Más de 900.000 extranjeros se empadronaron en Andalucía entre 2004 y 2010, según un estudio de la UGR

ntre 2004 y 2010 se empadronaron en Andalucía más de 900.000 extranjeros, según un estudio publicado en la revista ‘Cuadernos geográficos’ de la Universidad de Granada que analiza la población extranjera en los municipios andaluces de 1998 a 2010.

A partir de los datos sobre altas padronales de las Estadísticas de Variaciones Residenciales (INE), se demuestra que su evolución se ha visto jalonada por significativos cambios legislativos y económicos como han sido la Regularización de 2000, la Normalización de 2005, la entrada de Rumanía en la Unión Europea y finalmente, la crisis económica a partir del segundo semestre de 2008.

Los autores del trabajo de investigación dan cuenta, a partir del análisis territorial del empadronamiento, del efecto diferencial de estos cambios en el ámbito geográfico andaluz, estableciéndose diversas tipologías de municipios reflejo de la evolución de las altas, sus características y las pautas de localización espacial de los extranjeros.

De acuerdo al estudio, el número de altas procedentes del exterior y del resto de España fue de 1.176.353 entre 1998 y 2010, mientras que solo se registraron 526.442 bajas. El saldo resultante refleja la relevancia de las migraciones internacionales en el crecimiento demográfico andaluz.

La llegada de inmigrantes extranjeros ha sido desigual en los trece años que van de 1998 a 2010. Hasta 2003 se podría distinguir una primera fase de despegue en la que se registra un «modesto» volumen anual de entradas pero a una intensidad «notable», a tenor de las tasas anuales de variación relativa.

Una segunda fase, de consolidación, abarcaría el cuatrienio 2004-2007, periodo en el que el número de inmigraciones llega a superar las cien mil entradas anuales, aunque con una intensidad «muy inferior» a la fase precedente.

Finalmente, el inicio de la crisis económica inaugura una nueva fase a partir de 2008, «año en el que se produce un cambio de tendencia en el ciclo migratorio y el número de entradas de extranjeros comienza a decrecer», según se señala.

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Más de 900.000 extranjeros se empadronaron en Andalucía entre 2004 y 2010, según un estudio de la UGR

ntre 2004 y 2010 se empadronaron en Andalucía más de 900.000 extranjeros, según un estudio publicado en la revista ‘Cuadernos geográficos’ de la Universidad de Granada que analiza la población extranjera en los municipios andaluces de 1998 a 2010.

A partir de los datos sobre altas padronales de las Estadísticas de Variaciones Residenciales (INE), se demuestra que su evolución se ha visto jalonada por significativos cambios legislativos y económicos como han sido la Regularización de 2000, la Normalización de 2005, la entrada de Rumanía en la Unión Europea y finalmente, la crisis económica a partir del segundo semestre de 2008.

Los autores del trabajo de investigación dan cuenta, a partir del análisis territorial del empadronamiento, del efecto diferencial de estos cambios en el ámbito geográfico andaluz, estableciéndose diversas tipologías de municipios reflejo de la evolución de las altas, sus características y las pautas de localización espacial de los extranjeros.

De acuerdo al estudio, el número de altas procedentes del exterior y del resto de España fue de 1.176.353 entre 1998 y 2010, mientras que solo se registraron 526.442 bajas. El saldo resultante refleja la relevancia de las migraciones internacionales en el crecimiento demográfico andaluz.

La llegada de inmigrantes extranjeros ha sido desigual en los trece años que van de 1998 a 2010. Hasta 2003 se podría distinguir una primera fase de despegue en la que se registra un «modesto» volumen anual de entradas pero a una intensidad «notable», a tenor de las tasas anuales de variación relativa.

Una segunda fase, de consolidación, abarcaría el cuatrienio 2004-2007, periodo en el que el número de inmigraciones llega a superar las cien mil entradas anuales, aunque con una intensidad «muy inferior» a la fase precedente.

