UGR apuesta por construir junto al Hospital Universitario pero sin olvidar el clínico militar

La Facultad de Ciencias de la Salud agradece su ubicación en el Campus Universitario mientras se resuelve su futuro. Rafael Guisado, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Granada (UGR), recordó ayer que la ubicación que se ajusta mejor a las necesidades del centro universitario que dirige se encuentra en las inmediaciones del Hospital del Ingesa, en Loma Colmenar. De este modo, su conjunto lograría una configuración similar a la de otras ciudades españolas, en las que los estudiantes de la Facultad se encuentran cerca de su centro de trabajo o prácticas.
No obstante, el decano agradeció a las administraciones su integración en el Campus Universitario Teniente Ruiz, un equipamiento que reúne las características para la mejora de las condiciones en las que desarrollaba su actividad en Paseo de la Marina. Reconocimiento que secundó Jesús Ramírez, vicedecano de Estudiantes, Relaciones Internacionales e Investigación.
Una medida temporal porque, a medio plazo, la UGR pretende que la antes conocida como Escuela de Enfermería se instale en el Hospital Militar en caso de que la construcción de un nuevo edificio se prolongue en el tiempo, expuso Guisado. De nuevo, la proximidad con el clínico civil y sus propias instalaciones concebidas para la actividad sanitaria convierten este enclave en privilegiado para la docencia en la especialidad de Ciencias de la Salud, subrayó su decano.
Ramírez hizo una mención especial a la Ciudad Autónoma por otorgar su protección a la Escuela de Enfermería desde 1978. También tuvo palabras de reconocimiento para la Delegación del Gobierno y su canalización de las preguntas parlamentarias relativas a su situación además de mediar ante la Junta de Andalucía.
Tanto Guisado como Ramírez también mencionaron a la Universidad de la capital nazarí al considerar a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla como «parte del campus y tiene a gala ser la única universidad española con sede en dos continentes», añadió el vicedecano.
A Cruz Roja también dedicaron palabras de respeto y admiración, «puesto que confió en nosotros para el desarrollo de este proyecto», ya que el inmueble que abandonan antes de final de mes es propiedad de esta institución humanitaria.
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UGR apuesta por construir junto al Hospital Universitario pero sin olvidar el clínico militar

La Facultad de Ciencias de la Salud agradece su ubicación en el Campus Universitario mientras se resuelve su futuro. Rafael Guisado, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Granada (UGR), recordó ayer que la ubicación que se ajusta mejor a las necesidades del centro universitario que dirige se encuentra en las inmediaciones del Hospital del Ingesa, en Loma Colmenar. De este modo, su conjunto lograría una configuración similar a la de otras ciudades españolas, en las que los estudiantes de la Facultad se encuentran cerca de su centro de trabajo o prácticas.
No obstante, el decano agradeció a las administraciones su integración en el Campus Universitario Teniente Ruiz, un equipamiento que reúne las características para la mejora de las condiciones en las que desarrollaba su actividad en Paseo de la Marina. Reconocimiento que secundó Jesús Ramírez, vicedecano de Estudiantes, Relaciones Internacionales e Investigación.
Una medida temporal porque, a medio plazo, la UGR pretende que la antes conocida como Escuela de Enfermería se instale en el Hospital Militar en caso de que la construcción de un nuevo edificio se prolongue en el tiempo, expuso Guisado. De nuevo, la proximidad con el clínico civil y sus propias instalaciones concebidas para la actividad sanitaria convierten este enclave en privilegiado para la docencia en la especialidad de Ciencias de la Salud, subrayó su decano.
Ramírez hizo una mención especial a la Ciudad Autónoma por otorgar su protección a la Escuela de Enfermería desde 1978. También tuvo palabras de reconocimiento para la Delegación del Gobierno y su canalización de las preguntas parlamentarias relativas a su situación además de mediar ante la Junta de Andalucía.
Tanto Guisado como Ramírez también mencionaron a la Universidad de la capital nazarí al considerar a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla como «parte del campus y tiene a gala ser la única universidad española con sede en dos continentes», añadió el vicedecano.
A Cruz Roja también dedicaron palabras de respeto y admiración, «puesto que confió en nosotros para el desarrollo de este proyecto», ya que el inmueble que abandonan antes de final de mes es propiedad de esta institución humanitaria.
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Déficit de yodo en embarazadas disminuye el coeficiente intelectual de hijos

66572 Un equipo internacional de científicos, pertenecientes al proyecto europeo ‘Nutrimenthe’, que coordina la profesora de la Universidad de Granada (UGR) Cristina Campoy Folgoso, ha descubierto que el déficit de yodo durante el embarazo tiene efectos perjudiciales en el desarrollo cognitivo del niño.
Martes 09 de julio de 2013
Un equipo internacional de científicos, pertenecientes al proyecto europeo ‘Nutrimenthe’, que coordina la profesora de la Universidad de Granada (UGR) Cristina Campoy Folgoso, ha descubierto que el déficit de yodo durante el embarazo tiene efectos perjudiciales en el desarrollo cognitivo del niño.

