Los científicos demuestran que el ejercicio de alta intensidad beneficia a las

77943 Un proyecto piloto desarrollado por científicos de la Universidad de Granada ha demostrado que hacer ejercicio de alta intensidad durante el embarazo resulta beneficioso tanto para la madre como para el feto.

 

Científicos de dos grupos de investigación de la Universidad granadina han analizado los beneficios del ejercicio de alta intensidad durante el embarazo con un seguimiento durante un año a la deportista María Luisa Baena. Baena se ha sometido a un entrenamiento de alta intensidad antes de quedarse embarazada y durante la gestación, con disciplinas de entrenamiento como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

La paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de doce derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina y otras variables.

«Su bebé nació a término, en la semana cuarenta de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», ha explicado el profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio, Ángel Gutiérrez Sainz.

Durante el estudio, la deportista se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón y participó en varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros en el tercer trimestre del embarazo. El investigador de la UGR ha recalcado que el ser humano es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. «Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma».

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El ejercicio intenso durante el embarazo es beneficioso para la madre y para el feto

77943 Científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes a los grupos de investigación ‘Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio CTS262’ (EFFECTS 262) y ‘Aspectos avanzados en atención clínica a la mujer CTS515’, han llevado a cabo un proyecto piloto de investigación cuyo objetivo ha sido demostrar los enormes beneficios que tiene el ejercicio de alta intensidad durante el embarazo, tanto para el feto como para la madre.

 

Para ello, los investigadores han realizado un seguimiento exhaustivo durante más de un año a una deportista, María Luisa Baena, quien tanto antes de quedarse embarazada como durante toda la gestación se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyó disciplinas como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

Según informa la Universidad de Granada en un comunicado, la paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de ECG de 12 derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina, RPE y lactacidemia, entre otras variables.

«Su bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», explica Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio.

No en vano, en el período analizado María Luisa, «que se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y se sometió a varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros, incluso durante el tercer trimestre del embarazo».

El caso de las leonas

El investigador de la UGR afirma que el ser humano «es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación».

Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en la UGR «es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada».

El profesor Gutiérrez destaca que hay que desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo. «Una mujer sana sin patologías previas no sólo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, salvo que un médico le indique lo contrario. Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional».

María Luisa Baena, que dio a luz hace apenas un mes, ha ido escribiendo un diario durante todo su embarazo, donde ha recogido toda su evolución, los resultados de sus pruebas de esfuerzo y sus sensaciones. En la actualidad, está buscando una editorial para publicarlo en forma de libro.

En esta investigación ha participado también Olga Ocón Hernández, profesora del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada.

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El ejercicio durante el embarazo es beneficioso para la madre y para el feto

77943 Científicos de la Universidad de Granada, miembros de los grupos de investigación ‘Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio CTS262’ y ‘Aspectos avanzados en atención clínica a la mujer CTS515’, han realizado una investigación para demostrar los beneficios que tiene el ejercicio de alta intensidad durante el embarazo, tanto para el feto como para la madre.

 

Para ello realizaron un seguimiento durante más de un año a la deportista María Luisa Baena, quien, tanto antes de quedarse embarazada como durante toda la gestación, se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyeron atletismo, natación o musculación con pesas. La deportista se sometió a numerosos análisis médicos que incluían pruebas de esfuerzo máximo, tomas de tensión arterial, o de saturación de oxihemoglobina, entre otras.

«Su bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», explica Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del Departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio.

María Luisa, que se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros, incluso en el tercer trimestre del embarazo».

El investigador afirma que el ser humano «es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma».

Ángel Gutiérrez destaca que hay que desterrar el miedo a la actividad física. «Una mujer sana sin patologías previas no sólo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, salvo que un médico le indique lo contrario. Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional».

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El ejercicio intenso durante el embarazo es beneficioso para la madre y para el feto

77943 Científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes a los grupos de investigación ‘Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio CTS262’ (EFFECTS 262) y ‘Aspectos avanzados en atención clínica a la mujer CTS515’, han llevado a cabo un proyecto piloto de investigación cuyo objetivo ha sido demostrar los enormes beneficios que tiene el ejercicio de alta intensidad durante el embarazo, tanto para el feto como para la madre.

 

Para ello, los investigadores han realizado un seguimiento exhaustivo durante más de un año a una deportista, María Luisa Baena, quien tanto antes de quedarse embarazada como durante toda la gestación se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyó disciplinas como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

Según informa la Universidad de Granada en un comunicado, la paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de ECG de 12 derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina, RPE y lactacidemia, entre otras variables.

«Su bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», explica Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio.