Finalmente, el inicio de la crisis económica inaugura una nueva fase a partir de 2008, «año en el que se produce un cambio de tendencia en el ciclo migratorio y el número de entradas de extranjeros comienza a decrecer», según se señala.

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Más de 900.000 extranjeros se empadronaron en Andalucía entre 2004 y 2010, según un estudio de la UGR

A partir de los datos sobre altas padronales de las Estadísticas de Variaciones Residenciales (INE), se demuestra que su evolución se ha visto jalonada por significativos cambios legislativos y económicos como han sido la Regularización de 2000, la Normalización de 2005, la entrada de Rumanía en la Unión Europea y finalmente, la crisis económica a partir del segundo semestre de 2008.
Los autores del trabajo de investigación dan cuenta, a partir del análisis territorial del empadronamiento, del efecto diferencial de estos cambios en el ámbito geográfico andaluz, estableciéndose diversas tipologías de municipios reflejo de la evolución de las altas, sus características y las pautas de localización espacial de los extranjeros.
De acuerdo al estudio, el número de altas procedentes del exterior y del resto de España fue de 1.176.353 entre 1998 y 2010, mientras que solo se registraron 526.442 bajas. El saldo resultante refleja la relevancia de las migraciones internacionales en el crecimiento demográfico andaluz.
La llegada de inmigrantes extranjeros ha sido desigual en los trece años que van de 1998 a 2010. Hasta 2003 se podría distinguir una primera fase de despegue en la que se registra un «modesto» volumen anual de entradas pero a una intensidad «notable», a tenor de las tasas anuales de variación relativa.
Una segunda fase, de consolidación, abarcaría el cuatrienio 2004-2007, periodo en el que el número de inmigraciones llega a superar las cien mil entradas anuales, aunque con una intensidad «muy inferior» a la fase precedente.
Finalmente, el inicio de la crisis económica inaugura una nueva fase a partir de 2008, «año en el que se produce un cambio de tendencia en el ciclo migratorio y el número de entradas de extranjeros comienza a decrecer», según se señala.
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Más de 900.000 extranjeros se empadronaron en Andalucía entre 2004 y 2010, según un estudio de la UGR

A partir de los datos sobre altas padronales de las Estadísticas de Variaciones Residenciales (INE), se demuestra que su evolución se ha visto jalonada por significativos cambios legislativos y económicos como han sido la Regularización de 2000, la Normalización de 2005, la entrada de Rumanía en la Unión Europea y finalmente, la crisis económica a partir del segundo semestre de 2008.
Los autores del trabajo de investigación dan cuenta, a partir del análisis territorial del empadronamiento, del efecto diferencial de estos cambios en el ámbito geográfico andaluz, estableciéndose diversas tipologías de municipios reflejo de la evolución de las altas, sus características y las pautas de localización espacial de los extranjeros.
De acuerdo al estudio, el número de altas procedentes del exterior y del resto de España fue de 1.176.353 entre 1998 y 2010, mientras que solo se registraron 526.442 bajas. El saldo resultante refleja la relevancia de las migraciones internacionales en el crecimiento demográfico andaluz.
La llegada de inmigrantes extranjeros ha sido desigual en los trece años que van de 1998 a 2010. Hasta 2003 se podría distinguir una primera fase de despegue en la que se registra un «modesto» volumen anual de entradas pero a una intensidad «notable», a tenor de las tasas anuales de variación relativa.
Una segunda fase, de consolidación, abarcaría el cuatrienio 2004-2007, periodo en el que el número de inmigraciones llega a superar las cien mil entradas anuales, aunque con una intensidad «muy inferior» a la fase precedente.
Finalmente, el inicio de la crisis económica inaugura una nueva fase a partir de 2008, «año en el que se produce un cambio de tendencia en el ciclo migratorio y el número de entradas de extranjeros comienza a decrecer», según se señala.
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La Alhambra del arquitecto Leopoldo Torres Balbás, su vida y obra, protagonistas en el Palacio de Carlos V

