los tratamientos, con la consiguiente pérdida de efectividad.

UN TRATAMIENTO MUY TÓXICO

Según estos expertos granadinos, más del 70 por ciento de los cánceres orales y de faringe que son intervenidos necesitan completar el tratamiento con radioterapia asociada en ocasiones a quimioterapia, por el alto riesgo de recidivar y propagarse a través de los ganglios del cuello.

Estos tratamientos son tremendamente tóxicos, sobre todo por la ulceración de las mucosas que recubren la boca y la faringe y que conlleva que muchos pacientes interrumpan o no puedan finalizar el tratamiento previsto con el consiguiente sufrimiento y disminución significativa de las posibilidades de curación.

Gracias al mapa de riesgo obtenido por la colaboración del cirujano y el patólogo, en cada paciente que participó en el estudio se diseñó un tratamiento personalizado y ajustado al riesgo específico que cada zona operada del cuello presenta. El volumen de tejido que es necesario irradiar se reduce de manera significativa con respecto al tratado de manera rutinaria hasta la fecha.

El ensayo se llevó a cabo en colaboración con los Servicios de Oncología Radioterápica, Física Médica, Cirugía Maxilofacial y Anatomía Patológica del Hospital Virgen de las Nieves y el Departamento de Radiología y Medicina Física de la UGR, y fue dirigido por Miguel Martínez Carrillo, oncólogo radioterápico del Virgen de las Nieves.

TRES AÑOS DE SEGUIMIENTO

Tras tres años de seguimiento, comprobaron que en el 44 por ciento de los pacientes tratados se logró disminuir el volumen irradiado con respecto al que hubiera sido empleado antes de este estudio. En volumen, supone una media por paciente de 118 centímetros cúbicos de tejido no irradiado.

Todo ello, prosigue la nota, repercute en que más del 95 por ciento de los pacientes finalizaron la radioterapia sin interrupciones, y presentaban una toxicidad significativamente menor que la esperada si no se hubiese empleado esta técnica de radioterapia selectiva postoperatoria ganglionar. Además, no se detectó un mayor número de recidivas de las esperadas.

Este trabajo ha sido supervisado por los profesores de la Universidad de Granada Rosario del Moral Ávila y José Mariano Ruiz de Almodóvar Rivera. Los resultados serán publicados en el próximo número de la revista Radiation Oncology.

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Diseñan un sistema de radioterapia que disminuye significativamente la irradiación en las zonas sanas

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de la capital han desarrollado un nuevo sistema de radioterapia mucho menos tóxico que el que se emplea en la actualidad, que permite dirigir la radiación sólo a aquellas zonas cuyas células se encuentran afectadas por el cáncer, según ha informado en un comunicado la institución académica.

En concreto, estos científicos han desarrollado un protocolo de tratamiento para demostrar que en los cánceres de cavidad oral y faringe que tras intervención quirúrgica tienen que ser tratados con radioterapia y quimioterapia postoperatoria, por el alto riesgo de reproducción, en ellos es posible disminuir de forma apreciable la intensidad del tratamiento sin por ello poner en peligro su eficacia.

Se trata de un proyecto de investigación que reclutó un total de 80 pacientes diagnosticados de cáncer epidermoide de cavidad oral y faringe, entre los años 2005 y 2008, a los que se les extirpó tanto el tumor como los ganglios sobre los que éste se había extendido a través del cuello, según detalla la UGR en su nota.

Los ganglios afectados se localizaron con exactitud por el cirujano en el momento de la intervención y fueron clasificados en diferentes niveles, permitiendo adaptar la radioterapia con precisión sólo a las áreas con mayor peligro de recidivar, evitando de este modo irradiar zonas del cuello con bajo riesgo de contener células tumorales residuales.

De este modo, consiguieron, por un lado, que la alta toxicidad esperable en forma de úlceras, dolor e imposibilidad para alimentarse disminuyera y, por otro, evitar tener que interrumpir los tratamientos, con la consiguiente pérdida de efectividad.

UN TRATAMIENTO MUY TÓXICO

Según estos expertos granadinos, más del 70 por ciento de los cánceres orales y de faringe que son intervenidos necesitan completar el tratamiento con radioterapia asociada en ocasiones a quimioterapia, por el alto riesgo de recidivar y propagarse a través de los ganglios del cuello.

