Recuperan la memoria de Jesús Yoldi Bereau, exprofesor de la UGR y exalcalde de Granada fusilado en 1936

Pedro Luis Mateo Alarcón, Miguel Gómez Oliver, Lidia Mateo Leivas y Roque Hidalgo Álvarez le rinden homenaje en un extenso artículo publicado en el número 110 de “Anales de Química”, de la Real Sociedad Española de Química, con sede en Madrid

Fue catedrático de Química General en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada y alcalde de la ciudad en 1932. Fue socio fundador y vocal de la Sección Local de la Sociedad Española de Física y Química y miembro de la Junta de Gobierno de la UGR. Se llamaba Jesús Yoldi. Y murió fusilado el 23 de octubre de 1936 por los militares sublevados contra la República. Ahora, varios profesores de la Universidad de Granda y una investigadora del CSIC recuperan su memoria en un extenso artículo publicado en el número 110 de “Anales de Química”, de la Real Sociedad Española de Química, con sede en Madrid.

Los profesores de la UGR Pedro Luis Mateo Alarcón, Miguel Gómez Oliver, Roque Hidalgo Álvarez, y la investigadora del CSIC Lidia Mateo Leivas, en un artículo titulado “Jesús Yoldi Bereau (1894-1936), el profesor de Química que no se presentó a su destino”, hacen recuento de su trayectoria y de su olvido, y rinden homenaje al que fuera “ejemplo de compromiso político y social, durante aquellos años en los que se truncó la llamada Edad de Plata de la ciencia española”. Había nacido Jesús Yoldi en 1894 en Navarra y, según cuentan los autores del artículo, se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad de Zaragoza el 25 de septiembre de 1915 con nota de sobresaliente y premio extraordinario de carrera. Luego sería profesor en la Universidad de Zaragoza, en la de Sevilla y en la de Granada.

Los autores del artículo, que han indagado en distintos archivos y han recuperado sus pasos y su carrera, recogen, igualmente en su trabajo de investigación, aspectos de su vida social, como su matrimonio en 1928 con doña Beatriz Pérez Pérez, natural de Capileira (Granada), con quien tuvo tres hijos: Jesús, Antonio Luis y Victoriano.

Jesús Yoldi Bereau fue uno de los seis profesores de la Universidad de Granada detenidos y fusilados sin previo aviso en 1936, tras el intento de Golpe de Estado del 18 de julio que daría lugar a la Guerra Civil Española. “El profesor Yoldi –afirman los autores del trabajo de investigación– es el más desconocido entre todos ellos, al no existir artículo o libro alguno dedicado monográficamente a su memoria. De hecho, en el Archivo Histórico de la Universidad de Granada se conserva muy poca información (incluso la carpeta de su expediente académico está vacía) y prácticamente nada en el Ayuntamiento de Granada del que fue alcalde, ni siquiera una imagen gráfica de su persona. Tampoco suponen un aporte relevante los datos encontrados en los escasos textos o artículos que indirectamente mencionan su figura. Debido a esta ausencia, queremos dejar constancia de que muchos de los documentos y las fotografías con las que hemos podido trabajar han sido amablemente ofrecidos por su hijo, don Antonio Luis Yoldi Pérez, durante las conversaciones mantenidas con él”.

Con Gonzalo Gallas

Entre los documentos que los investigadores aportan en este artículo figura una foto realizada en el Jardín Botánico de la Universidad de Granada y publicada el 1 de marzo de 1928 por la revista “Reflejos” de Granada, en la que aparecen Pieter Zeeman, premio Nobel de Física en 1902, y su esposa, junto a los profesores Gonzalo Gallas, Jesús Yoldi y Juan Antonio Tercedor, por aquel entonces decano de Ciencias. “A pesar de que no haya quedado constancia en el Boletín de la Universidad de Granada ni en los Anales de la Sociedad Española de Física y Química, todo indica que el profesor Zeeman y su esposa realizaron una visita privada a Granada, probablemente antes de asistir en Madrid a los actos de celebración del XXV Aniversario de la Fundación de la SEFQ en abril de ese año, visitando la Facultad de Ciencias, que entonces se encontraba contigua al Jardín Botánico”.

