– La Universidad que Granada necesita.
RAFAEL PAYÁ ALBERT/VICERRECTOR DE INVESTIGACIÓN Y TERCER CICLO DE LA UGR.
LA sociedad actual espera que las universidades sean motores de desarrollo y progreso generando, sobre todo, riqueza intelectual, conocimiento, talento. La idea no es del todo nueva, ya Ortega y Gasset apuntaba, junto con la enseñanza de las profesiones intelectuales y la investigación científica, una tercera misión universitaria que tenía mucho de compromiso social. Hoy en día hablamos de tres actividades esenciales para el progreso, que se representan como los vértices del llamado triángulo del conocimiento: educación, investigación e innovación. La Universidad interviene en las tres direcciones: es responsable de la educación superior, protagoniza gran parte de las actividades de investigación y creación, y contribuye muy eficazmente a los procesos de innovación. De ahí su importancia como motor de progreso.
En Granada y su provincia, cuyo desarrollo está indudablemente necesitado de impulso, el papel de la Universidad adquiere, si cabe, mayor importancia. Lo mismo cabría decir de las ciudades de Ceuta y Melilla, sedes también de nuestra Universidad.
Como el acrónimo UGR sugiere, debe ser una Universidad que Genere Riqueza en todas las facetas de su quehacer, respondiendo al paradigma moderno de una institución globalmente competitiva y localmente comprometida. Para ello, ha de aprovechar al máximo un activo insustituible y muy valioso: la creatividad de su gente, la capacidad de iniciativa y de impulso que tienen las personas que estudian y trabajan en la UGR, que se sienten orgullosas de pertenecer a ella. Trataré de apoyar este argumento con algunos ejemplos significativos, referidos a las tres actividades universitarias esenciales ya mencionadas. Se me disculpará que destaque temas relacionados con mi experiencia como vicerrector, aunque abunden ejemplos en otras áreas de gestión mejor conocidas por otros vicerrectores.
Educación
La UGR es de las pocas universidades españolas que crece en número de estudiantes. Nuestra capacidad para atraerles es un hecho contrastado, como se ha reconocido tras la concesión por la Unión Europea del premio Erasmus lifelong learning prize in gold. Nuestra oferta de postgrado y doctorado tiene también un bien ganado prestigio en Latinoamérica. El gran reto en los próximos años es, sin duda, el Espacio Europeo de Educación Superior, cuyo pleno desarrollo está previsto en 2010. El liderazgo y participación que la UGR está ejerciendo en la elaboración de propuestas, como pueden ser los libros blancos de las titulaciones, es un claro ejemplo de la alta capacidad de respuesta de nuestro profesorado. Aprovecharemos esta gran oportunidad para mejorar nuestra labor docente, para aportar a la sociedad los mejores profesionales, procurando que nuestra oferta formativa incremente su calidad, su variedad, su singularidad y su atractivo.
Este camino lo estamos también recorriendo en el postgrado: con 31 títulos de máster ya establecidos y más de 50 ofertados el próximo año, la Universidad de Granada ejerce un claro liderazgo nacional. El mérito, no suficientemente reconocido, pertenece al profesorado y al personal administrativo que, desde los departamentos e institutos, los centros o el Servicio de Doctorado, han resuelto la compleja gestión de las nuevas titulaciones.
Investigación
Nunca dejará de sorprenderme la contrastada capacidad de respuesta que tienen nuestros grupos de investigación ante cualquier convocatoria competitiva que permita financiar su actividad. La UGR es la primera universidad andaluza en proyectos de excelencia de la Junta de Andalucía y la segunda española en las convocatorias de formación de personal investigador del MEC. Desde el servicio de investigación difundimos las convocatorias, asesoramos en las solicitudes, tramitamos la documentación , pero las claves del éxito son nuevamente la calidad y creatividad de los grupos de investigación. El espacio europeo de investigación es otra vez el gran reto y también lo asumimos con decisión. Tras la publicación del séptimo programa marco de investigación de la UE, se realizó un esfuerzo especial para conseguir un buen nivel de participación. Presentar una solicitud al programa marco es una tarea francamente laboriosa, hay que formar un consorcio de grupos de investigación de varios países, consensuar con ellos el contenido y cumplimentar toda una serie de complejos documentos. Pues bien, la reacción de nuestros grupos fue realmente espléndida: ¿casi 40 propuestas! En estos días, empezamos a conocer los resultados al haberse confirmado ya la concesión de dos proyectos en los que la cuantía que corresponde a la UGR supera, en ambos casos, el millón de euros (más del doble de lo que se había conseguido nunca en un proyecto del programa marco). Y, lo más importante, la colaboración con grupos de investigación y empresas de vanguardia en la I+D europea.
Innovación
La transferencia de conocimiento es, cada vez más, una misión esencial de cualquier universidad. Colaborar con empresas en proyectos de investigación, prestar a empresas e instituciones servicios avanzados de investigación, asesoramiento o consultoría, registrar patentes y licenciarlas al sector productivo o crear nuevas empresas basadas en el conocimiento, se han convertido en actividades necesarias en la universidad actual, en una universidad emprendedora. En la Universidad de Granada, esta necesidad es más perentoria, ya que el éxito de un proyecto estrella para el desarrollo socio-económico de Granada y su entorno, como es el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud, depende en gran medida de la capacidad de transferencia de conocimiento y colaboración con el sector empresarial y sanitario que nuestra universidad pueda demostrar.
Una vez más, creo que podemos ser optimistas y lo ilustro con un ejemplo. A mediados de 2003, la Junta de Andalucía propuso el programa Campus, para apoyar la creación de empresas innovadoras desde las universidades andaluzas. Nuestra OTRI difundió el programa y animó a los grupos universitarios para que crearan empresas que rentabilizaran los resultados de su investigación. La respuesta fue espléndida: en tres años han surgido en Granada 25 empresas con participación universitaria; en 2006 se ha creado una empresa innovadora cada mes. Esta vez, las iniciativas parten de todos los sectores de la comunidad universitaria: estudiantes, egresados, PAS, personal investigador, profesorado. Y no surgen sólo de áreas experimentales o tecnológicas, como pudiera pensarse, también de Ciencias Sociales y Humanidades. Ciertamente, puede afirmarse que es la nuestra una Universidad emprendedora.
En resumen, creo que la Universidad de Granada está preparada para ser el gran motor de desarrollo económico y progreso social que Granada necesita. El mayor activo para conseguirlo reside en la creatividad, entusiasmo y talento de la Comunidad Universitaria. Para que ese potencial nos enriquezca socialmente, considero esencial buscar la complicidad de las mismas personas que tanto tienen que aportar: estar cerca de ellas, estimular su creatividad, eliminar obstáculos, idear formas de gestión innovadoras que faciliten el trabajo, apoyar e impulsar los proyectos, reconocer y recompensar el trabajo bien hecho. Son recetas sencillas, pero pienso, aún a riesgo de ser tildado de ingenuo, que son reglas de oro para conseguir que la Comunidad Universitaria desarrolle todo su potencial de producción de talento, de creación de conocimiento, de generación de bienestar, al servicio de Granada y su gente.
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