Los restos conservados en Poblet no son los del Príncipe de Viana

Un estudio genético de la momia conservada en el Real Monasterio de Poblet (Tarragona), atribuida a Charles de Évreux y Trastámara, conocido popularmente como Príncipe de Viana, concluye que los restos no se corresponden con este personaje histórico, que murió en 1461.

El estudio afirma, asimismo, que tampoco los despojos conservados en el monasterio de Santa María de Nieva (Segovia) son los de la madre del Príncipe, la reina Blanca I de Navarra, fallecida en 1441.

Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Granada, bajo la dirección de la historiadora Mariona Ibars, han llevado a cabo, durante los últimos 10 años, este trabajo histórico, antropológico y genético en el panteón de los reyes de la antigua Corona de Aragón, declarado Patrimonio de la Humanidad.

Los autores del estudio han realizado un estudio genético de la momia y han comparado sus datos genéticos con los de los restos atribuidos a la reina Blanca I de Navarra, madre del Príncipe, y con las de familiares como la zarina Alejandra de Rusia, el Duque de Edimburgo y Johanna de Habsburgo (capilla de los Médicis).

De manera «inesperada», el estudio concluye que ni los restos de Poblet corresponden al Príncipe ni los de Segovia a la Reina, ha explicado hoy Assumpció Malgosa, del departamento de Biología Animal, Vegetal y Ecología de la UAB.

De hecho, se trata de restos «de tres individuos diferentes», que consisten en un fragmento de la columna y dos segmentos corporales momificados.

El análisis «ha demostrado que los restos fueron manipulados para reconstruir un cuerpo a partir de fragmentos de otros, puesto que se observan marcas de cortes de sierra en la columna del segmento inferior», que podría ser femenino, ha señalado Malgosa.

El segmento superior, que conserva la cabeza con la cara destrozada, el tronco y un brazo, perteneció a un hombre de entre 35 y 40 años.

Según Miguel C. Botella, profesor del departamento de Antropología Física de la Universidad de Granada, en 1837, durante una revuelta popular que arrasó el monasterio de Poblet, los protagonistas de aquellos hechos profanaron los panteones del templo y esparcieron por el suelo los huesos.

Años después, un cura de L\’Espluga de Francolí los recogió en sacos y los llevó a la Catedral de Tarragona, donde el diplomático y escritor reusense Eduard Toda, que impulsó como presidente del Patronato de Poblet la restauración del monasterio, los estudió durante la Segunda República española.

«En esos sacos había los huesos mezclados de 110 individuos pertenecientes a la Corona de Aragón y a familias nobles, y al parecer Eduard Toda seleccionó los restos que estaban momificados y reconstruyó el cuerpo», mantiene el profesor Botella.

Para confirmar que los restos de Poblet no corresponden al Príncipe de Viana, ha sido necesario obtener el ADN de los diferentes segmentos momificados y compararlos con los cuerpos que, «sin lugar a dudas», corresponden a familiares del Príncipe, identificados en un estudio genético.

En este sentido, los estudios de la ascendencia y descendencia femenina de la reina Blanca I de Navarra han permitido seguir la transmisión del ADN mitocondrial (que se encuentra en las mitocondrias y sólo se transmite por vía materna) a lo largo de 800 años, desde el año 1200 hasta la actualidad.

Esto ha sido posible gracias a la descendencia de la reina Ana de Jagellón-Foix, tataranieta materna de Blanca I de Navarra y sobrina en cuarto grado del Príncipe.

Los datos genealógicos han permitido llegar a la identificación del ADN mitocondrial del Príncipe, que no se corresponde con el obtenido en ninguno de los segmentos momificados que se conservan en el monasterio de Poblet.

Además, el ADN tampoco corresponde con el de los restos de la reina Blanca I de Navarra, que se conservan desde el año 1994 en el monasterio segoviano de Santa María la Real de Nieva.
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Los restos conservados en Poblet no son los del Príncipe de Viana

Un estudio genético de la momia conservada en el Real Monasterio de Poblet (Tarragona), atribuida a Charles de Évreux y Trastámara, conocido popularmente como Príncipe de Viana, concluye que los restos no se corresponden con este personaje histórico, que murió en 1461.

El estudio afirma, asimismo, que tampoco los despojos conservados en el monasterio de Santa María de Nieva (Segovia) son los de la madre del Príncipe, la reina Blanca I de Navarra, fallecida en 1441.

Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Granada, bajo la dirección de la historiadora Mariona Ibars, han llevado a cabo, durante los últimos 10 años, este trabajo histórico, antropológico y genético en el panteón de los reyes de la antigua Corona de Aragón, declarado Patrimonio de la Humanidad.

