El rector inaugura hoy de forma oficial un curso académico que, sin duda, estará marcado por las visicitudes económicas · Reconoce retrasos en el pago de la financiación por parte de la Junta
No quiere poner la venda antes de tiempo, pero el rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, reconoce los recortes que se avecinan -y que ya son conocidos y públicos en algunas administraciones autonómicas- y que se dejarán sentir en la Universidad de Granada. La institución, de hecho, trabaja desde hace dos años para reducir sus gastos y confía en la eficacia y capacidad de superación del personal investigador y docente para superar las adversidades. Incluido el retraso que acumula la Junta en el pago de la financiación de este año.
-¿Cuánto se ha conseguido ahorrar con el cierre de centros el pasado verano?
-La cifra exacta no la conozco, pero sí puedo decir que se aproxima a los 300.000 euros. Las medidas de austeridad que comenzamos en 2008 están dando muchos resultado, abaratando costes en telefonía, en ahorro de energía, de consumo de agua… Según las últimas noticias que he conocido por la prensa, casi todas las universidades españolas no es que estén imitándonos, pero sí inspirándose mucho en las medidas que hemos tomado en la Universidad.
-Para el nuevo curso, ¿se ha pedido a los responsables de los centros aún más contención en el gasto?
-Todos los centros y estructuras de la Universidad han entendido perfectamente esa política de austeridad y están actuando en consonancia con las medidas que ya ha tomado el propio rectorado. Ya tenemos pocas posibilidades para seguir ahorrando, aunque podemos gastar menos en papel, y en cuestiones que son simbólicas, como determinadas recepciones. Hemos tomado la medida de mantener únicamente los actos más significativos.
-Recientemente se ha conocido que la Junta debe aún a la Universidad de Huelva más del 45% de la financiación de este año. ¿Cómo es la situación con respecto a la Universidad de Granada?
-Casi todas las universidades estamos en esas cifras. No es que no esté en los presupuestos, no es que la Junta no esté atendiendo nuestras necesidades, pero sí hay una cierta falta de liquidez y las transferencias se hacen con un cierto retraso.
-¿De cuánto dinero estamos hablando?
-Sobre unos ciento y pico millones de euros, sobre un 45% del presupuesto total.
-Y esta situación, ¿está afectando al funcionamiento de la Universidad?
-Afortunadamente no. Con nuestros propios recursos estamos atendiendo las necesidades más perentorias. Tengo que decir que la Junta sí está cumpliendo con las transferencias correspondientes a las grandes obras de infraestructuras, como son las del Campus de la Salud, pero sí es una cantidad importante la que se nos adeuda, que no es que no se nos vaya a pagar, sino que se produce el retraso en el pago. Perdemos liquidez, pero podemos ir atendiendo nuestras necesidades.
-¿Y puede afectar a otras obras, como las de la Facultad de Económicas?
-Los centros que tenemos en el PTS son con cargo a la Junta de Andalucía y el resto de las obras las estamos acometiendo con recursos propios o con Fondos Feder, como el Mente, Cerebro y Comportamiento, o bien por los programas de los Campus de Excelencia Internacional, tanto el programa Innocampus como el programa Implanta. Tenemos unas subvenciones que nos permiten acometer esas obras. Y eso ya no depende de la Junta, sino del Gobierno de Madrid.
-¿Qué ha quedado relegado? Para cubrir esto, algo ha tenido que quedar en un segundo lugar…
-Tenemos un punto débil, que no podemos acometer por ahora, que son las obras de lo que podríamos llamar el campus centro, que consisten en mejorar las condiciones de las facultades de Trabajo Social y de Ciencias del Trabajo, así como la remodelación del edificio histórico de Derecho. Esperamos poder acometer estas obras poco a poco.
-Aparte de la Junta, ¿hay alguna otra administración que le deba dinero a la Universidad?
-No, en principio no. Casi todas están cumpliendo, aunque puede haber retrasos en los pagos, retrasos en las resoluciones. En cuanto a la Junta, que no es que nos deba, que no es la palabra exacta, es que la financiación llega con retraso.
-Y la Universidad, como pagadora, ¿cómo está en relación a sus proveedores?
-Estamos aplicando de manera muy severa la ley de morosidad de modo que se pague en el plazo de 50 días, así que la Universidad en estos momentos no tiene deudas con proveedores, al menos significativas.
-En cuanto a la financiación para 2012, ya se habla de descenso…
-Sé que en otras comunidades autónomas ha habido un descenso del 5% del salario de los funcionarios, pero de la Junta de Andalucía aún no conocemos los números que se nos propondrán para los presupuestos de 2012. Este año es el último dentro del marco de financiación que se firmó en 2007 y estamos pendientes de negociar el próximo. Si no se aprobara inmediatamente habría una prórroga con las mismas condiciones que en el marco que se aprobó en 2007, por lo que podemos tener una cierta seguridad. Pero de momento ni el presidente de la Junta ni el consejero de Empleo, Ciencia e Innovación nos han dicho en qué va a consistir la financiación. En principio se va a prorrogar la que tenemos.
-¿De cuánto dinero hablamos?
-De unos 320 millones de euros.
-Y si la financiación no se prorroga y hubiera un recorte, ¿se rebajarían sueldos o se eliminarían servicios?
-Los sueldos de los funcionarios de la Universidad vienen marcados por ley, si viene una norma del Gobierno o de la Junta, como ya ha ocurrido, pues habría que bajarlos, claro.
-¿Y en cuanto a los servicios?