Ampliar foto Los resultados de esta investigación, publicados en la revista The Lancet, han revelado que los niños nacidos de madres que presentaron deficiencia de yodo durante la gestación mostraron, a los ocho años de edad, un coeficiente intelectual tres puntos inferior que los demás, así como peor habilidad para la lectura a los nueve años, según ha informado este martes en un comunicado la UGR.

Los investigadores recuerdan que el yodo es esencial para el crecimiento, el desarrollo cerebral, la síntesis de hormonas tiroideas y la regulación de numerosos procesos metabólicos en el organismo.

Por ello, sostienen que la deficiencia de yodo determina alteraciones del desarrollo cognitivo y, por lo tanto, un correcto estado nutricional en yodo resulta especialmente relevante durante la gestación y los primeros años de vida para el desarrollo del cerebro del bebé.

Estos resultados han surgido tras un reciente análisis del estudio ‘Alspac’ por las profesoras Sara Bath y Pauline Emmett, realizado en el contexto del proyecto europeo ‘Nutrimenthe’.

Además, recuerdan que el déficit de yodo en la población no es un problema únicamente de países en vías de desarrollo, pues informes recientes revelan índices bajos de yodo en países industrializados. En el Reino Unido, donde se ha llevado a cabo esta investigación, se ha detectado que la deficiencia de yodo es muy común: afecta a dos tercios de las mujeres, especialmente a aquellas en edad fértil.

Otros países, como Holanda, España o Dinamarca, hace tiempo que adoptaron medidas de prevención como la suplementación de la sal común con yodo para asegurar un mayor aporte de este mineral a través de la alimentación. En el estudio ‘Alspac’, los científicos reclutaron más de 10.000 mujeres embarazadas, a quienes se tomaron muestras de orina.

Se han analizado las concentraciones de yodo en muestras de orina de 1.040 de ellas. Posteriormente, mediante pruebas de neurodesarrollo y la evaluación de diferentes habilidades cognitivas a los ocho y nueve años de edad, investigaron la relación de estos niveles de yodo y el desarrollo cognitivo de sus hijos.

Tras el análisis de los resultados, los científicos descubrieron que a los 8 años de edad hay tres puntos de diferencia en el coeficiente intelectual de los niños nacidos de madres con bajas concentraciones de yodo en los primeros meses del embarazo, frente a aquellos nacidos de madres que tenían niveles de yodo por encima del límite mínimo.

Mejor el yodo natural Ante estos resultados, los expertos recomiendan una ingesta suficiente de yodo en las mujeres embarazadas, procurando obtenerlo a partir de alimentos naturales, principalmente del pescado, marisco y productos lácteos.

Se desaconseja el consumo de algas o suplementos que las contengan, pues podría provocar problemas tiroideos por exceso de ingesta de este mineral. Éstas y otras recomendaciones han sido publicadas a través de la British Dietetic Association, donde los autores aconsejan una ingesta diaria de yodo durante la gestación y la lactancia de 250 microgramos/día, mientras que para el resto de adultos bastaría con 150 microgramos/día.

El Proyecto Europeo ‘Nutrimenthe’, del VII Programa Marco de la UE, ha sido financiado con más de seis millones de euros, y desde 2008 lo coordina la profesora de la UGR Cristina Campoy.

Veinte centros y más de 120 investigadores colaboran para el avance de esta investigación, con el objetivo de determinar los efectos de la dieta durante la vida precoz sobre el desarrollo cognitivo, el rendimiento mental y el desarrollo de la conducta y del comportamiento de los más de 20.000 niños involucrados en toda Europa.

Tanto los datos de este estudio sobre el yodo como otros resultados de este Proyecto Europeo serán presentados y debatidos por expertos internacionales en Granada los días 13 y 14 de septiembre, durante la ‘Nutrimenthe Internacional Conference’, que está siendo organizada desde la Universidad de Granada.

