Patentan tejido óseo artificial a partir de células madre y carbón activado

66186 Científicos de Granada han patentado un nuevo biomaterial que permite generar tejido óseo o huesos artificiales a partir de células madre procedentes de cordón umbilical que son previamente diferenciadas sobre un soporte de tela de carbón activado, aspecto en el que reside la novedad del estudio. Los resultados de esta investigación, llevada a cabo por el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Granada, las facultades de Ciencias de Granada y Jaén y el Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra (CSIC), podrían servir para la fabricación de medicamentos destinados a la reparación de lesiones óseas u osteocondrales, tumorales o traumáticas.También podrían permitir la sustitución del cartílago en las extremidades óseas que lo hayan perdido, según han explicado en rueda de prensa los investigadores.De momento, la investigación ha sido desarrollada exclusivamente en laboratorio, donde se ha obtenido el hueso artificial, por lo que el siguiente paso será implantar este biomaterial en modelos de experimentación animal (ratas o conejos) para comprobar si es capaz de regenerar el hueso en ellos y reparar así una lesión ósea, fase que los investigadores pretenden iniciar el próximo septiembre.La principal aportación de la investigación reside en el uso de un soporte de tela de carbón activado que actúa como «andamio» para la construcción de células capaces de promover la regeneración ósea.Según ha explicado Mariano Ruiz de Almodóvar, investigador principal, hay un problema esencial en el cultivo de una «célula normal», y es que las células crecen adheridas a la superficie del sitio donde están siendo cultivadas, por lo que, una vez que la superficie en cuestión se cubre de células, éstas dejan de crecer.Llegado ese momento hay que extender de nuevo las células, «despegarlas y volverlas a sembrar en superficies cada vez más grandes».Sin embargo, la tela de carbón activo (utilizada por ejemplo para las plantillas de los pies) elimina ese problema porque, debido a sus propiedades, tiene «una superficie infinita que permite el anclaje de infinito número de células», ha señalado.Así, con el uso del carbón activado no es necesario «reduplicar permanentemente los cultivos», sino que se puede mantener el mismo tipo de célula y el mismo cultivo durante mucho tiempo sobre ese material, lo que permite que las células, por sí solas, se diferencien hacia células generadoras de hueso.Por lo tanto, la investigación ha consistido en unir las células madre y la tela de carbón activado para hacer que aquéllas se adhieran a ese soporte y puedan crecer, dividirse y diferenciarse.»El hallazgo fundamental es que solo son necesarios la tela y la célula, además de los nutrientes, para conseguir la diferenciación de las células a un material que simula el hueso biológico», ha resumido Ruiz de Almodóvar.Según los investigadores, existen antecedentes de desarrollo de materiales que cumplen la función básica de estimular la diferenciación celular, pero nunca antes se había logrado producir en laboratorio un material biológicamente semejante al tejido óseo.La patente desarrollada en Granada podría tener numerosas aplicaciones en el ámbito del uso de las células madre en la medicina regenerativa, así como en el tratamiento de los problemas del tejido óseo y las lesiones cartilaginosas.Ruiz de Almodóvar ha advertido de que llevar a término la investigación requiere de una financiación que, de momento, no está del todo garantizada.
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Una red para «iluminar» la sismicidad y las fallas activas

La Asociación para la Custodia del Territorio y el Desarrollo Sostenible (Acude), con sede en el Cortijo de la Tortuga Mora (Lorca), ha firmado un convenio de colaboración con el Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada para llevar a cabo un proyecto sobre terremotos en el Sureste de España.

El Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada desarrolla la investigación ‘Estructura cortical y litosférica en el sector central de la Cordillera Bética y su transición al Macizo Varisco. Sismotectónica del Sur-Sureste de la Península Ibérica’, cuyo investigador principal es José Morales, director del Instituto Andaluz de Geofísica.

De Mazarrón hasta Chiclana de Segura

En el marco de este proyecto, desplegarán un total de 60 estaciones sísmicas, siguiendo una línea imaginaria desde Mazarrón hasta Chiclana de Segura (Jaén) para comprender mejor la sismicidad y su relación con las fallas activas, como es el caso de la falla de Alhama en Murcia. La investigación pretende, mediante el registro de terremotos telesísmicos, «iluminar» la estructura de la corteza y el manto superior bajo la Cordillera Bética y determinar cómo se realiza la transición hacia el dominio Varisco (Meseta Ibérica).

