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78219 Cientificos de la Universidad de Granada han iniciado unproyecto para comprobar lacontribuci6n del ejercicio paraactivar la grasa parda, el teji-do adiposo que regula la tem-peratura y que al activarsepuede prevenir y combatir laobesidad o la diabetes y mejo-rar la salud cardiovascular.Un equipo de investigado-res de la universidad granadi-na liderado por Jonatan Ruiz,public6 en la revista BritishJournal of Sports Medicine unartlculo que apunta a los me-canismos por los que el ejerci-cio podrla activar la grasa par-day los beneficios que estoprovoca en la salud. Ruiz de-tall6 que el cuerpo acumuladiferentes tipos de grasa yque, frente a la grasa blancaque acumulan las personascomo rondo energ~tico, el te-jido adiposo pardo se encargade regular la temperatura cor-poral, para lo que quema elazficar y los triglic~ridos acu-mulados pot las personas.»Desde 2009, la comuni-dad cientifica investiga c6moactivar la grasa parda, ya quese ha demos~’ado que activar-la ofrece muchos beneficiospara la salud, como mejorar elsistema cardiovascular, com-batir la obesidad o prevenir ladiabetes», explic6 Ruiz.»Ahora se investiga sobrelos alimentos que ayudan aactivar la grasa parda y la in-dustria farmac~utica buscamedicamentos que sirvanpara hacerlo», afiadi6.
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78219 Científicos de la Universidad de Granada han iniciado un proyecto para comprobar la contribución del ejercicio para activar la grasa parda, el tejido adiposo que regula la temperatura, y que al activarse puede prevenir y combatir la obesidad o la diabetes y mejorar la salud cardiovascular.
Un equipo de investigadores de la Universidad granadina liderado por Jonatan Ruiz, investigador Ramón y Cajal en la Facultad de Ciencias del Deporte, ha publicado en la revista British Journal of Sports Medicine un artículo que apunta los mecanismos por los que el ejercicio podría activar la grasa parda y los beneficios que esto provoca en la salud.
Ruiz ha detallado a Efe que el cuerpo acumula diferentes tipos de grasa y que, frente a la grasa blanca que acumulan las personas como fondo energético, el tejido adiposo pardo se encarga de regular la temperatura corporal, para lo que quema el azúcar y los triglicéridos acumulados por las personas.
«Desde el 2009, la comunidad científica investiga cómo activar la grasa parda ya que se ha demostrado que activarla ofrece muchos beneficios para la salud, como mejorar el sistema cardiovascular, combatir la obesidad o prevenir la diabetes», ha explicado Ruiz.
Estos investigadores han resaltado que activar esta «grasa buena» ayuda a controlar la glucemia y prevenir así la diabetes y enfermedades como la obesidad, lo que además incrementa el gasto metabólico basal de la persona, el consumo básico de calorías que se necesita para vivir.
«Ahora se investiga sobre los alimentos que ayudan a activar la grasa parda y la industria farmacéutica busca medicamentos que sirvan para hacerlo, aunque nosotros creemos que la mejor medicina puede ser el ejercicio», ha sentenciado Ruiz.
El gasto metabólico basal puede incrementarse hasta en 100 calorías al día, lo que repetido a lo largo de un año puede suponer una pérdida de masa grasa de hasta cinco kilos y ya se ha comprobado que con la grasa parda activada, el cuerpo quema el doble de calorías para hacer la digestión que en la situación contraria.
«Si me como un bombón de 200 calorías, mi cuerpo puede quemar 50 para hacer la digestión, pero con la grasa parda activada se podrían quemar 100», ha ejemplificado Ruiz, que ha defendido en la publicación «Regulación del balance energético por el tejido adiposo pardo: al menos tres roles de la actividad física» que el ejercicio activa la grasa parda.
Se estimula además el sistema nervioso simpático y la actividad del corazón necesarias para quemar grasa y prevenir enfermedades sin necesidad de la «pastilla mágica» que buscan los farmacéuticos.
El equipo de investigadores busca ahora voluntarios de entre 18 y 25 años para participar en un estudio con el que demostrar que el ejercicio físico puede incrementar la cantidad y actividad de la grasa parda en el que realizarán un programa individualizado de seis meses de ejercicio en un centro de investigación avanzado.
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78223 Cuatro investigadores del Instituto Andaluz de Geofísica (IAG) de la Universidad de Granada acaban de regresar de la Campaña Antártica 2014-2015, en la que se ha producido la actividad sísmica más elevada de los últimos 15 años.
Con su participación, el IAG cumple 20 años (participó por primera vez en 1994) desarrollando trabajos de investigación sobre la sismología volcánica de la Isla Decepción, situada en el archipiélago de las Shetland del Sur, frente a la Península Antártica.
La Isla Decepción tiene forma de herradura, su parte interna está inundada de agua y posee unos 15 kilómetros de diámetro en la zona emergida. Se trata de uno de los volcanes antárticos más activos en la actualidad. Sus erupciones mejor documentadas han sido en los años 1842, 1912, 1917 y por supuesto las más recientes durante el periodo 1967-1970, que destruyeron dos bases antárticas: una chilena y otra británica.
Como en otros volcanes del mundo, se registra una actividad sísmica intensa y muy diversa, además de otros indicios de actividad volcánica como anomalías térmicas superficiales, emisión de fumarolas, deformación, etc. La presencia de dos bases científicas, la Base Española «Gabriel de Castilla» y la Base Argentina «Decepción», junto con el creciente turismo que visita la isla Decepción, hacen necesaria una vigilancia continua de la actividad volcánica.
