Más de mitad de las maltratadas se apiadan de su agresor

La mitad de las maltratadas siente compasión por su agresor, según un estudio del Instituto de Criminología
EFE – Granada
EL PAÍS – 06-03-2006
Más de la mitad de las mujeres maltratadas en el ámbito de la pareja siente compasión por su agresor, aunque la mayoría también tiene miedo, entre otros sentimientos, según un estudio en el que se señala que, como castigo, las víctimas prefieren el tratamiento o una reprimenda del juez. Así se desprende del estudio realizado por penalistas, criminólogos y estadísticos del Instituto de Criminología de la Universidad de Granada, en el que participaron 338 mujeres que acudieron a alguno de los ocho Servicios de Apoyo a las Víctimas de Andalucía (SAVA) y rellenaron un extenso cuestionario.

El coordinador del proyecto, Lorenzo Morillas, explicó que los objetivos del estudio eran ver sobre qué mujeres afecta el maltrato, conocer la naturaleza y forma del mismo o cómo ven ellas a su agresor, entre otros.

Según los cuestionarios, la mayoría de las mujeres tenía entre 30 y 39 años, estaba separada legalmente (31,4%) y de hecho (12,9%) o casada (32,3%) y tenía estudios secundarios o primarios (55%), aunque un 10% era licenciada o diplomada.

El 53,3% de las mujeres trabajaba en casa y el 46,7% fuera, en la mayoría de los casos sin contrato (42,9%) o con contrato temporal (26,7%), mientras que los agresores presentaban menos estudios, aunque tenían trabajos más cualificados y estables, lo que significa que el paro no es relevante para explicar su conducta, mientras que sí puede afectar la dependencia económica de la víctima.

En la mayoría de los casos, en la familia de origen de la víctima no existieron malos tratos (71%), mientras que en la del agresor los hubo en el 75% de los casos de media, proporción que pone de manifiesto la relación existente entre la experiencia vivida por el hombre y su tendencia a maltratar.

Preguntadas por si su pareja sufría alteraciones o enfermedades mentales, el 20% dijo que sí, sobre todo por alcoholismo (38%), mientras que el 74% contestó que no, lo que parece indicar que los maltratadores son personas normales, siempre dicho entre comillas, subrayó Morillas.

En todos los casos, las mujeres sufrieron malos tratos psíquicos, principalmente insultos, quitarles la razón, gritos, amenazas y humillaciones; y en el 92% físicos, sobre todo empujones, puñetazos, bofetadas y agresiones sexuales, situación que por término medio soportaron durante 12 o 13 años.

Tras sufrir un maltrato, sólo el 7% de las víctimas interpuso una denuncia inmediatamente, mientras que la mayoría sufrió bloqueo (57%), pidió explicaciones (55%), dijo que iba a dejar la relación (52%) o huyó de lugar (46%), mientras que pasado un tiempo, el 80,7% de las encuestadas denunció a su agresor.

Preguntadas por lo que sentían hacia su maltratador cuando eran maltratadas, las mujeres dijeron: miedo (81%), dependencia por los hijos (60%), compasión (57%), odio (52%), venganza (38%), afecto (36%), amor (32%) o indiferencia (60%).

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La mitad de las mujeres que sufren malos tratos sienten compasión por su agresor

La mitad de las maltratadas siente compasión por su agresor, según un estudio del Instituto de Criminología
EFE – Granada
EL PAÍS – 06-03-2006
Más de la mitad de las mujeres maltratadas en el ámbito de la pareja siente compasión por su agresor, aunque la mayoría también tiene miedo, entre otros sentimientos, según un estudio en el que se señala que, como castigo, las víctimas prefieren el tratamiento o una reprimenda del juez. Así se desprende del estudio realizado por penalistas, criminólogos y estadísticos del Instituto de Criminología de la Universidad de Granada, en el que participaron 338 mujeres que acudieron a alguno de los ocho Servicios de Apoyo a las Víctimas de Andalucía (SAVA) y rellenaron un extenso cuestionario.

El coordinador del proyecto, Lorenzo Morillas, explicó que los objetivos del estudio eran ver sobre qué mujeres afecta el maltrato, conocer la naturaleza y forma del mismo o cómo ven ellas a su agresor, entre otros.

Según los cuestionarios, la mayoría de las mujeres tenía entre 30 y 39 años, estaba separada legalmente (31,4%) y de hecho (12,9%) o casada (32,3%) y tenía estudios secundarios o primarios (55%), aunque un 10% era licenciada o diplomada.

El 53,3% de las mujeres trabajaba en casa y el 46,7% fuera, en la mayoría de los casos sin contrato (42,9%) o con contrato temporal (26,7%), mientras que los agresores presentaban menos estudios, aunque tenían trabajos más cualificados y estables, lo que significa que el paro no es relevante para explicar su conducta, mientras que sí puede afectar la dependencia económica de la víctima.

En la mayoría de los casos, en la familia de origen de la víctima no existieron malos tratos (71%), mientras que en la del agresor los hubo en el 75% de los casos de media, proporción que pone de manifiesto la relación existente entre la experiencia vivida por el hombre y su tendencia a maltratar.

Preguntadas por si su pareja sufría alteraciones o enfermedades mentales, el 20% dijo que sí, sobre todo por alcoholismo (38%), mientras que el 74% contestó que no, lo que parece indicar que los maltratadores son personas normales, siempre dicho entre comillas, subrayó Morillas.

