Melilla Hoy

Pág. 17: Un artículo periodístico sobre las dietas, en el comentario de texto de Selectividad

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El Mundo

Pág. 22: LA RULETA DE LA SELECTIVIDAD

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Pág. 13: Publicidad. SEGUNDO TRIATLÓN UNIVERSIDAD DE GRANADA

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Para interpretar el humor negro se necesita el contexto

Humornegro2015 La respuesta ante el humor denigrante, como los chistes sexistas o racistas, y la respuesta al humor negro, depende de las características del receptor y del contexto, y de que quién escucha se sienta o no identificado con el colectivo al que se hace referencia, sean mujeres, inmigrantes o políticos. Además, el humor no existe sin receptor y sin contexto, por lo que evaluar un chiste teniendo en cuenta sólo el chiste en sí mismo es una simplificación del humor, de sus consecuencias y de su propia función.

 

Así lo explica Hugo Carretero Dios, profesor del departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Granada y uno de de los mayores expertos de España en estudiar el humor desde un punto de vista científico, quien apunta que «la clave de cualquier tipo de humor es dónde se cuenta el chiste, en qué contexto, ante qué audiencia y qué características tiene la persona que escucha el chiste».

El trabajo de este investigador de la UGR ha dado lugar recientemente a una publicación en la revista más importante del mundo sobre el estudio del humor, Humor, en colaboración con el profesor Thomas Ford, de la Western of Carolina University (Estados Unidos), y donde también participa la profesora de la Universidad de Granada Mónica Romero.

Como explica Carretero, la teoría más antigua que existe sobre el humor es la de la Superioridad-Denigración, donde ya se insiste en que la clave del humor siempre es denigrar a otro/otros. «En este sentido, la ridiculización o humillación son ingredientes básicos de gran parte del humor».

El investigador destaca que el humor negro «ha sido intentado controlar a lo largo de la historia. Es más: la distinción entre un humor «adecuado» e «inadecuado» ha estado presente igualmente a lo largo de los tiempos».

«Como es lógico, nunca se ha conseguido controlar a ese ‘humor inadecuado’. La palabra humor tiene su origen en el latín «umor», referido a los fluidos corporales. Y creo que se ha hecho heredero de ese origen, en el sentido de que como cualquier fluido o líquido, su forma va a depender del recipiente donde se introduzca, y ese recipiente se llama sociedad, poder, ideología o creencias imperantes», explica el experto. «Si algo define al humor es, precisamente, su falta de límites, y es ahí donde surge el humor negro».
El humor y la tragedia
«La antropología nos muestra que el contenido de las bromas y objeto de los chistes suele estar relacionado con los asuntos más importantes de cada sociedad: los intereses dominantes, las actitudes y valores relativos a las identidades (género, etnia, clase social, etc.), pero también las tragedias, como una forma de romper normas, al tratarse el propio hecho de contar ese chiste inadecuado como una reivindicación de que tenemos derecho a poner en duda lo que nos dicen que es intocable», apunta Carretero.

«El humor, por encima de cualquier contenido concreto, es el ingenio con el que ideas aparentemente opuestas se colocan juntas para despertar y provocar la respuesta de humor. La sorpresa es la clave del humor, y no hay nada más sorprendente e inesperado que hacer humor con la tragedia o con el drama de una manera creativa e ingeniosa. Es decir, no basta con hacer uso del drama o la tragedia: hay que hacerlo de manera ingeniosa, creativa», relata el experto de la UGR.

De esta forma, nos puede resultar «gracioso» el humor negro, porque la forma de presentarse el chiste nos resulta creativa y original, aunque a la misma vez nos despierte rechazo el contenido sobre el que versa. El humor ante todo supone una ruptura de las reglas, y cuanto más fijas sean estas reglas, más alerta aparece el humor para intentar romperlas.

«La investigación nos ha demostrado que quien alguna vez se ha divertido o ha contado un chiste racista no es racista, y que quien se ha divertido o narra un episodio de humor negro no es un terrorista o un asesino. El humor trasciende las reglas de lo real, para en un plano propio y característico del homo ludens, hacer sencillamente que la vida sea sometida a abstracción, maquillaje y reestructuración. Por eso somos seres humanos. Porque nos resistimos a la literalidad. Y en ese ejercicio, el humor es una de nuestras más poderosas herramientas».

