Una persona puede ser obesa y al mismo tiempo estar metabólicamente sana y en forma

Una persona puede ser obesa y al mismo tiempo estar metabólicamente sana y en forma y puede tener el mismo riesgo de mortalidad por causa cardiovascular o cáncer que personas con normopeso, según los resultados de un estudio publicado esta semana en la prestigiosa revista ‘European Heart Journal’.

«Se sabe que la obesidad está ligada a numerosas enfermedades crónicas, tales como problemas de tipo cardiovascular o cáncer. Sin embargo, parece haber un sub-grupo entre las personas obesas que no padece las complicaciones metabólicas características de la obesidad», explica el primer autor de este estudio, Francisco B. Ortega (PhD).

El doctor Ortega trabaja actualmente como investigador y docente en el Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada (UGR), así como en el Departamento de Biociencias y Nutrición del Instituto Karolinska de Suecia.

Este trabajo se realizó durante una de las estancias que el investigador Francisco Ortega ha desarrollado en la Universidad de Carolina del Sur (USA) con el profesor Steven N. Blair, uno de los investigadores de mayor prestigio del mundo en temas de ejercicio físico, condición física y salud. Blair es el investigador responsable del ‘Aerobics Center Longitudinal Study’ (ACLS), estudio del que se deriva la investigación, que incluye a más de 43.000 personas, seguidas durante un promedio de 15 años o hasta que murieron, informa la UGR en una nota.

Ortega y sus colegas observaron que entre un 30-40 por ciento de los participantes obesos eran metabólicamente sanos. «Dos hallazgos principales se desprenden de nuestro estudio. Primero, el tener una mejor forma física, concretamente una mejor capacidad cardiorespiratoria (o aeróbica), debe considerarse de ahora en adelante como una característica de este sub-grupo conocido como metabólicamente sano pero obeso. En segundo lugar, nuestro estudio sugiere que una vez que la capacidad cardiorrespiratoria es debidamente tenida en cuenta, las personas metabólicamente sanas pero obesas tienen un menor riesgo de mortalidad por causa cardiovascular o cáncer que el resto de personas obesas y además, muestran un riesgo similar a las personas con normopeso».

«El mensaje para la población general que se deriva de este estudio, junto con estudios previos, es que independientemente del estado de peso corporal y grasa, aquellas personas con una mejor capacidad cardiorrespiratoria, tienen un menor riesgo de enfermedad y mortalidad», afirma Ortega.

«Las implicaciones clínicas para el personal sanitario es que si se realiza una valoración del perfil lipídico, porcentaje graso y forma física, se puede hacer un pronóstico más preciso del riesgo cardiovascular y de cáncer de personas obesas», dijeron los autores del trabajo.

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Sorolla vuelve a la Alhambra

  • El curso “Sorolla, último período” se celebrará durante los días 12 y 13 de septiembre, organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada y el Patronato de La Alhambra y Generalife

El Palacio de Carlos V de la Alhambra será el escenario del curso “Sorolla, último período”, que se celebrará durante los días 12 y 13 de septiembre. Este coloquio está organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada y el Patronato de La Alhambra y Generalife con motivo de la exposición “Jardines de luz” y tiene como objeto estudiar esa “última manera” de Sorolla.

Este curso, dirigido por un comité de expertos en la figura de Sorolla compuesto por Tomás Llorens, Blanca Pons-Sorolla, María López Fernández y Boye Llorens, mostrará la fascinación y el descubrimiento que experimentó el artista en los jardines, afianzado tras su viaje a Andalucía y sobre todo desde su experiencia en los jardines árabes de la Alhambra y del Alcázar de Sevilla. En esta época las arquitecturas vegetales, los mármoles, las cerámicas, las fuentes, la luz y los colores cobran vida. El pincel del artista se detiene sobre los reflejos del agua, la luz que disuelve las geometrías arquitectónicas y sobre el mosaico cromático de los jardines.

En el seminario se abordarán aspectos de la pintura de este artista que ha recibido hasta ahora una atención historiográfica escasa y donde se ponen de manifiesto ciertos intereses estéticos que contradicen algunos de los clichés más difundidos acerca del artista.

Para entenderlo se prestará una atención especial al contexto cultural de los últimos años de Sorolla, especialmente el literario, y se tendrá en cuenta el papel privilegiado que la figura del “jardín de pintor” juega en la obra última de algunos pintores coetáneos, como Monet o Liebermann. Todo ello en un ambiente impregnado por la difusión tardía del simbolismo, un territorio histórico fronterizo, marcado por la conciencia del final de una época, pero en el que, sin embargo, aparecen y arraigan algunas de las propuestas más destacadas de la nueva sensibilidad del siglo XX, como lo es por ejemplo, en España, la “poesía pura” de Juan Ramón Jiménez.

Contacto: Gabinete de Prensa Centro Mediterráneo. Lucía Villarrubia. Telf. 630874750

Gabinete de Comunicación – Secretaría General
UNIVERSIDAD DE GRANADA
Acera de San Ildefonso, s/n. 18071. Granada (España)
Tel. 958 243063 – 958 244278
Correo e. gabcomunicacion@ugr.es
Web: http://canal.ugr.es


Sorolla vuelve a la Alhambra

  • El curso “Sorolla, último período” se celebrará durante los días 12 y 13 de septiembre, organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada y el Patronato de La Alhambra y Generalife

El Palacio de Carlos V de la Alhambra será el escenario del curso “Sorolla, último período”, que se celebrará durante los días 12 y 13 de septiembre. Este coloquio está organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada y el Patronato de La Alhambra y Generalife con motivo de la exposición “Jardines de luz” y tiene como objeto estudiar esa “última manera” de Sorolla.

Este curso, dirigido por un comité de expertos en la figura de Sorolla compuesto por Tomás Llorens, Blanca Pons-Sorolla, María López Fernández y Boye Llorens, mostrará la fascinación y el descubrimiento que experimentó el artista en los jardines, afianzado tras su viaje a Andalucía y sobre todo desde su experiencia en los jardines árabes de la Alhambra y del Alcázar de Sevilla. En esta época las arquitecturas vegetales, los mármoles, las cerámicas, las fuentes, la luz y los colores cobran vida. El pincel del artista se detiene sobre los reflejos del agua, la luz que disuelve las geometrías arquitectónicas y sobre el mosaico cromático de los jardines.

