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Granada Hoy
Portada: La universidad construirá en Playa Granada, en Motril, un centro de investigación de posgrado y un instituto dedicado a la Oceanía
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Pág. 18: Investigadores de la UGR estudian la distribución de los terremotos en España |Ciudadanos, ladrones y policías tienen una lógica distinta en sus decisiones
Pág. 23: La Universidad define su proyecto para desembarcar en Playa Granada
Pág. 26: Lorca junto a iconos como la Estatua de la Libertad
Pág. 69 – Necrológica: Don Elías Cabello Bosch (alumno de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Gramada)
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Ideal
Pág. 6: La Reina del Albaicín
Pág. 9: Un estudio revela las claves de la “lógica” del delincuente
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Pág. 17: Playa Granada será universitaria
Pág. 23: Un fuerte terremoto causa la alarme un Huelva y Sevilla y se siente en casi toda Andalucía
VIVIR – Pág. 11 – Agenda: “Algunas maneras discretas de estar loco” |“Atrapados en el hielo” |“Stilitas”
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Pág. 51: “De una emoción azul” muestra fotos, grabados y dibujos con referencias árabes
Pág. 53: El cerebro, un laberinto para la ciencia
(Publicado el día 17/12/09) – Pág. 42: “Habitación de hotel”, de Juana Olmedo, premio Relatos de Verano de Ideal
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Policías, ladrones y ciudadanos corrientes tienen una lógica distinta a la hora de tomar decisiones, según un estudio
Policías, ladrones y ciudadanos corrientes tienen una lógica distinta a la hora de tomar decisiones, según un estudio
Una investigación realizada en la Universidad de Granada (UGR), en colaboración con la Universidad de Cambridge, ha demostrado que los policías y los ciudadanos de a pie tienen una lógica distinta a la hora de tomar decisiones que los delincuentes, es decir, emplean razonamientos distintos al actuar, una información que podría tener importantes implicaciones para la justicia criminal.
Este trabajo ha sido realizado por Rocío García-Retamero del Departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento de la UGR, y Mandeep K. Dhabi, del Institute of Criminology (Universidad de Cambridge, Reino Unido).
Para llevar a cabo la investigación, García-Retamero y Dhami hicieron un estudio en el que seleccionaron una muestra de 120 personas, que participaron voluntariamente: 40 delincuentes, 40 policías expertos, y 40 estudiantes no familiarizados con el ámbito de la delincuencia. Los policías habían trabajado para las fuerzas de seguridad durante 19,4 años de promedio y se habían centrado fundamentalmente en la investigación de casos de robo, informó la UGR en una nota.
Los delincuentes informaron del número de robos que habían cometido (57,2 de media). Eran delincuentes convictos, que habían sido encarcelados por delito de robo sólo en una ocasión. Los estudiantes especificaron el número de veces que habían sufrido robo (sólo 0,6 ocasiones de promedio).
Los participantes en la investigación –policías y delincuentes expertos y estudiantes no familiarizados con el ámbito de la delincuencia– debían estimar el peso de las claves como predictores de la probabilidad de robo en un inmueble. Algunas de estas claves eran tener el buzón de correos lleno o vacío; las luces encendidas o apagadas; el hecho de que las viviendas fueran pisos o casas, o que las plantas estuvieran más o menos cuidadas.
También debían clasificarlas jerárquicamente, en función del grado en que permitieran predecir la probabilidad de éxito en el robo en dicho inmueble. Por ejemplo, para la clave «seguridad en el inmueble» se decía: «Imagine dos inmuebles: uno de ellos tiene sistema de alarma antirrobo, el otro no. ¿Hasta qué punto es más probable que roben en el inmueble sin sistema de alarma antirrobo que en el que sí lo posee?». Para emitir la respuesta, los participantes debían rodear con un círculo un valor entre cero y cien en una escala con intervalos de diez puntos. Tras ello, los participantes se clasificaban dependiendo de la estrategia utilizada.
DIFERENCIAS SUSTANCIALES
Los resultados han puesto de manifiesto que los dos grupos de expertos (ladrones y policías) muestran diferencias sustanciales en las estimaciones sobre los pesos de las claves y en la clasificación jerárquica que realizan sobre las mismas, y uno de ellos -los policías- presenta mayores similitudes con el grupo de noveles (no expertos) que el otro.
Así, los policías y los participantes noveles coinciden en que el modo de acceso al inmueble es la clave de mayor poder predictivo a la hora de predecir el éxito del robo. Estas estimaciones contrastan con las que hacen los delincuentes, quienes consideran que la clave de mayor poder predictivo es si éste posee alarma antirrobo.
A pesar de las diferencias entre los grupos de expertos, éstos muestran mayor consistencia en sus respuestas que los noveles, es decir, son menos variables en sus propios juicios cuando utilizan distintos métodos para emitirlos, y son más consistentes con otros expertos de su mismo grupo.
Los resultados de este trabajo suponen, en palabras de sus autoras, «una aportación novedosa al estudio de las diferencias entre expertos y noveles, y podrían tener implicaciones importantes para la justicia criminal y los modelos de toma de decisiones».
