Universitarios de Granada estudian en una asignatura el incendio de Málaga del pasado verano

El gravísimo incendio que arrasó más de 8.000 hectáreas en la Costa del Sol el pasado verano es objeto de estudio en la Universidad de Granada. Concretamente, es protagonista en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (ETSA), donde los alumnos de cuarto y quinto curso analizan los efectos devastadores de las llamas en la asignatura optativa Monográficos de proyectos.
La imparte desde hace más de siete años un malagueño, el arquitecto José María Romero, que para el curso 2012-2013 propuso como tema este siniestro, en colaboración con la Fundación Rizoma. Para profundizar en él organizan coloquios con profesionales invitados en Granada, pero por supuesto también realizan visitas de campo al territorio afectado, y desarrollan talleres (workshops) en las poblaciones próximas afectadas por el incendio. De hecho, este fin de semana se reunirán en Mijas, en un encuentro gratuito al que puede asistir todo aquel que esté interesado. Este taller recoge el testigo del que se celebró en noviembre en Mijas y Coín ya que, como comenta Romero, se suele hacer «uno o dos» por curso lectivo, aunque depende del funcionamiento de cada edición al que asisten profesionales de distintas áreas como economistas o abogados.
El objetivo de esta asignatura, según explica Romero, es que los alumnos lleguen a tener «una visión multidisciplinar de un problema territorial» y se conozca a la población, de ahí que se colabore con entidades que trabajan en la zona, como por ejemplo Ecologistas en Acción de Mijas y Marbella, la asociación Jara (Coín) o la Agrupación Ecologista Pinsapo, de Marbella.
Según explica su responsable, el gran reto de este esfuerzo es que el trabajo de sus estudiantes se convierta en un «proyecto real», de ahí que estreche lazos con distintos organismos y no se descarta pedir financiación a través de la Red para poder conseguir sus objetivos.
El papel clave de Internet
Internet supone un pilar fundamental en la divulgación de los avances de estos universitarios, no en vano difunden su labor tanto a través del blog Málaga, el monte en llamas como en Facebook, Twitter y hasta en el portal Youtube.
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Dibujos animados, cuadernos didácticos y exposiciones por el Día Mundial del Agu

La Fundación AguaGranada celebrará el próximo 22 de marzo el Día Mundial de Agua con un abanico de actividades en el que participarán 400 alumnos de Primaria de distintos colegios de Granada, según anunció ayer el concejal de Cultura, Juan García Montero, y el director-gerente de la propia fundación, Esteban de las Heras.

Ese día, los niños visionarán en el teatro municipal Isabel la Católica episodios de ‘Narigotas’, un divertido personaje animado con forma de gota de agua que inculca con sus aventuras valores educativos sobre el uso responsable del agua, la preservación de la naturaleza y el respeto al medio ambiente. También se repartirán casi un millar de los cuadernos didácticos ‘Así es el agua’, editados en colaboración con la Universidad de Granada y cuyo coordinador, el catedrático Ernesto Hontoria, afirmó durante la presentación de sus actividades que dicho material está pensado para todos los niveles de primaria con el fin de que los más pequeños aprendan jugando, coloreando o resolviendo acertijos sobre cuestiones tales como la importancia de no contaminar los ríos, cómo funcionan las captaciones de agua o cómo son las redes de abastecimiento y saneamiento, o las plantas potabilizadoras y depuradoras.

Esteban de las Heras también informó de que desde el día 17 hasta el 22 de marzo, y como complemento al Día Mundial del Agua, el Carmen del Aljibe del Rey acogerá una exposición con los dibujos más destacados presentados por los escolares al concurso convocado por octavo año consecutivo por la Fundación AguaGranada.

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Dibujos animados, cuadernos didácticos y exposiciones por el Día Mundial del Agu

La Fundación AguaGranada celebrará el próximo 22 de marzo el Día Mundial de Agua con un abanico de actividades en el que participarán 400 alumnos de Primaria de distintos colegios de Granada, según anunció ayer el concejal de Cultura, Juan García Montero, y el director-gerente de la propia fundación, Esteban de las Heras.

Ese día, los niños visionarán en el teatro municipal Isabel la Católica episodios de ‘Narigotas’, un divertido personaje animado con forma de gota de agua que inculca con sus aventuras valores educativos sobre el uso responsable del agua, la preservación de la naturaleza y el respeto al medio ambiente. También se repartirán casi un millar de los cuadernos didácticos ‘Así es el agua’, editados en colaboración con la Universidad de Granada y cuyo coordinador, el catedrático Ernesto Hontoria, afirmó durante la presentación de sus actividades que dicho material está pensado para todos los niveles de primaria con el fin de que los más pequeños aprendan jugando, coloreando o resolviendo acertijos sobre cuestiones tales como la importancia de no contaminar los ríos, cómo funcionan las captaciones de agua o cómo son las redes de abastecimiento y saneamiento, o las plantas potabilizadoras y depuradoras.

Esteban de las Heras también informó de que desde el día 17 hasta el 22 de marzo, y como complemento al Día Mundial del Agua, el Carmen del Aljibe del Rey acogerá una exposición con los dibujos más destacados presentados por los escolares al concurso convocado por octavo año consecutivo por la Fundación AguaGranada.

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El Centro Albayzín lidera una alianza nacional para la formación de especialistas en restauración de alto nivel

El Centro Albayzín, escuela andaluza de restauración adscrita a la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía, lidera una alianza nacional puesta en marcha recientemente para formar especialistas en restauración y conservación del patrimonio histórico al más alto nivel, protagonismo que se ha materializado ahora con la firma de un convenio entre el consorcio granadino y el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Fundación Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP).