En el seminario se abordarán aspectos de la pintura de este artista que ha recibido hasta ahora una atención historiográfica escasa y donde se ponen de manifiesto ciertos intereses estéticos que contradicen algunos de los clichés más difundidos acerca del artista.

Para entenderlo se prestará una atención especial al contexto cultural de los últimos años de Sorolla, especialmente el literario, y se tendrá en cuenta el papel privilegiado que la figura del “jardín de pintor” juega en la obra última de algunos pintores coetáneos, como Monet o Liebermann. Todo ello en un ambiente impregnado por la difusión tardía del simbolismo, un territorio histórico fronterizo, marcado por la conciencia del final de una época, pero en el que, sin embargo, aparecen y arraigan algunas de las propuestas más destacadas de la nueva sensibilidad del siglo XX, como lo es por ejemplo, en España, la “poesía pura” de Juan Ramón Jiménez.

Contacto: Gabinete de Prensa Centro Mediterráneo. Lucía Villarrubia. Telf. 630874750

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La UGR publica “Militares y oenegés”

  • Se trata del quinto volumen de la colección Biblioteca “Conde de Tendilla”, obra del teniente coronel Javier Ruiz Arévalo, que se edita en colaboración con el Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC)

“Militares y oenegés. Reflexiones sobre una relación a veces tormentosa”, es el título de la obra del teniente coronel Javier Ruiz Arévalo, publicada por la Editorial Universidad de Granada (eug) en colaboración con el Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC), en la colección Biblioteca “Conde de Tendilla” (5º volumen).

En este libro, de más de 270 páginas, se recoge la evolución de los conflictos armados y se analizan los problemas que paulatinamente se han ido poniendo de manifiesto, así como las soluciones que la comunidad internacional ha ido desarrollando. Y cómo ha quedado patente que para esta cuestión aún no se ha encontrado una solución satisfactoria. “Las últimas décadas –a decir del autor de este volumen– han sido testigos de cambios muy significativos en lo que a la tipología de los conflictos bélicos y a la naturaleza de la implicación de civiles y militares en los mismos se refiere. Paralelamente, se ha producido una creciente implicación de las fuerzas armadas en el campo de la ayuda humanitaria, sea como consecuencia de conflictos bélicos o de cualquier tipo de catástrofe”.

Esta doble realidad ha hecho que militares y actores humanitarios trabajen codo con codo en los mismos escenarios y que, en ocasiones, las fronteras entre los cometidos respectivos se desdibujen y surjan tensiones entre ambos grupos. Así, conceptos como “Operaciones postconficto”, “Estabilización” o “Enfoque integral” nacen, según el autor de este libro, “para poner un poco de racionalidad en unos conflictos en los que hay cada vez más actores implicados y resulta más difícil armonizar su actuación”.

Complejidad de los conflictos

Los conflictos clásicos consistían básicamente en el enfrentamiento de dos ejércitos que perseguían doblegar al contrario e imponer una paz favorable a sus propios intereses nacionales. En el siglo XXI, sin embargo, los conflictos son sensiblemente más complejos. Los conceptos de amigo y enemigo son más difusos, junto a los actores militares actúan multitud de actores civiles de naturaleza muy diversa y el objetivo no es tanto derrotar al enemigo como ganarse a la población. Lo que se busca, pues, no es un ejército derrotado, sino un país estabilizado.

“En escenarios conflictivos –afirma Javier Ruiz Arévalo–, junto con los actores militares actúan organizaciones nacionales e internacionales, gubernamentales y no gubernamentales que, aunque pueden coincidir con los actores militares en cuanto a los objetivos últimos, tienen sus propias agendas, prioridades y modus operandi. Esto es especialmente cierto en el caso de las organizaciones no gubernamentales, las oenegés, que encuentran cada vez más difícil compatibilizar su intervención en este tipo de escenarios con la exigencia de la neutralidad que debe caracterizar su actuación”.

Adquiera este libro en el sitio web de la EUG: http://goo.gl/bHfta

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La UGR publica “Militares y oenegés”

  • Se trata del quinto volumen de la colección Biblioteca “Conde de Tendilla”, obra del teniente coronel Javier Ruiz Arévalo, que se edita en colaboración con el Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC)

“Militares y oenegés. Reflexiones sobre una relación a veces tormentosa”, es el título de la obra del teniente coronel Javier Ruiz Arévalo, publicada por la Editorial Universidad de Granada (eug) en colaboración con el Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC), en la colección Biblioteca “Conde de Tendilla” (5º volumen).

En este libro, de más de 270 páginas, se recoge la evolución de los conflictos armados y se analizan los problemas que paulatinamente se han ido poniendo de manifiesto, así como las soluciones que la comunidad internacional ha ido desarrollando. Y cómo ha quedado patente que para esta cuestión aún no se ha encontrado una solución satisfactoria. “Las últimas décadas –a decir del autor de este volumen– han sido testigos de cambios muy significativos en lo que a la tipología de los conflictos bélicos y a la naturaleza de la implicación de civiles y militares en los mismos se refiere. Paralelamente, se ha producido una creciente implicación de las fuerzas armadas en el campo de la ayuda humanitaria, sea como consecuencia de conflictos bélicos o de cualquier tipo de catástrofe”.

Esta doble realidad ha hecho que militares y actores humanitarios trabajen codo con codo en los mismos escenarios y que, en ocasiones, las fronteras entre los cometidos respectivos se desdibujen y surjan tensiones entre ambos grupos. Así, conceptos como “Operaciones postconficto”, “Estabilización” o “Enfoque integral” nacen, según el autor de este libro, “para poner un poco de racionalidad en unos conflictos en los que hay cada vez más actores implicados y resulta más difícil armonizar su actuación”.

Complejidad de los conflictos

Los conflictos clásicos consistían básicamente en el enfrentamiento de dos ejércitos que perseguían doblegar al contrario e imponer una paz favorable a sus propios intereses nacionales. En el siglo XXI, sin embargo, los conflictos son sensiblemente más complejos. Los conceptos de amigo y enemigo son más difusos, junto a los actores militares actúan multitud de actores civiles de naturaleza muy diversa y el objetivo no es tanto derrotar al enemigo como ganarse a la población. Lo que se busca, pues, no es un ejército derrotado, sino un país estabilizado.

“En escenarios conflictivos –afirma Javier Ruiz Arévalo–, junto con los actores militares actúan organizaciones nacionales e internacionales, gubernamentales y no gubernamentales que, aunque pueden coincidir con los actores militares en cuanto a los objetivos últimos, tienen sus propias agendas, prioridades y modus operandi. Esto es especialmente cierto en el caso de las organizaciones no gubernamentales, las oenegés, que encuentran cada vez más difícil compatibilizar su intervención en este tipo de escenarios con la exigencia de la neutralidad que debe caracterizar su actuación”.

