Se te nota en la cara, que vives enamorada…

Elvira2015 El amor, ese sentimiento intenso del ser humano y protagonista de innumerables creaciones artísticas, puede también llegar a ser medido científicamente. No en vano, investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han analizado por primera vez los cambios de temperatura que estímulos de la persona amada provoca en la cara de los enamorados.

 

Este estudio, llevado a cabo en el Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de Granada ha encontrado diferencias en quienes veían fotografías de la persona querida frente a aquellos que se exponían a otro tipo de estímulo que no le incitaba ningún tipo de respuesta emocional ni romántica.

Elvira Salazar López, actualmente investigadora en la Universidad Técnica de Múnich, ha destacado a Efe que, con este trabajo, han logrado de alguna forma cuantificar, con medidas «psico-fisiológicas», cómo es el cambio de temperatura que esos estímulos causan en la cara de la persona analizada.

La investigación que han llevado a cabo desde la Universidad de Granada ha revelado diferencias en la temperatura facial que no se relacionan únicamente con un cambio de la ubicación de la sangre en ese momento y que existen emociones o sentimientos complejos que se pueden medir.

El estudio se enmarca en otros trabajos sobre termografía desarrollados también en Granada en los que ya se corroboró el denominado «efecto Pinocho», según el cual cuando alguien miente cambia igualmente la temperatura de la punta de su nariz.

Estos mismos investigadores midieron asimismo por primera vez de manera científica el ‘duende’ flamenco de los bailaores al comprobar los cambios de temperatura que afecta a estos artistas y que no registra el resto.

Salazar López ha explicado que la metodología seguida para el estudio relacionado con el amor ha sido similar a la empleada anteriormente y se ha centrado en zonas de la cara donde se registran «bastante cambios» de temperatura, algo que se ha completado con una serie de test psicológicos que han dado estos resultados.

La investigadora de la universidad granadina ha señalado a Efe que los cambios de temperatura detectados y el hecho de que una persona pueda «ponerse roja» ante la persona amada son aspectos diferentes y que, esta última reacción, puede ser un síntoma de timidez.

Concretamente en el caso de las mujeres, formaría parte de una respuesta sexual, de cortejo o automática del sistema nervioso, ha añadido.

«Nosotros nos hemos centrado en un amor ya consolidado, una emoción más compleja, estudiamos a personas que estaban viendo imágenes de su pareja», ha explicado la investigadora participante en el proyecto de la UGR.

Aunque existen otros muchos estudios sobre el amor, que ya habían medido por ejemplo la tasa cardiaca, este nuevo trabajo aporta un parámetro más para la cuantificación de sus efectos y ahonda en el conocimiento de uno de los sentimientos más complejos.

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El ejercicio de alta intensidad beneficia a la embarazada y al feto

77943 Un proyecto piloto desarrollado por científicos de la Universidad de Granada ha demostrado que hacer ejercicio de alta intensidad durante el embarazo resulta beneficioso tanto para la madre como para el feto. Científicos de dos grupos de investigación de la Universidad granadina han analizado los beneficios del ejercicio de alta intensidad durante el embarazo con un seguimiento durante un año a la deportista María Luisa Baena.

 

Un proyecto piloto desarrollado por científicos de la Universidad de Granada ha demostrado que hacer ejercicio de alta intensidad durante el embarazo resulta beneficioso tanto para la madre como para el feto.

Científicos de dos grupos de investigación de la Universidad granadina han analizado los beneficios del ejercicio de alta intensidad durante el embarazo con un seguimiento durante un año a la deportista María Luisa Baena.

Baena se ha sometido a un entrenamiento de alta intensidad antes de quedarse embarazada y durante la gestación, con disciplinas de entrenamiento como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

La paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de doce derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina y otras variables.

«Su bebé nació a término, en la semana cuarenta de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», ha explicado el profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio, Ángel Gutiérrez Sainz.

Durante el estudio, la deportista se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón y participó en varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros en el tercer trimestre del embarazo.

El investigador de la UGR ha recalcado que el ser humano es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto.

«Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación», ha apuntado Gutiérrez.

Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en la UGR es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada.

Gutiérrez ha abogado por desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo y ha subrayado que una mujer sana sin patologías previas no solo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, «salvo que un médico le indique lo contrario».

«Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional», ha explicado el autor principal de la investigación, en la que también ha participado Olga Ocón, profesora de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada.

