I Congreso internacional “El terrorismo del siglo XXI”, en la UGR

El I Congreso internacional «El terrorismo del siglo XXI» se celebrará en la Universidad de Granada durante el jueves 10 y el viernes 11 de octubre, con la participación de conferenciantes procedentes de Estados Unidos, México, Rusia, Polonia y España.

Está organizado por el Área de Filología Eslava del Dpto. de Filología Griega y Eslava, y Bucknell University (Lewisburg, Estado de Pennsylvania, Estados Unidos, Programa «Bucknell en España»), en colaboración con el Instituto de la Paz y los Conflictos, el Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología, y el Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad de Granada. Patrocinado por el Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Deporte de la UGR.

Inauguración: Jueves, 10 de octubre, a las 9.30 h. en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras, con la intervención de Mª José Sánchez Montes, directora del Secretariado de Extensión Universitaria, y Mª José Cano, directora del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada.

La conferencia inaugural será impartida por Miguel Ángel Cano Paños, del Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología.

Según explican los organizadores, se pretende que el I Congreso Internacional sobre megaterrorismo «contribuya a profundizar en la sociedad que se ha ido modelando en este tiempo, más de una década después de los atentados de 2001, y un lustro desde la eclosión de la crisis económica. El horizonte teórico del Congreso no estaría completo sin contar con las aportaciones artísticas de diversa índole que han tratado de explicar la percepción del riesgo por parte de los integrantes de la sociedad».

Las ponencias y comunicaciones se organizan en torno a tres líneas de investigación:
• Terrorismo a la luz de filosofía de los problemas globales.
• El terrorismo desde la visión de la Cultura de la Paz.
• La mirada narrativa, artística y teatral sobre el terrorismo y la violencia.
• Mesa redonda: «Meditaciones sobre la democracia y la nomocracia islámica».

Comité de honor: Javier Jordán, profesor titular de Ciencias Políticas y de la Administración, Universidad de Granada; Fernando Reinares, catedrático de Ciencias Políticas, Universidad Rey Juan Carlos; Ricardo Martín de la Guardia, catedrático en Historia Contemporánea, Instituto de Estudios Europeos; Melchor Miralles Sangro, periodista.

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Demuestran existencia de una especie de ‘terremotos’ en la actividad cerebral

Este trabajo, del que ha informado la Universidad de Granada (UGR), podría ayudar a entender con más profundidad la conexión entre estructura y dinámica del cerebro y a avanzar en la comprensión que los cerebros humanos tienen de sí mismos.

Paolo Moretti y Miguel Ángel Muñoz, del grupo de investigación en Física Estadística y de los Sistemas Complejos de la UGR e investigadores del Instituto Carlos I de Física Teórica y Computacional, han arrojado nueva luz sobre el enigma científico de cómo la estructura del cerebro -enmarañado tejido de sus interconexiones- condiciona y afecta la actividad de las neuronas a nivel global.

Los científicos recuerdan que, en los últimos años, diversas investigaciones han permitido obtener una ingente cantidad de información sobre dos aspectos distintos y complementarios del cerebro humano: cómo es el diseño de la red de conexiones neuronales que constituyen el cableado estructural cerebral y cuáles son los mapas de actividad neuronal en sus distintas partes.

Este último descubrimiento ha sido posible gracias a mediciones de distinta naturaleza (magnetoencelografía, resonancia magnética funcional o potenciales de campos locales) que permiten obtener dichos mapas.

Muñoz, catedrático de Física Teórica y Computacional, ha explicado que, con el uso de una sencilla analogía, es como si se tuviera a nuestra disposición por un lado un detallado atlas de carreteras y, por otro, un mapa del tráfico en distintos y determinados momentos del día.

Los científicos han empleado el mapa de las conexiones cerebrales más preciso elaborado hasta la fecha, llevado a cabo por el profesor Sporns, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos).

Usando como soporte la arquitectura de dicha red de interconexiones (red de carreteras), los investigadores utilizaron modelos matemático-computacionales relativamente sencillos para analizar cómo la actividad neuronal se propaga por la red, siguiendo con la analogía del tráfico como éste fluye en distintas condiciones.

Los modelos analizados dan lugar de forma natural a la presencia de avalanchas de actividad, con propiedades muy «curiosas e interesantes», en absoluto triviales.

«Estos episodios de actividad o ‘avalanchas’ no podemos compararlos con el ejemplo del tráfico, porque para ello debería ocurrir que los coches, en un punto, pudiesen desdoblarse en varios y multiplicarse o evaporarse», ha señalado Muñoz, que lo compara con los terremotos o episodios de actividad sísmica que, a mayor o menor escala, continuamente perturban la superficie de la tierra.

Los episodios de actividad neuronal constituyen un mecanismo para entender cómo la información codificada en las neuronas viaja de un lugar a otro del cerebro y hace así posible la integración de toda la información, dando coherencia al sistema.

En el trabajo se demuestra, mediante cálculos matemáticos y el uso extensivo de simulaciones computacionales, que las avalanchas de actividad aparecen en el cerebro con una variabilidad enorme de tamaños y formas óptimas, ni exclusivamente pequeñas, ni sistemáticamente grandes. EFEfuturo

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Demuestran la existencia de una especie de “terremotos” en la actividad cerebral

68047 Científicos españoles han descrito de manera minuciosa cómo la arquitectura de conexiones del cerebro humano controla la actividad neuronal y han demostrado que se producen continuamente pequeñas «avalanchas» o «terremotos» de actividad, con una variabilidad enorme de tamaños y formas.