El chiste más antiguo del mundo
El investigador de la UGR recuerda que el chiste más antiguo del que se tiene constancia data del año 248 d.C., y pertenece a una serie de manuscritos llamados Philogelos («Amante de la risa»), de autor anónimo.

«En ellos se recogen un total de 265 chistes, de los que 110 se refieren a los «que imparten o reciben lecciones» (scholas, scholasticos), 60, a burlarse de los de otras ciudades; en 30 aparecen médicos; en 7, videntes o astrólogos, y el resto es un compendio sobre borrachos, cobardes, etc.». El elemento común entre todos estos chistes es que el foco principal era ridiculizar o humillar. Y es que la denigración siempre ha estado presente, de una forma u otra, en el humor a lo largo de la historia», destaca Hugo Carretero.

Aristóteles y Platón eran enemigos del humor obsceno y tosco (Platón prohibió la risa en su Academia), y en la antigua Grecia el humor no era propio de las situaciones cotidianas, sino que se circunscribía a momentos de celebraciones, donde se permitía relajar las normas de comportamiento y entregarse a la risa.

A lo largo de la historia, tradicionalmente ha habido un lugar para el humor y otro para lo serio. Había sitios donde uno podía hacer bromas y disfrutar del humor y otros donde su uso era incluso penalizado o reprobado. En la actualidad, aunque el humor lo domina todo, lo domina de una manera «benigna» o inocua.

A juicio de Carretero, polémicas como la del concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Guillermo Zapata, quien ha dimitido por unos chistes publicados en Twitter sobre el Holocausto o las víctimas del terrorismo, «demuestran, una vez más, que el humor refleja en qué tipo de momento histórico nos encontramos».

«En una sociedad donde la clave es el «yo», el bienestar personal, y las emociones placenteras, se ve como un ataque imperdonable cualquier amenaza a ese bienestar. El humor debe ser para divertirse, no para reflexionar: debe ser ligero e intrascendente. Si nos hace pensar si el contenido es adecuado o inadecuado, es que no merece la pena», concluye el investigador.

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Un estudio desmiente que los coches rojos sean percibidos como más peligrosos

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78369 Investigadores de la Universidad de Granada han confirmado que, en contra de la creencia popular, los coches de color rojo no son percibidos por las personas como más peligrosos que los demás, ni los conductores los asocian con un riesgo mayor que el resto.

 

En un artículo publicado en la prestigiosa revista Perception, los científicos de la UGR, pertenecientes al Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC), han estudiado la reacción de cien conductores españoles ante la aproximación de una serie de coches de distintos colores (rojo, verde, amarillo, negro, gris y blanco) en diferentes situaciones de peligro en la carretera.

Para ello, analizaron el riesgo que los participantes percibían ante estos vehículos, así como su comportamiento (el tiempo de respuesta y la probabilidad de frenado al ver el peligro), en el que supone el estudio más completo realizado hasta la fecha sobre este tema.

En los resultados del experimento se muestra que el comportamiento del conductor no está directamente influenciado por el color rojo, ya que la respuesta fue similar al de otros colores empleados en la prueba, lo que sugiere, a juicio de los científicos, que el rojo no tiene un impacto específico en la seguridad vial, porque no provoca respuestas más rápidas o mayores niveles percibidos de riesgo.

El rojo se asocia con peligro, dolor y agresividad

Como explica el autor principal de este trabajo, el investigador de la UGR Leandro Luigi Di Stasi, «dada la creencia general que vincula accidentes en carretera y el color rojo de los coches, el estudio del comportamiento del conductor ante coches rojos, así como su percepción de riesgo ante este tipo de coches, puede servir para mejorar la seguridad vial».

Las asociaciones que las personas hacen con el color rojo están muy determinadas por la cultura. Por ejemplo, en España, en investigaciones previas se muestra como el color rojo se ha asociado tradicionalmente con el peligro, el dolor y la agresividad. Sin embargo, los resultados de este nuevo trabajo apoyan la hipótesis de que la influencia del rojo en los comportamientos humanos depende, en realidad, del medio, esto es, del entorno y las circunstancias en las que se encuentre el observador.