Según ha informado hoy el delegado territorial de Economía y presidente provincial del consorcio, José Antonio Aparicio, la firma del convenio se enmarca dentro de la estrategia nacional para la formación de profesionales altamente cualificados con objeto de facilitar su incorporación al sector laboral especializado en la conservación del patrimonio. Para ello, el Centro Albayzín y el CICOP desarrollarán acciones conjuntas de cualificación de especialistas, así como actuaciones sobre bienes muebles, inmuebles y culturales de interés histórico. Entre ellas, está prevista la restauración del Palacio del Almirante de Aragón, un edificio histórico ubicado en pleno barrio del Albaicín y que alberga la sede del Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales creado al amparo del CICOP y de la Universidad de Granada.

Para José Antonio Aparicio, la elección del Centro Albayzín, por parte de la fundación internacional, como aliado y líder de la estrategia del sector en el país «es una muestra más del prestigio que nuestra escuela ha adquirido en sólo una década de existencia gracias a su gran labor formativa y emprendedora».

NUEVAS DISTINCIONES

En esta línea, el presidente provincial del consorcio ha recordado que el Centro Albayzín ha resultado finalista de los Premios Nacionales de Artesanía, distinciones que concede la Fundación Española para la Innovación de la Artesanía (Fundesarte) y que tienen como finalidad otorgar un reconocimiento institucional al más alto nivel a aquellos profesionales e iniciativas artesanas consideradas como excelentes y ejemplares en el campo de la artesanía contemporánea.

La candidatura a dichos premios, que se fallan el próximo 4 de abril, se suma a un nuevo reconocimiento de la escuela granadina de restauración como Centro de Referencia Nacional en dos áreas nuevas: ‘Vidrio y cerámica artesanal’ y ‘Fabricación, reparación y mantenimiento de instrumentos musicales’. Esta calificación, que supone el reconocimiento de la calidad formativa del consorcio en dichas materias por parte del Consejo General de la Formación Profesional (integrada por representantes de los Ministerios de Trabajo y Educación), se suma a las que obtuvo en 2011 como Centro de Referencia Nacional en las áreas profesionales de ‘Artesanía Tradicional’ y de ‘Recuperación, Reparación y Mantenimiento Artísticos’, ambas de la familia profesional de Artes y Artesanía.

Aparicio ha felicitado a los trabajadores del Centro Albayzín «por su buen hacer en estos diez años de existencia y por recuperar oficios en desuso y situarlos de nuevo en el mercado laboral con el prestigio y reconocimiento que merecen»

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El Centro Albayzín lidera una alianza nacional para la formación de especialistas en restauración de alto nivel

El Centro Albayzín, escuela andaluza de restauración adscrita a la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía, lidera una alianza nacional puesta en marcha recientemente para formar especialistas en restauración y conservación del patrimonio histórico al más alto nivel, protagonismo que se ha materializado ahora con la firma de un convenio entre el consorcio granadino y el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Fundación Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP).

Según ha informado hoy el delegado territorial de Economía y presidente provincial del consorcio, José Antonio Aparicio, la firma del convenio se enmarca dentro de la estrategia nacional para la formación de profesionales altamente cualificados con objeto de facilitar su incorporación al sector laboral especializado en la conservación del patrimonio. Para ello, el Centro Albayzín y el CICOP desarrollarán acciones conjuntas de cualificación de especialistas, así como actuaciones sobre bienes muebles, inmuebles y culturales de interés histórico. Entre ellas, está prevista la restauración del Palacio del Almirante de Aragón, un edificio histórico ubicado en pleno barrio del Albaicín y que alberga la sede del Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales creado al amparo del CICOP y de la Universidad de Granada.

Para José Antonio Aparicio, la elección del Centro Albayzín, por parte de la fundación internacional, como aliado y líder de la estrategia del sector en el país «es una muestra más del prestigio que nuestra escuela ha adquirido en sólo una década de existencia gracias a su gran labor formativa y emprendedora».

NUEVAS DISTINCIONES

En esta línea, el presidente provincial del consorcio ha recordado que el Centro Albayzín ha resultado finalista de los Premios Nacionales de Artesanía, distinciones que concede la Fundación Española para la Innovación de la Artesanía (Fundesarte) y que tienen como finalidad otorgar un reconocimiento institucional al más alto nivel a aquellos profesionales e iniciativas artesanas consideradas como excelentes y ejemplares en el campo de la artesanía contemporánea.

La candidatura a dichos premios, que se fallan el próximo 4 de abril, se suma a un nuevo reconocimiento de la escuela granadina de restauración como Centro de Referencia Nacional en dos áreas nuevas: ‘Vidrio y cerámica artesanal’ y ‘Fabricación, reparación y mantenimiento de instrumentos musicales’. Esta calificación, que supone el reconocimiento de la calidad formativa del consorcio en dichas materias por parte del Consejo General de la Formación Profesional (integrada por representantes de los Ministerios de Trabajo y Educación), se suma a las que obtuvo en 2011 como Centro de Referencia Nacional en las áreas profesionales de ‘Artesanía Tradicional’ y de ‘Recuperación, Reparación y Mantenimiento Artísticos’, ambas de la familia profesional de Artes y Artesanía.

Aparicio ha felicitado a los trabajadores del Centro Albayzín «por su buen hacer en estos diez años de existencia y por recuperar oficios en desuso y situarlos de nuevo en el mercado laboral con el prestigio y reconocimiento que merecen»

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Más de 800 personas corren en la ‘Beer Runners’

Esta idea la puso en marcha por primera vez un club de corredores de Filadelfia y ha llegado este sábado a la capital grancanaria.