Estos tratamientos son tremendamente tóxicos, sobre todo por la ulceración de las mucosas que recubren la boca y la faringe y que conlleva que muchos pacientes interrumpan o no puedan finalizar el tratamiento previsto con el consiguiente sufrimiento y disminución significativa de las posibilidades de curación.

Gracias al mapa de riesgo obtenido por la colaboración del cirujano y el patólogo, en cada paciente que participó en el estudio se diseñó un tratamiento personalizado y ajustado al riesgo específico que cada zona operada del cuello presenta. El volumen de tejido que es necesario irradiar se reduce de manera significativa con respecto al tratado de manera rutinaria hasta la fecha.

El ensayo se llevó a cabo en colaboración con los Servicios de Oncología Radioterápica, Física Médica, Cirugía Maxilofacial y Anatomía Patológica del Hospital Virgen de las Nieves y el Departamento de Radiología y Medicina Física de la UGR, y fue dirigido por Miguel Martínez Carrillo, oncólogo radioterápico del Virgen de las Nieves.

TRES AÑOS DE SEGUIMIENTO

Tras tres años de seguimiento, comprobaron que en el 44 por ciento de los pacientes tratados se logró disminuir el volumen irradiado con respecto al que hubiera sido empleado antes de este estudio. En volumen, supone una media por paciente de 118 centímetros cúbicos de tejido no irradiado.

Todo ello, prosigue la nota, repercute en que más del 95 por ciento de los pacientes finalizaron la radioterapia sin interrupciones, y presentaban una toxicidad significativamente menor que la esperada si no se hubiese empleado esta técnica de radioterapia selectiva postoperatoria ganglionar. Además, no se detectó un mayor número de recidivas de las esperadas.

Este trabajo ha sido supervisado por los profesores de la Universidad de Granada Rosario del Moral Ávila y José Mariano Ruiz de Almodóvar Rivera. Los resultados serán publicados en el próximo número de la revista Radiation Oncology.

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Diseñan un sistema de radioterapia que disminuye significativamente la irradiación en las zonas sanas

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de la capital han desarrollado un nuevo sistema de radioterapia mucho menos tóxico que el que se emplea en la actualidad, que permite dirigir la radiación sólo a aquellas zonas cuyas células se encuentran afectadas por el cáncer, según ha informado en un comunicado la institución académica.

En concreto, estos científicos han desarrollado un protocolo de tratamiento para demostrar que en los cánceres de cavidad oral y faringe que tras intervención quirúrgica tienen que ser tratados con radioterapia y quimioterapia postoperatoria, por el alto riesgo de reproducción, en ellos es posible disminuir de forma apreciable la intensidad del tratamiento sin por ello poner en peligro su eficacia.

Se trata de un proyecto de investigación que reclutó un total de 80 pacientes diagnosticados de cáncer epidermoide de cavidad oral y faringe, entre los años 2005 y 2008, a los que se les extirpó tanto el tumor como los ganglios sobre los que éste se había extendido a través del cuello, según detalla la UGR en su nota.

Los ganglios afectados se localizaron con exactitud por el cirujano en el momento de la intervención y fueron clasificados en diferentes niveles, permitiendo adaptar la radioterapia con precisión sólo a las áreas con mayor peligro de recidivar, evitando de este modo irradiar zonas del cuello con bajo riesgo de contener células tumorales residuales.

De este modo, consiguieron, por un lado, que la alta toxicidad esperable en forma de úlceras, dolor e imposibilidad para alimentarse disminuyera y, por otro, evitar tener que interrumpir los tratamientos, con la consiguiente pérdida de efectividad.

UN TRATAMIENTO MUY TÓXICO

Según estos expertos granadinos, más del 70 por ciento de los cánceres orales y de faringe que son intervenidos necesitan completar el tratamiento con radioterapia asociada en ocasiones a quimioterapia, por el alto riesgo de recidivar y propagarse a través de los ganglios del cuello.

Estos tratamientos son tremendamente tóxicos, sobre todo por la ulceración de las mucosas que recubren la boca y la faringe y que conlleva que muchos pacientes interrumpan o no puedan finalizar el tratamiento previsto con el consiguiente sufrimiento y disminución significativa de las posibilidades de curación.

