Escribir una excepción. Eso es, solo en parte, lo que constituye un hecho noticiable. Pero, no teniendo estadísticas a la mano, es pretencioso afirmar que esto sea solo una excepción. La afirmación que sí es cierta es la de que se trata de un desafío, un desafío en muchos sentidos. Primero de todo, desafío a un tópico, ese que dice que los jóvenes no lo intentan, que no tienen iniciativa, que no tienen ganas de cambiar el mundo desde su pequeña parcela. Segundo desafío, a la coyuntura económica actual, en una ciudad, una región, una comunidad, un país y un mundo sometido a las leyes no escritas de la crisis económica. Uniendo ambos factores saltan al menos dos términos: valentía y compromiso.
Las razones que justifican este enigmático comienzo son en realidad tres: Laura Marín, Rubén Amayra y Clotilde Quesada, junta directiva de la empresa júnior Cenet Consulting, aficanda desde hace meses en el Vivero de Empresas de la Universidad de Granada y que hoy comenzará su actividad con la celebración de un evento, el primero, con el nombre de Festival Atuaire, que arrancará a las siete en la sala La Pepa de la facultad de Ciencias Políticas, una de las sedes junto a la Casa de Porras.
Pero llegar hasta este punto no ha sido fácil ni ha estado exento de trabajo desde que se gestara el inicio de este grupo hace aproximadamente un año. Se trata de una socióloga, una socióloga y trabajadora social y un psicólogo que en mayo de 2011 comenzaron a dar forma a una idea, una propuesta, germen de lo que hoy constituye la empresa. Su propuesta era tejer una red de fomento del autoempleo, de carácter cultural y ecológico, que pusiera en contacto empresas para establecer sinergias y proyectos comunes. Una especie de piedra de toque para la creación laboral.
Esta idea no quedó en palabras, sino que se plasmó en un proyecto que participó en un concurso de Jóvenes Emprendedores del que se llevó el primer premio: 2.000 euros y lo más importante, un renovado impulso para seguir trabajando. Las cosas, después, continuaron con trabajo y más trabajo, a ellos llegó la posibilidad de entrar a formar parte, de constituir, la nueva junta directiva de la empresa Cenet, una entidad que nació en 1998 pero que con la entrada de estos tres jóvenes (los tres son menores de 30 años) cobraba una nueva vida.
Papeleo, burocracia y oportunidad en el Vivero de Empresas donde de nuevo pusieron en marcha otra idea, la idea de este festival que, en principio, aspiraba a una dimensión mucho mayor, unas expectativas que no se vieron confirmadas al denegársele la cuantía de la subvención solicitada al Vicerrectorado de Estudiantes. De los 36.000 euros y un macro proyecto, a 1.000 euros concedidos y la tediosa labor de deshacer parte de la ilusión. Los 2.000 euros del premio, por su parte, sirvieron para constituir todo el patrimonio de la empresa.
Rubén Amayra explica que, a pesar del recorte, el festival que hoy da comienzo desborda la capacidad económica obtenida, pero que no podían renunciar a determinados aspectos que ellos consideraban fundamentales. Como tampoco pueden renunciar a una determinada filosofía de trabajo. «Tenemos unos valores muy fuertes, muy asentados, que han ido creciendo con la empresa y este proyecto. Creemos en el concepto de cultura ecológica, en el respeto al medio ambiente y sobre todo, en la idea de coopetir en vez de competir», afirma.
Coopetir, un concepto de reciente creación al que este joven hace referencia, que resume la idea de crecer cooperando a nivel empresarial, empezando desde abajo, apoyándose en redes comunes que impulsen recíprocamente a todos los miembros de esta unión. Esta filosofía se incluye también en esta primera idea del festival, que contará con un total de 17 monitores repartidos en una quincena de talleres que se celebrarán entre el jueves y el viernes y se repartirán entre distintos ámbitos, desde lo artístico a lo terapéutico: talleres de cerámica o de flamencoterapia, entre otros. Además, en la jornada del sábado están previstos conciertos de grupos en los paseíllos universitarios que quieren de esta manera darse a conocer. Y el domingo habrá rutas por toda Granada.
El plazo de inscripción continúa abierto hoy, jornada inaugural, costando cada taller 8 euros y habiendo descuentos en el momento en que se suma más de uno. El precio, explicaba Rubén, es simbólico, con él se consigue poco más que cubrir gastos. Se puede consultar su página de Facebook Granada Atuaire en la que vienen explicados los requisitos para inscribirse. La idea es que la iniciativa continúe en ediciones posteriores, del mismo modo que ya se están planteando otras opciones de trabajo como la agroecología. «Creemos que la Vega de Granada es un lugar desconocido para muchos granadinos, y estaría bien poner en contacto el saber popular de muchos agricultores que la trabajan con los más jóvenes».
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