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El terremoto sentido en Andalucía permitirá a los investigadores mejorar el conocimiento de la sismicidad de la región
El terremoto sentido en Andalucía permitirá a los investigadores mejorar el conocimiento de la sismicidad de la región
El terremoto de esta madrugada con epicentro en el Cabo de San Vicente ha sido registrado por las estaciones sísmicas integradas en el proyecto TOPO-IBERIA, una investigación que persigue obtener información sobre movimientos de la superficie terrestre y la distribución de la sismicidad en la Península Ibérica y el Norte de Marruecos.
Para ello, este proyecto, en el que participan las universidades de Granada, Jaén, Cádiz y Pablo de Olavide y que está incluido dentro del programa Consolider del Ministerio de Ciencia e Innovación, se ocupa del despliegue y funcionamiento de la red sísmica y de GPS (Global Positioning System) en Andalucía, así como de la adquisición de datos geológicos de diverso tipo, que permitan evaluar la actividad tectónica más reciente y la actual en la Cordillera Bética y su entorno, como en el caso del terremoto de la pasada madrugada.
En concreto, las estaciones sísmicas estudian qué ocurre en la corteza terrestre a nivel profundo, mientras que los GPS miden movimientos superficiales. El proyecto ha distribuido cuarenta estaciones sísmicas por todo el territorio español, que se irán desplazando de Sur a Norte. Además, los investigadores han buscado 26 ubicaciones permanentes para estaciones de GPS, informó la Universidad de Granada en una nota.
Con estas últimas, se persigue analizar el movimiento de la superficie terrestre, es decir, la elevación o, en su caso, el hundimiento y/o movimiento lateral que puedan sufrir los puntos del terreno seleccionados. Este desplazamiento es previsiblemente lento, del orden de un milímetro o menos por año, con lo que los efectos se observarán sólo a largo plazo. El proyecto contempla 26 estaciones permanentes de este tipo, de las cuales 9 se ubican en Andalucía. En Granada, se ha instalado una en Sierra Nevada y otra en la Sierra de Los Guájares, cerca de la costa.
PARTICIPACIÓN ANDALUZA
Cada grupo andaluz tiene su cometido dentro del proyecto. Así, el equipo de Geodesia está integrado por investigadores de la Universidad de Jaén y del Real Observatorio de la Armada de San Fernando, que se encargan de controlar la red de GPS. Por su parte, los investigadores de las universidades de Granada, Pablo de Olavide y Cádiz se ocupan de la adquisición de todo tipo de datos geológicos, de la realización de los perfiles magneto-telúricos y todo lo relativo a sismicidad (despliegue de estaciones sísmicas y adquisición de datos).
El equipo andaluz se integra entre los 140 científicos de diversas universidades y centros de investigación de toda España, que trabajan en establecer un marco científico-tecnológico en el que desarrollar de manera integrada estudios multidisciplinares en el \’micro-continente\’ que constituye la Península Ibérica y sus márgenes. Esta zona puede considerarse como un laboratorio natural idóneo para comprender la interacción entre procesos geológicos profundos y superficiales. De ahí que el proyecto integre investigaciones en geología, geofísica y geodesia.
Dada la diversidad geológica de la Península Ibérica, se han diferenciado tres zonas de actuación: el sistema Pirenaico-Cantábrico al norte, el área central y el sistema bético-rifeño al sur. Precisamente esta última franja es el objeto de estudio de los investigadores andaluces. «Constituye el sector más activo de España, como muestra su sismicidad, tanto en el número de terremotos como en la magnitud de éstos», explica el responsable del proyecto en la Universidad de Granada, Antonio Azor.
En un territorio con tanta actividad como Andalucía y el Norte de Marruecos, los científicos se afanan en cuantificar los procesos geológicos activos, tanto los perceptibles por todos –terremotos o deslizamientos–, como los que requieren de una mirada más experta, como el encajamiento de los ríos o el levantamiento del relieve. «Es importante saber a qué velocidad están ocurriendo estos cambios, ya que eso nos da una idea del proceso de transformación geológica que está sufriendo la Península», matiza el investigador del departamento de Geodinámica.
MEJORAR EL CONOCIMIENTO DE LA SISMICIDAD
Los datos recogidos durante los cinco años que durará el proyecto quedarán almacenados en una base de datos, lo que supondrá una fuente esencial para conocer mejor el comportamiento sísmico, reológico y geológico de la corteza en el Sur de la Península.
Hasta ahora, los investigadores han demostrado que los terremotos en la Cordillera Bética ocurren de forma continua y son de pequeña magnitud, pero es difícil localizar las fallas que los producen. Por ello, la ingente cantidad de información recogida por las estaciones sísmicas permitirá conocer mejor la distribución de la sismicidad, lo que puede ayudar en combinación con las características geotécnicas del terreno a planificar las grandes obras públicas.
«Ahora tenemos errores importantes en el cálculo de las profundidades a que ocurren los terremotos», reconoce Azor. Si se llegan a conocer con más certeza las fuentes de los terremotos, es decir, las fallas que los producen, y se investiga el nivel de amplificación de las ondas sísmicas en cada tipo de material, será más fácil construir edificaciones más seguras y adecuadas a las características de cada zona.
