Seis de cada diez drogodependientes maltrata a sus parejas

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que ha puesto de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente y las tipologías más desarrolladas, así como las variables que aparecen asociadas a ella.

El estudio ha revelado que entre el 6,5 y el 72,4 por ciento de la población reconoce que ejerce algún tipo de violencia hacia su pareja, siendo la conducta violenta menos desarrollada la de «la he obligado a abortar contra su deseo» (6,5 por ciento) y la más desarrollada (72,4 por ciento) «no tiene en cuenta sus necesidades, deseos o intereses». Además, el 63,5 por ciento de los encuestados «quiere saber qué hace su pareja en cada momento del día: sus horarios, o con quien habla». La tasa de violencia física oscila entre el 6,5 y el 21 por ciento, mientras que la violencia psicológica oscila entre el 7,3 y el 72,4 por ciento, informó la UGR.

El trabajo indica además que el 51 por ciento de los hombres drogodependientes son conscientes de que maltratan a sus parejas y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen, utilizando para ello las estrategias que sean necesarias.

Asimismo, en este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más frecuentes que las de maltrato físico y, por categorías, las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, la desvalorización ideológico-religiosa, el abuso por rol de género, el chantaje emocional por obligación, el abuso económico, el chantaje emocional por temor, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

SEPARACIONES TEMPORALES

Según los resultados de la investigación, se han producido separaciones en el 78,8 por ciento de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales, terminando en la mayoría de las ocasiones en una vuelta a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apunta Amelia Matute, que ha realizado el estudio, dirigida por Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que están recibiendo tratamiento de deshabituación de alguna drogodependencia en Comunidades Terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos ellos eran consumidores de cocaína, alcohol, heroína o heroína-cocaína. A todos ellos se les pasó una batería de cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas ejercidas en la pareja, así como información con la que se configuraban las diferentes variables seleccionadas.

Esta investigación ha venido a aportar un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un sector de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la población general, pero no en poblaciones específicas que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio que es la población drogodependiente.


Seis de cada diez hombres drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas

– Según un estudio de la Universidad de Granada

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada.

El trabajo ha puesto de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente y las tipologías más desarrolladas, así como las variables que aparecen asociadas a ella.

Según la citada universidad, el estudio ha revelado, por ejemplo, que entre el 6,5% y el 72,4% de la población reconoce que ejerce algún tipo de violencia hacia su pareja. En este sentido, la conducta violenta menos desarrollada es la de «la he obligado a abortar contra su deseo» (6,5%) y la más desarrollada (72,4%), aquella en la que el hombre «no tiene en cuenta» las «necesidades, deseos o intereses» de la mujer. Además, el 63,5% de los encuestados «quiere saber qué hace su pareja en cada momento del día: sus horarios y con quién habla».

El trabajo revela que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que maltratan a sus parejas y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a quedarse abandonados, por lo que utilizan para impedirlo las estrategias que sean necesarias.

Esta investigación la ha realizado Amelia Matute López, bajo la dirección de Andrés Soriano Díaz. Su autora trabajó con 153 hombres que están recibiendo tratamiento de deshabituación de alguna drogodependencia en comunidades terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años.

Foto: Campaña del MInisterio de Igualdad contra los malos tratos

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Seis de cada diez hombres drogodependientes son violentos con sus parejas