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Déficit de yodo en embarazadas disminuye el coeficiente intelectual de hijos

66572 Un equipo internacional de científicos, pertenecientes al proyecto europeo ‘Nutrimenthe’, que coordina la profesora de la Universidad de Granada (UGR) Cristina Campoy Folgoso, ha descubierto que el déficit de yodo durante el embarazo tiene efectos perjudiciales en el desarrollo cognitivo del niño.
Martes 09 de julio de 2013
Un equipo internacional de científicos, pertenecientes al proyecto europeo ‘Nutrimenthe’, que coordina la profesora de la Universidad de Granada (UGR) Cristina Campoy Folgoso, ha descubierto que el déficit de yodo durante el embarazo tiene efectos perjudiciales en el desarrollo cognitivo del niño.

Ampliar foto Los resultados de esta investigación, publicados en la revista The Lancet, han revelado que los niños nacidos de madres que presentaron deficiencia de yodo durante la gestación mostraron, a los ocho años de edad, un coeficiente intelectual tres puntos inferior que los demás, así como peor habilidad para la lectura a los nueve años, según ha informado este martes en un comunicado la UGR.

Los investigadores recuerdan que el yodo es esencial para el crecimiento, el desarrollo cerebral, la síntesis de hormonas tiroideas y la regulación de numerosos procesos metabólicos en el organismo.

Por ello, sostienen que la deficiencia de yodo determina alteraciones del desarrollo cognitivo y, por lo tanto, un correcto estado nutricional en yodo resulta especialmente relevante durante la gestación y los primeros años de vida para el desarrollo del cerebro del bebé.

Estos resultados han surgido tras un reciente análisis del estudio ‘Alspac’ por las profesoras Sara Bath y Pauline Emmett, realizado en el contexto del proyecto europeo ‘Nutrimenthe’.

Además, recuerdan que el déficit de yodo en la población no es un problema únicamente de países en vías de desarrollo, pues informes recientes revelan índices bajos de yodo en países industrializados. En el Reino Unido, donde se ha llevado a cabo esta investigación, se ha detectado que la deficiencia de yodo es muy común: afecta a dos tercios de las mujeres, especialmente a aquellas en edad fértil.

Otros países, como Holanda, España o Dinamarca, hace tiempo que adoptaron medidas de prevención como la suplementación de la sal común con yodo para asegurar un mayor aporte de este mineral a través de la alimentación. En el estudio ‘Alspac’, los científicos reclutaron más de 10.000 mujeres embarazadas, a quienes se tomaron muestras de orina.

Se han analizado las concentraciones de yodo en muestras de orina de 1.040 de ellas. Posteriormente, mediante pruebas de neurodesarrollo y la evaluación de diferentes habilidades cognitivas a los ocho y nueve años de edad, investigaron la relación de estos niveles de yodo y el desarrollo cognitivo de sus hijos.

Tras el análisis de los resultados, los científicos descubrieron que a los 8 años de edad hay tres puntos de diferencia en el coeficiente intelectual de los niños nacidos de madres con bajas concentraciones de yodo en los primeros meses del embarazo, frente a aquellos nacidos de madres que tenían niveles de yodo por encima del límite mínimo.

Mejor el yodo natural Ante estos resultados, los expertos recomiendan una ingesta suficiente de yodo en las mujeres embarazadas, procurando obtenerlo a partir de alimentos naturales, principalmente del pescado, marisco y productos lácteos.

Se desaconseja el consumo de algas o suplementos que las contengan, pues podría provocar problemas tiroideos por exceso de ingesta de este mineral. Éstas y otras recomendaciones han sido publicadas a través de la British Dietetic Association, donde los autores aconsejan una ingesta diaria de yodo durante la gestación y la lactancia de 250 microgramos/día, mientras que para el resto de adultos bastaría con 150 microgramos/día.

El Proyecto Europeo ‘Nutrimenthe’, del VII Programa Marco de la UE, ha sido financiado con más de seis millones de euros, y desde 2008 lo coordina la profesora de la UGR Cristina Campoy.

Veinte centros y más de 120 investigadores colaboran para el avance de esta investigación, con el objetivo de determinar los efectos de la dieta durante la vida precoz sobre el desarrollo cognitivo, el rendimiento mental y el desarrollo de la conducta y del comportamiento de los más de 20.000 niños involucrados en toda Europa.

Tanto los datos de este estudio sobre el yodo como otros resultados de este Proyecto Europeo serán presentados y debatidos por expertos internacionales en Granada los días 13 y 14 de septiembre, durante la ‘Nutrimenthe Internacional Conference’, que está siendo organizada desde la Universidad de Granada.

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Déficit de yodo en embarazadas baja coeficiente intelectual de hijos

66572 Un equipo internacional de científicos, perteneciente al proyecto europeo Nutrimenthe y coordinado por la Universidad de Granada, ha descubierto que el déficit de yodo durante el embarazo tiene efectos perjudiciales en el desarrollo cognitivo del niño.