Los autores del estudio han realizado un estudio genético de la momia y han comparado sus datos genéticos con los de los restos atribuidos a la reina Blanca I de Navarra, madre del Príncipe, y con las de familiares como la zarina Alejandra de Rusia, el Duque de Edimburgo y Johanna de Habsburgo (capilla de los Médicis).

De manera «inesperada», el estudio concluye que ni los restos de Poblet corresponden al Príncipe ni los de Segovia a la Reina, ha explicado hoy Assumpció Malgosa, del departamento de Biología Animal, Vegetal y Ecología de la UAB.

De hecho, se trata de restos «de tres individuos diferentes», que consisten en un fragmento de la columna y dos segmentos corporales momificados.

El análisis «ha demostrado que los restos fueron manipulados para reconstruir un cuerpo a partir de fragmentos de otros, puesto que se observan marcas de cortes de sierra en la columna del segmento inferior», que podría ser femenino, ha señalado Malgosa.

El segmento superior, que conserva la cabeza con la cara destrozada, el tronco y un brazo, perteneció a un hombre de entre 35 y 40 años.

Según Miguel C. Botella, profesor del departamento de Antropología Física de la Universidad de Granada, en 1837, durante una revuelta popular que arrasó el monasterio de Poblet, los protagonistas de aquellos hechos profanaron los panteones del templo y esparcieron por el suelo los huesos.

Años después, un cura de L\’Espluga de Francolí los recogió en sacos y los llevó a la Catedral de Tarragona, donde el diplomático y escritor reusense Eduard Toda, que impulsó como presidente del Patronato de Poblet la restauración del monasterio, los estudió durante la Segunda República española.

«En esos sacos había los huesos mezclados de 110 individuos pertenecientes a la Corona de Aragón y a familias nobles, y al parecer Eduard Toda seleccionó los restos que estaban momificados y reconstruyó el cuerpo», mantiene el profesor Botella.

Para confirmar que los restos de Poblet no corresponden al Príncipe de Viana, ha sido necesario obtener el ADN de los diferentes segmentos momificados y compararlos con los cuerpos que, «sin lugar a dudas», corresponden a familiares del Príncipe, identificados en un estudio genético.

En este sentido, los estudios de la ascendencia y descendencia femenina de la reina Blanca I de Navarra han permitido seguir la transmisión del ADN mitocondrial (que se encuentra en las mitocondrias y sólo se transmite por vía materna) a lo largo de 800 años, desde el año 1200 hasta la actualidad.

Esto ha sido posible gracias a la descendencia de la reina Ana de Jagellón-Foix, tataranieta materna de Blanca I de Navarra y sobrina en cuarto grado del Príncipe.

Los datos genealógicos han permitido llegar a la identificación del ADN mitocondrial del Príncipe, que no se corresponde con el obtenido en ninguno de los segmentos momificados que se conservan en el monasterio de Poblet.
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Los restos conservados en Poblet no son los del Príncipe de Viana

Un estudio genético de la momia conservada en el Real Monasterio de Poblet (Tarragona), atribuida a Charles de Évreux y Trastámara, conocido popularmente como Príncipe de Viana, concluye que los restos no se corresponden con este personaje histórico, que murió en 1461.

El estudio afirma, asimismo, que tampoco los despojos conservados en el monasterio de Santa María de Nieva (Segovia) son los de la madre del Príncipe, la reina Blanca I de Navarra, fallecida en 1441.

Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Granada, bajo la dirección de la historiadora Mariona Ibars, han llevado a cabo, durante los últimos 10 años, este trabajo histórico, antropológico y genético en el panteón de los reyes de la antigua Corona de Aragón, declarado Patrimonio de la Humanidad.

Los autores del estudio han realizado un estudio genético de la momia y han comparado sus datos genéticos con los de los restos atribuidos a la reina Blanca I de Navarra, madre del Príncipe, y con las de familiares como la zarina Alejandra de Rusia, el Duque de Edimburgo y Johanna de Habsburgo (capilla de los Médicis).

De manera «inesperada», el estudio concluye que ni los restos de Poblet corresponden al Príncipe ni los de Segovia a la Reina, ha explicado hoy Assumpció Malgosa, del departamento de Biología Animal, Vegetal y Ecología de la UAB.

De hecho, se trata de restos «de tres individuos diferentes», que consisten en un fragmento de la columna y dos segmentos corporales momificados.

El análisis «ha demostrado que los restos fueron manipulados para reconstruir un cuerpo a partir de fragmentos de otros, puesto que se observan marcas de cortes de sierra en la columna del segmento inferior», que podría ser femenino, ha señalado Malgosa.

El segmento superior, que conserva la cabeza con la cara destrozada, el tronco y un brazo, perteneció a un hombre de entre 35 y 40 años.