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Una persona puede ser obesa y al mismo tiempo estar metabólicamente sana y en forma

  • Según sugieren los resultados de un estudio publicado en la prestigiosa revista “European Heart Journal”, del investigador Francisco B. Ortega del Departamento de Educación Física y Deportiva de la UGR, y del Departamento de Biociencias y Nutrición del Instituto Karolinska de Suecia

Una persona puede ser obesa y al mismo tiempo estar metabólicamente sana y en forma. Si este es el caso, dicha persona puede tener el mismo riesgo de mortalidad por causa cardiovascular o cáncer que personas con normopeso, según sugieren los resultados de un estudio publicado esta semana en la prestigiosa revista “European Heart Journal” [1].

“Se sabe que la obesidad está ligada a numerosas enfermedades crónicas, tales como problemas de tipo cardiovascular o cáncer. Sin embargo, parece haber un sub-grupo entre las personas obesas que no padece las complicaciones metabólicas características de la obesidad”, explica el primer autor de este estudio, Dr. Francisco B Ortega (PhD).

El Dr. Ortega trabaja actualmente como investigador y docente en el Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, así como en el Departamento de Biociencias y Nutrición del Instituto Karolinska de Suecia. Este trabajo se realizó durante una de las estancias que el investigador Francisco Ortega ha desarrollado en la Universidad de Carolina del Sur (USA) con el Prof. Steven N Blair, uno de los investigadores de mayor prestigio del mundo en temas de ejercicio físico, condición física y salud. El Prof. Blair es el investigador responsable del “Aerobics Center Longitudinal Study” (ACLS), estudio del que se deriva la presente investigación, que incluye a más de 43.000 personas, seguidas durante un promedio de 15 años o hasta que murieron.

El Dr. Ortega y sus colegas observaron que entre un 30-40% de los participantes obesos eran metabólicamente sanos. “Dos hallazgos principales se desprenden de nuestro estudio. Primero, el tener una mejor forma física, concretamente una mejor capacidad cardiorespiratoria (o aeróbica), debe considerarse de ahora en adelante como una característica de este sub-grupo conocido como metabólicamente sano pero obeso. En segundo lugar, nuestro estudio sugiere que una vez que la capacidad cardiorrespiratoria es debidamente tenida en cuenta, las personas metabólicamente sanas pero obesas tienen un menor riesgo de mortalidad por causa cardiovascular o cáncer que el resto de personas obesas y además, muestran un riesgo similar a las personas con normopeso”.

“El mensaje para la población general que se deriva de este estudio, junto con estudios previos, es que independientemente del estado de peso corporal y grasa, aquellas personas con una mejor capacidad cardiorrespiratoria, tienen un menor riesgo de enfermedad y mortalidad”, afirma el Dr. Ortega.

“Las implicaciones clínicas para el personal sanitario es que si se realiza una valoración del perfil lipídico, porcentaje graso y forma física, se puede hacer un pronóstico más preciso del riesgo cardiovascular y de cáncer de personas obesas”, dijeron los autores del trabajo.

Nota: [1] “The intriguing metabolically healthy but obese phenotype: cardiovascular prognosis and role of fitness,” by Francisco B. Ortega, Duck-chul Lee, Peter T. Katzmarzyk, Jonatan R. Ruiz, Xuemei Sui, Timothy S. Church, and Steven N. Blair. European Heart Journal. doi:10.1093/eurheartj/ehs174.

Contacto: Francisco B. Ortega. Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada. Telef. 958 244374. Correo elec: ortegaf@ugr.es

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Una persona puede ser obesa y al mismo tiempo estar metabólicamente sana y en forma

  • Según sugieren los resultados de un estudio publicado en la prestigiosa revista “European Heart Journal”, del investigador Francisco B. Ortega del Departamento de Educación Física y Deportiva de la UGR, y del Departamento de Biociencias y Nutrición del Instituto Karolinska de Suecia

Una persona puede ser obesa y al mismo tiempo estar metabólicamente sana y en forma. Si este es el caso, dicha persona puede tener el mismo riesgo de mortalidad por causa cardiovascular o cáncer que personas con normopeso, según sugieren los resultados de un estudio publicado esta semana en la prestigiosa revista “European Heart Journal” [1].

“Se sabe que la obesidad está ligada a numerosas enfermedades crónicas, tales como problemas de tipo cardiovascular o cáncer. Sin embargo, parece haber un sub-grupo entre las personas obesas que no padece las complicaciones metabólicas características de la obesidad”, explica el primer autor de este estudio, Dr. Francisco B Ortega (PhD).

El Dr. Ortega trabaja actualmente como investigador y docente en el Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, así como en el Departamento de Biociencias y Nutrición del Instituto Karolinska de Suecia. Este trabajo se realizó durante una de las estancias que el investigador Francisco Ortega ha desarrollado en la Universidad de Carolina del Sur (USA) con el Prof. Steven N Blair, uno de los investigadores de mayor prestigio del mundo en temas de ejercicio físico, condición física y salud. El Prof. Blair es el investigador responsable del “Aerobics Center Longitudinal Study” (ACLS), estudio del que se deriva la presente investigación, que incluye a más de 43.000 personas, seguidas durante un promedio de 15 años o hasta que murieron.

El Dr. Ortega y sus colegas observaron que entre un 30-40% de los participantes obesos eran metabólicamente sanos. “Dos hallazgos principales se desprenden de nuestro estudio. Primero, el tener una mejor forma física, concretamente una mejor capacidad cardiorespiratoria (o aeróbica), debe considerarse de ahora en adelante como una característica de este sub-grupo conocido como metabólicamente sano pero obeso. En segundo lugar, nuestro estudio sugiere que una vez que la capacidad cardiorrespiratoria es debidamente tenida en cuenta, las personas metabólicamente sanas pero obesas tienen un menor riesgo de mortalidad por causa cardiovascular o cáncer que el resto de personas obesas y además, muestran un riesgo similar a las personas con normopeso”.

“El mensaje para la población general que se deriva de este estudio, junto con estudios previos, es que independientemente del estado de peso corporal y grasa, aquellas personas con una mejor capacidad cardiorrespiratoria, tienen un menor riesgo de enfermedad y mortalidad”, afirma el Dr. Ortega.