Este trabajo, del que ha informado hoy la Universidad de Granada (UGR), podría ayudar a entender con más profundidad la conexión entre estructura y dinámica del cerebro y a avanzar en la comprensión que los cerebros humanos tienen de sí mismos.

Paolo Moretti y Miguel Ángel Muñoz, del grupo de investigación en Física Estadística y de los Sistemas Complejos de la UGR e investigadores del Instituto Carlos I de Física Teórica y Computacional, han arrojado nueva luz sobre el enigma científico de cómo la estructura del cerebro -enmarañado tejido de sus interconexiones- condiciona y afecta la actividad de las neuronas a nivel global.

Los científicos recuerdan que, en los últimos años, diversas investigaciones han permitido obtener una ingente cantidad de información sobre dos aspectos distintos y complementarios del cerebro humano: cómo es el diseño de la red de conexiones neuronales que constituyen el cableado estructural del cerebro y cuáles son los mapas de actividad neuronal en sus distintas partes.

Proteus cerebro 1Este último descubrimiento ha sido posible gracias a mediciones de distinta naturaleza (magnetoencelografía, resonancia magnética funcional o potenciales de campos locales) que permiten obtener dichos mapas.

Muñoz, catedrático de Física Teórica y Computacional, ha explicado que, con el uso de una sencilla analogía, es como si se tuviera a nuestra disposición por un lado un detallado atlas de carreteras y, por otro, un mapa del tráfico en distintos y determinados momentos del día.

Los científicos han empleado el mapa de las conexiones cerebrales más preciso elaborado hasta la fecha, llevado a cabo por el profesor Sporns, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos).

Usando como soporte la arquitectura de dicha red de interconexiones (red de carreteras), los investigadores utilizaron modelos matemático-computacionales relativamente sencillos para analizar cómo la actividad neuronal se propaga por la red, siguiendo con la analogía del tráfico como éste fluye en distintas condiciones.

Los modelos analizados dan lugar de forma natural a la presencia de avalanchas de actividad, con propiedades muy «curiosas e interesantes», en absoluto triviales.

«Estos episodios de actividad o ‘avalanchas’ no podemos compararlos con el ejemplo del tráfico, porque para ello debería ocurrir que los coches, en un punto, pudiesen desdoblarse en varios y multiplicarse o evaporarse», ha señalado Muñoz, que lo compara con los terremotos o episodios de actividad sísmica que, a mayor o menor escala, continuamente perturban la superficie de la tierra.

Los episodios de actividad neuronal constituyen un mecanismo para entender cómo la información codificada en las neuronas viaja de un lugar a otro del cerebro y hace así posible la integración de toda la información, dando coherencia al sistema.

En el trabajo se demuestra, mediante cálculos matemáticos y el uso extensivo de simulaciones computacionales, que las avalanchas de actividad aparecen en el cerebro con una variabilidad enorme de tamaños y formas óptimas, ni exclusivamente pequeñas, ni sistemáticamente grandes.

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Científicos demuestran que hay pequeños «terremotos» en la actividad cerebral

68047 Científicos españoles han descrito de manera minuciosa cómo la arquitectura de conexiones del cerebro humano controla la actividad neuronal y han demostrado que se producen continuamente pequeñas «avalanchas» o «terremotos» de actividad, con una variabilidad enorme de tamaños y formas.

Este trabajo, del que ha informado hoy la Universidad de Granada (UGR), podría ayudar a entender con más profundidad la conexión entre estructura y dinámica del cerebro y a avanzar en la comprensión que los cerebros humanos tienen de sí mismos.

Paolo Moretti y Miguel Ángel Muñoz, del grupo de investigación en Física Estadística y de los Sistemas Complejos de la UGR e investigadores del Instituto Carlos I de Física Teórica y Computacional, han arrojado nueva luz sobre el enigma científico de cómo la estructura del cerebro -enmarañado tejido de sus interconexiones- condiciona y afecta la actividad de las neuronas a nivel global.

Los científicos recuerdan que, en los últimos años, diversas investigaciones han permitido obtener una ingente cantidad de información sobre dos aspectos distintos y complementarios del cerebro humano: cómo es el diseño de la red de conexiones neuronales que constituyen el cableado estructural del cerebro y cuáles son los mapas de actividad neuronal en sus distintas partes.

Este último descubrimiento ha sido posible gracias a mediciones de distinta naturaleza (magnetoencelografía, resonancia magnética funcional o potenciales de campos locales) que permiten obtener dichos mapas.

Muñoz, catedrático de Física Teórica y Computacional, ha explicado que, con el uso de una sencilla analogía, es como si se tuviera a nuestra disposición por un lado un detallado atlas de carreteras y, por otro, un mapa del tráfico en distintos y determinados momentos del día.

Los científicos han empleado el mapa de las conexiones cerebrales más preciso elaborado hasta la fecha, llevado a cabo por el profesor Sporns, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos).

Usando como soporte la arquitectura de dicha red de interconexiones (red de carreteras), los investigadores utilizaron modelos matemático-computacionales relativamente sencillos para analizar cómo la actividad neuronal se propaga por la red, siguiendo con la analogía del tráfico como éste fluye en distintas condiciones.

Los modelos analizados dan lugar de forma natural a la presencia de avalanchas de actividad, con propiedades muy «curiosas e interesantes», en absoluto triviales.

«Estos episodios de actividad o ‘avalanchas’ no podemos compararlos con el ejemplo del tráfico, porque para ello debería ocurrir que los coches, en un punto, pudiesen desdoblarse en varios y multiplicarse o evaporarse», ha señalado Muñoz, que lo compara con los terremotos o episodios de actividad sísmica que, a mayor o menor escala, continuamente perturban la superficie de la tierra.

