Los asuntos pendientes y sentirse una carga para los demás, principales preocupaciones de los pacientes terminales

Los asuntos pendientes no resueltos, sentirse una carga para los demás y la incertidumbre ante el futuro son las principales fuentes de sufrimiento que ponen de relieve los pacientes que se encuentran en la fase final de su vida al sufrir una enfermedad terminal, según revela un estudio elaborado por Rafael Montoya, del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada (UGR).

Para llevar a cabo este trabajo, que ha sido dirigido por los profesores Francisco Cruz, María Paz García Caro y Jacqueline Schmidt, miembros del grupo de investigación ‘CTS 436 Aspectos Psicosociales y Transculturales de la Salud y la Enfermedad’, estos investigadores seleccionaron a 60 pacientes con enfermedad crónica avanzada o terminal entre distintas unidades y hospitales del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Este estudio pionero, por cuanto se trata del primero que emplea el ‘International Affective Picture System (IAPS) y el Self Assessment Manikin (SAM)’ para caracterizar el estado emocional de una población de enfermos terminales, revela igualmente que los pacientes con enfermedad terminal que se sienten satisfechos con su vida y perciben su futuro con realismo afrontan mejor el proceso de la muerte.

Los sistemas IAPS y SAM son instrumentos que se han empleado de manera experimental en la determinación del proceso emocional de otras poblaciones clínicas como, por ejemplo, drogodependientes o enfermos psiquiátricos, por lo que los resultados de este trabajo son pioneros en ese sentido.

Así, para llevar a cabo este trabajo se entrevistó a todos estos enfermos y se les pidió que visualizaran una batería de imágenes del IAPS, a la par que reflejaran su estado emocional con un instrumento diseñado específicamente para ello, el SAM.

De la investigación también se desprende que los pacientes terminales muestran un procesamiento emocional diferente de la población general, ya que se caracteriza por una mayor sensibilidad ante los estímulos negativos que a los positivos y un gran control emocional ante todo tipo de estímulos.

El trabajo también ha revelado que los pacientes con enfermedad terminal se sentían más activados que la población de referencia cuando se les mostraron imágenes potencialmente neutras y desagradables, mostrando también mayores niveles de control emocional ante todo tipo de imágenes, especialmente en las imágenes neutras y agradables.

Los autores de esta investigación consideran que se deben diseñar intervenciones con estos pacientes que potencien la capacidad de disfrutar de las experiencias emocionales cotidianas de naturaleza positiva. Por otro lado, sostienen que el mayor control emocional mostrado por los pacientes puede ayudar a entender que estas personas «no son tan desvalidas emocionalmente como se piensa y se debe, por tanto, fomentar una información honesta con el enfermo terminal».

Los resultados de la investigación abren así nuevas líneas de intervención con pacientes terminales, basadas en la recuperación de la sensibilidad de estos enfermos ante los estímulos cotidianos de naturaleza agradable. Además, demuestran que los pacientes terminales no oncológicos presentan una mejor adaptación emocional frente a los oncológicos, que tienden a presentar mayores niveles de alteración por encima y por debajo de la media de la población normativa indicando una mayor complejidad emocional.

Los preliminares de este estudio han sido publicados en la ‘Revista Medicina Paliativa’ y presentados en varios congresos nacionales e internacionales.
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Los asuntos pendientes y sentirse una carga para los demás, principales preocupaciones de los pacientes terminales

Los asuntos pendientes no resueltos, sentirse una carga para los demás y la incertidumbre ante el futuro son las principales fuentes de sufrimiento que ponen de relieve los pacientes que se encuentran en la fase final de su vida al sufrir una enfermedad terminal, según revela un estudio elaborado por Rafael Montoya, del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada (UGR).

Los asuntos pendientes no resueltos, sentirse una carga para los demás y la incertidumbre ante el futuro son las principales fuentes de sufrimiento que ponen de relieve los pacientes que se encuentran en la fase final de su vida al sufrir una enfermedad terminal, según revela un estudio elaborado por Rafael Montoya, del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada (UGR).

Para llevar a cabo este trabajo, que ha sido dirigido por los profesores Francisco Cruz, María Paz García Caro y Jacqueline Schmidt, miembros del grupo de investigación ‘CTS 436 Aspectos Psicosociales y Transculturales de la Salud y la Enfermedad’, estos investigadores seleccionaron a 60 pacientes con enfermedad crónica avanzada o terminal entre distintas unidades y hospitales del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Este estudio pionero, por cuanto se trata del primero que emplea el ‘International Affective Picture System (IAPS) y el Self Assessment Manikin (SAM)’ para caracterizar el estado emocional de una población de enfermos terminales, revela igualmente que los pacientes con enfermedad terminal que se sienten satisfechos con su vida y perciben su futuro con realismo afrontan mejor el proceso de la muerte.

Los sistemas IAPS y SAM son instrumentos que se han empleado de manera experimental en la determinación del proceso emocional de otras poblaciones clínicas como, por ejemplo, drogodependientes o enfermos psiquiátricos, por lo que los resultados de este trabajo son pioneros en ese sentido.

Así, para llevar a cabo este trabajo se entrevistó a todos estos enfermos y se les pidió que visualizaran una batería de imágenes del IAPS, a la par que reflejaran su estado emocional con un instrumento diseñado específicamente para ello, el SAM.