“Las implicaciones clínicas para el personal sanitario es que si se realiza una valoración del perfil lipídico, porcentaje graso y forma física, se puede hacer un pronóstico más preciso del riesgo cardiovascular y de cáncer de personas obesas”, dijeron los autores del trabajo.

Nota: [1] “The intriguing metabolically healthy but obese phenotype: cardiovascular prognosis and role of fitness,” by Francisco B. Ortega, Duck-chul Lee, Peter T. Katzmarzyk, Jonatan R. Ruiz, Xuemei Sui, Timothy S. Church, and Steven N. Blair. European Heart Journal. doi:10.1093/eurheartj/ehs174.

Contacto: Francisco B. Ortega. Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada. Telef. 958 244374. Correo elec: ortegaf@ugr.es

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La paradoja de los obesos que son ‘sanos’

Son personas excedidas de peso que no tienen factores de riesgocardiovascular. Pero hay otras patologías asociadas a esos kilos.

La tradicional idea del «gordito sano» puede que no sea un concepto tan erróneo después de todo: diversos estudios en los últimos años han demostrado que hasta un tercio de las personas obesas son, curiosamente, saludables metabólicamente. Es decir, tienen sus niveles de colesterol, hipertensión o glucosa, por ejemplo, tan normales como los de alguien con un peso adecuado.

Este fenómeno de personas que, pese a superar con creces los kilos considerados saludables (el índice de masa corporal normal sería entre 18 y 25 y se calcula al dividir el peso por la altura al cuadrado), no presentan factores de riesgo de enfermedad cardiovascular o diabetes y genera cada vez más interés médico.

La obesidad es definida por la Organización Mundial de la Salud «como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud». Históricamente, era una enfermedad asociada a los países desarrollados y de altos ingresos, aunque en la actualidad el sobrepeso está en aumento en los países con ingresos bajos y medios, especialmente en las áreas urbanas.

«Es bien conocido que la obesidad se vincula a un gran número de enfermedades crónicas. Sin embargo, hay un subtipo de personas obesas que parecen estar protegidas de estas complicaciones», explica el doctor Francisco Ortega, de la Universidad de Granada (España).

Ortega es el autor principal de un estudio multicéntrico que ha seguido a más de 43 mil personas en diferentes países y parte de cuyos resultados publicó el miércoles pasado el European Heart Journal.

«La investigación surge a raíz de un trabajo de revisión anterior en el que se describían las características de un grupo de gente llamados metabólicamente sanos, pero obesos. En ese artículo se describían muchos factores, pero no se mencionaba la posibilidad de que el estado físico en este grupo influyera en su mejor perfil metabólico», explica el doctor Ortega.

Precisamente, el estudio, en el que también participan el Instituto Karolinska de Suecia y la Universidad de Carolina del Sur de Estados Unidos, se centra en la importancia del ejercicio para explicar esta paradoja del «obeso sano».

Mediante diversos exámenes físicos y de rendimiento cardiorrespiratorio se vio que los obesos que realizan actividad física regular y, por tanto, son metabólicamente sanos, reducen de 30% a 50% su riesgo de morir por enfermedad cardiovascular o por cáncer, en comparación a un obeso tradicional. Además, el riesgo en el primer grupo no es significativamente diferente al de una persona con peso normal.

Aunque no implique una reducción de peso, «creemos que el ejercicio tiene una amplia y positiva influencia sobre los principales sistemas y órganos del cuerpo y, consecuentemente, contribuye a un estado metabólico saludable, incluso en personas obesas», dice Ortega.

Para el médico Mauricio Fernández, cardiólogo de Clínica Alemana (Chile), estos resultados enfatizan la importancia de realizar actividad física para prevenir enfermedades cardiovasculares. «Existen personas delgadas sedentarias o que no tienen un nivel de ejercicio adecuado y que tienen un riesgo metabólico y cardiovascular mayor que un obeso que sí se ejercita», precisa.

Fernando Carrasco, jefe del Departamento de Nutrición de Clínica Las Condes (Chile), plantea que junto a la actividad física otros factores que pueden incidir en la mejor salud de estos obesos son la distribución y cantidad de grasa corporal, en la que tal vez exista más masa muscular y menos grasa visceral (que se acumula sobre todo a nivel abdominal).

«En parte podría estar determinado genéticamente, según las características del tejido adiposo que permite a algunas personas aumentar sus depósitos de grasa sin generar cambios inflamatorios que desencadenan otras patologías», aclara el experto.

No obstante, los especialistas concuerdan en que esta noticia no debe ser una excusa para los obesos. «La obesidad tiene otros efectos, como mayor riesgo de cáncer, de problemas osteoarticulares, apneas del sueño o colelitiasis (cálculos)», dice Carrasco.

Además, a largo plazo es posible que un obeso «sano» termine por desarrollar complicaciones metabólicas.

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La paradoja de los obesos que son ‘sanos’

Son personas excedidas de peso que no tienen factores de riesgocardiovascular. Pero hay otras patologías asociadas a esos kilos.

La tradicional idea del «gordito sano» puede que no sea un concepto tan erróneo después de todo: diversos estudios en los últimos años han demostrado que hasta un tercio de las personas obesas son, curiosamente, saludables metabólicamente. Es decir, tienen sus niveles de colesterol, hipertensión o glucosa, por ejemplo, tan normales como los de alguien con un peso adecuado.

Este fenómeno de personas que, pese a superar con creces los kilos considerados saludables (el índice de masa corporal normal sería entre 18 y 25 y se calcula al dividir el peso por la altura al cuadrado), no presentan factores de riesgo de enfermedad cardiovascular o diabetes y genera cada vez más interés médico.

La obesidad es definida por la Organización Mundial de la Salud «como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud». Históricamente, era una enfermedad asociada a los países desarrollados y de altos ingresos, aunque en la actualidad el sobrepeso está en aumento en los países con ingresos bajos y medios, especialmente en las áreas urbanas.

«Es bien conocido que la obesidad se vincula a un gran número de enfermedades crónicas. Sin embargo, hay un subtipo de personas obesas que parecen estar protegidas de estas complicaciones», explica el doctor Francisco Ortega, de la Universidad de Granada (España).

Ortega es el autor principal de un estudio multicéntrico que ha seguido a más de 43 mil personas en diferentes países y parte de cuyos resultados publicó el miércoles pasado el European Heart Journal.