Granada, 22 jul (EFE).- Seis de cada 10 hombres drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio de la Universidad de Granada, que ha puesto de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia machista, tanto física como psicológica, ejercida hacia la mujer por este grupo de la población.
El estudio, elaborado por el departamento de Pedagogía, ha revelado que entre el 6,5 y el 72,4% de la población reconoce que ejerce algún tipo de violencia hacia su pareja, ha informado hoy la Universidad de Granada.
La conducta violenta menos desarrollada es la de «la he obligado a abortar contra su deseo» (6,5%) y la más desarrollada (72,4%) la de «no tiene en cuenta sus necesidades, deseos o intereses».
Además, el 63,5% de los encuestados «quiere saber qué hace su pareja en cada momento del día: sus horarios y con quien habla».
La tasa de violencia física oscila entre el 6,5% y el 21%, mientras que la psicológica va del 7,3% al 72,4%.
El trabajo revela que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que maltratan a sus parejas y, aunque saben que esto acarrea graves consecuencias para ellas, no están dispuestos a dejar la relación ni a que ellas los abandonen, para lo que utiliza las estrategias que sean necesarias.
En este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más frecuentes que las de maltrato físico y, por categorías, las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa y la desvalorización ideológico-religiosa.
Les siguen el abuso por rol de género, el chantaje emocional por obligación, el abuso económico, el chantaje emocional por temor, la pérdida de control personal y el aislamiento social.
La investigación, llevada a cabo por Amelia Matute López y dirigida por Andrés Soriano Díaz, fue elaborada sobre 153 hombres de entre 20 y 65 años que están recibiendo tratamiento de deshabituación de alguna drogodependencia en comunidades terapéuticas andaluzas.
Todos ellos eran consumidores de cocaína, alcohol, heroína o heroína-cocaína, y a todos se les pasó una batería de cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas ejercidas en la pareja, así como información con la que se configuraban las diferentes variables seleccionadas.
El estudio revela que se han producido separaciones en el 78,8% de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales y la mayoría termina en una vuelta a la convivencia.
«La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», según Matute.
La investigación, según sus autores, aporta un conocimiento real del fenómeno de la violencia machista en un sector de población del que no se tenían datos.
En España existen estudios sobre la población general, pero no en poblaciones específicas que podrían considerarse de alto riesgo, como la drogodependiente, según la Universidad de Granada. EFE
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En su paraíso particular

