Una investigación de la Universidad de Granada ha demostrado que un simple masaje de 30 minutos puede paliar el dolor de cabeza crónico de origen tensional y mejorar el estado psicofisiológico de los pacientes que lo padecen, que son cada vez más en las sociedades desarrolladas.

La mejora del estado se percibe a las 24 horas del masaje, según han demostrado la investigadora Cristina Toro Velasco, autora principal del trabajo realizado bajo la supervisión del profesor de Manuel Arroyo-Morales y en colaboración con científicos del hospital Clínico San Cecilio de Granada, y la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, ha informado hoy la universidad en un comunicado.

Los resultados de este estudio pionero han sido publicados en la revista «Journal of Manipulative Phsiological and Therapeutics» del Colegio Americano de Quiropraxia.

El clásico abordaje de este tipo de dolencias consiste en el consumo de analgésicos que consiguen reducir los síntomas transitoriamente, pero una de las principales causas de esta modalidad de dolor es la presencia de puntos de tensión en la musculatura cervical, la cual funciona como generadora de los estímulos dolorosos.

El masaje de media hora sobre estos puntos de tensión cervical produce una serie de mejoras fisológicas en la regulación neurovegetativa del paciente, a lo que hay que añadir la mejora psicológica de los pacientes que ven reducidas «la tensión y la angustia asociadas a una sintomatología tan molesta para ellos», ha señalado Toro.

Asimismo, el paciente experimenta una mejora en la percepción de sus síntomas 24 horas después del tratamiento, lo cual indicaría que el masaje reduce la capacidad de generar dolor de los puntos de tensión y produce una mejoría progresiva del estado del paciente.

En los últimos años, los científicos han incrementado sus esfuerzos por proponer estrategias alternativas a las farmacéuticas para controlar los síntomas incapacitantes del dolor de cabeza crónico.

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Un congreso de la Universidad de Granada reunirá la próxima semana a expertos internacionales para abordar, desde la perspectiva del Derecho, los riesgos ambientales que supondrán para las próximas generaciones las políticas actuales en materia tecnológica o energética.

Bajo el título «Globalización, riesgo y medio ambiente», este encuentro jurídico internacional abordará ponencias de una veintena de especialistas españoles y de la Unión Europea pero también de otras regiones del mundo, como José Eduardo Faria, de la Universidad de Sao Paulo, según ha detallado hoy en rueda de prensa Esteban J. Pérez Alonso, presidente del comité organizador y catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Granada.

Los contenidos de los trabajos del congreso, que quedarán recogidos en una publicación prevista para este año, irán desde las posibilidades de reacción del Derecho frente a la crisis económica global, los mecanismos de control de las empresas trasnacionales, o cómo regular la distribución de alimentos para una mejor política sanitaria.

«El Derecho se tendrá que globalizar» porque «el delito ya se ha globalizado», ha explicado Francisco González Lodeiro, rector de la Universidad de Granada, también presente en la presentación de este encuentro para el que ya han confirmado su asistencia setenta especialistas y cuarenta alumnos.

En una materia en la que habrá que caminar hacia la conjunción de esfuerzos de expertos de fuera del ámbito del Derecho, los profesores analizarán cómo se irán reconstruyendo «toda una serie de referencias legales que la sociedad necesita» ante los cambios derivados de la globalización, ha especificado José Esteve Pardo, catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Barcelona.

Esteve ha aclarado también que la «tecnología alimentaria», por ejemplo, «no es inocua en sí misma» y que, en general la humanidad se enfrenta a una «tecnología que genera riesgos».

«Nos enfrentamos a los riesgos que la sociedad en su desarrollo tecnológico ha creado», ha dicho para puntualizar que las causas que intervienen en los riesgos medioambientales son «muy complejas» y que, ante ellas, textos normativos como la Constitución de 1978 quedan «desfasados».

Dentro del ámbito científico del derecho medioambiental, que contempla los riesgos que puedan padecer las generaciones futuras, Esteve ha destacado el valor de las investigaciones de la Universidad de Granada que están generando, ha dicho, un gran interés por parte de los propios alumnos universitarios.

Este congreso jurídico y un seminario que se viene realizando en los últimos años con 37 expertos de universidades andaluzas se encuadran en el proyecto de investigación de excelencia concedido por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa para llevar a cabo un estudio sobre la protección jurídica del medio ambiente.

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