En todos los casos, las mujeres sufrieron malos tratos psíquicos, principalmente insultos, quitarles la razón, gritos, amenazas y humillaciones; y en el 92% físicos, sobre todo empujones, puñetazos, bofetadas y agresiones sexuales, situación que por término medio soportaron durante 12 o 13 años.

Tras sufrir un maltrato, sólo el 7% de las víctimas interpuso una denuncia inmediatamente, mientras que la mayoría sufrió bloqueo (57%), pidió explicaciones (55%), dijo que iba a dejar la relación (52%) o huyó de lugar (46%), mientras que pasado un tiempo, el 80,7% de las encuestadas denunció a su agresor.

Preguntadas por lo que sentían hacia su maltratador cuando eran maltratadas, las mujeres dijeron: miedo (81%), dependencia por los hijos (60%), compasión (57%), odio (52%), venganza (38%), afecto (36%), amor (32%) o indiferencia (60%).

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La mitad de las mujeres maltratadas siente compasión por su agresor

La mitad de las maltratadas siente compasión por su agresor, según un estudio del Instituto de Criminología
EFE – Granada
EL PAÍS – 06-03-2006
Más de la mitad de las mujeres maltratadas en el ámbito de la pareja siente compasión por su agresor, aunque la mayoría también tiene miedo, entre otros sentimientos, según un estudio en el que se señala que, como castigo, las víctimas prefieren el tratamiento o una reprimenda del juez. Así se desprende del estudio realizado por penalistas, criminólogos y estadísticos del Instituto de Criminología de la Universidad de Granada, en el que participaron 338 mujeres que acudieron a alguno de los ocho Servicios de Apoyo a las Víctimas de Andalucía (SAVA) y rellenaron un extenso cuestionario.

El coordinador del proyecto, Lorenzo Morillas, explicó que los objetivos del estudio eran ver sobre qué mujeres afecta el maltrato, conocer la naturaleza y forma del mismo o cómo ven ellas a su agresor, entre otros.

Según los cuestionarios, la mayoría de las mujeres tenía entre 30 y 39 años, estaba separada legalmente (31,4%) y de hecho (12,9%) o casada (32,3%) y tenía estudios secundarios o primarios (55%), aunque un 10% era licenciada o diplomada.

El 53,3% de las mujeres trabajaba en casa y el 46,7% fuera, en la mayoría de los casos sin contrato (42,9%) o con contrato temporal (26,7%), mientras que los agresores presentaban menos estudios, aunque tenían trabajos más cualificados y estables, lo que significa que el paro no es relevante para explicar su conducta, mientras que sí puede afectar la dependencia económica de la víctima.

En la mayoría de los casos, en la familia de origen de la víctima no existieron malos tratos (71%), mientras que en la del agresor los hubo en el 75% de los casos de media, proporción que pone de manifiesto la relación existente entre la experiencia vivida por el hombre y su tendencia a maltratar.

Preguntadas por si su pareja sufría alteraciones o enfermedades mentales, el 20% dijo que sí, sobre todo por alcoholismo (38%), mientras que el 74% contestó que no, lo que parece indicar que los maltratadores son personas normales, siempre dicho entre comillas, subrayó Morillas.

En todos los casos, las mujeres sufrieron malos tratos psíquicos, principalmente insultos, quitarles la razón, gritos, amenazas y humillaciones; y en el 92% físicos, sobre todo empujones, puñetazos, bofetadas y agresiones sexuales, situación que por término medio soportaron durante 12 o 13 años.

Tras sufrir un maltrato, sólo el 7% de las víctimas interpuso una denuncia inmediatamente, mientras que la mayoría sufrió bloqueo (57%), pidió explicaciones (55%), dijo que iba a dejar la relación (52%) o huyó de lugar (46%), mientras que pasado un tiempo, el 80,7% de las encuestadas denunció a su agresor.

Preguntadas por lo que sentían hacia su maltratador cuando eran maltratadas, las mujeres dijeron: miedo (81%), dependencia por los hijos (60%), compasión (57%), odio (52%), venganza (38%), afecto (36%), amor (32%) o indiferencia (60%).

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El 57% de maltratadas sienten compasión por sus agresores

El 57% de maltratadas sienten compasión por sus agresores

Como castigo, apuestan por el tratamiento o una reprimenda del juez. En un 75% de las familias de los verdugos hubo malos tratos.
EFE (06/03/2006)

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Más de la mitad (57%) de las mujeres maltratadas en el ámbito de la pareja sienten compasión por su agresor, aunque la mayoría (81%) también tiene miedo, mientras que como castigo las víctimas prefieren el tratamiento o una reprimenda del juez.

Así se desprende del estudio realizado por penalistas, criminólogos y estadísticos del Instituto de Criminología de la Universidad de Granada, en el que participaron 338 mujeres que acudieron a alguno de los ocho Servicios de Apoyo a las Víctimas de Andalucía (SAVA) y rellenaron un extenso cuestionario, que otras no pudieron acabar por la dureza de revivir su experiencia.

El coordinador del proyecto, Lorenzo Morillas, explicó que los objetivos del estudio eran ver sobre qué mujeres afecta el maltrato, conocer la naturaleza y forma del mismo o cómo ven ellas a su agresor, entre otros.

Según los cuestionarios, la mayoría de las mujeres tenía entre 30 y 39 años, estaban separadas legalmente (31,4%) y de hecho (12,9%) o casadas (32,3%), y tenían estudios secundarios o primarios (55%), aunque un 10% era licenciada o diplomada.