 

Los resultados de esta investigación, publicados en la revista «The Lancet», han revelado que los niños nacidos de madres que presentaron deficiencia de yodo durante la gestación mostraron, a los ocho años, un coeficiente intelectual tres puntos inferior que los demás, y peor habilidad para la lectura a los nueve años, ha informado la Universidad de Granada.

El yodo es esencial para el crecimiento, el desarrollo cerebral, la síntesis de hormonas tiroideas y la regulación de numerosos procesos metabólicos en el organismo.

La deficiencia de yodo determina alteraciones del desarrollo cognitivo y, por lo tanto, un correcto estado nutricional en yodo resulta especialmente relevante durante la gestación y los primeros años de vida para el desarrollo del cerebro del bebe.

PROBLEMA COMÚN
El déficit de yodo en la población no es un problema únicamente de países en vías de desarrollo, pues informes recientes revelan índices bajos de yodo en países industrializados.

En el Reino Unido, donde se ha llevado a cabo la investigación, se ha detectado que la deficiencia de yodo es muy común: afecta a dos tercios de las mujeres, especialmente a aquellas en edad fértil.

Otros países como Holanda, España y Dinamarca hace tiempo que adoptaron medidas de prevención como la suplementación de la sal común con yodo para asegurar un mayor aporte de este mineral a través de la alimentación.

Ante estos resultados, los expertos recomiendan una ingesta suficiente de yodo en las mujeres embarazadas, procurando obtenerlo a partir de alimentos naturales, principalmente del pescado, marisco y productos lácteos.

Se desaconseja el consumo de algas o suplementos que las contengan, pues podría provocar problemas tiroideos por exceso de ingesta de este mineral.

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Déficit de yodo en embarazadas baja coeficiente intelectual de hijos

66572 Un equipo internacional de científicos, perteneciente al proyecto europeo Nutrimenthe y coordinado por la Universidad de Granada, ha descubierto que el déficit de yodo durante el embarazo tiene efectos perjudiciales en el desarrollo cognitivo del niño.

 

Los resultados de esta investigación, publicados en la revista «The Lancet», han revelado que los niños nacidos de madres que presentaron deficiencia de yodo durante la gestación mostraron, a los ocho años, un coeficiente intelectual tres puntos inferior que los demás, y peor habilidad para la lectura a los nueve años, ha informado la Universidad de Granada.

El yodo es esencial para el crecimiento, el desarrollo cerebral, la síntesis de hormonas tiroideas y la regulación de numerosos procesos metabólicos en el organismo.

La deficiencia de yodo determina alteraciones del desarrollo cognitivo y, por lo tanto, un correcto estado nutricional en yodo resulta especialmente relevante durante la gestación y los primeros años de vida para el desarrollo del cerebro del bebe.

PROBLEMA COMÚN
El déficit de yodo en la población no es un problema únicamente de países en vías de desarrollo, pues informes recientes revelan índices bajos de yodo en países industrializados.

En el Reino Unido, donde se ha llevado a cabo la investigación, se ha detectado que la deficiencia de yodo es muy común: afecta a dos tercios de las mujeres, especialmente a aquellas en edad fértil.

Otros países como Holanda, España y Dinamarca hace tiempo que adoptaron medidas de prevención como la suplementación de la sal común con yodo para asegurar un mayor aporte de este mineral a través de la alimentación.

Ante estos resultados, los expertos recomiendan una ingesta suficiente de yodo en las mujeres embarazadas, procurando obtenerlo a partir de alimentos naturales, principalmente del pescado, marisco y productos lácteos.

Se desaconseja el consumo de algas o suplementos que las contengan, pues podría provocar problemas tiroideos por exceso de ingesta de este mineral.

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El déficit de yodo en embarazadas disminuye el coeficiente intelectual de sus hijos

66572 Un equipo internacional de científicos, pertenecientes al proyecto europeo NUTRIMENTHE, que coordina la profesora de la Universidad de Granada Cristina Campoy Folgoso, ha descubierto que el déficit de yodo durante el embarazo tiene efectos perjudiciales en el desarrollo cognitivo del niño. Los resultados de esta investigación, publicados en la revista The Lancet, han revelado que los niños nacidos de madres que presentaron deficiencia de yodo durante la gestación mostraron, a los ocho años de edad, un coeficiente intelectual tres puntos inferior que los demás, y peor habilidad para la lectura a los nueve años.

