Vecinos del Albaicín atribuyen pintadas a un profesor de la Universidad
El colectivo vecinal asegura que se trata de un docente que reside en el barrio y que actúa de madrugada aprovechando la nocturnidad
Los vecinos del Bajo Albaicín aseguran haber desenmascarado al autor de unas pintadas que se vienen repitiendo desde hace cuatro años en el barrio. El colectivo vecinal está «desesperado y harto» de encontrarse cada mañana dibujos obscenos o advertencias sobre los efectos perniciosos del tabaco y otras drogas que luego tienen que limpiar. Es tal el grado de indignación que en la última junta directiva de la Asociación de Vecinos del Bajo Albaicín, celebrada el pasado martes, decidieron pararle los pies.
Lo sorprendente del caso es que la asociación atribuye a un conocido profesor de la Universidad de Granada, residente en el Albaicín –también poeta relativamente conocido que acostumbra a firmar con seudónimo– la autoría de unos grafitis, de cuyo trazo este diario pudo dar cuenta en al menos una treintena de calles y placetas.
Después de años de incordio, uno de los vecinos asegura haberle pillado ´in fraganti´ descubriendo su modus operandi. Resulta que el autor aprovecha la impunidad que ofrece la noche –cuatro o cinco de la madrugada– para salir acompañado de su perro y los utensilios necesarios para dejar su huella: pincel, bol y pinturas de colores. Las mismas pintadas que los propios vecinos eliminan de sus fachadas por la mañana aparecen repintadas al día siguiente.
Penes enormes acompañados de mensajes como ´poya brutal´, ´ponte a tiro´ o ´Fuente vital´, junto a otras pintadas de mal gusto como ´el coño empringa´ o ´xúpamela mazo´, deslucen las fachadas junto a otras donde se alerta de los riesgos sobre la salud del tabaco y la cocaína.
La más extendida, y de la que apenas se libra una esquina del Albaicín, es la de ´fumar mata´, una pintada en forma de cruz aprovechando la ´m´ del verbo inicial. Cualquier transeúnte que recorra las calles del barrio morisco podrá verla en distintas versiones: con un simple trazo negro, sobre fondo negro o blanco; en paredes o en puertas. Dicha sentencia tiene su origen en los recortes de los mensajes de advertencia de las cajetillas de tabaco que el citado individuo estampaba con cola en las fachadas de las casas o en los mármoles utilizados para enumerar la casa. El propio presidente de la asociación del Bajo Albaicín, Manuel Navarro, sufrió hace tiempo la molestia de tener que arrancar con una espátula el cartón de la cajetilla de tabaco de la puerta de su casa.
Otra de las obsesiones del autor, en consonancia con la preocupación que muestra el Ministerio de Sanidad, son los efectos del consumo de otras drogas: ´el porro apollarda´ y ´Coca: kk´.
«Nos traía locos, llevamos sufriendo a esta persona desde hace años y al principio pensábamos que era obra de jóvenes. Cuando descubrimos de quién se trataba –un profesor de la Universidad y encima vecino del Albaicín–, nos quedamos pasmaos», confiesa Navarro, quien esta misma semana se puso en contacto telefónico con las Policías Nacional y Local para denunciar los hechos. Ya con anterioridad, hace ahora dos y medio, dio cuenta también a la Delegación de Medio Ambiente.
El representante vecinal reconoce que la historia es «surrealista» pero, al igual que en otras muchas ocasiones, se ve en la necesidad de denunciar públicamente un acto más de incivismo, de los muchos que se cometen en un barrio que algunos parecen haber olvidado que es Patrimonio de la Humanidad. Algunos vecinos han optado por dejar mensajes al autor a través de la colocación de pequeñas pegatinas. Para tratar de disuadirle, uno de ellos le replica con otro mensaje donde, a modo de ruego, le pide: «profesor, para ya».
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