El 53,3% de las mujeres trabajaba en casa y el 46,7% fuera, en la mayoría de los casos sin contrato (42,9%) o sólo temporal (26,7%), mientras que los agresores presentaban menos estudios, aunque tenían trabajos más cualificados y estables, lo que significa que el paro no es relevante para explicar su conducta, mientras que sí puede afectar la dependencia económica de la víctima.

En la mayoría de los casos, en la familia de origen de la víctima no existieron malos tratos (71%), mientras que en la del agresor los hubo en el 75% de los casos, proporción que pone de manifiesto la relación existente entre la experiencia vivida por el hombre y su tendencia a maltratar, lo que no ocurre con la víctima.

Preguntadas por lo que sentían hacia su maltratador cuando eran maltratadas, las mujeres dijeron que tenían miedo (81%), dependencia por los hijos (60%), compasión (57%), odio (52%), venganza (38%), afecto (36%), amor (32%) o indiferencia (60%).

MODO DE CASTIGO A la pregunta de si creían que su agresor merecía un castigo, el 59% dijo que sí y el 41% que no, proporción que no refleja la realidad, pues muchas mujeres relacionan castigo con cárcel, dijo Morillas, que subrayó que las 338 mujeres contestaron a la pregunta de qué castigo se merecía su maltratador. Y en este apartado, optaron, entre varias opciones, por el tratamiento del hombre (81%), una reprimenda del juez (70%), su desintoxicación (49%) o pena no de cárcel (40%).

Según Morillas, los datos reflejan que lo que quieren las víctimas es que cambie su agresor para seguir con él porque le quieren, aunque la mayoría se separan con el tiempo al no poder soportar la situación.

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La mitad de las mujeres que sufren malos tratos sienten compasión por su agresor

La mitad de las mujeres que sufren malos tratos sienten compasión por su agresor

Más de la mitad de las mujeres maltratadas en el ámbito de la pareja siente compasión por su agresor, aunque la mayoría también tiene miedo, entre otros sentimientos, según un estudio en el que se señala que como castigo las víctimas prefieren el tratamiento o una reprimenda del juez .

AGENCIAS LISBOA / VARSOVIA

Así se desprende del estudio realizado por penalistas, criminólogos y estadísticos del Instituto de Criminología de la Universidad de Granada, en el que participaron 338 mujeres que acudieron a alguno de los ocho Servicios de Apoyo a las Víctimas de Andalucía (SAVA) y rellenaron un extenso cuestionario, que otras no pudieron acabar por la dureza de revivir su experiencia.

En una entrevista, el coordinador del proyecto, Lorenzo Morillas, explicó que los objetivos del estudio eran ver sobre qué mujeres afecta el maltrato, conocer la naturaleza y forma del mismo o cómo ven ellas a su agresor, entre otros.

Según los cuestionarios, la mayoría de las mujeres tenía entre 30 y 39 años, estaban separadas legalmente (31,4%) y de hecho (12,9%) o casadas (32,3%) y tenían estudios secundarios o primarios (55%), aunque un 10 por ciento era universitaria.

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La mitad de las maltratadas siente pena por su agresor

ANDALUCÍA
EDICIÓN IMPRESA – Andalucía
La mitad de las maltratadas siente pena por su agresor

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Más de la mitad de las mujeres maltratadas por su pareja siente compasión por su agresor, aunque la mayoría también tiene miedo, según un estudio en el que se señala que como castigo las víctimas prefieren el tratamiento o una «reprimenda del juez». Así se desprende del estudio realizado por penalistas, criminólogos y estadísticos del Instituto de Criminología de la Universidad de Granada, en el que participaron 338 mujeres que acudieron a los ocho Servicios de Apoyo a las Víctimas de Andalucía (SAVA) y rellenaron un «extenso» cuestionario, que otras no pudieron acabar por la dureza. El coordinador del proyecto, Lorenzo Morillas, explicó que los objetivos eran ver sobre qué mujeres afecta el maltrato, conocer la naturaleza y forma del mismo o cómo ven ellas a su agresor, entre otros.

Según los cuestionarios, la mayoría de las mujeres tenía entre 30 y 39 años, estaban separadas legalmente (31,4%) y de hecho (12,9%) o casadas (32,3%) y tenían estudios secundarios o primarios (55%),aunque un 10 por ciento era licenciada o diplomada .El 53,3 por ciento de las mujeres trabajaba en casa y el 46,7 por ciento fuera, en la mayoría de los casos sin contrato (42,9%) o con contrato temporal (26,7%).

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La mitad de las maltratadas siente compasión por su agresor, según un estudio del Instituto de Criminología

La mitad de las maltratadas siente compasión por su agresor, según un estudio del Instituto de Criminología
EFE – Granada
EL PAÍS – 06-03-2006
Más de la mitad de las mujeres maltratadas en el ámbito de la pareja siente compasión por su agresor, aunque la mayoría también tiene miedo, entre otros sentimientos, según un estudio en el que se señala que, como castigo, las víctimas prefieren el tratamiento o una reprimenda del juez. Así se desprende del estudio realizado por penalistas, criminólogos y estadísticos del Instituto de Criminología de la Universidad de Granada, en el que participaron 338 mujeres que acudieron a alguno de los ocho Servicios de Apoyo a las Víctimas de Andalucía (SAVA) y rellenaron un extenso cuestionario.