o había pisado el hombre la luna cuando Federico Mayor Zaragoza ya veraneaba en Salobreña, localidad granadina en la que tiene un chalecito construido en la ladera de una colina rocosa que da al mar. La vista es un privilegio, de esas que te dan ganas de ser gaviota para explorar todo lo que da de sí el paisaje marino.
En el mítico año de 1968 pasaron muchas cosas, pero para Mayor Zaragoza lo más importante fue que lo nombraron rector de la Universidad de Granada, institución en la que daba clases como profesor de Bioquímica. Fue en junio y a España llegaban los ecos de las revueltas universitarias del mayo francés. Una etapa para enmarcar en una vida. Fue ese año cuando el recién nombrado rector se retiró unos días en vacaciones al hotel Salobreña. Desde la ventana de su habitación vio un lugar que quedó grabado a fuego en su mente. «Fue como un sueño, quería una casa muy especial y pregunté qué persona ajena a la Universidad podría estar dispuesta a realizar el proyecto. Entonces conocí al arquitecto Alfredo Rodríguez Orga. Una mañana acudí a charlar con él y, mientras le relataba mi idea, él hizo un dibujo exacto a lo que tenía en mi mente. Entonces supe que se iba a convertir en mi rincón preferido».
Pidió un préstamo a un banco y su sueño se hizo realidad. La casa intenta estar mimetizada con la colina y su cal blanca resalta entre el verde de los pinos y el color azul del mar. Un viejo y enorme pino da sombra a la mitad de la vivienda, que tiene tres plantas, cinco habitaciones, terraza y una pequeña piscina que da sobre la bajada al mar. Está decorada por su mujer, María Ángeles Menéndez, con la que comparte tres hijos y varios nietos. Desde ese año de 1968, Federico Mayor Zaragoza no tiene otro sitio al que ir en vacaciones que Salobreña. Cuando construyó la vivienda él tenía 39 años, ahora tiene 77.
En algunas ocasiones, el ex director general de la Unesco ha calificado aquel lugar como su «paraíso particular», porque le ha permitido esos placeres que hacen decir a un hombre que ha tocado la felicidad. Allí ha veraneado con toda la familia, con sus padres, sus suegros, los abuelos… «Ahora con mi mujer, los hijos y nietos que vienen y van…».
Hay una pregunta tan típica como tópica que se le suele hacer a un entrevistado cuando está en pantalón corto: ¿Cómo es un día de sus vacaciones? Federico Mayor Zaragoza, que desde que dejó la dirección general de la Unesco en 1999 preside la Fundación Cultura y Paz, la contesta así: «Me levanto un poco más tarde que en invierno, cuando madrugo mucho. Desayuno, leo la prensa, despacho con mi secretaria por teléfono y fax y, si hace buen tiempo y buen mar, vamos hacia Marina del Este para dar una vuelta en nuestra barquita. Después del almuerzo, leo y, con frecuencia, dicto algún escrito o respondo temas pendientes. A partir de las siete de la tarde, paseo y tertulia familiar o con algunos amigos que hayan venido a vernos hasta la hora de cenar. Nos vamos a descansar sobre la medianoche. ¡Ah, se me olvidaba! Si no hace buen mar -tiene que hacer muy buen mar para que mi mujer autorice la salida-, utilizamos la piscina».
Excepcionalmente, el presidente de Cultura y Paz recibe alguna visita relacionada con la ciudad o con la cooperación internacional, aunque quienes más acuden son sus amigos granadinos, con los que suele compartir una charla informal y vaso de vino tinto, su bebida preferida. Lo que más le gusta a Mayor Zaragoza es bañarse en el mar. Dice que es «un placer indecible», aunque hay veces que teme «a las medusas moradas» tanto como a «la demagogia, el dogmatismo o el extremismo». Igualmente le hace feliz, además de no tener la mayoría de los días ‘agenda’, salir con el barco a navegar. «Lo de ‘navegar’ suena muy pomposo, especialmente si se tiene en cuenta que el ‘alto mando’ no nos deja ir más allá de 200 o 300 metros de la costa. Pero es suficiente. A veces vamos hasta Marina del Este».
Poesía y salmorejo
Federico Mayor Zaragoza pasa al menos tres semanas en su retiro de Salobreña. No suele moverse durante las vacaciones. «A veces tengo que viajar a Francia o Bélgica, pero procuro volver el mismo día». También le gusta moverse por los alrededores de Salobreña, por Motril, Almuñécar, La Herradura o Nerja. «Visito con frecuencia Salobreña, tanto para caminar por su magnífico paseo marítimo, como para almorzar o cenar en sus excelentes restaurantes. Pero no sólo en verano, también cuando tengo algunos días libres en Semana Santa o algún fin de semana me voy a ‘mi paraíso’».
Al presidente de Cultura y Paz le encanta leer poesía. Dos de sus poetas preferidos son Salvador Espriú y la granadina Elena Martín Vivaldi. «Me llevo muchos libros, la mayoría de poemas. Leo y releo algunos. Los otros quedan pendientes».
Durante sus vacaciones, viste de manera muy sencilla. «De eso entiendo muy poco. Me pongo lo que me prepara mi mujer, casi siempre unas zapatillas, el pantalón corto y una camisa». Le encanta la comida granadina, el salmorejo, las verduras y el pescado frito. «También me gustan mucho las frutas tropicales que en esta costa se dan gracias a su microclima, como el mango, el aguacate o la chirimoya».
En cuando a la desconexión del mundo laboral que todos perseguimos en época de vacaciones, dice que sigue la recomendación de su padre: discernir entre lo que debe preocuparle, que son muy pocas cosas, y lo que debe ocuparle, que es todo lo demás. «De todas maneras, yo no quiero ‘desconectarme’. Lo que quiero es descansar, pasear, nadar, navegar, hablar y escuchar a todos los amigos, pero especialmente a los niños, a mis nietos. De este modo ‘conecto’ con la realidad. Bastante desconectados nos tienen con tanto poder mediático durante todo el año. Por otra parte, creo que la lucha en favor de la paz no admite pausas».
De todos los veranos que ha pasado en la costa granadina, recuerda dos en especial. El de 1982, cuando era ministro de Educación y Ciencia y acababa de nacer su nieta Andrea, y el de 1987, cuando fue nombrado director general de la Unesco. «Desde entonces -concluye-, debido a mis innumerables viajes, he visto muchas bahías, pero ninguna como la de Salobreña».
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Seis de cada diez varones adictos a las drogas maltratan a sus parejas

Más de la mitad son conscientes de su actitud violenta · Casi el 80% de las parejas en esta situación se separan, aunque la mayoría vuelven a la convivencia
Europa Press / GRANADA | Actualizado 23.07.2010 – 09:44

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas. La conducta agresiva más habitual es «no tener en cuenta sus necesidades, deseos e intereses», y la menos frecuente «obligar a abortar en contra de su voluntad». Más de la mitad de los hombres adictos a las drogas son conscientes de que maltratan a sus compañeras y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen. Para lograrlo, utilizan las estrategias que sean necesarias.