En la Sierra de la Almenara, entre Mazarrón y el campo de Lorca, las estaciones serán instaladas en fincas integradas en la Red de Espacios para la Biodiversidad, la Diversidad Genética y el Paisaje de Acude, lo que permitirá conocer la dinámica sísmica de esta zona.

Desde Acude destacan que el Instituto Andaluz de Geofísica ha mantenido durante varios años una estación sísmica en el Cortijo de la Tortuga Mora, con lo que se da continuidad y se amplía esta colaboración investigadora, ya que los datos generados por la anterior estación han sido muy importantes para estudiar el terremoto que sacudió Lorca hace ya dos años.

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Una red para «iluminar» la sismicidad y las fallas activas

La Asociación para la Custodia del Territorio y el Desarrollo Sostenible (Acude), con sede en el Cortijo de la Tortuga Mora (Lorca), ha firmado un convenio de colaboración con el Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada para llevar a cabo un proyecto sobre terremotos en el Sureste de España.

El Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada desarrolla la investigación ‘Estructura cortical y litosférica en el sector central de la Cordillera Bética y su transición al Macizo Varisco. Sismotectónica del Sur-Sureste de la Península Ibérica’, cuyo investigador principal es José Morales, director del Instituto Andaluz de Geofísica.

De Mazarrón hasta Chiclana de Segura

En el marco de este proyecto, desplegarán un total de 60 estaciones sísmicas, siguiendo una línea imaginaria desde Mazarrón hasta Chiclana de Segura (Jaén) para comprender mejor la sismicidad y su relación con las fallas activas, como es el caso de la falla de Alhama en Murcia. La investigación pretende, mediante el registro de terremotos telesísmicos, «iluminar» la estructura de la corteza y el manto superior bajo la Cordillera Bética y determinar cómo se realiza la transición hacia el dominio Varisco (Meseta Ibérica).

En la Sierra de la Almenara, entre Mazarrón y el campo de Lorca, las estaciones serán instaladas en fincas integradas en la Red de Espacios para la Biodiversidad, la Diversidad Genética y el Paisaje de Acude, lo que permitirá conocer la dinámica sísmica de esta zona.

Desde Acude destacan que el Instituto Andaluz de Geofísica ha mantenido durante varios años una estación sísmica en el Cortijo de la Tortuga Mora, con lo que se da continuidad y se amplía esta colaboración investigadora, ya que los datos generados por la anterior estación han sido muy importantes para estudiar el terremoto que sacudió Lorca hace ya dos años.

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Una red para «iluminar» la sismicidad y las fallas activas

La Asociación para la Custodia del Territorio y el Desarrollo Sostenible (Acude), con sede en el Cortijo de la Tortuga Mora (Lorca), ha firmado un convenio de colaboración con el Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada para llevar a cabo un proyecto sobre terremotos en el Sureste de España.

El Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada desarrolla la investigación ‘Estructura cortical y litosférica en el sector central de la Cordillera Bética y su transición al Macizo Varisco. Sismotectónica del Sur-Sureste de la Península Ibérica’, cuyo investigador principal es José Morales, director del Instituto Andaluz de Geofísica.

De Mazarrón hasta Chiclana de Segura

En el marco de este proyecto, desplegarán un total de 60 estaciones sísmicas, siguiendo una línea imaginaria desde Mazarrón hasta Chiclana de Segura (Jaén) para comprender mejor la sismicidad y su relación con las fallas activas, como es el caso de la falla de Alhama en Murcia. La investigación pretende, mediante el registro de terremotos telesísmicos, «iluminar» la estructura de la corteza y el manto superior bajo la Cordillera Bética y determinar cómo se realiza la transición hacia el dominio Varisco (Meseta Ibérica).

En la Sierra de la Almenara, entre Mazarrón y el campo de Lorca, las estaciones serán instaladas en fincas integradas en la Red de Espacios para la Biodiversidad, la Diversidad Genética y el Paisaje de Acude, lo que permitirá conocer la dinámica sísmica de esta zona.