De la investigación también se desprende que los pacientes terminales muestran un procesamiento emocional diferente de la población general, ya que se caracteriza por una mayor sensibilidad ante los estímulos negativos que a los positivos y un gran control emocional ante todo tipo de estímulos.

El trabajo también ha revelado que los pacientes con enfermedad terminal se sentían más activados que la población de referencia cuando se les mostraron imágenes potencialmente neutras y desagradables, mostrando también mayores niveles de control emocional ante todo tipo de imágenes, especialmente en las imágenes neutras y agradables.

Los autores de esta investigación consideran que se deben diseñar intervenciones con estos pacientes que potencien la capacidad de disfrutar de las experiencias emocionales cotidianas de naturaleza positiva. Por otro lado, sostienen que el mayor control emocional mostrado por los pacientes puede ayudar a entender que estas personas «no son tan desvalidas emocionalmente como se piensa y se debe, por tanto, fomentar una información honesta con el enfermo terminal».

Los resultados de la investigación abren así nuevas líneas de intervención con pacientes terminales, basadas en la recuperación de la sensibilidad de estos enfermos ante los estímulos cotidianos de naturaleza agradable. Además, demuestran que los pacientes terminales no oncológicos presentan una mejor adaptación emocional frente a los oncológicos, que tienden a presentar mayores niveles de alteración por encima y por debajo de la media de la población normativa indicando una mayor complejidad emocional.

Los preliminares de este estudio han sido publicados en la ‘Revista Medicina Paliativa’ y presentados en varios congresos nacionales e internacionales.

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Los asuntos pendientes y sentirse una carga para los demás, principales preocupaciones de los pacientes terminales

Los asuntos pendientes no resueltos, sentirse una carga para los demás y la incertidumbre ante el futuro son las principales fuentes de sufrimiento que ponen de relieve los pacientes que se encuentran en la fase final de su vida al sufrir una enfermedad terminal, según revela un estudio elaborado por Rafael Montoya, del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada (UGR).

Para llevar a cabo este trabajo, que ha sido dirigido por los profesores Francisco Cruz, María Paz García Caro y Jacqueline Schmidt, miembros del grupo de investigación «CTS 436 Aspectos Psicosociales y Transculturales de la Salud y la Enfermedad», estos investigadores seleccionaron a 60 pacientes con enfermedad crónica avanzada o terminal entre distintas unidades y hospitales del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Este estudio pionero, por cuanto se trata del primero que emplea el «International Affective Picture System (IAPS) y el Self Assessment Manikin (SAM)» para caracterizar el estado emocional de una población de enfermos terminales, revela igualmente que los pacientes con enfermedad terminal que se sienten satisfechos con su vida y perciben su futuro con realismo afrontan mejor el proceso de la muerte.

Los sistemas IAPS y SAM son instrumentos que se han empleado de manera experimental en la determinación del proceso emocional de otras poblaciones clínicas como, por ejemplo, drogodependientes o enfermos psiquiátricos, por lo que los resultados de este trabajo son pioneros en ese sentido.

Así, para llevar a cabo este trabajo se entrevistó a todos estos enfermos y se les pidió que visualizaran una batería de imágenes del IAPS, a la par que reflejaran su estado emocional con un instrumento diseñado específicamente para ello, el SAM.

De la investigación también se desprende que los pacientes terminales muestran un procesamiento emocional diferente de la población general, ya que se caracteriza por una mayor sensibilidad ante los estímulos negativos que a los positivos y un gran control emocional ante todo tipo de estímulos.

El trabajo también ha revelado que los pacientes con enfermedad terminal se sentían más activados que la población de referencia cuando se les mostraron imágenes potencialmente neutras y desagradables, mostrando también mayores niveles de control emocional ante todo tipo de imágenes, especialmente en las imágenes neutras y agradables.

Los autores de esta investigación consideran que se deben diseñar intervenciones con estos pacientes que potencien la capacidad de disfrutar de las experiencias emocionales cotidianas de naturaleza positiva. Por otro lado, sostienen que el mayor control emocional mostrado por los pacientes puede ayudar a entender que estas personas «no son tan desvalidas emocionalmente como se piensa y se debe, por tanto, fomentar una información honesta con el enfermo terminal».

Los resultados de la investigación abren así nuevas líneas de intervención con pacientes terminales, basadas en la recuperación de la sensibilidad de estos enfermos ante los estímulos cotidianos de naturaleza agradable. Además, demuestran que los pacientes terminales no oncológicos presentan una mejor adaptación emocional frente a los oncológicos, que tienden a presentar mayores niveles de alteración por encima y por debajo de la media de la población normativa indicando una mayor complejidad emocional.

Los preliminares de este estudio han sido publicados en la «Revista Medicina Paliativa» y presentados en varios congresos nacionales e internacionales.
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Los asuntos pendientes y sentirse una carga para los demás, principales preocupaciones de los pacientes terminales

Los asuntos pendientes no resueltos, sentirse una carga para los demás y la incertidumbre ante el futuro son las principales fuentes de sufrimiento que ponen de relieve los pacientes que se encuentran en la fase final de su vida al sufrir una enfermedad terminal, según revela un estudio elaborado por Rafael Montoya, del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada (UGR).

