GRANADA
Los años no pueden con San Lucas
La celebración adelantada del patrón de Medicina pilló por sorpresa a los alumnos de primero Inundó el centro de la ciudad de batas blancas y novatos pintados
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LA festividad de San Lucas aparece en el calendario el próximo día diecisiete, y la facultad de Medicina tendrá su fiesta oficial el próximo lunes, al ser este santo su patrón. Pero los futuros galenos pasaron olímpicamente del almanaque que cuelga en el Rectorado y decidieron que su día se celebraba ayer. Y no fue una fiesta, fue la madre de todas las juergas que celebran los universitarios con la excusa del día del representante de su centro. Una de esas costumbres que entusiasman a los que las viven y que luego recuerdan con añoranza cuando pasan los años.
Aunque por supuesto no gustan a todo el mundo, ya que el guateque callejero comienza con el lanzamiento de huevos, harina, vinagre, betadine, vino y casi todo lo que pillan a mano. Normalmente toda esta artillería va dirigida a los alumnos de primer año. Además, también se acompaña de buenas dosis de vino y licores, al más puro estilo botellón, o a su versión diurna, el barril.
Dos semanas
La jornada de desmadre de ayer comenzó bien temprano, cuando acorralaron a los novatos para pedirles algo de dinero, que más tarde serviría para subvencionar las bebidas que todos compartirían. «Este año les hemos sacado quinientos euros», decía Inma González, una de las chicas de cuarto que había organizado la tradicional fiesta junto a sus compañeros de curso. «Con este dinero se paga el barril y los bocadillos que hemos preparado para comer», explicaba la joven, que al igual que el resto de los alumnos de este curso iban vestidos de troyanos.
Tras la batalla campal de las diez de la mañana en Medicina, se desplazaron en una atípica procesión hasta la facultad de Derecho, como manda la tradición.
«¿Viva Troya!»
Detrás de la juerga que ven los ajenos a esta facultad, hay dos semanas de preparación. Cada año, los alumnos de cuarto eligen un día para las novatadas y un tema para sus disfraces. Si el año pasado iban enfundados en pieles al más puro estilo troglodita, este año las túnicas traían recuerdos de la mítica ciudad. Además, se encargaron de empapelar todo el centro con carteles en los que se representaba a auténticos borregos, en alusión a sus nuevos compañeros, y con escenas de las novatadas que les esperaban.
«¿Viva Troya!», gritaba un entusiasmado San Lucas, que, como todos los años, representaba un alumno. En esta ocasión, vociferaba agarrado a la estatua de Carlos V y vestido de Napoleón. Y lo que viene después es lo que representa la foto superior. Al grito de ¿Viva San Lucas volador!, el elegido se deja caer sobre la multitud que lo jalea desde abajo. Una costumbre que no por arriesgada deja de repetirse cada año. Afortunadamente, sus compañeros lo sujetan antes de que alcance al suelo. Y ahí se mezclan los de primero, segundo o sexto. Porque además de dejar a los borregos hechos unos zorros, esta jornada hace que se los alumnos se conozcan, y por supuesto, se diviertan.
Después de los saltos en la Plaza de la Universidad, los alumnos de Medicina, y los muchos estudiantes de otras titulaciones que se les habían unido ya, se desplazaron de nuevo a Medicina, para asombro de los viandantes que los veían por la calle. Allí se juntaron cientos de chicos para hacer un gran botellón.
La Policía Local, que los acompañó durante todo el día en previsión de posibles altercados, señaló que pese a los numerosos grupos de jóvenes, no se registró ningún tipo de incidente en la jornada.
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