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Un proyecto piloto demuestra que hacer ejercicio de alta intensidad durante el embarazo es beneficioso tanto para la madre como para el feto

77943 Científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes al grupo de investigación «Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio CTS262» (EFFECTS 262), y «Aspectos avanzados en atención clínica a la mujer CTS515» han llevado a cabo un proyecto piloto de investigación cuyo objetivo ha sido demostrar los enormes beneficios que tiene el ejercicio de alta intensidad durante el embarazo, tanto para el feto como para la madre.
Para ello, los investigadores han realizado un seguimiento exhaustivo durante más de un año a una deportista, María Luisa Baena, quien tanto antes de quedarse embarazada como durante toda la gestación se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyó disciplinas como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.
La paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de ECG de 12 derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina, RPE y lactacidemia, entre otras variables.
«Su bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», explica Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio.
No en vano, en el período analizado María Luisa, «que se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y se sometió a varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros, incluso durante el tercer trimestre del embarazo».
La mujer embarazada no está enferma
El investigador de la UGR afirma que el ser humano «es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación».
Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en la UGR «es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada
El profesor Gutiérrez destaca que hay que desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo. «Una mujer sana sin patologías previas no sólo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, salvo que un médico le indique lo contrario. Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional».
María Luisa Baena, que dio a luz hace apenas un mes, ha ido escribiendo un diario durante todo su embarazo, donde ha recogido toda su evolución, los resultados de sus pruebas de esfuerzo y sus sensaciones. En la actualidad, está buscando una editorial para publicarlo en forma de libro.
En esta investigación han participado también Olga Ocón Hernández, profesora del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada.
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Demuestran que el ejercicio de alta intensidad beneficia a las embarazadas y al feto

77943 Un proyecto piloto desarrollado por científicos de la Universidad de Granada ha demostrado que hacer ejercicio de alta intensidad durante el embarazo resulta beneficioso tanto para la madre como para el feto.

 

Científicos de dos grupos de investigación de la Universidad granadina han analizado los beneficios del ejercicio de alta intensidad durante el embarazo con un seguimiento durante un año a la deportista María Luisa Baena.

Baena se ha sometido a un entrenamiento de alta intensidad antes de quedarse embarazada y durante la gestación, con disciplinas de entrenamiento como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

La paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de doce derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina y otras variables.

«Su bebé nació a término, en la semana cuarenta de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», ha explicado el profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio, Ángel Gutiérrez Sainz.

Durante el estudio, la deportista se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón y participó en varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros en el tercer trimestre del embarazo.

El investigador de la UGR ha recalcado que el ser humano es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto.

«Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación», ha apuntado Gutiérrez.

Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en la UGR es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada.

Gutiérrez ha abogado por desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo y ha subrayado que una mujer sana sin patologías previas no solo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, «salvo que un médico le indique lo contrario».

«Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional», ha explicado el autor principal de la investigación, en la que también ha participado Olga Ocón, profesora de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada.

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Abierto el plazo para participar en el I Congreso Nacional “Control del fraude fiscal y prevención del blanqueo de capitales”

Se celebrará durante los días 11 y 12 de junio en la Facultad de Ciencias del Trabajo de la UGR

Expertos de toda España participarán durante los días 11 y 12 de junio en el I Congreso Nacional “Control del fraude fiscal y prevención del blanqueo de capitales”, organizado por la Cátedra UGR-BROSETA, que se celebrará en la Facultad de Ciencias del Trabajo. El plazo de inscripción permanece aún abierto.

La reciente situación económica internacional, con una profunda crisis que según ciertos indicadores económicos parece superarse, pero que tan severamente ha castigado a nuestro país, ha llevado al legislador a adoptar importantes medidas en torno a la lucha contra el fraude o elusión fiscal, contra el blanqueo y la evasión de capitales, medidas que afectan no sólo a los «defraudadores» como pudiera parecer, sino a todos los contribuyentes, circunstancia que por sí sola justifica un profundo estudio en la materia.

Se trata de una materia, la lucha contra el fraude fiscal y el blanqueo de capitales, tan compleja como cambiante, con una normativa y transcendencia transnacional que no puede obviarse. Medidas como la limitación establecida sobre los pagos en metálico, combinadas con una criticada regularización fiscal de carácter extraordinario, las obligaciones de informar sobre activos en el extranjero, el endurecimiento de las medidas adoptadas para prevenir ciertas operaciones, que permiten la afloración de patrimonios ocultos, y demás medidas de control y antielusión provocan sinergias que sin duda afectan de manera directa a los investigadores, a los profesionales y otros colaboradores sociales en la gestión de los tributos, a los contribuyentes, a los obligados al suministro de información relevante, a los operadores financieros o a quienes deben velar por aplicar estas normas; funcionarios de la administración civil del Estado, Cuerpos de Seguridad, y miembros del Poder Judicial, Autoridades monetarias, etc.