Los episodios de actividad neuronal constituyen un mecanismo para entender cómo la información codificada en las neuronas viaja de un lugar a otro del cerebro y hace así posible la integración de toda la información, dando coherencia al sistema.

En el trabajo se demuestra, mediante cálculos matemáticos y el uso extensivo de simulaciones computacionales, que las avalanchas de actividad aparecen en el cerebro con una variabilidad enorme de tamaños y formas óptimas, ni exclusivamente pequeñas, ni sistemáticamente grandes.

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Científicos españoles demuestran que en el cerebro se producen «terremotos» de actividad neuronal

68047 Científicos españoles han descrito de manera minuciosa cómo la arquitectura de conexiones del cerebro humano controla la actividad neuronal, demostrando que en él se producen continuamente pequeñas «avalanchas» o «terremotos» de actividad, con una variabilidad enorme de tamaños y formas óptimas, ni exclusivamente pequeñas, ni sistemáticamente grandes.

Su trabajo, que podría ayudar a entender con más profundidad la conexión entre estructura y dinámica del cerebro y a avanzar en la comprensión que los cerebros humanos tienen de sí mismos, se publica esta semana en la prestigiosa revista ‘Nature Communications’.

Paolo Moretti y Miguel Ángel Muñoz, investigadores del Instituto Carlos I de Física Teórica y Computacional y del grupo de investigación en Física Estadística y de los Sistemas Complejos de la Universidad de Granada (UGR), han arrojado nueva luz sobre el enigma científico de cómo la estructura del cerebro –es decir los detalles del enmarañado tejido de sus interconexiones– condiciona y afecta la actividad de las neuronas a nivel global, influenciando, por tanto, los procesos sensoriales y cognitivos.

Según informa la UGR en un comunicado, en los últimos años, diversas investigaciones han permitido obtener una ingente cantidad de información sobre dos aspectos distintos y complementarios del cerebro humano: cómo es el diseño de la intrincada red de conexiones neuronales que constituyen el cableado estructural del cerebro, y cuáles son los mapas de actividad neuronal en distintas partes del cerebro, a distintas escalas de observación, durante la realización de distintas tareas sencillas o en reposo.

Este último descubrimiento ha sido posible gracias a mediciones de distinta naturaleza (magnetoencelografía, resonancia magnética funcional, o potenciales de campos locales) que permiten obtener dichos mapas.

Como explica Miguel Ángel Muñoz, catedrático de Física Teórica y Computacional de la UGR, «utilizando una sencilla analogía es como si tuviéramos a nuestra disposición, por un lado, un detallado atlas de carreteras, y por otro, un mapa del tráfico en distintos y determinados momentos del día».

EL MAPA DE CONEXIONES MÁS PRECISO

Los científicos granadinos han empleado el mapa de las conexiones cerebrales más preciso elaborado hasta la fecha, llevado a cabo por el profesor Sporns, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos). Usando como soporte la arquitectura de dicha red de interconexiones (la red de carreteras), los investigadores del Instituto Carlos I utilizaron modelos matemático-computacionales relativamente sencillos para analizar cómo la actividad neuronal se propaga por la red (esto es, siguiendo con la analogía del tráfico, como éste fluye en distintas condiciones).

Los modelos analizados en la UGR dan lugar de forma natural a la presencia de avalanchas de actividad, con propiedades muy curiosas e interesantes, en absoluto triviales. «Estos episodios de actividad o ‘avalanchas’ no podemos compararlos con el ejemplo del tráfico, porque para ello debería ocurrir que los coches, en un punto, pudiesen desdoblarse en varios y multiplicarse o evaporarse –explica Muñoz–. Por el contrario, se parecen a los terremotos o episodios de actividad sísmica que, a mayor o menor escala, continuamente perturban la superficie de la tierra, y que en un proceso de cascada desencadenan avalanchas sísmicas de gran variabilidad. Los episodios de actividad neuronal constituyen un mecanismo para entender cómo la información codificada en las neuronas viaja de un lugar a otro del cerebro, haciendo así posible la integración de toda la información, dando coherencia al sistema».

En el artículo publicado en ‘Nature Communications’ se demuestra, mediante cálculos matemáticos y el uso extensivo de simulaciones computacionales en el superordenador Proteus del Instituto Carlos I, que las avalanchas de actividad aparecen en el cerebro con una variabilidad enorme de tamaños y formas óptimas, ni exclusivamente pequeñas, ni sistemáticamente grandes.

«Si las avalanchas fuesen demasiado breves, la información codificada en ellas no podría viajar de una parte a otra del cerebro y no habría una coherencia suficiente para las operaciones cognitivas. Por otro lado, si las avalanchas fuesen siempre demasiado intensas, el cerebro estaría en un estado perpetuo de terremoto devastador, o dicho con algo más de precisión, en un estado de perpetua actividad epiléptica. Ambas posibilidades serían nefastas para el correcto funcionamiento del cerebro y ambas se pueden relacionar con patologías mentales», apuntan los autores.

A la luz de los resultados de este trabajo, la dinámica de las redes neuronales sanas parece operar justo en un punto crítico, en el límite entre los dos estados anteriores: la actividad se propaga de forma marginal, pudiendo llegar a todas partes pero sin sobresaturar el sistema, con un delicado balance de avalanchas pequeñas y grandes, de todas las escalas posibles. Moretti y Muñoz han demostrado que la arquitectura del cerebro a gran escala –que tiene una estructura organizada en distintas capas en modo jerárquico– es tal que hace que sea mucho más sencillo alcanzar este estado de avalanchas críticas de lo que se pensaba hasta el momento.