No en vano, en el período analizado María Luisa, «que se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y se sometió a varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros, incluso durante el tercer trimestre del embarazo».

El caso de las leonas

El investigador de la UGR afirma que el ser humano «es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación».

Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en la UGR «es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada».

El profesor Gutiérrez destaca que hay que desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo. «Una mujer sana sin patologías previas no sólo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, salvo que un médico le indique lo contrario. Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional».

María Luisa Baena, que dio a luz hace apenas un mes, ha ido escribiendo un diario durante todo su embarazo, donde ha recogido toda su evolución, los resultados de sus pruebas de esfuerzo y sus sensaciones. En la actualidad, está buscando una editorial para publicarlo en forma de libro.

En esta investigación ha participado también Olga Ocón Hernández, profesora del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada.

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El ejercicio de alta intensidad durante el embarazo aporta beneficios tanto al feto como a la madre

77943 Para ello, los investigadores han realizado un seguimiento exhaustivo durante más de un año a una deportista, María Luisa Baena, quien tanto antes de quedarse embarazada como durante toda la gestación se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyó disciplinas como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

 

A la paciente se le efectuaron numerosas exploraciones médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de ECG de 12 derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina, RPE y lactacidemia, entre otras variables, informa la UGR en una nota.

«Su bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», explica Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio.

No en vano, en el período analizado María Luisa, «que se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y se sometió a varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros, incluso durante el tercer trimestre del embarazo».

Normalizar la práctica deportiva durante la gestación

El investigador de la UGR afirma que el ser humano «es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación».

Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en la UGR «es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada. El profesor Gutiérrez destaca que hay que desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo. «Una mujer sana sin patologías previas no sólo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, salvo que un médico le indique lo contrario.

Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional».

María Luisa Baena, que dio a luz hace apenas un mes, ha ido escribiendo un diario durante todo su embarazo, donde ha recogido toda su evolución, los resultados de sus pruebas de esfuerzo y sus sensaciones. Ahora está buscando una editorial para publicarlo en forma de libro. En esta investigación ha participado también Olga Ocón Hernández, profesora del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada.

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El ejercicio de alta intensidad durante el embarazo beneficia a la madre y al feto

77943 Científicos de la Universidad de Granada (España), pertenecientes al grupo de investigación «Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio CTS262» (EFFECTS 262), y «Aspectos avanzados en atención clínica a la mujer CTS515» han llevado a cabo un proyecto piloto de investigación cuyo objetivo ha sido demostrar los enormes beneficios que tiene el ejercicio de alta intensidad durante el embarazo, tanto para el feto como para la madre.

 

Para ello, los investigadores han realizado un seguimiento exhaustivo durante más de un año a una deportista, María Luisa Baena, quien tanto antes de quedarse embarazada como durante toda la gestación se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyó disciplinas como atletismo, natación o ejercicios de musculación con pesas.

La paciente se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían prueba de esfuerzo máximo con control de ECG de 12 derivaciones, tomas de tensión arterial, saturación de oxihemoglobina, RPE y lactacidemia, entre otras variables.

«Su bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando», explica Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio.

No en vano, en el período analizado, María Luisa, «que se sometió semanalmente a rigurosos controles médicos para garantizar su buen estado de salud y el de su bebé, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y se sometió a varias pruebas de fondo, una de ellas de 10 kilómetros, incluso durante el tercer trimestre del embarazo».

El investigador de la UGR afirma que el ser humano «es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas, por ejemplo, cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma, y normalizar la práctica deportiva durante la gestación».

 

Aunque se han hecho investigaciones similares en Estados Unidos o Australia, el trabajo realizado en la UGR «es el más completo que se ha llevado a cabo hasta la fecha en una mujer embarazada.

El profesor Gutiérrez destaca que hay que desterrar el miedo a la actividad física durante el embarazo. «Una mujer sana sin patologías previas no sólo puede, sino que debe hacer ejercicio hasta el final del embarazo, salvo que un médico le indique lo contrario. Lo que realmente es un problema es vivir un embarazo sedentario, pues puede condicionar negativamente el metabolismo del bebé, convirtiéndolo en obeso, y la salud de la madre, con enfermedades asociadas como la diabetes gestacional».

María Luisa Baena, que dio a luz hace apenas un mes, ha ido escribiendo un diario durante todo su embarazo, donde ha recogido toda su evolución, los resultados de sus pruebas de esfuerzo y sus sensaciones. En la actualidad, está buscando una editorial para publicarlo en forma de libro.