«La investigación surge a raíz de un trabajo de revisión anterior en el que se describían las características de un grupo de gente llamados metabólicamente sanos, pero obesos. En ese artículo se describían muchos factores, pero no se mencionaba la posibilidad de que el estado físico en este grupo influyera en su mejor perfil metabólico», explica el doctor Ortega.

Precisamente, el estudio, en el que también participan el Instituto Karolinska de Suecia y la Universidad de Carolina del Sur de Estados Unidos, se centra en la importancia del ejercicio para explicar esta paradoja del «obeso sano».

Mediante diversos exámenes físicos y de rendimiento cardiorrespiratorio se vio que los obesos que realizan actividad física regular y, por tanto, son metabólicamente sanos, reducen de 30% a 50% su riesgo de morir por enfermedad cardiovascular o por cáncer, en comparación a un obeso tradicional. Además, el riesgo en el primer grupo no es significativamente diferente al de una persona con peso normal.

Aunque no implique una reducción de peso, «creemos que el ejercicio tiene una amplia y positiva influencia sobre los principales sistemas y órganos del cuerpo y, consecuentemente, contribuye a un estado metabólico saludable, incluso en personas obesas», dice Ortega.

Para el médico Mauricio Fernández, cardiólogo de Clínica Alemana (Chile), estos resultados enfatizan la importancia de realizar actividad física para prevenir enfermedades cardiovasculares. «Existen personas delgadas sedentarias o que no tienen un nivel de ejercicio adecuado y que tienen un riesgo metabólico y cardiovascular mayor que un obeso que sí se ejercita», precisa.

Fernando Carrasco, jefe del Departamento de Nutrición de Clínica Las Condes (Chile), plantea que junto a la actividad física otros factores que pueden incidir en la mejor salud de estos obesos son la distribución y cantidad de grasa corporal, en la que tal vez exista más masa muscular y menos grasa visceral (que se acumula sobre todo a nivel abdominal).

«En parte podría estar determinado genéticamente, según las características del tejido adiposo que permite a algunas personas aumentar sus depósitos de grasa sin generar cambios inflamatorios que desencadenan otras patologías», aclara el experto.

No obstante, los especialistas concuerdan en que esta noticia no debe ser una excusa para los obesos. «La obesidad tiene otros efectos, como mayor riesgo de cáncer, de problemas osteoarticulares, apneas del sueño o colelitiasis (cálculos)», dice Carrasco.

Además, a largo plazo es posible que un obeso «sano» termine por desarrollar complicaciones metabólicas.

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Nadie se ocupa del diseño del futuro

Convendría un comité de sabios que propusiera una estrategia de futuro para este país, para el diseño del Estado, para un nuevo modelo educativo, productivo. Pero ningún político la aceptaría. Es la conclusión general de un plantel de expertos consultados por este diario. El eminente catedrático de economía Juan Ramón Cuadrado en los cursos de verano de la Universidad de Málaga, en Ronda, dijo que hace falta algo más que ocuparse de los problemas a corto o medio plazo. Hay también que diseñar una estrategia de futuro. El profesor añadió que temía que no haya nadie en esa tarea. Joaquín Aurioles, discípulo suyo, lo traduce: ahora hay que bajar el sueldo a los funcionarios, despedir trabajadores públicos, cerrar organismos y departamentos sin función específica, para resolver el colapso financiero inmediato. Pero eso no resuelve el origen del problema, que es el descenso de los ingresos por el hundimiento de la economía. «Ante eso, todo recorte acaba siendo insuficiente».

Aurioles marca tres plazos: 1. La consejera de Hacienda para salir del apuro tiene que tirar de la cadena, recortar. 2. Hay que ver cómo se sale del atolladero. 3. Hay que diseñar el futuro. Lo llama «terminar el día, terminar la temporada y mirar al horizonte». El presidente de la Junta ha anunciado esta misma semana que habrá que hacer nuevos recortes antes de que termine el año en la administración autonómica. Eso significa que las cuentas para limitar el déficit al 1,5% no salen. Sobre este nuevo sacrificio no hay pistas. Sólo que se ha hecho una consulta a las consejerías para que miren dónde sobra algo. Los ojos se vuelven hacia lo que se ha dado en llamar la administración paralela de la Junta. Empresas públicas, fundaciones, consorcios, que suman unos 20.000 trabajadores. Pero ahí se incluyen el Infoca y hospitales como el de la Costa del Sol o Andújar, que nadie pensaría en eliminar. Junto a eso están la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA), la RTVA, la Fundación Pública Andaluza Fondo de Formación y Empleo (FAFFE), la empresa púbica Desarrollo Agrario y Pesquero (DAP), la Empresa de Gestión Medioambiental Egmasa… Un técnico que conoce el entramado considera que se podrían ahorrar unos 400 millones al año con una poda feroz de parte de este aparato administrativo regional, que afectaría a 10.000 personas.

Pero Andalucía tiene por emitir deuda contabilizada en los presupuestos de este año y autorizada por el Gobierno por más de 1.500 millones. Y tiene vencimientos en este semestre de 1.600 millones de deuda a largo y otros 800 de obligaciones a corto plazo. Grosso modo, estamos hablando de 4.000 millones de euros. Y el año próximo el Gobierno ha reducido la capacidad de endeudamiento de la Junta en 2.700 millones. No sólo Andalucía, la mayor parte de las autonomías no cumplen con el déficit. El sistema de financiación no es transparente y genera recelos.

Hay una histeria colectiva. Para serenar este tiempo de locura, José Antonio Griñán reclama a Mariano Rajoy que convoque una conferencia de presidentes autonómicos, que promueva un pacto de Estado, que a su vez afronte la reforma de las administraciones públicas. José Asenjo, ex vicesecretario general del PSOE de Andalucía señala que debería crearse en el Congreso una comisión ad hoc para la reforma del Estado, «para diseñar el futuro de España dentro de la Unión Europea». Asenjo recuerda que en plena Dictadura se encargó a los mejores economistas del país un Plan de Estabilización a finales de los 50, que se puso en marcha con éxito. Y en el inicio de la democracia se hizo algo similar para acabar con la hiperinflación, en los Pactos de la Moncloa. «Ahora, que tenemos un margen de maniobra mucho menor, por las exigencias de la Unión Europea, es más necesario que nunca un consenso político y pedir consejo a los mejores técnicos».

