Resuelto uno de los grandes misterios de la naturaleza: Las Arañas… nadan

78726 Un equipo internacional de científicos, en el que participa la Universidad de Granada, ha revelado un secreto de la naturaleza desconocido hasta la fecha: las arañas no solamente andan, saltan y vuelan, sino que también pueden nadar, lo que explica su omnipresencia en todos los rincones del planeta.

Por primera vez, los investigadores han demostrado que las arañas tienen comportamientos acuáticos que las hacen parecer «auténticos veleros», ya que utilizan sus patas y abdomen para adoptar curiosas posturas que les permiten aprovechar las corrientes de viento para deslizarse sobre la superficie del agua hacia la dirección que desean.

Esta investigación, que publica hoy la revista BMC Evolutionary Biology, es el fruto de una colaboración científica entre Morito Hayashi, ecólogo en el Museo Británico de Historia Natural, Reino Unido, Mohammed Bakkali, genetista en la Universidad de Granada, el fotógrafo profesional de la naturaleza Alexander Hyde (Derbyshire, Reino Unido), y Sara Goodacre, ecóloga en la Universidad de Nottingham, (Reino Unido).

«Esta tolerancia y las habilidades que tienen en el agua es lo que atenúa el riesgo que para estos insectos conlleva volar de esa manera tan descontrolada», apunta el investigador Mohammed Bakkali, del departamento de Genética de la Universidad de Granada y uno de los autores de este trabajo. «Este artículo supone la resolución de uno de los grandes misterios de la naturaleza».

Darwin ya lo anotó durante su viaje en el Beagle

«Todos hemos asistido alguna vez a la impresionante lluvia de telas de araña que, brillantes, parecen caer del cielo y de la nada, como ya anotó Darwin cuando estaba en mitad del océano durante su viaje en el Beagle», explica el científico de la UGR.

La ciencia ya demostró hace tiempo que muchas especies de arañas aprovechan las corrientes de viento para levantar el vuelo y, gracias a la tela que secretan, se elevan y llegan a viajar decenas e incluso cientos de kilómetros. Lo hacen para dispersarse, conquistar nuevos espacios, y buscar nuevos recursos.

«Sin embargo, este peculiar modo de vuelo resultaba desconcertante, debido al gran riesgo que supone para la araña voladora. Al no tener alas, las arañas voladoras lo hacen a merced de las ‘ganas’ del viento. Vuelan en la dirección que el viento tome y su viaje termina cuando el viento pierde fuerza. Este no control de la dirección de vuelo y punto de aterrizaje es el que conlleva riesgo», apunta Bakkali.

Las arañas son animales terrestres y más de dos tercios de la superficie de la tierra son agua. «Al decidir volar, corren un gran riesgo de terminar en océanos (como las que observó Darwin), mares, ríos, lagos, pantanos o charcos. Por lo tanto, la selección natural no debería haber permitido tan arriesgado comportamiento», señala el investigador de la UGR.

«De estar entre nosotros, Darwin estaría satisfecho de ver cómo el misterio de las arañas que le caían en el medio del océano sobre su Beagle también se ajusta a uno de sus grandes descubrimientos: la selección natural», concluye Bakkali.

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El mecanismo que siguen las arañas para poder nadar

78726 Un equipo internacional de científicos, en el que participa la Universidad de Granada, ha revelado un secreto de la naturaleza desconocido hasta la fecha: las arañas no solamente andan, saltan y vuelan, sino que también pueden nadar, lo que explica su omnipresencia en todos los rincones del planeta.

Por primera vez, los investigadores han demostrado que las arañas tienen comportamientos acuáticos que las hacen parecer «auténticos veleros», ya que utilizan sus patas y abdomen para adoptar curiosas posturas que les permiten aprovechar las corrientes de viento para deslizarse sobre la superficie del agua hacia la dirección que desean.

Esta investigación, que hoy publica la prestigiosa revista BMC Evolutionary Biology, es el fruto de una colaboración científica entre el doctor Morito Hayashi (ecólogo en el Museo Británico de Historia Natural, Reino Unido), profesor Mohammed Bakkali (genetista en la Universidad de Granada, España), el fotógrafo profesional de la naturaleza Alexander Hyde (Derbyshire, Reino Unido), y la profesora Sara Goodacre (ecóloga en la Universidad de Nottingham, Reino Unido).