Gracias al mapa de riesgo obtenido por la colaboración del cirujano y el patólogo, en cada paciente que participó en el estudio se diseñó un tratamiento personalizado y ajustado al riesgo específico que cada zona operada del cuello presenta. El volumen de tejido que es necesario irradiar se reduce de manera significativa con respecto al tratado de manera rutinaria hasta la fecha.

El ensayo se llevó a cabo en colaboración con los Servicios de Oncología Radioterápica, Física Médica, Cirugía Maxilofacial y Anatomía Patológica del Hospital Virgen de las Nieves y el Departamento de Radiología y Medicina Física de la UGR, y fue dirigido por Miguel Martínez Carrillo, oncólogo radioterápico del Virgen de las Nieves.

TRES AÑOS DE SEGUIMIENTO

Tras tres años de seguimiento, comprobaron que en el 44 por ciento de los pacientes tratados se logró disminuir el volumen irradiado con respecto al que hubiera sido empleado antes de este estudio. En volumen, supone una media por paciente de 118 centímetros cúbicos de tejido no irradiado.

Todo ello, prosigue la nota, repercute en que más del 95 por ciento de los pacientes finalizaron la radioterapia sin interrupciones, y presentaban una toxicidad significativamente menor que la esperada si no se hubiese empleado esta técnica de radioterapia selectiva postoperatoria ganglionar. Además, no se detectó un mayor número de recidivas de las esperadas.

Este trabajo ha sido supervisado por los profesores de la Universidad de Granada Rosario del Moral Ávila y José Mariano Ruiz de Almodóvar Rivera. Los resultados serán publicados en el próximo número de la revista Radiation Oncology.

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Diseñan un sistema de radioterapia que disminuye significativamente la irradiación en las zonas sanas

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de la capital han desarrollado un nuevo sistema de radioterapia mucho menos tóxico que el que se emplea en la actualidad, que permite dirigir la radiación sólo a aquellas zonas cuyas células se encuentran afectadas por el cáncer, según ha informado en un comunicado la institución académica.

En concreto, estos científicos han desarrollado un protocolo de tratamiento para demostrar que en los cánceres de cavidad oral y faringe que tras intervención quirúrgica tienen que ser tratados con radioterapia y quimioterapia postoperatoria, por el alto riesgo de reproducción, en ellos es posible disminuir de forma apreciable la intensidad del tratamiento sin por ello poner en peligro su eficacia.

Se trata de un proyecto de investigación que reclutó un total de 80 pacientes diagnosticados de cáncer epidermoide de cavidad oral y faringe, entre los años 2005 y 2008, a los que se les extirpó tanto el tumor como los ganglios sobre los que éste se había extendido a través del cuello, según detalla la UGR en su nota.

Los ganglios afectados se localizaron con exactitud por el cirujano en el momento de la intervención y fueron clasificados en diferentes niveles, permitiendo adaptar la radioterapia con precisión sólo a las áreas con mayor peligro de recidivar, evitando de este modo irradiar zonas del cuello con bajo riesgo de contener células tumorales residuales.

De este modo, consiguieron, por un lado, que la alta toxicidad esperable en forma de úlceras, dolor e imposibilidad para alimentarse disminuyera y, por otro, evitar tener que interrumpir los tratamientos, con la consiguiente pérdida de efectividad.

UN TRATAMIENTO MUY TÓXICO

Según estos expertos granadinos, más del 70 por ciento de los cánceres orales y de faringe que son intervenidos necesitan completar el tratamiento con radioterapia asociada en ocasiones a quimioterapia, por el alto riesgo de recidivar y propagarse a través de los ganglios del cuello.

Estos tratamientos son tremendamente tóxicos, sobre todo por la ulceración de las mucosas que recubren la boca y la faringe y que conlleva que muchos pacientes interrumpan o no puedan finalizar el tratamiento previsto con el consiguiente sufrimiento y disminución significativa de las posibilidades de curación.

Gracias al mapa de riesgo obtenido por la colaboración del cirujano y el patólogo, en cada paciente que participó en el estudio se diseñó un tratamiento personalizado y ajustado al riesgo específico que cada zona operada del cuello presenta. El volumen de tejido que es necesario irradiar se reduce de manera significativa con respecto al tratado de manera rutinaria hasta la fecha.

El ensayo se llevó a cabo en colaboración con los Servicios de Oncología Radioterápica, Física Médica, Cirugía Maxilofacial y Anatomía Patológica del Hospital Virgen de las Nieves y el Departamento de Radiología y Medicina Física de la UGR, y fue dirigido por Miguel Martínez Carrillo, oncólogo radioterápico del Virgen de las Nieves.