Desde Acude destacan que el Instituto Andaluz de Geofísica ha mantenido durante varios años una estación sísmica en el Cortijo de la Tortuga Mora, con lo que se da continuidad y se amplía esta colaboración investigadora, ya que los datos generados por la anterior estación han sido muy importantes para estudiar el terremoto que sacudió Lorca hace ya dos años.

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Investigadores del C.S.I.C. analizan las bóvedas del Castillo de la Atalaya

Antonio Almagro Gorbea es miembro del laboratorio de Arqueología y Arquitectura de la Ciudad de la Escuela de Estudios Árabes, instituto perteneciente al Consejo Superior de Investigación Científica (CSIC) de la Universidad de Granada. Él junto a su equipo se encuentra desde hace tiempo estudiando el tipo de bóveda que hay en el Castillo de la Atalaya, por lo que, en palabras de Almagro, «se trataba de ver cómo estaban construidas las bóvedas, sobre todo las de las plantas inferiores de la torre, que son muy interesantes porque están hechas con el sistema de arcos entrecruzados, que es una técnica que arranca en la mezquita de Córdoba en el Siglo X venida de Oriente, pero en la Península, las bóvedas más antiguas son las de Córdoba, y éstas desde luego siguen esa tradición «.

Las dos catas realizadas en las bóvedas, de la primera y segunda planta, tenían como objetivo el conocimiento detallado del tipo de construcción empleada. Fueron realizadas por personal especializado y supervisada por los mencionados investigadores con la presencia de la técnica del Museo Arqueológico, Luz Pérez. En la primera planta la cata abarca el espacio de un plemento entre dos nervios, situada justo arriba de la puerta de acceso a la torre, mientras que en la segunda planta, la cata se abre en el plemento ubicado sobre el pasillo de la ventana. Desde la Concejalía de Cultura se informa que ambas permanecerán abiertas con el fin de dar a conocer la técnica constructiva de estas singulares bóvedas.

El prestigioso investigador, Antonio Almagro, anunciaba al final de la jornada, los resultados obtenidos. «Hemos confirmado que no son tabicadas, son bóvedas encofradas, hechas con un molde de madera, con una cimbra de madera y con masa de hormigón, igual que el resto de la torre. Teníamos algunas fotos antiguas de cuando se restauró y en ellas se veía que la parte que se había restaurado se había hecho con bóveda tabicada, pero teníamos la duda si realmente cuando se hizo esa restauración lo que hicieron fue continuar lo que habían visto original o si simplemente lo habían utilizado como una forma muy lógica de cerrarlo». Almagro también daba a conocer los resultados de las dataciones tomadas en anteriores visitas «sacamos muestras de madera de las agujas de madera que soportaban los moldes o los encofrados con los que se construyó la torre para tratar de datarlos con Carbono 14, cosa que ya se ha hecho y parece confirmar que la obra posiblemente es musulmana, pero del momento anterior a la conquista cristiana».

La arquitecta, Alba Soler, destacaba la importancia de estos trabajos realizados, «esta idea puede contribuir a la difusión de este tipo de arquitectura en ámbitos científicos y a su revaloración internacional».

Los trabajos desarrollados serán plasmados por el equipo investigador en la publicación que formará parte de la memoria científica de los trabajos de restauración que desde el pasado año se están llevando a cabo en el Castillo de la Atalaya, y que se publicarán al finalizar las obras de restauración.

elperiodiccom_Investigadores_del_CSIC_analizan_las_bvedas_del_Castillo_de_la_Atalaya__elperiodiccom.pdf


Investigadores del C.S.I.C. analizan las bóvedas del Castillo de la Atalaya

Antonio Almagro Gorbea es miembro del laboratorio de Arqueología y Arquitectura de la Ciudad de la Escuela de Estudios Árabes, instituto perteneciente al Consejo Superior de Investigación Científica (CSIC) de la Universidad de Granada. Él junto a su equipo se encuentra desde hace tiempo estudiando el tipo de bóveda que hay en el Castillo de la Atalaya, por lo que, en palabras de Almagro, «se trataba de ver cómo estaban construidas las bóvedas, sobre todo las de las plantas inferiores de la torre, que son muy interesantes porque están hechas con el sistema de arcos entrecruzados, que es una técnica que arranca en la mezquita de Córdoba en el Siglo X venida de Oriente, pero en la Península, las bóvedas más antiguas son las de Córdoba, y éstas desde luego siguen esa tradición «.