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que pone de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente.

El estudio reveló que existe un amplio intervalo de población (entre el 6,5% y el 72,4%) que reconoce que ejerce algún tipo de coacción sobre su pareja: La conducta en el menor rango es obligar a abortar en contra del deseo de la mujer y la más habitual entre los maltratadores es no tener en cuenta las necesidades, deseos o intereses de su pareja.

Es estudio resalta además que un 63,5% de los hombres encuestados»quieren saber qué hace su pareja en cada momento del día, sus horarios o con quien habla».

El trabajo indicó además que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que agreden a sus parejas. En este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más habituales que las del físico y las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual y económico, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, obligación o temor, la desvalorización ideológico-religiosa, el acoso por rol de género, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

Según los resultados de la investigación, se produjeron separaciones en el 78,8% de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales y en la mayoría de las ocasiones se vuelve a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apuntó Amelia Matute, una de las investigadoras que realizó el estudio bajo la dirección de Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que estaban recibiendo tratamiento de desintoxicación de alguna drogodependencia en comunidades terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos eran consumidores de cocaína, alcohol o heroína. Se les pasó unos cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas que acostumbran a ejercer en la convivencia en pareja, así como información con la que se configuraban las variables seleccionadas.

Esta investigación aportó un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un grupo de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la sociedad en general, pero no en secotres específicos que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio. 63,5%

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Seis de cada diez varones adictos a las drogas maltratan a sus parejas

Más de la mitad son conscientes de su actitud violenta · Casi el 80% de las parejas en esta situación se separan, aunque la mayoría vuelven a la convivencia
Europa Press / GRANADA | Actualizado 23.07.2010 – 09:44

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas. La conducta agresiva más habitual es «no tener en cuenta sus necesidades, deseos e intereses», y la menos frecuente «obligar a abortar en contra de su voluntad». Más de la mitad de los hombres adictos a las drogas son conscientes de que maltratan a sus compañeras y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen. Para lograrlo, utilizan las estrategias que sean necesarias.

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que pone de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente.

El estudio reveló que existe un amplio intervalo de población (entre el 6,5% y el 72,4%) que reconoce que ejerce algún tipo de coacción sobre su pareja: La conducta en el menor rango es obligar a abortar en contra del deseo de la mujer y la más habitual entre los maltratadores es no tener en cuenta las necesidades, deseos o intereses de su pareja.

Es estudio resalta además que un 63,5% de los hombres encuestados»quieren saber qué hace su pareja en cada momento del día, sus horarios o con quien habla».

El trabajo indicó además que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que agreden a sus parejas. En este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más habituales que las del físico y las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual y económico, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, obligación o temor, la desvalorización ideológico-religiosa, el acoso por rol de género, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

Según los resultados de la investigación, se produjeron separaciones en el 78,8% de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales y en la mayoría de las ocasiones se vuelve a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apuntó Amelia Matute, una de las investigadoras que realizó el estudio bajo la dirección de Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que estaban recibiendo tratamiento de desintoxicación de alguna drogodependencia en comunidades terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos eran consumidores de cocaína, alcohol o heroína. Se les pasó unos cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas que acostumbran a ejercer en la convivencia en pareja, así como información con la que se configuraban las variables seleccionadas.

Esta investigación aportó un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un grupo de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la sociedad en general, pero no en secotres específicos que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio. 63,5%
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Seis de cada diez varones adictos a las drogas maltratan a sus parejas

Más de la mitad son conscientes de su actitud violenta · Casi el 80% de las parejas en esta situación se separan, aunque la mayoría vuelven a la convivencia
Europa Press / GRANADA | Actualizado 23.07.2010 – 09:44

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas. La conducta agresiva más habitual es «no tener en cuenta sus necesidades, deseos e intereses», y la menos frecuente «obligar a abortar en contra de su voluntad». Más de la mitad de los hombres adictos a las drogas son conscientes de que maltratan a sus compañeras y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen. Para lograrlo, utilizan las estrategias que sean necesarias.

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que pone de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente.