ANDALUCÍA SÍSMICA
Andalucía cuenta con unas peculiaridades que la convierten en un área sensible a los terremotos. Por un lado, su localización geodinámica en la zona de contacto entre las placas Euroasiática y Africana, hace que los movimientos sean continuos. A esto se añade su historia sísmica, ya que ha sufrido varios terremotos destructores.
En el Sur-Este peninsular, existe un gran arco imaginario donde la actividad sísmica es más probable. Se trata de una banda que comenzaría en Gibraltar y pasaría por Sevilla, Cádiz, Málaga, Granada, Almería, Murcia y Alicante. Los antecedentes históricos de esta franja y su localización le otorgan una especial \’sensibilidad\’ a los seísmos. Además, Andalucía está influida por los efectos de los terremotos que se producen en el Cabo de San Vicente, como el de la pasada madrugada, localizado en esta zona, a 240 kilómetros de Ayamonte (Huelva).
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Expertos andaluces participan en una red nacional para estudiar la distribución de terremotos en la Península
Expertos andaluces participan en una red nacional para estudiar la distribución de terremotos en la Península
Un grupo de investigadores andaluces de las universidades de Granada, Granada, Jaén, Cádiz y Pablo de Olavide, junto con el Real Observatorio de la Armada, se encuentran desarrollando un proyecto nacional, compuesto por 140 científicos, con el objetivo de estudiar la distribución de los terremotos en la Península Ibérica.
En una nota, Andalucía Innova explicó que el terremoto de 5,3 grados de magnitud en la escala abierta de Richter producido hoy y que se sintió en Huelva y Sevilla ya ha sido registrado por las estaciones sísmicas integradas en el proyecto \’Topo-Iberia\’. Así, indicó que se trata de una investigación nacional con el objetivo de obtener información sobre movimientos de la superficie terrestre y la distribución de la sismicidad en la Península Ibérica y el Norte de Marruecos.
Para ello, este proyecto del programa \’Consolider\’ del Ministerio de Ciencia e Innovación, se ocupará del despliegue y funcionamiento de la red sísmica y de GPS en Andalucía, así como de la adquisición de datos geológicos de diverso tipo, que permitan evaluar la actividad tectónica más reciente y la actual en la Cordillera Bética y su entorno, como en el caso del terremoto de la pasada madrugada.
En concreto, las estaciones sísmicas estudiarán qué ocurre en la corteza terrestre a nivel profundo, mientras que los GPS miden movimientos superficiales. El proyecto distribuyó cuarenta estaciones sísmicas por todo el territorio español, que se irán desplazando de Sur a Norte.
Además, los investigadores han buscado 26 ubicaciones permanentes para estaciones de GPS, con las que se persigue analizar el movimiento de la superficie terrestre, es decir, la elevación, o en su caso, el hundimiento y movimiento lateral, que puedan sufrir los puntos del terreno seleccionados. «Este desplazamiento es previsiblemente lento, del orden de un milímetro o menos por año, con lo que los efectos se observarán sólo a largo plazo», añadió.
El proyecto contempla 26 estaciones permanentes de este tipo, de las cuales nueve se ubican en Andalucía. Así, en Granada, se ha instalado una en Sierra Nevada y otra en la Sierra de Los Guájares, cerca de la costa.
En este contexto, el equipo de Geodesia está integrado por investigadores de la Universidad de Jaén y del Real Observatorio de la Armada de San Fernando, que se encargan de controlar la red de GPS. Por su parte, los investigadores de las universidades de Granada, Pablo de Olavide y Cádiz se ocupan de la adquisición de todo tipo de datos geológicos, de la realización de los perfiles magneto-telúricos y todo lo relativo a sismicidad (despliegue de estaciones sísmicas y adquisición de datos).
De este modo, se han diferenciado tres zonas de actuación: el sistema Piranaico-Cantábrico al norte, el área central y el sistema bético-rifeño al sur, que es el objeto de estudio de los investigadores andaluces. «Constituye el sector más activo de España, como muestra su sismicidad, tanto en el número de terremotos como en la magnitud de éstos», explicó el responsable del proyecto en la Universidad de Granada, Antonio Azor.
«Es importante saber a qué velocidad están ocurriendo estos cambios, ya que eso nos da una idea del proceso de transformación geológica que está sufriendo la Península», matizó el investigador.
Los datos recogidos durante los cinco años que durará el proyecto quedarán almacenados en una base de datos, lo que supondrá una fuente esencial para conocer mejor el comportamiento sísmico, reológico y geológico de la corteza en el Sur de la Península.
Hasta ahora, los investigadores han demostrado que los terremotos en la Cordillera Bética ocurren de forma continua y son de pequeña magnitud, aunque «es difícil localizar las fallas que los producen». Asimismo, explicó que Andalucía cuenta con unas peculiaridades que la convierten un área «sensible» a los terremotos.
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Investigadores españoles identifican una molécula para detectar trastornos de ambigüedad sexual
Investigadores españoles identifican una molécula para detectar trastornos de ambigüedad sexual
Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada ha identificado una molécula para detectar trastornos de ambigüedad sexual, tras estudiar la influencia de los microARN (o miRNA), unas pequeñas moléculas con importantes funciones en el organismo durante el desarrollo de los gónadas.