Las dos catas realizadas en las bóvedas, de la primera y segunda planta, tenían como objetivo el conocimiento detallado del tipo de construcción empleada. Fueron realizadas por personal especializado y supervisada por los mencionados investigadores con la presencia de la técnica del Museo Arqueológico, Luz Pérez. En la primera planta la cata abarca el espacio de un plemento entre dos nervios, situada justo arriba de la puerta de acceso a la torre, mientras que en la segunda planta, la cata se abre en el plemento ubicado sobre el pasillo de la ventana. Desde la Concejalía de Cultura se informa que ambas permanecerán abiertas con el fin de dar a conocer la técnica constructiva de estas singulares bóvedas.

El prestigioso investigador, Antonio Almagro, anunciaba al final de la jornada, los resultados obtenidos. «Hemos confirmado que no son tabicadas, son bóvedas encofradas, hechas con un molde de madera, con una cimbra de madera y con masa de hormigón, igual que el resto de la torre. Teníamos algunas fotos antiguas de cuando se restauró y en ellas se veía que la parte que se había restaurado se había hecho con bóveda tabicada, pero teníamos la duda si realmente cuando se hizo esa restauración lo que hicieron fue continuar lo que habían visto original o si simplemente lo habían utilizado como una forma muy lógica de cerrarlo». Almagro también daba a conocer los resultados de las dataciones tomadas en anteriores visitas «sacamos muestras de madera de las agujas de madera que soportaban los moldes o los encofrados con los que se construyó la torre para tratar de datarlos con Carbono 14, cosa que ya se ha hecho y parece confirmar que la obra posiblemente es musulmana, pero del momento anterior a la conquista cristiana».

La arquitecta, Alba Soler, destacaba la importancia de estos trabajos realizados, «esta idea puede contribuir a la difusión de este tipo de arquitectura en ámbitos científicos y a su revaloración internacional».

Los trabajos desarrollados serán plasmados por el equipo investigador en la publicación que formará parte de la memoria científica de los trabajos de restauración que desde el pasado año se están llevando a cabo en el Castillo de la Atalaya, y que se publicarán al finalizar las obras de restauración.

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Investigadores del C.S.I.C. analizan las bóvedas del Castillo de la Atalaya

Antonio Almagro Gorbea es miembro del laboratorio de Arqueología y Arquitectura de la Ciudad de la Escuela de Estudios Árabes, instituto perteneciente al Consejo Superior de Investigación Científica (CSIC) de la Universidad de Granada. Él junto a su equipo se encuentra desde hace tiempo estudiando el tipo de bóveda que hay en el Castillo de la Atalaya, por lo que, en palabras de Almagro, «se trataba de ver cómo estaban construidas las bóvedas, sobre todo las de las plantas inferiores de la torre, que son muy interesantes porque están hechas con el sistema de arcos entrecruzados, que es una técnica que arranca en la mezquita de Córdoba en el Siglo X venida de Oriente, pero en la Península, las bóvedas más antiguas son las de Córdoba, y éstas desde luego siguen esa tradición «.

Las dos catas realizadas en las bóvedas, de la primera y segunda planta, tenían como objetivo el conocimiento detallado del tipo de construcción empleada. Fueron realizadas por personal especializado y supervisada por los mencionados investigadores con la presencia de la técnica del Museo Arqueológico, Luz Pérez. En la primera planta la cata abarca el espacio de un plemento entre dos nervios, situada justo arriba de la puerta de acceso a la torre, mientras que en la segunda planta, la cata se abre en el plemento ubicado sobre el pasillo de la ventana. Desde la Concejalía de Cultura se informa que ambas permanecerán abiertas con el fin de dar a conocer la técnica constructiva de estas singulares bóvedas.