La Alhambra que encontró el arquitecto Leopoldo Torres Balbás (1888-1961) en 1923, tras su nombramiento como responsable de conservación, así como su faceta más personal y biográfica han sido protagonistas de la segunda jornada del curso La internalización de los criterios de conservación en el Patrimonio cultural: de la Carta de Atenas al Memorandum de Viena, a propósito de Torres Balbás, organizado por el Patronato de la Alhambra y Generalife en colaboración con el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada.
El arquitecto y profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, Julián Esteban Chapapría, ha abierto la sesión de mañana con una semblanza personal y profesional de Torres Balbás y un análisis de los arquitectos conservadores de monumentos entre 1929 y 1958. «Su vida es una metáfora de la Historia de España», ha explicado Chapapría quien ha definido a Torres Balbás como «un hombre sincero que defendió la verdad por encima de todo. Amaba a la Alhambra y siempre recordó con nostalgia los años que ejerció como arquitecto conservador del Monumento, de 1923 a 1936».
Por su parte, la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca, ha realizado un recorrido por la Alhambra que encontró Torres Balbás y la adaptación museológica y museográfica que realizó del Monumento para «que la visita pública fuese más amable. Su reto fue conseguir que los visitantes concibiesen este espacio como una ciudad-palacio y no solo como un conjunto de bellos palacios. Se implicaba y creía de tal modo en su trabajo que era él mismo quien explicaba la Alhambra a numerosas personalidades de la época, como por ejemplo al músico Manuel de Falla, al que le acompañó en una visita».
Después, la secretaria general del PAG, Victoria E. Chamorro, ha centrado su ponencia en la evolución de la visita pública en la Alhambra a lo largo del tiempo, y, para terminar, los profesores de Botánica de la Universidad de Granada han realizado un repaso por los Jardines de Torres Balbás en la Alhambra, entre la tradición y la modernidad.
Hasta el próximo viernes, arquitectos, restauradores y conservadores reflexionarán sobre las aportaciones de Torres Balbás a la historia y conservación del Patrimonio cultural. Medio centenar de alumnos participan de este foro de debate y análisis que tiene lugar en el Palacio de Carlos V.
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La Alhambra del arquitecto Leopoldo Torres Balbás, su vida y obra, protagonistas en el Palacio de Carlos V

La Alhambra que encontró el arquitecto Leopoldo Torres Balbás (1888-1961) en 1923, tras su nombramiento como responsable de conservación, así como su faceta más personal y biográfica han sido protagonistas de la segunda jornada del curso La internalización de los criterios de conservación en el Patrimonio cultural: de la Carta de Atenas al Memorandum de Viena, a propósito de Torres Balbás, organizado por el Patronato de la Alhambra y Generalife en colaboración con el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada.
El arquitecto y profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, Julián Esteban Chapapría, ha abierto la sesión de mañana con una semblanza personal y profesional de Torres Balbás y un análisis de los arquitectos conservadores de monumentos entre 1929 y 1958. «Su vida es una metáfora de la Historia de España», ha explicado Chapapría quien ha definido a Torres Balbás como «un hombre sincero que defendió la verdad por encima de todo. Amaba a la Alhambra y siempre recordó con nostalgia los años que ejerció como arquitecto conservador del Monumento, de 1923 a 1936».
Por su parte, la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca, ha realizado un recorrido por la Alhambra que encontró Torres Balbás y la adaptación museológica y museográfica que realizó del Monumento para «que la visita pública fuese más amable. Su reto fue conseguir que los visitantes concibiesen este espacio como una ciudad-palacio y no solo como un conjunto de bellos palacios. Se implicaba y creía de tal modo en su trabajo que era él mismo quien explicaba la Alhambra a numerosas personalidades de la época, como por ejemplo al músico Manuel de Falla, al que le acompañó en una visita».
Después, la secretaria general del PAG, Victoria E. Chamorro, ha centrado su ponencia en la evolución de la visita pública en la Alhambra a lo largo del tiempo, y, para terminar, los profesores de Botánica de la Universidad de Granada han realizado un repaso por los Jardines de Torres Balbás en la Alhambra, entre la tradición y la modernidad.
Hasta el próximo viernes, arquitectos, restauradores y conservadores reflexionarán sobre las aportaciones de Torres Balbás a la historia y conservación del Patrimonio cultural. Medio centenar de alumnos participan de este foro de debate y análisis que tiene lugar en el Palacio de Carlos V.
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Chapapría dice que la vida de Torres Balbás fue una «metáfora» de la Historia de España