Más de 800 corredores han participado este sábado en la Beer Runners que se celebró en la Playa de Las Canteras de Las Palmas de Gran Canaria, informó la organización en una nota de prensa. De esta manera, el objetivo de la cita es animar a que se practique deporte «del mismo modo que se disfruta de la cerveza, en compañía»; una iniciativa para salir a correr en grupo y compartir unas cañas después del ejercicio.

La iniciativa ha recibido el apoyo del Ayuntamiento de la ciudad y contó con la asistencia del concejal de Deportes y presidente del Instituto Municipal de Deportes, Carlos Antonio Ester Sánchez. Por su parte, al finalizar el recorrido, el director general de Cerveceros de España, Jacobo Olalla Marañón, ha agradecido a los participantes su asistencia y les ha invitado a disfrutar todos juntos de la recompensa: cerveza y tapa.

Una caña después del ejercicio

Además, el doctor Manuel Castillo, catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada y autor del estudio científico que dio origen al movimiento, ha explicado a los participantes cómo surgió y porqué una caña tras el ejercicio podría ser beneficiosa para la salud.

El movimiento Beer Runners nació en un club de corredores de Filadelfia -los Fishtown Beer Runners- que descubrieron un estudio realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Granada sobre la relación entre el consumo moderado de cerveza y el deporte.

El estudio dirigido por el Doctor Castillo concluye que la cerveza puede contribuir a la recuperación hídrica después de hacer ejercicio, una lección que estos corredores ponen en práctica una vez a la semana cuando salen a correr en grupo y terminan el recorrido en un bar para disfrutar de una caña y una tapa.

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Más de 800 personas corren en la ‘Beer Runners’

Esta idea la puso en marcha por primera vez un club de corredores de Filadelfia y ha llegado este sábado a la capital grancanaria.

Más de 800 corredores han participado este sábado en la Beer Runners que se celebró en la Playa de Las Canteras de Las Palmas de Gran Canaria, informó la organización en una nota de prensa. De esta manera, el objetivo de la cita es animar a que se practique deporte «del mismo modo que se disfruta de la cerveza, en compañía»; una iniciativa para salir a correr en grupo y compartir unas cañas después del ejercicio.

La iniciativa ha recibido el apoyo del Ayuntamiento de la ciudad y contó con la asistencia del concejal de Deportes y presidente del Instituto Municipal de Deportes, Carlos Antonio Ester Sánchez. Por su parte, al finalizar el recorrido, el director general de Cerveceros de España, Jacobo Olalla Marañón, ha agradecido a los participantes su asistencia y les ha invitado a disfrutar todos juntos de la recompensa: cerveza y tapa.

Una caña después del ejercicio

Además, el doctor Manuel Castillo, catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada y autor del estudio científico que dio origen al movimiento, ha explicado a los participantes cómo surgió y porqué una caña tras el ejercicio podría ser beneficiosa para la salud.

El movimiento Beer Runners nació en un club de corredores de Filadelfia -los Fishtown Beer Runners- que descubrieron un estudio realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Granada sobre la relación entre el consumo moderado de cerveza y el deporte.

El estudio dirigido por el Doctor Castillo concluye que la cerveza puede contribuir a la recuperación hídrica después de hacer ejercicio, una lección que estos corredores ponen en práctica una vez a la semana cuando salen a correr en grupo y terminan el recorrido en un bar para disfrutar de una caña y una tapa.

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Más de 800 personas corren en la ‘Beer Runners’

Esta idea la puso en marcha por primera vez un club de corredores de Filadelfia y ha llegado este sábado a la capital grancanaria.

Más de 800 corredores han participado este sábado en la Beer Runners que se celebró en la Playa de Las Canteras de Las Palmas de Gran Canaria, informó la organización en una nota de prensa. De esta manera, el objetivo de la cita es animar a que se practique deporte «del mismo modo que se disfruta de la cerveza, en compañía»; una iniciativa para salir a correr en grupo y compartir unas cañas después del ejercicio.

La iniciativa ha recibido el apoyo del Ayuntamiento de la ciudad y contó con la asistencia del concejal de Deportes y presidente del Instituto Municipal de Deportes, Carlos Antonio Ester Sánchez. Por su parte, al finalizar el recorrido, el director general de Cerveceros de España, Jacobo Olalla Marañón, ha agradecido a los participantes su asistencia y les ha invitado a disfrutar todos juntos de la recompensa: cerveza y tapa.

Una caña después del ejercicio

Además, el doctor Manuel Castillo, catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada y autor del estudio científico que dio origen al movimiento, ha explicado a los participantes cómo surgió y porqué una caña tras el ejercicio podría ser beneficiosa para la salud.

El movimiento Beer Runners nació en un club de corredores de Filadelfia -los Fishtown Beer Runners- que descubrieron un estudio realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Granada sobre la relación entre el consumo moderado de cerveza y el deporte.

El estudio dirigido por el Doctor Castillo concluye que la cerveza puede contribuir a la recuperación hídrica después de hacer ejercicio, una lección que estos corredores ponen en práctica una vez a la semana cuando salen a correr en grupo y terminan el recorrido en un bar para disfrutar de una caña y una tapa.