En una nota, Andalucía Innova explicó que la ambigüedad sexual genital, que dificulta distinguir si los genitales de un niño son masculinos o femeninos y la reversión sexual (hombres XX y mujeres XY), son trastornos «más habituales de lo que parece entre seres humanos y dependen del desarrollo de las gónadas» (testículos u ovarios), que son los órganos que determinan el sexo de un individuo.
El estudio, calificado de excelencia por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía e incentivado con 201.636 euros, se podría aplicar para la detección precoz de este tipo de problemas y para la realización de terapia génica en el futuro.
Tras varios años de estudio, los científicos han identificado el primer miRNA implicado en el control de un gen del desarrollo testicular, el gen SOX9. Este miRNA, denominado mir-124, cuya implicación en el control del desarrollo del sistema nervioso también se ha demostrado recientemente, tiene una influencia «determinante» en el desarrollo sexual de los mamíferos, según el director del proyecto, Rafael Jiménez.
El grupo está estudiando su funcionamiento y efectos en ratones en un proceso consistente en introducir una molécula «extraña» en gónadas embrionarias de ratones macho y hembra, que al unirse a mir-124 lo inactivan. Así, comprobaron que cuando mir-124 deja de controlar a SOX9, «éste se manifiesta en células en las que no debería hacerlo, lo que provocaría, en este caso, el desarrollo testicular en hembras».
En este sentido, el director del proyecto explicó que la función de los miRNA es silenciar la expresión de los genes que controlan, impidiendo que fabriquen sus respectivas proteínas. Por ello, al eliminar el efecto de mir-124 en las células de hembra antes del desarrollo ovárico, «se permite que el gen SOX9 sí fabrique la sustancia responsable del desarrollo testicular».
De este modo, el codirector del proyecto, Miguel Burgos, apuntó que esta puede ser la justificación de por qué en algunos casos se producen «desajustes en la determinación del sexo de los mamíferos y en un futuro, no muy lejano, posibilitar que a través de la activación o desactivación del miRNA adecuado, se consiga evitar que se produzca este trastorno».
Según Jiménez, en cuanto a determinación sexual, los avances han sido «bastante» lentos desde 1990, cuando se identificó el gen controlador maestro SRY, localizado en el cromosoma Y, que portan los hombres y que es responsable del desarrollo masculino.
«La investigación posterior, que en principio se presuponía iba a ser rápida, ha experimentado, sin embargo, avances no tan significativos», añadió el investigador, que mencionó que es «posible que el desconocimiento de la existencia e importancia de los microARN haya sido la causa de la dilación en este campo».
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La Universidad de Granada colabora en un proyecto tecnológico para prevenir el efecto de los terremotos en las construcciones
La Universidad de Granada colabora en un proyecto tecnológico para prevenir el efecto de los terremotos en las construcciones
El innovador sistema, desarrollado por un profesor de la UGR, se probará en los futuros proyectos de la constructora HELIOPOL
La Universidad de Granada y la constructora andaluza HELIOPOL, perteneciente al Grupo RUSVEL, han firmado un convenio de colaboración tecnológica para la investigación y desarrollo de un sistema para disipar la energía sísmica en las construcciones.
Este proyecto tecnológico ha sido diseñado por Amadeo Benavent, profesor adscrito al Departamento de Mecánica de Estructuras e Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Granada y se basa en la aplicación a la industria de la construcción de dos patentes sobre disipadores de energía sísmica.
De este modo, la constructora HELIOPOL, especializada en obras públicas, gracias a esta colaboración tecnológica con la Universidad, podrá explotar este sistema en las obras que desarrolle a partir de ahora.
Tras la firma del convenio, la vicerrectora de Política Científica e Investigación de la UGR, M ª Dolores Suárez Ortega, destacó que con este acuerdo «se concreta una nueva línea de promoción de los resultados de investigación generados en el seno de la Universidad de Granada, a través de la cual las empresas podrán invertir en el desarrollo, mejoras y validaciones de resultados de investigación y a cambio éstas recibirán un porcentaje cuando esos resultados sean transferidos y puestos en el mercado por otras empresas baja licencia suscrita con la UGR».
Otros edificios
Por su parte, el presidente de RUSVEL, Miguel Rus, explicó que con el proyecto de disipadores de energía en el que la Universidad de Granada está trabajando, «se aspira a que las nuevas edificaciones, especialmente las de Granada, ciertamente expuestas a movimientos sísmicos, no se vean afectadas por estos fenómenos». Rus destacó que, con el tiempo, probablemente también se den las condiciones para aplicar el proyecto a edificios y otras estructuras ya construidas.
Para Rus, «la construcción no es sólo ladrillo y hormigón. Es también investigación y progreso». En este sentido, ha destacado que «la apuesta por la innovación es el camino adecuado para crear el nuevo modelo del sector de la construcción que demanda Andalucía y, en general, las sociedades avanzadas».
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Expertos de la UGR identifican una molécula para detectar trastornos de ambigüedad sexual
Expertos de la UGR identifican una molécula para detectar trastornos de ambigüedad sexual
La ambigüedad sexual genital, que dificulta distinguir si los genitales de un niño son masculinos o femeninos y la reversión sexual (hombres XX y mujeres XY), son trastornos más habituales de lo que parece entre seres humanos y dependen del desarrollo de las gónadas (testículos u ovarios), que son los órganos que determinan el sexo de un individuo.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada estudia la influencia de los microARN (o miRNA), unas pequeñas moléculas con importantes funciones en el organismo durante el desarrollo de los gónadas. El estudio, calificado de excelencia por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía, e incentivado con 201.636 euros, se podría aplicar para la detección precoz de este tipo de problemas y para la realización de terapia génica en el futuro.