«Esta tolerancia y las habilidades que tienen en el agua es lo que atenúa el riesgo para estos insectos conlleva volar de esa manera tan descontrolada», apunta el investigador Mohammed Bakkali, del departamento de Genética de la Universidad de Granada y uno de los autores de este trabajo. «Este artículo supone la resolución de uno de los grandes misterios de la Naturaleza».

Darwin ya lo anotó durante su viaje en el Beagle

«Todos hemos asistido alguna vez a la impresionante lluvia de telas de araña que, brillantes, parecen caer del cielo y de la nada, como ya anotó Darwin cuando estaba en mitad del océano durante su viaje en el Beagle», explica el científico de la UGR.

La Ciencia ya demostró hace tiempo que muchas especies de arañas aprovechan las corrientes de viento para levantar el vuelo y, gracias a la tela que secretan, se elevan y llegan a viajar decenas e incluso cientos de kilómetros. Lo hacen para dispersarse, conquistar nuevos espacios, y buscar nuevos recursos.

«Sin embargo, este peculiar modo de vuelo resultaba desconcertante, debido al gran riesgo que para la araña voladora supone. Al no tener alas, las arañas voladoras lo hacen a merced de las ‘ganas’ del viento. Vuelan entonces en la dirección que el viento tome y su viaje termina cuando el viento pierde fuerza. Este no control de la dirección de vuelo y punto de aterrizaje es el que conlleva riesgo», apunta Bakkali.

Las arañas son animales terrestres y más de dos tercios de la superficie de la tierra son agua. «Al decidir volar, corren un gran riesgo de terminar en océanos (como las que observó Darwin), mares, ríos, lagos, pantanos, charcos… Por lo tanto, la selección natural no debería haber permitido tan arriesgado comportamiento», señala el investigador de la UGR.

«De estar entre nosotros, Darwin estaría satisfecho de ver cómo el misterio de las arañas que le caían en el medio del océano sobre su Beagle también se ajusta a uno de sus grandes descubrimientos: la selección natural», concluye Bakkali.

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Las arañas también saben nadar

78726Un equipo internacional de científicos ha descubierto que los arácnidos adoptan una serie de posturas que les permite aprovechar las corrientes de aire para deslizarse sobre el agua

 

Las arañas también saben nadar
ALEXANDER HYDE
Las arañas adoptan determinadas posturas para deslizarse sobre la superficie del agua
El ser humano puede encontrar una araña en cualquier continente de la Tierra. Esto es posible gracias a su habilidad para convertir los hilos de seda que segrega en una suerte de paracaídas y recorrer así más de mil kilómetros desde su lugar de origen. Sin embargo, los arácnidos no solo cruzan distancias a través del aire, también lo hacen por el agua.

Así lo afirma un equipo internacional de científicos que ha descubierto que nuestas amigas de ocho patas adoptan diferentes posturas con su abdomen y extremidades para aprovechar las corrientes de aire y deslizarse sobre la superficie del agua hacia la dirección que deseen.

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Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron el comportamiento que tenían 325 arañas adulto de 26 especies distintas en el agua. Descubrieron que los arácnidos mostraban comportamientos acuáticos que les hacía parecer «auténticos veleros» sobre el agua. Uno de los autores del trabajo, el genetista y profesor de la Universidad de Granada (UGR) , Mohammed Bakkali, indica que «esta tolerancia y las habilidades que tienen en el agua es lo que atenúa el riesgo que para estos insectos conlleva volar de esa manera tan descontrolada». Añade que este artículo, publicado en la revista «BMC Evolutionary Biology» supone «la resolución de uno de los grandes misterios de la Naturaleza».

Darwin ya lo anotó

El científico de la UGR ha indicado que el fenómeno de la «lluvia de telas de araña» que parecen caer del cielo « ya lo anotó el naturalista inglés Darwin cuando estaba en mitad del océano durante su viaje a bordo del Beagle». Este peculiar modo de vuelo, afirma el investigador, resultaba desconcertante para los científicos debido al riesgo que supone para la araña voladora. «Al no tener alas, las arañas voladoras lo hacen a merced de las «ganas» del viento. Vuelan en la dirección que el viento tome y su viaje termina cuando este pierde fuerza. No controlar la dirección y punto de aterrizaje es lo que conlleva riesgo», apunta Bakkali.

Las arañas son animales terrestres y más de dos tercios de la superficie de la tierra son agua. «Al decidir volar, corren un gran riesgo de terminar en océanos (como las que observó Darwin), mares, ríos, lagos, pantanos, charcos… Por lo tanto, la selección natural no debería haber permitido tan arriesgado comportamiento», señala el investigador de la UGR.