En la actualidad, el rojo es considerado como uno de los colores más populares entre los compradores de coches. Aunque el mercado automovilístico está dominado por el blanco, el negro y el gris, el rojo es el color del 8% de los vehículos que se venden en el mercado mundial.

Los investigadores del CIMCYC señalan que, a la luz de los resultados de este trabajo, «la vieja creencia de que las compañías de seguros cobran más por asegurar un coche rojo, por considerar a sus conductores más agresivos al volante, no tiene ningún rigor científico, si bien esta práctica ha sido desmentida en muchas ocasiones por las propias aseguradoras».

Además, destacan la necesidad de no sobre-generalizar los efectos perceptivos que se han encontrado con poblaciones y tareas específicas, ya que, en este caso, el «efecto del rojo» no se ha podido comprobar en conductas viales.

Referencia bibliográfica

Seeing red on the road
Amparo Díaz-Román, Alberto Megías, Carolina Díaz-Piedra, Andrés Catena,
Leandro L. Di Stasi
Perception 2015, vol. 44, páginas 87–92
doi:10.1068/p7811

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Un estudio desmonta la vieja creencia de que los coches de color rojo son percibidos como más peligrosos

En un artículo publicado en la revista Perception, científicos del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC-UGR) desmienten que las personas asocien los vehículos de color rojo con un mayor riesgo en la carretera

Los investigadores han estudiado la reacción de cien conductores en diferentes situaciones de peligro en la carretera ante la aproximación de coches de distintos colores (rojo, verde, amarillo, negro, gris y blanco)

“La vieja creencia de que las compañías de seguros cobran más por asegurar un coche rojo, por considerar a sus conductores más agresivos al volante, carece de rigor científico alguno”, apuntan los autores del trabajo

Investigadores de la Universidad de Granada han confirmado que, en contra de la creencia popular, los coches de color rojo no son percibidos por las personas como más peligrosos que los demás, ni los conductores los asocian con un riesgo mayor que el resto.

En un artículo publicado en la prestigiosa revista Perception, los científicos de la UGR, pertenecientes al Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC), han estudiado la reacción de cien conductores españoles ante la aproximación de una serie de coches de distintos colores (rojo, verde, amarillo, negro, gris y blanco) en diferentes situaciones de peligro en la carretera.

Para ello, analizaron el riesgo que los participantes percibían ante estos vehículos, así como su comportamiento (el tiempo de respuesta y la probabilidad de frenado al ver el peligro), en el que supone el estudio más completo realizado hasta la fecha sobre este tema.

En los resultados del experimento se muestra que el comportamiento del conductor no está directamente influenciado por el color rojo, ya que la respuesta fue similar al de otros colores empleados en la prueba, lo que sugiere, a juicio de los científicos, que el rojo no tiene un impacto específico en la seguridad vial, porque no provoca respuestas más rápidas o mayores niveles percibidos de riesgo.

El rojo se asocia con peligro, dolor y agresividad

Como explica el autor principal de este trabajo, el investigador de la UGR Leandro Luigi Di Stasi, “dada la creencia general que vincula accidentes en carretera y el color rojo de los coches, el estudio del comportamiento del conductor ante coches rojos, así como su percepción de riesgo ante este tipo de coches, puede servir para mejorar la seguridad vial”.

Las asociaciones que las personas hacen con el color rojo están muy determinadas por la cultura. Por ejemplo, en España, en investigaciones previas se muestra como el color rojo se ha asociado tradicionalmente con el peligro, el dolor y la agresividad. Sin embargo, los resultados de este nuevo trabajo apoyan la hipótesis de que la influencia del rojo en los comportamientos humanos depende, en realidad, del medio, esto es, del entorno y las circunstancias en las que se encuentre el observador.

En la actualidad, el rojo es considerado como uno de los colores más populares entre los compradores de coches. Aunque el mercado automovilístico está dominado por el blanco, el negro y el gris, el rojo es el color del 8% de los vehículos que se venden en el mercado mundial.