El coordinador del proyecto, Lorenzo Morillas, explicó que los objetivos del estudio eran ver sobre qué mujeres afecta el maltrato, conocer la naturaleza y forma del mismo o cómo ven ellas a su agresor, entre otros.

Según los cuestionarios, la mayoría de las mujeres tenía entre 30 y 39 años, estaba separada legalmente (31,4%) y de hecho (12,9%) o casada (32,3%) y tenía estudios secundarios o primarios (55%), aunque un 10% era licenciada o diplomada.

El 53,3% de las mujeres trabajaba en casa y el 46,7% fuera, en la mayoría de los casos sin contrato (42,9%) o con contrato temporal (26,7%), mientras que los agresores presentaban menos estudios, aunque tenían trabajos más cualificados y estables, lo que significa que el paro no es relevante para explicar su conducta, mientras que sí puede afectar la dependencia económica de la víctima.

En la mayoría de los casos, en la familia de origen de la víctima no existieron malos tratos (71%), mientras que en la del agresor los hubo en el 75% de los casos de media, proporción que pone de manifiesto la relación existente entre la experiencia vivida por el hombre y su tendencia a maltratar.

Preguntadas por si su pareja sufría alteraciones o enfermedades mentales, el 20% dijo que sí, sobre todo por alcoholismo (38%), mientras que el 74% contestó que no, lo que parece indicar que los maltratadores son personas normales, siempre dicho entre comillas, subrayó Morillas.

En todos los casos, las mujeres sufrieron malos tratos psíquicos, principalmente insultos, quitarles la razón, gritos, amenazas y humillaciones; y en el 92% físicos, sobre todo empujones, puñetazos, bofetadas y agresiones sexuales, situación que por término medio soportaron durante 12 o 13 años.

Tras sufrir un maltrato, sólo el 7% de las víctimas interpuso una denuncia inmediatamente, mientras que la mayoría sufrió bloqueo (57%), pidió explicaciones (55%), dijo que iba a dejar la relación (52%) o huyó de lugar (46%), mientras que pasado un tiempo, el 80,7% de las encuestadas denunció a su agresor.

Preguntadas por lo que sentían hacia su maltratador cuando eran maltratadas, las mujeres dijeron: miedo (81%), dependencia por los hijos (60%), compasión (57%), odio (52%), venganza (38%), afecto (36%), amor (32%) o indiferencia (60%).

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Erasmus Virtual

5/3/2006

Erasmus Virtual
Universidad de Granada

Expertos europeos analizan en la UGR las posibilidades de implantación de un futuro programa Erasmus Virtual.

El objetivo es reflexionar sobre las ventajas de la puesta en marcha de un Erasmus Virtual entre distintas instituciones académicas europeas.

Durante la Semana del Erasmus Virtual se analizarán las expectativas de profesores y alumnos y las condiciones prácticas que exigiría su implantación.

La Universidad de Granada servirá de marco a la celebración de la Semana del Erasmus Virtual de la alianza estratégica EUNITE que se desarrollará como parte del proyecto REVE del 6 al 9 de marzo en el aula de videoconferencias del Edificio Mecenas del Campus de Fuentenueva y en la Facultad de Filosofía y Letras. Durante las jornadas se contará con numerosas conexiones a diversos puntos geográficos. El objetivo de esta Semana es analizar las ventajas de la implantación de un futuro programa Erasmus Virtual así como hallar soluciones a los problemas logísticos y de coordinación que ello supondría.

Pasos para una enseñanza virtual europea
El año pasado, EuroPACE puso en marcha el proyecto REVE (Real Virtual Erasmus) en el seno del programa europeo de enseñanza virtual. El objetivo del projecto es mejorar el impacto y la eficacia del programa Erasmus mediante la implementación de una acción virtual Erasmus plenamente desarrollada. EUNITE es una alianza estratégica compuesta por universidades europeas (como las de Aalborg, Granada, Hagen, Helsinki, Leuven o Strathclyde) con el fin de construir una red más intensa de intercambio de cursos y un desarrollo conjunto de cursos y programas.

El objetivo de la Virtual Erasmus Week es reflexionar dentro de cada una de las universidades miembro de REVE y de la red EUNITE acerca de las posibilidades y limitaciones de un Erasmus virtual, las expectativas que albergan profesores y estudiantes y las posibilidades prácticas de su implantación. Durante la semana se organizarán videoconferencias, actividades y debates en las distintas instituciones participantes.

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Jóvenes bajo una nueva mirada

5/3/2006

Jóvenes bajo una nueva mirada
Universidad de Granada

Un curso virtual de la UGR aborda el debate sobre las políticas públicas dirigidas a la juventud.

El seminario pretende analizar y aportar soluciones a las nuevas necesidades que la población joven demanda

Se analizará el papel de los Agentes Sociales, Asociaciones, Entidades e Instituciones en políticas de Juventud.

La Fundación Empresa Universidad de Granada presenta el curso virtual sobre Identidades juveniles y políticas públicas que se impartirá del 14 de marzo al 25 de julio. El objetivo de este seminario digital es contribuir a la formación de un conocimiento científico social en el entendimiento de las juventudes en la actualidad a través del ejercicio académico de especialistas en materia de juventud. El plazo de matrícula permanecerá abierto hasta el próximo el 13 de marzo.