 

SEVILLA, 27 (EUROPA PRESS)

Para llevar a cabo este trabajo, que ha sido dirigido por los profesores Francisco Cruz, María Paz García Caro y Jacqueline Schmidt, miembros del grupo de investigación ‘CTS 436 Aspectos Psicosociales y Transculturales de la Salud y la Enfermedad’, estos investigadores seleccionaron a 60 pacientes con enfermedad crónica avanzada o terminal entre distintas unidades y hospitales del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Este estudio pionero, por cuanto se trata del primero que emplea el ‘International Affective Picture System (IAPS) y el Self Assessment Manikin (SAM)’ para caracterizar el estado emocional de una población de enfermos terminales, revela igualmente que los pacientes con enfermedad terminal que se sienten satisfechos con su vida y perciben su futuro con realismo afrontan mejor el proceso de la muerte.

Los sistemas IAPS y SAM son instrumentos que se han empleado de manera experimental en la determinación del proceso emocional de otras poblaciones clínicas como, por ejemplo, drogodependientes o enfermos psiquiátricos, por lo que los resultados de este trabajo son pioneros en ese sentido.

Así, para llevar a cabo este trabajo se entrevistó a todos estos enfermos y se les pidió que visualizaran una batería de imágenes del IAPS, a la par que reflejaran su estado emocional con un instrumento diseñado específicamente para ello, el SAM.

De la investigación también se desprende que los pacientes terminales muestran un procesamiento emocional diferente de la población general, ya que se caracteriza por una mayor sensibilidad ante los estímulos negativos que a los positivos y un gran control emocional ante todo tipo de estímulos.

El trabajo también ha revelado que los pacientes con enfermedad terminal se sentían más activados que la población de referencia cuando se les mostraron imágenes potencialmente neutras y desagradables, mostrando también mayores niveles de control emocional ante todo tipo de imágenes, especialmente en las imágenes neutras y agradables.

Los autores de esta investigación consideran que se deben diseñar intervenciones con estos pacientes que potencien la capacidad de disfrutar de las experiencias emocionales cotidianas de naturaleza positiva. Por otro lado, sostienen que el mayor control emocional mostrado por los pacientes puede ayudar a entender que estas personas «no son tan desvalidas emocionalmente como se piensa y se debe, por tanto, fomentar una información honesta con el enfermo terminal».

Los resultados de la investigación abren así nuevas líneas de intervención con pacientes terminales, basadas en la recuperación de la sensibilidad de estos enfermos ante los estímulos cotidianos de naturaleza agradable. Además, demuestran que los pacientes terminales no oncológicos presentan una mejor adaptación emocional frente a los oncológicos, que tienden a presentar mayores niveles de alteración por encima y por debajo de la media de la población normativa indicando una mayor complejidad emocional.

Los preliminares de este estudio han sido publicados en la ‘Revista Medicina Paliativa’ y presentados en varios congresos nacionales e internacionales.

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Los asuntos pendientes y sentirse una carga para los demás, principales preocupaciones de los pacientes terminales

Los asuntos pendientes no resueltos, sentirse una carga para los demás y la incertidumbre ante el futuro son las principales fuentes de sufrimiento que ponen de relieve los pacientes que se encuentran en la fase final de su vida al sufrir una enfermedad terminal, según revela un estudio elaborado por Rafael Montoya, del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada (UGR).

 

Los asuntos pendientes no resueltos, sentirse una carga para los demás y la incertidumbre ante el futuro son las principales fuentes de sufrimiento que ponen de relieve los pacientes que se encuentran en la fase final de su vida al sufrir una enfermedad terminal, según revela un estudio elaborado por Rafael Montoya, del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada (UGR).
Los asuntos pendientes y sentirse una carga para los demás, principales preocupaciones de los pacientes terminales
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Para llevar a cabo este trabajo, que ha sido dirigido por los profesores Francisco Cruz, María Paz García Caro y Jacqueline Schmidt, miembros del grupo de investigación ‘CTS 436 Aspectos Psicosociales y Transculturales de la Salud y la Enfermedad’, estos investigadores seleccionaron a 60 pacientes con enfermedad crónica avanzada o terminal entre distintas unidades y hospitales del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Este estudio pionero, por cuanto se trata del primero que emplea el ‘International Affective Picture System (IAPS) y el Self Assessment Manikin (SAM)’ para caracterizar el estado emocional de una población de enfermos terminales, revela igualmente que los pacientes con enfermedad terminal que se sienten satisfechos con su vida y perciben su futuro con realismo afrontan mejor el proceso de la muerte.

Los sistemas IAPS y SAM son instrumentos que se han empleado de manera experimental en la determinación del proceso emocional de otras poblaciones clínicas como, por ejemplo, drogodependientes o enfermos psiquiátricos, por lo que los resultados de este trabajo son pioneros en ese sentido.

Así, para llevar a cabo este trabajo se entrevistó a todos estos enfermos y se les pidió que visualizaran una batería de imágenes del IAPS, a la par que reflejaran su estado emocional con un instrumento diseñado específicamente para ello, el SAM.

De la investigación también se desprende que los pacientes terminales muestran un procesamiento emocional diferente de la población general, ya que se caracteriza por una mayor sensibilidad ante los estímulos negativos que a los positivos y un gran control emocional ante todo tipo de estímulos.

El trabajo también ha revelado que los pacientes con enfermedad terminal se sentían más activados que la población de referencia cuando se les mostraron imágenes potencialmente neutras y desagradables, mostrando también mayores niveles de control emocional ante todo tipo de imágenes, especialmente en las imágenes neutras y agradables.