Los investigadores del CIMCYC señalan que, a la luz de los resultados de este trabajo, “la vieja creencia de que las compañías de seguros cobran más por asegurar un coche rojo, por considerar a sus conductores más agresivos al volante, no tiene ningún rigor científico, si bien esta práctica ha sido desmentida en muchas ocasiones por las propias aseguradoras”.

Además, destacan la necesidad de no sobre-generalizar los efectos perceptivos que se han encontrado con poblaciones y tareas específicas, ya que, en este caso, el “efecto del rojo” no se ha podido comprobar en conductas viales.

Referencia bibliográfica:
Seeing red on the road
Amparo Díaz-Román, Alberto Megías, Carolina Díaz-Piedra, Andrés Catena, Leandro L. Di Stasi 
Perception 2015, vol. 44, páginas 87–92 
doi:10.1068/p7811 

1. El investigador del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la UGR, Leandro Luigi Di Stasi, autor principal de este trabajo.stasi022. Un coche rojo circula por la carretera (FOTO: WIKIMEDIA).stasi03

3. Una viñeta humorística sobre el viejo mito de que las compañías de seguros cobran más por las pólizas de los coches rojos (FOTO: INSURE.COM).

Contacto:
Leandro Luigi Di Stasi 
Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de la Universidad de Granada
Grupo de investigación HUM-687 “Ergonomía y Ciencia Cognitiva” 
Teléfono: 958 245 171 
Correo electrónico: distasi@ugr.es


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Un estudio desmiente la creencia de que los coches rojos son percibidos como peligrosos

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78369 Investigadores de la Universidad de Granada han confirmado que, en contra de la creencia popular, los coches de color rojo no son percibidos por las personas como más peligrosos que los demás, ni los conductores los asocian con un riesgo mayor que el resto.

 

Los científicos pertenecientes al Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (Cimcyc) han estudiado la reacción de conductores españoles ante la aproximación de una serie de coches de distintos colores (rojo, verde, amarillo, negro, gris y blanco) en diferentes situaciones de peligro en la carretera.

Para ello, analizaron el riesgo que los participantes percibían ante estos vehículos, así como su comportamiento, el tiempo de respuesta y la probabilidad de frenado al ver el peligro, en el que supone el estudio más completo realizado hasta la fecha sobre este tema.

En los resultados del experimento se muestra que el comportamiento del conductor no está directamente influenciado por el color rojo, ya que la respuesta fue similar al de otros colores empleados en la prueba, lo que sugiere, a juicio de los científicos, que no tiene un impacto específico en la seguridad vial, porque no provoca respuestas más rápidas o mayores niveles percibidos de riesgo.

El autor principal de este trabajo, Leandro Luigi Di Stasi, ha explicado que, dada la creencia general que vincula accidentes en carretera y el color rojo de los coches, el estudio del comportamiento del conductor ante coches rojos, así como su percepción de riesgo ante este tipo de coches, puede servir para mejorar la seguridad vial.
Las asociaciones que las personas hacen con el color rojo están muy determinadas por la cultura y, por ejemplo, en España en investigaciones previas se había mostrado cómo el color rojo se ha asociado tradicionalmente con el peligro, el dolor y la agresividad.

Sin embargo, los resultados de este nuevo trabajo apoyan la hipótesis de que la influencia del rojo en los comportamientos humanos depende, en realidad, del medio, del entorno y las circunstancias en las que se encuentre el observador.

Aunque el mercado automovilístico está dominado por el blanco, el negro y el gris, el rojo es el color del 8 % de los vehículos que se venden en el mercado mundial.

Los investigadores señalan que, a la luz de los resultados de este trabajo, la «vieja creencia» de que las compañías de seguros cobran más por asegurar un coche rojo, por considerar a sus conductores más agresivos al volante, no tiene ningún rigor científico, si bien esta práctica ha sido desmentida en muchas ocasiones por las propias aseguradoras.

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Desmontan la creencia de que los coches de color rojo son percibidos como más peligrosos

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78369 Investigadores de la Universidad de Granada han confirmado que, en contra de la creencia popular, los coches de color rojo no son percibidos por las personas como más peligrosos que los demás, ni los conductores los asocian con un riesgo mayor que el resto.
 