TRES AÑOS DE SEGUIMIENTO

Tras tres años de seguimiento, comprobaron que en el 44 por ciento de los pacientes tratados se logró disminuir el volumen irradiado con respecto al que hubiera sido empleado antes de este estudio. En volumen, supone una media por paciente de 118 centímetros cúbicos de tejido no irradiado.

Todo ello, prosigue la nota, repercute en que más del 95 por ciento de los pacientes finalizaron la radioterapia sin interrupciones, y presentaban una toxicidad significativamente menor que la esperada si no se hubiese empleado esta técnica de radioterapia selectiva postoperatoria ganglionar. Además, no se detectó un mayor número de recidivas de las esperadas.

Este trabajo ha sido supervisado por los profesores de la Universidad de Granada Rosario del Moral Ávila y José Mariano Ruiz de Almodóvar Rivera. Los resultados serán publicados en el próximo número de la revista Radiation Oncology.

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Diseñan en Granada un sistema de radioterapia que disminuye significativamente la irradiación en las zonas sanas

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de la capital han desarrollado un nuevo sistema de radioterapia mucho menos tóxico que el que se emplea en la actualidad, que permite dirigir la radiación sólo a aquellas zonas cuyas células se encuentran afectadas por el cáncer, según ha informado en un comunicado la institución académica.

En concreto, estos científicos han desarrollado un protocolo de tratamiento para demostrar que en los cánceres de cavidad oral y faringe que tras intervención quirúrgica tienen que ser tratados con radioterapia y quimioterapia postoperatoria, por el alto riesgo de reproducción, en ellos es posible disminuir de forma apreciable la intensidad del tratamiento sin por ello poner en peligro su eficacia.

Se trata de un proyecto de investigación que reclutó un total de 80 pacientes diagnosticados de cáncer epidermoide de cavidad oral y faringe, entre los años 2005 y 2008, a los que se les extirpó tanto el tumor como los ganglios sobre los que éste se había extendido a través del cuello, según detalla la UGR en su nota.

Los ganglios afectados se localizaron con exactitud por el cirujano en el momento de la intervención y fueron clasificados en diferentes niveles, permitiendo adaptar la radioterapia con precisión sólo a las áreas con mayor peligro de recidivar, evitando de este modo irradiar zonas del cuello con bajo riesgo de contener células tumorales residuales.

De este modo, consiguieron, por un lado, que la alta toxicidad esperable en forma de úlceras, dolor e imposibilidad para alimentarse disminuyera y, por otro, evitar tener que interrumpir los tratamientos, con la consiguiente pérdida de efectividad.

UN TRATAMIENTO MUY TÓXICO

Según estos expertos granadinos, más del 70 por ciento de los cánceres orales y de faringe que son intervenidos necesitan completar el tratamiento con radioterapia asociada en ocasiones a quimioterapia, por el alto riesgo de recidivar y propagarse a través de los ganglios del cuello.

Estos tratamientos son tremendamente tóxicos, sobre todo por la ulceración de las mucosas que recubren la boca y la faringe y que conlleva que muchos pacientes interrumpan o no puedan finalizar el tratamiento previsto con el consiguiente sufrimiento y disminución significativa de las posibilidades de curación.

Gracias al mapa de riesgo obtenido por la colaboración del cirujano y el patólogo, en cada paciente que participó en el estudio se diseñó un tratamiento personalizado y ajustado al riesgo específico que cada zona operada del cuello presenta. El volumen de tejido que es necesario irradiar se reduce de manera significativa con respecto al tratado de manera rutinaria hasta la fecha.

El ensayo se llevó a cabo en colaboración con los Servicios de Oncología Radioterápica, Física Médica, Cirugía Maxilofacial y Anatomía Patológica del Hospital Virgen de las Nieves y el Departamento de Radiología y Medicina Física de la UGR, y fue dirigido por Miguel Martínez Carrillo, oncólogo radioterápico del Virgen de las Nieves.

TRES AÑOS DE SEGUIMIENTO

Tras tres años de seguimiento, comprobaron que en el 44 por ciento de los pacientes tratados se logró disminuir el volumen irradiado con respecto al que hubiera sido empleado antes de este estudio. En volumen, supone una media por paciente de 118 centímetros cúbicos de tejido no irradiado.