Igualmente, dan cuenta de que Marie Curie, premio Nobel de Física y premio Nobel de Química, visitó Granada en 1931, aunque tristemente no queda constancia de este hecho ni en el Boletín de laUniversidad de Granada ni en los Anales de la SEFQ.

Los profesores que han firmado este artículo recogen distintos pasajes de la vida de Jesús Yoldi, muy activa no solo en el plano académico, sino también en los ámbitos político, social y cultural. Y hacen hincapié en su compromiso político de izquierdas y en su implicación en la sociedad y la Universidad a la que pertenecía.

“En julio de 1936 Jesús Yoldi –escriben los investigadores– es detenido por falangistas y miembros de la Guardia Civil que apoyaban a los militares golpistas cuando se encontraba de vacaciones en Capileira, el pueblo natal de su esposa. Tras el arresto, es conducido a la calle Duquesa, donde los golpistas tenían su “Gobierno Civil”, y desde allí pasa a la cárcel para ser llevado luego a Víznar. Jesús Yoldi fue obligado, junto con Joaquín García Labella, catedrático de Derecho Administrativo que también sería posteriormente fusilado, a cavar la fosas y a enterrar en el barranco de Víznar a los que habían sido sus amigos y compañeros leales al Gobierno de la Segunda República Española, primeras víctimas de la represión. Según algunos testimonios recogidos por el investigador Agustín Penón en 1955, el grupo en el que estaba Jesús Yoldi enterró a Federico García Lorca cuando éste fue fusilado en agosto del 1936. Se cerraba así un trágico círculo en el que el poeta y el químico se encontraban por última vez. Dos meses después, el 23 de octubre de 1936, Jesús Yoldi Bereau era fusilado, sin juicio previo alguno, contra las tapias del cementerio granadino, precisamente el mismo día en el que también fue fusilado Salvador Vila, ex Rector de laUniversidad de Granada, destituido el 18 de julio de 193631. El cuerpo de Jesús Yoldi fue enterrado en el cementerio de Granada, aunque desde 1970 descansa, junto al de su esposa y el de su hijo Victoriano, en el cementerio de Capileira en la Alpujarra granadina.

Su compromiso político

Durante toda su vida, tanto en su actividad política, como en la UGR, Yoldi había manifestado su compromiso social y político y su espíritu crítico: “Yoldi fue uno de los ocho claustrales que, en la Sesión de Claustro de 7 de abril de 1936, votó la propuesta de moción de censura contra el Rector, Antonio Marín Ocete, y la Junta de Gobierno, debido al cierre de la universidad y a las medidas represivas que se tomaron por parte de las autoridades académicas en relación con los continuos conflictos estudiantiles. Cinco de los claustrales que votaron dicha propuesta, incluyendo al propio Jesús Yoldi, serían luego fusilados y, de hecho, aparecen con una cruz en el Acta de dicha Sesión.

El 28 de noviembre de 1936 el nuevo Rector de la Universidad de Granada, don Antonio Marín Ocete, el mismo contra quien Yoldi había votado una moción de censura, “comunica a la Junta Técnica que (don Jesús Yoldi Bereau) no se presentó a su destino a efecto D, 93 (original exp. 331 A) nº 339”.

“No se equivocaba –terminan los firmantes del artículo– el expediente iniciado por el Rector don Antonio Marín Ocete cuando afirmaba que Jesús Yoldi Bereau “no se presentó a su destino”. Lo que la macabra poética del expediente no dice, sin embargo, es que su destino, como el de tantos otros, le fue también brutalmente arrebatado por la barbarie y la complicidad de los firmantes de tales expedientes”.

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New data helps astronomers unravel mystery of Dark Matter’s nature

74961 A study has provided a deeper insight into the nature of the Dark Matter, which amounts to more than 80 percent of the universe, according to the indirect evidence provided by its gravitational effects.

 

In the project by University of Granada, scientists have used stars as particle physics labs: thanks to the high temperature inside stars, photons can turn into axions that escape to the exterior, carrying energy with them.

