En recuerdo a Gallego Morell
La biblioteca de la facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte llevará el nombre del ex rector de la Universidad de Granada, principal impulsor del Instituto Nacional de Educación Física (INEF)
ANTONIO Gallego amó Granada. Nació en Granada en 1923 y vio la gran transformación urbanística de la ciudad que realizara su padre como alcalde. Su formación alcanzó campos diversos. Él será el río subterráneo o Granada, la conciencia comprometida por mejorar lo que se ama. Su compromiso se plasmó en múltiples cargos de responsabilidad. Siempre Granada o Andalucía, siempre la Universidad o las Academias. Un río de amplitud cultural o la vida.
Por Granada lucha. A la ciudad le faltaba un centro de formación superior en Educación Física (INEF). Su interés por el deporte viene de lejos con la publicación de su obra Literatura de Tema Deportivo en Prensa Española (1969). Esta obra es de obligado conocimiento de todo profesional del deporte por su dimensión cultural. Es la primera aportación seria que estudia el tema deportivo en las Letras. Recoge obras de Rafael Alberti, Manuel Alcántara, Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, Jorge Guillén, Enrique Jardiel Poncela; Miguel Hernández, Antonio Manchado, Eugeni d´Ors, Miguel de Unamuno, Pedro Salinas y muchos más.
Los INEF de Madrid y Barcelona se quedaban pequeños. Andalucía lo demandaba. Sevilla y Granada, se decía, pugnaban por tenerlo. Bulle la política del cambio, las transformaciones culturales, el deporte como un valor de vida intangible y saludable.
Paralelamente a las gestiones administrativas de Cultura y del Consejo Superior de Deportes (CSD) se producen otras muchas de carácter institucional, e incluso personal, desde sectores políticos y universitarios de notable prestigio: el ministro de Educación, Federico Mayor Zaragoza, la ministra de Cultura, Soledad Becerril y, por supuesto, el rector de la Universidad de Granada, Antonio Gallego Morell. Todos ellos colaboraron de forma decisiva en la consecución del objetivo propuesto.
En el Consejo de Ministros de 30 de julio de 1982 se aprueba la creación del Instituto Nacional de Educación Física de Granada. Se da un paso que lleva a otro. Se logra lo deseado y el río subterráneo lleva otra luz que arrastra ilusiones y preocupaciones. Antonio Gallego Morell piensa en el director del INEF. Para ello se entrevista con el director del INEF de Madrid, Fernando Vizcaíno Nodal, para que le aconseje sobre la puesta en marcha del centro y la posibilidad de que un profesor del INEF pudiera iniciar la andadura del mismo. Se entrevista conmigo y me pide que acepte el cargo, aunque el nombramiento era responsabilidad del CSD.
El 18 de septiembre de 1982 se nombra al director del INEF de Granada. Todo está nombrado. La sierra abastece al río. Las fechas se descuadran y el curso lleva retraso, premuras, las preocupaciones de organizar ideas y tiempo, lo conveniente, lo inconveniente. Decido no comenzar el curso 82/83. Entonces él me llamó y me dijo: «Es usted muy legal y joven pero quiero convencerle de que es mejor empezar. Si no se empieza nunca sabremos si se podrá poner en marcha el centro. Le puedo enseñar muchos reales decretos y decretos de creación de centros y organismos que nunca funcionaron. Convoque las pruebas de acceso para los estudiantes que del profesorado me encargo yo». Hice caso a las pruebas de acceso pero le dije que el profesorado lo tenía que seleccionar el centro, no el rector. Tuvimos nuestras discrepancias. Luego me confesaría que era más correcta mi idea, pero tenía tantas ganas de que el centro empezara que estaba dispuesto a que el profesorado provisionalmente fuera el disponible en el servicio de deporte y en la Universidad.
Aún quedaba mucha nieve y los almendros se impregnaban de la luz. Granada y la luz. Corría el agua por un río de papeles, de gestiones universitaria necesarias.
Antonio Gallego Morell facilita y da todo su apoyo para la Orden del Ministerio de Educación y Ciencia de 29 de Noviembre de 1982, por la que se estableció la adscripción provisional del Instituto Nacional de Educación Física de Granada a la UGR, con la que deberá suscribir un convenio de adscripción que será sometido a la aprobación, previo informe de la Junta Nacional de Universidades. Igualmente da su apoyo para la aprobación del primer plan de estudios del INEF de Granada y asesoramiento en las actuaciones de la Junta de Andalucía para la transferencia del centro.
Por fin la palabra o la primavera, los sueños, los jóvenes y sus ilusiones, los pioneros y la lucha, un mundo que rueda. El día 21 de marzo de 1983, el rector de la Universidad de Granada se reunió con el Claustro de Profesores para tratar la problemática del curso y se anunció el comienzo de las clases a partir del día siguiente, en sesiones dobles. El curso finalizará el 15 de julio. Las clases se impartirían en el polideportivo de la Cartuja, excepto el atletismo y el voleibol que se desarrollarían en el Estadio de la Juventud.
Su preocupación por el INEF no la abandona, se compromete. Todo se tiene que cumplir, no puede desligarse y participa en los distintos aspectos de la vida académica: el nombramiento del tribunal para la prueba específica, las pruebas de acceso para el alumnado; el nombramiento en todas las plazas del profesorado que convocaba el Consejo Superior de Deporte y posteriormente la Junta; su apoyo ante el Ayuntamiento en el acuerdo de la cesión de las instalaciones deportivas del CSD para la Universidad y su uso académico. Asimismo se contó también con el apoyo del alcalde de Granada, Antonio Jara, que más tarde participará como conferenciante, en las Jornadas Olímpicas del INEF que organizaba la Academia Olímpica Española.
Pero su implicación llegó más lejos. El deporte y la cultura no estaban reñidos. El libro y el balón, la lectura y el sudor, la fortaleza y la suavidad de las manos, los mismos sueños de una juventud cambiante. Decidió ceder provisionalmente sus libros de tema deportivo para la biblioteca del INEF, cuando un día, enojado, me dijo: «este no puede ser un centro universitario si no tiene una buena biblioteca».
Ahora, siendo Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por iniciativa del actual equipo de Gobierno se quiere nominar a la biblioteca del centro con su nombre. Es verdad que una biblioteca puede llamarse «flor en la hoja» o «un río de palabra en silencio», pero también Antonio Gallego Morell, porque no se puede olvidar el origen y sus consecuencias. Todos los motivos quedan expresados: el río, Granada, su luz, el deporte, el libro, la palabra, pero sobre todo lo que ama como un valor incalculable. Por todo ello el hecho de que la Biblioteca de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte se llame Rector Antonio Gallego Morell es un reconocimiento a su apoyo al centro y hacia la calidad de los estudios de Educación Física, hoy de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, con motivo de su primer aniversario.
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