Jóvenes bajo una nueva mirada
El curso permitirá a sus alumnos actualizar el conocimiento de los expertos y especialistas en el tema juventud a través de la entrega y exposición de los marcos teóricos y de las e investigaciones que sobre juventud se debaten en el momento, además de discutir y analizar la noción de juventud como una construcción sociocultural.

El profesorado expondrá la genealogía teórica de los discursos académicos en torno al concepto de juventud y se discutirán y sistematizarán los conceptos de construcción, producción y representaciones socioculturales como procesos dentro de la conformación de las identidades. Se pondrán en práctica técnicas de reconstrucción de los imaginarios elaborados sobre la juventud y desde la propia experiencia y práctica de los alumnos se confrontarán los saberes populares y de sentido común con los saberes de las disciplinas sociales que han contribuido a comprender la identidad del ser joven.

Entre otros aspectos, los módulos abordarán el estudio del papel que la educación tiene en la juventud y en la formación de su identidad, el reconocimiento de las singularidades y potencialidades de las juventudes sin negar los problemas sociales a los que se están enfrentando y la ubicación del cambio social y su influencia en la conformación de las culturas juveniles. El curso se plantea como un foro para la reflexión sobre la relación adulto-joven desde una nueva mirada que implica poner en comunicación los imaginarios y discursos sobre ambos sujetos para potenciar un dialogo formativo de doble vía.

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Motilla del Azuer, esplendor del Bronce cerca de las Tablas

Motilla del Azuer, esplendor del Bronce cerca de las Tablas

Cultura ha preparado un plan de revalorización del yacimiento que incluye un centro de interpretación

Belén Rodríguez/ ciudad real
El parque nacional de las Tablas de Daimiel no es lo único interesante en este municipio unido a Ciudad Real por autovía (A-43) para los amantes del turismo cultural, de naturaleza e interior. Aunque archiconocido tanto por sus buenos como por sus malísimos momentos recientes, las Tablas , o lo que queda de ellas, en nada ensombrecen a uno de los yacimientos arqueológicos más interesantes y misteriosos, como todos los del Bronce, de los que se asientan en Ciudad Real. Se trata de la Motilla del Azuer, un poblado fortificado de la Edad del Bronce (entre el 3500 y el año 1000 a.c ) con su necrópolis, vestigio de los primeros pobladores de La Mancha y vinculado al agua de este afluente del Guadiana, el río Azuer, a ocho kilómetros del casco urbano de Daimiel.
El yacimiento, en el que desde el año 2001 se llevan a cabo campañas sistemáticas de excavación e investigación, está pendiente de que la Consejería de Cultura ponga en marcha un proyecto de revalorización que incluye la construcción de un centro de interpretación para establecer un sistema de visitas guiadas para el gran público.
No habrá mucho que esperar para eso. “En verano estaremos trabajando en el proyecto”, confirman fuentes de la Delegación de Cultura de Ciudad Real. Mientras se puede recurrir a la Oficina de Turismo de Daimiel (926-260639) para intentar visitar la motilla, si bien hay que tener claro que el recinto está vallado para protegerlo del vandalismo y sólo de se puede recorrer entre los meses de julio y octubre, de lunes a viernes, época del año que coincide con las campañas arqueológicas. Además en octubre el Ayuntamiento organiza jornadas de puertas abiertas para dar a conocer los últimos avances en las investigaciones, que ya han sido muchos.
La Motilla del Azuer fue objeto de una primera fase de excavaciones entre los años 1974 (un año después se creó el parque nacional) y 1986. En ese último año los trabajos se paralizaron, lo que provocó el paulatino deterioro del monumento. No fue hasta el año 2000, ante la urgente necesidad de una intervención de consolidación y restauración, cuando se planteó una actuación inicial de emergencia orientada a la limpieza y apuntalamiento de los sectores más afectados por la destrucción. Ese año se programó la continuación de las investigaciones arqueológicas mediante la realización de campañas anuales de excavación sistemática a partir de 2001, asociadas a las correspondientes actuaciones de consolidación y restauración para permitir, ya sí en un futuro cercano, su apertura al público.
En los años 2000 y 2001 se consiguieron resultados “interesantes”, según los arqueólogos responsables de las excavaciones, Trinidad Nájera y Fernando Molina, relacionados con la complejidad estructural del patio oriental de la fortificación, en el que se encontraron restos de una estructura hidráulica. También se han estudiado los sistemas de acceso a la fortificación y se han obtenido nuevas evidencias sobre la organización espacial del poblado. Además se excavaron nuevas sepulturas.

Lo que se puede ver
La Motilla del Azuer, restos de un poblado de hace al menos 4.000 años, presenta una fortificación de tres recintos amurallados concéntricos. El más interior está formado por una torre de planta cuadrada a la que se accede mediante rampas embutidas en pasillo. El área oriental está ocupada por un gran patio abierto de planta trapezoidal, en el que ya en 1984 se localizaron construcciones pertenecientes a una posible estructura de carácter hidráulico. Al exterior de la fortificación, en un radio de unos 50 kilómetros, se sitúa el poblado, con áreas de diversa funcionalidad, mientras que la necrópolis coincide espacialmente con el área de poblado, como sucede en la mayoría de las formaciones sociales de la Edad del Bronce de la península Ibérica.
En diez campañas de investigación se excavaron un total de 26 sepulturas individuales y aparecieron restos de otros 30 individuos, mujeres, varones, niños e incluso ancianos, de cuyo examen los arqueólogos han llegado a la conclusión de que la talla media entre los habitantes del poblado era de 1,72 metros para los hombres y 1,53 para las mujeres. “Los porcentajes de patología maxilo dentaria, así como otras características como la hipoplasia del esmalte abogan por una población con una dieta rica en carbohidratos. La periostitis de las tibias refleja la existencia de procesos infecciones relacionados con problemas de salubridad. Por el contrario los porcentajes de artritis en estas poblaciones proporcionan índices bajos”, dice el análisis de los restos realizado por antropólogos de la Universidad de Granada.