El yodo es esencial para el crecimiento, el desarrollo cerebral, la síntesis de hormonas tiroideas y la regulación de numerosos procesos metabólicos en el organismo. La deficiencia de yodo determina alteraciones del desarrollo cognitivo y, por lo tanto, un correcto estado nutricional en yodo resulta especialmente relevante durante la gestación y los primeros años de vida para el desarrollo del cerebro del bebé.

Estos resultados han surgido tras un reciente análisis del estudio ALSPAC por las profesoras Sara Bath y Pauline Emmett realizado en el contexto del proyecto europeo NUTRIMENTHE. El déficit de yodo en la población no es un problema únicamente de países en vías de desarrollo, pues informes recientes revelan índices bajos de yodo en países industrializados.
Problema común

En el Reino Unido, donde se ha llevado a cabo esta investigación, se ha detectado que la deficiencia de yodo es muy común: afecta a dos tercios de las mujeres, especialmente a aquellas en edad fértil. Otros países, como Holanda, España o Dinamarca, hace tiempo que adoptaron medidas de prevención como la suplementación de la sal común con yodo para asegurar un mayor aporte de este mineral a través de la alimentación.

En el estudio ALSPAC, los científicos reclutaron más de 10.000 mujeres embarazadas, a quienes se tomaron muestras de orina. Se han analizado las concentraciones de yodo en muestras de orina de 1.040 de ellas.

Además, posteriormente, mediante pruebas de neurodesarrollo y la evaluación de diferentes habilidades cognitivas a los ocho y nueve años de edad, investigaron la relación de estos niveles de yodo y el desarrollo cognitivo de sus hijos.

Tras el análisis de los resultados, los científicos descubrieron que a los 8 años de edad hay tres puntos de diferencia en el coeficiente intelectual de los niños nacidos de madres con bajas concentraciones de yodo en los primeros meses del embarazo, frente a aquellos nacidos de madres que tenían niveles de yodo por encima del límite mínimo.

Mejor el yodo natural
Ante estos resultados, los expertos recomiendan una ingesta suficiente de yodo en las mujeres embarazadas, procurando obtenerlo a partir de alimentos naturales, principalmente del pescado, marisco y productos lácteos. Se desaconseja el consumo de algas o suplementos que las contengan, pues podría provocar problemas tiroideos por exceso de ingesta de este mineral. Éstas y otras recomendaciones han sido publicadas a través de la British Dietetic Association, donde los autores aconsejan una ingesta diaria de yodo durante la gestación y la lactancia de 250 μg/día, mientras que para el resto de adultos bastaría con 150 μg/día.

El Proyecto Europeo NUTRIMENTHE, del 7º Programa Marco de la Unión Europea, ha sido financiado con más de 6 millones de euros, y desde 2008 lo coordina la profesora de la UGR Cristina Campoy. Veinte centros y más de 120 investigadores colaboran para el avance de esta investigación, con el objetivo de determinar los efectos de la dieta durante la vida precoz sobre el desarrollo cognitivo, el rendimiento mental y el desarrollo de la conducta y del comportamiento de los más de 20.000 niños involucrados en toda Europa.

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El déficit de yodo en embarazadas disminuye el coeficiente intelectual de sus hijos

66572 Un equipo internacional de científicos, pertenecientes al proyecto europeo NUTRIMENTHE, que coordina la profesora de la Universidad de Granada Cristina Campoy Folgoso, ha descubierto que el déficit de yodo durante el embarazo tiene efectos perjudiciales en el desarrollo cognitivo del niño. Los resultados de esta investigación, publicados en la revista The Lancet, han revelado que los niños nacidos de madres que presentaron deficiencia de yodo durante la gestación mostraron, a los ocho años de edad, un coeficiente intelectual tres puntos inferior que los demás, y peor habilidad para la lectura a los nueve años.

El yodo es esencial para el crecimiento, el desarrollo cerebral, la síntesis de hormonas tiroideas y la regulación de numerosos procesos metabólicos en el organismo. La deficiencia de yodo determina alteraciones del desarrollo cognitivo y, por lo tanto, un correcto estado nutricional en yodo resulta especialmente relevante durante la gestación y los primeros años de vida para el desarrollo del cerebro del bebé.

Estos resultados han surgido tras un reciente análisis del estudio ALSPAC por las profesoras Sara Bath y Pauline Emmett realizado en el contexto del proyecto europeo NUTRIMENTHE. El déficit de yodo en la población no es un problema únicamente de países en vías de desarrollo, pues informes recientes revelan índices bajos de yodo en países industrializados.
Problema común

En el Reino Unido, donde se ha llevado a cabo esta investigación, se ha detectado que la deficiencia de yodo es muy común: afecta a dos tercios de las mujeres, especialmente a aquellas en edad fértil. Otros países, como Holanda, España o Dinamarca, hace tiempo que adoptaron medidas de prevención como la suplementación de la sal común con yodo para asegurar un mayor aporte de este mineral a través de la alimentación.