Los autores de esta investigación consideran que se deben diseñar intervenciones con estos pacientes que potencien la capacidad de disfrutar de las experiencias emocionales cotidianas de naturaleza positiva. Por otro lado, sostienen que el mayor control emocional mostrado por los pacientes puede ayudar a entender que estas personas «no son tan desvalidas emocionalmente como se piensa y se debe, por tanto, fomentar una información honesta con el enfermo terminal».

Los resultados de la investigación abren así nuevas líneas de intervención con pacientes terminales, basadas en la recuperación de la sensibilidad de estos enfermos ante los estímulos cotidianos de naturaleza agradable. Además, demuestran que los pacientes terminales no oncológicos presentan una mejor adaptación emocional frente a los oncológicos, que tienden a presentar mayores niveles de alteración por encima y por debajo de la media de la población normativa indicando una mayor complejidad emocional.

Los preliminares de este estudio han sido publicados en la ‘Revista Medicina Paliativa’ y presentados en varios congresos nacionales e internacionales.

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Los asuntos pendientes no resueltos, sentirse una carga para los demás y la incertidumbre ante el futuro son las principales fuentes de sufrimiento que ponen de relieve los pacientes que se encuentran en la fase final de su vida al sufrir una enfermedad terminal, según revela un estudio elaborado por Rafael Montoya, del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada (UGR).

Los asuntos pendientes no resueltos, sentirse una carga para los demás y la incertidumbre ante el futuro son las principales fuentes de sufrimiento que ponen de relieve los pacientes que se encuentran en la fase final de su vida al sufrir una enfermedad terminal, según revela un estudio elaborado por Rafael Montoya, del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada (UGR).

Para llevar a cabo este trabajo, que ha sido dirigido por los profesores Francisco Cruz, María Paz García Caro y Jacqueline Schmidt, miembros del grupo de investigación ‘CTS 436 Aspectos Psicosociales y Transculturales de la Salud y la Enfermedad’, estos investigadores seleccionaron a 60 pacientes con enfermedad crónica avanzada o terminal entre distintas unidades y hospitales del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Este estudio pionero, por cuanto se trata del primero que emplea el ‘International Affective Picture System (IAPS) y el Self Assessment Manikin (SAM)’ para caracterizar el estado emocional de una población de enfermos terminales, revela igualmente que los pacientes con enfermedad terminal que se sienten satisfechos con su vida y perciben su futuro con realismo afrontan mejor el proceso de la muerte.

Los sistemas IAPS y SAM son instrumentos que se han empleado de manera experimental en la determinación del proceso emocional de otras poblaciones clínicas como, por ejemplo, drogodependientes o enfermos psiquiátricos, por lo que los resultados de este trabajo son pioneros en ese sentido.

Así, para llevar a cabo este trabajo se entrevistó a todos estos enfermos y se les pidió que visualizaran una batería de imágenes del IAPS, a la par que reflejaran su estado emocional con un instrumento diseñado específicamente para ello, el SAM.

De la investigación también se desprende que los pacientes terminales muestran un procesamiento emocional diferente de la población general, ya que se caracteriza por una mayor sensibilidad ante los estímulos negativos que a los positivos y un gran control emocional ante todo tipo de estímulos.

El trabajo también ha revelado que los pacientes con enfermedad terminal se sentían más activados que la población de referencia cuando se les mostraron imágenes potencialmente neutras y desagradables, mostrando también mayores niveles de control emocional ante todo tipo de imágenes, especialmente en las imágenes neutras y agradables.

Los autores de esta investigación consideran que se deben diseñar intervenciones con estos pacientes que potencien la capacidad de disfrutar de las experiencias emocionales cotidianas de naturaleza positiva. Por otro lado, sostienen que el mayor control emocional mostrado por los pacientes puede ayudar a entender que estas personas «no son tan desvalidas emocionalmente como se piensa y se debe, por tanto, fomentar una información honesta con el enfermo terminal».

Los resultados de la investigación abren así nuevas líneas de intervención con pacientes terminales, basadas en la recuperación de la sensibilidad de estos enfermos ante los estímulos cotidianos de naturaleza agradable. Además, demuestran que los pacientes terminales no oncológicos presentan una mejor adaptación emocional frente a los oncológicos, que tienden a presentar mayores niveles de alteración por encima y por debajo de la media de la población normativa indicando una mayor complejidad emocional.

Los preliminares de este estudio han sido publicados en la ‘Revista Medicina Paliativa’ y presentados en varios congresos nacionales e internacionales.

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Los cursos del Centro Mediterráneo se despiden hasta septiembre

  • Esta semana concluyen los últimos cursos programados para julio dentro de ciclo de cursos de verano ofertados por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada (CEMED)
  • En septiembre continuará la oferta formativa con 13 nuevos cursos que tendrán lugar en Granada

Entre hoy y el domingo se clausurarán los cinco cursos que permanecen activos dentro de la programación de cursos de verano que cada año oferta el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada. “Tendencias en Biomedicina 2011”, uno de los cursos que se está desarrollando en la sede sexitana del CEMED, dirigido por Antonio Osuna, Fernando Mayor Menéndez y Fernando Valdivieso Amate, clausurará hoy su ciclo de conferencias sobre avances en biomedicina, donde ha contado con eminencias en este campo, tales como Mariano Esteban, del Centro Nacional de Biotecnología, María Jesús Bullido de la Universidad Autónoma de Madrid; Javier Díez-Guerra, del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” de Madrid, o Luis Miguel de Pablos del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada, entre otros.