Results indicated that the emission of axions can significantly diminish the time for the central combustion of helium, the so called HB (Horizontal Branch) phase; the energy taken by axions was compensated with the energy provided by nuclear combustion, which leads to a much faster consumption of helium.

The high quality in the recent observation of globular clusters allows for the contrast between the results of the numerical observations conducted in this project with the actual data. By comparing the amount of stars observed in HB phase with the amount of stars watched in a different phase not affected by axions (such as the so called RGB, Red Giant Branch, phase) they have made an estimation about the maximum axion emission rate.

The production of axions relies on the constant coupling of axion-photon which characterizes the interaction between axion and photons. They have obtained a maximum limit for this constant which was more restrictive than those established so far, both theoretically and through experiments.

The authors of this research pointed out that the accuracy in the determination of the coupling constant through the method used critically depends on the accuracy with which the initial helium content within the stars in the globular cluster can be estimated.

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Historic climate data provided by Mediterranean seabed sediments

74993  An international team of scientists which included three University of Granada and the Andalusian Institute of Earth Sciences researchers (a joint UGR-CISC centre) have found new data on the weather in the Mediterranean basin over the course of the past 20 thousand years thanks to the chemical composition of sediments deposited in its seabed.

 

This work has been published in the journal Quaternary Science Reviews. Its authors include Francisca Martínez Ruiz y David Gallego Torres (Andalusia Institute of Earth Sciences, CSIC-UGR), both of them members of the RNM179 research group, as well as Miguel Ortega Huertas (from the Mineralogy and Petrology Department). The other co-authors are Miriam Kastner (Scripps Institution of Oceanography, UCSD, La Jolla, USA), Marta Rodrigo Gámiz (NIOZ Royal Netherlands Institute for Sea Research, Texel, The Netherlands) and Vanesa Nieto Moreno (Biodiversität und Klima Forschungszentrum, Frankfurt am Main, Germany).

Francisca Martínez Ruiz is the principal author. This researcher at the Andalusian Institute of Earth Sciences explains that «the study of the chemical composition of seabed sediments is particularly interesting because, beyond mere instrumental data, only indirect markers can provide information about what the climate was like in the past.»

This high-resolution study of seabed sediments allows for a description of the climate in the past which will contribute to our knowledge of current climate change, and also to speculate with different climate change scenarios for the future. For purposes such as these «The Mediterranean is» according to Francisca Martínez, «an exceptional natural lab for paleoenvironmental research, since its nature as a semi-enclosed basin makes it particularly sensitive to, and turns it into an amplifier of, the effects of global change.»

Last Glacial Maximum

The interval of time surveyed by this scientific publication is of particular interest due to the significant climate changes that have taken place since the Last Glacial Maximum (LGM), such as the last Heinrich event (periods during which waves of icebergs dropped from glaciers and crossed the North Atlantic), the Bolling-Allerod transition, the Younger Dryas (a phase of climate cooling towards the end of the Pleistocene) and Holocene climate oscillations.

Scientists have evaluated the usefulness of the different geochemical and mineralogical markers for climatic variability, and have concluded that those which provide the most reliable and accurate sort of information are the following: Ti/Al relations (i.e. titanium and aluminium) and Zr/Al (zirconium and aluminium) for the interpretation of variations in wind patterns, and therefore for the reconstruction of arid and wet cycles; relations MG/Al (magnesium and aluminium), K(Al (potassium and aluminium) and Rb/Al (rubidium and aluminium) as markers for the variation in fluvial patterns, and the conditions for oxygenation reconstructed thanks to the relations between trace metals (U, Mo, V, Co, Ni, Cr, i.e. uranium, molybdenum, vanadium, cobalt, nickel and chromium).

The study of biological productivity has turned out to be of particular interest. It was reconstructed from the barium (Ba) content in sediments derived from biogenic baryte.

«Given that much is cyclical», prof. Martínez points out, «predicting the evolution of future climate and its control mechanisms, both natural and anthropogenic, requires a proper understanding of past systems, and of the response of its different components (atmosphere, biosphere, lithosphere, hydrosphere, cryosphere) at a scale larger than that of instrumental record.»