Este trabajo ha sido financiado por la Junta de Andalucía mediante un Proyecto de Excelencia y está auspiciado por el Campus de Excelencia Internacional (CEI) Biotic de la UGR.

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Abierto el plazo de inscripción en el “II Ciclo de Cine y Medicina”

Se podrán obtener 3 créditos de libre configuración

Dirigido por el profesor Blas Gil Extremera, se celebrará del 23 de octubre de 2013 al 21 de mayo de 2014, en el Aula Magna de la Facultad de Medicina

12 películas constituyen el “II Ciclo de Cine y Medicina” que se celebrará del 23 de octubre de 2013 al 21 de mayo de 2014, en el Aula Magna de la Facultad de Medicina.

Propuesto por el Departamento de Medicina de la UGR, el ciclo está dirigido por el profesor Blas Gil Extremera, catedrático de Medicina y autor de libros relacionados con los aspectos humanísticos de la Medicina, como “Enfermos Ilustres”, en los que desde la enfermedad se llega a la creación artística.

Tendrá lugar en el Aula Magna de la Facultad de Medicina, en 12 sesiones (el 80% de la asistencia se convalidará por 3 créditos de libre configuración), con un programa en el que se tratarán, desde el punto de vista del séptimo arte, temas universales de la enfermedad y aspectos sociales como el alcoholismo, la igualdad, etc.

La inscripción ha de hacerse en el Departamento de Medicina. Las plazas, limitadas al aforo del recinto, se concederán por orden de presentación.

El ciclo, organizado por el Departamento de Medicina, con la colaboración de la Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental y la Facultad de Medina de la UGR, cuenta con el siguiente programa:

  • 23 de octubre de 2013: “Alguien voló sobre el nido del cuco” (psicopatía).
  • 6 de noviembre de 2013: “Amarga victoria” (tumor cerebral).
  • 27 de noviembre de 2013: “Más poderoso que la vida” (cortisona).
  • 11 de diciembre de 2013: “Ansias de vivir” (esclerosis múltiple).
  • 22 de enero de 2014: “Buenos días, tristeza” (complejo de Edipo).
  • 26 de febrero de 2014: “Calle mayor” (abandono).
  • 12 de marzo de 2014: “La carta” (crimen pasional).
  • 26 de marzo de 2014: “El hijo de la novia” (demencia).
  • 2 de abril de 2014: “El gran carnaval” (alcoholismo).
  • 23 de abril de 2014: “Love Story” (leucemia).
  • 7 de mayo de 2014: “Historias de la radio” (cardiopatía).
  • 21 de mayo de 2014: “Cautivos del mal” (tabaquismo).

Contacto: Profesor Blas Gil Extremera. Director del ciclo. Departamento de Medicina. Universidad de Granada. Tfn.: 958 249081. Correo electrónico: blasgil@ugr.es

 

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Científicos españoles demuestran que en el cerebro se producen «terremotos» de actividad neuronal

