«Hay que ver la jubilación como una etapa de libertad»
Más de 100.000 personas mayores de 70 años en la provincia han convertido la tercera edad en la primera, en cuanto a su crecimiento. El ser humano vive más y el gran reto de la sociedad es hacerlo mejor. Por ello, la Universidad de Granada se ha sumado al proyecto global de favorecer un envejecimiento activo y ayer presentó el Gabinete de Calidad de Vida, un proyecto para ofrecer nuevas vías laborales a partir de la jubilación.
Para darlo a conocer contó con la presencia de una voz experta en materia de tercera edad, Pilar Rodríguez, directora del Imserso. La especialista inauguró la unidad, dependiente del Vicerrectorado de Calidad Ambiental, Bienestar y Deporte, junto al dibujante Martín Morales ante cientos de trabajadores jubilados y prejubilados de la UGR que expusieron sus proyectos. “Son personas vinculadas a la universidad que no quieren romper los lazos con la que durante años ha sido su casa”, explicó Rodríguez poco antes de la presentación.
“Se habla mucho de construir una sociedad para todas las edades, pero hacen falta iniciativas que realmente lo consigan y ésta lo logra”, argumentó la socióloga, que calificó el Gabinete de “iniciativa pionera” en España. “Ahora, una persona se jubila y puede disponer de treinta años de vida útil, hay que ver ese tiempo como una etapa nueva, regida por la libertad”, añadió. Oportunidad laboral.Optimista respecto al futuro, Rodríguez hizo referencia a la Ley de Independencia, que ha puesto sobre la mesa de debate las relaciones entre diferentes generaciones.
Para ello, explicó, el Imserso trabaja en la identificación de tres grupos de riesgo: personas mayores que viven solas, mayores en zonas rurales a los que estas ayudas llegan más tarde, y mujeres, que viven más tiempo y tienen por tanto más riesgo. Con motivo de la nueva legislación recordó también el nuevo campo laboral que se ha abierto con la Ley de Dependencia: “Con el desarrollo de la Ley se han creado 70.000 nuevos empleos en España”.
No obstante, Rodríguez reconoció que las medidas no tienen sentido sin una mejora en la formación de los cuidadores. “Toda persona tiene derecho a una atención, pero ésta tiene que ser de calidad: hay que formar a los profesionales de forma específica”. Además, recordó, “es necesaria una educación permanente de los cuidadores informales, y que también tengan un lugar donde puedan hacer consultas y desarrollar sus capacidades”.
Buena parte de los cuidadores son extranjeros, que a veces trabajan en condiciones irregulares, y cuya situación podría solucionarse con un reconocimiento profesional. “Dentro del Imserso contamos con equipos de trabajo en colaboración con las comunidades autónomas para dotar a los cuidadores de un título que les dé una salida profesional”.
Rodríguez se refirió también a las situación de soledad de los mayores y recordó el trabajo de la doctora Ramona Rubio Herrera, directora del Gabinete, que refleja que casi un millón y medio de mayores en España viven solos, muchos de los cuales tienen necesidad de apoyo. “La soledad incide de manera diferente, aunque es común tanto en ciudades grandes, donde pueden caer en el olvido, como en los núcleos rurales donde las ayudas llegan en menor medida”, lamentó, declarando que “el objetivo es llegar a todos”