El prestigioso investigador, Antonio Almagro, anunciaba al final de la jornada, los resultados obtenidos. «Hemos confirmado que no son tabicadas, son bóvedas encofradas, hechas con un molde de madera, con una cimbra de madera y con masa de hormigón, igual que el resto de la torre. Teníamos algunas fotos antiguas de cuando se restauró y en ellas se veía que la parte que se había restaurado se había hecho con bóveda tabicada, pero teníamos la duda si realmente cuando se hizo esa restauración lo que hicieron fue continuar lo que habían visto original o si simplemente lo habían utilizado como una forma muy lógica de cerrarlo». Almagro también daba a conocer los resultados de las dataciones tomadas en anteriores visitas «sacamos muestras de madera de las agujas de madera que soportaban los moldes o los encofrados con los que se construyó la torre para tratar de datarlos con Carbono 14, cosa que ya se ha hecho y parece confirmar que la obra posiblemente es musulmana, pero del momento anterior a la conquista cristiana».

La arquitecta, Alba Soler, destacaba la importancia de estos trabajos realizados, «esta idea puede contribuir a la difusión de este tipo de arquitectura en ámbitos científicos y a su revaloración internacional».

Los trabajos desarrollados serán plasmados por el equipo investigador en la publicación que formará parte de la memoria científica de los trabajos de restauración que desde el pasado año se están llevando a cabo en el Castillo de la Atalaya, y que se publicarán al finalizar las obras de restauración.

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Patentan tejido óseo artificial a partir de células madre y carbón activado

66186 Científicos de Granada han patentado un nuevo biomaterial que permite generar tejido óseo o huesos artificiales a partir de células madre procedentes de cordón umbilical que son previamente diferenciadas sobre un soporte de tela de carbón activado, aspecto en el que reside la novedad del estudio.

Los resultados de esta investigación, llevada a cabo por el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Granada, las facultades de Ciencias de Granada y Jaén y el Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra (CSIC), podrían servir para la fabricación de medicamentos destinados a la reparación de lesiones óseas u osteocondrales, tumorales o traumáticas.

También podrían permitir la sustitución del cartílago en las extremidades óseas que lo hayan perdido, según han explicado en rueda de prensa los investigadores.

De momento, la investigación ha sido desarrollada exclusivamente en laboratorio, donde se ha obtenido el hueso artificial, por lo que el siguiente paso será implantar este biomaterial en modelos de experimentación animal (ratas o conejos) para comprobar si es capaz de regenerar el hueso en ellos y reparar así una lesión ósea, fase que los investigadores pretenden iniciar el próximo septiembre.

La principal aportación de la investigación reside en el uso de un soporte de tela de carbón activado que actúa como «andamio» para la construcción de células capaces de promover la regeneración ósea.

Según ha explicado Mariano Ruiz de Almodóvar, investigador principal, hay un problema esencial en el cultivo de una «célula normal», y es que las células crecen adheridas a la superficie del sitio donde están siendo cultivadas, por lo que, una vez que la superficie en cuestión se cubre de células, éstas dejan de crecer.

Llegado ese momento hay que extender de nuevo las células, «despegarlas y volverlas a sembrar en superficies cada vez más grandes».

Sin embargo, la tela de carbón activo (utilizada por ejemplo para las plantillas de los pies) elimina ese problema porque, debido a sus propiedades, tiene «una superficie infinita que permite el anclaje de infinito número de células», ha señalado.

Así, con el uso del carbón activado no es necesario «reduplicar permanentemente los cultivos», sino que se puede mantener el mismo tipo de célula y el mismo cultivo durante mucho tiempo sobre ese material, lo que permite que las células, por sí solas, se diferencien hacia células generadoras de hueso.

Por lo tanto, la investigación ha consistido en unir las células madre y la tela de carbón activado para hacer que aquéllas se adhieran a ese soporte y puedan crecer, dividirse y diferenciarse.

«El hallazgo fundamental es que solo son necesarios la tela y la célula, además de los nutrientes, para conseguir la diferenciación de las células a un material que simula el hueso biológico», ha resumido Ruiz de Almodóvar.

Según los investigadores, existen antecedentes de desarrollo de materiales que cumplen la función básica de estimular la diferenciación celular, pero nunca antes se había logrado producir en laboratorio un material biológicamente semejante al tejido óseo.

La patente desarrollada en Granada podría tener numerosas aplicaciones en el ámbito del uso de las células madre en la medicina regenerativa, así como en el tratamiento de los problemas del tejido óseo y las lesiones cartilaginosas.