Según Miguel C. Botella, profesor del departamento de Antropología Física de la Universidad de Granada, en 1837, durante una revuelta popular que arrasó el monasterio de Poblet, los protagonistas de aquellos hechos profanaron los panteones del templo y esparcieron por el suelo los huesos.

Años después, un cura de L\’Espluga de Francolí los recogió en sacos y los llevó a la Catedral de Tarragona, donde el diplomático y escritor reusense Eduard Toda, que impulsó como presidente del Patronato de Poblet la restauración del monasterio, los estudió durante la Segunda República española.

«En esos sacos había los huesos mezclados de 110 individuos pertenecientes a la Corona de Aragón y a familias nobles, y al parecer Eduard Toda seleccionó los restos que estaban momificados y reconstruyó el cuerpo», mantiene el profesor Botella.

Para confirmar que los restos de Poblet no corresponden al Príncipe de Viana, ha sido necesario obtener el ADN de los diferentes segmentos momificados y compararlos con los cuerpos que, «sin lugar a dudas», corresponden a familiares del Príncipe, identificados en un estudio genético.

En este sentido, los estudios de la ascendencia y descendencia femenina de la reina Blanca I de Navarra han permitido seguir la transmisión del ADN mitocondrial (que se encuentra en las mitocondrias y sólo se transmite por vía materna) a lo largo de 800 años, desde el año 1200 hasta la actualidad.

Esto ha sido posible gracias a la descendencia de la reina Ana de Jagellón-Foix, tataranieta materna de Blanca I de Navarra y sobrina en cuarto grado del Príncipe.

Los datos genealógicos han permitido llegar a la identificación del ADN mitocondrial del Príncipe, que no se corresponde con el obtenido en ninguno de los segmentos momificados que se conservan en el monasterio de Poblet.
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New studies on the Mediterranean diet confirm its effectiveness for chronic disease prevention

It is effective in chronic diseases such as cardiovascular diseases, cancer, diabetes, hypertension or osteoporosis. Experts have insisted that it is possible to prevent 80% cardiovascular diseases and 40% different types of cancer through diet, physical exercise and other healthy habits. Scientists of the UGR are specifically analysing how cells react against aggressions which cause pancreatic alterations and result in cancer.

Scientists of the Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Institute of Nutrition and Food Technology) of the University of Granada (UGR, Spain) have been doing research into the positive effects of Mediterranean diet’s ingredients on health.
Among these works, there is a new research line about pancreatic cancer cells. Emilio Martínez de Victoria Muñoz, director of the Institute, points out that in the study ‘Influence of the ingredients of the Mediterranean diet on a cell line on pancreatic cancer cells’ (UGR-Junta de Andalucía) they have manipulated the composition of the cell membrane providing olive oil, fish oil or an antioxidant typical of olive oil, analysing how such cells defend themselves from the aggressions which cause pancreatic alterations”.

The objective is to expose olive oil compounds (such as oleic acid) and fruit and vegetable antioxidants to “membranes of a pancreatic cancer cell line in such a way that they become more or less resistant to harmful stimulus which cause diseases such as cancer or pancreatitis”.

This way, the research work intends to correlate the composition of cell membranes with more or less resistance to suffering from different types of disease. The conclusions suggest that feeding and changes in membrane composition affect cell function and can therefore influence the prevention of certain diseases.

Preventive feeding
The researchers’ hypothesis “starts from considering feeding as a preventive action of the development of chronic diseases, which are the first cause of mortality and morbidity in the world at present: chronic or not contagious diseases such as cardiovascular diseases, cancer, diabetes, hypertension or osteoporosis”.
Recent studies of the World Health Organization have pointed out as development factors of chronic diseases (such as obesity, diabetes or cardiovascular diseases) the combination of bad feeding practices, the lack of exercise and unhealthy habits (such tobacco consumption or excessive alcohol).

According to Martínez de Victoria, who pointed it out in one of the courses of the Mediterranean Centres of the UGR in Guadix, “WHO’s projection is terrifying, as they have suggested that, in 15 years, the amount of diabetes 2 will double in the world and the incidence of different types of cancer will probably increase”.
But the key is to know that, modifying these three life habits, “we can prevent up to 80% of the cardiovascular diseases and 40% of the different types of cancer. The importance of this research lies in it”.
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New studies on the Mediterranean diet confirm its effectiveness for chronic disease prevention

It is effective in chronic diseases such as cardiovascular diseases, cancer, diabetes, hypertension or osteoporosis.

Experts have insisted that it is possible to prevent 80% cardiovascular diseases and 40% different types of cancer through diet, physical exercise and other healthy habits. Scientists of the UGR are specifically analysing how cells react against aggressions which cause pancreatic alterations and result in cancer.

