Pág. 14: La UGR, con el primer centro marroquí de Ciencias del Deporte
Aportan datos sobre el clima a partir de los sedimentos marinos
Pág. 20: ‘Poéticas del color y del límite’ dedicado a José Guerrero
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74993 Un equipo internacional de científicos, entre los que se encuentran tres investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto UGR-CSIC), en España, ha descubierto nuevos datos sobre el clima en la cuenca mediterránea durante los últimos 20.000 años gracias a la composición química de los sedimentos depositados en los fondos marinos.
Este trabajo ha sido publicado en la revista Quaternary Science Reviews, y en él han participado los investigadores del Grupo RNM179 de la UGR Francisca Martínez Ruiz y David Gallego Torres (Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, CSIC-UGR) y Miguel Ortega Huertas (departamento de Mineralogía y Petrología). Son coautores del artículo Miriam Kastner (Scripps Institution of Oceanography, UCSD, La Jolla, USA), Marta Rodrigo Gámiz (NIOZ Royal Netherlands Institute for Sea Research, Texel, The Netherlands) y Vanesa Nieto Moreno (Biodiversität und Klima Forschungszentrum, Frankfurt am Main, Germany).
Como explica la autora principal, la investigadora del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra Francisca Martínez Ruiz, «el estudio de la composición química de los sedimentos marinos resulta de especial interés porque, más allá de los datos instrumentales, únicamente los indicadores indirectos pueden ofrecer información sobre cómo era nuestro clima en el pasado».
El estudio de alta resolución de los sedimentos marinos permite una caracterización del clima en el pasado que contribuirá al conocimiento del cambio climático actual y al de posibles escenarios de cambio climático futuros. Para ello, afirma la científica, «el Mediterráneo es un excepcional laboratorio natural para las investigaciones paleoambientales debido a que su carácter de cuenca semicerrada lo hace particularmente sensible y amplificador de los efectos del cambio global».
El intervalo de tiempo estudiado en este artículo científico es de especial interés por los cambios climáticos tan significativos acaecidos desde el Último Máximo Glacial (LGM, por sus siglas en inglés), como son el último evento Heinrich (período en los que oleadas de icebergs se desprendieron de los glaciares y atravesaron el Atlántico Norte), la transición Bolling-Allerod, el Younger Dryas (fase de enfriamiento climático a finales del Pleistoceno) y las oscilaciones climáticas holocenas.
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La Universidad cooperará para crear un Instituto del Deporte en Marruecos
Científicos aportan nuevos datos sobre el clima en la cuenca mediterránea
Pág. 73: Agenda:
Cine:
– ‘2046’
Teatro:
– ‘Bastards in the mind’
Exposiciones:
-‘DIE MAUER-EL MURO, 25 años desde su caída’
-‘Un jardín japonés: topografías del vacío’
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74993 Este estudio de la Universidad de Granada aporta nuevos datos sobre el clima a partir de sedimentos del fondo del mar.
El objetivo es analizar el cambio climático actual y abordar los posibles escenarios de cambio climático futuros.
Playa de granadella, valencia
Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Granada ha aportado nuevos datos sobre el clima en la cuenca mediterránea durante los últimos 20.000 años a partir de sedimentos del fondo del mar, que servirán para conocer el actual cambio climático y los posibles escenarios futuros.
Un equipo internacional de científicos, entre los que se encuentran tres investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto UGR-CSIC), ha descubierto nuevos datos sobre el clima en la cuenca mediterránea durante los últimos 20.000 años. La investigación se ha desarrollado analizando la composición química de los sedimentos depositados en los fondos marinos y ha sido publicado por la revista Quaternary Science Reviews.
Han descubierto nuevos datos sobre el clima en la cuenca mediterráneaLa Universidad de Granada ha detallado en un comunicado que el estudio, en el que han participado investigadores del centro junto a profesionales de Estados Unidos, Alemania y Noruega, ha analizado los sedimentos marinos del Mediterráneo, un «excepcional laboratorio».
La investigadora del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, Francisca Martínez Ruiz, ha detallado que el estudio de la composición química de los sedimentos marinos resulta «de especial interés» porque «únicamente los indicadores indirectos pueden ofrecer información sobre cómo era nuestro clima en el pasado».