En un artículo publicado en la prestigiosa revista Perception, los científicos de la UGR, pertenecientes al Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC), han estudiado la reacción de cien conductores españoles ante la aproximación de una serie de coches de distintos colores (rojo, verde, amarillo, negro, gris y blanco) en diferentes situaciones de peligro en la carretera.
Para ello, analizaron el riesgo que los participantes percibían ante estos vehículos, así como su comportamiento (el tiempo de respuesta y la probabilidad de frenado al ver el peligro), en el que supone el estudio más completo realizado hasta la fecha sobre este tema.
En los resultados del experimento se muestra que el comportamiento del conductor no está directamente influenciado por el color rojo, ya que la respuesta fue similar al de otros colores empleados en la prueba, lo que sugiere, a juicio de los científicos, que el rojo no tiene un impacto específico en la seguridad vial, porque no provoca respuestas más rápidas o mayores niveles percibidos de riesgo.

 

El rojo se asocia con peligro, dolor y agresividad
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1. El investigador del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la UGR, Leandro Luigi Di Stasi, autor principal de este trabajo.
Como explica el autor principal de este trabajo, el investigador de la UGR Leandro Luigi Di Stasi, «dada la creencia general que vincula accidentes en carretera y el color rojo de los coches, el estudio del comportamiento del conductor ante coches rojos, así como su percepción de riesgo ante este tipo de coches, puede servir para mejorar la seguridad vial».
Las asociaciones que las personas hacen con el color rojo están muy determinadas por la cultura. Por ejemplo, en España, en investigaciones previas se muestra como el color rojo se ha asociado tradicionalmente con el peligro, el dolor y la agresividad. Sin embargo, los resultados de este nuevo trabajo apoyan la hipótesis de que la influencia del rojo en los comportamientos humanos depende, en realidad, del medio, esto es, del entorno y las circunstancias en las que se encuentre el observador.
En la actualidad, el rojo es considerado como uno de los colores más populares entre los compradores de coches. Aunque el mercado automovilístico está dominado por el blanco, el negro y el gris, el rojo es el color del 8% de los vehículos que se venden en el mercado mundial.
Los investigadores del CIMCYC señalan que, a la luz de los resultados de este trabajo, «la vieja creencia de que las compañías de seguros cobran más por asegurar un coche rojo, por considerar a sus conductores más agresivos al volante, no tiene ningún rigor científico, si bien esta práctica ha sido desmentida en muchas ocasiones por las propias aseguradoras».
Además, destacan la necesidad de no sobre-generalizar los efectos perceptivos que se han encontrado con poblaciones y tareas específicas, ya que, en este caso, el «efecto del rojo» no se ha podido comprobar en conductas viales.

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Advierten de que «valorar el humor negro sin tener en cuenta el contexto es simplificar»

Humornegro2015 El investigador de la Universidad de Granada Hugo Carretero, considerado uno de los mayores expertos de España en el estudio del humor desde un punto de vista científico, advierte de la simplificación que supone valorar la pertinencia del humor negro sin tener en cuenta al contexto y al receptor.

 

Así lo apunta en un artículo publicado en la revista «Humor» del que ha informado hoy la Universidad de Granada en una nota.

En su opinión, polémicas como la del concejal de Cultura de Madrid, Guillermo Zapata, y sus chistes en Twitter demuestran que «el humor refleja en qué tipo de momento histórico nos encontramos».

En concreto, dice, en una sociedad «donde la clave es el ‘yo’, el bienestar personal, y las emociones placenteras, y se ve como un ataque imperdonable cualquier amenaza a ese bienestar».

Según Carretero, la respuesta ante el humor denigrante, como los chistes sexistas o racistas, y la respuesta al humor negro, depende de las características del receptor y del contexto, y de que el que escucha se sienta o no identificado con el colectivo al que se hace referencia, sean mujeres, inmigrantes o políticos.

«Además, el humor no existe sin receptor y sin contexto», por lo que evaluar un chiste teniendo en cuenta sólo el chiste en sí mismo es «una simplificación del humor, de sus consecuencias y de su propia función», según Carretero, profesor del departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de Granada.