Todo ello, prosigue la nota, repercute en que más del 95 por ciento de los pacientes finalizaron la radioterapia sin interrupciones, y presentaban una toxicidad significativamente menor que la esperada si no se hubiese empleado esta técnica de radioterapia selectiva postoperatoria ganglionar. Además, no se detectó un mayor número de recidivas de las esperadas.

Este trabajo ha sido supervisado por los profesores de la Universidad de Granada Rosario del Moral Ávila y José Mariano Ruiz de Almodóvar Rivera. Los resultados serán publicados en el próximo número de la revista Radiation Oncology.

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Diseñan un sistema de radioterapia que disminuye significativamente la irradiación en las zonas sanas

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de la capital han desarrollado un nuevo sistema de radioterapia mucho menos tóxico que el que se emplea en la actualidad, que permite dirigir la radiación sólo a aquellas zonas cuyas células se encuentran afectadas por el cáncer, según ha informado en un comunicado la institución académica. En concreto, estos científicos han desarrollado un protocolo de tratamiento para demostrar que en los cánceres de cavidad oral y faringe que tras intervención quirúrgica tienen que ser tratados con radioterapia y quimioterapia postoperatoria, por el alto riesgo de reproducción, en ellos es posible disminuir de forma apreciable la intensidad del tratamiento sin por ello poner en peligro su eficacia. Se trata de un proyecto de investigación que reclutó un total de 80 pacientes diagnosticados de cáncer epidermoide de cavidad oral y faringe, entre los años 2005 y 2008, a los que se les extirpó tanto el tumor como los ganglios sobre los que éste se había extendido a través del cuello, según detalla la UGR en su nota. Los ganglios afectados se localizaron con exactitud por el cirujano en el momento de la intervención y fueron clasificados en diferentes niveles, permitiendo adaptar la radioterapia con precisión sólo a las áreas con mayor peligro de recidivar, evitando de este modo irradiar zonas del cuello con bajo riesgo de contener células tumorales residuales. De este modo, consiguieron, por un lado, que la alta toxicidad esperable en forma de úlceras, dolor e imposibilidad para alimentarse disminuyera y, por otro, evitar tener que interrumpir los tratamientos, con la consiguiente pérdida de efectividad. UN TRATAMIENTO MUY TÓXICO Según estos expertos granadinos, más del 70 por ciento de los cánceres orales y de faringe que son intervenidos necesitan completar el tratamiento con radioterapia asociada en ocasiones a quimioterapia, por el alto riesgo de recidivar y propagarse a través de los ganglios del cuello. Estos tratamientos son tremendamente tóxicos, sobre todo por la ulceración de las mucosas que recubren la boca y la faringe y que conlleva que muchos pacientes interrumpan o no puedan finalizar el tratamiento previsto con el consiguiente sufrimiento y disminución significativa de las posibilidades de curación. Gracias al mapa de riesgo obtenido por la colaboración del cirujano y el patólogo, en cada paciente que participó en el estudio se diseñó un tratamiento personalizado y ajustado al riesgo específico que cada zona operada del cuello presenta. El volumen de tejido que es necesario irradiar se reduce de manera significativa con respecto al tratado de manera rutinaria hasta la fecha. El ensayo se llevó a cabo en colaboración con los Servicios de Oncología Radioterápica, Física Médica, Cirugía Maxilofacial y Anatomía Patológica del Hospital Virgen de las Nieves y el Departamento de Radiología y Medicina Física de la UGR, y fue dirigido por Miguel Martínez Carrillo, oncólogo radioterápico del Virgen de las Nieves. TRES AÑOS DE SEGUIMIENTO Tras tres años de seguimiento, comprobaron que en el 44 por ciento de los pacientes tratados se logró disminuir el volumen irradiado con respecto al que hubiera sido empleado antes de este estudio. En volumen, supone una media por paciente de 118 centímetros cúbicos de tejido no irradiado. Todo ello, prosigue la nota, repercute en que más del 95 por ciento de los pacientes finalizaron la radioterapia sin interrupciones, y presentaban una toxicidad significativamente menor que la esperada si no se hubiese empleado esta técnica de radioterapia selectiva postoperatoria ganglionar. Además, no se detectó un mayor número de recidivas de las esperadas. Este trabajo ha sido supervisado por los profesores de la Universidad de Granada Rosario del Moral Ávila y José Mariano Ruiz de Almodóvar Rivera. Los resultados serán publicados en el próximo número de la revista Radiation Oncology.
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Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de la capital han desarrollado un nuevo sistema de radioterapia mucho menos tóxico que el que se emplea en la actualidad, que permite dirigir la radiación sólo a aquellas zonas cuyas células se encuentran afectadas por el cáncer, según ha informado en un comunicado la institución académica.