No ha pasado ni una década desde que se comenzó a estudiar la incidencia de los miRNA en la actividad celular del ser humano y, en este tiempo, explica el director del proyecto, Rafael Jiménez, se ha comprobado que se trata de elementos muy poderosos en el control de las proteínas que fabrica cada célula. En este sentido, se apuntaba entonces que eran moléculas que regulan la expresión de cientos de genes, de ahí la decisión de estudiar hasta qué punto están implicados en el control de la determinación del sexo en los mamíferos.
Tras varios años de estudio, los científicos han identificado el primer miRNA implicado en el control de un gen del desarrollo testicular, el gen SOX9. Este miRNA, denominado mir-124, cuya implicación en el control del desarrollo del sistema nervioso también se ha demostrado recientemente, tiene una influencia determinante en el desarrollo sexual de los mamíferos. El grupo de Jiménez esta estudiando su funcionamiento y efectos en ratones. El proceso consiste en introducir una molécula \’extraña\’ en gónadas embrionarias de ratones macho y hembra, que al unirse a mir-124 lo inactivan. Así, comprobaron que cuando mir-124 deja de controlar a SOX9, éste se manifiesta en células en las que no debería hacerlo. Esto provocaría, en este caso, el desarrollo testicular en hembras.
En este sentido, el director del proyecto explica que la función de los miRNAs es silenciar la expresión de los genes que controlan, impidiendo que fabriquen sus respectivas proteínas. Por ello, al eliminar el efecto de mir-124 en las células de hembra antes del desarrollo ovárico, se permite que el gen SOX9 sí fabrique la sustancia responsable del desarrollo testicular. Ésta, explica Miguel Burgos, codirector del proyecto, podría ser la explicación de por qué en algunos casos se producen desajustes en la determinación del sexo de los mamíferos y en un futuro, no muy lejano, posibilitar que a través de la activación o desactivación del miRNA adecuado, se consiga evitar que se produzca este trastorno.
Según explica el doctor Jiménez, los avances, en lo que a determinación sexual se refiere, han sido bastante lentos desde 1990, cuando se identificó el gen controlador maestro SRY, localizado en el cromosoma Y, que sólo portan los hombres, y que es responsable del desarrollo masculino. La investigación posterior, que en principio se presuponía iba a ser rápida, ha experimentado, sin embargo, avances no tan significativos. Es posible que el desconocimiento de la existencia e importancia de los microARN haya sido la causa de la dilación en este campo. Así estas moléculas, que afectan a distintos genes e intervienen en números procesos del desarrollo vital, suponen un campo de estudio amplio y, según los investigadores, con muchas posibilidades.
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El terremoto sentido en Andalucía permitirá a los investigadores mejorar el conocimiento de la sismicidad de la región
El terremoto sentido en Andalucía permitirá a los investigadores mejorar el conocimiento de la sismicidad de la región
El terremoto de esta madrugada con epicentro en el Cabo de San Vicente ha sido registrado por las estaciones sísmicas integradas en el proyecto TOPO-IBERIA, una investigación que persigue obtener información sobre movimientos de la superficie terrestre y la distribución de la sismicidad en la Península Ibérica y el Norte de Marruecos.
Para ello, este proyecto, en el que participan las universidades de Granada, Jaén, Cádiz y Pablo de Olavide y que está incluido dentro del programa Consolider del Ministerio de Ciencia e Innovación, se ocupa del despliegue y funcionamiento de la red sísmica y de GPS (Global Positioning System) en Andalucía, así como de la adquisición de datos geológicos de diverso tipo, que permitan evaluar la actividad tectónica más reciente y la actual en la Cordillera Bética y su entorno, como en el caso del terremoto de la pasada madrugada.
En concreto, las estaciones sísmicas estudian qué ocurre en la corteza terrestre a nivel profundo, mientras que los GPS miden movimientos superficiales. El proyecto ha distribuido cuarenta estaciones sísmicas por todo el territorio español, que se irán desplazando de Sur a Norte. Además, los investigadores han buscado 26 ubicaciones permanentes para estaciones de GPS, informó la Universidad de Granada en una nota.
Con estas últimas, se persigue analizar el movimiento de la superficie terrestre, es decir, la elevación o, en su caso, el hundimiento y/o movimiento lateral que puedan sufrir los puntos del terreno seleccionados. Este desplazamiento es previsiblemente lento, del orden de un milímetro o menos por año, con lo que los efectos se observarán sólo a largo plazo. El proyecto contempla 26 estaciones permanentes de este tipo, de las cuales 9 se ubican en Andalucía. En Granada, se ha instalado una en Sierra Nevada y otra en la Sierra de Los Guájares, cerca de la costa.