En su opinión, «la clave de cualquier tipo de humor es dónde se cuenta el chiste, en qué contexto, ante qué audiencia y qué características tiene la persona que lo escucha».

El investigador explica que el humor negro «ha sido intentado controlar a lo largo de la historia», y que la distinción entre un humor «adecuado» e «inadecuado» ha estado presente en todos los tiempos.

Pero ese humor «inadecuado», dice, nunca ha conseguido controlarse porque, «si algo define al humor es, precisamente, su falta de límites, y es ahí donde surge el humor negro».

El contenido de las bromas y objeto de los chistes, explica, suele estar relacionado con los asuntos más importantes de cada sociedad: los intereses dominantes, las actitudes y valores relativos a las identidades, «pero también las tragedias, como una forma de romper normas, al tratarse el propio hecho de contar ese chiste inadecuado como una reivindicación de que tenemos derecho a poner en duda lo que nos dicen que es intocable», apunta Carretero.

Pero, agrega, «no basta con hacer uso del drama o la tragedia: hay que hacerlo de manera ingeniosa, creativa», de ahí que pueda resultar gracioso el humor negro.

«La investigación nos ha demostrado que quien alguna vez se ha divertido o ha contado un chiste racista no es racista, y que quien se ha divertido o narra un episodio de humor negro no es un terrorista o un asesino», señala el investigador.

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El País

Pág. 24: Los días contados de la Selectividad

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Experto dice que valorar el humor negro sin tener en cuenta el contexto es «simplificar»

Humornegro2015

Humornegro2015 El investigador Hugo Carretero, profesor del Departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Granada (UGR) y uno de los mayores expertos de España en estudiar el humor desde un punto de vista científico, ha considerado que valorar el humor negro sin tener en cuenta el contexto o el receptor es una «simplificación» de sus consecuencias y de su propia función.

 

A juicio de Carretero, polémicas como la del concejal del Ayuntamiento de Madrid Guillermo Zapata, quien ha dimitido del área de Cultura por unos chistes publicados en Twitter sobre el Holocausto o las víctimas del terrorismo, «demuestran, una vez más, que el humor refleja en qué tipo de momento histórico nos encontramos».

«En una sociedad donde la clave es el ‘yo’, el bienestar personal y las emociones placenteras, se ve como un ataque imperdonable cualquier amenaza a ese bienestar. El humor debe ser para divertirse, no para reflexionar: debe ser ligero e intrascendente. Si nos hace pensar si el contenido es adecuado o inadecuado, es que no merece la pena», considera el investigador.

En su opinión, la respuesta ante el humor denigrante, como los chistes sexistas o racistas, y la respuesta al humor negro, depende de las características del receptor y del contexto, y de que quien escucha se sienta o no identificado con el colectivo al que se hace referencia, sean mujeres, inmigrantes o políticos.

El investigador apunta que «la clave de cualquier tipo de humor es dónde se cuenta el chiste, en qué contexto, ante qué audiencia y qué características tiene la persona que escucha el chiste».

El trabajo de este investigador de la UGR ha dado lugar recientemente a una publicación en la revista ‘Humor’, en colaboración con el profesor Thomas Ford, de la Western of Carolina University (Estados Unidos), y donde también participa la profesora de la Universidad de Granada Mónica Romero.

Como ha explicado Carretero, la teoría más antigua que existe sobre el humor es la de la «superioridad-denigración, donde ya se insiste en que la clave del humor siempre es denigrar a otro/otros». En este sentido, «la ridiculización o humillación son ingredientes básicos de gran parte del humor».

El investigador destaca que el humor negro «ha sido intentado controlar a lo largo de la historia. Es más, la distinción entre un humor «adecuado» e «inadecuado» ha estado presente igualmente a lo largo de los tiempos».

«Como es lógico, nunca se ha conseguido controlar a ese ‘humor inadecuado y si algo define al humor es, precisamente, su falta de límites, y es ahí donde surge el humor negro», ha indicado.