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Fábrica de células y esperanza

La entrada a un laboratorio farmacéutico siempre exige controles de seguridad. La entrada a una sala blanca, donde se trabaja con células vivas y se crean tejidos artificiales, es mucho más restrictiva. «Son productos extraordinariamente complicados», destaca el director de la Unidad de Producción Celular del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, Manuel de la Rosa, que desde 2009 está al frente de estas instalaciones, que fueron antes sede del Banco Andaluz de Células Madre.

 

En 50 metros cuadrados, los investigadores trabajan en dos proyectos: un ensayo clínico que permitirá implantar córneas artificiales y otro, ya con rodaje, que fabrica células madre mesenquimales —un tipo de célula con capacidad para producir una variación del sistema inmune— a partir de grasa para prevenir el rechazo en los trasplantes de médula ósea. Ya se han tratado 31 pacientes con resultados, en algunos casos, «espectaculares», relata Antonio Ruiz, responsable de calidad y director técnico suplente.

Siete personas, entre médicos, farmacéuticos, bioquímicos y técnicos, forman el equipo que cuenta con todo el apoyo de los servicios centrales del hospital. «Si no trabajáramos con análisis clínico, histología, citogenética y microbiología, no se podría hacer. Hay un montón de controles para comprobar que el producto esté bien», explica De la Rosa.

La primera de las salas blancas de Andalucía

La sala blanca del Virgen de las Nieves, también llamada GMP por sus siglas en inglés Good Manufacturing Practices, fue la primera de Andalucía en un hospital. Hoy hay otras nueve salas más con estas o similares características en el territorio andaluz. Dos en Córdoba, otros tantos en Málaga, otro par en Granada y tres en Sevilla. Todas cuentan con la acreditación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). Su objetivo es impulsar el desarrollo y la aplicación en la práctica clínica de nuevos tratamientos basadas en medicamentos altamente innovadores derivados de la terapia génica, la celular y la ingeniería tisular (con tejidos). Las tres áreas de investigación en terapias avanzadas en la región son genética clínica y medicina genómica, nanomedicina y terapia celular y medicina regenerativa. Actualmente, en la comunidad hay ensayos clínicos de cardiología, neurología, inmunología, hematología, vascular periférico, digestivo y gastroenterología. La misión de esta iniciativa no es otra que impulsar el desarrollo de esas nuevas terapias con el propósito de mejorar la salud de la población e incorporar tratamientos avanzados en Andalucía como elemento de innovación de la asistencia sanitaria y progreso de la región, mediante la búsqueda de la alianza entre el mundo académico, las instituciones investigadoras, los centros sanitarios, las asociaciones de pacientes, las pequeñas y medianas empresas biotecnológicas y la industria farmacéutica. Además de ser una fuente de riqueza, el objetivo es llevar cuanto antes a la población sus potenciales beneficios, según el plan de actuación 2010-2015. Para apoyar estas investigaciones, la Administración andaluza planificó los medios necesarios y adoptó medidas legislativas que amparan con leyes específicas estos estudios. Entre ellas están la ley que, desde 2003, regula la investigación con preembriones humanos no viables para la fecundación in vitro; el decreto de 2005 que regula el diagnóstico genético preimplantatorio, o la ley de la investigación en reprogramación celular, de 2007.
Empezaron a rodar hace tres años y hoy cuentan cómo es su rutina, con la complejidad propia de una unidad tan especial, en una jornada normal. Para entrar en las salas de producción, hay que pasar por tres presiones intermedias, un sistema de esclusas con puertas enclavadas para que haya una cascada de presiones de más a menos y el flujo de aire siempre sea de dentro hacia fuera. El aire que no es estéril no pasa, está filtrado y el tejido creado, cuando sale de estas salas, lo hace herméticamente.

En esas condiciones el principal contaminante son las personas, los agentes externos, ya que la ropa para acceder a la sala está diseñada especialmente para ello. Ya en el interior, la doctora Olga Espinosa, responsable de producción, explica cómo debe quedar constancia de cada paso que dan y por eso se imprimen a diario todas las órdenes de producción. Mientras habla, está realizando un «cambio de medio de cultivo», que es el sustrato en el que crecen las células. «Lo aspiramos , se hace un lavado y ponemos otro para que el lote de células siga su proceso productivo».

En este caso se trata del cultivo de células madre mesenquimales, procedentes de la grasa de donantes generalmente vivos. Se utiliza en el ensayo de injerto contra huésped, la reacción que se produce cuando el cuerpo no reconoce como propio el órgano trasplantado. Sus propiedades inmunológicas ayudan a contrarrestar la reacción de rechazo. Según explica, ataviada con el mono, la mascarilla, guantes y demás ropa especial, se siembran células a una determinada densidad por centímetro cuadrado de forma que tengan espacio para ir dividiéndose.

«Cuando las células se han expandido y crecido lo suficiente, las despegamos del frasco de cultivo y las volvemos a colocar en otro contenedor para conseguir la producción del mayor número de células posible». Si todo sale bien, aclara el doctor De la Rosa, «de un donante de grasa podemos sacar 1.000 millones de células y se podría tratar a cinco pacientes».

Este laboratorio —que fue en su día el primero de Andalucía con autorización para fabricar medicamentos de terapia celular— se creó específicamente para ese ensayo: el de las células mesenquimales. Posteriormente, con la experiencia y la suficiente capacidad de producción, se ha logrado, en determinados casos, suministrar este medicamento no solo a enfermos en fase crónica sino también a algunos agudos. Entre todos suman 31 pacientes tratados en Andalucía y Valencia.

Desde enero tiene también autorizada la fabricación de tejido artificial, la córnea, a través de un proceso de bioingeniería. De una córnea de donante cadáver se extraen dos tipos celulares, se congelan para los controles de calidad y posteriormente se cultivan en una matriz para construir el tejido artificial.

