El recinto de Fermasa se convirtió ayer en el lugar con más ganas de trabajar por metro cuadrado de la provincia. Miles de jóvenes, ataviados con su mejor presencia y carpetas llenas de currículos, asistieron a la primera jornada de la X edición de la Feria Internacional de Empleo Universitario, con el objetivo de alzarse con alguno de los mil puestos de trabajo que la UGR espera cerrar a través de esta iniciativa y superar, así, los 930 contratos del pasado año.
La pugna va a estar reñida, puesto que «las empresas participantes aseguran que han recogido muchos currículos y en gran parte son idóneos para la vacante que quieren suplir», explica la coordinadora de la feria, Luisa Valdés. Además, los representantes de las entidades coinciden en señalar que en esta edición -y algo en la pasada- se está notando que hay menos trabajo y, por tanto, la gente se mueve más para encontrar un hueco en el mercado. «Sólo en esta mañana mira lo que hemos recogido», apunta la encargada de un stand mientras señala una carpeta repleta de currículos. La gran asistencia -con la que se esperan superar los 14.000 participantes de 2009- también se debe al nuevo horario ininterrumpido y al autobús gratuito que ha puesto la UGR cada media hora para trasladar a los interesados.
Y aunque no es tarea fácil, posibilidades existen, puesto que finalmente el encuentro ha contado con la presencia de medio centenar de empresas de distintos ámbitos: despachos de abogados como Garrigues, cadenas de tiendas de materiales y bricolaje como Aki o Kiabi, compañías tecnológicas como Forware, consultorías como Pricewaterhousecoopers, instituciones públicas como el SAE o la Cámara de Comercio, entidades financieras como CajaGranada y Caja Rural y empresas de hasta una decena de países europeos, que hacen llegar sus ofertas a través de la red Eures.
No obstante, algunas formaciones son más demandadas que otras, como LADE, Ingenierías o el sector sanitario. «Estamos buscando ingenieros para la consultoría tecnológica que tengan mentalidad abierta y disponibilidad geográfica, porque nuestras oficinas están en Madrid y Barcelona», informa Carolina Martínez, de Altran. Un perfil que cumple, en principio, José María, un estudiante de último curso de Informática a quien tener que mudarse a otra ciudad o país no supone un impedimento.
Ahora bien, aunque la mayoría de jóvenes están dispuestos a hacer las maletas, muchos tienen todavía una asignatura pendiente con el idioma, especialmente en los stands de la red Eures. «Piden un dominio fluido de inglés», lamenta Cintia, que está cursando Ciencias del Trabajo. Y no vale engañar, porque las entrevistas que se están desarrollados en la propia feria -gracias a la posibilidad este año de enviar por internet el currículo previamente- se hacen parcialmente en inglés.
Por suerte, también hay empresas donde los idiomas no son un requisito sine qua non (aunque siempre se tienen en cuenta), como la compañía granadina Forware, implantada en el PTS, que busca programadores e investigadores. «Aunque inicialmente necesitamos este tipo de profesionales, estamos en proceso de expansión de la línea comercial, por lo que pronto también incorporaremos personal de Recursos Humanos y Ventas», aclara Estefanía Mingorance, responsable de la empresa en la feria.
Como aspecto negativo, algunos estudiantes criticaron que en muchos stands se ofertaban trabajos para personas que hayan acabado los estudios y que cuenten con experiencia profesional. «Se supone que en la UGR estamos mayormente estudiantes y por tanto ni hemos terminado la carrera ni hemos podido incorporar experiencia», denuncia Patricia, aunque nunca viene mal dejar el historial formativo para años venideros.