Ruiz de Almodóvar ha advertido de que llevar a término la investigación requiere de una financiación que, de momento, no está del todo garantizada.

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Patentan tejido óseo artificial a partir de células madre y carbón activado

66186 Científicos de Granada han patentado un nuevo biomaterial que permite generar tejido óseo o huesos artificiales a partir de células madre procedentes de cordón umbilical que son previamente diferenciadas sobre un soporte de tela de carbón activado, aspecto en el que reside la novedad del estudio.

Los resultados de esta investigación, llevada a cabo por el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Granada, las facultades de Ciencias de Granada y Jaén y el Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra (CSIC), podrían servir para la fabricación de medicamentos destinados a la reparación de lesiones óseas u osteocondrales, tumorales o traumáticas.

También podrían permitir la sustitución del cartílago en las extremidades óseas que lo hayan perdido, según han explicado en rueda de prensa los investigadores.

De momento, la investigación ha sido desarrollada exclusivamente en laboratorio, donde se ha obtenido el hueso artificial, por lo que el siguiente paso será implantar este biomaterial en modelos de experimentación animal (ratas o conejos) para comprobar si es capaz de regenerar el hueso en ellos y reparar así una lesión ósea, fase que los investigadores pretenden iniciar el próximo septiembre.

La principal aportación de la investigación reside en el uso de un soporte de tela de carbón activado que actúa como «andamio» para la construcción de células capaces de promover la regeneración ósea.

Según ha explicado Mariano Ruiz de Almodóvar, investigador principal, hay un problema esencial en el cultivo de una «célula normal», y es que las células crecen adheridas a la superficie del sitio donde están siendo cultivadas, por lo que, una vez que la superficie en cuestión se cubre de células, éstas dejan de crecer.

Llegado ese momento hay que extender de nuevo las células, «despegarlas y volverlas a sembrar en superficies cada vez más grandes».

Sin embargo, la tela de carbón activo (utilizada por ejemplo para las plantillas de los pies) elimina ese problema porque, debido a sus propiedades, tiene «una superficie infinita que permite el anclaje de infinito número de células», ha señalado.

Así, con el uso del carbón activado no es necesario «reduplicar permanentemente los cultivos», sino que se puede mantener el mismo tipo de célula y el mismo cultivo durante mucho tiempo sobre ese material, lo que permite que las células, por sí solas, se diferencien hacia células generadoras de hueso.

Por lo tanto, la investigación ha consistido en unir las células madre y la tela de carbón activado para hacer que aquéllas se adhieran a ese soporte y puedan crecer, dividirse y diferenciarse.

«El hallazgo fundamental es que solo son necesarios la tela y la célula, además de los nutrientes, para conseguir la diferenciación de las células a un material que simula el hueso biológico», ha resumido Ruiz de Almodóvar.

Según los investigadores, existen antecedentes de desarrollo de materiales que cumplen la función básica de estimular la diferenciación celular, pero nunca antes se había logrado producir en laboratorio un material biológicamente semejante al tejido óseo.

La patente desarrollada en Granada podría tener numerosas aplicaciones en el ámbito del uso de las células madre en la medicina regenerativa, así como en el tratamiento de los problemas del tejido óseo y las lesiones cartilaginosas.

Ruiz de Almodóvar ha advertido de que llevar a término la investigación requiere de una financiación que, de momento, no está del todo garantizada.

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Patentan tejido óseo artificial a partir de células madre y carbón activado

66186 Científicos de Granada han patentado un nuevo biomaterial que permite generar tejido óseo o huesos artificiales a partir de células madre procedentes de cordón umbilical que son previamente diferenciadas sobre un soporte de tela de carbón activado, aspecto en el que reside la novedad del estudio.

Los resultados de esta investigación, llevada a cabo por el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Granada, las facultades de Ciencias de Granada y Jaén y el Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra (CSIC), podrían servir para la fabricación de medicamentos destinados a la reparación de lesiones óseas u osteocondrales, tumorales o traumáticas.

También podrían permitir la sustitución del cartílago en las extremidades óseas que lo hayan perdido, según han explicado en rueda de prensa los investigadores.