Scientists of the Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Institute of Nutrition and Food Technology) of the University of Granada (UGR, Spain) have been doing research into the positive effects of Mediterranean diet’s ingredients on health.

Among these works, there is a new research line about pancreatic cancer cells. Emilio Martínez de Victoria Muñoz, director of the Institute, points out that in the study ‘Influence of the ingredients of the Mediterranean diet on a cell line on pancreatic cancer cells’ (UGR-Junta de Andalucía) they have manipulated the composition of the cell membrane providing olive oil, fish oil or an antioxidant typical of olive oil, analysing how such cells defend themselves from the aggressions which cause pancreatic alterations”.

The objective is to expose olive oil compounds (such as oleic acid) and fruit and vegetable antioxidants to “membranes of a pancreatic cancer cell line in such a way that they become more or less resistant to harmful stimulus which cause diseases such as cancer or pancreatitis”.

This way, the research work intends to correlate the composition of cell membranes with more or less resistance to suffering from different types of disease. The conclusions suggest that feeding and changes in membrane composition affect cell function and can therefore influence the prevention of certain diseases.

Preventive feeding

The researchers’ hypothesis “starts from considering feeding as a preventive action of the development of chronic diseases, which are the first cause of mortality and morbidity in the world at present: chronic or not contagious diseases such as cardiovascular diseases, cancer, diabetes, hypertension or osteoporosis”.

Recent studies of the World Health Organization have pointed out as development factors of chronic diseases (such as obesity, diabetes or cardiovascular diseases) the combination of bad feeding practices, the lack of exercise and unhealthy habits (such tobacco consumption or excessive alcohol).

According to Martínez de Victoria, who pointed it out in one of the courses of the Mediterranean Centres of the UGR in Guadix, “WHO’s projection is terrifying, as they have suggested that, in 15 years, the amount of diabetes 2 will double in the world and the incidence of different types of cancer will probably increase”.

But the key is to know that, modifying these three life habits, “we can prevent up to 80% of the cardiovascular diseases and 40% of the different types of cancer. The importance of this research lies in it”.

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Granada acogerá en octubre el primer Congreso Iberoamericano sobre humanización de los cuidados de Enfermería

Durante los días 2, 3 y 4 de octubre se analizarán las investigaciones e innovaciones más recientes en el campo del dolor y del sufrimiento de los niños y de sus familiares más cercanos.

Granada acogerá el próximo mes de octubre el I Congreso Iberoamericano sobre “Humanización de los cuidados de Enfermería. Dolor y sufrimiento del niño y su familia”, una cita que traerá hasta la ciudad a los mayores expertos que debatirán sobre los últimos avances en la materia.

Durante los días 2, 3 y 4 de octubre, los profesionales de la Enfermería analizarán las investigaciones e innovaciones más recientes en el campo del dolor y del sufrimiento de los niños y de sus familiares más cercanos. El congreso granadino será el primero que se organiza en nuestro país sobre la humanización de los cuidados de enfermería.

El tema elegido, el dolor y el sufrimiento del niño y de su familia, resulta de extrema importancia, si se tienen en cuenta los nuevos conocimientos, la velocidad a la que se desarrollan las nuevas tecnologías y las formas de los cuidados. La humanización de los cuidados pediátricos, del embarazo y del parto o del tratamiento de enfermedades crónicas serán algunos de los aspectos que se traten en Granada.

Investigaciones punteras
El comité científico y organizador del I Congreso Iberoamericano sobre “Humanización de los cuidados de Enfermería. Dolor y sufrimiento del niño y su familia” ha elaborado un atractivo programa de temas a tratar, seleccionando a reconocidos ponentes que los desarrollarán. Se trata de investigaciones punteras de gran utilidad para el conjunto de los profesionales dedicados al cuidado de los niños y de sus familias, que se ocupan no solamente de la atención al dolor físico, sino también al sufrimiento de las personas que rodean al niño, bien porque sufra enfermedades crónicas, se trate de niños ingresados en UCIPIN, intervenidos quirúrgicamente, niños oncológicos, etcétera.

El I Congreso Iberoamericano sobre “Humanización de los cuidados de Enfermería. Dolor y sufrimiento del niño y su familia” ha sido organizado por la Asociación Iberoamericana del Dolor en la Infancia, en colaboración con el Departamento de Enfermería de la Universidad de Granada y los Hospitales Universitarios San Cecilio y Virgen de las Nieves de Granada.
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Alumnos de Paleontología de la UGR podrán evaluar sus conocimientos utilizando un programa virtual

El proyecto, aprobado por el Vicerrectorado de Planificación e Innovación Docentes, ofrece al alumnado de prácticas de Paleontología la posibilidad de «autoevaluar» los conocimientos adquiridos para la caracterización y reconocimiento de fósiles.