Incluso los movimientos dentro de la sala tienen que estar controlados. «Normalmente se trabaja con alguien de soporte para movernos lo menos posible y minimizar el riesgo de generar partículas», afirma la doctora Espinosa. El seguimiento es tan exhaustivo que pese a todos esos controles de acceso, rutinariamente hay otros dos de placas ambientales, uno de la propia cabina para asegurar que no hay contaminación mientras se manipulan las células y otro de los guantes del operario. «Hay que maximizar el esfuerzo para minimizar el riesgo».

En la sala blanca, se preparan estos particulares fármacos para congelarlos y cuando salen al exterior ya están herméticos. Entonces, se criogenizan a menos 170 grados centígrados en nitrógeno líquido, lo que permite que se utilicen cuando un enfermo grave lo requiera. En el caso de las córneas, el ensayo comienza ahora. La preclínica la realizó la Universidad de Granada y en esta unidad se ha transformado esa investigación básica en un medicamento para que se pueda usar en personas. Esto es la investigación aplicada, tras la que continúa la clínica, que hará, en este caso, el oftalmólogo para comprobar si es válido. Esta sinergia entre distintos agentes implicados en la investigación es posible en el marco de la Iniciativa Andaluza de Terapias Avanzadas.

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Fábrica de células y esperanza

La entrada a un laboratorio farmacéutico siempre exige controles de seguridad. La entrada a una sala blanca, donde se trabaja con células vivas y se crean tejidos artificiales, es mucho más restrictiva. «Son productos extraordinariamente complicados», destaca el director de la Unidad de Producción Celular del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, Manuel de la Rosa, que desde 2009 está al frente de estas instalaciones, que fueron antes sede del Banco Andaluz de Células Madre.

 

En 50 metros cuadrados, los investigadores trabajan en dos proyectos: un ensayo clínico que permitirá implantar córneas artificiales y otro, ya con rodaje, que fabrica células madre mesenquimales —un tipo de célula con capacidad para producir una variación del sistema inmune— a partir de grasa para prevenir el rechazo en los trasplantes de médula ósea. Ya se han tratado 31 pacientes con resultados, en algunos casos, «espectaculares», relata Antonio Ruiz, responsable de calidad y director técnico suplente.

Siete personas, entre médicos, farmacéuticos, bioquímicos y técnicos, forman el equipo que cuenta con todo el apoyo de los servicios centrales del hospital. «Si no trabajáramos con análisis clínico, histología, citogenética y microbiología, no se podría hacer. Hay un montón de controles para comprobar que el producto esté bien», explica De la Rosa.

La primera de las salas blancas de Andalucía

La sala blanca del Virgen de las Nieves, también llamada GMP por sus siglas en inglés Good Manufacturing Practices, fue la primera de Andalucía en un hospital. Hoy hay otras nueve salas más con estas o similares características en el territorio andaluz. Dos en Córdoba, otros tantos en Málaga, otro par en Granada y tres en Sevilla. Todas cuentan con la acreditación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). Su objetivo es impulsar el desarrollo y la aplicación en la práctica clínica de nuevos tratamientos basadas en medicamentos altamente innovadores derivados de la terapia génica, la celular y la ingeniería tisular (con tejidos). Las tres áreas de investigación en terapias avanzadas en la región son genética clínica y medicina genómica, nanomedicina y terapia celular y medicina regenerativa. Actualmente, en la comunidad hay ensayos clínicos de cardiología, neurología, inmunología, hematología, vascular periférico, digestivo y gastroenterología. La misión de esta iniciativa no es otra que impulsar el desarrollo de esas nuevas terapias con el propósito de mejorar la salud de la población e incorporar tratamientos avanzados en Andalucía como elemento de innovación de la asistencia sanitaria y progreso de la región, mediante la búsqueda de la alianza entre el mundo académico, las instituciones investigadoras, los centros sanitarios, las asociaciones de pacientes, las pequeñas y medianas empresas biotecnológicas y la industria farmacéutica. Además de ser una fuente de riqueza, el objetivo es llevar cuanto antes a la población sus potenciales beneficios, según el plan de actuación 2010-2015. Para apoyar estas investigaciones, la Administración andaluza planificó los medios necesarios y adoptó medidas legislativas que amparan con leyes específicas estos estudios. Entre ellas están la ley que, desde 2003, regula la investigación con preembriones humanos no viables para la fecundación in vitro; el decreto de 2005 que regula el diagnóstico genético preimplantatorio, o la ley de la investigación en reprogramación celular, de 2007.
Empezaron a rodar hace tres años y hoy cuentan cómo es su rutina, con la complejidad propia de una unidad tan especial, en una jornada normal. Para entrar en las salas de producción, hay que pasar por tres presiones intermedias, un sistema de esclusas con puertas enclavadas para que haya una cascada de presiones de más a menos y el flujo de aire siempre sea de dentro hacia fuera. El aire que no es estéril no pasa, está filtrado y el tejido creado, cuando sale de estas salas, lo hace herméticamente.

En esas condiciones el principal contaminante son las personas, los agentes externos, ya que la ropa para acceder a la sala está diseñada especialmente para ello. Ya en el interior, la doctora Olga Espinosa, responsable de producción, explica cómo debe quedar constancia de cada paso que dan y por eso se imprimen a diario todas las órdenes de producción. Mientras habla, está realizando un «cambio de medio de cultivo», que es el sustrato en el que crecen las células. «Lo aspiramos , se hace un lavado y ponemos otro para que el lote de células siga su proceso productivo».

