Fórmulas para esquivar la crisis
El desempleo se convierte en la mayor preocupación de los alumnos de la UGR, que además confiesan «no tener ni idea» de los cambios que conllevará la llegada del Espacio Europeo
No había lugar para despistados. El mensaje era ayer claro a la entrada de los Paseíllos Universitarios, en el campus de Fuentenueva: «Bienvenidos a la Universidad de Granada». El campus granadino, que roza este curso los 60.000 estudiantes matriculados recibió a los más 10.000 jóvenes de nuevo ingreso como lo suele hacer habitualmente, a través de las Jornadas de Recepción del Estudiante organizadas por el Vicerrectorado de, valga la redundancia, Estudiantes, una convocatoria en la que la Universidad intenta enseñar lo mejor de la casa, es decir, informar de los servicios que pone a disposición de sus alumnos a través de ofertas de titulaciones, becas, servicios de alojamiento, movilidad internacional, comedores o actividades deportivas.
Quizás lo más curioso del primer día –las jornadas concluyen hoy– fue la presencia de numerosos adolescentes que ni siquiera han empezado su aventura universitaria. Aún están cursando estudios en institutos de la provincia, pero acudieron ayer a la cita para «descubrir la carrera con menos paro», como aseguró Arturo, estudiante de un instituto de Granada capital.
Salidas profesionales. El rector de la UGR, Francisco Sánchez Lodeiro, inauguró oficialmente durante la mañana de ayer unas jornadas en las que quedó claro cuál es en estos momentos la principal preocupación de los estudiantes de la Universidad de Granada, aparte de aprobar el curso, claró está. Casi todos se mostraron inquietos ante las consecuencias que tendrá la crisis económica que se arrastra desde hace más de un año y el futuro que les espera con unas cifras de desempleo que no paran de crecer en la provincia. «¿Qué carrera tiene más salidas profesionales?», preguntaban muchos en los puestos instalados por cada facultad. Incluso la jornada, nublada tras meses de sol radiante, pareció acompañar al pesimismo generalizado entre los jóvenes.
«No creo que tenga problemas con las notas, porque soy buen estudiante, pero a mí lo que me interesa es saber el tipo de ayudas económicas que me puede proporcionar la UGR, porque la situación de mi familia es regular y no sé si podré costearme la carrera el próximo año», comentaba Enrique, que ha comenzado este año Derecho. Su novia, Carmen, aún está en el instituto, pero tenía claro que «sin beca será difícil que estudie en la Universidad».
Lo cierto es que ayer tenían sitios de sobra para recibir información y salir de dudas. Las Jornadas de Recepción cuentan en esta edición con 75 expositores dispuestos en seis carpas a lo largo de los Paseíllos Universitarios, en horario de mañana y tarde. Se pueden encontrar ´stands´ de vicerrectorados, servicios de la UGR de especial interés para los estudiantes, facultades y escuelas, asociaciones, ONG, instituciones públicas y entidades privadas con ofertas para estudiantes.
Incluso se pueden probar coches gracias a una iniciativa puesta en marcha por la marca Seat, aunque alguno de los monitores no estaban ayer demasiado satisfechos con la organización de las jornadas: «Los guardias nos dicen que tienen orden de cerrar los paseíllos al tráfico rodado, por lo que los jóvenes no pueden salir con los coches fuera del recinto. De momento sólo hacen un recorrido de 40 o 50 metros», comentaba uno de estos monitores.
Bolonia, un gran desconocido. La vicerrectora de Estudiantes, Inmaculada Marrero, destacó que algunos de los servicios que se ofertan en la Universidad de Granada no están disponibles en otros campus, como un menú de comedor por tan sólo tres euros; o el hecho de que la UGR es la que maneja el «mayor presupuesto» en proyectos para desarrollar por las asociaciones de estudiantes, mientras que en deportes hay «una oferta muy extensa».
A los muchos jóvenes que curioseaban ayer entre los puestos y acumulaban folletos informativos –fuentes universitarias calcularon unos 5.000 visitantes durante la jornada de ayer y prevén un total de 20.000 asistentes al final del ciclo– les parecía bien toda esta información sobre las ventajas que se encontrarán durante su estancia en la UGR, pero la amplía mayoría desconocía lo que se avecina en apenas un año: el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), el nuevo plan de estudios universitarios que cambiará la configuración de todas las carreras de la UGR y que se empezará a aplicar en el curso 2010-2011.
«¿Es verdad que las carreras van a durar cuatro años sólo? De momento sólo sabemos que hay muchas protestas y que los estudios van a ser más caros con el EEES», aseguraba un grupo de jóvenes apostado frente al ´stand´ de Ciencias de la Educación, la carrera que desean estudiar cuando acaben el Bachillerato. «Últimamente salen muchas plazas de profesores en Andalucía, por lo que esperamos tener suerte», argumentaban. El temor al desempleo, cómo no, volvía a cobrar protagonismo.
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