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New data provided by seabed sediments on the climate within the Mediterranean basin

74993 An international team of scientists which included three University of Granada and the Andalusian Institute of Earth Sciences researchers (a joint UGR-CISC centre) have found new data on the weather in the Mediterranean basin over the course of the past 20.000 years thanks to the chemical composition of sediments deposited in its seabed.

 

This work has been published in the journal Quaternary Science Reviews. Its authors include Francisca Martínez Ruiz y David Gallego Torres (Andalusia Institute of Earth Sciences, CSIC-UGR), both of them members of the RNM179 research group, as well as Miguel Ortega Huertas (from the Mineralogy and Petrology Department). The other co-authors are Miriam Kastner (Scripps Institution of Oceanography, UCSD, La Jolla, USA), Marta Rodrigo Gámiz (NIOZ Royal Netherlands Institute for Sea Research, Texel, The Netherlands) and Vanesa Nieto Moreno (Biodiversität und Klima Forschungszentrum, Frankfurt am Main, Germany).

Francisca Martínez Ruiz is the principal author. This researcher at the Andalusian Institute of Earth Sciences explains that «the study of the chemical composition of seabed sediments is particularly interesting because, beyond mere instrumental data, only indirect markers can provide information about what the climate was like in the past»

This high-resolution study of seabed sediments allows for a description of the climate in the past which will contribute to our knowledge of current climate change, and also to speculate with different climate change scenarios for the future. For purposes such as these «The Mediterranean is» according to Francisca Martínez, «an exceptional natural lab for paleoenvironmental research, since its nature as a semi-enclosed basin makes it particularly sensitive to, and turns it into an amplifier of, the effects of global change».

Last Glacial Maximum

The interval of time surveyed by this scientific publication is of particular interest due to the significant climate changes that have taken place since the Last Glacial Maximum (LGM), such as the last Heinrich event (periods during which waves of icebergs dropped from glaciers and crossed the North Atlantic), the Bolling-Allerod transition, the Younger Dryas (a phase of climate cooling towards the end of the Pleistocene) and Holocene climate oscillations.

Scientists have evaluated the usefulness of the different geochemical and mineralogical markers for climatic variability, and have concluded that those which provide the most reliable and accurate sort of information are the following: Ti/Al relations (i.e. titanium and aluminium) and Zr/Al (zirconium and aluminium) for the interpretation of variations in wind patterns, and therefore for the reconstruction of arid and wet cycles; relations MG/Al (magnesium and aluminium), K(Al (potassium and aluminium) and Rb/Al (rubidium and aluminium) as markers for the variation in fluvial patterns, and the conditions for oxygenation reconstructed thanks to the relations between trace metals (U, Mo, V, Co, Ni, Cr, i.e. uranium, molybdenum, vanadium, cobalt, nickel and chromium)

The study of biological productivity has turned out to be of particular interest. It was reconstructed from the barium (Ba) content in sediments derived from biogenic baryte.

«Given that much climate change is cyclical», prof. Martínez points out, «predicting the evolution of future climate and its control mechanisms, both natural and anthropogenic, requires a proper understanding of past climate systems, and of the response of its different components (atmosphere, biosphere, lithosphere, hydrosphere, cryosphere) at a scale larger than that of instrumental record.»

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Nasa confirms presence of methane on Mars, shows life once existed on Red Planet

