Desarrollan un software para mejorar la resolución de imágenes multiespectrales

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) están desarrollando métodos y técnicas estadísticas, denominadas bayesianas, que más tarde aplicarán en un software propio para mejorar la resolución de imágenes multiespectrales.

Se trata de un conjunto de imágenes digitales con las mismas propiedades geométricas en las que cada una contiene aquellos aspectos de la escena que corresponden a un color determinado y que utilizarán científicos de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la UGR, ha informado Andalucía Innova, dependiente de la Consejería de Economía e Innovación de la Junta.

Los expertos dedicarán especial énfasis a mejorar imágenes tipo «Landsat-ETM+» y «SPOT», que se caracterizan por captar la superficie terrestre en varias longitudes de onda, no sólo del espectro visible, que habitualmente captan como bandas de color rojo, verde y azul; sino también en el infrarrojo.

Con ello, los científicos granadinos pretenden emplear esta aplicación informática para la monitorización y creación de mapas del uso, así como en la cobertura del suelo y otras aplicaciones medioambientales.

Actualmente trabajan en colaboración con el Centro Andaluz de Medio Ambiente (CAEMA) en estas labores, empleando el uso de las técnicas de superresolución.

Este software se podrá utilizar en cualquier campo que disponga de imágenes multiespectrales y precise imágenes de alta resolución de mayor calidad, según sus creadores.

El profesor coordinador de la investigación, Javier Mateos, ha manifestado que el sistema permitirá la identificación visual de objetos y zonas de interés en las imágenes, así como a la aplicación de métodos de clasificación automática aplicada a regiones de gran extensión, lo que posibilitará la mejora de la calidad de las imágenes que, por ejemplo, se muestran en aplicaciones como Google Earth o Google Maps.

También se podrá emplear en astronomía, medicina y otros trabajos de laboratorio: «El incremento de la resolución en imágenes astronómicas, la calibración de telescopios o la combinación, en el ámbito de la medicina, de diferentes imágenes captadas mediante distintas técnicas, como ultrasonidos o resonancia magnético nuclear».

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Expertos del GENYO determinan la implicación de una proteína en la plasticidad tumoral, clave en desarrollarse un cáncer

Un grupo de investigadores del Centro de Genómica e Investigación Oncológica (GENYO), en el que participan Pfizer, la Universidad de Granada y la Junta de Andalucía, han contribuido a determinar el papel de una proteína extracelular, denominada ADAMTS1, en el desarrollo tumoral, ampliando así los conocimientos existentes hasta el momento sobre la formación de tumores.

Este trabajo, liderado por el doctor Juan Carlos Rodríguez-Manzaneque, que se inició hace más de tres años y cuyos resultados ya se han publicado en la revista especializada ‘Cancer Research’, ha observado que la presencia de la ADAMTS1 contribuye a desarrollar la plasticidad tumoral, un proceso por el que células tumorales adquieren propiedades específicas de otras células, incluyendo aquellas que forman los vasos sanguíneos.

Según describe el propio Rodríguez-Manzaneque, este proyecto parte de dos conceptos relevantes. Por un lado, de la angiogénesis tumoral, es decir, del crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el tumor, un hecho que incide en el desarrollo tumoral y que ha centrado el esfuerzo de numerosos grupos de investigación por sus posibilidades terapeúticas. Por otro, se basa en el fenómeno de la plasticidad tumoral, también conocida como mimetismo vasculogénico, se ha observado en algunos tipos de tumores como sarcomas y melanomas.

En concreto, el grupo del GENYO ha observado que la presencia de la proteína ADAMTS1 contribuye a dicha plasticidad tumoral y, por tanto, facilita que las células tumorales adquieran propiedades de células endoteliales, propiciando la creación de vasos sanguíneos alternativos.

Los profesionales han alcanzado esta conclusión tras haber realizado su estudio tanto in vivo (en modelos animales) como in vitro (en cultivo celular), lo que les hizo ver que cuando hay células tumorales con más proteínas de este tipo, los tumores adquieren un mayor tamaño que aquellos que no las poseen, pero de una forma independiente y distinta al crecimiento tumoral más reconocido hasta ahora.

Así, han analizado el comportamiento de las células tumorales según la presencia –por exceso y por defecto– de la proteína ADAMTS1, a la que llevan estudiando más de seis años. Mediante el cultivo celular, los investigadores han observado que existe una clara relación entre la presencia de esta proteína en células tumorales y su capacidad para adoptar propiedades de tipo endotelial, detectando al mismo tiempo que estas células tumorales se pueden interrelacionar con células endoteliales, comunicarse, e incluso forman redes continuas.

No obstante, los investigadores advierten que los componentes del microentorno tumoral serán determinantes para la acción de esta proteína.

Este hallazgo permite conocer la implicación de la ADAMTS1 en el fenómeno del mimetismo vasculogénico, «lo cual es muy importante porque en el futuro podrá ayudar a la optimización de las actuales terapias antiangiogénicas», apunta este experto.