Los otros dos cursos que se desarrollan actualmente en Almuñécar concluyen mañana, hablamos de “Depuración de aguas residuales industriales: Industrias químicas y agroalimentarias” dirigido por Ana Isabel García López, profesora titular de Ingeniería Química de la Universidad de Granada, y “Plataformas móviles de comunicación y procesamiento”, dirigido por Alberto Prieto Espinosa, Catedrático del departamento de arquitectura y tecnología de computadores y coordinador del Centro de investigación TIC de la Universidad de Granada. En este curso se ha analizado el desarrollo y uso de dispositivos móviles de comunicación y procesamiento, cada vez más utilizados por los ciudadanos en su día a día, tales como PDA, teléfonos inteligentes, tabletas PC, PC ultramóviles (o de bolsillo), y computadores vestibles e incluso corporales.

“Algas: algo más que plantas. Taxonomía, ecología y biotecnología en algas de agua dulce”, dirigido por Pedro M. Sánchez Castillo, se está llevando a cabo en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada y concluirá mañana con un ciclo de conferencias dedicadas a las aplicaciones alternativas que pueden tener las algas, entre otras en biotecnología o en el biodeterioro del patrimonio cultural. Por último el domingo, 31 de julio, finalizará el curso virtual “La igualdad de género en las Universidades: Planes y políticas de igualdad”, cuya dirección ha estado a cargo de la Unidad de Igualdad entre mujeres y hombres de la Universidad de Granada y que se ha desarrollado a lo largo de todo el mes de julio.


Una profesora de la UGR es galardonada con el Premio de Investigación Memorial Blas Infante

Consuelo Pérez Colodrero, doctora en Historia y Ciencias de la Música, ha sido premiada por su trabajo titulado «El ideal andaluz en la vida y producción de Francisco Cuenca Benet (Adra, 1872 – La Habana, 1943)»

Una profesora de la Universidad de Granada ha sido galardonada con el «XXIII Premio de Investigación Memorial Blas Infante». Consuelo Pérez Colodrero, doctora en Historia y Ciencias de la Música y miembro del Grupo de Investigación Patrimonio Musical de Andalucía (HUM 632) así como del Proyecto de Excelencia «Música de Andalucía en la Red (MAR)» de la UGR, ha sido premiada por su trabajo titulado «El ideal andaluz en la vida y producción de Francisco Cuenca Benet (Adra, 1872 – La Habana, 1943)». Se trata de una tesis doctoral dirigida por Antonio Martín Moreno, catedrático de Historia de la Música e investigador responsable del Grupo de Investigación y Proyecto de Excelencia citados.

Con el fin de promocionar los valores intelectuales y culturales de Andalucía, la Fundación Blas Infante otorga, con carácter anual, un premio al trabajo de investigación sobre temas de Economía, Sociología, Antropología Social o Historia Contemporánea (s. XIX-XX), que ayude a evidenciar los seculares problemas que padece Andalucía o coadyuve a su solución, así como a la exaltación del ideal andaluz por el que diera su vida Blas Infante.

La entrega del premio tendrá lugar mañana jueves, 28 de julio, en la sede de la Fundación de manos de doña María de los Ángeles Infante, hija de Blas Infante. El premio tiene una dotación en metálico de 4.208 euros, más medalla y Diploma de Honor, y la ganadora tendrá derecho a 25 ejemplares de su obra, una vez ésta se publique por la Fundación, que se reserva el derecho de edición del trabajo premiado, como derechos de autor.

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Mi vida sin mí

Los asuntos pendientes no resueltos, sentirse una carga para los demás y la incertidumbre ante el futuro son las principales fuentes de sufrimiento que ponen de relieve los pacientes que se encuentran en la fase final de su vida al sufrir una enfermedad terminal, según revela un estudio elaborado por Rafael Montoya, del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada. Pero además, revela igualmente que los pacientes con enfermedad terminal que se sienten satisfechos con su vida y perciben su futuro con realismo afrontan mejor el proceso de la muerte.

Para llevar a cabo este trabajo, que ha sido dirigido por los profesores Francisco Cruz, María Paz García Caro y Jacqueline Schmidt, estos investigadores seleccionaron a 60 pacientes con enfermedad crónica avanzada o terminal entre distintas unidades y hospitales del Servicio Andaluz de Salud.

Este estudio es pionero por cuanto se trata del primero que emplea el International Affective Picture System (IAPS) y el Self Assessment Manikin (SAM) para caracterizar el estado emocional de una población de enfermos terminales. Los sistemas IAPS y SAM son instrumentos que se han empleado de manera experimental en la determinación del proceso emocional de otras poblaciones clínicas como, por ejemplo, drogodependientes o enfermos psiquiátricos, por lo que los resultados de este trabajo son pioneros en ese sentido. Así, para llevar a cabo este trabajo se entrevistó a todos estos enfermos y se les pidió que visualizaran una batería de imágenes del IAPS, a la par que reflejaran su estado emocional con un instrumento diseñado específicamente para ello, el SAM.