La Alhambra que encontró el arquitecto Leopoldo Torres Balbás (1888-1961) en 1923, tras su nombramiento como responsable de conservación, así como su faceta más personal y biográfica fueron los protagonistas de la segunda jornada del curso La internalización de los criterios de conservación en el Patrimonio cultural: de la Carta de Atenas al Memorandum de Viena, a propósito de Torres Balbás, organizado por el Patronato de la Alhambra y Generalife en colaboración con el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada.

El arquitecto y profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, Julián Esteban Chapapría, abrió la sesión de mañana con una semblanza personal y profesional de Torres Balbás y un análisis de los arquitectos conservadores de monumentos entre 1929 y 1958. «Su vida es una metáfora de la Historia de España», explicó Chapapría quien definió a Torres Balbás como «un hombre sincero que defendió la verdad por encima de todo. Amaba a la Alhambra y siempre recordó con nostalgia los años que ejerció como arquitecto conservador del Monumento, de 1923 a 1936».

Por su parte, la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca, realizó un recorrido por la Alhambra que encontró Torres Balbás y la adaptación museológica y museográfica que realizó del monumento para «que la visita pública fuese más amable. Su reto fue conseguir que los visitantes concibiesen este espacio como una ciudad-palacio y no solo como un conjunto de bellos palacios. Se implicaba y creía de tal modo en su trabajo que era él mismo quien explicaba la Alhambra a numerosas personalidades de la época, como por ejemplo al músico Manuel de Falla, al que le acompañó en una visita».

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Chapapría dice que la vida de Torres Balbás fue una «metáfora» de la Historia de España

La Alhambra que encontró el arquitecto Leopoldo Torres Balbás (1888-1961) en 1923, tras su nombramiento como responsable de conservación, así como su faceta más personal y biográfica fueron los protagonistas de la segunda jornada del curso La internalización de los criterios de conservación en el Patrimonio cultural: de la Carta de Atenas al Memorandum de Viena, a propósito de Torres Balbás, organizado por el Patronato de la Alhambra y Generalife en colaboración con el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada.

El arquitecto y profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, Julián Esteban Chapapría, abrió la sesión de mañana con una semblanza personal y profesional de Torres Balbás y un análisis de los arquitectos conservadores de monumentos entre 1929 y 1958. «Su vida es una metáfora de la Historia de España», explicó Chapapría quien definió a Torres Balbás como «un hombre sincero que defendió la verdad por encima de todo. Amaba a la Alhambra y siempre recordó con nostalgia los años que ejerció como arquitecto conservador del Monumento, de 1923 a 1936».

Por su parte, la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca, realizó un recorrido por la Alhambra que encontró Torres Balbás y la adaptación museológica y museográfica que realizó del monumento para «que la visita pública fuese más amable. Su reto fue conseguir que los visitantes concibiesen este espacio como una ciudad-palacio y no solo como un conjunto de bellos palacios. Se implicaba y creía de tal modo en su trabajo que era él mismo quien explicaba la Alhambra a numerosas personalidades de la época, como por ejemplo al músico Manuel de Falla, al que le acompañó en una visita».

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Acto oficial de bienvenida a los estudiantes internacionales de la UGR

l miércoles 18 de septiembre, a las 11 h., en el Parque de las Ciencias, se va a celebrar el acto oficial para dar la bienvenida los más de 2.000 estudiantes internacionales que estudiarán en la UGR el curso completo 2013/2014 o el primer semestre.