68047 ientíficos españoles han descrito de manera minuciosa cómo la arquitectura de conexiones del cerebro humano controla la actividad neuronal, demostrando que en él se producen continuamente pequeñas «avalanchas» o «terremotos» de actividad, con una variabilidad enorme de tamaños y formas óptimas, ni exclusivamente pequeñas, ni sistemáticamente grandes. Su trabajo, que podría ayudar a entender con más profundidad la conexión entre estructura y dinámica del cerebro y a avanzar en la comprensión que los cerebros humanos tienen de sí mismos, se publica esta semana en la prestigiosa revista ‘Nature Communications’. Paolo Moretti y Miguel Ángel Muñoz, investigadores del Instituto Carlos I de Física Teórica y Computacional y del grupo de investigación en Física Estadística y de los Sistemas Complejos de la Universidad de Granada (UGR), han arrojado nueva luz sobre el enigma científico de cómo la estructura del cerebro —es decir los detalles del enmarañado tejido de sus interconexiones— condiciona y afecta la actividad de las neuronas a nivel global, influenciando, por tanto, los procesos sensoriales y cognitivos. Según informa la UGR en un comunicado, en los últimos años, diversas investigaciones han permitido obtener una ingente cantidad de información sobre dos aspectos distintos y complementarios del cerebro humano: cómo es el diseño de la intrincada red de conexiones neuronales que constituyen el cableado estructural del cerebro, y cuáles son los mapas de actividad neuronal en distintas partes del cerebro, a distintas escalas de observación, durante la realización de distintas tareas sencillas o en reposo. Este último descubrimiento ha sido posible gracias a mediciones de distinta naturaleza (magnetoencelografía, resonancia magnética funcional, o potenciales de campos locales) que permiten obtener dichos mapas. Como explica Miguel Ángel Muñoz, catedrático de Física Teórica y Computacional de la UGR, «utilizando una sencilla analogía es como si tuviéramos a nuestra disposición, por un lado, un detallado atlas de carreteras, y por otro, un mapa del tráfico en distintos y determinados momentos del día». El mapa de conexiones más preciso Los científicos granadinos han empleado el mapa de las conexiones cerebrales más preciso elaborado hasta la fecha, llevado a cabo por el profesor Sporns, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos). Usando como soporte la arquitectura de dicha red de interconexiones (la red de carreteras), los investigadores del Instituto Carlos I utilizaron modelos matemático-computacionales relativamente sencillos para analizar cómo la actividad neuronal se propaga por la red (esto es, siguiendo con la analogía del tráfico, como éste fluye en distintas condiciones). Los modelos analizados en la UGR dan lugar de forma natural a la presencia de avalanchas de actividad, con propiedades muy curiosas e interesantes, en absoluto triviales. «Estos episodios de actividad o ‘avalanchas’ no podemos compararlos con el ejemplo del tráfico, porque para ello debería ocurrir que los coches, en un punto, pudiesen desdoblarse en varios y multiplicarse o evaporarse —explica Muñoz—. Por el contrario, se parecen a los terremotos o episodios de actividad sísmica que, a mayor o menor escala, continuamente perturban la superficie de la tierra, y que en un proceso de cascada desencadenan avalanchas sísmicas de gran variabilidad. Los episodios de actividad neuronal constituyen un mecanismo para entender cómo la información codificada en las neuronas viaja de un lugar a otro del cerebro, haciendo así posible la integración de toda la información, dando coherencia al sistema». En el artículo publicado en ‘Nature Communications’ se demuestra, mediante cálculos matemáticos y el uso extensivo de simulaciones computacionales en el superordenador Proteus del Instituto Carlos I, que las avalanchas de actividad aparecen en el cerebro con una variabilidad enorme de tamaños y formas óptimas, ni exclusivamente pequeñas, ni sistemáticamente grandes. «Si las avalanchas fuesen demasiado breves, la información codificada en ellas no podría viajar de una parte a otra del cerebro y no habría una coherencia suficiente para las operaciones cognitivas. Por otro lado, si las avalanchas fuesen siempre demasiado intensas, el cerebro estaría en un estado perpetuo de terremoto devastador, o dicho con algo más de precisión, en un estado de perpetua actividad epiléptica. Ambas posibilidades serían nefastas para el correcto funcionamiento del cerebro y ambas se pueden relacionar con patologías mentales», apuntan los autores. A la luz de los resultados de este trabajo, la dinámica de las redes neuronales sanas parece operar justo en un punto crítico, en el límite entre los dos estados anteriores: la actividad se propaga de forma marginal, pudiendo llegar a todas partes pero sin sobresaturar el sistema, con un delicado balance de avalanchas pequeñas y grandes, de todas las escalas posibles. Moretti y Muñoz han demostrado que la arquitectura del cerebro a gran escala —que tiene una estructura organizada en distintas capas en modo jerárquico— es tal que hace que sea mucho más sencillo alcanzar este estado de avalanchas críticas de lo que se pensaba hasta el momento. Este trabajo ha sido financiado por la Junta de Andalucía mediante un Proyecto de Excelencia y está auspiciado por el Campus de Excelencia Internacional (CEI) Biotic de la UGR.

 

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1942774/0/#xtor=AD-15&xts=467263

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Científicos españoles demuestran que en el cerebro se producen «terremotos» de actividad neuronal

68047 ientíficos españoles han descrito de manera minuciosa cómo la arquitectura de conexiones del cerebro humano controla la actividad neuronal, demostrando que en él se producen continuamente pequeñas «avalanchas» o «terremotos» de actividad, con una variabilidad enorme de tamaños y formas óptimas, ni exclusivamente pequeñas, ni sistemáticamente grandes.

Su trabajo, que podría ayudar a entender con más profundidad la conexión entre estructura y dinámica del cerebro y a avanzar en la comprensión que los cerebros humanos tienen de sí mismos, se publica esta semana en la prestigiosa revista ‘Nature Communications’.

Paolo Moretti y Miguel Ángel Muñoz, investigadores del Instituto Carlos I de Física Teórica y Computacional y del grupo de investigación en Física Estadística y de los Sistemas Complejos de la Universidad de Granada (UGR), han arrojado nueva luz sobre el enigma científico de cómo la estructura del cerebro –es decir los detalles del enmarañado tejido de sus interconexiones– condiciona y afecta la actividad de las neuronas a nivel global, influenciando, por tanto, los procesos sensoriales y cognitivos.

Según informa la UGR en un comunicado, en los últimos años, diversas investigaciones han permitido obtener una ingente cantidad de información sobre dos aspectos distintos y complementarios del cerebro humano: cómo es el diseño de la intrincada red de conexiones neuronales que constituyen el cableado estructural del cerebro, y cuáles son los mapas de actividad neuronal en distintas partes del cerebro, a distintas escalas de observación, durante la realización de distintas tareas sencillas o en reposo.

Este último descubrimiento ha sido posible gracias a mediciones de distinta naturaleza (magnetoencelografía, resonancia magnética funcional, o potenciales de campos locales) que permiten obtener dichos mapas.

Como explica Miguel Ángel Muñoz, catedrático de Física Teórica y Computacional de la UGR, «utilizando una sencilla analogía es como si tuviéramos a nuestra disposición, por un lado, un detallado atlas de carreteras, y por otro, un mapa del tráfico en distintos y determinados momentos del día».

EL MAPA DE CONEXIONES MÁS PRECISO

Los científicos granadinos han empleado el mapa de las conexiones cerebrales más preciso elaborado hasta la fecha, llevado a cabo por el profesor Sporns, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos). Usando como soporte la arquitectura de dicha red de interconexiones (la red de carreteras), los investigadores del Instituto Carlos I utilizaron modelos matemático-computacionales relativamente sencillos para analizar cómo la actividad neuronal se propaga por la red (esto es, siguiendo con la analogía del tráfico, como éste fluye en distintas condiciones).