En concreto, estos científicos han desarrollado un protocolo de tratamiento para demostrar que en los cánceres de cavidad oral y faringe que tras intervención quirúrgica tienen que ser tratados con radioterapia y quimioterapia postoperatoria, por el alto riesgo de reproducción, en ellos es posible disminuir de forma apreciable la intensidad del tratamiento sin por ello poner en peligro su eficacia.

Se trata de un proyecto de investigación que reclutó un total de 80 pacientes diagnosticados de cáncer epidermoide de cavidad oral y faringe, entre los años 2005 y 2008, a los que se les extirpó tanto el tumor como los ganglios sobre los que éste se había extendido a través del cuello, según detalla la UGR en su nota.

Los ganglios afectados se localizaron con exactitud por el cirujano en el momento de la intervención y fueron clasificados en diferentes niveles, permitiendo adaptar la radioterapia con precisión sólo a las áreas con mayor peligro de recidivar, evitando de este modo irradiar zonas del cuello con bajo riesgo de contener células tumorales residuales.

De este modo, consiguieron, por un lado, que la alta toxicidad esperable en forma de úlceras, dolor e imposibilidad para alimentarse disminuyera y, por otro, evitar tener que interrumpir los tratamientos, con la consiguiente pérdida de efectividad.

UN TRATAMIENTO MUY TÓXICO

Según estos expertos granadinos, más del 70 por ciento de los cánceres orales y de faringe que son intervenidos necesitan completar el tratamiento con radioterapia asociada en ocasiones a quimioterapia, por el alto riesgo de recidivar y propagarse a través de los ganglios del cuello.

Estos tratamientos son tremendamente tóxicos, sobre todo por la ulceración de las mucosas que recubren la boca y la faringe y que conlleva que muchos pacientes interrumpan o no puedan finalizar el tratamiento previsto con el consiguiente sufrimiento y disminución significativa de las posibilidades de curación.

Gracias al mapa de riesgo obtenido por la colaboración del cirujano y el patólogo, en cada paciente que participó en el estudio se diseñó un tratamiento personalizado y ajustado al riesgo específico que cada zona operada del cuello presenta. El volumen de tejido que es necesario irradiar se reduce de manera significativa con respecto al tratado de manera rutinaria hasta la fecha.

El ensayo se llevó a cabo en colaboración con los Servicios de Oncología Radioterápica, Física Médica, Cirugía Maxilofacial y Anatomía Patológica del Hospital Virgen de las Nieves y el Departamento de Radiología y Medicina Física de la UGR, y fue dirigido por Miguel Martínez Carrillo, oncólogo radioterápico del Virgen de las Nieves.

TRES AÑOS DE SEGUIMIENTO

Tras tres años de seguimiento, comprobaron que en el 44 por ciento de los pacientes tratados se logró disminuir el volumen irradiado con respecto al que hubiera sido empleado antes de este estudio. En volumen, supone una media por paciente de 118 centímetros cúbicos de tejido no irradiado.

Todo ello, prosigue la nota, repercute en que más del 95 por ciento de los pacientes finalizaron la radioterapia sin interrupciones, y presentaban una toxicidad significativamente menor que la esperada si no se hubiese empleado esta técnica de radioterapia selectiva postoperatoria ganglionar. Además, no se detectó un mayor número de recidivas de las esperadas.

Este trabajo ha sido supervisado por los profesores de la Universidad de Granada Rosario del Moral Ávila y José Mariano Ruiz de Almodóvar Rivera. Los resultados serán publicados en el próximo número de la revista Radiation Oncology.

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Doce días menos de nieves en una década en Sierra Nevada

Sierra Nevada ha registrado en la última década doce días menos de nieve, según se desprende del análisis sobre los efectos del cambio global realizado por los científicos, que advierten de que si no se hace nada por evitarlo, la ausencia de nieve en ese espacio natural será de un mes en el año 2035.