PARTICIPACIÓN ANDALUZA
Cada grupo andaluz tiene su cometido dentro del proyecto. Así, el equipo de Geodesia está integrado por investigadores de la Universidad de Jaén y del Real Observatorio de la Armada de San Fernando, que se encargan de controlar la red de GPS. Por su parte, los investigadores de las universidades de Granada, Pablo de Olavide y Cádiz se ocupan de la adquisición de todo tipo de datos geológicos, de la realización de los perfiles magneto-telúricos y todo lo relativo a sismicidad (despliegue de estaciones sísmicas y adquisición de datos).
El equipo andaluz se integra entre los 140 científicos de diversas universidades y centros de investigación de toda España, que trabajan en establecer un marco científico-tecnológico en el que desarrollar de manera integrada estudios multidisciplinares en el \’micro-continente\’ que constituye la Península Ibérica y sus márgenes. Esta zona puede considerarse como un laboratorio natural idóneo para comprender la interacción entre procesos geológicos profundos y superficiales. De ahí que el proyecto integre investigaciones en geología, geofísica y geodesia.
Dada la diversidad geológica de la Península Ibérica, se han diferenciado tres zonas de actuación: el sistema Pirenaico-Cantábrico al norte, el área central y el sistema bético-rifeño al sur. Precisamente esta última franja es el objeto de estudio de los investigadores andaluces. «Constituye el sector más activo de España, como muestra su sismicidad, tanto en el número de terremotos como en la magnitud de éstos», explica el responsable del proyecto en la Universidad de Granada, Antonio Azor.
En un territorio con tanta actividad como Andalucía y el Norte de Marruecos, los científicos se afanan en cuantificar los procesos geológicos activos, tanto los perceptibles por todos –terremotos o deslizamientos–, como los que requieren de una mirada más experta, como el encajamiento de los ríos o el levantamiento del relieve. «Es importante saber a qué velocidad están ocurriendo estos cambios, ya que eso nos da una idea del proceso de transformación geológica que está sufriendo la Península», matiza el investigador del departamento de Geodinámica.
MEJORAR EL CONOCIMIENTO DE LA SISMICIDAD
Los datos recogidos durante los cinco años que durará el proyecto quedarán almacenados en una base de datos, lo que supondrá una fuente esencial para conocer mejor el comportamiento sísmico, reológico y geológico de la corteza en el Sur de la Península.
Hasta ahora, los investigadores han demostrado que los terremotos en la Cordillera Bética ocurren de forma continua y son de pequeña magnitud, pero es difícil localizar las fallas que los producen. Por ello, la ingente cantidad de información recogida por las estaciones sísmicas permitirá conocer mejor la distribución de la sismicidad, lo que puede ayudar en combinación con las características geotécnicas del terreno a planificar las grandes obras públicas.
«Ahora tenemos errores importantes en el cálculo de las profundidades a que ocurren los terremotos», reconoce Azor. Si se llegan a conocer con más certeza las fuentes de los terremotos, es decir, las fallas que los producen, y se investiga el nivel de amplificación de las ondas sísmicas en cada tipo de material, será más fácil construir edificaciones más seguras y adecuadas a las características de cada zona.
ANDALUCÍA SÍSMICA
Andalucía cuenta con unas peculiaridades que la convierten en un área sensible a los terremotos. Por un lado, su localización geodinámica en la zona de contacto entre las placas Euroasiática y Africana, hace que los movimientos sean continuos. A esto se añade su historia sísmica, ya que ha sufrido varios terremotos destructores.
En el Sur-Este peninsular, existe un gran arco imaginario donde la actividad sísmica es más probable. Se trata de una banda que comenzaría en Gibraltar y pasaría por Sevilla, Cádiz, Málaga, Granada, Almería, Murcia y Alicante. Los antecedentes históricos de esta franja y su localización le otorgan una especial \’sensibilidad\’ a los seísmos. Además, Andalucía está influida por los efectos de los terremotos que se producen en el Cabo de San Vicente, como el de la pasada madrugada, localizado en esta zona, a 240 kilómetros de Ayamonte (Huelva).
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El terremoto sentido en Andalucía permitirá a los investigadores mejorar el conocimiento de la sismicidad de la región
El terremoto sentido en Andalucía permitirá a los investigadores mejorar el conocimiento de la sismicidad de la región
Para ello, este proyecto, en el que participan las universidades de Granada, Jaén, Cádiz y Pablo de Olavide y que está incluido dentro del programa Consolider del Ministerio de Ciencia e Innovación, se ocupa del despliegue y funcionamiento de la red sísmica y de GPS (Global Positioning System) en Andalucía, así como de la adquisición de datos geológicos de diverso tipo, que permitan evaluar la actividad tectónica más reciente y la actual en la Cordillera Bética y su entorno, como en el caso del terremoto de la pasada madrugada.
En concreto, las estaciones sísmicas estudian qué ocurre en la corteza terrestre a nivel profundo, mientras que los GPS miden movimientos superficiales. El proyecto ha distribuido cuarenta estaciones sísmicas por todo el territorio español, que se irán desplazando de Sur a Norte. Además, los investigadores han buscado 26 ubicaciones permanentes para estaciones de GPS, informó la Universidad de Granada en una nota.