Los modelos analizados en la UGR dan lugar de forma natural a la presencia de avalanchas de actividad, con propiedades muy curiosas e interesantes, en absoluto triviales. «Estos episodios de actividad o ‘avalanchas’ no podemos compararlos con el ejemplo del tráfico, porque para ello debería ocurrir que los coches, en un punto, pudiesen desdoblarse en varios y multiplicarse o evaporarse –explica Muñoz–. Por el contrario, se parecen a los terremotos o episodios de actividad sísmica que, a mayor o menor escala, continuamente perturban la superficie de la tierra, y que en un proceso de cascada desencadenan avalanchas sísmicas de gran variabilidad. Los episodios de actividad neuronal constituyen un mecanismo para entender cómo la información codificada en las neuronas viaja de un lugar a otro del cerebro, haciendo así posible la integración de toda la información, dando coherencia al sistema».

En el artículo publicado en ‘Nature Communications’ se demuestra, mediante cálculos matemáticos y el uso extensivo de simulaciones computacionales en el superordenador Proteus del Instituto Carlos I, que las avalanchas de actividad aparecen en el cerebro con una variabilidad enorme de tamaños y formas óptimas, ni exclusivamente pequeñas, ni sistemáticamente grandes.

«Si las avalanchas fuesen demasiado breves, la información codificada en ellas no podría viajar de una parte a otra del cerebro y no habría una coherencia suficiente para las operaciones cognitivas. Por otro lado, si las avalanchas fuesen siempre demasiado intensas, el cerebro estaría en un estado perpetuo de terremoto devastador, o dicho con algo más de precisión, en un estado de perpetua actividad epiléptica. Ambas posibilidades serían nefastas para el correcto funcionamiento del cerebro y ambas se pueden relacionar con patologías mentales», apuntan los autores.

A la luz de los resultados de este trabajo, la dinámica de las redes neuronales sanas parece operar justo en un punto crítico, en el límite entre los dos estados anteriores: la actividad se propaga de forma marginal, pudiendo llegar a todas partes pero sin sobresaturar el sistema, con un delicado balance de avalanchas pequeñas y grandes, de todas las escalas posibles. Moretti y Muñoz han demostrado que la arquitectura del cerebro a gran escala –que tiene una estructura organizada en distintas capas en modo jerárquico– es tal que hace que sea mucho más sencillo alcanzar este estado de avalanchas críticas de lo que se pensaba hasta el momento.

Este trabajo ha sido financiado por la Junta de Andalucía mediante un Proyecto de Excelencia y está auspiciado por el Campus de Excelencia Internacional (CEI) Biotic de la UGR.

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Científicos españoles demuestran que en el cerebro se producen «terremotos» de actividad neuronal

Su trabajo, que podría ayudar a entender con más profundidad la conexión entre estructura y dinámica del cerebro y a avanzar en la comprensión que los cerebros humanos tienen de sí mismos, se publica esta semana en la prestigiosa revista ‘Nature Communications’.
Paolo Moretti y Miguel Ángel Muñoz, investigadores del Instituto Carlos I de Física Teórica y Computacional y del grupo de investigación en Física Estadística y de los Sistemas Complejos de la Universidad de Granada (UGR), han arrojado nueva luz sobre el enigma científico de cómo la estructura del cerebro –es decir los detalles del enmarañado tejido de sus interconexiones– condiciona y afecta la actividad de las neuronas a nivel global, influenciando, por tanto, los procesos sensoriales y cognitivos.
Según informa la UGR en un comunicado, en los últimos años, diversas investigaciones han permitido obtener una ingente cantidad de información sobre dos aspectos distintos y complementarios del cerebro humano: cómo es el diseño de la intrincada red de conexiones neuronales que constituyen el cableado estructural del cerebro, y cuáles son los mapas de actividad neuronal en distintas partes del cerebro, a distintas escalas de observación, durante la realización de distintas tareas sencillas o en reposo.
Este último descubrimiento ha sido posible gracias a mediciones de distinta naturaleza (magnetoencelografía, resonancia magnética funcional, o potenciales de campos locales) que permiten obtener dichos mapas.
Como explica Miguel Ángel Muñoz, catedrático de Física Teórica y Computacional de la UGR, «utilizando una sencilla analogía es como si tuviéramos a nuestra disposición, por un lado, un detallado atlas de carreteras, y por otro, un mapa del tráfico en distintos y determinados momentos del día».
EL MAPA DE CONEXIONES MÁS PRECISO
Los científicos granadinos han empleado el mapa de las conexiones cerebrales más preciso elaborado hasta la fecha, llevado a cabo por el profesor Sporns, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos). Usando como soporte la arquitectura de dicha red de interconexiones (la red de carreteras), los investigadores del Instituto Carlos I utilizaron modelos matemático-computacionales relativamente sencillos para analizar cómo la actividad neuronal se propaga por la red (esto es, siguiendo con la analogía del tráfico, como éste fluye en distintas condiciones).
Los modelos analizados en la UGR dan lugar de forma natural a la presencia de avalanchas de actividad, con propiedades muy curiosas e interesantes, en absoluto triviales. «Estos episodios de actividad o ‘avalanchas’ no podemos compararlos con el ejemplo del tráfico, porque para ello debería ocurrir que los coches, en un punto, pudiesen desdoblarse en varios y multiplicarse o evaporarse –explica Muñoz–. Por el contrario, se parecen a los terremotos o episodios de actividad sísmica que, a mayor o menor escala, continuamente perturban la superficie de la tierra, y que en un proceso de cascada desencadenan avalanchas sísmicas de gran variabilidad. Los episodios de actividad neuronal constituyen un mecanismo para entender cómo la información codificada en las neuronas viaja de un lugar a otro del cerebro, haciendo así posible la integración de toda la información, dando coherencia al sistema».
En el artículo publicado en ‘Nature Communications’ se demuestra, mediante cálculos matemáticos y el uso extensivo de simulaciones computacionales en el superordenador Proteus del Instituto Carlos I, que las avalanchas de actividad aparecen en el cerebro con una variabilidad enorme de tamaños y formas óptimas, ni exclusivamente pequeñas, ni sistemáticamente grandes.
«Si las avalanchas fuesen demasiado breves, la información codificada en ellas no podría viajar de una parte a otra del cerebro y no habría una coherencia suficiente para las operaciones cognitivas. Por otro lado, si las avalanchas fuesen siempre demasiado intensas, el cerebro estaría en un estado perpetuo de terremoto devastador, o dicho con algo más de precisión, en un estado de perpetua actividad epiléptica. Ambas posibilidades serían nefastas para el correcto funcionamiento del cerebro y ambas se pueden relacionar con patologías mentales», apuntan los autores.
A la luz de los resultados de este trabajo, la dinámica de las redes neuronales sanas parece operar justo en un punto crítico, en el límite entre los dos estados anteriores: la actividad se propaga de forma marginal, pudiendo llegar a todas partes pero sin sobresaturar el sistema, con un delicado balance de avalanchas pequeñas y grandes, de todas las escalas posibles. Moretti y Muñoz han demostrado que la arquitectura del cerebro a gran escala –que tiene una estructura organizada en distintas capas en modo jerárquico– es tal que hace que sea mucho más sencillo alcanzar este estado de avalanchas críticas de lo que se pensaba hasta el momento.
Este trabajo ha sido financiado por la Junta de Andalucía mediante un Proyecto de Excelencia y está auspiciado por el Campus de Excelencia Internacional (CEI) Biotic de la UGR.
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Demuestran que la actividad neuronal del cerebro se propaga a través de ‘terremotos’