COLABORACIÓN PARA UNA PUBLICACIÓN EN NATURE

Este grupo, además, ha colaborado en otro trabajo que ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature. La investigación ha estado liderada por la doctora Hodivala-Dilke del Instituto del Cáncer de Barts, en Londres. El estudio parte del conocimiento de que individuos con Síndrome de Down tienen una menor incidencia de tumores sólidos, aquellos que tienen un mayor desarrollo de masa tumoral, como por ejemplo, el cáncer de mama, el melanoma o el glioma.

Estas personas tienen una copia extra del cromosoma 21, por lo que el estudio se ha basado en la identificación de genes de este cromosoma. Los investigadores han observado que, entre ellos, se encuentra el gen que da lugar a la proteína ADAMTS1, y de hecho se ha demostrado su contribución a la menor incidencia de tumores sólidos debido a sus propiedades antiangiogénicas. Para este estudio se han usado ratones modificados para reproducir genéticamente lo ocurrido en el Síndrome de Down.

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Expertos del GENYO determinan la implicación de una proteína en la plasticidad tumoral, clave en desarrollarse un cáncer

Un grupo de investigadores del Centro de Genómica e Investigación Oncológica (GENYO), en el que participan Pfizer, la Universidad de Granada y la Junta de Andalucía, han contribuido a determinar el papel de una proteína extracelular, denominada ADAMTS1, en el desarrollo tumoral, ampliando así los conocimientos existentes hasta el momento sobre la formación de tumores.

Este trabajo, liderado por el doctor Juan Carlos Rodríguez-Manzaneque, que se inició hace más de tres años y cuyos resultados ya se han publicado en la revista especializada ‘Cancer Research’, ha observado que la presencia de la ADAMTS1 contribuye a desarrollar la plasticidad tumoral, un proceso por el que células tumorales adquieren propiedades específicas de otras células, incluyendo aquellas que forman los vasos sanguíneos.

Según describe el propio Rodríguez-Manzaneque, este proyecto parte de dos conceptos relevantes. Por un lado, de la angiogénesis tumoral, es decir, del crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el tumor, un hecho que incide en el desarrollo tumoral y que ha centrado el esfuerzo de numerosos grupos de investigación por sus posibilidades terapeúticas. Por otro, se basa en el fenómeno de la plasticidad tumoral, también conocida como mimetismo vasculogénico, se ha observado en algunos tipos de tumores como sarcomas y melanomas.

En concreto, el grupo del GENYO ha observado que la presencia de la proteína ADAMTS1 contribuye a dicha plasticidad tumoral y, por tanto, facilita que las células tumorales adquieran propiedades de células endoteliales, propiciando la creación de vasos sanguíneos alternativos.

Los profesionales han alcanzado esta conclusión tras haber realizado su estudio tanto in vivo (en modelos animales) como in vitro (en cultivo celular), lo que les hizo ver que cuando hay células tumorales con más proteínas de este tipo, los tumores adquieren un mayor tamaño que aquellos que no las poseen, pero de una forma independiente y distinta al crecimiento tumoral más reconocido hasta ahora.

Así, han analizado el comportamiento de las células tumorales según la presencia –por exceso y por defecto– de la proteína ADAMTS1, a la que llevan estudiando más de seis años. Mediante el cultivo celular, los investigadores han observado que existe una clara relación entre la presencia de esta proteína en células tumorales y su capacidad para adoptar propiedades de tipo endotelial, detectando al mismo tiempo que estas células tumorales se pueden interrelacionar con células endoteliales, comunicarse, e incluso forman redes continuas.

No obstante, los investigadores advierten que los componentes del microentorno tumoral serán determinantes para la acción de esta proteína.

Este hallazgo permite conocer la implicación de la ADAMTS1 en el fenómeno del mimetismo vasculogénico, «lo cual es muy importante porque en el futuro podrá ayudar a la optimización de las actuales terapias antiangiogénicas», apunta este experto.

COLABORACIÓN PARA UNA PUBLICACIÓN EN NATURE

Este grupo, además, ha colaborado en otro trabajo que ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature. La investigación ha estado liderada por la doctora Hodivala-Dilke del Instituto del Cáncer de Barts, en Londres. El estudio parte del conocimiento de que individuos con Síndrome de Down tienen una menor incidencia de tumores sólidos, aquellos que tienen un mayor desarrollo de masa tumoral, como por ejemplo, el cáncer de mama, el melanoma o el glioma.

Estas personas tienen una copia extra del cromosoma 21, por lo que el estudio se ha basado en la identificación de genes de este cromosoma. Los investigadores han observado que, entre ellos, se encuentra el gen que da lugar a la proteína ADAMTS1, y de hecho se ha demostrado su contribución a la menor incidencia de tumores sólidos debido a sus propiedades antiangiogénicas. Para este estudio se han usado ratones modificados para reproducir genéticamente lo ocurrido en el Síndrome de Down.

