Pág. 27: Hoy finalizan los Cursos de Verano de la UGR en nuestra ciudad
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«Como en muchas otras enfermedades, en especial las transmitidas por artrópodos, el cambio global -y no sólo el cambio climático -, podrían estar favoreciendo la expansión de enfermedades como la leishmaniosis y la aparición de brotes epidémicos», explica un comunicado de la Sociedad Española de Parasitología.
En la actualidad la leishmaniosis está muy extendida por amplias regiones del planeta, entre las que se encuentra la cuenca mediterránea. En concreto, las prevalencias más elevadas de la leishmaniosis canina se encuentran en la mitad sur y noreste peninsular, y en Baleares. «En nuestro entorno la leishmaniosis está producida por Leishmania infantum, un protozoo que inicialmente parasita la dermis, vísceras y membranas mucosas, y otras células de animales silvestres, fundamentalmente del perro, donde puede adquirir el carácter de enfermedad crónica en muchos de los casos», asegura el comunicado.
No obstante, también puede infectar al ser humano, al que puede provocar leishmaniosis cutánea – la forma más leve -, o leishmaniosis visceral – la más severa, caracterizada por fiebre, malestar, pérdida de peso, anorexia o molestias en el costado izquierdo, entre otros síntomas-.
Más casos
Un equipo de científicos del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) demostró recientemente que en la región de Madrid se ha producido un importante incremento de la prevalencia de la leishmaniosis canina, además de un incremento, también significativo, de las poblaciones de los potenciales vectores de esta enfermedad.
En cuanto a Andalucía, el grupo de Leishmaniosis y otras zoonosis parasitarias, liderado por la Universidad de Granada, lleva 25 años trabajando en los diferentes aspectos epidemiológicos de diversas enfermedades parasitarias. Este grupo ha logrado aislar en el sur de España más 160 cepas de la especie Leishmania infantum, que normalmente se hospeda en el perro.
Por su parte, el Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias trabaja desde 2009, en colaboración con otros centros españoles, en un proyecto de investigación cuyo objetivo es la creación de mapas de riesgo para las islas. «Canarias, junto con el resto de archipiélagos de la Macaronesia, pueden encontrarse con una situación de emergencia de este tipo de enfermedades debido a la abundancia de inmigrantes procedentes de África y de emigrantes que vuelven desde América, continentes donde en los últimos años este tipo de enfermedades han emergido y reemergido intensamente», aseguran los expertos.
Mapas de riesgo de la enfermedad
En Valencia, un grupo de investigadores liderado por el profesor Màrius Vicent Fuentes i Ferrer trabaja en la creación de un Sistema de Información Geográfica (SIG) para modelizar los patrones de transmisión de la enfermedad en una zona determinada y crear un mapa de riesgo de transmisión de la enfermedad, que puede ser extrapolado desde una escala regional a una escala local. Por último, en el Delta del Ebro se ha llevado a cabo un estudio dentro del proyecto EDEN-Malaria que pone de manifiesto que en esta zona el aumento de la temperatura y las potenciales alteraciones de un futuro cambio climático permitirían que las condiciones ecológicas del área posibilitaran la transmisión de nuevo de la malaria.
«Estos resultados no se refieren a un futuro cercano, ya que deben darse otras circunstancias como la capacidad de transmisión de la especie de mosquito Anopheles atroparvus, y la presencia de al menos una de las cuatro especies del protozoo causante de la malaria», concluyen.
Malaria
En este sentido, una reciente investigación llevada a cabo por el Instituto de Investigación para el Desarrollo en Monpellier (Francia) ha visto que los mosquitos que transmiten la malaria podrían estar modificando sus hábitos horarios a la hora de picar para eludir las barreras que les evitan llegar a trasmitir el parásito. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado en dos aldeas africanas, que hace tres años empezaron a usar mosquiteras para combatir la malaria. Tras el primer año se pudo observar que los mosquitos locales parecían cambiar sus hábitos de picadura para de eludir las mosquiteras tratadas con insecticida.
En el estudio, publicado en The Journal of Infectious Diseases, investigadores franceses se centraron en el comportamiento del mosquito antes y después en todos los hogares en dos pueblos africanos. Así, pudieron comprobar que los mosquitos parecían cambiar sus horas «pico de agresión» de las 2.00 o 3.00 horas a las 5.00 horas; además aumentaron las picaduras al aire libre. Las picaduras exteriores representaban el 45 por ciento de todas las mordeduras en un principio, pero aumentó al 68 por ciento un año después y el 61 por ciento después de tres años.