-Si no se puede atender algún servicio económicamente, habrá que sustituirlo por otro o reducirlo. Pero yo no me pongo en ese pesimismo total y absoluto. Creo que hay que trabajar en la realidad y si en un momento determinado hay un problema, habrá que buscar la fórmula de gestionarlo, pero no nos pongamos el esparadrapo antes que la herida. No es que sea optimista, soy realista, estamos en esta situación y en esta situación, resuelvo. Si hay restricciones y caídas presupuestarias, pues esto es como en las familias, el verano en vez de durar cuatro semanas, va a durar cinco días. Los que tenemos cierta edad ya hemos vivido muchas crisis, y peores que esta, porque no sólo eran económicas, sino políticas y sociales. Y este país es capaz de salir. Cuando vengan los problemas tendremos que afrontarlos, y veremos de qué podemos prescindir, qué es lo que tenemos que hacer. La Universidad tiene una ventaja, y es que en general toda la gente que está aquí es inteligente, y la gente inteligente sabe salir de los apuros.
-Uno de los puntos clave de la economía de los estudiantes es el comedor universitario… ¿se ha pensado en subir los precios?
-Hice una promesa electoral en el año 2007. Dije que mantenía el precio de los comedores durante cuatro años. No es que se haya mantenido, es que no ha variado prácticamente en los últimos ocho años. Tenemos que ver los costes reales, todo ha subido, y estamos viendo hasta donde podemos alcanzar. Tendremos que hablar con los estudiantes, ver si aumentamos las becas… que todos puedan gozar de un buen servicio de comedores. Creo que llegaremos a un acuerdo razonablemente, y siempre tendremos en cuenta el horizonte social.
-Sobre el plan Bolonia, ¿cómo puede afectar la situación económica a su aplicación?
-Todas las titulaciones y másteres se están implantando de forma razonable. Si tenemos más medios, por supuesto que la docencia se hará en mejores condiciones, pero en estos momentos los criterios de calidad de las universidades españolas públicas están en los estándares europeos, en unas condiciones razonablemente buenas en el ámbito europeo. Claro que si hay disminuciones presupuestarias, se resentirá. Muchas veces no es cuestión de tener más dinero, sino de aplicar mejor los recursos que tenemos. En el plan Bolonia se han dicho muchas cosas que no son. Se ha comentado que los grupos tienen que ser más pequeños, y eso no es así. Lo que en verdad dice es que tenemos que hacer la enseñanza centrada en el estudiante, es un cambio metodológico. Por supuesto es mejor trabajar con cinco o diez alumnos en un seminario, pero en ningún momento se ha dicho eso en el plan Bolonia. Efectivamente con la bajada de presupuestos tenemos menos capacidad de renovar plantillas o incorporar investigadores. Eso es cierto, y eso puede afectar no al plan Bolonia, sino a la calidad de la enseñanza, que es distinto.
-Ya da por supuesta la bajada de presupuestos…
-Pero hasta que no me lo digan, no me voy a atormentar. Todavía no estoy enfermo, o por lo menos no me lo han dicho…
-Hace dos años ya habló de la autofinanciación… ¿cómo va ese proceso?
-Estamos estimulando a los estudiantes en la creación de las spin off, somos líderes en España creación de empresas de base tecnológica y esas empresas están generando una entrada de presupuesto a la Universidad con contratos con empresas públicas y privadas. En el primer caso han bajado, pero en el segundo se mantienen. Además, se va a adecuar el edificio de la Rural en la avenida de la Gran Vía como vivero de empresas, buscaremos más vinculación con el sector privado, para que sea beneficiosa no sólo para las empresas, también para la Universidad. Aunque es cierto es que cuanta mayor sea la crisis estas vías de financiación serán más escasas. Tenemos que atender a la sociedad y mejorar, y, si podemos, a través de esa prestación de servicios en investigación e innovación mejoraremos nuestros recursos, no para hacernos ricos, sino para cumplir mejor nuestras funciones.
-Los investigadores, por otro lado, cuentan también con contratos más reducidos. ¿Cómo afecta esto a la labor científica de la Universidad?
-La financiación tiene dos vías, la pública o con contratos con el sector público y privado. Hasta ahora lo que más se ha resentido es lo que venía del sector público, por ejemplo los proyectos que venían de la Junta de Andalucía han tenido cierta reducción presupuestaria, los del Plan Nacional de Investigación, también, y lo que más se ha resentido son los convenios con otras administraciones, excepto con el Ministerio de Innovación.
-Y eso implica que algunos proyectos sí queden aparcados…
-Algunos proyectos se dejarán aparcados. Si son de servicios, pues no se prestarán. Si es un proyecto de investigación básico o de desarrollo, pues habrá que buscar otra vía de financiación.
-¿Y a cuántos investigadores puede afectar esa situación?
-No sabemos a cuántos, pero los investigadores son personas que saben buscar financiación.
-Sobre los planes de futuro, ¿se van a implantar nuevas titulaciones?
-Tenemos concedidas varias que no hemos puesto en marcha, porque no tenemos los recursos necesarios. Este año contamos con dos nuevos grados, Ingeniería Electrónica Industrial y Ciencias de la Tecnología de los Alimentos. El año que viene tenemos programadas que se inicien Periodismo, Estudios Asiáticos y alguna titulación más del ámbito de las ciencias.
-¿Y se prevé hacer alguna petición nueva?
-Tenemos que ver qué recursos tenemos de profesorado y en función de esos recursos iremos implantando. Ahí sí que los recursos son necesarios. Sería una inconsciencia poner una titulación sin recursos.
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