El estudio reveló que existe un amplio intervalo de población (entre el 6,5% y el 72,4%) que reconoce que ejerce algún tipo de coacción sobre su pareja: La conducta en el menor rango es obligar a abortar en contra del deseo de la mujer y la más habitual entre los maltratadores es no tener en cuenta las necesidades, deseos o intereses de su pareja.

Es estudio resalta además que un 63,5% de los hombres encuestados»quieren saber qué hace su pareja en cada momento del día, sus horarios o con quien habla».

El trabajo indicó además que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que agreden a sus parejas. En este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más habituales que las del físico y las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual y económico, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, obligación o temor, la desvalorización ideológico-religiosa, el acoso por rol de género, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

Según los resultados de la investigación, se produjeron separaciones en el 78,8% de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales y en la mayoría de las ocasiones se vuelve a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apuntó Amelia Matute, una de las investigadoras que realizó el estudio bajo la dirección de Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que estaban recibiendo tratamiento de desintoxicación de alguna drogodependencia en comunidades terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos eran consumidores de cocaína, alcohol o heroína. Se les pasó unos cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas que acostumbran a ejercer en la convivencia en pareja, así como información con la que se configuraban las variables seleccionadas.

Esta investigación aportó un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un grupo de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la sociedad en general, pero no en secotres específicos que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio. 63,5%
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Seis de cada diez varones adictos a las drogas maltratan a sus parejas

Más de la mitad son conscientes de su actitud violenta · Casi el 80% de las parejas en esta situación se separan, aunque la mayoría vuelven a la convivencia
Europa Press / GRANADA | Actualizado 23.07.2010 – 09:44

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas. La conducta agresiva más habitual es «no tener en cuenta sus necesidades, deseos e intereses», y la menos frecuente «obligar a abortar en contra de su voluntad». Más de la mitad de los hombres adictos a las drogas son conscientes de que maltratan a sus compañeras y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen. Para lograrlo, utilizan las estrategias que sean necesarias.

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que pone de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente.

El estudio reveló que existe un amplio intervalo de población (entre el 6,5% y el 72,4%) que reconoce que ejerce algún tipo de coacción sobre su pareja: La conducta en el menor rango es obligar a abortar en contra del deseo de la mujer y la más habitual entre los maltratadores es no tener en cuenta las necesidades, deseos o intereses de su pareja.

Es estudio resalta además que un 63,5% de los hombres encuestados»quieren saber qué hace su pareja en cada momento del día, sus horarios o con quien habla».

El trabajo indicó además que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que agreden a sus parejas. En este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más habituales que las del físico y las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual y económico, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, obligación o temor, la desvalorización ideológico-religiosa, el acoso por rol de género, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

Según los resultados de la investigación, se produjeron separaciones en el 78,8% de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales y en la mayoría de las ocasiones se vuelve a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apuntó Amelia Matute, una de las investigadoras que realizó el estudio bajo la dirección de Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que estaban recibiendo tratamiento de desintoxicación de alguna drogodependencia en comunidades terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos eran consumidores de cocaína, alcohol o heroína. Se les pasó unos cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas que acostumbran a ejercer en la convivencia en pareja, así como información con la que se configuraban las variables seleccionadas.

Esta investigación aportó un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un grupo de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la sociedad en general, pero no en secotres específicos que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio. 63,5%
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Seis de cada diez varones adictos a las drogas maltratan a sus parejas

Más de la mitad son conscientes de su actitud violenta · Casi el 80% de las parejas en esta situación se separan, aunque la mayoría vuelven a la convivencia
Europa Press / GRANADA | Actualizado 23.07.2010 – 09:44

 

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas. La conducta agresiva más habitual es «no tener en cuenta sus necesidades, deseos e intereses», y la menos frecuente «obligar a abortar en contra de su voluntad». Más de la mitad de los hombres adictos a las drogas son conscientes de que maltratan a sus compañeras y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen. Para lograrlo, utilizan las estrategias que sean necesarias.

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que pone de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente.

El estudio reveló que existe un amplio intervalo de población (entre el 6,5% y el 72,4%) que reconoce que ejerce algún tipo de coacción sobre su pareja: La conducta en el menor rango es obligar a abortar en contra del deseo de la mujer y la más habitual entre los maltratadores es no tener en cuenta las necesidades, deseos o intereses de su pareja.