Con el título “Autoevaluación de los conocimientos adquiridos por el alumnado en las prácticas de Paleontología”, la UGR ha puesto en marcha un programa de innovación docente con el que los alumnos de prácticas de Paleontología podrán evaluar sus conocimientos utilizando un programa virtual.

Coordinado por el profesor Francisco J. Rodríguez Tovar, del departamento de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada, se ha creado un programa que ha quedado instalado en la página web del Departamento de Estratigrafía y Paleontología. Con este programa, los alumnos pueden evaluar sus conocimientos a partir de la contestación a una serie de preguntas que se le plantean sobre restos fósiles semejantes a otros en los que ya han trabajado en las clases prácticas.

En este proyecto participan, igualmente, los también profesores del departamento de Estratigrafía y Paleontología de la UGR Juan Carlos Braga Alarcón, Miguel Company Sempere, Federico Olóriz Sáez y Pascual Rivas Carrera.

A decir de los responsables de este proyecto, el programa funciona de manera intuitiva y es de fácil manejo. Cuando el alumno accede al Programa, éste, de manera aleatoria, selecciona 10 ejemplares fósiles que el alumno tiene que identificar. Para cada uno de los ejemplares el programa le presenta una o varias imágenes que el alumno visualiza, pudiendo aumentar el detalle de las mismas con un simple movimiento del cursor sobre una lupa virtual.

Junto con las imágenes se incluyen 3 preguntas básicas con el fin de identificar el fósil. Estas preguntas son similares a las que se proponen en el examen normal; se trata de nombre, edad y modo de vida del ejemplar. Una vez contestadas, el programa informa al alumno sobre las respuestas correctas y le indica cuáles ha acertado y cuáles ha errado. Esta operación se llevará a cabo con los 10 ejemplares seleccionados, de manera que al final aparece el porcentaje de respuestas acertadas.

Prácticas de Paleontología
El objetivo principal sobre el que se fundamenta este proyecto es, pues, que el alumno pueda evaluar, en cualquier momento durante el curso y con independencia del profesor, los conocimientos que ha adquirido en las prácticas de Paleontología. “En este sentido –señalan los responsables– el proyecto se enfocó hacia la autoevaluación por parte del alumnado, de su capacidad para la caracterización y reconocimiento de fósiles”.

Así, el proyecto “avanzaría un paso más –continúan los autores del programa– en las nuevas líneas de enseñanza-aprendizaje, enfocadas hacia la experiencia autodidacta y el trabajo personal del alumnado. La posibilidad de que pudiera autoevaluarse en cualquier momento le permitiría valorar de manera objetiva el nivel de sus conocimientos en un momento dado y su evolución a lo largo del tiempo a partir de sucesivas autoevaluaciones”.

Este proyecto permite, pues, la “autoevaluación” por parte del alumnado de manera individual e independiente del propio profesorado. La aplicación de las nuevas tecnologías ofrece al alumno la posibilidad de poder valorar por sí mismo los conocimientos adquiridos, desde cualquier punto en el que tenga acceso a descargar y visualizar el programa.

La posibilidad de conocer las respuestas correctas y sus aciertos y errores a través del proyecto le permite cierta independencia de la presencia del profesor que tuviera que llevar a cabo esa función. En este sentido, el alumno puede liberarse de una cierta “presión”, existente cuando se encuentra delante del profesor, facilitando la contestación a las preguntas de manera más relajada, lo cual posiblemente redundará de manera positiva en el trabajo.

Por otra parte, el proyecto ofrece la posibilidad de cooperación entre compañeros, de manera que varios alumnos pueden colaborar en la contestación a las cuestiones planteadas o “competir” y comparar las respuestas. Este aspecto pretende potenciar el trabajo en grupo y aumentar el nivel de los conocimientos a partir de una competición sana entre alumnos.
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La Editorial de la UGR publica un libro sobre el teatro, la poesía, la narrativa y el cine en el mito de Fedra

El volumen se fundamenta en unas jornadas homónimas, celebradas en Granada en 2005, en las que se trataron diversas visiones poéticas, dramáticas y cinematográficas del tema clásico de la madrastra enamorada.

Veinticuatro profesores, investigadores y especialistas participan en el libro “Fedras de ayer y de hoy. Teatro, poesía, narrativa y cine ante un mito clásico” que publica la Editorial de la Universidad de Granada (EUG) con edición a cargo de los profesores del departamento de Filología Latina de la UGR, Aurora López y Andrés Pociña.