«De estar entre nosotros, Darwin estaría satisfecho de ver cómo el misterio de las arañas que le caían en el medio del océano sobre su Beagle también se ajusta a uno de sus grandes descubrimientos: la selección natural», concluye Bakkali.

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Las arañas pueden «navegar» sobre el agua como los veleros

78726 Por primera vez, los investigadores han demostrado que las arañas tienen comportamientos acuáticos que las hacen parecer auténticos veleros, ya que utilizan sus patas y abdomen para adoptar curiosas posturas que les permiten aprovechar las corrientes de viento para deslizarse sobre la superficie del agua hacia la dirección que desean.

 

Esta investigación, que publica la revista BMC Evolutionary Biology , es el fruto de una colaboración entre varias instituciones científicas británicas, que han liderado el estudio, y la Universidad de Granada.

«Esta tolerancia y las habilidades que tienen en el agua es lo que atenúa el riesgo que para estos insectos conlleva volar de esa manera tan descontrolada», explica el investigador Mohammed Bakkali, del departamento de Genética de la Universidad de Granada y uno de los autores del estudio. «Este artículo -añade- supone la resolución de uno de los grandes misterios de la naturaleza».

«Todos hemos asistido alguna vez a la impresionante lluvia de telas de araña que, brillantes, parecen caer del cielo y de la nada, como ya anotó Darwin cuando estaba en mitad del océano durante su viaje en el Beagle» , explica el científico.

La ciencia ya demostró hace tiempo que muchas especies de arañas aprovechan las corrientes de viento para levantar el vuelo y, gracias a la tela que secretan, se elevan y llegan a viajar decenas e incluso cientos de kilómetros. Lo hacen para dispersarse, conquistar nuevos espacios, y buscar nuevos recursos.

Las arañas son animales terrestres y más de dos tercios de la superficie de la tierra son agua. «Al decidir volar corren un gran riesgo de terminar en océanos (como las que observó Darwin), mares, ríos, lagos, pantanos o charcos. Por lo tanto, la selección natural no debería haber permitido tan arriesgado comportamiento», señala el investigador de la UGR.

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Las arañas también saben nadar

78726 Un equipo internacional de científicos ha descubierto que los arácnidos adoptan una serie de posturas que les permite aprovechar las corrientes de aire para deslizarse sobre el agua

Alexander Hyde

Las arañas adoptan determinadas posturas para deslizarse sobre la superficie del agua
El ser humano puede encontrar una araña en cualquier continente de la Tierra. Esto es posible gracias a su habilidad para convertir los hilos de seda que segrega en una suerte de paracaídas y recorrer así más de mil kilómetros desde su lugar de origen. Sin embargo, los arácnidos no solo cruzan distancias a través del aire, también lo hacen por el agua.

Así lo afirma un equipo internacional de científicos que ha descubierto que nuestas amigas de ocho patas adoptan diferentes posturas con su abdomen y extremidades para aprovechar las corrientes de aire y deslizarse sobre la superficie del agua hacia la dirección que deseen.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron el comportamiento que tenían 325 arañas adulto de 26 especies distintas en el agua. Descubrieron que los arácnidos mostraban comportamientos acuáticos que les hacía parecer «auténticos veleros» sobre el agua. Uno de los autores del trabajo, el genetista y profesor de la Universidad de Granada (UGR) , Mohammed Bakkali, indica que «esta tolerancia y las habilidades que tienen en el agua es lo que atenúa el riesgo que para estos insectos conlleva volar de esa manera tan descontrolada». Añade que este artículo, publicado en la revista «BMC Evolutionary Biology» supone «la resolución de uno de los grandes misterios de la Naturaleza».

Darwin ya lo anotó

El científico de la UGR ha indicado que el fenómeno de la «lluvia de telas de araña» que parecen caer del cielo « ya lo anotó el naturalista inglés Darwin cuando estaba en mitad del océano durante su viaje a bordo del Beagle». Este peculiar modo de vuelo, afirma el investigador, resultaba desconcertante para los científicos debido al riesgo que supone para la araña voladora. «Al no tener alas, las arañas voladoras lo hacen a merced de las «ganas» del viento. Vuelan en la dirección que el viento tome y su viaje termina cuando este pierde fuerza. No controlar la dirección y punto de aterrizaje es lo que conlleva riesgo», apunta Bakkali.