EL HUMOR Y LA TRAGEDIA

«La antropología muestra que el contenido de las bromas y objeto de los chistes suele estar relacionado con los asuntos más importantes de cada sociedad, los intereses dominantes, las actitudes y valores relativos a las identidades, pero también las tragedias, como una forma de romper normas, al tratarse el propio hecho de contar ese chiste inadecuado como una reivindicación de que tenemos derecho a poner en duda lo que nos dicen que es intocable», ha apuntado Carretero.

«El humor, por encima de cualquier contenido concreto, es el ingenio con el que ideas aparentemente opuestas se colocan juntas para despertar y provocar la respuesta de humor. La sorpresa es la clave del humor, y no hay nada más sorprendente e inesperado que hacer humor con la tragedia o con el drama de una manera creativa e ingeniosa», ha relatado el experto de la UGR en un comunicado.

De esta forma, Carretero sostiene que puede resultar «gracioso» el humor negro, porque la forma de presentarse el chiste «resulta creativa y original, aunque a la misma vez despierte rechazo el contenido sobre el que versa». El humor, según ha indicado, «ante todo supone una ruptura de las reglas, y cuanto más fijas sean estas reglas, más alerta aparece el humor para intentar romperlas».

«La investigación nos ha demostrado que quien alguna vez se ha divertido o ha contado un chiste racista no es racista, y que quien se ha divertido o narra un episodio de humor negro no es un terrorista o un asesino», ha expuesto.

EL CHISTE MÁS ANTIGUO DEL MUNDO

El investigador de la UGR recuerda que el chiste más antiguo del que se tiene constancia data del año 248 d.C., y pertenece a una serie de manuscritos llamados Philogelos (‘Amante de la risa’), de autor anónimo.

«En ellos se recogen un total de 265 chistes, en los que el elemento común entre todos es que el foco principal era ridiculizar o humillar. Y es que la denigración siempre ha estado presente, de una forma u otra, en el humor a lo largo de la historia», ha destacado Hugo Carretero.

«A lo largo de la historia, tradicionalmente ha habido un lugar para el humor y otro para lo serio. Había sitios donde uno podía hacer bromas y disfrutar del humor y otros donde su uso era incluso penalizado o reprobado. En la actualidad, aunque el humor lo domina todo, lo domina de una manera benigna o inocua», ha concluído el investigador..

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Experto advierte de que valorar el humor negro sin tener en cuenta el contexto es «simplificar»

Humornegro2015

Humornegro2015 El investigador Hugo Carretero, profesor del Departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Granada (UGR) y uno de los mayores expertos de España en estudiar el humor desde un punto de vista científico, ha considerado que valorar el humor negro sin tener en cuenta el contexto o el receptor es una «simplificación» de sus consecuencias y de su propia función.

