Demasiadas expectativas para independizarse
Las altas expectativas que los jóvenes andaluces depositan en la emancipación, especialmente los de la clase obrera, que son más reticentes a dar el paso si no es en condiciones como la de tener una vivienda en propiedad, retrasa el que tomen la decisión de independizarse de sus padres.
Así lo refleja un estudio realizado por CCOO de Andalucía y el departamento de Sociología de la Universidad de Granada, presentado hoy, que une a esa circunstancia la difícil situación del mercado laboral y de la vivienda como condicionantes para la emancipación.
El estudio está basado en metodología cualitativa cuyo trabajo de campo se realizó en 2007 entre seis grupos de discusión de otras tantas ciudades andaluzas de más de 100.000 habitantes -Algeciras (Cádiz), Jerez (Cádiz), Granada, Huelva, Málaga y Sevilla-.
Según ha explicado en rueda de prensa Joaquín Susino, profesor de Sociología de la Universidad de Granada y coautor del informe, la emancipación en España sigue siendo más tardía que en el resto de Europa por las circunstancias de la vivienda y el mercado laboral, si bien el estudio ha puesto de manifiesto que las altas expectativas que los jóvenes depositan en ella la retrasa aún más.
Esta circunstancia se da especialmente entre los jóvenes de clase trabajadora, que prefieren emanciparse con una casa propia que de alquiler, al primar entre ellos el «discurso tradicional» en España de dar prioridad a la propiedad sobre cualquier otra cosa.
Por contra, los de la clase media-alta procedentes de familias de profesionales y técnicos con estudios superiores suelen estar más abiertos a independizarse aunque sea en una vivienda de alquiler.
Esta condición puesta por algunos de los jóvenes de tener una casa en propiedad para salir del domicilio familiar evidencia, según el informe, que no están dispuestos a renunciar al estatus familiar y a la estabilidad que parece brindar la propiedad.
No obstante, el estudio demuestra una tendencia de los jóvenes en general a valorar cada vez mejor el alquiler, no sólo como la única acción posible por las dificultades de comprar una casa, sino por las ventajas que aporta -«la propiedad supone hipotecar tu vida y el alquiler no» es alguno de los argumentos que aportan en el informe-.
En líneas generales, los jóvenes conciben la emancipación no tanto como un objetivo en sí mismo sino como una consecuencia del curso vital, según Susino, que precisa que, a diferencia de otros países europeos, en muchos jóvenes el hecho de casarse es lo que conduce a la emancipación, mientras que para otros, ha reiterado, es indispensable vivir en propiedad y algunos grupos lo retrasan al considerar que supone una pérdida radical del poder adquisitivo.
El estudio también apunta a otra circunstancia que contribuye a retrasar la emancipación: el hecho de que la postergación de la estancia en la casa paterna sea facilitada por los padres, que según el testimonio de los jóvenes participantes en el informe «están encantados» y no desean la emancipación temprana de los hijos, para lo que ceden a sus deseos y les hacen la estancia más cómoda.
Además, la mayoría coincide en que se vive bien en casa de los padres porque son una generación más permisiva que la de sus abuelos y porque no es excesiva la colaboración en las labores domésticas.
En cuanto a la situación del mercado laboral y de la vivienda, los otros dos condicionantes fundamentales para retrasar la emancipación, el primero se caracteriza por las altas tasas de paro, la eventualidad y los bajos salarios, que les impiden hacer frente a al pago de una vivienda y a los derivados de un proyecto familiar.
En cuanto al mercado inmobiliario, las principales dificultades de acceso a la primera vivienda están determinadas por los altos precios, la poca diversificación de la oferta y las difíciles condiciones de los préstamos hipotecarios.
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