Este y otros datos han sido dados a conocer este jueves durante la celebración en Granada de unas jornadas en las que participan 150 investigadores y gestores para establecer nuevos vínculos de colaboración y propiciar la puesta en marcha de proyectos de seguimiento a largo plazo y de gestión adaptada en Sierra Nevada.

A las jornadas ha asistido el consejero andaluz de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, para quien este tipo de «alertas tempranas» sobre las consecuencias del cambio global deben llevar a la administración y a la comunidad científica a estar preparados para corregir y mitigar los posibles efectos.

«El cambio climático no se discute: o se combate o no se combate», ha dicho a los periodistas el consejero, quien ha indicado que ya es una realidad el aumento de las temperaturas, causante de la paulatina desaparición de la nieve, y el cambio del régimen de precipitaciones, con cierta tendencia a anualidades en las que llueve mucho en poco tiempo.

El encuentro de hoy ha sido promovido por el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada, una iniciativa de la Consejería de Medio Ambiente que cuenta con la coordinación científica del Centro Andaluz de Medio Ambiente y la Universidad de Granada.

Este observatorio inició su andadura en 2005 para conocer con precisión los efectos que el cambio global está ocasionando en los ecosistemas de la montaña mediterránea y e los servicios que ésta aporta a la sociedad, a fin de establecer las actuaciones de gestión activa y adaptativa que contribuyan a mejorar su conservación.

Las montañas reflejan en distancias muy cortas los cambios que se producen a lo largo de miles de kilómetros en un viaje latitudinal, de ahí que sean espacios interesantes para el seguimiento de los efectos del cambio global.

Además de que actúan de refugio de especies extintas en otros lugares o de especies con un área de distribución limitada por la altitud, las montañas son muy sensibles a los cambios ambientales por los frágiles equilibrios entre los componentes del sistema.

Sierra Nevada es el único espacio de montaña español seleccionado junto a otras 27 reservas de la biosfera mundiales para participar en una red internacional promovida por la Unesco.

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Diseñan un nuevo sistema de radioterapia disminuye la irradiación en las zonas sanas

Un equipo de científicos españoles de la Universidad de Granada (UGR) han diseñado un sistema de radioterapia que disminuye significativamente la irradiación en las zonas sanas, por lo que resulta mucho menos tóxico que el que se emplea en la actualidad. El nuevo sistema dirige la radiación solo a aquellas zonas cuyas células se encuentran afectadas por el cáncer.

Los investigadores han desarrollado un protocolo de tratamiento para demostrar que en los cánceres de cavidad oral y faringe que tras intervención quirúrgica tienen que ser tratados con radioterapia y quimioterapia postoperatoria por el alto riesgo de reproducción, es posible disminuir de forma apreciable la intensidad del tratamiento sin por ello poner en peligro su eficacia.

Se trata de un proyecto de investigación que reclutó un total de 80 pacientes diagnosticados de cáncer epidermoide de cavidad oral y faringe, entre los años 2005 y 2008, a los que se les extirpó tanto el tumor como los ganglios sobre los que éste se había extendido a través del cuello. El estudio, supervisado por los profesores Rosario del Moral Ávila y José Mariano Ruiz de Almodóvar Rivera de la UGR, se publicará en el próximo número de la revista Radiation Oncology.

Los ganglios afectados se localizaron con exactitud por el cirujano en el momento de la intervención y fueron clasificados en diferentes niveles. De esta forma se permite adaptar la radioterapia con precisión sólo a las áreas con mayor peligro de recidivar, evitando irradiar zonas del cuello con bajo riesgo de contener células tumorales residuales. Así, se consiguió, por un lado, que la alta toxicidad esperable en forma de úlceras, dolor e imposibilidad para alimentarse disminuyera, y por otro, evitar tener que interrumpir los tratamientos, con la consiguiente pérdida de efectividad.

Más del 70% de los cánceres orales y de faringe que son intervenidos necesitan completar el tratamiento con radioterapia asociada en ocasiones a quimioterapia, por el alto riesgo de recidivar y propagarse a través de los ganglios del cuello. Estos tratamientos son tremendamente tóxicos, sobre todo por la ulceración de las mucosas que recubren la boca y la faringe y que conlleva que muchos pacientes interrumpan o no puedan finalizar el tratamiento previsto con el consiguiente sufrimiento y disminución significativa de las posibilidades de curación.