La campaña antártica 2014-2015 se ha desarrollado entre el 24 de noviembre de 2014 y el 1 de marzo de 2015. Han participado cuatro investigadores vinculados a la Universidad de Granada: Vanessa Morales, Francisco Lorenzo, Alejandro Díaz y Enrique Carmona. Hemos instalado una red sísmica compuesta por cinco estaciones sísmicas que envían la señal vía WiFi al módulo científico de la Base Española «Gabriel de Castilla».
Un diseño de la UGR
Además de instalar la red sísmica ya señalada, los científicos de la UGR han contado con un array sísmico, un conjunto de sismómetros separados unos centenares de metros, muy utilizado en estudios sísmicos en volcanes. Este instrumento es de diseño propio y ha sido construido íntegramente por el IAG de la UGR.
«Finalmente, nuestro grupo de investigación dispone de una estación permanente que registra la sismicidad en la isla durante todo el año. La actividad sísmica registrada en este periodo ha sido muy numerosa y bastante intensa, lo que ha llevado incluso a activar durante unos días los niveles inferiores del protocolo de alerta volcánica», explica Javier Almendros González, investigador del IAG que ha dirigido la expedición de este año.
Por último, «queremos reconocer que estas actividades de investigación han sido posibles gracias al esfuerzo de muchas personas y a la cooperación entre todas las instituciones que participan en la gestión de las campañas antárticas: Ministerio de Economía y Competitividad, Comité Polar Español, Unidad de Tecnología Marina, Ejército de Tierra, Armada Española, etc», concluye Almendros González.
Más información: Página web del Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada (IAG-UGR): http://iagpds.ugr.es
Pág. 10: Deterioro en edificios históricos de la UGR
Otras necesidades de instalaciones universitarias ‘viejas’
La Universidad impulsa un centro de integración para mujeres de Tetuán en riesgo
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– Exposiciones:
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‘Elegía sin verso’
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Investigadores de la Universidad de Granada publican en la revista British Journal of Sports Medicine un artículo que apunta los mecanismos por los que el ejercicio podría activar la grasa parda y los beneficios que esto provoca en la salud
Científicos de la Universidad de Granada han iniciado un proyecto para comprobar la contribución del ejercicio para activar la grasa parda, el tejido adiposo que regula la temperatura, y que al activarse puede prevenir y combatir la obesidad o la diabetes y mejorar la salud cardiovascular.
El equipo de investigadores de la UGR, liderado por Jonatan Ruiz Ruiz, investigador Ramón y Cajal en la Facultad de Ciencias del Deporte, ha publicado en la revista British Journal of Sports Medicine un artículo que apunta los mecanismos por los que el ejercicio podría activar la grasa parda y los beneficios que esto provoca en la salud.
Ruiz señala que el cuerpo acumula diferentes tipos de grasa y que, frente a la grasa blanca que acumulan las personas como fondo energético, “el tejido adiposo pardo se encarga de regular la temperatura corporal, para lo que quema el azúcar y los triglicéridos acumulados por las personas”.
“Desde el año 2009, la comunidad científica investiga cómo activar la grasa parda ya que se ha demostrado que activarla ofrece muchos beneficios para la salud, como mejorar el sistema cardiovascular, combatir la obesidad o prevenir la diabetes”, ha explicado el investigador de la UGR.
Los científicos destacan en este trabajo que activar esta “grasa buena” ayuda a controlar la glucemia y prevenir así la diabetes y enfermedades como la obesidad, lo que además incrementa el gasto metabólico basal de la persona, el consumo básico de calorías que se necesita para vivir.
“Ahora se investiga sobre los alimentos que ayudan a activar la grasa parda y la industria farmacéutica busca medicamentos que sirvan para hacerlo, aunque nosotros creemos que la mejor medicina puede ser el ejercicio”, apunta Jonatan Ruiz.
El gasto metabólico basal puede incrementarse hasta en 100 calorías al día, lo que repetido a lo largo de un año puede suponer una pérdida de masa grasa de hasta cinco kilos, y ya se ha comprobado que, con la grasa parda activada, el cuerpo quema el doble de calorías para hacer la digestión que en la situación contraria.
“Si me como un bombón de 200 calorías, mi cuerpo puede quemar 50 para hacer la digestión, pero con la grasa parda activada se podrían quemar 100”, ejemplifica Ruiz, que defiende en su artículo que el ejercicio activa la grasa parda.
Se estimula además el sistema nervioso simpático y la actividad del corazón, necesarios para quemar grasa y prevenir enfermedades sin necesidad de la “pastilla mágica” que buscan los farmacéuticos.
El equipo de investigadores de la UGR busca ahora voluntarios de entre 18 y 25 años para participar en el estudio ACTIBATE, con el que pretenden demostrar que el ejercicio físico puede incrementar la cantidad y actividad de la grasa parda en el que realizarán un programa individualizado de seis meses de ejercicio en un centro de investigación avanzado.
Referencia bibliográfica: Regulation of energy balance by brown adipose tissue: at least three potential roles for physical activity Ruiz JR, et al. Br J Sports Med Month 2015
Contacto:
Jonatan Ruiz Ruiz
Investigador Ramón y Cajal del departamento de Educación Física y Deportiva de la UGR
Facultad de Ciencias del Deporte
Teléfono: 958 242 754
Correo electrónico: ruizj@ugr.es