De momento, la investigación ha sido desarrollada exclusivamente en laboratorio, donde se ha obtenido el hueso artificial, por lo que el siguiente paso será implantar este biomaterial en modelos de experimentación animal (ratas o conejos) para comprobar si es capaz de regenerar el hueso en ellos y reparar así una lesión ósea, fase que los investigadores pretenden iniciar el próximo septiembre.

La principal aportación de la investigación reside en el uso de un soporte de tela de carbón activado que actúa como «andamio» para la construcción de células capaces de promover la regeneración ósea.

Según ha explicado Mariano Ruiz de Almodóvar, investigador principal, hay un problema esencial en el cultivo de una «célula normal», y es que las células crecen adheridas a la superficie del sitio donde están siendo cultivadas, por lo que, una vez que la superficie en cuestión se cubre de células, éstas dejan de crecer.

Llegado ese momento hay que extender de nuevo las células, «despegarlas y volverlas a sembrar en superficies cada vez más grandes».

Sin embargo, la tela de carbón activo (utilizada por ejemplo para las plantillas de los pies) elimina ese problema porque, debido a sus propiedades, tiene «una superficie infinita que permite el anclaje de infinito número de células», ha señalado.

Así, con el uso del carbón activado no es necesario «reduplicar permanentemente los cultivos», sino que se puede mantener el mismo tipo de célula y el mismo cultivo durante mucho tiempo sobre ese material, lo que permite que las células, por sí solas, se diferencien hacia células generadoras de hueso.

Por lo tanto, la investigación ha consistido en unir las células madre y la tela de carbón activado para hacer que aquéllas se adhieran a ese soporte y puedan crecer, dividirse y diferenciarse.

«El hallazgo fundamental es que solo son necesarios la tela y la célula, además de los nutrientes, para conseguir la diferenciación de las células a un material que simula el hueso biológico», ha resumido Ruiz de Almodóvar.

Según los investigadores, existen antecedentes de desarrollo de materiales que cumplen la función básica de estimular la diferenciación celular, pero nunca antes se había logrado producir en laboratorio un material biológicamente semejante al tejido óseo.

La patente desarrollada en Granada podría tener numerosas aplicaciones en el ámbito del uso de las células madre en la medicina regenerativa, así como en el tratamiento de los problemas del tejido óseo y las lesiones cartilaginosas.

Ruiz de Almodóvar ha advertido de que llevar a término la investigación requiere de una financiación que, de momento, no está del todo garantizada.

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El 90% de los estudiantes supera la Selectividad en Granada

El 90,15 por ciento de los estudiantes de Bachillerato que han realizado los exámenes de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) en la Universidad de Granada han aprobado, siendo la nota más alta la de la joven Celia Barnés, del IEA Padre Manjón de la capital, con un 9,90.
Según informa la UGR en una nota, del total de 5.138 alumnos de bachillerato presentados a la Fase General de la Prueba de Acceso completa en la Universidad de Granada han sido calificados como ‘Apto’ 4.632 (90,15%) y como ‘No Apto’ 506 (9,85%). La nota media de acceso en la UGR ha sido de 6,919.
En este sentido, de los declarados ‘Apto’, 2.567 son mujeres con una nota media en la Fase General de 6,002, y 2.065 hombres con una media en la Fase General de 6,027. Celia Barnés Castaño, alumna del IES Padre Manjón, de Granada, con una nota de 9,900 en el acceso, ha sido la mejor clasificada en la Fase General de esta convocatoria.
Si se tiene en cuenta la Fase Específica y se asume que sus materias examinadas serán ponderadas con el parámetro máximo de 0,2, la nota obtenida por esta estudiante sería 13,900, sobre un máximo de 14,000 puntos en su nota de admisión.
La segunda mejor nota corresponde a Alberto Manuel Arenas Molina, del Colegio Juan XXIII de Cartuja, Granada, con una nota de 9,850 en el acceso, y 13,850 en la nota de admisión.
El plazo para solicitar revisión o doble corrección de uno o varios ejercicios de estos exámenes se ha abierto simultáneamente con la publicación de resultados y finaliza el próximo lunes, 1 de julio. La solicitud se presentará por vía telemática a través del acceso que los interesados encontrarán en la Web del Servicio de Alumnos de esta universidad: http://serviciodealumnos.ugr.es
La reclamación, por su parte, sobre doble corrección y petición de vista de examen se podrá realizar los días 5, 8 y 9 de julio. La vista de examen se efectuará el 12 de julio.
Los estudiantes que han accedido a la Universidad en esta convocatoria podrán realizar la preinscripción para estudiar en cualquiera de las nueve universidades andaluzas, a partir del mismo 27 de junio, solicitando por orden excluyente de preferencia los diferentes Grados universitarios que desean cursar el próximo curso 2013-2014 en esta Comunidad Autónoma. El plazo queda abierto hasta el día 5 de julio. La solicitud se presenta por vía telemática en la Web del Distrito Unico Andaluz.
Aquellos estudiantes pendientes de reclamación o de doble corrección en uno o varios ejercicios de la Prueba de acceso, también deberán presentar su preinscripción en el plazo fijado, cumplimentando el documento como si hubiesen aprobado aquellas materias reclamadas. Cuando su reclamación o doble corrección sea contestada, y si se produce variación en la nota, las nuevas calificaciones se incorporarán automáticamente en la base de datos del Distrito Unico Andaluz. La primera adjudicación se hará pública el 15 de julio.
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El 90% de los estudiantes supera la Selectividad en Granada