75302 Nasa’s Curiosity rover has confirmed the presence of methane on Mars environment which may hint that life once existed on the Red Planet, after an exhaustive analysis of data obtained during 605 Martian days.
The tunable laser spectrometer in the SAM (Sample Analysis at Mars) instrument of the Curiosity rover has unequivocally detected an episodic increase in the concentration of methane in Mars’ atmosphere.
This puts an end to the long controversy on the presence of methane in Mars, which started over a decade ago when this gas was first detected with telescopes from the Earth, the authors from the Mars Science Laboratory (MSL) reported.
Since methane can be the product of biological activity – practically all the existing methane in the Earth’s atmosphere originates in this way – this has created great expectations that Martian methane could also be of a similar origin.
«It is a finding that puts paid to the question of the presence of methane in the Martian atmosphere but it does pose some other more complex and far-reaching questions, such as the nature of its sources,» said study co-author Francisco Javier Martin-Torres from the Andalusian Institute of Earth Sciences (CSIC-UGR) at the University of Granada, Spain.
«The sources, we believe, must lie in one or two additional sources that were not originally contemplated in the models used so far. Among these sources, we must not rule out biological methanogenesis,» he added.
According to some current models, if there really existed methane in Mars, it would remain there for an average 300 years and during this period, it would be homogeneously distributed across the atmosphere.
SAM has been detecting basal levels of methane concentration and has confirmed an event of episodic increase of up to 10 times this value during a period of 60 Martian days.
The new data are based on observations during almost one Martian year (almost two Earth years), included in the initial prediction for the duration of the mission (nominal mission), during which Curiosity has surveyed about 8 kms in the basin of the Gale crater.
The newly arrived MAVEN (Mars Atmosphere and Volatile Evolution) from Nasa will provide continuity for the study of this subject, the US space agency said in a statement.
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Un estudio revela nuevos datos sobre la alimentación en la Edad del Bronce

76374 Una investigación de las universidades de Granada, Santiago de Compostela y Reading (Reino Unido) ha aportado nuevos datos sobre la alimentación del hombre durante la edad del Bronce y la llegada de nuevos cultivos a la Península Ibérica durante este período.
El trabajo ha estudiado los restos óseos humanos de la necrópolis de Cova do Santo, situada en el valle del Sil, en la provincia de Ourense, ha informado hoy la Universidad de Granada.
Se trata de una cueva donde se hallaron al menos catorce individuos de ambos sexos, incluyendo niños y, dada la inestabilidad de la cavidad, los investigadores solo pudieron permanecer unas pocas horas en su interior, por lo que recogieron los restos que había en la superficie.
El análisis de los denominados «isótopos estables» en el colágeno óseo de los restos hallados revela que los individuos de Cova do Santo tenían una alimentación basada en vegetales con poca presencia de carne o pescado, a pesar de hallarse el yacimiento próximo al río Sil.
«No existen diferencias notables entre los individuos en cuanto a la alimentación, por lo que el acceso a los recursos alimentarios pudo ser similar, independientemente del sexo o edad», ha explicado la investigadora Olalla López Costas, autora principal de este trabajo.
Los investigadores no han hallado en esta necrópolis signos de consumo de mijo o panizo, con lo cual no se puede confirmar la presencia de dichos cultivos en la dieta al menos en el noroeste peninsular.
«Hemos realizado una comparación con otros yacimientos publicados, y creemos que hay indicios suficientes para pensar que los cultivos de verano sí pudieran ser utilizados en el centro de la Península antes de lo que se creía», ha destacado López Costas.
Estos cultivos, llamados de verano o primavera, cuyo mejores representantes son el mijo y el panizo, tienen un mayor rendimiento en poco tiempo, lo cual probablemente ayudó a la gente a ser más sedentaria y el exceso de producción pudo influir en la jerarquización de la sociedad.
No obstante, no se sabe con certeza cuándo se introdujeron en la dieta peninsular y, hasta hace poco, se consideraba que se produjo en el Bronce Final, pero recientes hallazgos de semillas en yacimientos arqueológicos parecen indicar que pudo suceder antes.
Los enterramientos prehistóricos en cueva son algo relativamente frecuente en el norte y oeste de la Península aunque en pocos yacimientos se han realizado trabajos de antropología física como en este estudio.
El yacimiento parece ser el mayor de la prehistoria del Noroeste Peninsular en cuanto al número de enterramientos y los restos han sido datados entre el 1800 y el 1600 antes de Cristo.
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Aquí te explicamos por qué cada vez hay menos nieve en Sierra Nevada

76461

76461 Un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Granada y Córdoba, financiado por la Fundación Biodiversidad, ha logrado determinar que la disminución de la presencia de nieve en las cotas más elevadas del Parque Nacional de Sierra Nevada, que ha conllevado efectos importantes en el ecosistema, está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos.

 

Un equipo de investigadores del Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada.

Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve. El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático.

Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio).

Con estos informes, el IPCC dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponibilidad de comida.

Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en el entorno del parque nacional.

En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas.

«Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y, en algún punto, incluso hemos tenido que transportar el material con mulos», ha apuntado el investigador Javier Herrero Lantarón, de la Universidad de Granada, durante la presentación, que ha tenido lugar en Córdoba.

PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA

Las observaciones en esas cuatro décadas mostraron que la presencia de nieve decrecía en zonas con cotas superiores a 1.200 metros. También se apreciaron tendencias medias decrecientes en cuanto a la precipitación anual general (4 milímetros) y de nieve en particular (1,3 milímetros).

«Se pierde algo más de un día al año de ocurrencia de precipitación como media», ha señalado María José Polo. El proceso del cambio de régimen de precipitaciones ha pasado a ser más acentuado en la última década.

Por su parte, los valores máximos y mínimos de temperatura se extremaron ligeramente. La temperatura máxima ascendió en el periodo de estudio en 0,04 grados y la mínima cayó 0,01 grados. El resultado fue un incremento en la media de 0,02 grados.

Las conclusiones del estudio apuntan «a una mayor influencia de la modificación del régimen de precipitación sobre la presencia de nieve, y no tanto al cambio del régimen térmico en general».

Se podría pensar que el incremento de temperaturas ayuda a evaporar directamente la nieve, pero no es así. Más bien, las lluvias y nevadas son más torrenciales, lo que afecta en última instancia a la capacidad del terreno para retener el agua.

COMPARACIÓN CON LOS DATOS DEL IPCC

Con respecto a la comparación de los modelos el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas y las observaciones meteorológicas, los científicos de las universidades de Córdoba y de Granada han observado «una representación insuficiente de las variables meteorológicas».

Las previsiones sobreestimaron un 12,5% en la disminución anual media de precipitación y algo más del 11% del aumento de la temperatura media. No ocurrió ni lo uno ni lo otro.

Para solventar estas diferencias, los investigadores han puesto en marcha un proceso de corrección de los resultados de precipitación y temperatura simuladas.

«Se han puesto de manifiesto las dificultades existentes a la hora de proyectar dichos escenarios en la región», han concluido.

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Investigadores de Córdoba estudian el cambio climático en Sierra Nevada

76461 El estudio ha logrado determinar que la disminución de la presencia de nieve en las cumbres penibéticas está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos
El repliegue de la nieve hacia cotas más elevadas en el Parque Nacional de Sierra Nevada ha conllevado efectos importantes en los ecosistemas de la zona y en la presencia del agua. Por ejemplo, se ha observado que ciertas especies de flora que se desarrollaban en temperaturas bajas o que necesitan nieve han migrado hacia lugares más elevados donde han podido encontrar mejores condiciones. Sin embargo, la causa no parece estar exclusivamente en el cambio reciente del régimen de temperaturas. Un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Córdoba y de Granada, financiado por la Fundación Biodiversidad, ha logrado determinar que esta disminución de la presencia de nieve en las cumbres penibéticas está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos.
El equipo de investigadores del grupo de Dinámica Fluvial e Hidrología del Insituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada. Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve. El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático. Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC por sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio). Con estos informes, el IPCC dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponilidad de comida. Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) en el entorno del parque nacional. En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas. «Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y en algún punto, incluso hemos tenido que transportar incluso el material con mulos», ha apuntado Javier Herrero Lantarón, de la Universidad de Granada.
Precipitación y temperatura
Las observaciones en esas cuatro décadas mostraron que la presencia de nieve decrecía en zonas con cotas superiores a 1.200 metros. También se apreciaron tendencias medias decrecientes en cuanto a la precipitación anual general (4 milímetros) y de nieve en particular (1,3 milímetros). «Se pierde algo más de un día al año de ocurrencia de precipitación como media», ha señalado María José Polo. El proceso del cambio de régimen de precipitaciones ha pasado a ser más acentuado en la última década.
Por su parte, los valores máximos y mínimos de temperatura se extremaron ligeramente. La temperatura máxima ascendió en el periodo de estudio en 0,04 grados y la mínima cayó 0,01 grados. El resultado fue un incremento en la media de 0,02 grados. Las conclusiones del estudio apuntan «a una mayor influencia de la modificación del régimen de precipitación sobre la presencia de nieve, y no tanto al cambio del régimen térmico en general». Se podría pensar que el incremento de temperaturas ayuda a evaporar directamente la nieve, pero no es así. Más bien, las lluvias y nevadas son más torrenciales, lo que afecta en última instancia a la capacidad del terreno para retener el agua.
Comparación con los datos del IPCC
Con respecto a la comparación de los modelos el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas y las observaciones meteorológicas, los científicos de las universidades de Córdoba y de Granada han observado «una representación insuficiente de las variables meteorológicas». Las previsiones sobreestimaron un 12,5% en la disminución anual media de precipitación y algo más del 11% del aumento de la temperatura media. No ocurrió ni lo uno ni lo otro. Para solverntar estas diferencias, los investigadores han puesto en marcha un proceso de corrección de los resultados de precipitación y temperatura simuladas. «Se han puesto de manifiesto las dificultades existentes a la hora de proyectar dichos escenarios en la región», han concluido.
A juicio del vicerrector de Innovación, Transferencia y Campus de Excelencia de la Universidad de Córdoba, Enrique Quesada, «el estudio ha mostrado lo importante de la colaboración iniciada con la Universidad de Granada y el enorme potencial de este tipo de trabajos en el que se combinan las observaciones y el modelado hidrológico». El trabajo ha sido financiado por la Fundación Biodiversidad. Su origen estuvo en una investigación previa en 2004 en la cuenca del Guadalfeo. «De ahí surgió la necesidad de establecer un modelo sobre la nieve», ha concluido María José Polo.
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¿Qué impacto tiene el cambio global sobre la nieve y la hidrología en Sierra Nevada?