Hallazgo preocupante
El hallazgo es «preocupante ya que los pobladores en general se despiertan antes del amanecer para trabajar en las cosechas, y como tal, no están protegidos por mosquiteros», dice el investigador principal, Vincent Corbel, quien ha aclarado que estos resultados provienen de sólo dos aldeas de la República de Benín, por lo tanto «no podemos extrapolar el resultado a un área geográfica más amplia o a un contexto entomológico diferente».
Pero en los últimos años, los casos de malaria han comenzado a subir de nuevo en algunos países africanos, afirma Corbel, quien destaca la preocupación de lo expertos por la creciente resistencia de los mosquitos a los insecticidas utilizados en las mosquiteras. Asimismo, afirma que cuestiona el «dogma» que afirmaba que los mosquitos que trasmiten la malaria en África muerden exclusivamente de noche.
«Como en muchas otras enfermedades, en especial las transmitidas por artrópodos, el cambio global -y no sólo el cambio climático -, podrían estar favoreciendo la expansión de enfermedades como la leishmaniosis y la aparición de brotes epidémicos», explica un comunicado de la Sociedad Española de Parasitología.
En la actualidad la leishmaniosis está muy extendida por amplias regiones del planeta, entre las que se encuentra la cuenca mediterránea. En concreto, las prevalencias más elevadas de la leishmaniosis canina se encuentran en la mitad sur y noreste peninsular, y en Baleares. «En nuestro entorno la leishmaniosis está producida por Leishmania infantum, un protozoo que inicialmente parasita la dermis, vísceras y membranas mucosas, y otras células de animales silvestres, fundamentalmente del perro, donde puede adquirir el carácter de enfermedad crónica en muchos de los casos», asegura el comunicado.
No obstante, también puede infectar al ser humano, al que puede provocar leishmaniosis cutánea – la forma más leve -, o leishmaniosis visceral – la más severa, caracterizada por fiebre, malestar, pérdida de peso, anorexia o molestias en el costado izquierdo, entre otros síntomas-.
Más casos
Un equipo de científicos del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) demostró recientemente que en la región de Madrid se ha producido un importante incremento de la prevalencia de la leishmaniosis canina, además de un incremento, también significativo, de las poblaciones de los potenciales vectores de esta enfermedad.
En cuanto a Andalucía, el grupo de Leishmaniosis y otras zoonosis parasitarias, liderado por la Universidad de Granada, lleva 25 años trabajando en los diferentes aspectos epidemiológicos de diversas enfermedades parasitarias. Este grupo ha logrado aislar en el sur de España más 160 cepas de la especie Leishmania infantum, que normalmente se hospeda en el perro.
Por su parte, el Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias trabaja desde 2009, en colaboración con otros centros españoles, en un proyecto de investigación cuyo objetivo es la creación de mapas de riesgo para las islas. «Canarias, junto con el resto de archipiélagos de la Macaronesia, pueden encontrarse con una situación de emergencia de este tipo de enfermedades debido a la abundancia de inmigrantes procedentes de África y de emigrantes que vuelven desde América, continentes donde en los últimos años este tipo de enfermedades han emergido y reemergido intensamente», aseguran los expertos.
Mapas de riesgo de la enfermedad
En Valencia, un grupo de investigadores liderado por el profesor Màrius Vicent Fuentes i Ferrer trabaja en la creación de un Sistema de Información Geográfica (SIG) para modelizar los patrones de transmisión de la enfermedad en una zona determinada y crear un mapa de riesgo de transmisión de la enfermedad, que puede ser extrapolado desde una escala regional a una escala local. Por último, en el Delta del Ebro se ha llevado a cabo un estudio dentro del proyecto EDEN-Malaria que pone de manifiesto que en esta zona el aumento de la temperatura y las potenciales alteraciones de un futuro cambio climático permitirían que las condiciones ecológicas del área posibilitaran la transmisión de nuevo de la malaria.
«Estos resultados no se refieren a un futuro cercano, ya que deben darse otras circunstancias como la capacidad de transmisión de la especie de mosquito Anopheles atroparvus, y la presencia de al menos una de las cuatro especies del protozoo causante de la malaria», concluyen.