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La belleza de los cuerpos infinitos

literatura

La belleza de los cuerpos infinitos

granada hoy
amistades. El escitor cultiva su mitomanía.

G. CAPPA
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granada. Más amante de Príapo que de Venus, Luis Antonio de Villena es mucho más que un personaje de gafas extravagantes, rubio de bote y erudición infinita. Ganó el Premio Nacional de la Crítica en 1981 –con 30 años recién cumplidos– y ha abordado la poesía y la prosa a la búsqueda de una belleza que en ciertas ocasiones resalta más rodeada de cochambre.
–Hace años estuvo usted en La Madraza hablando de sus anécdotas con Borges. No pierde ocasión de cultivar la amistad de los grandes…

–No es porque sean grandes. Precisamente Borges era un señor con el que podías hablar, aparte de que fuera ciego, con total naturalidad. No adoptaba ninguna pose. Lo que justamente he aprendido de conocer a personas famosas es que son enormemente sencillas. El caso de José Emilio Pacheco es igual, se enfadaría si le pusieran en un pedestal. Pienso que una persona que tiene grandes valores, estos se ven solos. No tienen que decir nada de si mismos. A ninguno de los grandes les he oído vanagloriarse de sí mismos o preguntar qué te ha parecido mi libro. Jamás. Lo recuerdo muy bien de Alexandre, al que podías ir siempre a ver sin necesidad ninguna de hablar de su poesía.

–¿Mitomanía?

–En contra de lo que dice el propio Pacheco de que no es necesario conocer al autor, que por otro lado es verdad y se puede gozar de la literatura sin conocer al autor, es verdad que hay veces que cuando eras muy aficionado a la literatura te apetece conocer a las personas cuya poesía te gusta. A veces te puedes llevar una decepción, pero no porque sean personas mejores o peores, sino porque no tienes química con ellos. Pacheco siempre ha tenido una gran generosidad. Una vez fui a México y le pedí que me dijera libros de jóvenes poetas mexicanos. Me llevó a una librería, me dijo los más interesantes, y me compró diez libros.

–Su último poemario, Los gatos príncipes (VII Premio Internacional de poesía Generación del 27) se abre con una cita de Celaya: La poesía es una arma cargada de futuro. ¿Contra quienes dispara usted?

–Fue un verso emblemático, que yo relaciono con la necesidad de cambiar la vida. Es una forma distinta de poesía social. Creo cada vez más en la necesidad de una pluralidad moral. Me parece absurdo que sólo exista la moral cristiana.

–Muchos lectores han descubierto su obra a través de su prosa. ¿Son más accesibles sus novelas que sus poesías?

–Bueno, quizás. Algunos de mis poemas pueden tener muchas referencias cultas, pero en otros los referentes cultos los he pensado en el sentido de que si el lector los capta pues mejor, pero si no también puede leer el poema. Es verdad que las novelas pueden ser más accesibles, pero eso no me lo propuesto yo. De alguna manera inconsciente he utilizado la narrativa para ser más llano y en la poesía he metido más carga de profundidad.

–Se lo conoce en prosa sobre todo El burdel de Lord Byron, pero tiene otras novelas menos conocidas, como Fácil, que pueden ser incluso mejores y no se conocen.

–Bueno, creo que son cosas de editoriales. El Burdel de Lord Byron ganó en ese momento un premio muy importante porque era la segunda vez que se otorgaba el Premio Azorín y la primera edición la ganó Torrente Ballester. Tenía un jurado muy llamativo con Cela y otros. Tuvo mucha repercusión, más que Fácil, que es una novela no más difícil pero que alude a un mundo nocturno y sórdido y que a lo mejor atrae a menos lectores. A mí también me parece Fácil una novela mejor que El Burdel y sin embargo esta tuvo más éxito. Pero depende de la promoción editorial. Esto no lo sabe mucha gente pero hay novelas que se venden porque te las meten por los ojos y por la boca, que tienen una promoción inmensa. Hay Premios Planeta que si salieran al mercado con la promoción normal no venderían un libro. Lleva pasando mucho tiempo.

–Si triunfara sólo quien lo merece no habría podido usted escribir su Biografía del fracaso.

–Es un ensayo literario. A mí no me gustan los ensayos académicos, que tienen su público y su medio, la Universidad. Cuando publicas un ensayo en una editorial normal, aunque tiene que haber saber, tiene que haber literatura. En Biografía del fracaso pretendía un libro de ensayo muy literario. Por eso los personajes son muy literarios, unos conocidos y otros no.