En esta investigación ha participado también Olga Ocón Hernández, profesora del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada. (Fuente: UGR/DICYT)

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«La sátira no está reñida con la ética», exposición y conferencia de Vázquez de Sola en la Facultad de Traducción e Interpretación

Martes, 26 de mayo, a las 13 horas, en el aula 15 de la facultad

En el ciclo “2015, Año de la Francofonía” se ofrece la conferencia y presentación de la exposición “La sátira no está reñida con la ética”, a cargo del dibujante Andrés Vázquez de Sola, el martes 26 de mayo, a las 13 horas, en el aula 15 de la Facultad de Traducción e Interpretación.

La exposición se encuentra en la primera planta de la facultad y se puede visitar, en horario de apertura del centro, hasta finales del mes de junio.

Andrés Vázquez de Sola (San Roque, Cádiz, 1927), periodista, dibujante y pintor, especializado en dibujo satírico y político. Inicia su carrera profesional en el diario “Patria” de Granada, que se desarrolla, entre otros, en Diario “Madrid” y TVE. En 1959 se traslada a París. Trabaja en “Le Canard”, “Le Monde”, “Le Monde Diplomatique”, “L´Humanité”, etc., publica libros, realiza numerosas exposiciones personales y colectivas, colabora en programas de radio y televisión. En 1972 en Italia, recibe la codiciada Palma d´Oro, y el “Nasreddin Hoca”, en Turquía, en el año 1974.

En 1985 se retira del trabajo periodístico, instalándose en España. A partir de ese momento se dedica a pintar y a hacer exposiciones monográficas. En 2014 se le otorga la Medalla de Andalucía.

CONVOCATORIA:

  • ASUNTO: exposición y conferencia de Vázquez de Sola.
  • DÍA: Martes, 26 de mayo.
  • HORA: 13 horas.
  • LUGAR: aula 15. Facultad de Traducción e Interpretación.

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El Consejo de Gobierno de la UGR aprueba las cuentas anuales del ejercicio 2014

El Consejo de Gobierno de la Universidad de Granada, en sesión celebrada el 25 de mayo, informó favorablemente, por unanimidad, las cuentas anuales de 2014 para su posterior elevación al Consejo Social. Los estados financieros a 31 de diciembre de 2014 fueron presentados por el Gerente, Andrés Navarro Galera, quién explicó que mediante las políticas de austeridad y eficiencia la institución universitaria ha mantenido, un año más, una situación económico-financiera equilibrada, saneada y sostenible.

El balance de situación y las magnitudes presupuestarias y financieras reflejan que el actual equipo de gobierno no ha vivido por encima de sus posibilidades ni ha hipotecado el futuro, sino que su gestión financiera va a permitir traspasar al nuevo equipo de gobierno una situación financiera mejor que la que recibió a comienzos de 2008. De hecho, estas cuentas implican una sólida base financiera para las actuaciones de los próximos años y, en particular, dotando de la adecuada cobertura presupuestaria a aquéllas que quedan pendientes hasta el final del presente año.

El resultado presupuestario de 2014 refleja un superávit de 2,86 millones de euros, con un presupuesto de gastos liquidados de 426,77 millones de euros, un remanente de tesorería (de libre disposición) de 26,75 millones de euros y un activo total de 768,89 millones, al que hay que unir un resultado económico-patrimonial, magnitud clave para la sostenibilidad económica, que ha alcanzado la cifra de + 26,74 millones de euros.

En comparación con la situación financiera recibida el 31 de diciembre de 2007, las cuentas de 2014 muestran que el esfuerzo inversor ha implicado una mayor dotación de infraestructuras y equipamiento docente e investigador por valor, en términos incrementales, de 239,72 millones de euros. Asimismo, el patrimonio neto, ya descontadas las deudas, arroja el importe de 609.73 millones de euros, lo que conlleva un aumento de 208,97 millones de euros desde enero de 2008.

Sin embargo, el considerable retraso en la percepción de los ingresos continúa, también en este año, ocasionando fuertes tensiones de tesorería y, sobre todo, un alargamiento importante en los pagos a los proveedores, pese a que instrumentos como el “confirming” están tratando de paliar los perjuicios a los suministradores de bienes y servicio.