Gracias al mapa de riesgo obtenido por la colaboración del cirujano y el patólogo, en cada paciente que participó en el estudio se diseñó un tratamiento personalizado y ajustado al riesgo específico que cada zona operada del cuello presenta. El volumen de tejido que es necesario irradiar se reduce de manera significativa con respecto al tratado de manera rutinaria hasta la fecha.

Tras tres años de seguimiento, los científicos comprobaron que en el 44% de los pacientes tratados se logró disminuir el volumen irradiado con respecto al que hubiera sido empleado antes de este estudio. En volumen, supone una media por paciente de 118 centímetros cúbicos de tejido no irradiado.

Todo ello repercute en que más del 95% los pacientes finalizaron la radioterapia sin interrupciones, y presentaban una toxicidad significativamente menor que la esperada si no se hubiese empleado esta técnica de radioterapia selectiva postoperatoria ganglionar. Además, no se detectó un mayor número de recidivas de las esperadas.

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Sierra Nevada ha registrado 12 días menos de nieve en una década

Sierra Nevada ha registrado en la última década doce días menos de nieve, según se desprende del análisis sobre los efectos del cambio global realizado por los científicos, que advierten de que si no se hace nada por evitarlo, la ausencia de nieve en ese espacio natural será de un mes en el año 2035.
Este y otros datos han sido dados a conocer este jueves durante la celebración en Granada de unas jornadas en las que participan 150 investigadores y gestores para establecer nuevos vínculos de colaboración y propiciar la puesta en marcha de proyectos de seguimiento a largo plazo y de gestión adaptativa en Sierra Nevada.
A las jornadas ha asistido el consejero andaluz de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, para quien este tipo de «alertas tempranas» sobre las consecuencias del cambio global deben llevar a la administración y a la comunidad científica a estar preparados para corregir y mitigar los posibles efectos.
«El cambio climático no se discute: o se combate o no se combate», ha dicho a los periodistas el consejero, quien ha indicado que ya es una realidad el aumento de las temperaturas, causante de la paulatina desaparición de la nieve, y el cambio del régimen de precipitaciones, con cierta tendencia a anualidades en las que llueve mucho en poco tiempo.
El encuentro de hoy ha sido promovido por el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada, una iniciativa de la Consejería de Medio Ambiente que cuenta con la coordinación científica del Centro Andaluz de Medio Ambiente y la Universidad de Granada.
Este observatorio inició su andadura en 2005 para conocer con precisión los efectos que el cambio global está ocasionando en los ecosistemas de la montaña mediterránea y e los servicios que ésta aporta a la sociedad, a fin de establecer las actuaciones de gestión activa y adaptativa que contribuyan a mejorar su conservación.
Las montañas reflejan en distancias muy cortas los cambios que se producen a lo largo de miles de kilómetros en un viaje latitudinal, de ahí que sean espacios interesantes para el seguimiento de los efectos del cambio global.
Además de que actúan de refugio de especies extintas en otros lugares o de especies con un área de distribución limitada por la altitud, las montañas son muy sensibles a los cambios ambientales por los frágiles equilibrios entre los componentes del sistema.
Sierra Nevada es el único espacio de montaña español seleccionado junto a otras 27 reservas de la biosfera mundiales para participar en una red internacional promovida por la Unesco.
Al hilo del debate abierto sobre una ampliación de la estación de esquí de Sierra Nevada, como defienden los empresarios con el apoyo del PP, el consejero ha incidido en que cualquier propuesta de ampliación debe hacerse desde criterios de protección y conservación de un espacio que genera «beneficio económico y turístico».
Ha cuestionado la idoneidad de la propuesta al recordar los datos que apuntan a un paulatino descenso de las precipitaciones de nieve, aunque ha reiterado que están tomando medidas para frenarlo.
Ha hecho un llamamiento a ser «consecuentes» con este espacio natural cuya estación de esquí «procura bienestar, crecimiento y desarrollo económico pero que está ahí por la naturaleza».
Díaz Trillo ha acusado al PP de especializarse en «debates engañosos y tramposos en periodos electorales».
«Que no engañen a la gente. Saben que hay una ordenación muy bien hecha en este espacio natural», ha dicho el consejero, quien ha abogado por plantear este debate de forma «razonable y científica».

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