En este caso se trata del cultivo de células madre mesenquimales, procedentes de la grasa de donantes generalmente vivos. Se utiliza en el ensayo de injerto contra huésped, la reacción que se produce cuando el cuerpo no reconoce como propio el órgano trasplantado. Sus propiedades inmunológicas ayudan a contrarrestar la reacción de rechazo. Según explica, ataviada con el mono, la mascarilla, guantes y demás ropa especial, se siembran células a una determinada densidad por centímetro cuadrado de forma que tengan espacio para ir dividiéndose.

«Cuando las células se han expandido y crecido lo suficiente, las despegamos del frasco de cultivo y las volvemos a colocar en otro contenedor para conseguir la producción del mayor número de células posible». Si todo sale bien, aclara el doctor De la Rosa, «de un donante de grasa podemos sacar 1.000 millones de células y se podría tratar a cinco pacientes».

Este laboratorio —que fue en su día el primero de Andalucía con autorización para fabricar medicamentos de terapia celular— se creó específicamente para ese ensayo: el de las células mesenquimales. Posteriormente, con la experiencia y la suficiente capacidad de producción, se ha logrado, en determinados casos, suministrar este medicamento no solo a enfermos en fase crónica sino también a algunos agudos. Entre todos suman 31 pacientes tratados en Andalucía y Valencia.

Desde enero tiene también autorizada la fabricación de tejido artificial, la córnea, a través de un proceso de bioingeniería. De una córnea de donante cadáver se extraen dos tipos celulares, se congelan para los controles de calidad y posteriormente se cultivan en una matriz para construir el tejido artificial.

Incluso los movimientos dentro de la sala tienen que estar controlados. «Normalmente se trabaja con alguien de soporte para movernos lo menos posible y minimizar el riesgo de generar partículas», afirma la doctora Espinosa. El seguimiento es tan exhaustivo que pese a todos esos controles de acceso, rutinariamente hay otros dos de placas ambientales, uno de la propia cabina para asegurar que no hay contaminación mientras se manipulan las células y otro de los guantes del operario. «Hay que maximizar el esfuerzo para minimizar el riesgo».

En la sala blanca, se preparan estos particulares fármacos para congelarlos y cuando salen al exterior ya están herméticos. Entonces, se criogenizan a menos 170 grados centígrados en nitrógeno líquido, lo que permite que se utilicen cuando un enfermo grave lo requiera. En el caso de las córneas, el ensayo comienza ahora. La preclínica la realizó la Universidad de Granada y en esta unidad se ha transformado esa investigación básica en un medicamento para que se pueda usar en personas. Esto es la investigación aplicada, tras la que continúa la clínica, que hará, en este caso, el oftalmólogo para comprobar si es válido. Esta sinergia entre distintos agentes implicados en la investigación es posible en el marco de la Iniciativa Andaluza de Terapias Avanzadas.

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Fábrica de células y esperanza

La entrada a un laboratorio farmacéutico siempre exige controles de seguridad. La entrada a una sala blanca, donde se trabaja con células vivas y se crean tejidos artificiales, es mucho más restrictiva. «Son productos extraordinariamente complicados», destaca el director de la Unidad de Producción Celular del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, Manuel de la Rosa, que desde 2009 está al frente de estas instalaciones, que fueron antes sede del Banco Andaluz de Células Madre.

 

En 50 metros cuadrados, los investigadores trabajan en dos proyectos: un ensayo clínico que permitirá implantar córneas artificiales y otro, ya con rodaje, que fabrica células madre mesenquimales —un tipo de célula con capacidad para producir una variación del sistema inmune— a partir de grasa para prevenir el rechazo en los trasplantes de médula ósea. Ya se han tratado 31 pacientes con resultados, en algunos casos, «espectaculares», relata Antonio Ruiz, responsable de calidad y director técnico suplente.

Siete personas, entre médicos, farmacéuticos, bioquímicos y técnicos, forman el equipo que cuenta con todo el apoyo de los servicios centrales del hospital. «Si no trabajáramos con análisis clínico, histología, citogenética y microbiología, no se podría hacer. Hay un montón de controles para comprobar que el producto esté bien», explica De la Rosa.

La primera de las salas blancas de Andalucía

La sala blanca del Virgen de las Nieves, también llamada GMP por sus siglas en inglés Good Manufacturing Practices, fue la primera de Andalucía en un hospital. Hoy hay otras nueve salas más con estas o similares características en el territorio andaluz. Dos en Córdoba, otros tantos en Málaga, otro par en Granada y tres en Sevilla. Todas cuentan con la acreditación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). Su objetivo es impulsar el desarrollo y la aplicación en la práctica clínica de nuevos tratamientos basadas en medicamentos altamente innovadores derivados de la terapia génica, la celular y la ingeniería tisular (con tejidos). Las tres áreas de investigación en terapias avanzadas en la región son genética clínica y medicina genómica, nanomedicina y terapia celular y medicina regenerativa. Actualmente, en la comunidad hay ensayos clínicos de cardiología, neurología, inmunología, hematología, vascular periférico, digestivo y gastroenterología. La misión de esta iniciativa no es otra que impulsar el desarrollo de esas nuevas terapias con el propósito de mejorar la salud de la población e incorporar tratamientos avanzados en Andalucía como elemento de innovación de la asistencia sanitaria y progreso de la región, mediante la búsqueda de la alianza entre el mundo académico, las instituciones investigadoras, los centros sanitarios, las asociaciones de pacientes, las pequeñas y medianas empresas biotecnológicas y la industria farmacéutica. Además de ser una fuente de riqueza, el objetivo es llevar cuanto antes a la población sus potenciales beneficios, según el plan de actuación 2010-2015. Para apoyar estas investigaciones, la Administración andaluza planificó los medios necesarios y adoptó medidas legislativas que amparan con leyes específicas estos estudios. Entre ellas están la ley que, desde 2003, regula la investigación con preembriones humanos no viables para la fecundación in vitro; el decreto de 2005 que regula el diagnóstico genético preimplantatorio, o la ley de la investigación en reprogramación celular, de 2007.
Empezaron a rodar hace tres años y hoy cuentan cómo es su rutina, con la complejidad propia de una unidad tan especial, en una jornada normal. Para entrar en las salas de producción, hay que pasar por tres presiones intermedias, un sistema de esclusas con puertas enclavadas para que haya una cascada de presiones de más a menos y el flujo de aire siempre sea de dentro hacia fuera. El aire que no es estéril no pasa, está filtrado y el tejido creado, cuando sale de estas salas, lo hace herméticamente.