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Expertos del GENYO determinan la implicación de una proteína en la plasticidad tumoral, clave en desarrollarse un cáncer

Un grupo de investigadores del Centro de Genómica e Investigación Oncológica (GENYO), en el que participan Pfizer, la Universidad de Granada y la Junta de Andalucía, han contribuido a determinar el papel de una proteína extracelular, denominada ADAMTS1, en el desarrollo tumoral, ampliando así los conocimientos existentes hasta el momento sobre la formación de tumores.

Este trabajo, liderado por el doctor Juan Carlos Rodríguez-Manzaneque, que se inició hace más de tres años y cuyos resultados ya se han publicado en la revista especializada ‘Cancer Research’, ha observado que la presencia de la ADAMTS1 contribuye a desarrollar la plasticidad tumoral, un proceso por el que células tumorales adquieren propiedades específicas de otras células, incluyendo aquellas que forman los vasos sanguíneos.

Según describe el propio Rodríguez-Manzaneque, este proyecto parte de dos conceptos relevantes. Por un lado, de la angiogénesis tumoral, es decir, del crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el tumor, un hecho que incide en el desarrollo tumoral y que ha centrado el esfuerzo de numerosos grupos de investigación por sus posibilidades terapeúticas. Por otro, se basa en el fenómeno de la plasticidad tumoral, también conocida como mimetismo vasculogénico, se ha observado en algunos tipos de tumores como sarcomas y melanomas.

En concreto, el grupo del GENYO ha observado que la presencia de la proteína ADAMTS1 contribuye a dicha plasticidad tumoral y, por tanto, facilita que las células tumorales adquieran propiedades de células endoteliales, propiciando la creación de vasos sanguíneos alternativos.

Los profesionales han alcanzado esta conclusión tras haber realizado su estudio tanto in vivo (en modelos animales) como in vitro (en cultivo celular), lo que les hizo ver que cuando hay células tumorales con más proteínas de este tipo, los tumores adquieren un mayor tamaño que aquellos que no las poseen, pero de una forma independiente y distinta al crecimiento tumoral más reconocido hasta ahora.

Así, han analizado el comportamiento de las células tumorales según la presencia –por exceso y por defecto– de la proteína ADAMTS1, a la que llevan estudiando más de seis años. Mediante el cultivo celular, los investigadores han observado que existe una clara relación entre la presencia de esta proteína en células tumorales y su capacidad para adoptar propiedades de tipo endotelial, detectando al mismo tiempo que estas células tumorales se pueden interrelacionar con células endoteliales, comunicarse, e incluso forman redes continuas.

No obstante, los investigadores advierten que los componentes del microentorno tumoral serán determinantes para la acción de esta proteína.

Este hallazgo permite conocer la implicación de la ADAMTS1 en el fenómeno del mimetismo vasculogénico, «lo cual es muy importante porque en el futuro podrá ayudar a la optimización de las actuales terapias antiangiogénicas», apunta este experto.

COLABORACIÓN PARA UNA PUBLICACIÓN EN NATURE

Este grupo, además, ha colaborado en otro trabajo que ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature. La investigación ha estado liderada por la doctora Hodivala-Dilke del Instituto del Cáncer de Barts, en Londres. El estudio parte del conocimiento de que individuos con Síndrome de Down tienen una menor incidencia de tumores sólidos, aquellos que tienen un mayor desarrollo de masa tumoral, como por ejemplo, el cáncer de mama, el melanoma o el glioma.

Estas personas tienen una copia extra del cromosoma 21, por lo que el estudio se ha basado en la identificación de genes de este cromosoma. Los investigadores han observado que, entre ellos, se encuentra el gen que da lugar a la proteína ADAMTS1, y de hecho se ha demostrado su contribución a la menor incidencia de tumores sólidos debido a sus propiedades antiangiogénicas. Para este estudio se han usado ratones modificados para reproducir genéticamente lo ocurrido en el Síndrome de Down.

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Expertos del GENYO determinan la implicación de una proteína en la plasticidad tumoral, clave en desarrollarse un cáncer

Un grupo de investigadores del Centro de Genómica e Investigación Oncológica (GENYO), en el que participan Pfizer, la Universidad de Granada y la Junta de Andalucía, han contribuido a determinar el papel de una proteína extracelular, denominada ADAMTS1, en el desarrollo tumoral, ampliando así los conocimientos existentes hasta el momento sobre la formación de tumores.

Este trabajo, liderado por el doctor Juan Carlos Rodríguez-Manzaneque, que se inició hace más de tres años y cuyos resultados ya se han publicado en la revista especializada ‘Cancer Research’, ha observado que la presencia de la ADAMTS1 contribuye a desarrollar la plasticidad tumoral, un proceso por el que células tumorales adquieren propiedades específicas de otras células, incluyendo aquellas que forman los vasos sanguíneos.