En el estudio ALSPAC, los científicos reclutaron más de 10.000 mujeres embarazadas, a quienes se tomaron muestras de orina. Se han analizado las concentraciones de yodo en muestras de orina de 1.040 de ellas.

Además, posteriormente, mediante pruebas de neurodesarrollo y la evaluación de diferentes habilidades cognitivas a los ocho y nueve años de edad, investigaron la relación de estos niveles de yodo y el desarrollo cognitivo de sus hijos.

Tras el análisis de los resultados, los científicos descubrieron que a los 8 años de edad hay tres puntos de diferencia en el coeficiente intelectual de los niños nacidos de madres con bajas concentraciones de yodo en los primeros meses del embarazo, frente a aquellos nacidos de madres que tenían niveles de yodo por encima del límite mínimo.

Mejor el yodo natural
Ante estos resultados, los expertos recomiendan una ingesta suficiente de yodo en las mujeres embarazadas, procurando obtenerlo a partir de alimentos naturales, principalmente del pescado, marisco y productos lácteos. Se desaconseja el consumo de algas o suplementos que las contengan, pues podría provocar problemas tiroideos por exceso de ingesta de este mineral. Éstas y otras recomendaciones han sido publicadas a través de la British Dietetic Association, donde los autores aconsejan una ingesta diaria de yodo durante la gestación y la lactancia de 250 μg/día, mientras que para el resto de adultos bastaría con 150 μg/día.

El Proyecto Europeo NUTRIMENTHE, del 7º Programa Marco de la Unión Europea, ha sido financiado con más de 6 millones de euros, y desde 2008 lo coordina la profesora de la UGR Cristina Campoy. Veinte centros y más de 120 investigadores colaboran para el avance de esta investigación, con el objetivo de determinar los efectos de la dieta durante la vida precoz sobre el desarrollo cognitivo, el rendimiento mental y el desarrollo de la conducta y del comportamiento de los más de 20.000 niños involucrados en toda Europa.

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El déficit de yodo en las mujeres embarazadas disminuye el coeficiente intelectual de sus hijos

66572 Un equipo internacional de científicos, pertenecientes al proyecto europeo NUTRIMENTHE, que coordina la profesora de la Universidad de Granada Cristina Campoy Folgoso, ha descubierto que el déficit de yodo durante el embarazo tiene efectos perjudiciales en el desarrollo cognitivo del niño. Los resultados de esta investigación, publicados en la revista The Lancet, han revelado que los niños nacidos de madres que presentaron deficiencia de yodo durante la gestación mostraron, a los ocho años de edad, un coeficiente intelectual tres puntos inferior que los demás, y peor habilidad para la lectura a los nueve años.

El yodo es esencial para el crecimiento, el desarrollo cerebral, la síntesis de hormonas tiroideas y la regulación de numerosos procesos metabólicos en el organismo. La deficiencia de yodo determina alteraciones del desarrollo cognitivo y, por lo tanto, un correcto estado nutricional en yodo resulta especialmente relevante durante la gestación y los primeros años de vida para el desarrollo del cerebro del bebé.

ESTUDIO ALSPAC

Estos resultados han surgido tras un reciente análisis del estudio ALSPAC por las profesoras Sara Bath y Pauline Emmett realizado en el contexto del proyecto europeo NUTRIMENTHE. El déficit de yodo en la población no es un problema únicamente de países en vías de desarrollo, pues informes recientes revelan índices bajos de yodo en países industrializados.

En el Reino Unido, donde se ha llevado a cabo esta investigación, se ha detectado que la deficiencia de yodo es muy común: afecta a dos tercios de las mujeres, especialmente a aquellas en edad fértil. Otros países, como Holanda, España o Dinamarca, hace tiempo que adoptaron medidas de prevención como la suplementación de la sal común con yodo para asegurar un mayor aporte de este mineral a través de la alimentación.

En el estudio ALSPAC, los científicos reclutaron más de 10.000 mujeres embarazadas, a quienes se tomaron muestras de orina. Se han analizado las concentraciones de yodo en muestras de orina de 1.040 de ellas.

Además, posteriormente, mediante pruebas de neurodesarrollo y la evaluación de diferentes habilidades cognitivas a los ocho y nueve años de edad, investigaron la relación de estos niveles de yodo y el desarrollo cognitivo de sus hijos.