76461 El repliegue de la nieve hacia cotas más elevadas en el Parque Nacional de Sierra Nevada ha conllevado efectos importantes en los ecosistemas de la zona y en la presencia del agua. Por ejemplo, se ha observado que ciertas especies de flora que se desarrollaban en temperaturas bajas o que necesitan nieve han migrado hacia lugares más elevados donde han podido encontrar mejores condiciones. Sin embargo, la causa no parece estar exclusivamente en el cambio reciente del régimen de temperaturas.

 

Un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Granada y Córdoba, financiado por la Fundación Biodiversidad y que se ha presentado en la Universidad de Córdoba, ha logrado determinar que esta disminución de la presencia de nieve en las cumbres penibéticas está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos.

Un equipo de investigadores del Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada. Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve.

El repliegue de la nieve hacia cotas más elevadas en el Parque Nacional de Sierra Nevada ha conllevado efectos importantes en los ecosistemas de la zona y en la presencia del agua
El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático. Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio). Con estos informes, el IPCC dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponilidad de comida.

Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en el entorno del parque nacional. En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas. «Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y, en algún punto, incluso hemos tenido que transportar el material con mulos», ha apuntado el investigador Javier Herrero Lantarón, de la Universidad de Granada, durante la presentación.

Precipitación y temperatura

Las observaciones en esas cuatro décadas mostraron que la presencia de nieve decrecía en zonas con cotas superiores a 1.200 metros. También se apreciaron tendencias medias decrecientes en cuanto a la precipitación anual general (4 milímetros) y de nieve en particular (1,3 milímetros). «Se pierde algo más de un día al año de ocurrencia de precipitación como media», ha señalado María José Polo. El proceso del cambio de régimen de precipitaciones ha pasado a ser más acentuado en la última década.

Por su parte, los valores máximos y mínimos de temperatura se extremaron ligeramente. La temperatura máxima ascendió en el periodo de estudio en 0,04 grados y la mínima cayó 0,01 grados. El resultado fue un incremento en la media de 0,02 grados. Las conclusiones del estudio apuntan «a una mayor influencia de la modificación del régimen de precipitación sobre la presencia de nieve, y no tanto al cambio del régimen térmico en general». Se podría pensar que el incremento de temperaturas ayuda a evaporar directamente la nieve, pero no es así. Más bien, las lluvias y nevadas son más torrenciales, lo que afecta en última instancia a la capacidad del terreno para retener el agua.