Según describe el propio Rodríguez-Manzaneque, este proyecto parte de dos conceptos relevantes. Por un lado, de la angiogénesis tumoral, es decir, del crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el tumor, un hecho que incide en el desarrollo tumoral y que ha centrado el esfuerzo de numerosos grupos de investigación por sus posibilidades terapeúticas. Por otro, se basa en el fenómeno de la plasticidad tumoral, también conocida como mimetismo vasculogénico, se ha observado en algunos tipos de tumores como sarcomas y melanomas.

En concreto, el grupo del GENYO ha observado que la presencia de la proteína ADAMTS1 contribuye a dicha plasticidad tumoral y, por tanto, facilita que las células tumorales adquieran propiedades de células endoteliales, propiciando la creación de vasos sanguíneos alternativos.

Los profesionales han alcanzado esta conclusión tras haber realizado su estudio tanto in vivo (en modelos animales) como in vitro (en cultivo celular), lo que les hizo ver que cuando hay células tumorales con más proteínas de este tipo, los tumores adquieren un mayor tamaño que aquellos que no las poseen, pero de una forma independiente y distinta al crecimiento tumoral más reconocido hasta ahora.

Así, han analizado el comportamiento de las células tumorales según la presencia –por exceso y por defecto– de la proteína ADAMTS1, a la que llevan estudiando más de seis años. Mediante el cultivo celular, los investigadores han observado que existe una clara relación entre la presencia de esta proteína en células tumorales y su capacidad para adoptar propiedades de tipo endotelial, detectando al mismo tiempo que estas células tumorales se pueden interrelacionar con células endoteliales, comunicarse, e incluso forman redes continuas.

No obstante, los investigadores advierten que los componentes del microentorno tumoral serán determinantes para la acción de esta proteína.

Este hallazgo permite conocer la implicación de la ADAMTS1 en el fenómeno del mimetismo vasculogénico, «lo cual es muy importante porque en el futuro podrá ayudar a la optimización de las actuales terapias antiangiogénicas», apunta este experto.

COLABORACIÓN PARA UNA PUBLICACIÓN EN NATURE

Este grupo, además, ha colaborado en otro trabajo que ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature. La investigación ha estado liderada por la doctora Hodivala-Dilke del Instituto del Cáncer de Barts, en Londres. El estudio parte del conocimiento de que individuos con Síndrome de Down tienen una menor incidencia de tumores sólidos, aquellos que tienen un mayor desarrollo de masa tumoral, como por ejemplo, el cáncer de mama, el melanoma o el glioma.

Estas personas tienen una copia extra del cromosoma 21, por lo que el estudio se ha basado en la identificación de genes de este cromosoma. Los investigadores han observado que, entre ellos, se encuentra el gen que da lugar a la proteína ADAMTS1, y de hecho se ha demostrado su contribución a la menor incidencia de tumores sólidos debido a sus propiedades antiangiogénicas. Para este estudio se han usado ratones modificados para reproducir genéticamente lo ocurrido en el Síndrome de Down.

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Expertos del GENYO determinan la implicación de una proteína en la plasticidad tumoral, clave en desarrollarse un cáncer

Un grupo de investigadores del Centro de Genómica e Investigación Oncológica (GENYO), en el que participan Pfizer, la Universidad de Granada y la Junta de Andalucía, han contribuido a determinar el papel de una proteína extracelular, denominada ADAMTS1, en el desarrollo tumoral, ampliando así los conocimientos existentes hasta el momento sobre la formación de tumores.

Este trabajo, liderado por el doctor Juan Carlos Rodríguez-Manzaneque, que se inició hace más de tres años y cuyos resultados ya se han publicado en la revista especializada ‘Cancer Research’, ha observado que la presencia de la ADAMTS1 contribuye a desarrollar la plasticidad tumoral, un proceso por el que células tumorales adquieren propiedades específicas de otras células, incluyendo aquellas que forman los vasos sanguíneos.

Según describe el propio Rodríguez-Manzaneque, este proyecto parte de dos conceptos relevantes. Por un lado, de la angiogénesis tumoral, es decir, del crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el tumor, un hecho que incide en el desarrollo tumoral y que ha centrado el esfuerzo de numerosos grupos de investigación por sus posibilidades terapeúticas. Por otro, se basa en el fenómeno de la plasticidad tumoral, también conocida como mimetismo vasculogénico, se ha observado en algunos tipos de tumores como sarcomas y melanomas.

En concreto, el grupo del GENYO ha observado que la presencia de la proteína ADAMTS1 contribuye a dicha plasticidad tumoral y, por tanto, facilita que las células tumorales adquieran propiedades de células endoteliales, propiciando la creación de vasos sanguíneos alternativos.

Los profesionales han alcanzado esta conclusión tras haber realizado su estudio tanto in vivo (en modelos animales) como in vitro (en cultivo celular), lo que les hizo ver que cuando hay células tumorales con más proteínas de este tipo, los tumores adquieren un mayor tamaño que aquellos que no las poseen, pero de una forma independiente y distinta al crecimiento tumoral más reconocido hasta ahora.