El volumen se fundamenta en unas jornadas homónimas, celebradas en Granada en 2005, en las que se trataron diversas visiones poéticas, dramáticas y cinematográficas del tema clásico de la madrastra enamorada que, a decir de los responsables de esta edición, “queda perdido entre fragmentos en la visión de Sófocles, se materializa literalmente y ya para siempre en el Hipólito que conservamos de Eurípides, pasa a través de Ovidio hasta la Phaedra de Séneca, y perdura a lo largo de los siglos con obras de indudable mérito e interés que no vamos a enumerar ahora, hasta el terrible Phaedra´s love de Sarah Kane”.

El volumen se estructura en dos grandes capítulos que se refieren, por un lado, a Las Fedras de ayer, que abarca, desde la perdida tragedia Fedra de Sófocles, hasta el poema Phaedra (1866) de Swinburne, y un segundo capítulo, Fedras de hoy, que se refiere al siglo XX, desde la Fedra de Gabriel D´Annunzio (1909) hasta la de Sarah Kane (1996).

Una nueva visión
Los responsables de la edición de este volumen señalan, sin embargo, que no están recogidas en estas páginas todas las reescrituras poéticas o dramáticas del tema de Fedra, ni todas las realizaciones cinematográficas, “de las que tan sólo hemos tratado –afirman– las dos excelentes de Mur Oti (1956) y Bassin (1962), ni están las realizaciones en forma de ópera, ni menos aun las incontables versiones pictóricas o escultóricas; no están todas las manifestaciones, pero ni siquiera lo hemos pretendido.

Queríamos ofrecer una nueva visión, conjunta y comparada, de manifestaciones artísticas de este tema fundamental, tan bello y tan humano, y los veintiocho trabajos de que consta Fedras de ayer y de hoy consideramos que son un trabajo bastante suficiente y satisfactorio. Es el resultado de la colaboración generosa y cordial de veintidós amigas y amigos procedentes de centros de estudio de España, Italia y Portugal”.

Los textos que integran este volumen dan una idea cabal, pues, del tratamiento que la literatura ha otorgado a Fedra durante siglos, desde las versiones teatrales, poéticas, narrativas y cinematográficas en sus orígenes griegos y latinos (Sófocles y Eurípides, Ovidio y Séneca), hasta las más recientes como «Phaedr\’s love» de Sarah Kane.

Convertido en un mito clásico y universal, este libro sobre Fedra es de interés general, no sólo para estudiosos, investigadores y especialistas, sino también para personas amantes de la cultura en general.

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Un estudio dice que los restos conservados en la iglesia de Santa María no son los de Blanca de Navarra

Varios investigadores de Barcelona han comparado los datos genéticos del Príncipe de Viana con los de su madre

Un estudio afirma que tampoco los despojos conservados en el monasterio de Santa María de Nieva son los de la madre del Príncipe de Viana, la reina Blanca I de Navarra, fallecida en 1441, según informa la agencia Efe.

Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Granada, bajo la dirección de la historiadora Mariona Ibars, han llevado a cabo durante los últimos 10 años este trabajo histórico, antropológico y genético en el panteón de los reyes de la antigua Corona de Aragón, declarado Patrimonio de la Humanidad. Los autores del estudio han realizado un análisis genético de la momia del Príncipe de Viana y han comparado sus datos genéticos con los de los restos atribuidos a la reina Blanca I de Navarra, madre del Príncipe, y con los de familiares como la zarina Alejandra de Rusia, el Duque de Edimburgo y Johanna de Habsburgo (capilla de los Médicis).

De manera «inesperada», el estudio concluye que ni los restos de Poblet corresponden al Príncipe ni los de Segovia a la Reina, según explicó ayer Assumpció Malgosa, del departamento de Biología Animal, Vegetal y Ecología de la UAB.

De hecho, se trata de restos «de tres individuos diferentes», que consisten en un fragmento de la columna y dos segmentos corporales momificados.
El análisis «ha demostrado que los restos fueron manipulados para reconstruir un cuerpo a partir de fragmentos de otros, puesto que se observan marcas de cortes de sierra en la columna del segmento inferior», que podría ser femenino, ha señalado Malgosa.

El segmento superior, que conserva la cabeza con la cara destrozada, el tronco y un brazo, perteneció a un hombre de entre 35 y 40 años.

Según Miguel C. Botella, profesor del departamento de Antropología Física de la Universidad de Granada, en 1837, durante una revuelta popular que arrasó el monasterio de Poblet, los protagonistas de aquellos hechos profanaron los panteones del templo y esparcieron por el suelo los huesos.