 A juicio de Carretero, polémicas como la del concejal del Ayuntamiento de Madrid Guillermo Zapata, quien ha dimitido del área de Cultura por unos chistes publicados en Twitter sobre el Holocausto o las víctimas del terrorismo, «demuestran, una vez más, que el humor refleja en qué tipo de momento histórico nos encontramos». «En una sociedad donde la clave es el ‘yo’, el bienestar personal y las emociones placenteras, se ve como un ataque imperdonable cualquier amenaza a ese bienestar. El humor debe ser para divertirse, no para reflexionar: debe ser ligero e intrascendente. Si nos hace pensar si el contenido es adecuado o inadecuado, es que no merece la pena», considera el investigador. En su opinión, la respuesta ante el humor denigrante, como los chistes sexistas o racistas, y la respuesta al humor negro, depende de las características del receptor y del contexto, y de que quien escucha se sienta o no identificado con el colectivo al que se hace referencia, sean mujeres, inmigrantes o políticos. El investigador apunta que «la clave de cualquier tipo de humor es dónde se cuenta el chiste, en qué contexto, ante qué audiencia y qué características tiene la persona que escucha el chiste». El trabajo de este investigador de la UGR ha dado lugar recientemente a una publicación en la revista más importante del mundo sobre el estudio del humor, ‘Humor’, en colaboración con el profesor Thomas Ford, de la Western of Carolina University (Estados Unidos), y donde también participa la profesora de la Universidad de Granada Mónica Romero. Como explica Carretero, la teoría más antigua que existe sobre el humor es la de la Superioridad-Denigración, donde ya se insiste en que la clave del humor siempre es denigrar a otro/otros. «En este sentido, la ridiculización o humillación son ingredientes básicos de gran parte del humor». El investigador destaca que el humor negro «ha sido intentado controlar a lo largo de la historia. Es más, la distinción entre un humor «adecuado» e «inadecuado» ha estado presente igualmente a lo largo de los tiempos». «Como es lógico, nunca se ha conseguido controlar a ese ‘humor inadecuado’. La palabra humor tiene su origen en el latín «umor», referido a los fluidos corporales. Y creo que se ha hecho heredero de ese origen, en el sentido de que como cualquier fluido o líquido, su forma va a depender del recipiente donde se introduzca, y ese recipiente se llama sociedad, poder, ideología o creencias imperantes», explica el experto. «Si algo define al humor es, precisamente, su falta de límites, y es ahí donde surge el humor negro». El humor y la tragedia «La antropología nos muestra que el contenido de las bromas y objeto de los chistes suele estar relacionado con los asuntos más importantes de cada sociedad: los intereses dominantes, las actitudes y valores relativos a las identidades (género, etnia, clase social, etcétera), pero también las tragedias, como una forma de romper normas, al tratarse el propio hecho de contar ese chiste inadecuado como una reivindicación de que tenemos derecho a poner en duda lo que nos dicen que es intocable», apunta Carretero. «El humor, por encima de cualquier contenido concreto, es el ingenio con el que ideas aparentemente opuestas se colocan juntas para despertar y provocar la respuesta de humor. La sorpresa es la clave del humor, y no hay nada más sorprendente e inesperado que hacer humor con la tragedia o con el drama de una manera creativa e ingeniosa. Es decir, no basta con hacer uso del drama o la tragedia: hay que hacerlo de manera ingeniosa, creativa», relata el experto de la UGR. De esta forma, nos puede resultar «gracioso» el humor negro, porque la forma de presentarse el chiste nos resulta creativa y original, aunque a la misma vez nos despierte rechazo el contenido sobre el que versa. El humor ante todo supone una ruptura de las reglas, y cuanto más fijas sean estas reglas, más alerta aparece el humor para intentar romperlas. «La investigación nos ha demostrado que quien alguna vez se ha divertido o ha contado un chiste racista no es racista, y que quien se ha divertido o narra un episodio de humor negro no es un terrorista o un asesino. El humor trasciende las reglas de lo real, para en un plano propio y característico del homo ludens, hacer sencillamente que la vida sea sometida a abstracción, maquillaje y reestructuración. Por eso somos seres humanos. Porque nos resistimos a la literalidad. Y en ese ejercicio, el humor es una de nuestras más poderosas herramientas». El chiste más antiguo del mundo El investigador de la UGR recuerda que el chiste más antiguo del que se tiene constancia data del año 248 d.C., y pertenece a una serie de manuscritos llamados Philogelos (‘Amante de la risa’), de autor anónimo. «En ellos se recogen un total de 265 chistes, de los que 110 se refieren a los «que imparten o reciben lecciones» (scholas, scholasticos), 60, a burlarse de los de otras ciudades; en 30 aparecen médicos; en 7, videntes o astrólogos, y el resto es un compendio sobre borrachos, cobardes, etc.». El elemento común entre todos estos chistes es que el foco principal era ridiculizar o humillar. Y es que la denigración siempre ha estado presente, de una forma u otra, en el humor a lo largo de la historia», destaca Hugo Carretero. Aristóteles y Platón eran enemigos del humor obsceno y tosco (Platón prohibió la risa en su Academia), y en la antigua Grecia el humor no era propio de las situaciones cotidianas, sino que se circunscribía a momentos de celebraciones, donde se permitía relajar las normas de comportamiento y entregarse a la risa. A lo largo de la historia, tradicionalmente ha habido un lugar para el humor y otro para lo serio. Había sitios donde uno podía hacer bromas y disfrutar del humor y otros donde su uso era incluso penalizado o reprobado. En la actualidad, aunque el humor lo domina todo, lo domina de una manera «benigna» o inocua.

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