Comparación con los datos del IPCC

Con respecto a la comparación de los modelos el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas y las observaciones meteorológicas, los científicos de las universidades de Córdoba y de Granada han observado «una representación insuficiente de las variables meteorológicas». Las previsiones sobreestimaron un 12,5% en la disminución anual media de precipitación y algo más del 11% del aumento de la temperatura media. No ocurrió ni lo uno ni lo otro. Para solventar estas diferencias, los investigadores han puesto en marcha un proceso de corrección de los resultados de precipitación y temperatura simuladas. «Se han puesto de manifiesto las dificultades existentes a la hora de proyectar dichos escenarios en la región», han concluido.

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Ideal

Pág. 6: Una plaza del Zaidín y un paseo de la UGR llevarán los nombres de alcaldes fusilados por Franco

Págs. 10-11: La UGR pierde 7 millones de euros con la fuga de alumnos

El Defensor cierra con un saldo positivo de 2.434 euros

Pág. 23: Maíllo promete paralizar el decreto universitario del ‘3+2’ si llega a la Junta

Pág. 55: Schola Gregoriana Hispana, en concierto

Pág. 65:

– Música:

Concierto de la Schola Gregoriana Hispana Salve Mater

– Exposiciones:

‘El juguete rabioso’

‘Trasfondos’

‘TREPAT. Vanguardias fotográficas: un caso de estudio»

Descarga por URL: http://sl.ugr.es/07BX

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El cambio en las precipitaciones ha influido más que el calor en la disminución de nieve en Sierra Nevada

76461 Un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Granada y Córdoba, financiado por la Fundación Biodiversidad, ha logrado determinar que la disminución de la presencia de nieve en las cotas más elevadas del Parque Nacional de Sierra Nevada, que ha conllevado efectos importantes en el ecosistema, está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos.
Un equipo de investigadores del Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada.
Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve. El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático.
Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio).
Con estos informes, el IPCC dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponibilidad de comida.
Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en el entorno del parque nacional.
En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas.
«Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y, en algún punto, incluso hemos tenido que transportar el material con mulos», ha apuntado el investigador Javier Herrero Lantarón, de la Universidad de Granada, durante la presentación, que ha tenido lugar en Córdoba.
PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
Las observaciones en esas cuatro décadas mostraron que la presencia de nieve decrecía en zonas con cotas superiores a 1.200 metros. También se apreciaron tendencias medias decrecientes en cuanto a la precipitación anual general (4 milímetros) y de nieve en particular (1,3 milímetros).
«Se pierde algo más de un día al año de ocurrencia de precipitación como media», ha señalado María José Polo. El proceso del cambio de régimen de precipitaciones ha pasado a ser más acentuado en la última década.
Por su parte, los valores máximos y mínimos de temperatura se extremaron ligeramente. La temperatura máxima ascendió en el periodo de estudio en 0,04 grados y la mínima cayó 0,01 grados. El resultado fue un incremento en la media de 0,02 grados.
Las conclusiones del estudio apuntan «a una mayor influencia de la modificación del régimen de precipitación sobre la presencia de nieve, y no tanto al cambio del régimen térmico en general».
Se podría pensar que el incremento de temperaturas ayuda a evaporar directamente la nieve, pero no es así. Más bien, las lluvias y nevadas son más torrenciales, lo que afecta en última instancia a la capacidad del terreno para retener el agua.
COMPARACIÓN CON LOS DATOS DEL IPCC
Con respecto a la comparación de los modelos el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas y las observaciones meteorológicas, los científicos de las universidades de Córdoba y de Granada han observado «una representación insuficiente de las variables meteorológicas».
Las previsiones sobreestimaron un 12,5% en la disminución anual media de precipitación y algo más del 11% del aumento de la temperatura media. No ocurrió ni lo uno ni lo otro.
Para solventar estas diferencias, los investigadores han puesto en marcha un proceso de corrección de los resultados de precipitación y temperatura simuladas.
«Se han puesto de manifiesto las dificultades existentes a la hora de proyectar dichos escenarios en la región», han concluido.
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Diario de Pontevedra

Pág. 52: Los vegetales eran la base de la dieta de los habitantes del Bronce en el valle del Sil

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