Así, han analizado el comportamiento de las células tumorales según la presencia –por exceso y por defecto– de la proteína ADAMTS1, a la que llevan estudiando más de seis años. Mediante el cultivo celular, los investigadores han observado que existe una clara relación entre la presencia de esta proteína en células tumorales y su capacidad para adoptar propiedades de tipo endotelial, detectando al mismo tiempo que estas células tumorales se pueden interrelacionar con células endoteliales, comunicarse, e incluso forman redes continuas.

No obstante, los investigadores advierten que los componentes del microentorno tumoral serán determinantes para la acción de esta proteína.

Este hallazgo permite conocer la implicación de la ADAMTS1 en el fenómeno del mimetismo vasculogénico, «lo cual es muy importante porque en el futuro podrá ayudar a la optimización de las actuales terapias antiangiogénicas», apunta este experto.

COLABORACIÓN PARA UNA PUBLICACIÓN EN NATURE

Este grupo, además, ha colaborado en otro trabajo que ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature. La investigación ha estado liderada por la doctora Hodivala-Dilke del Instituto del Cáncer de Barts, en Londres. El estudio parte del conocimiento de que individuos con Síndrome de Down tienen una menor incidencia de tumores sólidos, aquellos que tienen un mayor desarrollo de masa tumoral, como por ejemplo, el cáncer de mama, el melanoma o el glioma.

Estas personas tienen una copia extra del cromosoma 21, por lo que el estudio se ha basado en la identificación de genes de este cromosoma. Los investigadores han observado que, entre ellos, se encuentra el gen que da lugar a la proteína ADAMTS1, y de hecho se ha demostrado su contribución a la menor incidencia de tumores sólidos debido a sus propiedades antiangiogénicas. Para este estudio se han usado ratones modificados para reproducir genéticamente lo ocurrido en el Síndrome de Down.

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Expertos del GENYO determinan la implicación de una proteína en la plasticidad tumoral, clave en desarrollarse un cáncer

Un grupo de investigadores del Centro de Genómica e Investigación Oncológica (GENYO), en el que participan Pfizer, la Universidad de Granada y la Junta de Andalucía, han contribuido a determinar el papel de una proteína extracelular, denominada ADAMTS1, en el desarrollo tumoral, ampliando así los conocimientos existentes hasta el momento sobre la formación de tumores.

Este trabajo, liderado por el doctor Juan Carlos Rodríguez-Manzaneque, que se inició hace más de tres años y cuyos resultados ya se han publicado en la revista especializada ‘Cancer Research’, ha observado que la presencia de la ADAMTS1 contribuye a desarrollar la plasticidad tumoral, un proceso por el que células tumorales adquieren propiedades específicas de otras células, incluyendo aquellas que forman los vasos sanguíneos.

Según describe el propio Rodríguez-Manzaneque, este proyecto parte de dos conceptos relevantes. Por un lado, de la angiogénesis tumoral, es decir, del crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el tumor, un hecho que incide en el desarrollo tumoral y que ha centrado el esfuerzo de numerosos grupos de investigación por sus posibilidades terapeúticas. Por otro, se basa en el fenómeno de la plasticidad tumoral, también conocida como mimetismo vasculogénico, se ha observado en algunos tipos de tumores como sarcomas y melanomas.

En concreto, el grupo del GENYO ha observado que la presencia de la proteína ADAMTS1 contribuye a dicha plasticidad tumoral y, por tanto, facilita que las células tumorales adquieran propiedades de células endoteliales, propiciando la creación de vasos sanguíneos alternativos.

Los profesionales han alcanzado esta conclusión tras haber realizado su estudio tanto in vivo (en modelos animales) como in vitro (en cultivo celular), lo que les hizo ver que cuando hay células tumorales con más proteínas de este tipo, los tumores adquieren un mayor tamaño que aquellos que no las poseen, pero de una forma independiente y distinta al crecimiento tumoral más reconocido hasta ahora.

Así, han analizado el comportamiento de las células tumorales según la presencia –por exceso y por defecto– de la proteína ADAMTS1, a la que llevan estudiando más de seis años. Mediante el cultivo celular, los investigadores han observado que existe una clara relación entre la presencia de esta proteína en células tumorales y su capacidad para adoptar propiedades de tipo endotelial, detectando al mismo tiempo que estas células tumorales se pueden interrelacionar con células endoteliales, comunicarse, e incluso forman redes continuas.

No obstante, los investigadores advierten que los componentes del microentorno tumoral serán determinantes para la acción de esta proteína.

Este hallazgo permite conocer la implicación de la ADAMTS1 en el fenómeno del mimetismo vasculogénico, «lo cual es muy importante porque en el futuro podrá ayudar a la optimización de las actuales terapias antiangiogénicas», apunta este experto.

COLABORACIÓN PARA UNA PUBLICACIÓN EN NATURE

Este grupo, además, ha colaborado en otro trabajo que ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature. La investigación ha estado liderada por la doctora Hodivala-Dilke del Instituto del Cáncer de Barts, en Londres. El estudio parte del conocimiento de que individuos con Síndrome de Down tienen una menor incidencia de tumores sólidos, aquellos que tienen un mayor desarrollo de masa tumoral, como por ejemplo, el cáncer de mama, el melanoma o el glioma.