En esas condiciones el principal contaminante son las personas, los agentes externos, ya que la ropa para acceder a la sala está diseñada especialmente para ello. Ya en el interior, la doctora Olga Espinosa, responsable de producción, explica cómo debe quedar constancia de cada paso que dan y por eso se imprimen a diario todas las órdenes de producción. Mientras habla, está realizando un «cambio de medio de cultivo», que es el sustrato en el que crecen las células. «Lo aspiramos , se hace un lavado y ponemos otro para que el lote de células siga su proceso productivo».

En este caso se trata del cultivo de células madre mesenquimales, procedentes de la grasa de donantes generalmente vivos. Se utiliza en el ensayo de injerto contra huésped, la reacción que se produce cuando el cuerpo no reconoce como propio el órgano trasplantado. Sus propiedades inmunológicas ayudan a contrarrestar la reacción de rechazo. Según explica, ataviada con el mono, la mascarilla, guantes y demás ropa especial, se siembran células a una determinada densidad por centímetro cuadrado de forma que tengan espacio para ir dividiéndose.

«Cuando las células se han expandido y crecido lo suficiente, las despegamos del frasco de cultivo y las volvemos a colocar en otro contenedor para conseguir la producción del mayor número de células posible». Si todo sale bien, aclara el doctor De la Rosa, «de un donante de grasa podemos sacar 1.000 millones de células y se podría tratar a cinco pacientes».

Este laboratorio —que fue en su día el primero de Andalucía con autorización para fabricar medicamentos de terapia celular— se creó específicamente para ese ensayo: el de las células mesenquimales. Posteriormente, con la experiencia y la suficiente capacidad de producción, se ha logrado, en determinados casos, suministrar este medicamento no solo a enfermos en fase crónica sino también a algunos agudos. Entre todos suman 31 pacientes tratados en Andalucía y Valencia.

Desde enero tiene también autorizada la fabricación de tejido artificial, la córnea, a través de un proceso de bioingeniería. De una córnea de donante cadáver se extraen dos tipos celulares, se congelan para los controles de calidad y posteriormente se cultivan en una matriz para construir el tejido artificial.

Incluso los movimientos dentro de la sala tienen que estar controlados. «Normalmente se trabaja con alguien de soporte para movernos lo menos posible y minimizar el riesgo de generar partículas», afirma la doctora Espinosa. El seguimiento es tan exhaustivo que pese a todos esos controles de acceso, rutinariamente hay otros dos de placas ambientales, uno de la propia cabina para asegurar que no hay contaminación mientras se manipulan las células y otro de los guantes del operario. «Hay que maximizar el esfuerzo para minimizar el riesgo».

En la sala blanca, se preparan estos particulares fármacos para congelarlos y cuando salen al exterior ya están herméticos. Entonces, se criogenizan a menos 170 grados centígrados en nitrógeno líquido, lo que permite que se utilicen cuando un enfermo grave lo requiera. En el caso de las córneas, el ensayo comienza ahora. La preclínica la realizó la Universidad de Granada y en esta unidad se ha transformado esa investigación básica en un medicamento para que se pueda usar en personas. Esto es la investigación aplicada, tras la que continúa la clínica, que hará, en este caso, el oftalmólogo para comprobar si es válido. Esta sinergia entre distintos agentes implicados en la investigación es posible en el marco de la Iniciativa Andaluza de Terapias Avanzadas.

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Logran cultivar por primera vez en cautividad la ‘ortiguilla de mar’, una especie animal marina muy demandada en cocina

63548 Investigadores granadinos han conseguido cultivar por primera vez en cautividad una especie animal marina, denominada ortiguilla de mar (Anemonia sulcata), y ya han iniciado el cultivo de la espardeña o ‘pepino de mar’ (Stichopus regalis), aunque éste se encuentra en fase de investigación inicial. Ambas especies tienen un enorme potencial culinario y excelentes propiedades nutricionales.

Además de estas dos anémonas de mar, los científicos también han logrado cultivar artificialmente una planta marina, la salicornia, también llamada «espárrago de mar» en nuestro país.

En la actualidad, la captura de anémonas y su posterior uso en restaurantes y establecimientos de cocina ‘gourmet’ ha provocado un notable declive y peligro de estas poblaciones animales, «deteriorando considerablemente el nicho ecológico de la zona costera e intermareal, debido a la aparición de furtivos y la sobreexplotación por su alta rentabilidad económica».