De la investigación también se desprende que los pacientes terminales muestran un procesamiento emocional diferente de la población general, ya que se caracteriza por una mayor sensibilidad ante los estímulos negativos que a los positivos y un gran control emocional ante todo tipo de estímulos.El trabajo también ha revelado quelos pacientes con enfermedad terminal se sentían más activados que la población de referencia cuando se les mostraron imágenes potencialmente neutras y desagradables, mostrando también mayores niveles de control emocional ante todo tipo de imágenes, especialmente en las imágenes neutras y agradables.

Los autores de esta investigación consideran que se deben diseñar intervenciones con estos pacientes que potencien la capacidad de disfrutar de las experiencias emocionales cotidianas de naturaleza positiva. Por otro lado, sostienen que el mayor control emocional mostrado por los pacientes puede ayudar a entender que estas personas «no son tan desvalidas emocionalmente como se piensa y se debe, por tanto, fomentar una información honesta con el enfermo terminal».

Los resultados de la investigación abren así nuevas líneas de intervención con pacientes terminales, basadas en la recuperación de la sensibilidad de estos enfermos ante los estímulos cotidianos de naturaleza agradable. Además, demuestran que los pacientes terminales no oncológicos presentan una mejor adaptación emocional frente a los oncológicos, que tienden a presentar mayores niveles de alteración por encima y por debajo de la media de la población normativa indicando una mayor complejidad emocional.

Los preliminares de este estudio han sido publicados en la «Revista Medicina Paliativa» y presentados en varios congresos nacionales e internacionales.

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Los asuntos pendientes y sentirse una carga para los demás, principales preocupaciones de los pacientes terminales

Los asuntos pendientes no resueltos, sentirse una carga para los demás y la incertidumbre ante el futuro son las principales fuentes de sufrimiento que ponen de relieve los pacientes que se encuentran en la fase final de su vida al sufrir una enfermedad terminal, según revela un estudio elaborado por Rafael Montoya, del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada (UGR).

Para llevar a cabo este trabajo, que ha sido dirigido por los profesores Francisco Cruz, María Paz García Caro y Jacqueline Schmidt, miembros del grupo de investigación ‘CTS 436 Aspectos Psicosociales y Transculturales de la Salud y la Enfermedad’, estos investigadores seleccionaron a 60 pacientes con enfermedad crónica avanzada o terminal entre distintas unidades y hospitales del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Este estudio pionero, por cuanto se trata del primero que emplea el ‘International Affective Picture System (IAPS) y el Self Assessment Manikin (SAM)’ para caracterizar el estado emocional de una población de enfermos terminales, revela igualmente que los pacientes con enfermedad terminal que se sienten satisfechos con su vida y perciben su futuro con realismo afrontan mejor el proceso de la muerte.

Los sistemas IAPS y SAM son instrumentos que se han empleado de manera experimental en la determinación del proceso emocional de otras poblaciones clínicas como, por ejemplo, drogodependientes o enfermos psiquiátricos, por lo que los resultados de este trabajo son pioneros en ese sentido.

Así, para llevar a cabo este trabajo se entrevistó a todos estos enfermos y se les pidió que visualizaran una batería de imágenes del IAPS, a la par que reflejaran su estado emocional con un instrumento diseñado específicamente para ello, el SAM.

De la investigación también se desprende que los pacientes terminales muestran un procesamiento emocional diferente de la población general, ya que se caracteriza por una mayor sensibilidad ante los estímulos negativos que a los positivos y un gran control emocional ante todo tipo de estímulos.

El trabajo también ha revelado que los pacientes con enfermedad terminal se sentían más activados que la población de referencia cuando se les mostraron imágenes potencialmente neutras y desagradables, mostrando también mayores niveles de control emocional ante todo tipo de imágenes, especialmente en las imágenes neutras y agradables.

Los autores de esta investigación consideran que se deben diseñar intervenciones con estos pacientes que potencien la capacidad de disfrutar de las experiencias emocionales cotidianas de naturaleza positiva. Por otro lado, sostienen que el mayor control emocional mostrado por los pacientes puede ayudar a entender que estas personas «no son tan desvalidas emocionalmente como se piensa y se debe, por tanto, fomentar una información honesta con el enfermo terminal».

Los resultados de la investigación abren así nuevas líneas de intervención con pacientes terminales, basadas en la recuperación de la sensibilidad de estos enfermos ante los estímulos cotidianos de naturaleza agradable. Además, demuestran que los pacientes terminales no oncológicos presentan una mejor adaptación emocional frente a los oncológicos, que tienden a presentar mayores niveles de alteración por encima y por debajo de la media de la población normativa indicando una mayor complejidad emocional.

os preliminares de este estudio han sido publicados en la ‘Revista Medicina Paliativa’ y presentados en varios congresos nacionales e internacionales.

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Los becarios de la UGR que aprueben todo recibirán un extra de 150 euros

La institución ha tenido este curso más de 14.420 alumnos con becas del MEC, que abre hoy el plazo para presentar las solicitudes del 2011/2012

Un incremento de más de dos mil solicitudes. Se llegó hasta las 24.372. El número de ayudas concedidas también se ha elevado a 14.429 -el curso anterior fueron 13.303-, según los datos facilitados por la directora del Servicio de Becas de la Universidad de Granada (UGR), Josefa González, cuando se cerraron plazos. A partir de hoy se podrán presentar las solicitudes para optar a una beca del Ministerio de Educación en el curso 2011/2012. La convocatoria se comienza con diferentes novedades. La primera que todo el proceso se efectuará a través de Internet -la dirección estará albergada en la web del Ministerio y además la dirección concreta facilitada ayer es https://sede.educacion.gob.es-.