Tras el análisis de los resultados, los científicos descubrieron que a los 8 años de edad hay tres puntos de diferencia en el coeficiente intelectual de los niños nacidos de madres con bajas concentraciones de yodo en los primeros meses del embarazo, frente a aquellos nacidos de madres que tenían niveles de yodo por encima del límite mínimo.

MEJOR EL YODO NATURAL

Ante estos resultados, los expertos recomiendan una ingesta suficiente de yodo en las mujeres embarazadas, procurando obtenerlo a partir de alimentos naturales, principalmente del pescado, marisco y productos lácteos. Se desaconseja el consumo de algas o suplementos que las contengan, pues podría provocar problemas tiroideos por exceso de ingesta de este mineral. Éstas y otras recomendaciones han sido publicadas a través de la British Dietetic Association, donde los autores aconsejan una ingesta diaria de yodo durante la gestación y la lactancia de 250 μg/día, mientras que para el resto de adultos bastaría con 150 μg/día.

El Proyecto Europeo NUTRIMENTHE, del 7º Programa Marco de la Unión Europea, ha sido financiado con más de 6 millones de euros, y desde 2008 lo coordina la profesora de la UGR Cristina Campoy. Veinte centros y más de 120 investigadores colaboran para el avance de esta investigación, con el objetivo de determinar los efectos de la dieta durante la vida precoz sobre el desarrollo cognitivo, el rendimiento mental y el desarrollo de la conducta y del comportamiento de los más de 20.000 niños involucrados en toda Europa.

Tanto los datos de este estudio sobre el yodo como otros resultados de este Proyecto Europeo serán presentados y debatidos por expertos internacionales en Granada durante la NUTRIMENTHE Internacional Conference, que está siendo organizada desde la Universidad de Granada.

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El déficit de yodo en las mujeres embarazadas disminuye el coeficiente intelectual de sus hijos

66572 Un equipo internacional de científicos, pertenecientes al proyecto europeo NUTRIMENTHE, que coordina la profesora de la Universidad de Granada Cristina Campoy Folgoso, ha descubierto que el déficit de yodo durante el embarazo tiene efectos perjudiciales en el desarrollo cognitivo del niño. Los resultados de esta investigación, publicados en la revista The Lancet, han revelado que los niños nacidos de madres que presentaron deficiencia de yodo durante la gestación mostraron, a los ocho años de edad, un coeficiente intelectual tres puntos inferior que los demás, y peor habilidad para la lectura a los nueve años.

El yodo es esencial para el crecimiento, el desarrollo cerebral, la síntesis de hormonas tiroideas y la regulación de numerosos procesos metabólicos en el organismo. La deficiencia de yodo determina alteraciones del desarrollo cognitivo y, por lo tanto, un correcto estado nutricional en yodo resulta especialmente relevante durante la gestación y los primeros años de vida para el desarrollo del cerebro del bebé.

ESTUDIO ALSPAC

Estos resultados han surgido tras un reciente análisis del estudio ALSPAC por las profesoras Sara Bath y Pauline Emmett realizado en el contexto del proyecto europeo NUTRIMENTHE. El déficit de yodo en la población no es un problema únicamente de países en vías de desarrollo, pues informes recientes revelan índices bajos de yodo en países industrializados.

En el Reino Unido, donde se ha llevado a cabo esta investigación, se ha detectado que la deficiencia de yodo es muy común: afecta a dos tercios de las mujeres, especialmente a aquellas en edad fértil. Otros países, como Holanda, España o Dinamarca, hace tiempo que adoptaron medidas de prevención como la suplementación de la sal común con yodo para asegurar un mayor aporte de este mineral a través de la alimentación.

En el estudio ALSPAC, los científicos reclutaron más de 10.000 mujeres embarazadas, a quienes se tomaron muestras de orina. Se han analizado las concentraciones de yodo en muestras de orina de 1.040 de ellas.

Además, posteriormente, mediante pruebas de neurodesarrollo y la evaluación de diferentes habilidades cognitivas a los ocho y nueve años de edad, investigaron la relación de estos niveles de yodo y el desarrollo cognitivo de sus hijos.

Tras el análisis de los resultados, los científicos descubrieron que a los 8 años de edad hay tres puntos de diferencia en el coeficiente intelectual de los niños nacidos de madres con bajas concentraciones de yodo en los primeros meses del embarazo, frente a aquellos nacidos de madres que tenían niveles de yodo por encima del límite mínimo.