Con estas últimas, se persigue analizar el movimiento de la superficie terrestre, es decir, la elevación o, en su caso, el hundimiento y/o movimiento lateral que puedan sufrir los puntos del terreno seleccionados. Este desplazamiento es previsiblemente lento, del orden de un milímetro o menos por año, con lo que los efectos se observarán sólo a largo plazo. El proyecto contempla 26 estaciones permanentes de este tipo, de las cuales 9 se ubican en Andalucía. En Granada, se ha instalado una en Sierra Nevada y otra en la Sierra de Los Guájares, cerca de la costa.
Participación andaluza
Cada grupo andaluz tiene su cometido dentro del proyecto. Así, el equipo de Geodesia está integrado por investigadores de la Universidad de Jaén y del Real Observatorio de la Armada de San Fernando, que se encargan de controlar la red de GPS. Por su parte, los investigadores de las universidades de Granada, Pablo de Olavide y Cádiz se ocupan de la adquisición de todo tipo de datos geológicos, de la realización de los perfiles magneto-telúricos y todo lo relativo a sismicidad (despliegue de estaciones sísmicas y adquisición de datos).
El equipo andaluz se integra entre los 140 científicos de diversas universidades y centros de investigación de toda España, que trabajan en establecer un marco científico-tecnológico en el que desarrollar de manera integrada estudios multidisciplinares en el \’micro-continente\’ que constituye la Península Ibérica y sus márgenes. Esta zona puede considerarse como un laboratorio natural idóneo para comprender la interacción entre procesos geológicos profundos y superficiales. De ahí que el proyecto integre investigaciones en geología, geofísica y geodesia.
Dada la diversidad geológica de la Península Ibérica, se han diferenciado tres zonas de actuación: el sistema Pirenaico-Cantábrico al norte, el área central y el sistema bético-rifeño al sur. Precisamente esta última franja es el objeto de estudio de los investigadores andaluces. «Constituye el sector más activo de España, como muestra su sismicidad, tanto en el número de terremotos como en la magnitud de éstos», explica el responsable del proyecto en la Universidad de Granada, Antonio Azor.
En un territorio con tanta actividad como Andalucía y el Norte de Marruecos, los científicos se afanan en cuantificar los procesos geológicos activos, tanto los perceptibles por todos —terremotos o deslizamientos—, como los que requieren de una mirada más experta, como el encajamiento de los ríos o el levantamiento del relieve. «Es importante saber a qué velocidad están ocurriendo estos cambios, ya que eso nos da una idea del proceso de transformación geológica que está sufriendo la Península», matiza el investigador del departamento de Geodinámica.
Mejorar el conocimiento de la sismicidad
Los datos recogidos durante los cinco años que durará el proyecto quedarán almacenados en una base de datos, lo que supondrá una fuente esencial para conocer mejor el comportamiento sísmico, reológico y geológico de la corteza en el Sur de la Península.
Hasta ahora, los investigadores han demostrado que los terremotos en la Cordillera Bética ocurren de forma continua y son de pequeña magnitud, pero es difícil localizar las fallas que los producen. Por ello, la ingente cantidad de información recogida por las estaciones sísmicas permitirá conocer mejor la distribución de la sismicidad, lo que puede ayudar en combinación con las características geotécnicas del terreno a planificar las grandes obras públicas.
«Ahora tenemos errores importantes en el cálculo de las profundidades a que ocurren los terremotos», reconoce Azor. Si se llegan a conocer con más certeza las fuentes de los terremotos, es decir, las fallas que los producen, y se investiga el nivel de amplificación de las ondas sísmicas en cada tipo de material, será más fácil construir edificaciones más seguras y adecuadas a las características de cada zona.
Andalucía sísmica
Andalucía cuenta con unas peculiaridades que la convierten en un área sensible a los terremotos. Por un lado, su localización geodinámica en la zona de contacto entre las placas Euroasiática y Africana, hace que los movimientos sean continuos. A esto se añade su historia sísmica, ya que ha sufrido varios terremotos destructores.
En el Sur-Este peninsular, existe un gran arco imaginario donde la actividad sísmica es más probable. Se trata de una banda que comenzaría en Gibraltar y pasaría por Sevilla, Cádiz, Málaga, Granada, Almería, Murcia y Alicante. Los antecedentes históricos de esta franja y su localización le otorgan una especial \’sensibilidad\’ a los seísmos. Además, Andalucía está influida por los efectos de los terremotos que se producen en el Cabo de San Vicente, como el de la pasada madrugada, localizado en esta zona, a 240 kilómetros de Ayamonte (Huelva).
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El terremoto sentido en Andalucía permitirá a los investigadores mejorar el conocimiento de la sismicidad de la región
El terremoto sentido en Andalucía permitirá a los investigadores mejorar el conocimiento de la sismicidad de la región
El terremoto de esta madrugada con epicentro en el Cabo de San Vicente ha sido registrado por las estaciones sísmicas integradas en el proyecto TOPO-IBERIA, una investigación que persigue obtener información sobre movimientos de la superficie terrestre y la distribución de la sismicidad en la Península Ibérica y el Norte de Marruecos.
Para ello, este proyecto, en el que participan las universidades de Granada, Jaén, Cádiz y Pablo de Olavide y que está incluido dentro del programa Consolider del Ministerio de Ciencia e Innovación, se ocupa del despliegue y funcionamiento de la red sísmica y de GPS (Global Positioning System) en Andalucía, así como de la adquisición de datos geológicos de diverso tipo, que permitan evaluar la actividad tectónica más reciente y la actual en la Cordillera Bética y su entorno, como en el caso del terremoto de la pasada madrugada.