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Melilla Hoy

El grado de Trabajo Social será impartido en jornada de tarde a partir de septiembre

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El Faro de Melilla

Pág. 19: Las clases del Grado de Relaciones Laborales se impartirań por la tarde el próximo curso en Melilla

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Granada Hoy

Pág. 27: Los profesores de la UGR se movilizan para exigir el derecho a promocionar

Pág. 30: La UGR se abona a las obras de los clásicos rusos

Pág. 33: La cultura científica, al alcance de los ciudadanos

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Violencia y guerra en la Prehistoria”, monográfico de la revista de Prehistoria y Arqueología de la UGR

Se trata de varios trabajos de investigación sobre la violencia y la guerra en el pasado, con edición a cargo de los profesores Fernando Molina González y Juan Antonio Cámara Serrano

La revista “Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada” (número 23) da cuenta de la violencia y la guerra en el pasado en un monográfico en el que se presentan varios trabajos de investigación con el título “Violencia y guerra en la Prehistoria”, con edición a cargo de los profesores Fernando Molina González y Juan Antonio Cámara Serrano.

El análisis de la violencia y la guerra en el pasado, así como la defensa de su existencia, según los responsables de la edición de este monográfico, no pueden considerarse nunca como defensa de la guerra como fenómeno recurrente, ineludible y naturalizado. De la misma manera no se debe confundir la aspiración a una sociedad sin conflictos, imposible en un contexto social jerarquizado y caracterizado por la explotación, con la idealización de las sociedades del pasado. ”En caso contrario, en nuestra opinión –señalan Fernando Molina y Juan Antonio Cámara– estaremos allanando el camino para la reproducción de situaciones de conflicto en el futuro, al ser incapaces de comprender que la raíz de estas está en las relaciones de desigualdad imperantes, que también conducen a formas de agresión exterior como mecanismos de desvío de las presiones internas”.

Este monográfico contiene, además de una presentación a cargo de los editores ya citados, los estudios: “Arqueología prehistórica de la violencia y de la guerra. Algunas reflexiones e hipótesis” (Jean Guilaine); “Violencia silenciosa: violencia estructural en la gestión social de la reproducción” (Assumpció Vila-Mitjà); “Muros, puertas y torres. Asentamientos fortificados en el centro y sur de Portugal: algunas notas sobre la violencia y las murallas en el tercer milenio, a.n.e.” (Victor S. Gonçalves, Ana Catarina Sousa, Catarina Costeira); “Indicadores de conflicto bélico en la Prehistoria reciente del cuadrante sudeste de la península ibérica: el caso del calcolítico” (Juan Antonio Cámara Serrano, Fernando Molina González); “Punta transversal, ¿cuáles son sus ventajas?” (Vittorio Brizzi, Cinzia Loi); “Velim y la violencia” (Anthony Harding); “Se emplearon armas tóxicas en la Prehistoria europea?” (Elisa Guerra Doce); y “El factor ibero en la batalla de Baecula: los efectos colaterales de la guerra” (Arturo Ruiz Rodríguez, Carmen Rueda Galán, Juan Pedro Bellón Ruiz, y Francisco Gómez Cabeza).

Otras secciones

El número 23 de la revista “Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la UGR” cuenta, además, en su apartado “El documento arqueológico”, con los artículos “Fuente Amarguilla-Cortijo Nuevo: espacios productivos del Sureste Peninsular en la Edad del Bronce”, de Ana D. Navarro Ortega; “Una historia de las investigaciones en Basti (Baza, Granada)”, de Andrés María Adroher Auroux, Alejandro Caballero Cobos, y Juan Antonio Salvador Oyonate; “Estudio arqueoastronómico del santuario Ibero-Romano de Torreparedones (Baena, Córdoba)”, de José Antonio Morena López y José M.ª Abril Hernández; “Condicionantes para la fundación de la colonia latina de Cosa. Aproximación desde los factores físicos, geopolíticos y religiosos para la elección del emplazamiento”, de Manuel Moreno Alcaide; “Nuevas evidencias arqueológicas de la presencia de dromedario, Camelus Dromedarius, L., en el sur de la Península Ibérica: Cortijo de los Robles (Jaén) y Torrevieja, Villamartín (Cádiz)”, de José Antonio Riquelme Cantal; y “Análisis de cerámica prehistórica con estereomicroscopía: una guía revisada sobre la descripción de las fases de producción”. De Jesús Gámiz Caro, Alberto Dorado Alejos, y Héctor V. Cabadas Báez.

Por último, en la sección de “Notas y recensiones”, este número 23 de las revista Prehistoria y Arqueología de la UGR cuenta con la reseña titulada “Arqueologia funerària al nord-est peninsular (segles VI-XII)”, de N. Mollist y G. Ripoll (eds.). Esta publicación, que dirige el profesor Fernando Molina González y publican la Editorial Universidad de Granada (eug) y el Departamento de Arqueología y Prehistoria de laUGR, cuenta con más de 400 páginas y numerosas ilustraciones, esquemas, mapas y fotografías.

Web EUG: http://sl.ugr.es/0872


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