El ahorro, la materia más dura
Los alumnos de la UGR tienen a su disposición una amplia oferta de becas y ayudas para comida, alojamiento, matrícula o transporte, que les permitirán sufragar los costes del próximo curso
Es evidente que para llegar a la Universidad hay que saber sumar y restar. Hasta los estudiantes de Letras tienen que hacer cuentas para acabar con éxito su periplo universitario. La economía del estudiante, que nunca ha sido especialmente boyante, sufre más en tiempos de crisis como los actuales, en los que el ahorro se convierte en una de las asignaturas más exigentes de la carrera. Los gastos se suceden para cualquier alumno de la Universidad de Granada (UGR) y para su familia, aunque afortunadamente siempre hay resquicios a los que agarrarse para minimizar los daños y cuadrar las cuentas.
En momentos de escasez económica se suele agudizar el ingenio, y lo cierto es que siempre existen fórmulas para disminuir los gastos y aliviar el bolsillo de los padres. Además se evita a los estudiantes la obligación de trabajar en locales de comida rápida o bares, un recurso para costearse el año que a cambio exige el sacrificio de horas de estudio. El primer gasto al que hay que hacer frente es el alojamiento, ya que la mayoría de los estudiantes de la UGR no reside en la capital.
Para la búsqueda de una vivienda de alquiler o una habitación dentro de un piso compartido, el Vicerrectorado de Estudiantes del campus granadino pone en contacto, a través de la página web de la Universidad, a las personas demandantes con las ofertantes. Las posibilidades son varias, desde compartir piso hasta vivir en una residencia. Un amplio abanico de recursos, tanto en opciones como en precios, que se pone a disposición del alumno que lo necesite, de manera que éste pueda encontrar lo que desea con la única condición de registrarse previamente en la página web.
El segundo quebradero de cabeza es la matrícula. Ésta exige abonar una serie de créditos mínimos que se corresponden con un número determinado de asignaturas. Para ahorrar en este caso, el Ministerio y la UGR ponen al servicio del estudiante una amplia gama de ayudas que oscilan entre los 250 euros a los 7.000 euros al año, según informó Josefa María González, directora del Secretariado de Becas de la Universidad de Granada. Conseguir una beca es, hoy en día, más fácil debido a la subida en el límite de renta familiar impuesto por el Gobierno. En 2005 la cifra alcanzaba los 26.316 euros para una familia de cuatro miembros y, para este año, dicha frontera se sitúa en 38.800 euros.
Contar con un buen expediente académico es otro requisito ineludible, puesto que el alumno aspirante deberá superar un 80% o más del curso para optar a cualquier tipo de beca. Transporte.Los universitarios que necesiten desplazarse pueden optar por una beca de transporte que varía según el kilometraje y que se puede combinar con una ayuda para material, afirmó González. El Ministerio ofrece estas ayudas, cuya cuantía oscila entre los 425 y los 1.170 euros.
El estudiante que no esté empadronado en la ciudad y por tanto no pueda acceder al ‘credibus joven’ para desplazarse en los autobuses de la empresa Rober tiene la posibilidad de conseguir el ‘credibus universitario’. Esta tarjeta nace del acuerdo alcanzado hace dos años entre la UGR y el Ayuntamiento de Granada y sus tarifas se asemejan a las del ‘credibus joven’. Para solicitarlo hay que estar matriculado en el campus granadino durante el curso actual, ser menor de 25 años y residir fuera de la ciudad.
Para aquellos que prefieran un medio de transporte más ecológico, la UGR “ha puesto al servicio de la comunidad universitaria 50 bicicletas distribuidas por los diferentes campus”, explicó Begoña Moreno, vicerrectora de Patrimonio e Infraestructura. A éstas se le podrían unir, antes de que termine el año, otras 150. No sólo está previsto que se incremente la cifra de bicicletas, también lo harán los puntos de acceso a este servicio. Por primera vez se instalarán en “el Campus de la Salud, las facultades de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Traducción e Interpretación, Psicología e incluso el Centro de Lenguas Modernas”, destacó Moreno.
La vicerrectora aclaró que el servicio no se ha podido poner en marcha antes debido a que las “infraestructuras terminaron de colocarse cuando los alumnos estaban finalizando el curso”. Las bicicletas están hechas de aluminio y cada una está valorada en 700 euros. Cuentan con un sistema de tornillería antivandálica para evitar daños, según informó la vicerrectora, y además se implantará un sistema de sanción “que irá en función de la demora en devolver la bicicleta”.
La comida. Otro aspecto en el que se puede ahorrar es el de la comida. Almorzar fuera de casa por motivos de tiempo o por la comodidad de tenerlo todo hecho no sólo perjudica al bolsillo, sino que en ocasiones también lo hace al estómago. Por ello, cada campus universitario posee su propio comedor en el que se sirve comida casera a precios económicos. Los menús, según explicaron fuentes universitarias, están confeccionado por profesionales que cuidan “al mínimo detalle” lo que los estudiantes comen.
Existen diferentes tipos de menús en función de las necesidades o gustos (como el caso de las personas vegetarianas o incluso aquellas que no pueden consumir carne de cerdo), según explicaron miembros del servicio de comedores universitarios. De esta forma y con un poco de planificación, la Universidad no tiene que ser cara.
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