El ex ministro Manuel Pimentel cree que eso hace falta, «pero no se va a hacer». No ve en las personas al mando, ni en las estructuras del PP y el PSOE, ni en la dinámica de relación entre los dos partidos nada que invite a pensar que pueden entrar en una época de consenso: «El PP fue mezquino con el PSOE en la oposición y ahora le devuelven la moneda». Aurioles piensa que no se encarga un estudio así porque nadie estaría dispuesto a afrontar la impopularidad de cumplirlo.

Asenjo apunta otro problema añadido de cara al diseño del futuro: las tensiones soberanistas crecientes, que se van a multiplicar desde el País Vasco y Cataluña. Algo que irrita particularmente a Pimentel: «Como español, me niego a aceptar el pacto fiscal que quiere Cataluña, y también me niego a aceptar los fueros vascos. No veo por qué tenemos que pagar más impuestos en Andalucía que en Cataluña, el País Vasco o Madrid. Hay que cambiar la arquitectura institucional y modificar si hace falta la Constitución».

Las reformas constitucionales aparecen como una enorme dificultad a los profanos, pero no así a los expertos. Agustín Ruiz Robledo, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Granada, sostiene que «cuando se quiere se puede hacer una reforma constitucional en horas 24». El recurrente debate sobre el mantenimiento o no de las diputaciones, que el Tribunal Constitucional no dejó eliminar en Cataluña, se resolvería en tres semanas, porque el Título octavo no necesita un referéndum para su modificación, sino tres quintas partes de las cámaras; salvo que 35 diputados o 35 senadores lo pidiesen. Sorprendentemente, más difícil es la reforma del Estatuto de Autonomía andaluz, porque el referéndum es obligado.
Esto dificulta eliminar organismos e instituciones incluidas en el Estatuto, como el Defensor del Pueblo, el Consejo Consultivo, la Cámara de Cuentas, el Consejo Audiovisual, el Comité Económico y Social y la propia RTVA.

Otro prestigioso constitucionalista, Luis García Ruiz, cree que estamos en un periodo de «fin de régimen», que puede durar años, como pasó con la Restauración. «El Estado surgido de la Transición democrática está caducado y necesita una reforma, que tenga reflejo en la Constitución». El profesor apunta que en España se han hecho dos cambios constitucionales en 30 años, mientras en Alemania ha habido más de 40, en Francia 27 y en Italia 26. García Ruiz defiende la existencia de las diputaciones, como reflejo del Estado moderno y constitucional que sustituyó a los reinos del Antiguo Régimen. Y a las comunidades autónomas las considera más cercanas Ancien Régime. «Si se hubiese cumplido el artículo 4.4 del primer Estatuto y hubieran sido la administración periférica de la Junta habrían limitado la soberbia de la comunidad autónoma», opina.

Tanto García Ruiz como Ruiz Robledo recuerdan que el informe García de Enterría previo al Estado autonómico, recomendaba gobiernos regionales cortos, parlamentos con periodos de sesiones limitados y diputados con una dedicación parcial, y las diputaciones como administración periférica. Todo esto se ha desbordado, con grandes solapamientos. Aurioles no duda en señalar como el origen de muchos de los males del país, el excesivo tamaño del sector público. «Para tareas efímeras hemos cargado a las administraciones públicas de centenares, miles de funcionarios con un estatus permanente». Con la caída de ingresos ahora no nos podemos permitir mantener esa estructura.

El Estado ingresa 370.000 millones y gasta 440.000. Hay que reducir estructura en donde se ha generado de más. Y no sólo poner el foco en las comunidades autónomas. Aurioles pone ejemplos: Desde Nerja a Estepona hay 25 gerencias de urbanismo con 4.000 personas que ahora no tienen trabajo. Se crearon con el auge de la construcción de los 2000 y ahora tienen muy poco o ningún trabajo. La Empresa Pública del suelo de Andalucía tiene 800 trabajadores, no entiendo por qué tenemos que tener un Consejo Audiovisual de Andalucía con tan alto coste. Ni por qué debemos tener una comunidad autónoma en Madrid, con la potencia que tiene la capital…

Como Robledo y García Ruiz, Aurioles preferiría las diputaciones a las delegaciones de la Junta. Pero considera que una de las dos sobra. También eliminaría los ayuntamientos de menos de 3.000 habitantes. Sobre el diseño del futuro, el empresario Eustasio Cobreros añade que hay cosas planificables y otras que no. «La estructura del Estado y el sistema educativo son planificables, el sistema productivo, no». Para el presidente del Instituto Internacional San Telmo, estamos en un fin de ciclo de la economía mundial. Hay muchos productos que no se venden, porque no interesan. Y en este momento hay gente en Andalucía, en España, en el mundo, inventando, produciendo nuevos productos y servicios que serán el eje de la salida de la crisis. En educación, Cobreros subraya la importancia que tiene para la economía de un país tener una enseñanza de Formación Profesional potente y ligada a las empresas. Ruiz Robledo propugna un sistema de itinerarios, como el que Alemania tiene a partir de los diez años, en tres tramos con pasarelas para cambiar de uno a otro: los que van a ir a la universidad, los que harán una formación profesional de alto grado y los que se prepararán para obreros especializados. La pondría a partir de los 12 años.

El profesor López Barneo, científico de fama mundial, con un amplio currículo en el extranjero es de la misma opinión: «No lo haría más tarde de los 10 o 12 años. Hay que acabar con el paradigma de la igualdad de oportunidades. De nada sirve que el hijo de un obrero llegue a médico, ingeniero o arquitecto si se encuentran por decenas de miles sin trabajo, porque no hay empleo para todos». López Barneo está de acuerdo en que aquí en España, en Andalucía, nadie piensa en el futuro, pero lo considera un problema mundial. Acaba de estar 15 días en Estados Unidos y allí pasa lo mismo: «Se habla de lo de siempre». Entre sus ideas para la universidad española, Barneo señala la necesidad de hacer una escala mayor de profesores, para que pueda haber carreras y promociones . Y recomienda que los profesores no deberían ser funcionarios, sino tener contratos laborales indefinidos.

Además de buscar dinero para tapar los agujeros de las urgencias y quitar estructura excesiva o reducir el tamaño de lo que hay, falta un debate profundo sobre en qué dirección vamos. Y necesitamos pautas sobre inmigración, formación y empleo para la juventud, modelo de administración territorial más allá de las coyunturas, medio ambiente y ordenación del territorio, energía, industria…. El campo es muy amplio y está muy vacío. Y en Andalucía necesitamos tener un modelo administrativo más maduro que el que tenemos y una sociedad civil más fuerte. Hay que definir los límites del sector público.
El profesor Ramón Vargas Machuca aporta otra idea: «Antes estaba preocupado por la calidad de la democracia y ahora por la viabilidad de España como proyecto político soberano». Para él, la crisis, la globalización, la deuda cogen a España en un mal momento, con un modelo de Estado del bienestar tardío y una estructura institucional compuesta. No tenemos un Estado centralista ni federal y hemos ido recargando las autonomías por un proceso de emulación: si lo pide mi vecino, yo también, si lo tiene mi vecino yo también». García Ruiz considera el café para todos «un error mayúsculo».