Los sistemas de pago, cada vez más complejos, las distintas formas de transmisión y liquidación de valores, la creación y existencia de estructuras societarias (algunas interpuestas, a veces con finalidad elusoria o radicadas en territorios ‘offshore’) conforman elementos de la actividad económica y financiera por analizar, constituyendo, en sentido amplio, la infraestructura a través de la cual se movilizan ciertos activos de una economía. Cualquier cambio en su tributación o actividad de control afecta a su gestión y lleva implícitas importantes interacciones con la práctica bancaria, muy especialmente en las obligaciones de cumplimiento normativo impuestas a ciertos operadores.

No podemos olvidar además el aspecto ético de la cuestión, siendo su análisis uno de los objetivos perseguidos por la Cátedra; el fomento de la cultura ética, de la transparencia, de la buena práctica profesional. El actual nivel de conciencia fiscal de los españoles está, sin duda, relacionado con el retorno y la atención que reciben del Estado en forma de servicios públicos, pero también con la calidad y profundidad en la gestión del fraude en general, y con el control del gasto público por parte de la propia Administración. El deseo de allegar recursos al estado por vía tributaria debe gozar, sin embargo, de las garantías constitucionales necesarias, y del respeto a los principios básicos de nuestro sistema tributario. Algunas medidas parecen poner en entredicho dichos valores.

Por otro lado, la repercusión mediática de determinados procesos de investigación judicial, algunos ya sentenciados, han sensibilizado a la sociedad sobre estos asuntos, y ello implica a un buen número de investigadores y profesionales, empresas, agentes financieros, y por supuesto, antes que a ellos, al contribuyente, y al mal contribuyente. Todos ellos se han visto implicados y obligados por los efectos de una nueva normativa que trata de evitar que el sistema financiero pueda ser vulnerable o cómplice de una actividad delictiva como el blanqueo de capitales.

Por todo ello, resulta necesario analizar ciertos aspectos de este entramado de normas desde diversas perspectivas o ramas del conocimiento que pueden verse directamente implicadas en esta labor, como las del Derecho Administrativo, Penal, Tributario, Procesal, Laboral, Mercantil etc. Pero no solo desde el punto de vista jurídico, también resulta necesario estudiar su impacto desde disciplinas tan distintas como la Economía y Contabilidad, la Hacienda Pública, la Seguridad Nacional, y la Sociología incluso.

Todo ello justifica la celebración de un I Congreso que aborde estos temas, para los que la Cátedra se abre a la comunidad, y muy especialmente a la científica, para que participe de los objetivos de su fundación, en un entorno multidisciplinar, contando también con profesionales que representen un amplio abanico de la sociedad implicada y afectada, tanto del sector público como del privado, reflejo de la complejidad de nuestra tarea, conformando un foro, en forma congresual, que nos permita comprender en toda su extensión las claves de la lucha contra el fraude fiscal y el blanqueo de capitales, y su importancia en nuestra sociedad.

 

 

Descargue el programa completo del Congreso.


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Un proyecto piloto demuestra que hacer ejercicio de alta intensidad durante el embarazo es beneficioso tanto para la madre como para el feto

77943 Científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes al grupo de investigación «Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio CTS262» (EFFECTS 262), y «Aspectos avanzados en atención clínica a la mujer CTS515» han llevado a cabo un proyecto piloto de investigación cuyo objetivo ha sido demostrar los enormes beneficios que tiene el ejercicio de alta intensidad durante el embarazo, tanto para el feto como para la madre.

 

Para ello, los investigadores han realizado un seguimiento exhaustivo durante más de un año a una deportista, María Luisa Baena, quien tanto antes de quedarse embarazada como durante toda la gestación se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyó disciplinas como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

La paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de ECG de 12 derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina, RPE y lactacidemia, entre otras variables.

«Su bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», explica Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del departamento de Fisiología de laUniversidad de Granada y autor principal de este estudio.

No en vano, en el período analizado María Luisa, «que se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y se sometió a varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros, incluso durante el tercer trimestre del embarazo».

La mujer embarazada no está enferma

El investigador de la UGR afirma que el ser humano «es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación».

Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en laUGR «es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada.

El profesor Gutiérrez destaca que hay que desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo. «Una mujer sana sin patologías previas no sólo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, salvo que un médico le indique lo contrario. Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional».

María Luisa Baena, que dio a luz hace apenas un mes, ha ido escribiendo un diario durante todo su embarazo, donde ha recogido toda su evolución, los resultados de sus pruebas de esfuerzo y sus sensaciones. En la actualidad, está buscando una editorial para publicarlo en forma de libro.

