– La Guardia Civil tiene a nueve personas registradas como desaparecidas en Navarra.
gracias al programa fénix , 6 cadáveres anónimos han sido identificados.
Esta iniciativa del Instituto Armado y la Universidad de Granada reconoce los restos mediante análisis de ADN.
Nueve familias en la Comunidad Foral tienen a uno de sus miembros desaparecido, nueve casos que fueron denunciados en los puestos de la Guardia Civil de Viana, Alsasua, Lumbier, Ochagavía, Pamplona, Peralta y Artajona y que este cuerpo continúa investigando.
Se trata de Francisco José G.G., desaparecido en agosto de 1987; Nilda B.A., desaparecida en mayo de 2001; Laurentino D.B., desaparecido en noviembre de 1999; Abdoul G.D., desaparecido en julio de 1994; Hilario M.P., desaparecido en julio de 1994; José Fernando M.D.O, desaparecido en marzo de 2002; Jesús Miguel R.L., desaparecido en septiembre de 2005; Luis R.C., desaparecido en octubre de 1995 y María del Vinet M.V., desaparecida en noviembre de 2003.
El entorno de estos ciudadanos conoce de primera mano el dolor y la desesperación. Para intentar ayudar a estas familias a salir de la incertidumbre que supone tener a un ser querido en situación de desaparecido, la Guardia Civil y la Universidad de Granada impulsaron en 1999 el Programa Fénix. Éste ha implantado los análisis genéticos del ADN en el campo de la identificación humana, un esfuerzo que ha sido subvencionado por las fundaciones de BBV, Caja Madrid, Endesa, Juan March, Marcelino Botín, Pedro Barrie de la Maza, Ramón Areces, Altadis y Telefónica.
Gracias a este proyecto, se han identificado en la Comunidad Foral los cadáveres de seis personas comparando el ADN de los restos humanos anónimos con el de los familiares directos de personas que se encuentran desaparecidas.
Estos seis casos correspondían a un ciudadano japonés, un francés y cuatro españoles (tres de ellos navarros). Asimismo, a fecha de 11 de enero de 2007 en todo el Estado se había conseguido identificar 146 cadáveres y un total de 624 familias participaban en el programa.
Según informa el Instituto Armado, el programa cuenta con dos bases de datos completamente independientes. En la base A, de datos dubitados, se registran las secuencias del ADN relativas a los cuerpos que no han podido ser identificados por medio de otras técnicas, como pueden ser las pertenencias personales, las características antropológicas…; y en la base B se hallan los de los familiares directos que voluntariamente hayan donado una muestra biológica para ser analizada, denominados datos indubitados. Para lograr estas identificaciones, se comparan ambas bases y se verifica si existen similitudes de ADN que permitan concretar sus identidades.
Aunque, como indican, no se puede encontrar a todos los desaparecidos porque habrá personas cuyos cuerpos no se han encontrado aún y segundo, y más importante, porque la gran mayoría no ha fallecido. No obstante, algunos abandonan su hogar para iniciar una nueva vida en otro lugar. Si son localizados y no desean que su familia conozca su paradero sólo les comunican que están bien y dejan de contabilizarse como desaparecido. De hecho, desde la Guardia Civil estiman que el 20% de las desapariciones son involuntarias y el 80%, voluntarias.
protocolo de actuación En Navarra son el grupo del Laboratorio de Criminalística y el equipo de Delitos contra las Personas los que se encargan del Programa Fénix. Destacan la importancia de proporcionar una detallada descripción de las personas que han desaparecido a la hora de poder identificar los cadáveres: la ropa que llevaban, las marcas que utilizaban, manías, rasgos físicos, si tenían algún defecto o tara… Cualquier cosa que resulte particular. No obstante, la primera operación que realizan los agente una vez que aparece un cuerpo es comparar los efectos o medidas antropológicas que éste tiene con las que se recogen en la base de datos estatal de personas desaparecidas.
Cuando obtienen dos o tres perfiles que pueden encajar, investigan personalmente los tres casos. Si comprueban que el ciudadano no ha aparecido, solicitan a los familiares directos (preferentemente los progenitores o los hermanos) muestras de saliva para comparar sus respectivos ADN con el del cuerpo. El objetivo: acabar con la incertidumbre de estas familias. Y es que este sistema es lo más seguro que hay, afirman.
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