–Siempre con el nexo común de la búsqueda de la belleza…

–Eso es una constante en mi obra desde luego. El triunfo es una cosa que sólo ve el de fuera. El que lo ve desde dentro tiene siempre tiene que aspirar a más, como es lógico. Por eso es muy tonto quien piensa que ha triunfado. Yo opino que uno nunca triunfa porque nunca se puede estar a la altura de lo que se piensa. Uno pretende siempre saber más, ser más inteligente… Pero luego la vida está llena de trampas y, como decía Gil de Biedma, la vida nunca es como queremos. Como nunca es como queremos todos fracasamos. Otras veces aplicamos una mirada histórica que distorsiona. Luis Cernuda, uno de los personajes que estaba incluido en la Biografía del fracaso, hoy en día es un gran triunfador, está reconocido como uno de los grandes poetas del siglo XX y se le han reconocido todos sus méritos. Ahora, en su vida, Cernuda debió sentirse fracasado muchísimas veces porque vivió muy marginado y fueron muy poco generosos con él, también tenía un carácter un poco altivo que no le ayudó. Sólo en los dos últimos años de su vida atisbó un poquito que aparecía una luz en el horizonte porque él pasó años y años como un personaje mucho más que secundario. Es una forma de fracaso que tiene mucho de mirada histórica. Más significativo es el caso del pintor Gauguin. Fíjese lo que cuesta ahora un cuadro de Gauguin, que en su vida vendió tres cuadros. Entonces, el fracaso son dos perspectivas distintas: el fracaso forma parte de la condición humana y por otro lado, en la perspectiva diaria, hablamos de personajes como si fueran grandes triunfadores cuando en su vida se sentirían muy fracasados.

–La mayoría de estos personajes son homosexuales. ¿Sigue siendo necesario reivindicar?

–Bueno, es una cuestión que me puede interesar más por reivindicar esa historia que ha sido siempre muy castigada y muy marginada. A veces lo hago intencionadamente y otras inconscientemente porque un señor homosexual ha tenido siempre históricamente más posibilidades de ser marginado.

–La belleza personificada en el cuerpo masculino

–El tema es la belleza, no la homosexualidad, aunque el canon que de belleza que utilizo lo aplico a lo masculino. Sería ridículo decir que la poesía de Neruda trata de la heterosexualidad. La poesía de Neruda era de amor. Mis poemas hablan de la belleza y el fracaso ejemplarizados en lo masculino, pero no hablan directamente de eso.

–Ejerció usted de consejero sentimental con Fernando G. Delgado en la Cadena Ser. ¿Hacía falta dignificar este género?

–Se me ocurrió contestar en antena a las cartas que nos llegaban, pero se trataba de hacer ver que se puede hablar de los sentimientos con claridad y al mismo tiempo con elegancia y con cierta base cultural. Se trataba de que la gente se acostumbrase a oír hablar de sexo y sentimientos en ámbitos muy domésticos un domingo por la mañana.

–Mantiene usted una relación muy especial con Granada.

–Tenía unos amigos que estudiaban en la Universidad de Granada y salía visitarlos allá por el año 74. Luego hice amigos poetas de Granada, algunos de los cuales les he perdido la pista. Uno de ellos es José Gutiérrez, que era muy conocido y muy amigo mío pero que no he sabido nada de él después. Debe estar muy retirado.

–¿Sigue habiendo una doble moralidad, la de la calle y la que pretenden reflejar los medios de comunicación?

–En España hay un problema muy grande en terrenos de moral, que es el peso tremendo de un catolicismo represivo. Se ha avanzado mucho pero no se ha quitado del todo. Las represiones han sido muy feroces y nos han hecho mucho daño a todos. A mí me parece muy lamentable que mientras en Francia estén celebrando los 100 años de la separación de la Iglesia y el Estado nosotros estemos aún con ese problema. Eso se nota en la moral, todo se rige directa o indirectamente por la moral católica, y no debería ser así. Hay una moral civil que es mucho más importante y tiene más en cuenta los derechos individuales. Se tiende a considerar aquí que lo que es pecado es un delito. Claro, una cosa es el pecado y otra el delito. El intento de mezclarlos es aberrante. Si usted es creyente considerará cosas como pecado pero que no son delito en ningún sentido.

–Como autor de la primera antología en España de José Emilio Pacheco ha tenido un papel relevante en el Premio de Poesía García Lorca de este año. ¿Qué valoración hace?

–Me parece bien. Es una cosa que aún se está gestando y supongo que puede mejorar. Está muy bien que se le haya dado a Pacheco, que es un hombre talentoso y cordial. Los actos estuvieron bien, con cosas de gran brillantez, aunque faltan cosas por ajustar. Por ejemplo, los tres políticos que hablaron dijeron lo mismo. Dieron una pequeña clase de literatura y, bueno, está bien que se haga pero debería haberlo hecho uno y que los demás hubieran hecho otras cosas, no repetir lo mismo. También es importante la presencia de representantes del Estado, que fallaron entre comillas. Es importante el respaldo estatal para que se le note el carácter internacional. No hace falta que vayan los Príncipes, pero junto a las autoridades locales debe haber autoridades nacionales para que el premio esté como más subrayado.

–¿Es cada vez más difícil encontrar Pachecos en España?

–Seguro que hay muchísimos poetas porque imagínese lo que hay entre Río Grande y la Patagonia. Desconocidos sin duda, pero también poetas ya muertos. Ese es un campo inmenso. Pero allí tampoco se conoce la poesía en español, que es algo que de vez en cuando conviene repetir. Funcionan mal los libros españoles que llegan allí y viceversa. Ese es un fallo y debería haber más comunicación entre las dos orillas del Atlántico.