Estas personas tienen una copia extra del cromosoma 21, por lo que el estudio se ha basado en la identificación de genes de este cromosoma. Los investigadores han observado que, entre ellos, se encuentra el gen que da lugar a la proteína ADAMTS1, y de hecho se ha demostrado su contribución a la menor incidencia de tumores sólidos debido a sus propiedades antiangiogénicas. Para este estudio se han usado ratones modificados para reproducir genéticamente lo ocurrido en el Síndrome de Down.

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Investigadores de Granada estudian la implicación de una proteína en el desarrollo tumoral.

Un grupo de investigadores del Centro Pfizer-Universidad de Granada-Junta de Andalucía de Genómica e Investigación Oncológica, GENYO, ha contribuido a determinar el papel de una proteína extracelular, denominada ADAMTS1, en el desarrollo tumoral, ampliando así los conocimientos existentes hasta el momento sobre la formación de tumores. Este trabajo, liderado por el doctor Juan Carlos Rodríguez-Manzaneque, se inició hace más de tres años y sus resultados se han publicado en la destacada revista especializada Cancer Research

Según el doctor Rodríguez-Manzaneque, este proyecto parte de dos conceptos relevantes; por un lado, de la angiogénesis tumoral, es decir, del crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el tumor, un hecho que incide en el desarrollo tumoral y que ha centrado el esfuerzo de numerosos grupos de investigación por sus posibilidades terapeúticas. Por otro lado, se basa en el fenómeno de la plasticidad tumoral, un proceso por el que células tumorales adquieren propiedades específicas de otras células, incluyendo aquellas que forman los vasos sanguíneos, denominadas células endoteliales. Esta plasticidad, también conocida como mimetismo vasculogénico, se ha observado en algunos tipos de tumores como sarcomas y melanomas.

En esta línea, el grupo de investigación de GENYO ha observado que la presencia de la proteína ADAMTS1 contribuye a dicha plasticidad tumoral y, por tanto, facilita que las células tumorales adquieran propiedades de células endoteliales, propiciando la creación de vasos sanguíneos alternativos. Los profesionales han alcanzado esta conclusión tras haber realizado su estudio tanto in vivo (en modelos animales) como in vitro (en cultivo celular), lo que les hizo ver que “cuando hay células tumorales con más proteínas de este tipo, los tumores adquieren un mayor tamaño que aquellos que no las poseen, pero de una forma independiente y distinta al crecimiento tumoral más reconocido hasta ahora”. En este sentido, han analizado el comportamiento de las células tumorales según la presencia -por exceso y por defecto- de la proteína ADAMTS1, a la que llevan estudiando más de seis años. Mediante el cultivo celular, los investigadores han observado que existe una clara relación entre la presencia de esta proteína en células tumorales y su capacidad para adoptar propiedades de tipo endotelial, detectando al mismo tiempo que estas células tumorales se pueden interrelacionar con células endoteliales, comunicarse, e incluso forman redes continuas. No obstante, los investigadores advierten que los componentes del microentorno tumoral serán determinantes para la acción de esta proteína.

Este hallazgo permite conocer la implicación de la proteína ADAMTS1 en el fenómeno del mimetismo vasculogénico, “lo cual es muy importante porque en el futuro podrá ayudar a la optimización de las actuales terapias antiangiogénicas”, apunta el experto.

Colaboración para una publicación en Nature

Este grupo, además, ha colaborado en otro trabajo que ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature. La investigación ha estado liderada por la doctora Hodivala-Dilke del Instituto del Cáncer de Barts, en Londres. El estudio parte del conocimiento de que individuos con Síndrome de Down tienen una menor incidencia de tumores sólidos, aquellos que tienen un mayor desarrollo de masa tumoral (como por ejemplo, el cáncer de mama, el melanoma o el glioma).

Como es sabido, estos individuos tienen una copia extra del cromosoma 21 por lo que el estudio se ha basado en la identificación de genes de este cromosoma. Los investigadores han observado que, entre ellos, se encuentra el gen que da lugar a la proteína ADAMTS1, y de hecho se ha demostrado su contribución a la menor incidencia de tumores sólidos debido a sus propiedades antiangiogénicas. Para este estudio se han usado ratones modificados para reproducir genéticamente lo ocurrido en el Síndrome de Down.

El grupo liderado por el doctor Rodríguez-Manzaneque desarrolla su trabajo en GENYO, en Granada, centro referente del Programa Andaluz de Investigación en Genética Clínica y Medicina Genómica de la Junta de Andalucía.

