García Montero abre los cursos de Baeza con el «patriotismo cívico» de Machado
Para celebrar el trigésimo aniversario de «el regreso de la vida universitaria a Baeza», la Sede Antonio Machado de la UNIA miró hacia sí, hacia su razón de ser. y eligió para ello a dos poetas, uno de quien tomó el nombre y el sentido y otro para que entresacara sus «lecciones», esa «estirpe machadiana» que va más allá de la creación poética, de la estética, y entronca con el compromiso social e histórico, que hace necesario estudiar al hombre, y formarlo, ya que «la libertad de expresión no es sólo decir lo que pensamos sino también pensar lo que decimos».
Así lo subrayó el catedrático de Literatura Española de la Universidad de Granada, Luis García Montero, vinculado a Baeza «de muchas maneras» y que en la inauguración de los cursos de verano ofreció sus \’Lecciones de Antonio Machado\’, entre ellas ese «patriotismo cívico», ese compromiso social: «La vida es una conversación y nos reconocemos como seres sociales. No hay verdades al margen de la historia», dijo.
García Montero arrancó con \’Retratos\’: «Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. /A mi trabajo acudo, con mi dinero pago /el traje que me cubre y la mansión que habitó, /el pan que me alimenta y el lecho en donde yago/», que según apuntó encierra el orgullo cívico, la austeridad moral y cómo con el trabajo creía Machado que era posible mejorar España.
El poeta granadino habló sin tapujos y pensando lo que iba a decir. Dejó caer, no sin malicia, que pertenece a una tradición que se paga los trajes y que después de cumplir los cincuenta ha conseguido que la amistad sea la única autoridad que mande en su vida. Y recordó la emoción que le produjo el viaje que en febrero hizo a Collioure con su amigo, el poeta Ángel González – acaba de publicar su biografía novelada \’Mañana no será lo que dios quiera\’ -, «un niño republicano» que, como «derrotado», se refugió en la obra de Juan Ramón Jiménez, primero, y en la Antonio Machado, después, y que dedicó su vida a recuperar el patriotismo cívico que les fue arrebatado.
Republicano como Machado, recalcó García Montero, «lo más parecido a un poeta nacional» en cuanto a que hay expresiones y estrofas machadianas de uso cotidianos, en el lenguaje popular, en canciones y hasta en discursos de autoridades, «aunque a veces puedan pasar desapercibidas sus palabras familiares».
O malinterpretado, como cuando hablaba de las dos españas o critica la política, cuando en realidad Machado criticaba la política oficial de la Restauración, «la de caciques y curas, liberales y conservadores, las dos caras de la misma moneda», dijo el poeta granadino.
García Montero mencionó el «alma en borrador siempre» de Mairena, leyó a Bécquer, aludió a Lorca y sobre todo defendió la vigencia de las «lecciones cívicas» de Machado, su apuesta por la transformación histórica desde otra sentimentalidad, desde otra educación. Fue la primera lección de los cursos de verano de 2009 de la Sede Antonio Machado de Baeza, que cumplen treinta años.
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