En esta investigación ha participado también Olga Ocón Hernández, profesora del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada.

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El ejercicio intenso durante el embarazo es beneficioso para la madre y para el feto

77943 Científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes a los grupos de investigación ‘Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio CTS262’ (EFFECTS 262) y ‘Aspectos avanzados en atención clínica a la mujer CTS515’, han llevado a cabo un proyecto piloto de investigación cuyo objetivo ha sido demostrar los enormes beneficios que tiene el ejercicio de alta intensidad durante el embarazo, tanto para el feto como para la madre.

 

Para ello, los investigadores han realizado un seguimiento exhaustivo durante más de un año a una deportista, María Luisa Baena, quien tanto antes de quedarse embarazada como durante toda la gestación se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyó disciplinas como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

Según informa la Universidad de Granada en un comunicado, la paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de ECG de 12 derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina, RPE y lactacidemia, entre otras variables.

«Su bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», explica Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio.

No en vano, en el período analizado María Luisa, «que se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y se sometió a varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros, incluso durante el tercer trimestre del embarazo».

El caso de las leonas

El investigador de la UGR afirma que el ser humano «es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación».

Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en la UGR «es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada».

El profesor Gutiérrez destaca que hay que desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo. «Una mujer sana sin patologías previas no sólo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, salvo que un médico le indique lo contrario. Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional».

María Luisa Baena, que dio a luz hace apenas un mes, ha ido escribiendo un diario durante todo su embarazo, donde ha recogido toda su evolución, los resultados de sus pruebas de esfuerzo y sus sensaciones. En la actualidad, está buscando una editorial para publicarlo en forma de libro.

En esta investigación ha participado también Olga Ocón Hernández, profesora del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada.

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Granada Hoy

Portada: Una campaña dura para afrontar tiempos difíciles

Pág. 3: Lapidario. Lo más leído en la web CONTRA EL CÁNCER DE PIEL

Págs. 28-29: El nuevo rector heredará cuentas con superávit, pero retraso en los pagos

Dos estilos para una Universidad pública

Pág. 33: Campaña de revisiones gratis para prevenir el cáncer de piel

Pág. 38: De clasificación en clasificación, la maldición de la Biología

Pág. 39: El rector inaugura la nueva Escuela de Arquitectura

Homenaje de la UGR al profesor Juan Carlos Orte

Pág. 41: Patentan un semáforo más fácil de arreglar

Pág. 60: Granada Noir abre con ciencia

Pág. 65: Necrológica: D. Juan Carlos Badillo Carrasco. Alumno de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada

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El ejercicio intenso durante el embarazo es beneficioso para la madre y para el feto

77943 Científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes a los grupos de investigación ‘Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio CTS262’ (EFFECTS 262) y ‘Aspectos avanzados en atención clínica a la mujer CTS515’, han llevado a cabo un proyecto piloto de investigación cuyo objetivo ha sido demostrar los enormes beneficios que tiene el ejercicio de alta intensidad durante el embarazo, tanto para el feto como para la madre.

 

Para ello, los investigadores han realizado un seguimiento exhaustivo durante más de un año a una deportista, María Luisa Baena, quien tanto antes de quedarse embarazada como durante toda la gestación se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyó disciplinas como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

Según informa la Universidad de Granada en un comunicado, la paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de ECG de 12 derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina, RPE y lactacidemia, entre otras variables.

«Su bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», explica Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio.

No en vano, en el período analizado María Luisa, «que se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y se sometió a varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros, incluso durante el tercer trimestre del embarazo».

El caso de las leonas

El investigador de la UGR afirma que el ser humano «es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación».

Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en la UGR «es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada».

El profesor Gutiérrez destaca que hay que desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo. «Una mujer sana sin patologías previas no sólo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, salvo que un médico le indique lo contrario. Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional».

María Luisa Baena, que dio a luz hace apenas un mes, ha ido escribiendo un diario durante todo su embarazo, donde ha recogido toda su evolución, los resultados de sus pruebas de esfuerzo y sus sensaciones. En la actualidad, está buscando una editorial para publicarlo en forma de libro.

En esta investigación ha participado también Olga Ocón Hernández, profesora del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada.

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El ejercicio intenso durante el embarazo es beneficioso para la madre y para el feto

77943 Científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes a los grupos de investigación ‘Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio CTS262’ (EFFECTS 262) y ‘Aspectos avanzados en atención clínica a la mujer CTS515’, han llevado a cabo un proyecto piloto de investigación cuyo objetivo ha sido demostrar los enormes beneficios que tiene el ejercicio de alta intensidad durante el embarazo, tanto para el feto como para la madre.