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Contra la corrupción social, Ética en la Universidad

Enrique Hernández Montes, Catedrático de la Universidad de Granada siempre ha pensado que en la Universidad se debe hablar de Ética profesional, y en especial en Escuela de Ingenieros de Caminos, donde cada año salen miles de profesionales que se van a encontrar con situaciones en que deben elegir entre una conducta correcta y corruptelas que conllevan beneficios y que no por ser habituales dejan de ser corrupción. Ahora con la crisis económica, que en gran medida es una crisis de confianza, esta necesaria formación ética es más evidente. Él lo tenía en la cabeza desde hace años y en 2008 buscó la colaboración de Armando Segura Naya, Catedrático de Filosofía en la misma Universidad y organizó la asignatura de libre configuración “Ética y Estética en Ingeniería”, que se ofrecía a los estudiantes de ingeniería de Caminos.

En un encuentro con universitarios del Colegio Mayor Albayzín, Hernández Montes hizo un balance de la asignatura en estos dos cursos académicos: Se han matriculado un alto número de estudiantes y por primera vez en mi vida he visto a los universitarios acabar las clases aplaudiendo.
Utilizamos el método del caso, que hemos ido elaborando con la colaboración de profesores y profesionales, a raíz de sucesos reales, cambiando las señas de identidad. Se hablan de temas muy variados: corrupción, su futura conciliación de trabajo y familia, la necesidad de tener un proyecto personal de vida, etc. Incluso a los que han querido se les ha ofrecido la posibilidad de visitar a personas mayores o con discapacidad, como un modo de que los estudiantes tengan ocasión de conocer aspectos de la realidad social con los que no siempre se han encontrado.

Además de la aceptación entre el alumnado, al catedrático le han solicitado desde colegios profesionales de ingenieros de distintos territorios que exponga su experiencia y ha publicado un artículo sobre el tema en la prestigiosa revista Science and Engineering Ethics, la única revista indexada de esta materia, que presentó en el encuentro del Colegio Mayor Albayzín.

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La Fiscalía archiva las diligencias sobre una supuesta censura en clausura de exposición de la UGR

La Fiscalía ha archivado las diligencias de investigación abiertas a petición de Los Verdes sobre la posibilidad de que la Universidad de Granada hubiera ejercido censura al haber clausurado la polémica exposición «Corpus Christi» de común acuerdo con su autor tras las amenazas recibidas por éste.

En el decreto de archivo, la Fiscalía Provincial de Granada argumenta su decisión en la contestación dada al Ministerio Público por la institución académica, que aseguró no haber sido directamente coaccionada por nadie para cerrar la exposición de Fernando Bayona, compuesta por 14 fotografías que reproducían las estaciones del Vía Crucis con un Jesús caracterizado como un gay hijo de una prostituta.

Agregó la Universidad que se procedió a la clausura de la exposición, que fue inaugurada el pasado 11 de febrero y permaneció abierta cuatro días pese a que estaba prevista hasta el 5 de marzo, de común acuerdo con su autor, que denunció haber sufrido amenazas.

Según la Universidad, dado que el autor debía estar presente durante algunas horas en las instalaciones donde se exhibía la muestra -la Corrala de Santiago, un espacio cuyas zonas comunes están abiertas a la ciudadanía y a la comunidad universitaria sin requerir identificación previa-, «no se podía garantizar la seguridad física del autor y la integridad de la obra».

La Universidad, según trasladó a la Fiscalía, no consideró necesario denunciar dado que en su momento lo hizo el autor, que puso en conocimiento de la policía los correos electrónicos amenazantes que recibió y de lo que se hizo cargo el Juzgado de Instrucción 8 de Granada.

En el escrito remitido en su día a la Fiscalía por Los Verdes de Andalucía, esta formación solicitaba la apertura de una investigación que determinara varias cuestiones.

Una de ellas era la posible «actividad censora» de la Universidad al decretar la clausura de la muestra, otra las posibles amenazas y coacciones recibidas por el autor y la institución académica y sus responsabilidades, y por último la supuesta inculcación por parte de la Universidad del deber de impedir delito o de promover su persecución.

Inspiradas en el Nuevo Testamento pero con una estética contemporánea, las imágenes de «Corpus Christi» mostraban a prostitutas en la carretera de Jaén, en Granada -una de ellas la Virgen María que iba a conocer a José en la forma de un vendedor de drogas venido a menos-.

Bayona recreó además a un Jesús que daba a conocer su palabra con un grupo de rock, y que se iniciaba en el sexo con María Magdalena para luego hacerse gay.

Durante el tiempo que permaneció abierta, la exposición sólo recibió la visita de 38 personas, según manifestó entonces la Universidad de Granada, que aclaró que no la había subvencionado.

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Fiscalía archiva las diligencias sobre la supuesta censura en la clausura de la exposición ‘Corpus Christi’

La Fiscalía ha archivado las diligencias de investigación abiertas a petición de Los Verdes sobre la posibilidad de que la Universidad de Granada hubiera ejercido censura al haber clausurado la polémica exposición «Corpus Christi» de común acuerdo con su autor tras las amenazas recibidas por éste.