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El tímido acercamiento de Granada a la vanguardia arquitectónica

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El tímido acercamiento de Granada a la vanguardia arquitectónica

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granada. E. Ontiveros/ I.Wilhelmi Si la arquitectura es el testimonio permanente que va dejando el hombre respecto a su pasado, en Granada, las generaciones futuras podrán apreciar cómo la vanguardia se abrió paso tímidamente a comienzos del siglo XXI. Las sedes de la Confederación de Empresarios; los sindicatos; la Diputación y la sede de la Junta de Andalucía; los edificios del Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud; el Museo de la Memoria de Andalucía de CajaGranada; la cuarta fase del Parque de las Ciencias; el edificio de empresas Fórum y el hotel Nevada, entre otros proyectos arquitectónicos en desarrollo, son los exponentes de la arquitectura moderna granadina que promete someter a una profunda transformación el skyline de la ciudad, ese perfil urbano que permite distinguir cada población desde el cielo.
La ciudad es una basta, compleja y heterogénea construcción en el espacio, la suma de las grandes obras acumuladas en el tiempo que cada generación ha dejado, configurando así su particular visión de la moda arquitectónica de su tiempo. Para el decano del Colegio de Arquitectos de Granada, Ángel Gijón, a Granada le ha llegado ahora el momento que hace varios años vivieron otras importantes ciudades españolas que, por distintas circunstancias, tuvieron su oportunidad de incorporarse a la arquitectura de vanguardia. Barcelona, para las Olimpiadas del 92, desarrolló una política de espacios públicos que, más allá de las infraestructuras deportivas y complementarias, creó una ciudad más habitable –explica–. En Sevilla, con la Expo ocurrió algo parecido pero a bastante menor escala, con una actuación mucho menos integral; Bilbao aprovechó el tirón del Guggenheim y desarrolló un proyecto arquitectónico para todas las rías, que incluía el Palacio Euskalduna, un hotel espectacular, o la remodelación del Puente de Calatrava.

Pero, ¿cuál es el hito que ha servido de empuje a la innovación arquitectónica en Granada? De alguna manera, a través del Campus de la Salud se ha abierto una etapa donde han empezado a aparecer edificios más propios del siglo XXI. Este hecho, unido a la circunstancia de que ya son 12 promociones de arquitectos –unos 600– las que ha dado la Escuela granadina podría ser la clave del leve atrevimiento que ya despunta en los bocetos de los edificios proyectados en la ciudad. Al margen de la cantera granadina, afamadas firmas nacionales e internacionales también están dejando su impronta en varios edificios de la ciudad. Campo Baeza, autor del otrora polémico cubo de CajaGranada, ha diseñado el Museo de la Memoria de Andalucía; Carlos Ferrater, la cuarta fase del Parque de las Ciencias; el estudio sevillano Cruz y Ortiz, el edificio administrativo de la Junta en Joaquina Eguaras; el madrileño Andrés Perea, la nueva sede de la Diputación, entre otros ejemplos. Hay bastante buen nivel respecto a la arquitectura española e incluso internacional –afirma Gijón–. Prueba de ello es que de los 53 trabajos expuestos en el Moma de Nueva York, resultaron elegidos tres de Granada, cifra que sólo igualó Barcelona.

La ruptura con los cánones tradicionales no ha sido fácil ya que asumir riesgos en arquitectura exige un plus de valentía. La arquitectura está expuesta a la crítica de cualquiera porque está la vista de todos –subraya el decano de los arquitectos–. Además, la ciudad es el escenario de la vida del ser humano y es responsabilidad de los arquitectos, promotores y políticos; por si fuera poco, la gente es muy conservadora en este sentido. Mientras que en el interiorismo de las viviendas, los coches e incuso el mobiliario urbano se camina hacia una estética mucho más moderna, en arquitectura la opinión pública se muestra reticente al diseño vanguardista. En Bilbao suscitó una gran suspicacia la elección del californiano Frank O. Gehry para el diseño del Guggenheim, el museo que ha puesto en el mapa a Bilbao –recuerda Gijón–. Aquí, en Granada, el cubo de Campo Baeza empieza a ser reconocido por los granadinos ahora que ha sido premiado a nivel internacional.

Conciliar la arquitectura histórica y la tradicional en ciudades con memoria histórica, como Granada, no es fácil. Brujas, Venecia o Quito han subsistido fieles a su arquitectura histórica. Es una apuesta sin duda arriesgada porque puede incurrir en el error de desarrollar una estética mediocre en las nuevas construcciones que ni es fiel al pasado ni aporta nada al futuro, dice Gijón. En el entorno de la Acera del Darro, donde el portugués Álvaro Siza reinventó el mítico Zaida, no sin levantar ampollas entre los nostálgicos del hotel, se han construido bastos edificios sin más interés arquitectónico que el de alojar al mayor número de personas. El Zaida es un buen ejercicio de arquitectura actual que respeta los volúmenes del plan especial centro.

Por otra parte, la aprensión generalizada que existe hacia las torres también ha coartado la imaginación de los arquitectos. Esta tendencia, impulsada por Le Corbusier hacia los años 20, apostaba por edificios altos como solución para habilitar espacios libres ante el aumento de la población. Todavía hay cierto miedo porque, basándose en esos principios, al final se han ido llenando las ciudades de torres y no se ha guardado la proporción de espacios libres. En Granada, –lamenta Gijón– es una pena que se hayan desaprovechado ocasiones de construir auténticos iconos que la hubieran puesto en el mapa de la arquitectura moderna igual que lo está en la histórica.

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