Sin embargo, culpar sólo a las autonomías del déficit nacional es un planteamiento traicionero. Hay que reformar el conjunto de las administraciones públicas. Lo que incluye el exceso de gasto de las autonomías, que el anterior Gobierno aumentó en 13.000 millones en 2009. Hay un gasto irracional. Y la Administración está para servir a los ciudadanos y no al revés, dice Cobreros. La conclusión es que hay que traducir esto en lo que Asenjo llama un proyecto colectivo. Bien podría ser el diseño del futuro. Porque el país necesita un poco de optimismo.

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Nadie se ocupa del diseño del futuro

Convendría un comité de sabios que propusiera una estrategia de futuro para este país, para el diseño del Estado, para un nuevo modelo educativo, productivo. Pero ningún político la aceptaría. Es la conclusión general de un plantel de expertos consultados por este diario. El eminente catedrático de economía Juan Ramón Cuadrado en los cursos de verano de la Universidad de Málaga, en Ronda, dijo que hace falta algo más que ocuparse de los problemas a corto o medio plazo. Hay también que diseñar una estrategia de futuro. El profesor añadió que temía que no haya nadie en esa tarea. Joaquín Aurioles, discípulo suyo, lo traduce: ahora hay que bajar el sueldo a los funcionarios, despedir trabajadores públicos, cerrar organismos y departamentos sin función específica, para resolver el colapso financiero inmediato. Pero eso no resuelve el origen del problema, que es el descenso de los ingresos por el hundimiento de la economía. «Ante eso, todo recorte acaba siendo insuficiente».

Aurioles marca tres plazos: 1. La consejera de Hacienda para salir del apuro tiene que tirar de la cadena, recortar. 2. Hay que ver cómo se sale del atolladero. 3. Hay que diseñar el futuro. Lo llama «terminar el día, terminar la temporada y mirar al horizonte». El presidente de la Junta ha anunciado esta misma semana que habrá que hacer nuevos recortes antes de que termine el año en la administración autonómica. Eso significa que las cuentas para limitar el déficit al 1,5% no salen. Sobre este nuevo sacrificio no hay pistas. Sólo que se ha hecho una consulta a las consejerías para que miren dónde sobra algo. Los ojos se vuelven hacia lo que se ha dado en llamar la administración paralela de la Junta. Empresas públicas, fundaciones, consorcios, que suman unos 20.000 trabajadores. Pero ahí se incluyen el Infoca y hospitales como el de la Costa del Sol o Andújar, que nadie pensaría en eliminar. Junto a eso están la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA), la RTVA, la Fundación Pública Andaluza Fondo de Formación y Empleo (FAFFE), la empresa púbica Desarrollo Agrario y Pesquero (DAP), la Empresa de Gestión Medioambiental Egmasa… Un técnico que conoce el entramado considera que se podrían ahorrar unos 400 millones al año con una poda feroz de parte de este aparato administrativo regional, que afectaría a 10.000 personas.

Pero Andalucía tiene por emitir deuda contabilizada en los presupuestos de este año y autorizada por el Gobierno por más de 1.500 millones. Y tiene vencimientos en este semestre de 1.600 millones de deuda a largo y otros 800 de obligaciones a corto plazo. Grosso modo, estamos hablando de 4.000 millones de euros. Y el año próximo el Gobierno ha reducido la capacidad de endeudamiento de la Junta en 2.700 millones. No sólo Andalucía, la mayor parte de las autonomías no cumplen con el déficit. El sistema de financiación no es transparente y genera recelos.

Hay una histeria colectiva. Para serenar este tiempo de locura, José Antonio Griñán reclama a Mariano Rajoy que convoque una conferencia de presidentes autonómicos, que promueva un pacto de Estado, que a su vez afronte la reforma de las administraciones públicas. José Asenjo, ex vicesecretario general del PSOE de Andalucía señala que debería crearse en el Congreso una comisión ad hoc para la reforma del Estado, «para diseñar el futuro de España dentro de la Unión Europea». Asenjo recuerda que en plena Dictadura se encargó a los mejores economistas del país un Plan de Estabilización a finales de los 50, que se puso en marcha con éxito. Y en el inicio de la democracia se hizo algo similar para acabar con la hiperinflación, en los Pactos de la Moncloa. «Ahora, que tenemos un margen de maniobra mucho menor, por las exigencias de la Unión Europea, es más necesario que nunca un consenso político y pedir consejo a los mejores técnicos».

El ex ministro Manuel Pimentel cree que eso hace falta, «pero no se va a hacer». No ve en las personas al mando, ni en las estructuras del PP y el PSOE, ni en la dinámica de relación entre los dos partidos nada que invite a pensar que pueden entrar en una época de consenso: «El PP fue mezquino con el PSOE en la oposición y ahora le devuelven la moneda». Aurioles piensa que no se encarga un estudio así porque nadie estaría dispuesto a afrontar la impopularidad de cumplirlo.

Asenjo apunta otro problema añadido de cara al diseño del futuro: las tensiones soberanistas crecientes, que se van a multiplicar desde el País Vasco y Cataluña. Algo que irrita particularmente a Pimentel: «Como español, me niego a aceptar el pacto fiscal que quiere Cataluña, y también me niego a aceptar los fueros vascos. No veo por qué tenemos que pagar más impuestos en Andalucía que en Cataluña, el País Vasco o Madrid. Hay que cambiar la arquitectura institucional y modificar si hace falta la Constitución».

Las reformas constitucionales aparecen como una enorme dificultad a los profanos, pero no así a los expertos. Agustín Ruiz Robledo, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Granada, sostiene que «cuando se quiere se puede hacer una reforma constitucional en horas 24». El recurrente debate sobre el mantenimiento o no de las diputaciones, que el Tribunal Constitucional no dejó eliminar en Cataluña, se resolvería en tres semanas, porque el Título octavo no necesita un referéndum para su modificación, sino tres quintas partes de las cámaras; salvo que 35 diputados o 35 senadores lo pidiesen. Sorprendentemente, más difícil es la reforma del Estatuto de Autonomía andaluz, porque el referéndum es obligado.
Esto dificulta eliminar organismos e instituciones incluidas en el Estatuto, como el Defensor del Pueblo, el Consejo Consultivo, la Cámara de Cuentas, el Consejo Audiovisual, el Comité Económico y Social y la propia RTVA.

