La Universidad de Granada (UGR) trabaja ya en poner en marcha un sistema de mecenazgo que permita que tanto particulares como empresas e instituciones hagan aportaciones para financiar tanto los proyectos de investigación que lleva a cabo la institución como los costes que conlleva estudiar en la UGR. El modelo de patrocinio, que aún no ha sido aprobado por la Universidad, comenzó a diseñarse el pasado curso, y se prevé que empiece a funcionar en el que está a punto de comenzar.
La puesta en marcha de este sistema de patrocinio tiene su origen en la necesidad, según fuentes de la propia UGR, de una nueva orientación en el modelo. En cualquier caso, no se trata de empezar de cero, por cuanto que la Universidad de Granada ya cuenta con un sistema que permite la colaboración con empresas, como, por ejemplo, ocurre con las prácticas de estudiantes. Sin embargo, este nuevo proyecto iría más allá, ya que se podrá participar en la financiación de investigaciones -de hecho, nace dentro de las medidas puestas en marcha para sufragar el trabajo científico de la Universidad- o de los gastos de los propios universitarios.
Las acciones de los mecenas de la UGR no están restringidas a las aportaciones económicas. Tanto particulares como empresas e instituciones podrán participar de la vida universitaria con otro tipo de aportaciones, como la cesión de instalaciones o materiales. «Hay un amplio abanico», señalan desde la institución.
La implantación de este modelo se inspira en el sistema que ya funciona en universidades anglosajonas, aunque desde la UGR se insiste en que se quiere fomentar «un modelo propio» adaptado a las necesidades de Granada «sin copiar» la estructura que ya funciona en Estados Unidos.
La UGR no es la primera universidad andaluza que pondrá en marcha una red de financiación de estas características. En Málaga -donde su rectora, Adelaida de la Calle, puso el tema del mecenazgo sobre la mesa la semana pasada- las personas o empresas que participen en el programa podrán acogerse a deducciones fiscales con un 25% de rebaja de la cuota del IRPF o de un 35% de descuento en el impuesto de sociedades. Los mecenas que colaboren con la iniciativa de la UMA -que irán destinadas a estudiantes sin recursos económicos, mientras que en el caso de la UGR se prevé que los fondos lleguen a otros ámbitos, como la investigación- también tendrán acceso a los servicios universitarios, como bibliotecas, y a la expedición de una acreditación.
Otra de las notables diferencias entre la propuesta de la rectora de la UMA y la iniciativa de la UGR es que la primera se plantea como una «medida transitoria», según explicó De la Calle el pasado jueves. En la UGR lo que se pretende es un nuevo modelo que permita buscar nuevos fondos de financiación.
Por otro lado, la Universidad de Granada cuenta con sus propias becas de acción social que permiten prestar ayuda económica en aquellos casos en los que el estudiante no haya podido acceder a una beca del Ministerio de Educación (MEC). Precisamente, el endurecimiento de los requisitos para acceder a una ayuda del MEC es uno de los motivos que sustentan la iniciativa propuesta la pasada semana por De la Calle, que es también presidenta de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE).
La UGR ya aumentó sustancialmente los fondos destinados a ayudas sociales el pasado curso, cuando presupuestó 250.000 euros para esta partida. Esta cuantía permitió otorgar ayudas por valor de 400 euros a 624 estudiantes de la institución académica granadina. El Plan Propio de Becas y Ayudas al Estudio se reforzó «ante las dificultares reales para el estudio» que detectó la Universidad, según expuso la vicerrectora de Estudiantes, Rosa María García. El plan, dotado con 2,5 millones, cuenta con 17 programas. Los más destacados son los que ayudan a pagar matrícula, comedor, másteres oficiales o material.