Desde el Servicio de Becas de la Universidad granadina concretan que este año «no habrá que llevar documento alguno a las secretarias de las facultades o escuelas». Si bien, puede que cuando se revise la solicitud falta algún dato y sí se le requiera al universitario. En años anteriores se rellenaba el formulario a través de Internet y después se llevaba la copia al centro universitario. El Servicio de Becas continuará con el mismo trabajo de revisión.

El plazo de presentación de la solicitud de termina el 14 de octubre para los universitarios. Como novedad en el curso 2011/2012, se crea un nuevo componente para los estudiantes universitarios dotado con una cuantía individual de 150 euros que percibirán aquellos estudiantes becarios que obtengan un mejor rendimiento académico. Lo que se traduce en que deben aprobar todas las asignaturas. Para obtener una beca del Ministerio los estudiantes de las Ingeniería y Arquitectura deben tener aprobados el 60% de los créditos y en el resto del 80%. Además de los requisitos académicos se tienen en cuenta parámetros económicos.

Penalizaciones

En esta línea, con objeto de estimular el rendimiento académico de los estudiantes universitarios, la beca de matrícula no incluirá el coste de los créditos que se matriculen por tercera y sucesivas veces, siendo el estudiante el que deberá abonar esta cantidad frente a la actual situación en que la matrícula de los estudiantes becados era financiada íntegramente por el Ministerio. En el caso de estudios de Ingeniería y Arquitectura, el estudiante tendrá que abonar esa cantidad a partir de la cuarta y sucesivas matrículas, informó ayer el Ministerio de Educación.

Para saber quienes se beneficiarán de los 150 euros y quienes serán ‘penalizados’ en las terceras matrículas habrá que esperar a que se termine el proceso. Si bien, a priori parece que serán más los beneficiarios de los 150 euros. Lo que sí está confirmado ya es el incremento de solicitudes y concesiones debido a la crisis. Y un apunte: «Todos los solicitantes que cumplan con los requisitos establecidos por las convocatorias tienen asegurada una beca», subrayaba ayer el Ministerio en un comunicado. A la hora de solicitar la beca los universitarios deberán estar atentos y matricularse del número de créditos establecidos por el Gobierno. La cuantía que percibirá cada uno de los universitarios dependerá si le conceden para libros, transporte, residencia… En el caso de obtener el máximo, incluida la llamada compensatoria, se superarán los cinco mil euros -sin sumar la matrícula-. Las cuantías se han mantenido en relación al curso 2010/2011.

La campaña para solicitar la beca para Bachillerato, Formación Profesional, Enseñanzas artísticas, Enseñanzas deportivas, Estudios de idiomas y Programas de Cualificación profesional Inicial también está abierta. En estos casos los plazos concluyen el día 30 de septiembre. Toda la información sobre las convocatorias de becas de carácter general y movilidad (modalidades, requisitos, umbrales…) está disponible en: http://www.educacion.gob.es/campanias/becas2011.html.

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Francisco González Lodeiro: «La Universidad del futuro debe sostener una firme estrategia para lograr los resultados pretendidos de la excelencia e internacionalización»

Ha sido reelegido como rector en las últimas elecciones de la Universidad de Granada. Es Doctor en Geología por la Universidad de Salamanca en 1981 y catedrático de universidad desde 1996. Desde 1981 es profesor de la Universidad de Granada en las licenciaturas en Geología y Ciencias Ambientales. Cuenta con una amplia experiencia en docencia e investigación, además de una importante actividad en la gestión universitaria, habiendo sido Director del Departamento de Geodinámica, Delegado del Rector para la implantación de las enseñanzas propias, Vicerrector de Planificación Docente, y Vicerrector de Investigación y Relaciones Internacionales.
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Francisco González Lodeiro, rector de la Universidad de Granada

 

Francisco González Lodeiro, rector de la Universidad de Granada

«La excelencia docente no tiene por qué estar disociada de la investigación. También necesita de recursos propios que posibiliten la atracción a nuestras universidades de una masa crítica eficaz para modernizar el ámbito docente»

«La Universidad debe sostener una firme estrategia para lograr los resultados pretendidos de la excelencia e internacionalización»

¿Cómo definiría a la Universidad de Granada y qué destacaría de ella?

Somos una Universidad extraordinariamente competitiva, de las mejores del país en investigación, en calidad docente, en innovación y transferencia, en extensión y en proyección internacional. Como se demuestra en los principales indicadores de producción e impacto, ocupa un puesto que avala su excelencia científica al estar situada en las diez primeras del país y es la primera de entre las universidades andaluzas. Por su prestigio está a la cabeza, tanto a nivel nacional como internacional, en programas de movilidad, apostando por la consolidación y profundización de los ya estrechos vínculos existentes de nuestra institución con áreas tales como son el Magreb, América Latina y los países del Este de Europa. Además, y por la proyección de su acción en el territorio donde se inserta, la Universidad de Granada imprime un especial carácter dinamizador sobre su entorno.

Ahora que ha sido reelegido en su cargo como rector ¿con qué iniciativas afronta estos 4 años que tiene por delante?