Es estudio resalta además que un 63,5% de los hombres encuestados»quieren saber qué hace su pareja en cada momento del día, sus horarios o con quien habla».

El trabajo indicó además que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que agreden a sus parejas. En este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más habituales que las del físico y las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual y económico, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, obligación o temor, la desvalorización ideológico-religiosa, el acoso por rol de género, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

Según los resultados de la investigación, se produjeron separaciones en el 78,8% de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales y en la mayoría de las ocasiones se vuelve a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apuntó Amelia Matute, una de las investigadoras que realizó el estudio bajo la dirección de Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que estaban recibiendo tratamiento de desintoxicación de alguna drogodependencia en comunidades terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos eran consumidores de cocaína, alcohol o heroína. Se les pasó unos cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas que acostumbran a ejercer en la convivencia en pareja, así como información con la que se configuraban las variables seleccionadas.

Esta investigación aportó un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un grupo de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la sociedad en general, pero no en secotres específicos que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio.

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Desafíos para conseguir una nueva economía para la paz

El VII Seminario ‘La Cultura de la Paz desde Andalucía’ celebró ayer su segunda jornada en Vélez-Blanco con las conferencias de Juan Torres y Vicenta Font
Rosario Cano/vélez-blanco | Actualizado 23.07.2010 – 01:00
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La diputada nacional, Cándida Martínez, estuvo presente en la segunda jornada del seminario.

La Economía para la Paz: qué problemas, qué prioridades, qué instituciones y políticas y qué enfoques y los Desafíos de la Sociedad Civil y las ONGs para la construcción de Paz fueron los temas abordados ayer en las conferencias impartidas respectivamente por Juan Torres, catedrático de Economía Aplicada del Departamento de Teoría Económica y Economía Política de la Universidad de Sevilla, y Vicenta Font, directora del Institut Catalá Internacional per la pau, ICIP, de la Generalitat de Catalunya. Todo ello en la celebración de la segunda jornada del VII Seminario de la Cultura de Paz desde Andalucía Desafíos de la paz en el siglo XXI que hasta hoy viernes se desarrolla en Vélez Blanco.

Dos conferencias seguidas de los respectivos seminarios incluidos en el programa cuyos debates fueron coordinados por Jorge Bolaños y Carmen Egea, ambos miembros del Proyecto Cultura de Paz en Andalucía. Experiencias y desafíos.

Juan Torres explicó en su conferencia los aspectos más importantes de la actual crisis económica, dando respuesta a preguntas tan importantes como de qué manera y por qué se produjo esta gran crisis financiera, cómo hemos llegado hasta aquí y dónde nos lleva las decisiones que en la actualidad están tomando los distintos gobiernos para «solucionar» esta crisis. Igualmente, el economista planteó la duda sobre de dónde salió tanto dinero hace unos años, para él de aspectos como «la desigualdad» o de la ingeniería financiera de lo que él llama «la titulización» de las entidades bancarias y la «especulación».

Lo importante para Torres también es cómo pasó todo ello desapercibido para todos, «mintiendo y dando por bueno lo que todo el mundo sabía que era malo».

Los retos del futuro para el catedrático de Economía no son otros que «apostar por un nuevo concepto del ser humano así como por una nueva concepción de la actividad económica y un nuevo tipo de conocimiento». Igualmente, es necesario «una nueva forma de gobernar la economía y producir bienes y satisfacción». Para todo ello hace falta más «control y regulación, con la exigencia por parte de todos de imperativos éticos que eviten que nuestros gobiernos elegidos democráticamente no puedan realmente decidir, es una falsa democracia ya que el que manda realmente es el poder financiero, no el político».

Para Torres «las políticas de austeridad y recortes económicos que se están llevando a la práctica por los gobiernos en la actualidad sólo van a llevar a los países a una auténtica depresión porque van a hundir más las economías ya que sólo benefician, una vez más, a aquellos que provocaron la crisis, los bancos y cajas», añadiendo que «es imposible conseguir la paz con un poder financiero injusto y asimétrico. El dinero está matando y estamos siendo insensibles a ello».