Malaria
En este sentido, una reciente investigación llevada a cabo por el Instituto de Investigación para el Desarrollo en Monpellier (Francia) ha visto que los mosquitos que transmiten la malaria podrían estar modificando sus hábitos horarios a la hora de picar para eludir las barreras que les evitan llegar a trasmitir el parásito. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado en dos aldeas africanas, que hace tres años empezaron a usar mosquiteras para combatir la malaria. Tras el primer año se pudo observar que los mosquitos locales parecían cambiar sus hábitos de picadura para de eludir las mosquiteras tratadas con insecticida.
En el estudio, publicado en The Journal of Infectious Diseases, investigadores franceses se centraron en el comportamiento del mosquito antes y después en todos los hogares en dos pueblos africanos. Así, pudieron comprobar que los mosquitos parecían cambiar sus horas «pico de agresión» de las 2.00 o 3.00 horas a las 5.00 horas; además aumentaron las picaduras al aire libre. Las picaduras exteriores representaban el 45 por ciento de todas las mordeduras en un principio, pero aumentó al 68 por ciento un año después y el 61 por ciento después de tres años.
Hallazgo preocupante
El hallazgo es «preocupante ya que los pobladores en general se despiertan antes del amanecer para trabajar en las cosechas, y como tal, no están protegidos por mosquiteros», dice el investigador principal, Vincent Corbel, quien ha aclarado que estos resultados provienen de sólo dos aldeas de la República de Benín, por lo tanto «no podemos extrapolar el resultado a un área geográfica más amplia o a un contexto entomológico diferente».
Pero en los últimos años, los casos de malaria han comenzado a subir de nuevo en algunos países africanos, afirma Corbel, quien destaca la preocupación de lo expertos por la creciente resistencia de los mosquitos a los insecticidas utilizados en las mosquiteras. Asimismo, afirma que cuestiona el «dogma» que afirmaba que los mosquitos que trasmiten la malaria en África muerden exclusivamente de noche.
«Como en muchas otras enfermedades, en especial las transmitidas por artrópodos, el cambio global -y no sólo el cambio climático -, podrían estar favoreciendo la expansión de enfermedades como la leishmaniosis y la aparición de brotes epidémicos», explica un comunicado de la Sociedad Española de Parasitología.
En la actualidad la leishmaniosis está muy extendida por amplias regiones del planeta, entre las que se encuentra la cuenca mediterránea. En concreto, las prevalencias más elevadas de la leishmaniosis canina se encuentran en la mitad sur y noreste peninsular, y en Baleares. «En nuestro entorno la leishmaniosis está producida por Leishmania infantum, un protozoo que inicialmente parasita la dermis, vísceras y membranas mucosas, y otras células de animales silvestres, fundamentalmente del perro, donde puede adquirir el carácter de enfermedad crónica en muchos de los casos», asegura el comunicado.
No obstante, también puede infectar al ser humano, al que puede provocar leishmaniosis cutánea – la forma más leve -, o leishmaniosis visceral – la más severa, caracterizada por fiebre, malestar, pérdida de peso, anorexia o molestias en el costado izquierdo, entre otros síntomas-.
Más casos
Un equipo de científicos del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) demostró recientemente que en la región de Madrid se ha producido un importante incremento de la prevalencia de la leishmaniosis canina, además de un incremento, también significativo, de las poblaciones de los potenciales vectores de esta enfermedad.
En cuanto a Andalucía, el grupo de Leishmaniosis y otras zoonosis parasitarias, liderado por la Universidad de Granada, lleva 25 años trabajando en los diferentes aspectos epidemiológicos de diversas enfermedades parasitarias. Este grupo ha logrado aislar en el sur de España más 160 cepas de la especie Leishmania infantum, que normalmente se hospeda en el perro.
Por su parte, el Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias trabaja desde 2009, en colaboración con otros centros españoles, en un proyecto de investigación cuyo objetivo es la creación de mapas de riesgo para las islas. «Canarias, junto con el resto de archipiélagos de la Macaronesia, pueden encontrarse con una situación de emergencia de este tipo de enfermedades debido a la abundancia de inmigrantes procedentes de África y de emigrantes que vuelven desde América, continentes donde en los últimos años este tipo de enfermedades han emergido y reemergido intensamente», aseguran los expertos.