Años después, un cura de L\’Espluga de Francolí los recogió en sacos y los llevó a la Catedral de Tarragona, donde el diplomático y escritor reusense Eduard Toda, que impulsó como presidente del Patronato de Poblet la restauración del monasterio, los estudió durante la Segunda República española. Para confirmar que los restos de Poblet no corresponden al Príncipe de Viana, ha sido necesario obtener el ADN de los diferentes segmentos momificados y compararlos con los cuerpos que, «sin lugar a dudas», corresponden a familiares del Príncipe, identificados en un estudio genético.
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La falsedad de la momia del príncipe de Viana pone en cuestión los restos de Jaume I

El abad de Poblet se muestra dispuesto ahora a que se analicen los dos cráneos del Conqueridor

La joven disciplina de la paleogenética -funciona desde hace menos de 20 años- comienza a dar sus frutos para desmontar mitos históricos. El que cayó ayer es el de los restos del príncipe de Viana (1421-1461), conservados y venerados en el Monasterio de Poblet, junto con los de otros reyes de la Corona de Aragón. «No sé de quién es la momia, pero no es del príncipe de Viana», zanjó ayer la antropóloga de la Universitat Autònoma de Barcelona Assumpció Malgosa, autora del estudio genético a partir del ADN de los supuestos restos del príncipe.

La investigación, iniciada hace diez años y cuyos resultados se presentaron ayer, ha revelado que la momia del príncipe custodiada en Poblet está formada por restos de tres personas diferentes. Pero además, ninguna de estas era el ilustre personaje catalán, según ha determinado la comparación de ADN con el de algunos miembros de la rama genealógica del príncipe.

La conclusión da algún indicio de lo que puede ocurrir cuando se analicen -si algún día sucede- los huesos de Jaume I. Mejor dicho, aquellos que están en el sepulcro del rey que fundó el Reino de Valencia, de cuyo nacimiento se cumplen ahora 800 años.
Esto es así porque los avatares sufridos por los restos del Conqueridor y los del famoso hijo de Joan II son paralelos. Ambos descansaban eternamente en Poblet -como otros reyes y nobles de Aragón- hasta que el monasterio fue víctima de una revuelta popular en 1837. Las tumbas del panteón real fueron abiertas y los huesos tirados y esparcidos por el suelo, donde estuvieron años. Hasta que el cura vecino de l\’Espluga de Francolí los recogió, los metió en sacos y los llevó a la Catedral de Tarragona. Allí permanecieron hasta que a mediados del siglo XX expertos de entonces recompusieron algunos esqueletos y los devolvieron a Poblet.

Sabían historia, porque la hasta ahora momia del príncipe de Viana se ajusta a su biografía: son restos de hombres de unos 40 años -murió a esa edad- y tiene un brazo cortado, ya que con él se hizo una reliquia, desaparecida luego. «Era necesario un icono y se creó», dijo ayer el profesor de Antropología de la Universidad de Granada Miguel C. Botella. «Fue una falsificación por tema nacionalista», abundó más tarde en referencia a la importancia simbólica del príncipe para el pueblo catalán.

Este personaje real, hijo de Blanca de Navarra y Joan II, es símbolo de la oposición catalana al autoritarismo de la corona por la pugna que mantuvo con su padre durante años.

El constructor de la momia fue el egiptólogo Eduardo Toda, indicaron ayer los investigadores, y Carlos de Viana fue así el primero de los personajes reales en regresar a Poblet. Lo hizo en 1935, casi veinte años antes del traslado de los restos de Jaume I.

Botella ironizó ayer sobre los supuestos despojos del Conqueridor y la presencia de dos cabezas en el sepulcro, tal como se documentó entonces. «Sabían que era un hombre muy grande y cogieron los huesos más grandes. Y como murió con una herida en la cabeza y había dos cráneos con traumatismos, metieron los dos».

La pregunta que queda ahora es dónde están los restos del príncipe de Viana. Lo único que se puede saber -a falta de una posible investigación más extensa- es que estarán entre los huesos de 110 sujetos que permanecían desordenados en cajas en Poblet como consecuencia del expolio del siglo XIX.
¿Y se podrá verificar algún día la autenticidad del esqueleto de Jaume I? Las expectativas no son malas, porque el abad de Poblet, Josep Alegre, se mostró dispuesto ayer -a diferencia de lo dicho en otras ocasiones- a abrir el sepulcro y apoyar «todo lo que pueda enriquecer la vida cultural de España». No está cerrado a ello, aseguró, aunque «yo solo no me atrevo a decidir. Está el patronato», precisó. De este forman parte los gobiernos de Cataluña, Aragón, Baleares y la C. Valenciana.