La empresa iMare Natural S.L., ‘spin-off’ de la Universidad de Granada (UGR), se dedica a la diversificación de los cultivos marinos en el sector de la acuicultura integrada, una práctica fundamentada en el máximo aprovechamiento de los aportes orgánicos excedentarios procedentes del cultivo o explotación de una especie.

Como explica Pedro A. Álvarez, uno de los investigadores y fundador de la firma, «hasta la fecha todo el consumo de estas especies marinas procedía únicamente de la pesca extractiva, lo que supone una alteración muy importante del ecosistema», informa la UGR.

Mediante un eficiente sistema de bombeo y canalización, los aportes orgánicos son reciclados y aprovechados para convertirlos en fertilizantes o aportes nutricionales, que posteriormente se emplean para otros tipos de cultivos auxiliares. Los excedentes alimenticios y desechos orgánicos de un cultivo acuícola son remineralizados, a su vez, por otra especie, mediante un cultivo acuapónico para crear sistemas en equilibrio y con sustentabilidad ambiental mediante la biomitigación.

PROPIEDADES SALUDABLES

Respecto a las especies cultivadas por primera vez en Granada, la ortiguilla de mar «apenas tiene calorías, y aporta componentes esenciales para nuestra salud, debido a su elevado contenido de proteínas, colesterol y purinas, y bajo contenido en grasas», destaca Álvarez.

Por su parte, la salicornia contiene entre el 30 y el 40 por ciento de proteínas, calcio, magnesio, potasio y sodio, y un elevado porcentaje de ácidos grasos esenciales (omega 6), que puede alcanzar hasta el 75 por ciento en el caso de las semillas.

Este alto contenido en ácido linoleico permite reducir considerablemente la cantidad de colesterol en sangre. Esta planta se riega con agua de mar, y cada vez se emplea más como acompañamiento en platos de pescado o mariscos, o cocida con otras verduras. «Además, la salicornia es un cultivo rico en aceite que puede ser utilizado también para la generación de biocombustibles», afirma el investigador.

En último lugar, la espardeña es un producto muy apreciado gastronómicamente en Cataluña, las Islas Baleares y Valencia, donde puede alcanzar precios de hasta 150 euros por kilo. Antiguamente, «su consumo se asociaba a los pescadores con bajos recursos económicos, pero hoy en día se sirve en restaurantes de alto nivel».

Investigadores granadinos han conseguido cultivar por primera vez en cautividad una especie animal marina, denominada ortiguilla de mar (Anemonia sulcata), y ya han iniciado el cultivo de la espardeña o ‘pepino de mar’ (Stichopus regalis), aunque éste se encuentra en fase de investigación inicial. Ambas especies tienen un enorme potencial culinario y excelentes propiedades nutricionales.
Además de estas dos anémonas de mar, los científicos también han logrado cultivar artificialmente una planta marina, la salicornia, también llamada «espárrago de mar» en nuestro país.
En la actualidad, la captura de anémonas y su posterior uso en restaurantes y establecimientos de cocina ‘gourmet’ ha provocado un notable declive y peligro de estas poblaciones animales, «deteriorando considerablemente el nicho ecológico de la zona costera e intermareal, debido a la aparición de furtivos y la sobreexplotación por su alta rentabilidad económica».
La empresa iMare Natural S.L., ‘spin-off’ de la Universidad de Granada (UGR), se dedica a la diversificación de los cultivos marinos en el sector de la acuicultura integrada, una práctica fundamentada en el máximo aprovechamiento de los aportes orgánicos excedentarios procedentes del cultivo o explotación de una especie.
Como explica Pedro A. Álvarez, uno de los investigadores y fundador de la firma, «hasta la fecha todo el consumo de estas especies marinas procedía únicamente de la pesca extractiva, lo que supone una alteración muy importante del ecosistema», informa la UGR.
Mediante un eficiente sistema de bombeo y canalización, los aportes orgánicos son reciclados y aprovechados para convertirlos en fertilizantes o aportes nutricionales, que posteriormente se emplean para otros tipos de cultivos auxiliares. Los excedentes alimenticios y desechos orgánicos de un cultivo acuícola son remineralizados, a su vez, por otra especie, mediante un cultivo acuapónico para crear sistemas en equilibrio y con sustentabilidad ambiental mediante la biomitigación.
PROPIEDADES SALUDABLES
Respecto a las especies cultivadas por primera vez en Granada, la ortiguilla de mar «apenas tiene calorías, y aporta componentes esenciales para nuestra salud, debido a su elevado contenido de proteínas, colesterol y purinas, y bajo contenido en grasas», destaca Álvarez.
Por su parte, la salicornia contiene entre el 30 y el 40 por ciento de proteínas, calcio, magnesio, potasio y sodio, y un elevado porcentaje de ácidos grasos esenciales (omega 6), que puede alcanzar hasta el 75 por ciento en el caso de las semillas.
Este alto contenido en ácido linoleico permite reducir considerablemente la cantidad de colesterol en sangre. Esta planta se riega con agua de mar, y cada vez se emplea más como acompañamiento en platos de pescado o mariscos, o cocida con otras verduras. «Además, la salicornia es un cultivo rico en aceite que puede ser utilizado también para la generación de biocombustibles», afirma el investigador.
En último lugar, la espardeña es un producto muy apreciado gastronómicamente en Cataluña, las Islas Baleares y Valencia, donde puede alcanzar precios de hasta 150 euros por kilo. Antiguamente, «su consumo se asociaba a los pescadores con bajos recursos económicos, pero hoy en día se sirve en restaurantes de alto nivel».

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