En concreto, las estaciones sísmicas estudian qué ocurre en la corteza terrestre a nivel profundo, mientras que los GPS miden movimientos superficiales. El proyecto ha distribuido cuarenta estaciones sísmicas por todo el territorio español, que se irán desplazando de Sur a Norte. Además, los investigadores han buscado 26 ubicaciones permanentes para estaciones de GPS, informó la Universidad de Granada en una nota.
Con estas últimas, se persigue analizar el movimiento de la superficie terrestre, es decir, la elevación o, en su caso, el hundimiento y/o movimiento lateral que puedan sufrir los puntos del terreno seleccionados. Este desplazamiento es previsiblemente lento, del orden de un milímetro o menos por año, con lo que los efectos se observarán sólo a largo plazo. El proyecto contempla 26 estaciones permanentes de este tipo, de las cuales 9 se ubican en Andalucía. En Granada, se ha instalado una en Sierra Nevada y otra en la Sierra de Los Guájares, cerca de la costa.
PARTICIPACIÓN ANDALUZA
Cada grupo andaluz tiene su cometido dentro del proyecto. Así, el equipo de Geodesia está integrado por investigadores de la Universidad de Jaén y del Real Observatorio de la Armada de San Fernando, que se encargan de controlar la red de GPS. Por su parte, los investigadores de las universidades de Granada, Pablo de Olavide y Cádiz se ocupan de la adquisición de todo tipo de datos geológicos, de la realización de los perfiles magneto-telúricos y todo lo relativo a sismicidad (despliegue de estaciones sísmicas y adquisición de datos).
El equipo andaluz se integra entre los 140 científicos de diversas universidades y centros de investigación de toda España, que trabajan en establecer un marco científico-tecnológico en el que desarrollar de manera integrada estudios multidisciplinares en el \’micro-continente\’ que constituye la Península Ibérica y sus márgenes. Esta zona puede considerarse como un laboratorio natural idóneo para comprender la interacción entre procesos geológicos profundos y superficiales. De ahí que el proyecto integre investigaciones en geología, geofísica y geodesia.
Dada la diversidad geológica de la Península Ibérica, se han diferenciado tres zonas de actuación: el sistema Pirenaico-Cantábrico al norte, el área central y el sistema bético-rifeño al sur. Precisamente esta última franja es el objeto de estudio de los investigadores andaluces. «Constituye el sector más activo de España, como muestra su sismicidad, tanto en el número de terremotos como en la magnitud de éstos», explica el responsable del proyecto en la Universidad de Granada, Antonio Azor.
En un territorio con tanta actividad como Andalucía y el Norte de Marruecos, los científicos se afanan en cuantificar los procesos geológicos activos, tanto los perceptibles por todos –terremotos o deslizamientos–, como los que requieren de una mirada más experta, como el encajamiento de los ríos o el levantamiento del relieve. «Es importante saber a qué velocidad están ocurriendo estos cambios, ya que eso nos da una idea del proceso de transformación geológica que está sufriendo la Península», matiza el investigador del departamento de Geodinámica.
MEJORAR EL CONOCIMIENTO DE LA SISMICIDAD
Los datos recogidos durante los cinco años que durará el proyecto quedarán almacenados en una base de datos, lo que supondrá una fuente esencial para conocer mejor el comportamiento sísmico, reológico y geológico de la corteza en el Sur de la Península.
Hasta ahora, los investigadores han demostrado que los terremotos en la Cordillera Bética ocurren de forma continua y son de pequeña magnitud, pero es difícil localizar las fallas que los producen. Por ello, la ingente cantidad de información recogida por las estaciones sísmicas permitirá conocer mejor la distribución de la sismicidad, lo que puede ayudar en combinación con las características geotécnicas del terreno a planificar las grandes obras públicas.
«Ahora tenemos errores importantes en el cálculo de las profundidades a que ocurren los terremotos», reconoce Azor. Si se llegan a conocer con más certeza las fuentes de los terremotos, es decir, las fallas que los producen, y se investiga el nivel de amplificación de las ondas sísmicas en cada tipo de material, será más fácil construir edificaciones más seguras y adecuadas a las características de cada zona.
ANDALUCÍA SÍSMICA
Andalucía cuenta con unas peculiaridades que la convierten en un área sensible a los terremotos. Por un lado, su localización geodinámica en la zona de contacto entre las placas Euroasiática y Africana, hace que los movimientos sean continuos. A esto se añade su historia sísmica, ya que ha sufrido varios terremotos destructores.
En el Sur-Este peninsular, existe un gran arco imaginario donde la actividad sísmica es más probable. Se trata de una banda que comenzaría en Gibraltar y pasaría por Sevilla, Cádiz, Málaga, Granada, Almería, Murcia y Alicante. Los antecedentes históricos de esta franja y su localización le otorgan una especial \’sensibilidad\’ a los seísmos. Además, Andalucía está influida por los efectos de los terremotos que se producen en el Cabo de San Vicente, como el de la pasada madrugada, localizado en esta zona, a 240 kilómetros de Ayamonte (Huelva).
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