En el acto se contará con la presencia de la vicerrectora de Relaciones Internacionales y Cooperación al Desarrollo, Dorothy Kelly. Asistirán también los cónsules honorarios con sede en Granada: Chipre, Francia, Suecia e Italia.

La UGR es la universidad líder en Europa en envío y recepción de estudiantes Erasmus, y recibe asimismo numerosos estudiantes de otras regiones del mundo.

Contacto: Javier Hernández Andrés. Director del Secretariado de Internacionalización y Promoción. Vicerrectorado de Relaciones Internacionales y Cooperación al Desarrollo. Universidad de Granada.

CONVOCATORIA:

ASUNTO: Acto oficial de bienvenida a los estudiantes internacionales de la UGR.
DÍA: miércoles 18 de septiembre.
HORA: 11 h.
LUGAR: Parque de las Ciencias.

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Un catedrático de la Universidad de Granada, premio de honor de la UIB

Redacción 17 de septiembre de 2013 Enviar a un amigo

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Este premio se concede por la UIB de forma muy excepcional ya que en sus más de treinta años de historia hasta ahora sólo lo había conseguido el Sr. John Dalli, comisario de Salud y Política de Consumo de la UE.

El profesor Gil ha contribuido, a través de sus trabajos de investigación y como presidente del Comité Científico Español del Pan, a dar a conocer los beneficios para la salud del consumo regular del pan en cantidades moderadas.

Recientemente, con su grupo de investigación ha llevado a cabo un estudio sobre el índice glicémico, carga glicémica e índice insulinogénico, así como saciedad y plenitud de varios panes españoles, constatando que no sólo las diferencias de composición del pan sino los procesos de manufactura aplicados tienen una influencia manifiesta en estos biomarcadores.

Así el pan de Alfacar y los panes ecológicos producidos con harina integral de trigo tienen unos índices glicémicos del orden del 70% y una carga glicémica inferior a 20, con lo que su consumo puede ser aceptable para la dieta de los diabéticos.

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Un catedrático de la Universidad de Granada, premio de honor de la UIB

Redacción 17 de septiembre de 2013 Enviar a un amigo

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Este premio se concede por la UIB de forma muy excepcional ya que en sus más de treinta años de historia hasta ahora sólo lo había conseguido el Sr. John Dalli, comisario de Salud y Política de Consumo de la UE.

El profesor Gil ha contribuido, a través de sus trabajos de investigación y como presidente del Comité Científico Español del Pan, a dar a conocer los beneficios para la salud del consumo regular del pan en cantidades moderadas.

Recientemente, con su grupo de investigación ha llevado a cabo un estudio sobre el índice glicémico, carga glicémica e índice insulinogénico, así como saciedad y plenitud de varios panes españoles, constatando que no sólo las diferencias de composición del pan sino los procesos de manufactura aplicados tienen una influencia manifiesta en estos biomarcadores.

Así el pan de Alfacar y los panes ecológicos producidos con harina integral de trigo tienen unos índices glicémicos del orden del 70% y una carga glicémica inferior a 20, con lo que su consumo puede ser aceptable para la dieta de los diabéticos.

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Abierto el plazo de inscripción para los talleres de ´Casa de Porras´ de Granada

Su portada es renacentista, la configura un patio central, bajo el que hay un aljibe y pilar adosado. Tiene un amplio jardín posterior. Se utiliza para actividades culturales, promovidas por el Vicerrectorado de Estudiantes de la Universidad de Granada.

Entre estas actividades destacan por su variedad los talleres de la Casa de Porras, que se organizan cada trimestre. La matrícula para el módulo que se impartirá entre octubre y diciembre se puede realizar desde el próximo día 23 de septiembre al 18 de octubre, para los cursos que darán comienzo en la semana del día 21 de octubre.

TALLERES MÓDULO OCTUBRE – DICIEMBRE CASA DE PORRAS

Matrícula: del 23 de septiembre al 18 de octubre.

Inicio talleres: 21 de octubre.

Duración: 24 horas repartidas en 8 semanas.

Precios: 52.50 €.

Teléfono: 958 22 44 25.

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