MEJOR EL YODO NATURAL

Ante estos resultados, los expertos recomiendan una ingesta suficiente de yodo en las mujeres embarazadas, procurando obtenerlo a partir de alimentos naturales, principalmente del pescado, marisco y productos lácteos. Se desaconseja el consumo de algas o suplementos que las contengan, pues podría provocar problemas tiroideos por exceso de ingesta de este mineral. Éstas y otras recomendaciones han sido publicadas a través de la British Dietetic Association, donde los autores aconsejan una ingesta diaria de yodo durante la gestación y la lactancia de 250 μg/día, mientras que para el resto de adultos bastaría con 150 μg/día.

El Proyecto Europeo NUTRIMENTHE, del 7º Programa Marco de la Unión Europea, ha sido financiado con más de 6 millones de euros, y desde 2008 lo coordina la profesora de la UGR Cristina Campoy. Veinte centros y más de 120 investigadores colaboran para el avance de esta investigación, con el objetivo de determinar los efectos de la dieta durante la vida precoz sobre el desarrollo cognitivo, el rendimiento mental y el desarrollo de la conducta y del comportamiento de los más de 20.000 niños involucrados en toda Europa.

Tanto los datos de este estudio sobre el yodo como otros resultados de este Proyecto Europeo serán presentados y debatidos por expertos internacionales en Granada durante la NUTRIMENTHE Internacional Conference, que está siendo organizada desde la Universidad de Granada.

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Expone catedrático sobre trata de personas

El doctor Esteban Pérez Alonso, catedrático en derecho penal en la Universidad de Granada, España, asisitó al foro «Hacia una cultura de derechos humanos», donde expuso que la trata de personas se ha convertido en uno de los delitos mundiales más recurrentes, sólo abajo del narcotráfico y el tráfico de armas.
Pérez Alonso señaló que la trata de personas es una nueva forma de esclavitud que se ha padecido y no es algo del pasado, «es una práctica de la actualidad, que está entre nosotros, en donde se somete a otra persona para explotarla y no sólo se roba el trabajo de alguien, sino su vida entera», comentó.
«Esta esclavitud que ha aparecido tiene características diferentes a la esclavitud de toda la vida, porque en pleno siglo XX y principios del XXI, está identificada como el tráfico ilegal de personas, que es una nueva forma de delincuencia», expresó.
El catedrático explicó que actualmente es difícil determinar el número de esclavos que hay en el mundo o el trabajo forzado que realizan, «porque estamos hablando del nuevo mercado de seres humanos, que por su propia naturaleza es un negocio turbio, ilegal y por tanto muy difícil de estimar».
Sin embargo, se calcula que al menos en la actualidad hay 27 millones de esclavos en el mundo, y dentro de este fenómeno que se denomina tráfico ilegal de personas, hay dos situaciones diferentes que conviene distinguir, una de ellas es la migración clandestina o contrabando de personas que se encuentran en forma irregular de un país, con el propósito de tener un provecho económico; el otro es la trata de personas, las cuales son explotadas sexualmente y laboralmente, explicó el catedrático.
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Expone catedrático sobre trata de personas

El doctor Esteban Pérez Alonso, catedrático en derecho penal en la Universidad de Granada, España, asisitó al foro «Hacia una cultura de derechos humanos», donde expuso que la trata de personas se ha convertido en uno de los delitos mundiales más recurrentes, sólo abajo del narcotráfico y el tráfico de armas.
Pérez Alonso señaló que la trata de personas es una nueva forma de esclavitud que se ha padecido y no es algo del pasado, «es una práctica de la actualidad, que está entre nosotros, en donde se somete a otra persona para explotarla y no sólo se roba el trabajo de alguien, sino su vida entera», comentó.
«Esta esclavitud que ha aparecido tiene características diferentes a la esclavitud de toda la vida, porque en pleno siglo XX y principios del XXI, está identificada como el tráfico ilegal de personas, que es una nueva forma de delincuencia», expresó.
El catedrático explicó que actualmente es difícil determinar el número de esclavos que hay en el mundo o el trabajo forzado que realizan, «porque estamos hablando del nuevo mercado de seres humanos, que por su propia naturaleza es un negocio turbio, ilegal y por tanto muy difícil de estimar».
Sin embargo, se calcula que al menos en la actualidad hay 27 millones de esclavos en el mundo, y dentro de este fenómeno que se denomina tráfico ilegal de personas, hay dos situaciones diferentes que conviene distinguir, una de ellas es la migración clandestina o contrabando de personas que se encuentran en forma irregular de un país, con el propósito de tener un provecho económico; el otro es la trata de personas, las cuales son explotadas sexualmente y laboralmente, explicó el catedrático.
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