El 90,15 por ciento de los estudiantes de Bachillerato que han realizado los exámenes de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) en la Universidad de Granada han aprobado, siendo la nota más alta la de la joven Celia Barnés, del IEA Padre Manjón de la capital, con un 9,90.
Según informa la UGR en una nota, del total de 5.138 alumnos de bachillerato presentados a la Fase General de la Prueba de Acceso completa en la Universidad de Granada han sido calificados como ‘Apto’ 4.632 (90,15%) y como ‘No Apto’ 506 (9,85%). La nota media de acceso en la UGR ha sido de 6,919.
En este sentido, de los declarados ‘Apto’, 2.567 son mujeres con una nota media en la Fase General de 6,002, y 2.065 hombres con una media en la Fase General de 6,027. Celia Barnés Castaño, alumna del IES Padre Manjón, de Granada, con una nota de 9,900 en el acceso, ha sido la mejor clasificada en la Fase General de esta convocatoria.
Si se tiene en cuenta la Fase Específica y se asume que sus materias examinadas serán ponderadas con el parámetro máximo de 0,2, la nota obtenida por esta estudiante sería 13,900, sobre un máximo de 14,000 puntos en su nota de admisión.
La segunda mejor nota corresponde a Alberto Manuel Arenas Molina, del Colegio Juan XXIII de Cartuja, Granada, con una nota de 9,850 en el acceso, y 13,850 en la nota de admisión.
El plazo para solicitar revisión o doble corrección de uno o varios ejercicios de estos exámenes se ha abierto simultáneamente con la publicación de resultados y finaliza el próximo lunes, 1 de julio. La solicitud se presentará por vía telemática a través del acceso que los interesados encontrarán en la Web del Servicio de Alumnos de esta universidad: http://serviciodealumnos.ugr.es
La reclamación, por su parte, sobre doble corrección y petición de vista de examen se podrá realizar los días 5, 8 y 9 de julio. La vista de examen se efectuará el 12 de julio.
Los estudiantes que han accedido a la Universidad en esta convocatoria podrán realizar la preinscripción para estudiar en cualquiera de las nueve universidades andaluzas, a partir del mismo 27 de junio, solicitando por orden excluyente de preferencia los diferentes Grados universitarios que desean cursar el próximo curso 2013-2014 en esta Comunidad Autónoma. El plazo queda abierto hasta el día 5 de julio. La solicitud se presenta por vía telemática en la Web del Distrito Unico Andaluz.
Aquellos estudiantes pendientes de reclamación o de doble corrección en uno o varios ejercicios de la Prueba de acceso, también deberán presentar su preinscripción en el plazo fijado, cumplimentando el documento como si hubiesen aprobado aquellas materias reclamadas. Cuando su reclamación o doble corrección sea contestada, y si se produce variación en la nota, las nuevas calificaciones se incorporarán automáticamente en la base de datos del Distrito Unico Andaluz. La primera adjudicación se hará pública el 15 de julio.
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