En el decreto de archivo, la Fiscalía Provincial de Granada argumenta su decisión en la contestación dada al Ministerio Público por la institución académica, que aseguró no haber sido directamente coaccionada por nadie para cerrar la exposición de Fernando Bayona, compuesta por 14 fotografías que reproducían las estaciones del Vía Crucis con un Jesús caracterizado como un gay hijo de una prostituta.

Agregó la Universidad que se procedió a la clausura de la exposición, que fue inaugurada el pasado 11 de febrero y permaneció abierta cuatro días pese a que estaba prevista hasta el 5 de marzo, de común acuerdo con su autor, que denunció haber sufrido amenazas.

Según la Universidad, dado que el autor debía estar presente durante algunas horas en las instalaciones donde se exhibía la muestra -la Corrala de Santiago, un espacio cuyas zonas comunes están abiertas a la ciudadanía y a la comunidad universitaria sin requerir identificación previa-, «no se podía garantizar la seguridad física del autor y la integridad de la obra».

La Universidad, según trasladó a la Fiscalía, no consideró necesario denunciar dado que en su momento lo hizo el autor, que puso en conocimiento de la policía los correos electrónicos amenazantes que recibió y de lo que se hizo cargo el Juzgado de Instrucción 8 de Granada.

Investigación
En el escrito remitido en su día a la Fiscalía por Los Verdes de Andalucía, esta formación solicitaba la apertura de una investigación que determinara varias cuestiones.

Una de ellas era la posible «actividad censora» de la Universidad al decretar la clausura de la muestra, otra las posibles amenazas y coacciones recibidas por el autor y la institución académica y sus responsabilidades, y por último la supuesta inculcación por parte de la Universidad del deber de impedir delito o de promover su persecución.

Inspiradas en el Nuevo Testamento pero con una estética contemporánea, las imágenes de «Corpus Christi» mostraban a prostitutas en la carretera de Jaén, en Granada -una de ellas la Virgen María que iba a conocer a José en la forma de un vendedor de drogas venido a menos-.

Bayona recreó además a un Jesús que daba a conocer su palabra con un grupo de rock, y que se iniciaba en el sexo con María Magdalena para luego hacerse gay.

Durante el tiempo que permaneció abierta, la exposición sólo recibió la visita de 38 personas, según manifestó entonces la Universidad de Granada, que aclaró que no la había subvencionado.

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Fiscalía archiva diligencias sobre supuesta censura en clausura de exposición

La Fiscalía ha archivado las diligencias de investigación abiertas a petición de Los Verdes sobre la posibilidad de que la Universidad de Granada hubiera ejercido censura al haber clausurado la polémica exposición «Corpus Christi» de común acuerdo con su autor tras las amenazas recibidas por éste.

En el decreto de archivo, al que ha tenido acceso Efe, la Fiscalía Provincial de Granada argumenta su decisión en la contestación dada al Ministerio Público por la institución académica, que aseguró no haber sido directamente coaccionada por nadie para cerrar la exposición de Fernando Bayona, compuesta por 14 fotografías que reproducían las estaciones del Vía Crucis con un Jesús caracterizado como un gay hijo de una prostituta.

Agregó la Universidad que se procedió a la clausura de la exposición, que fue inaugurada el pasado 11 de febrero y permaneció abierta cuatro días pese a que estaba prevista hasta el 5 de marzo, de común acuerdo con su autor, que denunció haber sufrido amenazas.

Según la Universidad, dado que el autor debía estar presente durante algunas horas en las instalaciones donde se exhibía la muestra -la Corrala de Santiago, un espacio cuyas zonas comunes están abiertas a la ciudadanía y a la comunidad universitaria sin requerir identificación previa-, «no se podía garantizar la seguridad física del autor y la integridad de la obra».

La Universidad, según trasladó a la Fiscalía, no consideró necesario denunciar dado que en su momento lo hizo el autor, que puso en conocimiento de la Policía los correos electrónicos amenazantes que recibió y de lo que se hizo cargo el Juzgado de Instrucción 8 de Granada.

En el escrito remitido en su día a la Fiscalía por Los Verdes de Andalucía, esta formación solicitaba la apertura de una investigación que determinara varias cuestiones.

Una de ellas era la posible «actividad censora» de la Universidad al decretar la clausura de la muestra, otra las posibles amenazas y coacciones recibidas por el autor y la institución académica y sus responsabilidades, y por último la supuesta inculcación por parte de la Universidad del deber de impedir delito o de promover su persecución.

Inspiradas en el Nuevo Testamento pero con una estética contemporánea, las imágenes de «Corpus Christi» mostraban a prostitutas en la carretera de Jaén, en Granada -una de ellas la Virgen María que iba a conocer a José en la forma de un vendedor de drogas venido a menos-.

Bayona recreó además a un Jesús que daba a conocer su palabra con un grupo de rock, y que se iniciaba en el sexo con María Magdalena para luego hacerse gay.

Durante el tiempo que permaneció abierta, la exposición sólo recibió la visita de 38 personas, según manifestó entonces la Universidad de Granada, que aclaró que no la había subvencionado.

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