Dieta Mediterránea no es sólo dieta, es un estilo de vida activo y saludable. Se trata de un patrón de alimentación equilibrado, caracterizado por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales, aceite de oliva y práctica de ejercicio, y en el que tiene cabida el consumo moderado de bebidas fermentadas como la cerveza.
De hecho, diversas investigaciones han demostrado que los consumidores moderados de cerveza siguen el patrón alimentario de la Dieta Mediterránea y tendrían menor prevalencia de enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión e incluso menor masa corporal que los no bebedores1. Estas son algunas de las conclusiones que se han presentado hoy en Granada en el simposio ‘Cerveza y Dieta Mediterránea’, celebrado en el marco del XX International Congress of Nutrition (IUNS).
Una alimentación variada y equilibrada es uno de los pilares de la Dieta Mediterránea, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en el año 2010, y además, las bebidas fermentadas consumidas de forma moderada también podrían formar parte de este estilo de vida; así lo constata un artículo publicado en la revista Public Health Nutrition, que las incluye en el texto de la Dieta Mediterránea que acompaña a la pirámide de alimentos. Este ha sido el hilo conductor de la intervención en el simposio del Prof. Lluis Serra Majem, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, quien ha declarado que ‘la cerveza, consumida en cantidades moderadas, es un ingrediente de la Dieta Mediterránea actual’.
El Prof. Serra ha explicado, además, que la cerveza es una bebida milenaria elaborada con ingredientes naturales –agua, cerveza y lúpulo- y con bajo contenido alcohólico, cuyo consumo moderado podría aportar nutrientes a la dieta habitual así como otros compuestos beneficiosos para la salud. En palabras del profesor ‘su composición la diferencia del resto de bebidas y le confiere un especial interés nutritivo, por lo que siempre ha estado ligada a la Dieta Mediterránea clásica’.
Asimismo, ha explicado cómo esta bebida fermentada ya formó parte en la Antigüedad de la cultura mediterránea, por lo que ‘tiene derecho a reclamar su protagonismo como ingrediente de uno de los modelos alimentarios más saludables del planeta’. De esta forma, ha relatado anécdotas de su historia como que la cerveza ya formaba parte de la dieta de los faraones egipcios hace 5.000 años, que los griegos aprendieron de los egipcios el arte de la elaboración de la bebida o que Sófocles ya analizó en su época (450 a.C) el concepto de moderación, que en la actualidad está establecido en aproximadamente 1-2 cañas diarias para las mujeres y 2-3 para el caso de los hombres.
Los hábitos más saludables, los de los consumidores de cerveza
Por su parte, la Prof. Rosa Ortega, Catedrática de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, ha seguido la misma línea presentando los resultados preliminares de la investigación ‘Relación entre el consumo moderado de cerveza, calidad nutricional de la dieta y tipo de hábitos alimentarios’, que está llevando a cabo junto al Prof. Serra. La Dra. Ortega ha afirmado que, según las primeras conclusiones, los consumidores moderados de cerveza tendrían hábitos alimentarios más saludables, con mayor aporte de cereales, frutas, verduras, carnes y pescado, que los no consumidores. Por ello, ha continuado, ‘llegan a tener mejores niveles de vitamina E, B2 y otros antioxidantes en suero, así como cifras más altas de colesterol HDL, con lo que presentarían menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, hipertensión o diabetes’.
La investigadora de la Complutense también se ha referido a una investigación sobre consumo de cerveza y antioxidantes realizada en adultos de entre 18 y 50 años con el objetivo de analizar el poder antioxidante del plasma en función de la bebida consumida de manera habitual. Ha explicado que ‘se comprobó que los sujetos que tomaban hasta tres cañas al día obtuvieron valores más elevados del marcador que cuantifica la capacidad antioxidante total del plasma (FRAP), que los que tomaban menos de una unidad o que los que no tomaban cerveza’. Así, la Dra. Ortega ha afirmado que ‘estos resultados avalan que el consumo moderado de cerveza podría contribuir a mejorar la protección antioxidante’.
Asimismo, se ha hecho eco de otra investigación3 publicada en American Journal of Medical Science que demuestra que los componentes antioxidantes y fitoestrogénicos de la cerveza, junto a su contenido en minerales y vitaminas, se asociarían a un descenso en enfermedades cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer por sus propiedades antioxidantes, antinflamatorias, anticoagulantes y antivirales, entre otras.
Y, además, no engorda
Para finalizar su intervención en el simposio, la Dra. Rosa Ortega ha hecho referencia al bajo contenido calórico de la cerveza, que contiene 45 kcal. por cada 100 ml., es decir, 90 kcal. por caña. Ha explicado las conclusiones de varios estudios científicos que han demostrado que las razones de la llamada «curva de la felicidad» son una alimentación desequilibrada, la falta de ejercicio y, en algunos casos, la información genética. En palabras de la investigadora, ‘incluso algunas investigaciones sugieren que en mujeres postmenopáusicas de peso normal, el consumo moderado de cerveza se asocia con una reducción del riesgo de padecer sobrepeso y obesidad posteriormente’.
La Dieta Mediterránea, con cerveza y con ejercicio, mejor y más saludable
Por su parte, el Prof. Manuel Castillo, Catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, en su intervención titulada ‘La Dieta Mediterránea no es sólo dieta’, ha revelado los beneficios que un estilo de vida activo podrían derivar en muchos aspectos de la salud, así como qué relación existe entre el consumo moderado de cerveza y la recuperación del deportista tras el ejercicio.
El Prof. Castillo ha explicado los resultados de una investigación realizada por la Universidad de Granada y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que concluye que el consumo moderado de cerveza tras la práctica de ejercicio físico podría permitir recuperar las pérdidas hídricas en medidas similares al agua. ‘La cerveza contiene maltodextrinas, carbohidratos de gran interés para la nutrición deportiva, que corrigen la posibilidad de hipoglucemia, ya que se metabolizan más lentamente, dando lugar a concentraciones de glucosa en plasma menos elevadas y más extendidas’, por lo que su consumo moderado ayudaría al metabolismo del deportista a recuperarse tras hacer deporte.
Además, el Prof. Castillo ha desarrollado otra idea basada en la importancia de hacer ejercicio y pasarlo bien, incluyéndolo como parte imprescindible de un estilo de vida saludable como es la Dieta Mediterránea. Así, ha asegurado que ‘el simple hecho de disfrutar y obtener placer por lo que hacemos aumenta la resistencia al estrés y, por tanto, protege nuestra salud, y eso mismo sucede cuando disfrutamos de una bebida como la cerveza, que además de calmar nuestra sed, nos apetece’. Para concluir, el investigador granadino ha animado a volver al patrón de alimentación de la Dieta Mediterránea porque no sólo son pautas alimentarias, ‘sino una forma de vivir donde se comparte más, se socializa más y se disfruta más de los que nos rodea’.
Centro de Información Cerveza y Salud
Desde su fundación en 1998, el Centro de Información Cerveza y Salud (CICS), entidad de carácter científico que promueve la investigación sobre las propiedades nutricionales del consumo moderado de cerveza y su relación con la salud, ha querido dar respuesta a la demanda informativa existente en nuestro país en torno a esta bebida apoyando todas aquellas iniciativas relacionadas con su investigación y proporcionando a los profesionales sanitarios y la sociedad información objetiva y contrastada, bajo la supervisión de los profesionales de la medicina, la dietética y la nutrición que conforman el Comité Científico de esta entidad.
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