68047 Dos investigadores de la Universidad de Granada han demostrado que en el cerebro se producen continuamente una especie de ‘terremotos’ de actividad de distintos tamaños. En las redes neuronales sanas la actividad llega a todas partes, sin sobresaturar el sistema, y respetando un balance entre ‘avalanchas’ pequeñas y grandes.

El trabajo, que publica esta semana la revista Nature Communications, podría ayudar a entender mejor la conexión entre estructura y dinámica del cerebro, según ha informado la Universidad de Granada (UGR).

Los investigadores del Instituto Carlos I de Física Teórica y Computacional y del grupo de investigación en Física Estadística y de los Sistemas Complejos de la UGR, Paolo Moretti y Miguel Ángel Muñoz, describen en su estudio cómo la arquitectura de conexiones del cerebro humano controla la actividad neuronal.

Es decir, han desvelado detalles del enmarañado tejido de las interconexiones del cerebro, que condiciona y afecta la actividad de las neuronas a nivel global e influencia en los procesos sensoriales y cognitivos. El catedrático de Física Teórica y Computacional de la UGR, Miguel Ángel Muñoz, explica esta actividad comparándola, por un lado, a un detallado atlas de carreteras, y por otro, a un mapa del tráfico en distintos y determinados momentos del día.

Un detallado mapa de conexiones cerebrales
Los científicos granadinos han empleado el mapa de las conexiones cerebrales más preciso elaborado hasta la fecha, llevado a cabo por el profesor Sporns, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos).

Han usado como soporte la arquitectura de la red de interconexiones (la red de carreteras) y modelos matemático-computacionales relativamente sencillos para analizar cómo la actividad neuronal se propaga por la red.

Los modelos analizados revelan la presencia de avalanchas de actividad -ni exclusivamente pequeñas, ni sistemáticamente grandes-, con propiedades «muy curiosas e interesantes». Se parecen a los terremotos o episodios de actividad sísmica que continuamente perturban la superficie de la tierra, y que en un proceso de cascada desencadenan avalanchas sísmicas de gran variabilidad.

«Si las avalanchas fuesen demasiado breves, la información codificada en ellas no podría viajar de una parte a otra del cerebro y no habría una coherencia suficiente para las operaciones cognitivas. Por otro lado, si las avalanchas fuesen siempre demasiado intensas, el cerebro estaría en un estado perpetuo de terremoto devastador, o dicho con algo más de precisión, en un estado de perpetua actividad epiléptica. Ambas posibilidades serían nefastas para el correcto funcionamiento del cerebro y ambas se pueden relacionar con patologías mentales», apuntan los autores.

Moretti y Muñoz han demostrado que la arquitectura del cerebro a gran escala -que tiene una estructura organizada en distintas capas en modo jerárquico- es tal que hace que sea mucho más sencillo alcanzar este estado de avalanchas críticas de lo que se pensaba hasta el momento.

Este trabajo ha sido financiado por la Junta de Andalucía mediante un Proyecto de Excelencia y está auspiciado por el Campus de Excelencia Internacional (CEI) Biotic de la UGR.