Otro prestigioso constitucionalista, Luis García Ruiz, cree que estamos en un periodo de «fin de régimen», que puede durar años, como pasó con la Restauración. «El Estado surgido de la Transición democrática está caducado y necesita una reforma, que tenga reflejo en la Constitución». El profesor apunta que en España se han hecho dos cambios constitucionales en 30 años, mientras en Alemania ha habido más de 40, en Francia 27 y en Italia 26. García Ruiz defiende la existencia de las diputaciones, como reflejo del Estado moderno y constitucional que sustituyó a los reinos del Antiguo Régimen. Y a las comunidades autónomas las considera más cercanas Ancien Régime. «Si se hubiese cumplido el artículo 4.4 del primer Estatuto y hubieran sido la administración periférica de la Junta habrían limitado la soberbia de la comunidad autónoma», opina.

Tanto García Ruiz como Ruiz Robledo recuerdan que el informe García de Enterría previo al Estado autonómico, recomendaba gobiernos regionales cortos, parlamentos con periodos de sesiones limitados y diputados con una dedicación parcial, y las diputaciones como administración periférica. Todo esto se ha desbordado, con grandes solapamientos. Aurioles no duda en señalar como el origen de muchos de los males del país, el excesivo tamaño del sector público. «Para tareas efímeras hemos cargado a las administraciones públicas de centenares, miles de funcionarios con un estatus permanente». Con la caída de ingresos ahora no nos podemos permitir mantener esa estructura.

El Estado ingresa 370.000 millones y gasta 440.000. Hay que reducir estructura en donde se ha generado de más. Y no sólo poner el foco en las comunidades autónomas. Aurioles pone ejemplos: Desde Nerja a Estepona hay 25 gerencias de urbanismo con 4.000 personas que ahora no tienen trabajo. Se crearon con el auge de la construcción de los 2000 y ahora tienen muy poco o ningún trabajo. La Empresa Pública del suelo de Andalucía tiene 800 trabajadores, no entiendo por qué tenemos que tener un Consejo Audiovisual de Andalucía con tan alto coste. Ni por qué debemos tener una comunidad autónoma en Madrid, con la potencia que tiene la capital…

Como Robledo y García Ruiz, Aurioles preferiría las diputaciones a las delegaciones de la Junta. Pero considera que una de las dos sobra. También eliminaría los ayuntamientos de menos de 3.000 habitantes. Sobre el diseño del futuro, el empresario Eustasio Cobreros añade que hay cosas planificables y otras que no. «La estructura del Estado y el sistema educativo son planificables, el sistema productivo, no». Para el presidente del Instituto Internacional San Telmo, estamos en un fin de ciclo de la economía mundial. Hay muchos productos que no se venden, porque no interesan. Y en este momento hay gente en Andalucía, en España, en el mundo, inventando, produciendo nuevos productos y servicios que serán el eje de la salida de la crisis. En educación, Cobreros subraya la importancia que tiene para la economía de un país tener una enseñanza de Formación Profesional potente y ligada a las empresas. Ruiz Robledo propugna un sistema de itinerarios, como el que Alemania tiene a partir de los diez años, en tres tramos con pasarelas para cambiar de uno a otro: los que van a ir a la universidad, los que harán una formación profesional de alto grado y los que se prepararán para obreros especializados. La pondría a partir de los 12 años.

El profesor López Barneo, científico de fama mundial, con un amplio currículo en el extranjero es de la misma opinión: «No lo haría más tarde de los 10 o 12 años. Hay que acabar con el paradigma de la igualdad de oportunidades. De nada sirve que el hijo de un obrero llegue a médico, ingeniero o arquitecto si se encuentran por decenas de miles sin trabajo, porque no hay empleo para todos». López Barneo está de acuerdo en que aquí en España, en Andalucía, nadie piensa en el futuro, pero lo considera un problema mundial. Acaba de estar 15 días en Estados Unidos y allí pasa lo mismo: «Se habla de lo de siempre». Entre sus ideas para la universidad española, Barneo señala la necesidad de hacer una escala mayor de profesores, para que pueda haber carreras y promociones . Y recomienda que los profesores no deberían ser funcionarios, sino tener contratos laborales indefinidos.

Además de buscar dinero para tapar los agujeros de las urgencias y quitar estructura excesiva o reducir el tamaño de lo que hay, falta un debate profundo sobre en qué dirección vamos. Y necesitamos pautas sobre inmigración, formación y empleo para la juventud, modelo de administración territorial más allá de las coyunturas, medio ambiente y ordenación del territorio, energía, industria…. El campo es muy amplio y está muy vacío. Y en Andalucía necesitamos tener un modelo administrativo más maduro que el que tenemos y una sociedad civil más fuerte. Hay que definir los límites del sector público.
El profesor Ramón Vargas Machuca aporta otra idea: «Antes estaba preocupado por la calidad de la democracia y ahora por la viabilidad de España como proyecto político soberano». Para él, la crisis, la globalización, la deuda cogen a España en un mal momento, con un modelo de Estado del bienestar tardío y una estructura institucional compuesta. No tenemos un Estado centralista ni federal y hemos ido recargando las autonomías por un proceso de emulación: si lo pide mi vecino, yo también, si lo tiene mi vecino yo también». García Ruiz considera el café para todos «un error mayúsculo».

Sin embargo, culpar sólo a las autonomías del déficit nacional es un planteamiento traicionero. Hay que reformar el conjunto de las administraciones públicas. Lo que incluye el exceso de gasto de las autonomías, que el anterior Gobierno aumentó en 13.000 millones en 2009. Hay un gasto irracional. Y la Administración está para servir a los ciudadanos y no al revés, dice Cobreros. La conclusión es que hay que traducir esto en lo que Asenjo llama un proyecto colectivo. Bien podría ser el diseño del futuro. Porque el país necesita un poco de optimismo.

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Ideal

Pág. 2: Incremento de alumnos Erasmus. LA SEMANA

Pág. 16: Una jornada entre amigos

Pág. 35 – Opinión: Recordando al profesor García Wiedemann

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