El estudio de alta resolución de los sedimentos marinos permite conocer las características del clima en el pasado, lo que contribuirá a analizar el cambio climático actual y abordar los posibles escenarios de cambio climático futuros.
«El Mediterráneo es un excepcional laboratorio natural para las investigaciones paleoambientales debido a que su carácter de cuenca semicerrada lo hace particularmente sensible y amplificador de los efectos del cambio global», ha explicado Martínez.
El intervalo de tiempo estudiado en este artículo científico es de especial interés por los cambios climáticos tan significativos acaecidos desde el Último Máximo Glacial (LGM, por sus siglas en inglés). Este Último Máximo Glacial incluye un período en el que oleadas de icebergs se desprendieron de los glaciares y atravesaron el Atlántico Norte, una fase de enfriamiento climático a finales del Pleistoceno y las oscilaciones climáticas holocenas.
Los científicos han evaluado indicadores geoquímicos y mineralógicos de variabilidad climática para reconstruir ciclos áridos y húmedos, conocer variaciones en los aportes fluviales y analiza productividad biológica.
«Debido a que muchos de los cambios climáticos tienen un carácter cíclico, conocer la evolución del clima futuro y sus mecanismos de control, tanto naturales como antropogénicos, requiere el entendimiento del sistema climático en el pasado», ha sentenciado Martínez.
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74993 Un estudio internacional aportó nuevos datos sobre el clima en la cuenca mediterránea durante los últimos 20.000 años a partir de sedimentos del fondo del mar, que servirán para conocer el actual cambio climático y los posibles escenarios futuros.
En el equipo internacional de científicos se encuentran investigadores de España, Estados Unidos, Alemania y Noruega.
La Universidad de Granada (sur de España), una de las participantes del proyecto, detalló en un comunicado que la investigación se desarrolló analizando la composición química de los sedimentos depositados en los fondos marinos y fue publicado por la revista Quaternary Science Reviews.
La investigadora de otro centro participante, el español Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, Francisca Martínez Ruiz explicó que el estudio de la composición química de los sedimentos marinos resulta «de especial interés» porque «únicamente los indicadores indirectos pueden ofrecer información sobre cómo era nuestro clima en el pasado».
El estudio de alta resolución de los sedimentos marinos permite conocer las características del clima en el pasado, lo que contribuirá a analizar el cambio climático actual y abordar los posibles escenarios de cambio climático futuros.
«El Mediterráneo es un excepcional laboratorio natural para las investigaciones paleoambientales debido a que su carácter de cuenca semicerrada lo hace particularmente sensible y amplificador de los efectos del cambio global», explicó Martínez.
El intervalo de tiempo estudiado en este artículo científico es de especial interés por los cambios climáticos tan significativos acaecidos desde el Último Máximo Glacial.
Este Último Máximo Glacial incluye un período en el que oleadas de icebergs se desprendieron de los glaciares y atravesaron el Atlántico Norte, una fase de enfriamiento climático a finales del Pleistoceno y las oscilaciones climáticas holocenas.
Los científicos evaluaron indicadores geoquímicos y mineralógicos de variabilidad climática para reconstruir ciclos áridos y húmedos, conocer variaciones en los aportes fluviales y analizar productividad biológica.
«Debido a que muchos de los cambios climáticos tienen un carácter cíclico, conocer la evolución del clima futuro y sus mecanismos de control, tanto naturales como antropogénicos, requiere el entendimiento del sistema climático en el pasado», concluyó Martínez.
73810 An international team of scientists which includes researchers from the U. of Granada has demonstrated for the first time that it is possible to establish in an objective way the level of fatigue in physicians after long shifts through their eye movement.
This research reveals that the speed of saccadic movement (mostly voluntary rapid eye movements which we use to focus our gaze upon an object that attracts our attention) is an excellent index to measure objectively the level of fatigue in the medical profession.