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Peti y Clément, dos refuerzos para la línea de tres cuartos del Universidad

El Universidad de Granada fichó al marbellí ‘Peti’, procedente del Complutense Cisneros, y al francés Clément, que llega desde el CR Cádiz. Para ambos será la primera temporada en División de Honor B y competirán por un puesto en la zaga del equipo.
Juan Carlos Cerván Vázquez, ‘Peti’, tiene 19 años y una dilatada trayectoria en el mundo del rugby. El año pasado dio el salto al CR Complutense Cisneros, uno de los clubes clásicos de España, tras jugar para su filial en Primera Nacional. ‘Peti’, dijo que «he aprendido mucho en el año que estuve en Madrid y espero aplicarlo aquí. Con respecto al objetivo del equipo, indicó que será «la permanencia, y luego intentar estar en la parte alta de la tabla». El marbellí, que mide 1,74 metros y pesa 80 kilos, juega como zaguero, una posición sensible en el equipo tras la marcha de Valentín Moraleda.
Por su parte, Clément Patard, de 23 años, cubrirá la misma franja del campo, pero por las alas. Este jugador que militó con el ‘Uni’ hace tres temporadas y mide 1.80 metros y pesa 78 kilos, dijo que el rendimiento «va a depender del rugby y de las lesiones. Tenemos un buen grupo, sobre todo, en los tres cuartos, donde no hay problema sino competencia», y añadió que «tenemos jugadores con experiencia».
Con Peti y Clément, ya son cinco los nuevos jugadores del Universidad de Granada, ya que previamente fueron presentados Nico, Javi Lomas y Florin, sin contar con los promocionados del segundo equipo: Gosio, Cecilio y Héctor Villaseca.
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¿Cómo es que la arquitectura cerebral controla la actividad neuronal?

68047 Paolo Moretti y Miguel Ángel Muñoz, investigadores del Instituto Carlos I de Física Teórica y Computacional y del grupo de investigación en Física Estadística y de los Sistemas Complejos de la Universidad de Granada (UGR) aportan nuevo datos sobre el enigma científico de cómo la estructura del cerebro –es decir los detalles del enmarañado tejido de sus interconexiones– condiciona y afecta la actividad de las neuronas a nivel global, influenciando así los procesos sensoriales y cognitivos.

En los últimos años, diversas investigaciones han permitido obtener gran cantidad de información sobre cómo es el diseño de la intrincadísima red de conexiones neuronales del cerebro y de cuáles son los mapas de actividad neuronal en sus distintas regiones, a distintas escalas y durante la realización de tareas. Estos mapas se han logrado con mediciones de distinta naturaleza (magnetoencelografía, resonancia magnética funcional o potenciales de campos locales, por ejemplo).

Como explica Muñoz, catedrático de Física Teórica y Computacional de la UGR, «utilizando una sencilla analogía es como si tuviéramos a nuestra disposición, por un lado, un detallado atlas de carreteras, y por otro, un mapa del tráfico en distintos y determinados momentos del día».

Los científicos granadinos han empleado el mapa de las conexiones cerebrales más preciso elaborado hasta la fecha, llevado a cabo por el profesor Sporns, de la Universidad de Indiana (EE UU). Usando como soporte la arquitectura de dicha red de interconexiones (la red de carreteras), los investigadores del Instituto Carlos I utilizaron modelos matemático-computacionales relativamente sencillos para analizar cómo la actividad neuronal se propaga por la red (ver como fluye en distintas condiciones).

Los modelos analizados en la UGR dan lugar de forma natural a la presencia de avalanchas de actividad. «Estos episodios de actividad o ‘avalanchas’ no podemos compararlos con el ejemplo del tráfico, porque para ello debería ocurrir que los coches, en un punto, pudiesen desdoblarse en varios y multiplicarse o evaporarse», explica Muñoz.

«Por el contrario –añade–, se parecen a los terremotos o episodios de actividad sísmica que, a mayor o menor escala, continuamente perturban la superficie de la tierra, y que en un proceso de cascada desencadenan avalanchas sísmicas de gran variabilidad. Los episodios de actividad neuronal constituyen un mecanismo para entender cómo la información codificada en las neuronas viaja de un lugar a otro del cerebro, haciendo así posible la integración de toda la información, dando coherencia al sistema».

En el artículo se demuestra, mediante cálculos matemáticos y el uso extensivo de simulaciones computacionales en el superordenador PROTEUS del Instituto Carlos I, que las avalanchas de actividad aparecen en el cerebro con una variabilidad enorme de tamaños y formas óptimas, ni exclusivamente pequeñas, ni sistemáticamente grandes.

«Si las avalanchas fuesen demasiado breves, la información codificada en ellas no podría viajar de una parte a otra del cerebro y no habría una coherencia suficiente para las operaciones cognitivas. Por otro lado, si las avalanchas fuesen siempre demasiado intensas, el cerebro estaría en un estado perpetuo de terremoto devastador, o dicho con algo más de precisión, en un estado de perpetua actividad epiléptica. Ambas posibilidades serían nefastas para el correcto funcionamiento del cerebro y ambas se pueden relacionar con patologías mentales», apuntan los autores.

A la luz de los resultados de este trabajo, la dinámica de las redes neuronales sanas parece operar justo en un punto crítico, en el límite entre los dos estados anteriores: la actividad se propaga de forma marginal, pudiendo llegar a todas partes pero sin sobresaturar el sistema, con un delicado balance de avalanchas pequeñas y grandes, de todas las escalas posibles.

Moretti y Muñoz han demostrado que la arquitectura del cerebro a gran escala, que tiene una estructura organizada en distintas capas en modo jerárquico, es tal que hace que sea mucho más sencillo alcanzar este estado de avalanchas críticas de lo que se pensaba hasta el momento. El trabajo ha sido financiado por la Junta de Andalucía mediante un Proyecto de Excelencia y está auspiciado por el Campus de Excelencia Internacional (CEI) Biotic de la UGR.

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