En la nueva etapa nuestra Universidad pretende liderar a un exigente modelo universitario que cumpla con los retos de un futuro que se anuncia comprometido, donde debe ser una institución académica de referencia en el desempeño de sus funciones y en el cumplimiento de sus misiones ya que el nuevo periodo supone retos de importancia para una Universidad que apuesta por la mayor calidad en la educación superior en momentos de una especial dificultad económica.

Entre las diversas líneas de actuación destacaría el incremento de una oferta formativa de calidad, atractiva, diferenciada; el fomento de una investigación de excelencia, competitiva, multidisciplinar, innovadora, sostenible y comprometida con el bienestar social y con la conservación del medioambiente; el desarrollo de la fuerte capacidad de innovación que poseemos, generando nuevos y mejorados productos, bienes, servicios, métodos y procedimientos; reforzando el sólido puente entre docencia e investigación a través de unos renovados y atractivos doctorados; para constituirnos en referente en la formación en investigación; como también lograr un extraordinario y singular sistema de Transferencia de Conocimiento, que permita la valorización del conocimiento generado en nuestra Universidad, para erigirse en motor del desarrollo social y económico del entorno.

Como sabe, el Empleo es una de las principales líneas estratégicas de Universia. En un momento como el actual con la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior y alto índice de paro que tiene nuestro país, ¿En qué aspectos cree que su universidad y Universia pueden colaborar para apoyar la inserción laboral de los egresados y la realización de prácticas profesionales por parte de los universitarios?

Para la Universidad de Granada es fundamental el recurso de la transferencia de su conocimiento y el conocimiento de su actuación, posibilitando un espacio de intercambio de experiencias y de cooperación en la relación entre universidad y empresas que nos permita generar nuevas oportunidades a nuestros universitarios en el mercado laboral. Nuestra preocupación por el diagnóstico certero de la situación, como por el conocimiento de la empleabilidad, nos lleva desde hace tiempo a la realización sistemática de un estudio de los egresados, que está abriendo cauces de futuro, con el apoyo a recurso como el de la formación continua para adaptar, cada vez más, nuestra actuación a la responsabilidad social que se nos exige. La existencia de una red como Universia, en la que se integran el mayor volumen de instituciones académicas pertenecientes al ámbito iberoamericano, se convierte en una firme alianza para armonizar las diversas actuaciones posibles, con la garantía que surgen por la unión en un horizonte colectivo, que no desde una aislada actuación particular, en la que una exigente internacionalización cada vez más se debe trazar desde la red del intercambio universitario.

¿Cuáles son las vías para implantar los Campus de Excelencia en el modelo universitario actual?

Se debe promocionar la investigación multidisciplinar de excelencia, reforzando los institutos y centros de investigación, favoreciendo actividades conjuntas con seminarios y programas de posgrado. Se ha de elaborar un catálogo de Cátedras, Centros, Institutos y estructuras cuya función principal sea la investigación, crear centros de carácter internacional en colaboración con otras instituciones de prestigio, que fortalezcan la colaboración y agregación, como también con las empresas. En la financiación, junto con el necesario apoyo público a los proyectos de una medida calidad, se debe de poner en marcha un plan de captación de recursos de entidades e instituciones que colaboren en investigación con el fin de contar con convocatorias cofinanciadas y patrocinadas.

La investigación es otro de las líneas de interés de Universia. En este sentido, ¿cree que las 70 universidades españolas pueden alcanzar el mismo grado de excelencia investigadora?

Ante la exigencia que se plantea en la llamada estrategia 2020, y en la que se basa la estrategia Universidad 2015 diseñada por España para la modernización de su propia universidad, considero que tal idea no es posible; pues ya existe, con un carácter anterior, un mapa diferenciado del panorama universitario del país y pues la trayectoria posterior ha situado a unas universidades extraordinariamente competitivas junto a otras de menor rango. Esto no significa cercenar las lógicas aspiraciones de cada institución; bien al contrario, para alcanzar el nivel exigido sería necesario las universidades por su dimensión no alcancen tal horizonte de excelencia internacional la plasmación de una estrategia que establezcan el parámetro de la especialización más singular, también diferenciada, marcada por la defensa proyectos de especial carácter y singularidad, pero siempre defendida en una alianza entre varias instituciones académicas y que no por una universidad aislada en sus propios recursos.

¿Considera que la excelencia investigadora y la excelencia docente van unidas?

La excelencia docente no tiene por qué estar disociada de la investigación. También necesita de recursos propios que posibiliten la atracción a nuestras universidades de una masa crítica eficaz para modernizar el ámbito docente. Sobre ella, se puede y debe construir la universidad de la excelencia investigadora.

Para finalizar, nos gustaría saber cómo prevé que será la universidad del futuro.

La Universidad debe sostener una firme estrategia para lograr los resultados pretendidos de la excelencia e internacionalización. Su esfuerzo científico y académico también debe prestarse para que el conocimiento tenga el valor de contribuir al bienestar de la ciudadanía y al progreso social, científico, tecnológico, cultural y humanístico, en pos de una sociedad más libre y justa. En un tiempo en el que todas las instituciones del Estado deben asumir plenamente su responsabilidad social, nosotros también estamos comprometidos con la situación sobrevenida y, lejos de aislarnos del contexto, planteamos el más firme compromiso responsable, tanto colectivo, como personal, de ser unas instituciones no aisladas de las circunstancias de nuestro tiempo.

Fuente: Universia

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