Las arañas son animales terrestres y más de dos tercios de la superficie de la tierra son agua. «Al decidir volar, corren un gran riesgo de terminar en océanos (como las que observó Darwin), mares, ríos, lagos, pantanos, charcos… Por lo tanto, la selección natural no debería haber permitido tan arriesgado comportamiento», señala el investigador de la UGR.

«De estar entre nosotros, Darwin estaría satisfecho de ver cómo el misterio de las arañas que le caían en el medio del océano sobre su Beagle también se ajusta a uno de sus grandes descubrimientos: la selección natural», concluye Bakkali.

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Sur

Pág. 23: Opinión. José María Domínguez Martínez. Universidades: entre la excelencia y la equidad

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El País

Pág. 21: El gasto por universitario varía en 4.000 euros entre autonomías

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Ideal

Pág. 15: LA MIRILLA. Dando alas a la economía

Buenos Días. Melcjo Sáiz-Pardo. UN TRATO CORDIAL PARA GRANADA

Pág. 65: Agenda:

– Exposiciones:

»La Escuela, el Colegio y el Cuerpode Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos»

‘La sátira no está reñida con la ética’

‘Fotografía, música, danza y ciudad’

‘Elegía sin verso’

‘Hijos de la tierra’

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Granada Hoy

Pág. 15: La UGR recibe una inyección de 25 millones de la deuda pendiente con la Junta

Un asunto sobre la mesa de rectores y Administración

El personal de la Universidad ampliará su horario de verano hasta el 15 de septiembre

Pág. 16: El Instituto de Investigación Sanitaria participa en 306 proyectos

Págs. 22-23: El arte emergente que cobra vida al observarlo

Pág. 47: El gran colofón de los cursos Manuel de Falla

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Los pacientes con párkinson mejoran con 15 minutos de ejercicios

78687 Una sesión de ejercicios manuales de 15 minutos de duración mejora significativamente el movimiento y la destreza de los pacientes con párkinson, lo que tiene efectos beneficiosos en su calidad de vida, pues logran hacer tareas, que antes eran cotidianas, como escribir o abotonarse la ropa, según investigadores de la Universidad de Granada (UGR). 

«Esta intervención se basó en ejercicios manuales, valorándose su repercusión sobre la destreza y la fuerza», explica la profesora Marie Carmen Valenza, del departamento de Fisioterapia de la UGR y autora principal del trabajo. «El objetivo era mejorar el rendimiento de estos parámetros para que pudiera tener una aplicación inmediata en la ejecución de tareas como escribir o abrochar botones».

Según el estudio, esta breve intervención provoca cambios en la calidad del movimiento del brazo, la mano y los dedos en los pacientes con esta enfermedad neurodegenerativa y progresiva, la segunda más prevalente en el mundo después del alzhéimer. Entre los síntomas más característicos del párkinson están los «motores», como el temblor, la bradicinesia (lentitud en el movimiento) y la rigidez, que impactan negativamente en el desempeño funcional de diferentes tareas.

Más autonomía

Además es usual que los enfermos experimenten una disminución de la destreza manual y una mayor debilidad muscular, que van en aumento y merman la calidad de vida, forzando la dependencia. Sin embargo, la fisioterapia y la terapia ocupacional pueden mejorar la calidad de vida, según se demostró en el estudio de los departamentos de Fisioterapia y Enfermería de la Universidad de Granada, realizado en colaboración con la Asociación de Párkinson de Granada.

La investigación se realizó con 60 pacientes con párkinson, de los que 30 actuaron como grupo control y otros 30 se sometieron a la intervención manual de 15 minutos. El resultado fue una mejora en el movimiento del brazo, la mano y los dedos, con el objetivo final de mejorar la realización de las distintas actividades. «Su aplicación será de gran utilidad clínica, ya que los pacientes podrán mejorar la ejecución de tareas que actualmente les son de gran dificultad con tan solo 15 minutos de ejercicios, y pudiendo hacerlo de forma autónoma», concluye la profesora Valenza.