Mapas de riesgo de la enfermedad
En Valencia, un grupo de investigadores liderado por el profesor Màrius Vicent Fuentes i Ferrer trabaja en la creación de un Sistema de Información Geográfica (SIG) para modelizar los patrones de transmisión de la enfermedad en una zona determinada y crear un mapa de riesgo de transmisión de la enfermedad, que puede ser extrapolado desde una escala regional a una escala local. Por último, en el Delta del Ebro se ha llevado a cabo un estudio dentro del proyecto EDEN-Malaria que pone de manifiesto que en esta zona el aumento de la temperatura y las potenciales alteraciones de un futuro cambio climático permitirían que las condiciones ecológicas del área posibilitaran la transmisión de nuevo de la malaria.
«Estos resultados no se refieren a un futuro cercano, ya que deben darse otras circunstancias como la capacidad de transmisión de la especie de mosquito Anopheles atroparvus, y la presencia de al menos una de las cuatro especies del protozoo causante de la malaria», concluyen.
Malaria
En este sentido, una reciente investigación llevada a cabo por el Instituto de Investigación para el Desarrollo en Monpellier (Francia) ha visto que los mosquitos que transmiten la malaria podrían estar modificando sus hábitos horarios a la hora de picar para eludir las barreras que les evitan llegar a trasmitir el parásito. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado en dos aldeas africanas, que hace tres años empezaron a usar mosquiteras para combatir la malaria. Tras el primer año se pudo observar que los mosquitos locales parecían cambiar sus hábitos de picadura para de eludir las mosquiteras tratadas con insecticida.
En el estudio, publicado en The Journal of Infectious Diseases, investigadores franceses se centraron en el comportamiento del mosquito antes y después en todos los hogares en dos pueblos africanos. Así, pudieron comprobar que los mosquitos parecían cambiar sus horas «pico de agresión» de las 2.00 o 3.00 horas a las 5.00 horas; además aumentaron las picaduras al aire libre. Las picaduras exteriores representaban el 45 por ciento de todas las mordeduras en un principio, pero aumentó al 68 por ciento un año después y el 61 por ciento después de tres años.
Hallazgo preocupante
El hallazgo es «preocupante ya que los pobladores en general se despiertan antes del amanecer para trabajar en las cosechas, y como tal, no están protegidos por mosquiteros», dice el investigador principal, Vincent Corbel, quien ha aclarado que estos resultados provienen de sólo dos aldeas de la República de Benín, por lo tanto «no podemos extrapolar el resultado a un área geográfica más amplia o a un contexto entomológico diferente».
Pero en los últimos años, los casos de malaria han comenzado a subir de nuevo en algunos países africanos, afirma Corbel, quien destaca la preocupación de lo expertos por la creciente resistencia de los mosquitos a los insecticidas utilizados en las mosquiteras. Asimismo, afirma que cuestiona el «dogma» que afirmaba que los mosquitos que trasmiten la malaria en África muerden exclusivamente de noche.
Andalucía – Portada: La Universidad lanza un SOS para hacer frente a las deudas
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Andalucía – Portada: La Universidad lanza un SOS para hacer frente a las deudas
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Pág. 10 y 11: Alumnado y empleados de la universidad de Granada se levantan contra los recortes
Publicidad: Preinscripción segunda fase curso 2011/2012. Distrito único andaluz. Universidades andaluzas
Pág. 59: Naser Jawabra, el pintor de la esperanza palestina
Pág. 60: Laberintos imaginarios
Comienza un ciclo de charlas sobre ciudades nazaríes
Pág. 73: Agenda
– Conferencias: ‘Amenaza química del terrorismo yihadista’ / ‘La racionalidad del paisaje’
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Comienza un ciclo de charlas sobre ciudades nazaríes
Pág. 73: Agenda
– Conferencias: ‘Amenaza química del terrorismo yihadista’ / ‘La racionalidad del paisaje’
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Portada: Motín en las aulas: laUGR amenaza con no empezar el curso
Pág. 3: 2.000 erasmus estrenan la UGR (lo más visto en internet)
Pág. 6 y 7: La Universidad encara los recortes con amenazas de paros y encierros
Más carga a los profesores y menos calidad
El 73% de los alumnos pasa la Selectividad en septiembre
Pág. 20 y 21: Vivir en Granada
– MUESTRA. La sede de la Fundación Euroárabe de Altos Estudios de Granada acoge la exposición ‘Espera’ del artista palestino Naser Jawabra a las 19.00 horas
– Conferencia de René Pita sobre el terrorismo químico
Pág. 46: La exposición de Naser Jawabra abre sus puertas
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