In an article published in Annals of Surgery (the most prestigious journal in the field), scientists evaluated the performance of doctors from the Traumatology Service at St Joseph’s Hospital and Medical Centre, Phoenix (US), before and after their so called ‘call-day’ (a 24-hour shift during which doctors do not get any sleep)
All of them had the speed of their saccadic eye movements measured before and after the shift. Besides, they had to perform simulated laparoscopic tests (also before and after this 24-hour shift)
Subjective fatigue perception
Results proved that after long hours, the speed of saccadic movements effectively diminished, while their subjective perception of fatigue increased. However, in the simulated laparoscopic tests after the shift, the execution was not affected in any significant way by their fatigue.
This means that—fortunately for patients—the previous work hours did not have a negative impact on their surgery practice. This supports the hypothesis that fatigue is not the only source of errors in medical professionals. Although shifts involve restless work, doctors, in their professional practice, always display all the resources available to obtain the best results. There is, for instance, a complex relation between continuous care, patient safety, economic factors, and the level of fatigue in doctors themselves.
«It is also true that those other professional competence resources can do little when there is an excess of working hours, and consequently those results are fundamental to contribute to the regulation of shifts and schedules, based on objective data on fatigue and performance», suggested Leandro Luigi Di Stasi, Fulbright researcher at the Barrow Neurological Institute(Phoenix, AZ, US), and Andrés Catena, director of the Centre for Research on Mind, Brain and Behaviour at the University of Granada.
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More than a decade ago, the U.S. Government’s National Institute of Medicine published a report titled «To Err Is Human: Building a Safer Health System», which estimated that medical errors were responsible for between 44.000 and 98.000 deaths in the U.S., and more than a million injuries every year.
Although these estimates are not devoid of controversy, it is obvious that medical errors and accidental damage do occur too frequently. In particular, errors originating in fatigue have been identified as one of the factors that lead to most accidents at work. The costs of such accidents has been recently estimated to amount to 31,1 billion dollars in the U.S.
Avoiding errors
In Spain, around 10% of patients in hospital suffer some type of adverse episode as a result of medical attention, and about 50% of these errors could have been avoided by the application of safer clinical practices.
«For these reasons, all those strategies whose objective is to know the factors that lead to unsafe medical practices, and consequently diminish patient safety, are part of the agenda of several international organizations, including the World Health Organization», according to Di Stasi and Catena.
Since long work shifts and overtime hours are both becoming more frequent, especially among resident doctors, «the study of fatigue as a factor that contributes to the prevention of errors in the health system has become one of the main topics in risk management within this context.»
The results of this research also open to debate the number of hours that doctors can work without affecting patient safety. For instance, in the U.S. residents work almost twice as their Spanish or French counterparts (80 hours a week vs 40)
The results of this study can also be applied to other fields similar to medicine, which also require long hours involving large amounts of sophisticated knowledge and complex decision-making skills coupled with technical complexity—such as civil and military aviation.
74993 Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Granada ha aportado nuevos datos sobre el clima en la cuenca mediterránea durante los últimos 20.000 años a partir de sedimentos del fondo del mar, que servirán para conocer el actual cambio climático y los posibles escenarios futuros.
Un equipo internacional de científicos, entre los que se encuentran tres investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto UGR-CSIC), ha descubierto nuevos datos sobre el clima en la cuenca mediterránea durante los últimos 20.000 años.
La investigación se ha desarrollado analizando la composición química de los sedimentos depositados en los fondos marinos y ha sido publicado por la revista Quaternary Science Reviews.
La Universidad de Granada ha detallado en un comunicado que el estudio, en el que han participado investigadores del centro junto a profesionales de Estados Unidos, Alemania y Noruega, ha analizado los sedimentos marinos del Mediterráneo, un «excepcional laboratorio».
La investigadora del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra Francisca Martínez Ruiz ha detallado que el estudio de la composición química de los sedimentos marinos resulta «de especial interés» porque «únicamente los indicadores indirectos pueden ofrecer información sobre cómo era nuestro clima en el pasado».
El estudio de alta resolución de los sedimentos marinos permite conocer las características del clima en el pasado, lo que contribuirá a analizar el cambio climático actual y abordar los posibles escenarios de cambio climático futuros.
«El Mediterráneo es un excepcional laboratorio natural para las investigaciones paleoambientales debido a que su carácter de cuenca semicerrada lo hace particularmente sensible y amplificador de los efectos del cambio global», ha explicado Martínez.
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