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Mejoran destreza de pacientes con parkinson con simple sesión de ejercicios

78687 Granada, 30 jun (EFE).- Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han demostrado que una simple sesión de ejercicios manuales de 15 minutos de duración mejora significativamente el movimiento y la destreza de los pacientes con parkinson y los ayuda a ejecutar tareas como la escritura o el abotonado.
El parkinson es actualmente la segunda enfermedad neurodegenerativa más prevalente en el mundo, después del alzheimer, y se caracteriza por ser progresiva y tener una evolución muy heterogénea, ha detallado la institución académica.
La clínica de esta enfermedad se caracteriza por presentar síntomas motores y no motores y, entre los primeros, se encuentran el temblor, la bradicinesia -lentitud en el movimiento- y la rigidez, que impactan negativamente en el desempeño funcional de diferentes tareas.
Adicionalmente, los pacientes con parkinson experimentan frecuentemente una disminución de la destreza manual y debilidad muscular y la progresión de estos síntomas clínicos durante la enfermedad provoca dificultad en la realización de las actividades de la vida diaria.
Pese a que son numerosas las propuestas terapéuticas para los pacientes con esta enfermedad, nuevas aproximaciones desde la fisioterapia y la terapia ocupacional son indispensables para mejorar la calidad de vida de esta población.
En su estudio, los científicos pertenecientes a los departamentos de Fisioterapia y Enfermería han contado con la colaboración de la Asociación de Parkinson de Granada.
El trabajo se ha llevado a cabo con 60 pacientes con parkinson, de los que 30 actuaron como grupo control y otros 30 se sometieron a la intervención diseñada.
Los investigadores plantearon una intervención breve, de apenas 15 minutos, para provocar cambios en la calidad del movimiento del brazo, la mano y los dedos, con el objetivo final de mejorar la realización de las distintas actividades.
«Esta intervención se basó en ejercicios manuales, valorándose su repercusión sobre la destreza y la fuerza. El objetivo era mejorar el rendimiento de estos parámetros para que pudiera tener una aplicación inmediata en la ejecución de tareas como escribir o abrochar botones», ha explicado la autora principal de este trabajo, la profesora del departamento de Fisioterapia de la UGR Mari Carmen Valenza.
Los pacientes que participaron en el proyecto fueron evaluados antes y después de la intervención, y los parámetros de movimiento, velocidad, destreza y fuerza evaluados mejoraron significativamente.
La investigadora ha destacado que estos resultados serán «de gran utilidad clínica», ya que los pacientes podrán mejorar la ejecución de tareas que actualmente les son de gran dificultad con tan solo 15 minutos de ejercicios, y pudiendo hacerlo de forma autónoma.
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Los pacientes con párkinson mejoran con 15 minutos de ejercicios

78687 A partir de una técnica sencilla y breve ganan fuerza en las extremidades y pueden comenzar a hacer tareas como escribir o abotonarse, con lo que mejora su calidad de vida
REDACCIÓN | GRANADA@SALUDREVISTA

Una sesión de ejercicios manuales de 15 minutos de duración mejora significativamente el movimiento y la destreza de los pacientes con párkinson, lo que tiene efectos beneficiosos en su calidad de vida, pues logran hacer tareas, que antes eran cotidianas, como escribir o abotonarse la ropa, según investigadores de la Universidad de Granada (UGR).

«Esta intervención se basó en ejercicios manuales, valorándose su repercusión sobre la destreza y la fuerza», explica la profesora Marie Carmen Valenza, del departamento de Fisioterapia de la UGR y autora principal del trabajo. «El objetivo era mejorar el rendimiento de estos parámetros para que pudiera tener una aplicación inmediata en la ejecución de tareas como escribir o abrochar botones».

Según el estudio, esta breve intervención provoca cambios en la calidad del movimiento del brazo, la mano y los dedos en los pacientes con esta enfermedad neurodegenerativa y progresiva, la segunda más prevalente en el mundo después del alzhéimer. Entre los síntomas más característicos del párkinson están los «motores», como el temblor, la bradicinesia (lentitud en el movimiento) y la rigidez, que impactan negativamente en el desempeño funcional de diferentes tareas.

Más autonomía

Además es usual que los enfermos experimenten una disminución de la destreza manual y una mayor debilidad muscular, que van en aumento y merman la calidad de vida, forzando la dependencia. Sin embargo, la fisioterapia y la terapia ocupacional pueden mejorar la calidad de vida, según se demostró en el estudio de los departamentos de Fisioterapia y Enfermería de la Universidad de Granada, realizado en colaboración con la Asociación de Párkinson de Granada.

La investigación se realizó con 60 pacientes con párkinson, de los que 30 actuaron como grupo control y otros 30 se sometieron a la intervención manual de 15 minutos. El resultado fue una mejora en el movimiento del brazo, la mano y los dedos, con el objetivo final de mejorar la realización de las distintas actividades. «Su aplicación será de gran utilidad clínica, ya que los pacientes podrán mejorar la ejecución de tareas que actualmente les son de gran dificultad con tan solo 15 minutos de ejercicios, y pudiendo hacerlo de forma autónoma», concluye la profesora Valenza.

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