Hoy viernes la jornada comenzará con la conferencia Retos de la Educación para la Cultura de Paz en el siglo XXI, a cargo de Sebastián Sánchez, profesor titular de Didáctica y Organización escolar del campus de la Universidad de Granada en Melilla y ex-director general de Orientación Educativa y Solidaridad de la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía. Tras un descanso, Vicent Martínez, director honorífico de la Cátedra Unesco de Filosofía de la Paz de la Universitat Jaume I de Castellón, abordará en su charla las Políticas para la paz en el siglo XXI. Por la tarde, tendrá lugar la clausura del seminario con la conferencia El reto de afrontar el desarme, de Arcadi Oliveres i Boadella, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, Associació Justícia i Pau, para finalizar con el seminario, cuyo debate estará coordinado por Alfonso Cortés, miembro del Proyecto Cultura de Paz en Andalucía. Experiencias y desafíos.

El VII Seminario de la Cultura de Paz desde Andalucía Desafíos de la paz en el siglo XXI está organizado por el Grupo de Investigación Sur-Clio de la Universidad de Almería y el Proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucía: Cultura de Paz en Andalucía. Experiencias y Desafíos, con la colaboración del Ayuntamiento de Vélez-Blanco, el Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada y la Red Andaluza de Investigación para la Paz y los Derechos Humanos, una iniciativa que pretende constituirse como un espacio de encuentro y reflexión en torno a los complejos desafíos a los que la sociedad se enfrenta para la construcción de un mundo crecientemente pacífico, justo y solidario.

Como actividad paralela, la delegada provincial de la Consejería de Cultura, Yolanda Callejón, inaugurará esta tarde en el Castillo de Vélez-Blanco una exposición sobre el Arte Rupestre y presentará el catálogo de exposición de Arte Rupestre de Los Vélez, Patrimonio Mundial. Esta exposición es de carácter itinerante y tras haber visitado los municipios de Vélez-Rubio y María, desde hoy hasta el 17 de octubre permanecerá en el Castillo de los Fajardo. Posteriormente estará en Chirivel y Almería capital.

El catálogo, que recoge de manera sintética el contenido de los paneles de la exposición, difunde los valores patrimoniales del arte rupestre entre las cuatro localidades de la Comarca.

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Seis de cada diez adictos a las drogas ejercen violencia sobre sus pareja

AGENCIAS | GRANADA Seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada que pone de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género -tanto física como psicológica- ejercida hacia la mujer en este tipo de relaciones.

La conducta violenta más habitual es «no tener en cuenta sus necesidades, deseos e intereses», y la menos frecuente «obligar a abortar en contra de su voluntad». Más de la mitad de los hombres drogodependientes son conscientes de que maltratan a sus parejas y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación

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Seis de cada diez varones adictos a las drogas maltratan a sus parejas

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas. La conducta agresiva más habitual es «no tener en cuenta sus necesidades, deseos e intereses», y la menos frecuente «obligar a abortar en contra de su voluntad». Más de la mitad de los hombres adictos a las drogas son conscientes de que maltratan a sus compañeras y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen. Para lograrlo, utilizan las estrategias que sean necesarias.

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que pone de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente.

El estudio reveló que existe un amplio intervalo de población (entre el 6,5% y el 72,4%) que reconoce que ejerce algún tipo de coacción sobre su pareja: La conducta en el menor rango es obligar a abortar en contra del deseo de la mujer y la más habitual entre los maltratadores es no tener en cuenta las necesidades, deseos o intereses de su pareja.

Es estudio resalta además que un 63,5% de los hombres encuestados»quieren saber qué hace su pareja en cada momento del día, sus horarios o con quien habla».

El trabajo indicó además que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que agreden a sus parejas. En este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más habituales que las del físico y las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual y económico, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, obligación o temor, la desvalorización ideológico-religiosa, el acoso por rol de género, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

Según los resultados de la investigación, se produjeron separaciones en el 78,8% de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales y en la mayoría de las ocasiones se vuelve a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apuntó Amelia Matute, una de las investigadoras que realizó el estudio bajo la dirección de Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que estaban recibiendo tratamiento de desintoxicación de alguna drogodependencia en comunidades terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos eran consumidores de cocaína, alcohol o heroína. Se les pasó unos cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas que acostumbran a ejercer en la convivencia en pareja, así como información con la que se configuraban las variables seleccionadas.

Esta investigación aportó un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un grupo de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la sociedad en general, pero no en secotres específicos que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio. 63,5%

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