 

Para ello, los investigadores han realizado un seguimiento exhaustivo durante más de un año a una deportista, María Luisa Baena, quien tanto antes de quedarse embarazada como durante toda la gestación se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyó disciplinas como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

Según informa la Universidad de Granada en un comunicado, la paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de ECG de 12 derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina, RPE y lactacidemia, entre otras variables.

«Su bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», explica Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio.

No en vano, en el período analizado María Luisa, «que se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y se sometió a varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros, incluso durante el tercer trimestre del embarazo».

El caso de las leonas

El investigador de la UGR afirma que el ser humano «es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación».

Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en la UGR «es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada».

El profesor Gutiérrez destaca que hay que desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo. «Una mujer sana sin patologías previas no sólo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, salvo que un médico le indique lo contrario. Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional».

María Luisa Baena, que dio a luz hace apenas un mes, ha ido escribiendo un diario durante todo su embarazo, donde ha recogido toda su evolución, los resultados de sus pruebas de esfuerzo y sus sensaciones. En la actualidad, está buscando una editorial para publicarlo en forma de libro.

En esta investigación ha participado también Olga Ocón Hernández, profesora del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada.

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El ejercicio intenso durante el embarazo es beneficioso para la madre y para el feto

77943 Científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes a los grupos de investigación ‘Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio CTS262’ (EFFECTS 262) y ‘Aspectos avanzados en atención clínica a la mujer CTS515’, han llevado a cabo un proyecto piloto de investigación cuyo objetivo ha sido demostrar los enormes beneficios que tiene el ejercicio de alta intensidad durante el embarazo, tanto para el feto como para la madre.

 

Para ello, los investigadores han realizado un seguimiento exhaustivo durante más de un año a una deportista, María Luisa Baena, quien tanto antes de quedarse embarazada como durante toda la gestación se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyó disciplinas como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

Según informa la Universidad de Granada en un comunicado, la paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de ECG de 12 derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina, RPE y lactacidemia, entre otras variables.

«Su bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», explica Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio.

No en vano, en el período analizado María Luisa, «que se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y se sometió a varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros, incluso durante el tercer trimestre del embarazo».

El caso de las leonas

El investigador de la UGR afirma que el ser humano «es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación».

Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en la UGR «es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada».

El profesor Gutiérrez destaca que hay que desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo. «Una mujer sana sin patologías previas no sólo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, salvo que un médico le indique lo contrario. Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional».

María Luisa Baena, que dio a luz hace apenas un mes, ha ido escribiendo un diario durante todo su embarazo, donde ha recogido toda su evolución, los resultados de sus pruebas de esfuerzo y sus sensaciones. En la actualidad, está buscando una editorial para publicarlo en forma de libro.

En esta investigación ha participado también Olga Ocón Hernández, profesora del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada.

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El ejercicio intenso durante el embarazo es beneficioso para la madre y para el feto

77943 Científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes a los grupos de investigación ‘Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio CTS262’ (EFFECTS 262) y ‘Aspectos avanzados en atención clínica a la mujer CTS515’, han llevado a cabo un proyecto piloto de investigación cuyo objetivo ha sido demostrar los enormes beneficios que tiene el ejercicio de alta intensidad durante el embarazo, tanto para el feto como para la madre.

 

Para ello, los investigadores han realizado un seguimiento exhaustivo durante más de un año a una deportista, María Luisa Baena, quien tanto antes de quedarse embarazada como durante toda la gestación se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyó disciplinas como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

Según informa la Universidad de Granada en un comunicado, la paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de ECG de 12 derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina, RPE y lactacidemia, entre otras variables.

«Su bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», explica Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio.

No en vano, en el período analizado María Luisa, «que se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y se sometió a varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros, incluso durante el tercer trimestre del embarazo».

El caso de las leonas

El investigador de la UGR afirma que el ser humano «es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación».

Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en la UGR «es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada».

El profesor Gutiérrez destaca que hay que desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo. «Una mujer sana sin patologías previas no sólo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, salvo que un médico le indique lo contrario. Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional».

María Luisa Baena, que dio a luz hace apenas un mes, ha ido escribiendo un diario durante todo su embarazo, donde ha recogido toda su evolución, los resultados de sus pruebas de esfuerzo y sus sensaciones. En la actualidad, está buscando una editorial para publicarlo en forma de libro.

En esta investigación ha participado también Olga Ocón Hernández, profesora del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada.

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