La directora del equipo investigador, Mariona Ibars, agregó que sería necesario además algún patrocinio -así ha sucedido con el estudio del Príncipe de Viana- para poder dedicarse a Jaume I.
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Un estudio revela que los restos del príncipe de Viana en Poblet son falsos

Los investigadores analizarán ahora los despojos de Jaume I

Un estudio genético de la momia conservada en el Real Monasterio de Poblet (Tarragona) y atribuida a Charles de Évreux y Trastámara, conocido popularmente como príncipe de Viana, concluye que los restos no se corresponden con este personaje histórico, que murió en 1461. El estudio afirma, asimismo, que tampoco los despojos conservados en el monasterio de Santa María de Nieva (Segovia) son los de la madre del príncipe, la reina Blanca I de Navarra, fallecida en 1441.

Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Granada, bajo la dirección de la historiadora Mariona Ibars, han llevado a cabo durante los últimos 10 años este trabajo histórico, antropológico y genético en el panteón de los reyes de la antigua Corona de Aragón, declarado Patrimonio de la Humanidad.

Estos investigadores anunciaron que también analizarían los restos de Jaume I que descansan en Poblet una vez concluyeran los trabajos con el príncipe de Viana. Para ello, avanzaron que pedirían la exhumación de los despojos, algo a lo que se opuso el abad de Poblet, aunque lo elevará al Patronato de la Corona de Aragón.

Los autores de la investigación han realizado un estudio genético de la momia y han comparado sus datos genéticos con los de los restos atribuidos a la reina Blanca I de Navarra, madre del príncipe, y con los de familiares como la zarina Alejandra de Rusia, el Duque de Edimburgo y Johanna de Habsburgo (capilla de los Médicis).

De manera «inesperada», el estudio concluye que ni los restos de Poblet corresponden al príncipe ni los de Segovia a la reina, ha explicado Assumpció Malgosa, del departamento de Biología Animal, Vegetal y Ecología de la UAB. De hecho, se trata de restos «de tres individuos diferentes», que consisten en un fragmento de la columna y dos segmentos corporales momificados.

El análisis «ha demostrado que los restos fueron manipulados para reconstruir un cuerpo a partir de fragmentos de otros, puesto que se observan marcas de cortes de sierra en la columna del segmento inferior», que podría ser femenino, ha señalado Malgosa. El segmento superior, que conserva la cabeza con la cara destrozada, el tronco y un brazo, fue de un hombre de entre 35 y 40 años.

Según Miguel C. Botella, profesor del departamento de Antropología Física de la Universidad de Granada, en 1837, durante una revuelta popular que arrasó el monasterio de Poblet, los protagonistas de aquellos hechos profanaron los panteones del templo y esparcieron por el suelo los huesos.

Años después, un cura de L\’Espluga de Francolí los recogió en sacos y los llevó a la Catedral de Tarragona, donde el diplomático y escritor reusense Eduard Toda, que impulsó como presidente del Patronato de Poblet la restauración del monasterio, los estudió durante la Segunda República española.

«En esos sacos había los huesos mezclados de 110 individuos pertenecientes a la Corona de Aragón y a familias nobles, y al parecer Eduard Toda seleccionó los restos que estaban momificados y reconstruyó el cuerpo», mantiene el profesor Botella.

Para confirmar que los restos de Poblet no corresponden al príncipe de Viana, ha sido necesario obtener el ADN de los diferentes segmentos momificados y compararlos con los cuerpos que, «sin lugar a dudas», corresponden a familiares del príncipe, identificados en un estudio genético.

Los estudios de la ascendencia y descendencia femenina de la reina Blanca I de Navarra han permitido seguir la transmisión del ADN mitocondrial (que sólo se transmite por vía materna) a lo largo de 800 años, desde el año 1200 hasta la actualidad.
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La momia conservada en Poblet no es la del Príncipe de Viana

Un estudio genético revela que los restos corresponden a tres individuos distintos.

Un estudio genético de la momia conservada en el Real Monasterio de Poblet (Tarragona) y atribuida a Charles de Évreux y Trastámara, conocido popularmente como Príncipe de Viana, concluye que los restos no se corresponden con este personaje histórico, que murió en 1461.

El estudio afirma, asimismo, que tampoco los despojos conservados en el monasterio de Santa María de Nieva (Segovia) son los de la madre del Príncipe, la reina Blanca I de Navarra, fallecida en 1441.

Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Granada, bajo la dirección de la historiadora Mariona Ibars, han llevado a cabo durante los últimos 10 años este trabajo histórico, antropológico y genético en el panteón de los reyes de la antigua Corona de Aragón, declarado Patrimonio de la Humanidad.

De manera «inesperada», el estudio concluye que ni los restos de Poblet corresponden al Príncipe ni los de Segovia a la Reina, explicó ayer Assumpció Malgosa, del departamento de Biología Animal, Vegetal y Ecología de la UAB.

De hecho, se trata de restos «de tres individuos diferentes», que consisten en un fragmento de la columna y dos segmentos corporales momificados.

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